Archivos de la categoría Yucateca

Échate una cochinita, un recado negro o una sopa de lima con nuestras recomendaciones de restaurantes y changarros yucatecos en CDMX.

Luna Maya, un oasis de sabores yucatecos en la San José Insurgentes

Era viernes por la tarde y me encontraba en San José Insurgentes buscando algo para comer. Pero, al ser Semana Santa, casi todos los restaurantes estaban cerrados. Sí, estaban las típicas taquerías caras —famosas por su relación con el “desvivimiento” de Paco Stanley—, también algunos restaurantes de franquicia sobre Río Mixcoac, e incluso un lugar de comida china. Pero nada de eso se me antojaba. Yo quería algo reconfortante, casero, con sabor.

Fue así que, mientras paseaba sin rumbo por las calles de la colonia, me topé con Luna Maya, sobre José María Velasco. No, no me refiero a Luna Maya Sugeng, la actriz indonesia; me refiero al restaurante de comida yucateca. Y qué bueno que lo encontré.

Al entrar me encontré con un lugar discreto pero acogedor. En el salón principal hay unas seis u ocho mesas, y afuera, un pequeño patio con otra mesa más donde puedes sentarte a comer disfrutando del buen clima. La atmósfera es tranquila, sin pretensiones.

A diferencia de otros restaurantes yucatecos en la CDMX, la carta de Luna Maya es más extensa. La reina, claro, es la cochinita pibil, que puedes pedir en diferentes presentaciones. Pero también hay una buena variedad de platillos yucatecos tradicionales, además de algunas recetas reinventadas por la casa.

Si vas por la mañana, puedes elegir entre distintos desayunos chilango-yucatecos. Desde unos tradicionales huevos rancheros hasta chilaquiles con longaniza de Valladolid, pasando por huevos motuleños, omelette Luna Maya (con cochinita y queso manchego), omelette de pastor yucateco o molletes con huevo.

Todos los desayunos incluyen frijoles colados, tortilla o pan, y café o . Es decir, un desayuno completo y sustancioso desde $120 pesos. Y si después de comer aún necesitas un boost de cafeína, puedes pedir alguna de las bebidas de café que ofrecen: espresso, capuchino, moka o latte.

Si llegas por la tarde y traes antojo de algo más contundente, te puedes arrancar con un queso de bola fundido (sí, el de las marquesitas), unos codzitos, un consomé de pavo, una sopa de lima o una crema de tres quesos (queso de bola, queso crema y manchego).

Después puedes entrarle a las clásicas flautas o tacos de cochinita, a una tranca (torta campechana en pan francés) o, si no traes antojo de cochinita —aunque eso sea herejía en un yucateco—, puedes probar el pavo, ya sea en panucho, salbute, taco o torta.

Pero lo que yo más recomiendo, además de los salbutes, es el frijol con puerco, porque su sazón me transportó directo a los guisos que hacía mi abuela. Una delicia que, honestamente, no se encuentra fácil en la ciudad.

¿Mucha hambre y poco presupuesto?

Esto tampoco es problema. En Luna Maya puedes armar tu combo con sopa, arroz o consomé de pavo, ensalada verde y un plato fuerte (incluye agua del día), por $150 o $190 pesos, dependiendo de lo que elijas.

Y si lo que quieres es llevar el sabor a casa, puedes pedir cochinita o pavo en su jugo para compartir. Desde medio kilo, acompañado de frijoles colados, cebolla encurtida, habanero y salsa de la casa.

Luna Maya es un pequeño oasis yucateco escondido en las calles de San José Insurgentes. Un restaurante sencillo, cálido, sabroso y accesible, donde puedes comer bien desde $150 pesos. Ideal si trabajas o vives por la zona… o si simplemente te quieres consentir con algo del sureste sin salir de la ciudad.

