Archivos de la categoría Clavería / Vallejo

Restaurantes en las colonias colindantes a Av. Cuitláhuac, desde Clavería hasta la Panamericana, pasando por la Del Gas, Pro Hogar y demás

Tierra Linda, tamales y sabores mexicanos en la Colonia Argentina Antigua

Esta historia nos lleva a principios de los años noventa, a una antigua casa escondida entre las calles de la colonia Argentina Antigua, en algún punto entre el Panteón Español y el Panteón Francés. Tras perder su empleo, el jefe de familia y su esposa tuvieron una idea: comenzar a revender tamales desde el zaguán de su casa. Aunque al principio no eran ellos quienes los preparaban, las y os vecinos pronto se encariñaron con el pequeño puesto y comenzaron a llegar cada vez más. La demanda creció tanto, que su proveedora ya no se dio abasto. Fue entonces cuando decidieron preparar sus propios tamales, con el toque especial de su tierra natal: Guerrero.

Poco a poco, los tamales caseros comenzaron a conquistar la colonia. El zaguán tamalero se fue ampliando, tanto en espacio como en propuesta. Se agregaron mesas en la planta baja de la casa y, con el tiempo, más y más platillos al menú. Hoy, 35 años después, aquel humilde puesto es Restaurante Tierra Linda, un restaurante 100% mexicano que celebra, conserva y difunde la riqueza de nuestra gastronomía.

Desde que entras a Tierra Linda, te recibe una cálida atmósfera llena de tradición. En sus repisas descansan juguetes y artesanías mexicanas, y una larga barra de mosaicos sirve como punto de despacho para los tamales y atoles. Los dos salones, que antes fueron garajes, hoy están adornados con papel picado y réplicas de pinturas mexicanas típicas de la época de los calendarios de cocina. El ambiente es acogedor, alegre y lleno de identidad.

En el menú encontrarás una gran variedad de tamales dulces y salados hechos en casa. Desde el clásico tamal verde, hasta joyas como el tamal costeño con pollo, chile morita y hoja santa (esperemos que Zahie Téllez no se enoje por ese guiño). Entre los dulces destacan el tamal canario, preparado con harina de arroz, rompope y vainilla; el criollo, con maíz azul y arroz con leche; y el de queso con zarzamora. Todos son un apapacho al paladar.

Pero no creas que en Tierra Linda solo hay tamales. Si vas por la tarde, puedes disfrutar de un menú de tres tiempos que, aunque recuerda a la clásica comida corrida, aquí tiene un giro especial: eliges entre varios platos fuertes que siempre están en la carta y te lo sirven con sopa, guarnición y agua fresca. Algunas delicias que puedes encontrar son: chile en nogada (disponible casi todo el año), sopes de cecina, costilla en mole verde, tlayudas, tampiqueña o salmón en salsa de almendras.

Y si llegas después de la comida, te espera un abanico de antojitos mexicanos: pozole blanco, sopa azteca, tostadas de pata, quesadillas (fritas o al comal) con el guisado de tu elección. También destacan la cecina con cazuelas, la costilla azteca, los huauzontles en salsa pasilla o unas enchiladas bien servidas. Para beber, nada como un agua fresca de jamaica con guayaba o de mamey con coco… ¡deliciosas y refrescantes!

¿Y sabes qué es lo mejor de todo? Además del sazón, la decoración y el servicio, lo mejor de Restaurante Tierra Linda es el precio. Aquí puedes comer delicioso y en porciones generosas sin desfalcar tu quincena. Un rincón auténtico, lleno de sabor y de historia, donde cada platillo te recuerda lo bonito que es comer como en casa. Así que, si andas en la zona de Tacuba o Cuatro Caminos y sus alrededores, o si solo quieres comer una rica comida mexicana, vale mucho la pena que ta vayas a la colonia Argentina Antigua y disfrutes de los sabores que ofrece el Restaurante Tierra Linda.

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Dirección:
 Lago Maracaibo #120, Colonia Argentina Antigua, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: de $200 a $300 pesos (puedes comer por menos de $200)
Horario: Lunes a sábado de 13:00 a 22:30 hrs.
Página Web: mitierralinda.pro
Facebook: facebook.com/TierraLindaRestaurante
Instagram: instagram.com/tierralindarest

Shonen Ramen, sabores japoneses en la Colonia La Raza (Hospital La Raza)

Era una tarde de sábado y, a pesar del calor, me dio un enorme antojo de ramen. Tenía dos opciones: ir al ramen de Santa María la Ribera, pero me daba flojera cruzar la barrera urbana de La Raza; o ir a mi ramen consentido en la zona de Lindavista, pero por las fechas se habían tomado unas vacaciones. Así que, para no quedarme con el antojo ni tener que ir tan lejos, me puse a buscar lugares cercanos a mi casa. Fue así como me topé con Shonen Ramen, en la colonia La Raza, a unas dos pequeñas calles del hospital con el mismo nombre.

Al llegar a Shonen Ramen descubrí que era un lugar tan sencillo como lo había imaginado, y tan modesto como la colonia en la que se encuentra. Afuera tenía una pequeña mesa de picnic y, detrás de unas noren —las típicas cortinas japonesas—, se entraba a un local diminuto con apenas dos mesas tipo gabinete y una pequeña barra donde cocinan y sirven los caldos. Al fondo, un letrero luminoso mostraba a un Maneki Neko comiendo ramen. También había pequeñas figuras del mismo gato de la suerte sobre las mesas, junto a un recipiente con cucharas, palillos chinos y japoneses (sí, son diferentes), desechables y unos adaptados para infancias o personas que no sepan usarlos con facilidad.

Una vez en mi lugar, el chef de Shonen Ramen me explicó que el menú se compone solo de cuatro platillos: Shoyu Ramen, Miso Ramen, Ramen Picante y Ramen Especiado. El Shoyu y el Miso son muy similares, ambos con fondo de pescado; pero el primero está hecho a base de salsa de soya, mientras que el segundo lleva pasta miso, elaborada con semillas de soya fermentadas. El Picante, por su parte, lleva fondo de ostiones y chile, y el Especiado está preparado principalmente con fondo de jaiba.

Las cuatro opciones sonaban bien, pero al final me decidí por el Miso Ramen, por ser el más “tradicional” y porque suele ser el más común en otros restaurantes de ramen de la CDMX. Al ordenar, me preguntaron si lo quería con pollo o con cerdo. Elegí cerdo, otra vez, por ser lo más clásico.

Después de ordenar, me trajeron un plato generoso, bien servido, con una buena cantidad de elote, cebollín, alga, un huevo cocido y carne de cerdo. También me ofrecieron un pequeño bote de salsa picante, por si quería darle un toque más atrevido. Debo confesar que la salsa me encantó, aunque es engañosa: al principio parece que no pica nada, pero conforme uno avanza, se va poniendo más intensa.

¿Y el sabor del ramen? La verdad, está bastante bueno. No puedo decir que es el mejor que he probado en la CDMX, pero sí que cumple muy bien, y por el precio vale cada peso. Además, un detalle que me encantó es que, a pesar de ser un lugar sencillo, preparan su propia pasta y hacen todos los fondos desde cero, buscando siempre ofrecer buena calidad.

Al final salí contento de Shonen Ramen. Comí un ramen rico, me refresqué con un Calpis, y disfruté de un servicio amable y cercano, todo por menos de $125 pesos. Así que seguramente volveré cuando me vuelva a dar el antojo y esté por casa. Y es que, no siempre tienes que ir a la Roma, Condesa o Polanco y gastarte tu quincena para comer algo rico y reconfortante; a veces, solo tienes que caminar unos pasos desde tu casa o trabajo para descubrir un pequeño tesoro gastronómico como lo es Shonen Ramen.

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Dirección: Quiches #56, Colonia La Raza, Azcapotzalco, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: Menos de $200 pesos
Horario: Lunes a domingo de 12:00 a 22:00 hrs.

Costillas Al Carbón El Paisa, costillas, cortes, tacos y más en la Nueva Santa María

La Nueva Santa María es una de mis colonias favoritas en la CDMX. Este encantador barrio se caracteriza por su tranquilidad, donde aún se pueden encontrar varias casas de estilo californiano, rodeadas de jardines, camellones arbolados y un parque central que le da un toque especial. A pesar de estar rodeada por algunas de las avenidas más caóticas de Azcapotzalco, como Camarones, Cuitláhuac y el Circuito Interior, la colonia mantiene la calma y serenidad de un barrio residencial.

Lo mejor de todo es que, junto a la calma, han crecido diversos negocios alrededor de su avenida principal, Clavelinas, lo que convierte a un paseo por la Nueva Santa María en una experiencia única. Entre los muchos restaurantes del vecindario, uno de mis favoritos es Costillas Al Carbón El Paisa. ¿Por qué? Primero, porque es un verdadero ícono local, sobreviviente desde 1975 (¡más de 50 años en la colonia!), y segundo, porque su oferta para las y los amantes de la carne es simplemente irresistible.