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Dirección:
 José María Velasco #80, San José Insurgentes, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: De $150 a $350 pesos
Horario: Lunes a domingo de 9:00 a 21:00 hrs.
Página Web: lunamaya.com.mx
Instagram: instagram.com/lunamaya.sazon
Facebook: facebook.com/profile.php?id=100050709410355
Twitter: x.com/RestauranteMaya

El Habanerito, un rincón de sabores yucatecos en la Colonia Roma

Aunque Jocelyn Dzul nació en la Ciudad de México, su conexión con la cultura y gastronomía yucateca es profunda, ya que pasó largas temporadas con su familia en Espita, Yucatán. Fue allí donde heredó las técnicas y recetas de los platillos que preparaban su abuela y tías. En 2013, decidió compartir ese conocimiento con las y los chilangos al abrir El Habanerito, un pequeño restaurante de comida yucateca tradicional en la colonia Roma, justo antes de que la zona experimentara su gentrificación. Su misión siempre ha sido rendir culto a la gastronomía yucateca, preservando sus recetas auténticas.

A pesar de ser un lugar sencillo, El Habanerito ha logrado mantenerse vigente en la Roma, resistiendo la transformación del barrio gracias a su rica cocina y precios accesibles. Su propuesta gastronómica hace posible que cualquier persona pueda disfrutar de los sabores de Yucatán sin tener que gastar una fortuna. Pero lo realmente importante, claro, es la comida.

La especialidad de la casa, como en la mayoría de los restaurantes yucatecos, es la cochinita pibil, que puedes disfrutar en taco, torta, panucho o por kilo. Si ya te has cansado de la cochinita o prefieres probar algo distinto, también puedes saborear el pollo y hongos pibil, el pollo en escabeche, o el relleno negro. Además, no dejes de pedir una sopita de lima o unos papadzules. Y si es temporada de Día de Muertos, no te pierdas el delicioso Mucbi Pollo.

¿Y el habanero? Por supuesto que sí lo hay, y no escatiman en ofrecer opciones para las y los más valientes. En El Habanerito puedes encontrar hasta cinco tipos de salsa de habanero, junto con una salsa de Xcatik (chile güero yucateco) que vale la pena probar. Algunas de sus opciones incluyen la Kut, una salsa de habanero quemado con aceite de oliva; Habanero con Ajo, Habanero con Cacahuate y Habanero Asado con Naranja Agria, entre otras. Lo mejor es que puedes acompañar tu comida con todas estas salsas y, si te gustan, también puedes llevarlas a casa.

Si eres amante de la cocina yucateca, El Habanerito es el lugar ideal para disfrutar de sabores auténticos, en un ambiente acogedor y accesible, que te transporta directamente a Yucatán sin salir de la Ciudad de México.

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Dirección:
 Frontera #177, Roma Norte, Ciudad de México, CDMX
Horario: Lunes a sábado de 9:00 a 21:30 hrs., domingos de 10:00 a 17:30 hrs.
Costo por persona: Menos de $250 pesos
Página Web: 
Instagram: instagram.com/elhabaneritoroma
Facebook: facebook.com/p/El-Habanerito-100046026887427
TikTok: tiktok.com/@el.habanerito.roma
Threads: threads.net/@elhabaneritoroma

La Pitaya, auténtica comida yucateca en la Colonia Vallejo

No puedo recordar quién fue la persona que me habló de La Pitaya, o si me lo topé por casualidad en Google, pero a quien haya sido, ¡solo quiero decirle gracias! Gracias por despertarme la curiosidad de ir hasta la colonia Vallejo para descubrir este pequeño changarro yucateco, sin tener que viajar tan lejos. Gracias por hablarme de un rinconcito donde sirven auténtica comida yucateca, con precios súper accesibles y un servicio que te hace sentir como en casa.

La Pitaya es un local chiquitito, escondido en la esquina de Tetrazzini y León Cavallo (o Leoncavallo), que fácilmente podría pasar desapercibido si no fuera por la modesta lona que anuncia el nombre y por las dos mesitas en la banqueta, listas para recibir a los y las comensales aventurerxs. Si te asomas, te vas a encontrar con tres o cuatro mesitas más, un refrigerador con bebidas y, al fondo, una pequeña barra que conecta directo con la cocina. Un lugar sencillo, sin pretensiones, pero con lo necesario para que comas delicioso y sin gastar de más.