Como su nombre lo indica, las costillas al carbón son las estrellas del menú. Se trata de una costilla y media asada a la perfección, acompañada de nopales, papas a la francesa y cebollas cambray. Si prefieres algo diferente, también puedes pedirlas acompañadas de un huarache. Pero si no eres fan de las costillas, no te preocupes, el menú es muy variado. Puedes optar por una deliciosa arrachera, cecina, tampiqueña o elegir entre cortes como picaña, T-Bone, Rib-Eye o Cowboy.

Si no te atraen las costillas ni los cortes, también puedes disfrutar de una buena selección de sopas, entradas, ensaladas y alambres, además de tacos y otros platos fuertes que te harán comer bien sin que tu bolsillo se resienta. Por ejemplo, puedes comenzar con un Mole de Olla, Carne en su Jugo, Sopa Azteca o un Chile Relleno de queso. Como plato principal, te recomiendo probar el Alambre de la Casa, de Pastor, Pollo o Arrachera. Si eres fan del pollo, tienes opciones como las enchiladas, la milanesa o el pollo Josper. Y si te queda espacio, puedes rematar con un taco, un choriqueso, frijoles de la olla o unas papas a la francesa.

Costillas Al Carbón El Paisa es un pequeño paraíso carnívoro donde, incluso quienes no son tan aficionados a la carne, pueden encontrar opciones deliciosas a precios justos. ¿Es un lugar de precios bajísimos? No, pero tampoco es excesivamente caro. Por menos de $300 pesos puedes disfrutar de una comida satisfactoria, y si decides consentirte, por un poco más puedes comer como un rey o una reina. Además, el servicio es excelente: son muy amables y siempre te hacen sentir como en casa.

Así que, si estás buscando un lugar donde comer bien, en un ambiente relajado y con un gran servicio, definitivamente vale la pena visitar Costillas Al Carbón El Paisa y celebrar con ellos más de 50 años de tradición en la Nueva Santa María.

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Dirección:
 Clavelinas #124, Nueva Santa María, Ciudad de México, CDMX
Horario: Lunes a domingo de 9:30 a 21:30 hrs.
Costo por persona: De $250 a $350 pesos
Instagram: instagram.com/costillaselpaisamx
Facebook: facebook.com/CostillasElPaisa

La Pitaya, auténtica comida yucateca en la Colonia Vallejo

No puedo recordar quién fue la persona que me habló de La Pitaya, o si me lo topé por casualidad en Google, pero a quien haya sido, ¡solo quiero decirle gracias! Gracias por despertarme la curiosidad de ir hasta la colonia Vallejo para descubrir este pequeño changarro yucateco, sin tener que viajar tan lejos. Gracias por hablarme de un rinconcito donde sirven auténtica comida yucateca, con precios súper accesibles y un servicio que te hace sentir como en casa.

La Pitaya es un local chiquitito, escondido en la esquina de Tetrazzini y León Cavallo (o Leoncavallo), que fácilmente podría pasar desapercibido si no fuera por la modesta lona que anuncia el nombre y por las dos mesitas en la banqueta, listas para recibir a los y las comensales aventurerxs. Si te asomas, te vas a encontrar con tres o cuatro mesitas más, un refrigerador con bebidas y, al fondo, una pequeña barra que conecta directo con la cocina. Un lugar sencillo, sin pretensiones, pero con lo necesario para que comas delicioso y sin gastar de más.

Como buen restaurante yucateco, la reina absoluta de la casa es la cochinita pibil. Puedes pedirla en tacos, tortas (o barras, como les dicen aquí), molletes, panuchos o salbutes. Y ojo, porque en el tema de las tortas tienen opciones interesantes: está la clásica de cochinita, pero también hay una Especial, con mantequilla clarificada y deslactosada (pura indulgencia); o la Barra Caribeña, que combina frijoles, plátano y cochinita. Y hablando de antojitos, tienen dos tipos de panuchos: el tradicional, con lechuga, pepino, jitomate y aguacate; y el chilango, que viene sin verdura, porque así nos gustan las cosas en la capital.

Pero como no solo de cochinita vive el yuca, en La Pitaya también tienen carne ahumada, preparada con la receta tradicional de Temozón, Yucatán, y unas manitas pibil que son, según dicen, la especialidad de la casa. Si te late el antojo más casero, puedes pedir un tamal yucateco (también llamado vaporcito) con filete de puerco, pechuga de pollo y una salsita de masa con jitomate frito. Y si llegas con ganas de desayuno, te esperan unos épicos huevos motuleños, o huevos con longaniza de Valladolid ahumada, o hasta huevos con chorizo negro o con chaya.

Eso sí, los fines de semana se pone mejor porque sacan joyitas como los lomitos de Valladolid, que puedes pedir en orden o en taco. Además, hay platillos sorpresa que aparecen de vez en cuando, como la sopa de lima, lechón, recado negro, puchero o el clásico frijol con puerco. Y para acompañar, nada como un taxcalate, agua de xilacayote o un agua de chaya, perfectos para refrescarte.

Pero más allá de la increíble sazón, lo que realmente hace especial a La Pitaya es el servicio. Siempre te recibe y atiende el propio chef y dueño, que no solo te recomienda lo mejor del menú, sino que se toma el tiempo de explicarte cada platillo con todo el amor que le tiene a su cocina.

Así que, si andas en busca de un lugar donde comer auténtica comida yucateca, sin gastar una fortuna y con la mejor atención, lánzate a la colonia Vallejo y date el gusto de visitar La Pitaya. Te prometo que no te vas a arrepentir.

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Dirección:
 Tetrazzini #295, Colonia Vallejo, Ciudad de México, CDMX (el local está sobre Berlin)
Horario: Martes a domingo de 9:00 a 15:00 hrs.
Costo por persona: Menos de $250 pesos

Caldos de Gallina y Huaraches El Único, un apapacho gastronómico en la Colonia Pro-Hogar

Hace no mucho me salió un TikTok de una persona, en la Condesa, que iba a tener un evento especial donde venderían Tlacoyos de haba con nopal en sesenta pesos; claro, decía que era maíz nixtamalizado y que quería ser justo con la cocinera que los estaría preparando. Y, aunque eso explica bien por qué los vendería caros, la realidad es que él se llevaría una buena comisión para pagar los gastos de su tienda de artesanías para turistas. Además, la realidad es que, si te sales de la zona centro del antiguo Distrito Federal y te adentras en las colonias y barrios más populares, lo más seguro es que encontrarás este tipo de garnachas, a precios muchos más accesibles y asegurando el comercio justo. Un ejemplo de esto es Caldos de Gallina y Huaraches El Único, en el mero corazón de la Colonia Pro-Hogar.

Pancita

El Único se encuentra justo frente al Mercado de la Pro-Hogar, y si vas en fin de semana, es probable que te encuentres con una pequeña fila de personas esperando desde antes de que abran el lugar. ¿Y qué tiene de especial? Pues al igual que en la tienda fina de la Condesa, aquí te preparan tus Huaraches con maíz nixtamalizado y, a diferencia de aquél otro lugar, los elaboran al momento rellenándolos con frijoles y cubriéndolos con salsa verde y/o roja, queso y el o los ingredientes que más se te antojen. Por si fuera poco, también tienen Caldos de Gallina sencillos o con la pieza que más te guste de la gallina y los fines de semana también una reconfortante Pancita, pa’bajarte la cruda o el frío.

Huarache de Quesillo con Chorizo

Pero hablemos un poco más de los Huaraches. La verdad es que son huaraches grandes y gruesos, por lo que uno es suficiente para quedar satisfechx. Pero eso no es todo, puedes pedirlo sencillo (solo con salsa y queso rallado), o pedir que le pongan huevo, costilla, quesillo, pollo, jamón y/o chorizo. ¡Hay para todos los gustos! En lo personal, yo recomiendo pedirse un Caldito de Gallina y un Huarache, que es más que suficiente; pero si te queda un huequito, también puedes pedirte una quesadilla de queso. ¿Y pa´tomar? Pues vale la pena que preguntes por las aguas frescas del día, o puedes echarte un Boing o un Refresco.

Huarache Sencillo

En cuanto al lugar, se puede decir que es un lugar sencillo. Desde afuera puedes ver una vitrina donde tienen la gallina ya cocida, junto a un enorme comal donde asan y fríen tus Huaraches. Mientras que, en los dos pequeños salones, encontrarás unas cuantas mesas sencillas donde podrás sentarte con tu familia o, si escoges una de las grandes y llega gente, podrás compartirla con vecinxs de la zona que pasaron a comer a El Único. Un lugar sencillo, pero con todo lo necesario para comer rico y basto, sin gastarte una fortuna.

Caldo de Gallina Sencillo

Así que, si andas cerca de la colonia Pro-Hogar, al norte de la CDMX, o si solo tienes antojo de echarte unos deliciosos huaraches y caldos de gallina, vale mucho la pena que te des una vuelta por El Único y disfrutes de las delicias chilangas sin gastar mucho dinero.

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Dirección: Calle 21 #218, Colonia Pro-Hogar, Azcapotzalco, Ciudad de México, CDMX (Dentro del Mercado Granada 55)
Teléfono: (55) 9499 4352
Costo por persona: Menos de $200 pesos
Horario: Lunes a domingo de 9:30 a 18:30 hrs.