Como buen restaurante yucateco, la reina absoluta de la casa es la cochinita pibil. Puedes pedirla en tacos, tortas (o barras, como les dicen aquí), molletes, panuchos o salbutes. Y ojo, porque en el tema de las tortas tienen opciones interesantes: está la clásica de cochinita, pero también hay una Especial, con mantequilla clarificada y deslactosada (pura indulgencia); o la Barra Caribeña, que combina frijoles, plátano y cochinita. Y hablando de antojitos, tienen dos tipos de panuchos: el tradicional, con lechuga, pepino, jitomate y aguacate; y el chilango, que viene sin verdura, porque así nos gustan las cosas en la capital.

Pero como no solo de cochinita vive el yuca, en La Pitaya también tienen carne ahumada, preparada con la receta tradicional de Temozón, Yucatán, y unas manitas pibil que son, según dicen, la especialidad de la casa. Si te late el antojo más casero, puedes pedir un tamal yucateco (también llamado vaporcito) con filete de puerco, pechuga de pollo y una salsita de masa con jitomate frito. Y si llegas con ganas de desayuno, te esperan unos épicos huevos motuleños, o huevos con longaniza de Valladolid ahumada, o hasta huevos con chorizo negro o con chaya.

Eso sí, los fines de semana se pone mejor porque sacan joyitas como los lomitos de Valladolid, que puedes pedir en orden o en taco. Además, hay platillos sorpresa que aparecen de vez en cuando, como la sopa de lima, lechón, recado negro, puchero o el clásico frijol con puerco. Y para acompañar, nada como un taxcalate, agua de xilacayote o un agua de chaya, perfectos para refrescarte.

Pero más allá de la increíble sazón, lo que realmente hace especial a La Pitaya es el servicio. Siempre te recibe y atiende el propio chef y dueño, que no solo te recomienda lo mejor del menú, sino que se toma el tiempo de explicarte cada platillo con todo el amor que le tiene a su cocina.

Así que, si andas en busca de un lugar donde comer auténtica comida yucateca, sin gastar una fortuna y con la mejor atención, lánzate a la colonia Vallejo y date el gusto de visitar La Pitaya. Te prometo que no te vas a arrepentir.

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Dirección:
 Tetrazzini #295, Colonia Vallejo, Ciudad de México, CDMX (el local está sobre Berlin)
Horario: Martes a domingo de 9:00 a 15:00 hrs.
Costo por persona: Menos de $250 pesos

Balam Pakaal, un rincón de Cochinita Pibil en Lindavista

Sábado por la tarde. Había salido del teatro en Coyoacán y mi siguiente compromiso era en Lindavista. Por practicidad no había llevado el carro y terminé viajando en Metro. Así que tomé la infame Línea 3 y me fui derechito hasta Indios Verdes. Una vez ahí, puse el mapa y descubrí que mi destino estaba a poco más de un kilómetro, así que decidí irme a pie. Ya era tarde y el hambre me estaba matando, así que decidí buscar algún lugar para comer ahí.

Caminé y caminé, pero no encontré ningún lugar que se me antojara sobre Ticomán. De pronto, me llegó un olor especiado que me hizo agua la boca… ¡Era cochinita pibil! Seguí el aroma y, unos metros más adelante, me encontré con Balam Pakaal. El lugar era muy sencillo, pero con todo lo necesario para sentarse a comer. En el salón tenían unas tres o cuatro mesas enmarcadas por una larga barra donde tenían la cochinita lista para servir, y una cocina igual de sencilla. Al fondo, unos refrigeradores y las paredes cubiertas con máscaras de luchadores e ilustraciones de Ricardo Alonso “Peltre” con dioses prehispánicos representados como luchadores. ¡Un lugar sencillo, pero con mucha onda!