Frutería y Lonchería Ojo de Agua, tacos, tortas y algo más al norte de CDMX

Si te digo que existe un lugar llamado Ojo de Agua donde puedes comprar frutas frescas, disfrutar de sándwiches y ensaladas, y deleitarte con un agua fresca preparada al momento, seguramente pensarás en ese restaurante fifí que ha conquistado las colonias más exclusivas de la Ciudad de México. Pero… ¿y si te dijera que ese restaurante es, en realidad, una versión gentrificada de una modesta lonchería del norte de la ciudad? ¿Me creerías? No solo tomaron la idea de vender frutas, ensaladas y aguas frescas, sino que también se apropiaron del nombre. Sí, hablamos de la Frutería y Lonchería Ojo de Agua, un lugar que lleva más de 60 años consintiendo a los y las vecinas de La Raza y Aragón con auténtica comida reconfortante.

Ubicada en la esquina de Clave y Vallejo, frente al Hospital La Raza, esta lonchería sencilla pero emblemática se ha ganado el cariño de la comunidad: vecinxs, familiares de pacientes, médicos, enfermeras y trabajadores de la zona. Sin lujos ni pretensiones, ofrece todo lo necesario para comer rico, rápido y a precios justos. Tres elementos que los llevaron a abrir otras dos sucursales hacia la zona de Aragón.

¿Qué hay en su menú? Una amplia selección que incluye tortas, tacos, guisados, sándwiches, ensaladas, jugos, licuados y aguas frescas, además de botanas, frutas picadas y cócteles de fruta. Al abrir la carta, lo primero que encontrarás son sus tortas, que abarcan desde las clásicas de jamón o milanesa hasta combinaciones más elaboradas como cecina, atún o pastor. También tienen tacos de todo tipo, desde cabeza y suadero hasta lengua y machitos, servidos en tortilla de maíz o harina. Y si te gustan los guisados, las cazuelas de queso con proteínas como arrachera o pollo son una excelente opción para armar tus propios tacos.

Además, destaca su variedad de frutas frescas, que puedes pedir en cócteles, jugos, licuados o aguas frescas personalizadas. Si buscas algo especial, prueba la Torta La Deliciosa, con milanesa, salchicha, queso panela y manchego, acompañada de jitomate, cebolla, jalapeño encurtido y aguacate. Aunque no es muy grande, su sabor es espectacular. También recomiendo la Carnequeso, una cazuela de arrachera y queso servida con tortillas de harina, guacamole y chiles toreados; ideal para compartir o armar tacos al gusto. Y si visitas por la mañana, no te pierdas los chilaquiles, molletes o un cóctel de frutas frescas acompañado de un jugo tropical.

En Frutería y Lonchería Ojo de Agua no solo encontrarás comida rica para disfrutar en el momento, sino también opciones para llevar a casa, como frutas y botanas. Es inevitable comparar este lugar con el Ojo de Agua de Polanco o Artz Pedregal, pero mientras aquellos buscan ser gourmet y aspiracionales, este sigue siendo auténtico y cercano. Según se cuentan, el dueño original falleció hace algunos años, y el negocio se dividió entre sus hijos: uno continuó con la esencia original, mientras que el otro se asoció con una empresa para transformar el concepto en algo más exclusivo, abriendo los lugares más elegantes.

Con su historia, tradición y un menú que satisface a todos los paladares, Frutería y Lonchería Ojo de Agua es un recordatorio de que lo sencillo y auténtico siempre tendrá un lugar especial en el corazón (y el estómago) de quienes buscan calidad y sabor. Así que, la próxima vez que estés cerca de La Raza o Aragón, date la oportunidad de probarlo; es un viaje directo al sabor y la calidez de las loncherías de antaño.

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Costo por persona: De $200 a $300 pesos
Página Web: fruteriayloncheriaojodeagua.my.canva.site
Facebook: facebook.com/p/Ojo-de-Agua-Fruter%C3%ADa-y-Loncher%C3%ADa-100063924320544/

Sucursal Vallejo
Dirección:
Clave #444, Colonia Vallejo Poniente (esquina con Vallejo)

Sucursal Aragón
Dirección:
Av. San Juan de Aragón #310, esq. Eduardo Molina, Colonia Costitución de la República

Sucursal Nueva Atzacoalco
Dirección:
Avenida 303 esquina Calle 310, Colnia Nueva Atzacoalco

Café Kelebek, las delicias de Turquía en Tlatelolco

Descubrí el Café Kelebek gracias al Metrobús. Cada vez que tomaba la Línea 3 y pasaba por Tlatelolco, justo a la altura del puente rojo —el primer puente peatonal en el Distrito Federal—, alcanzaba a ver una pequeña bandera turca pintada junto a un rótulo que decía “Café Kelebek“. ¿Un café turco en pleno Tlatelolco? Definitivamente tenía que conocerlo. Así que, un sábado con tiempo libre, decidí tomar el Metrobús, bajarme en la estación Tlatelolco y caminar por los locales que están sobre Guerrero, en dirección sur. Llegué al puente rojo, lo crucé, tomé algunas fotos de la vista y, al descender, caminé unos metros más hasta llegar al Café Kelebek.

El lugar era tan sencillo como lo imaginaba, pero acogedor y bien equipado para disfrutar de un buen café. Una larga barra donde preparan las bebidas y alimentos, tres o cuatro mesas sencillas, un pequeño rincón con bisutería turca a la venta, y pantallas que proyectaban música turca moderna a un volumen ideal para la conversación.

En un pizarrón detrás de la barra se podía leer la oferta de bebidas: Café Turco, Té Turco, Té con Leche, Café Americano y Capuccino. Otro menú mostraba los paquetes de desayunos, con opciones como el Türk Kahvaltisi, el Pozanti, el Adana Yumurtalari y el Özel. Además, tenían un menú especial con comida turca casera: Dürum, Manti, Köfte, Lahmacun, Pide y Mercimek Salatasi, entre otros platillos que prometían transportar a Turquía en cada bocado.

Como ya había comido, pedí un Café Turco y me senté en una de las mesas junto a un sartén con arena caliente, donde tenían dos cafeteras turcas o cezve. Como dato curioso, el café turco se prepara tradicionalmente en un cezve, una pequeña jarrita de cobre que se llena con café y agua. Se calienta en arena muy caliente para mantener una temperatura uniforme, logrando un sabor único. Poco después, me sirvieron un plato con mi café turco, un vasito de agua y una media luna rellena con cubitos blancos que parecían dulces. Los probé con algo de desconfianza y descubrí que eran Lokum, también conocido como delicia turca: un dulce gelatinoso típico de Turquía y otras regiones del Medio Oriente. Me explicaron que el Lokum es el maridaje perfecto para el café turco, y tenían toda la razón: su dulzura balanceaba a la perfección la intensidad del café.

Para acompañar mi café, quise probar algún postre típico, pero lamentablemente ya se habían agotado. En su lugar, me ofrecieron un Flan de Café que resultó ser una auténtica delicia. Cremoso, con un sabor exquisito que mezclaba el caramelo y el café, era la combinación perfecta para cerrar la experiencia con broche de oro.

Aunque no tuve la oportunidad de probar más platillos del Café Kelebek, salí feliz y con ganas de regresar. En un mundo donde los lugares auténticos a veces ceden ante lo comercial, encontrar un café turco sencillo pero lleno de esencia es un verdadero hallazgo. Si buscas un sitio tranquilo, ideal para leer un libro, disfrutar una buena charla o simplemente deleitarte con un café turco bien preparado, Café Kelebek es el lugar perfecto. Definitivamente, regresaré para explorar más de su menú y sumergirme de nuevo en la magia turca en pleno corazón de Tlatelolco.

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Dirección:
 Guerrero #325, Tlatelolco, Ciudad de México, CDMX
Horario: Lunes a domingo de 9:30 a 20:00 hrs.
Costo por persona: Menos de $200 pesos
Facebook: facebook.com/profile.php?id=100087763647519
Instagram: instagram.com/cafe_kelebek

Morocho Smoke & Grill, un paraíso para lxs amantes de la carne ahumada en la Nueva Santa María

¿Eres fan de la carne? Entonces sigue leyendo, porque voy a hablarte de un pequeño paraíso escondido para las y los amantes de la carne. Imagínate un lugar donde la carne se cocina al humo durante catorce horas, quedando tan suave que se deshace en tu boca y rebosante de sabor. ¿Ya se te antojó? Entonces tienes que darte una vuelta por Morocho Smoke & Grill, un pequeño restaurante escondido en las calles de la colonia Nueva Santa María. Digo escondido, no porque sea un speakeasy, sino porque es un lugar pequeño y discreto en la calle Artemisa, lejos del bullicio comercial y restaurantero de la zona. Así que prepárate para buscarlo bien, porque vale la pena.