El menú era tan sencillo como el lugar. Básicamente tenían cochinita pibil en diferentes presentaciones: tacos, tacos especiales, panuchos, volcanes, tortas y enchiladas blancas. También tenían paquetes que incluían algún platillo, una bebida y, de postre, una marquesita. Después de preguntarle a la mesera qué eran los tacos especiales y las enchiladas blancas, terminé pidiendo un paquete con tres tacos especiales y un panucho extra para completar. Poco después de ordenar, me sirvieron unos ramequines con cebolla encurtida, cebolla con habanero, salsa de habanero y salsa de queso crema con habanero; además de mi agua de tamarindo.

Los tacos especiales resultaron ser tacos de cochinita con queso en tortilla de harina; y la neta, me gustaron bastante. Quizá no es la mejor cochinita de la CDMX, pero sí está muy cumplidora y la salsa de queso, junto a la de habanero, son una combinación ganadora (aunque siento que no picaban tanto). Por otro lado, el panucho estaba muy bien servido. Y, mi marquesita fue de queso con Nutella, otra combinación ganadora. Fue mucha comida y gasté menos de $250 pesos (si no mal recuerdo, fueron $205 pesos), por lo que salí más que satisfecho de ahí. Y debo decir que me quedé con ganas de regresar a probar las enchiladas blancas, que son de cochinita cubierta con la salsa de queso y habanero.

Al final, lo que comenzó como un día de trayectos interminables terminó siendo una experiencia inesperada y deliciosa. Si alguna vez pasas por la zona de Lindavista con antojo de sabores yucatecos, no dudes en darle una oportunidad a Balam Pakaal. Aunque es un lugar sencillo, tiene el toque perfecto para un antojo contundente, sabroso y con precios más que accesibles. Sin duda, un rincón que vale la pena descubrir.

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Dirección Lindavista Norte:
 Neiva #1010, Colonia Lindavista Norte (la entrada está en la lateral se Sierravista), Ciudad de México, CDMX
Dirección IPN: Av. Politécnico Nacional #2085 (en el estacionamiento de Servi SNTE), Colonia Lindavista, Ciudad de México, CDMX
Horario: Lunes a domingo de 10:00 a 17:30 hrs.
Costo por persona: Menos de $200 pesos
Instagram: instagram.com/balam_pakaal
Facebook: facebook.com/balambalam86

Canché, un rincón de delicias mayas y yucatecas en la Industrial

Juan José Galera Almeida, un heladero yucateco, tenía un objetivo claro: crear un postre que mantuviera sus ventas incluso en las temporadas de frío. Decidido a aprovechar los ingredientes a su alcance, alrededor de 1930 ideó un taco hecho con la masa de los conos de helado, relleno con las mermeladas que solía usar para cubrir sus creaciones. Para darle un toque especial, añadió queso de bola, un producto que, aunque llevaba poco tiempo en el mercado, ya ganaba popularidad en el sureste de México. Así nacieron las marquesitas, un postre exótico que rápidamente conquistó a su clientela y que, en poco tiempo, se convirtió en un ícono de Yucatán.

Noventa años después, las marquesitas han salido de las cálidas tierras yucatecas para conquistar las calles de la Ciudad de México. Hoy, basta con recorrer las zonas más turísticas para encontrar un puesto o local que ofrezca estos deliciosos tacos dulces. Pero hay algo curioso: en la zona norte de la capital, especialmente en la colonia Industrial, las marquesitas han encontrado un hogar especial. Por la noche, las calles se llenan de puestos dedicados a este manjar, reflejando su creciente popularidad entre las y los vecinos..

Como habitante de esta zona, pensé que un nuevo local de marquesitas no sería nada del otro mundo. ¡Qué equivocado estaba! Canché no es solo un puesto más; es un tributo a los sabores mayas contemporáneos.