Ahora hablemos de lo que importa: la comida. Morocho Smoke & Grill se especializa en carne cocinada al humo durante más de medio día, a temperaturas muy bajas. Este método logra una textura increíblemente suave y mantiene los jugos de la carne, potenciando su sabor. Aquí encontrarás opciones como brisket, pulled pork, pork rib, pavo y salchicha, cada una con un sabor único y preparado con ingredientes naturales. Todo se elabora en casa, incluidas sus salsas artesanales, como la peculiar “Barbikiur” (su versión de la BBQ), cuyo sabor inigualable es razón suficiente para visitarlos.

Puedes pedir cualquiera de las carnes en una porción de 300 gramos, y viene acompañada de un bollo, salsa Barbikiur y pepinillos, además puedes pedir guarniciones como puré de papa, ensalada de col, mac & cheese o elote dulce. Si buscas algo más completo, el Sampler es ideal: incluye 100 gramos de brisket, pulled pork, pavo y salchicha, junto con 200 gramos de pork rib, dos bollos y una guarnición a elegir. ¿Prefieres un sándwich? Prueba el Sándwich Morocho, con pulled pork, salsa Barbikiur y ensalada de col; el Sándwich Cubano, con brisket, queso manchego y pepinillos caseros; o el Sándwich de Pavo, con queso manchego y pepinillos. Y no te puedes ir sin probar las Papas Morochas, bañadas en salsa, queso cheddar y brisket. ¡Una delicia que no te puedes perder!

Para acompañar, puedes optar por refrescos de la familia Coca-Cola, una refrescante Agua Morocha de un litro o una cerveza artesanal de la casa, perfecta para un maridaje ideal.

Morocho Smoke & Grill es más que un restaurante; es una experiencia culinaria para quienes saben apreciar el arte del ahumado. Así que si estás buscando sabores intensos, preparaciones caseras y un ambiente relajado, este es tu próximo destino. Ve con hambre, porque cada bocado vale la pena. ¡Y no olvides compartir tu experiencia con quienes aún no conocen este rincón gastronómico de la Nueva Santa María!

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Dirección:
 Artemisa #167, Nueva Santa María, Ciudad de México, CDMX
Horario: Martes a domingo de 13:00 a 22:00 hrs.
Costo por persona: De $200 a $300 pesos
Página Web: morocho.com.mx
Instagram: instagram.com/morocho.mx
Facebook: facebook.com/MorochoCDMX
TikTok: tiktok.com/@morochosmokeandgrill

Los Tacolotes, tacos de pastor, suadero y otros antojitos en la Nueva Santa María

Los años cuarenta marcaron una etapa crucial en el crecimiento y desarrollo del entonces Distrito Federal. Durante esta década se construyeron, o se finalizaron, varios de los grandes monumentos y edificios que hoy embellecen la ciudad, como la Diana Cazadora, el Monumento a la Raza, el Monumento a la Madre, el Cine Lido, la Casa Luis Barragán, la Ciudadela, y la Monumental Plaza de Toros México. Además, se trazaron y edificaron numerosas colonias al norte y sur de la ciudad, entre ellas la Nueva Santa María, un ejemplo de modernidad con sus casas de arquitectura colonial californiana y calles amplias adornadas con frondosos camellones.

Para los años cincuenta, la Nueva Santa María ya estaba completamente poblada, llena de locales y negocios que atendían las necesidades de sus habitantes. Aunque muchos de esos establecimientos han quedado en el olvido, algunos restaurantes han perdurado a lo largo del tiempo, abriendo sus puertas durante más de 70 años para satisfacer a nuevas generaciones. Uno de los más tradicionales es Los Tacolotes, una taquería de barrio que desde 1955 ha buscado ofrecer los auténticos sabores de México con un toque especial.

Al llegar a Los Tacolotes, un delicioso aroma a pastor te invita a entrar y buscar una mesa. Al cruzar la puerta, te recibirás con la vista de un enorme trompo de pastor que se cocina lentamente, esperando ser degustado. Una vez en tu lugar, te entregarán una extensa carta llena de opciones tentadoras. La variedad es sorprendente: arrachera, bistec, chuleta, costilla, pechuga, pastor y suadero son solo algunos de los protagonistas. Puedes disfrutar de estas carnes en diferentes presentaciones: tacos, gringas, volcantes, tacolotes en pan árabe, quesadillas, alambres, tortas o papa al horno.

Recomiendo comenzar con un queso fundido; porque, seamos honestxs, el queso es amor. Luego, no puedes dejar de probar un taco de pastor en tortilla de harina o una gringa, o aventurarte con un Tacolote, que combina bistec, pastor y queso en pan árabe. Con eso y el consomé de pollo que te ofrecen de cortesía, estarás más que satisfechx. Pero si tienes un gran apetito, o si vas en grupo y quieren compartir, la papa al horno es una opción ideal, ¡bastante grande y rellena de lo que prefieras!

Los Tacolotes es una taquería que ha conquistado el paladar de las y los vecinos de la Nueva Santa María y de muchxs otrxs que llegamos a la colonia solo para disfrutar de unos deliciosos tacos a precios accesibles. Aquí, cada persona puede encontrar un platillo que satisfaga su antojo sin tener que preocuparse por vaciar su bolsillo. Por todo esto y más, definitivamente vale la pena visitar Los Tacolotes y deleitarse con unos tacos de pastor, suadero o de lo que se te antoje.

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Dirección:
 Av. de los Maestros #542, Nueva Santa María, Ciudad de México, CDMX
Horario: Lunes a domingo de 13:30 a 22:00 hrs.
Costo por persona: Menos de $200 pesos
Página Web: lostacolotes.mx
Instagram: instagram.com/lostacolotes1
Facebook: facebook.com/lostacolotes

Tortas de Vallejo, tortas gigantes de lengua y otras delicias en La Raza

No cabe duda de que la gastronomía callejera mexicana cambió para siempre después de que a don Armando Martínez Centurión se le ocurriera vender teleras rellenas de diferentes ingredientes, por ahí de 1892. Más allá de si Don Armando inventó o no la torta, lo que sí podemos decir es que, que este señor bautizó al emparedado mexicano y lo popularizó en todo el país. De hecho, tras la ocurrencia de Armando, un gran número de personas empezaron a vender tortas en toda la capital e, incluso, en la zarzuela mexicana Las luces de los ángeles, de 1899, ya aparece un tortero como uno de los personajes. ¡Incluso José Vasconcelos afirmó vender tortas de pollo y sardina!

Entre las miles y miles y miles de torterías que existen hoy en día en la Ciudad de México, son muy pocas las que han logrado destacar, ya sea porque innovaron en su en los ingredientes o en la preparación de sus tortas. Y, entre las pocas torterías que han destacado una de las más legendarias al norte de la CDMX son las Tortas de Vallejo, mejor conocidas como las Tortas de la 7 o las Asquerosas de la 7. Ok… pero… ¿Qué tienen de especial las Tortas de Vallejo?

En Calle 7, justo en la esquina con Vallejo, y en la frontera entre Azcapotzalco y Gustavo A. Madero, se encuentra un pequeño puesto de lámina que, desde muy temprano tiene una larga cola de gente esperando su torta. Y es que, desde hace más de cincuenta años, las Tortas de Vallejo han servido tortas gigantes a precios más que accesibles. Pero no te vayas con la idea de que son tortas atascadísimas de todo tipo de ingredientes y que pesan más de tres kilos; no, simplemente son tortas con una o dos proteínas, pero bien atascadas de la proteína, y acompañadas de jitomate, aguacate y unos chiles encurtidos que están ¡pa’chuparse los dedos!

La especialidad de la casa es la lengua de cerdo confitada. Pero no, no es una lengua con caramelo, es una lengua cocinada en aceita a baja temperatura, casi como con las carnitas. ¿Torta de lengua? Sí, y déjame decirte que es una experiencia casi religiosa. ¡En ningún otro lugar podrás probar una torta como esta! Pero no solo de lengua vive el/la comensal, es por eso que, en Tortas de Vallejo o Tortas de la 7 también tienen tortas más tradicionales como la de milanesa (esta es una ganadora), la de pierna, jamón o salchicha con huevo, chorizo, quesillo, queso de puerco, cubana y suiza (tres quesos), entre otras.

Aunque las Tortas de Vallejo te las sirven en un puesto de lámina a pie de calle, si no quieres comer de pie o no quieres sentarte en la banqueta (o llevarte tu torta a casa), una vez que te entregan tu bolsa con tu torta, puedes pasar al local que tienen detrás de la tortería, para sentarte cómodamente mientras te echas tu torta. Una vez en local, podrás pedirte un agua fresca, un Boing o el refresco que más te guste. Eso sí, no puedes dejar de echarle chiles encurtidos a tu torta. Y lo mejor de todo, es que con una torta y un chesco terminarás completamente satisfechx.

Tortas de Vallejo, o Tortas de la 7, es un lugar ideal si andas en la zona de La Raza / Vallejo y buscas dónde echarte una torta rica y atascada por unos cuantos pesos. Definitivamente es un lugar con las 3 B’s (bueno, bonito y barato) para comer al norte de la CDMX.

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Dirección: Calle 7 #167, Colonia Porvenir, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: Menos de $200 pesos
Horario: Abierto las 24 horas