Este pequeño café combina lo mejor de las tradiciones yucatecas con un toque contemporáneo. El café que sirven proviene de una comunidad maya en Chiapas, y el cacao para sus bebidas, preparado en leche o agua, es cosechado por manos mayas en Tabasco. En su menú, además de marquesitas, encontrarás otros postres tradicionales y creaciones únicas. Por ejemplo, buñuelos con miel, pastelitos de camote con coco o incluso una intrigante pero deliciosa combinación de pastelito dulce con jamón y queso.

Ahora hablemos de las marquesitas. Las que suelen venderse en la Ciudad de México no son idénticas a las tradicionales de Yucatán, en gran parte por la altura de la capital. Aquí, la masa tiende a ser más crujiente y menos flexible, lo que limita la cantidad de ingredientes que pueden añadirse. Sin embargo, Canché ofrece las auténticas marquesitas yucatecas, con esa textura suave y el equilibrio perfecto. Sus opciones de relleno son sencillas pero deliciosas: untable de mantequilla de maní, queso crema, mermelada y, por supuesto, una generosa porción de queso de bola. El queso, fundido y servido caliente, transforma cada bocado en una experiencia única y reconfortante. ¡Esto sí es amor hecho postre!

El espacio en Canché es pequeño y acogedor, con apenas cuatro mesas en el interior y algunas más en la banqueta. Esta disposición permite un ambiente íntimo y un servicio personalizado. Al llegar, te recibirán con una sonrisa y toda la paciencia para explicarte el concepto del lugar y los detalles de su menú.

Si buscas un rincón tranquilo para disfrutar de un buen café o un reconfortante cacao acompañado de un postre yucateco auténtico, Canché es una parada obligatoria. Este nuevo rincón maya de la colonia Industrial te hará sentir como si estuvieras en el corazón de Yucatán.

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Dirección:
 Cruz Azul #176, Colonia Industrial, Ciudad de México, CDMX
Horario: Lunes a domingo de 17:00 a 22:00 hrs.
Costo por persona: Menos de $200 pesos
Instagram: instagram.com/canche.maya

Maya 83, un templo dedicado a la Cochinita Pibil en la Escandón

Una amiga me dijo que habían abierto un lugar de cochinita pibil muy cerca de su casa, que estaba bastante bueno, y que tenía que ir a probarla. Así que me puse de acuerdo con ella y nos fuimos a comer a Maya 83, en la Colonia Escandón. El lugar se encuentra sobre 12 de Octubre, entre Agricultura y Minería, y, por el diseño de esa calle simplemente no me podía imaginar dónde podían meter un local de comida. Sin embargo, al llegar al lugar, me encontré con lo que solía ser una casa, o quizá fue una vecindad, muy sencilla, de la que colgaba un letrero que anunciaba el lugar.

Al pasar por el portón del edificio, me encontré con un patio rodeado de unos tres cuartos (o quizá fueron viviendas) con paredes de ladrillos, y que hoy en día funcionan como cocina, almacén y restaurante. Subimos unas escaleras y entramos a un pequeño salón con unas dos o tres mesas pequeñas y una más bien comunal. En el cuarto de al lado, se veía otra mesa y una barra desde la que pueden tomar órdenes y servir bebidas. Todo sencillo, pero acogedor. En cuanto nos sentamos nos llevaron una carta tan sencilla como el lugar.

Maya 83 es un lugar sin pretensiones, pero que busca enaltecer el sabor de la cochinita pibil tradicional, con la receta que ha estado en la familia (de origen yucateco) por generaciones. Por lo mismo, en su carta solo tienen Tacos de Cochinita Pibil, Costras de Cochinita, Tamales Yucatecos (sí, de cochinita) y Chilaquiles Maya (bañados en frijol y con cochinita). Eso es todo, un menú sencillo, en el que la cochinita reina sobre todos los demás ingredientes. Y para tomar, tienen refrescos de la familia Coca-Cola, Chaparritas, Boing y Agua de Jamaica. Como verás, es un menú muy pequeño, pero que busca mantener la calidad de lo que sirven.

Como íbamos con algo de hambre, nos pedimos un Taco, una Costra y un Tamal cada quién, y así buscamos probar los diferentes platillos que ofrecen en Maya 83. Todos los platillos venían bien acompañados de una salsa de habanero y el tamal también incluía una salsa de jitomate con habanero… ¡y qué salsas! La verdad fui muy fan de las salsas y de los tres platillos que probé (de hecho repetí la Costra, pero fue por gula porque con esos tres hubiera tenido). Lo único que me faltó fue limón, y es que, por lo que me contó la chef, en Yucatán no suelen comer la cochinita sin limón.

Salí de Maya 83 con la barriga llena y el corazón contento, y con ganas de regresar muy pronto a probar sus chilaquiles. En lo personal, creo que el lugar es muy agradable, su cochinita es muy rica y el servicio es espectacular. Por todo esto y más, creo que vale mucho la pena darse una vuelta por Maya 83 si vives o trabajas en la zona de la Nápoles o Escandón.

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Dirección:
 12 de Octubre #56, Colonia Escandón, II Secc, Ciudad de México, CDMX
Horario: Miércoles a domingo de 10:00 a 19:00 hrs.
Costo por persona: Menos de $200 pesos
Instagram: instagram.com/maya_83_cdmx
Facebook: facebook.com/profile.php?id=100088304017507&ref=xav_ig_profile_web

El Makech Púrpura, sabores yucatecos en la Narvarte

José Pedro Roque Coronado llegó a la Ciudad de México a principios de los años setenta. Dejó Tekanto, Yucatán, para convertirse en radiotécnico acá en el extinto Distrito Federal. Para 1975, su amor por la gastronomía de su natal Yucatán lo llevó a abrir un pequeño puesto de lámina en la esquina de Quemada y Cumbres de Acutzingo, en el mero corazón de la Narvarte. Y, con el paso del tiempo se fue ganando el cariño de las y los vecinos de la zona, permitiéndole abrir un sencillo restaurante llamado El Makech Púrpura en la calle de Tepozteco, muy cerca de su esquina original.

Han pasado casi 50 años de que el señor José Pedro abrió el puesto de lámina y casi 40 desde que abrieron el local. ¡Imagina todo lo que pudo pasar en ese tiempo! Miles y miles de vecinas y vecinos han comido en este lugar, consolidándolo como el más popular de la zona. Y, con el tiempo, El Makech Púrpura se convirtió en uno de los restaurantes de cochinita pibil más famosos de toda la CDMX.

¿Qué vas a encontrar en El Makech Púrpura? Básicamente Cochinita Pibil, Lechón Dorado, Pavo al Pibil, Pavo en Escabeche, Salpicón y Relleno Negro. Todo esto lo puedes pedir en taco, panucho o en torta (solo lechón, cochinita y pavo pibil); y, para acompañar también puedes pedirte una sopa de lima, un codizito, manitas de puerco al pibil o una cazuela de queso holandés, carnes de res y puerco. Para cerrar con broche de oro, puedes pedirte una jericaya, un flan napolitano, un merengue yucateco o una marquesita clásica o combinada.

Eso es todo. El Makech Púrpura es un restaurante que brilla por su sencillez y su servicio rápido. No es un lugar para sentarte a platicar por horas y horas, es más bien un lugar donde puedes sentarte y comer rico y (relativamente) barato sin perder mucho tiempo. Ese combo es probablemente el que ha hecho que se consolide como uno de los restaurantes yucatecos más populares de la CDMX. Así que, si andas en la zona de Narvarte/Del Valle y buscas un lugar para comer algo rápido y sin pretensiones, puedes darte una vuelta por El Makech Púrpura y disfrutar de su tradición yucateca.

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Dirección:
 Tepozteco #26, Narvarte Oriente, Ciudad de México, CDMX
Horario: Lunes a domingo de 9:00 a 18:00 hrs.
Costo por persona: De $200 a $300 pesos
Instagram: instagram.com/el_maquech_purpura
Facebook: facebook.com/ElMaquechP