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Restaurantes un poquito más subidos de precio, pero a costos relativamente accesibles.

Giorella Ristorante, un rincón italiano en la Narvarte

Hubo una época en la que frecuentaba un restaurante de cecina sobre Obrero Mundial, en la colonia Narvarte. Si conoces la zona, sabrás que estacionarse puede ser un reto, aunque a menudo hay espacio sobre Heriberto Frías, pasando la calle Esperanza. Fue justo en esa calle donde, cientos de veces, dejé el coche frente —o muy cerca— de un pequeño restaurante italiano que, aunque discreto, siempre capturó mi atención. Confieso que el antojo de cecina siempre me ganaba, pero aquel local quedaba guardado en la memoria.

Un buen día, buscando algo diferente para comer y deseando romper la rutina, recordé aquel lugar y me encaminé sin pensarlo a Giorella Ristorante. Ya había pasado un buen tiempo desde mi última visita a la zona, y debo decir que el restaurante me sorprendió gratamente. Conservaba su aire sencillo, pero con una propuesta mucho más sólida: un espacio acogedor, cuidado hasta en los pequeños detalles, que ha evolucionado notoriamente desde la primera vez que lo vi hace unos siete u ocho años.

Giorella combina el encanto de un restaurante de barrio con el estilo de un bistró europeo: paredes de ladrillo expuesto, manteles vichy a cuadros y un gran espejo vintage que aporta calidez. En la parte exterior, cuentan con algunas mesas ideales para disfrutar del ambiente relajado de la colonia Narvarte, especialmente en días soleados.

El menú es variado y muy bien pensado. Para empezar, puedes pedir un calzone, unas patatine al forno (papas al horno), calamares fritos o carpaccio, ya sea de res o de salmón. También es altamente recomendable probar una de sus pizzas, que van desde las clásicas italianas —Margherita, Diavola, Bolognesa— hasta opciones contemporáneas como la de tres quesos, Regina o Capriccio.

¿Te quedó un huequito? Entonces prueba alguna de sus pastas frescas: pomodoro, alfredo, carbonara, pesto… hay para todos los gustos. También puedes optar por platos fuertes como la milanesa napolitana, el pollo ripieno o una jugosa arrachera. Para quienes no pueden vivir sin pan, hay paninis deliciosos. Y para cerrar con broche de oro, no te vayas sin probar su pavlova o la clásica panna cotta.

Giorella Ristorante es de esos lugares que te hacen sentir como en casa, con comida reconfortante y un ambiente relajado que invita a quedarte un rato más. Ya sea que busques una cena romántica, una comida familiar o simplemente algo distinto para romper la rutina, este rincón italiano en la Narvarte merece un lugar en tu lista de favoritos. La próxima vez que pases por Obrero Mundial, dale una oportunidad a Giorella: no solo te va a sorprender, te va a conquistar.

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Dirección:
 Heriberto Frías #204, Narvarte Poniente, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: de $300 a $500 pesos
Horario: Domingo a martes de 13:00 a 22:00 hrs.., miércoles a sábado de 13:00 a 23:00 hrs.
Página Web: giorellaristorante.com
Facebook: facebook.com/giorellaristorante
Instagram: instagram.com/giorellaristorante

Alingo Lingo, un rincón de sabores y cultura de la Costa Chica de Guerrero en Lindavista

Alingo Lingo es una canción escrita por Álvaro Carrillo que retrata un conflicto territorial entre los pueblos de Juchitán y Huehuetán, ocurrido alrededor de 1916. Con el tiempo, esta melodía se convirtió en uno de los himnos más populares de la Costa Chica de Guerrero, al punto de formar parte del imaginario colectivo de la región. Su estribillo resume el conflicto con un tono juguetón: “Juchitán y Huehuetán andan peleando terrenos; Juchitán dice ‘ganamos’, Huehuetán dice ‘veremos’”.

Hoy existen múltiples versiones de la canción, siendo quizás la más reconocida la que interpretó Óscar Chávez en 1978.

Aunque el significado exacto del título “Alingo Lingo” es un misterio, se sabe que el término proviene de un baile chileno que data de 1822. Llegó a las costas de Guerrero en 1848, cuando los migrantes chilenos que se dirigían a California durante la fiebre del oro hacían escala en esa región. Más allá de su origen, Alingo Lingo —como canción, palabra e incluso baile— se ha arraigado profundamente en la identidad cultural de Guerrero.

Y si quieres experimentar la cultura y gastronomía de la Costa Chica sin salir de la CDMX, debes conocer la Barbachería Alingo Lingo.

¿Qué es una Barbachería?

Tal como su nombre indica, una Barbachería es un establecimiento especializado en preparar y vender barbacoa. En la Barbachería Alingo Lingo, la barbacoa es la estrella del menú: puedes pedirla por kilo, en orden, tacos, tortas o quesadillas.

Pero eso no es todo. La oferta culinaria incluye platillos típicos de Guerrero como el pozole blanco o verde —este último “va calado y va garantizado”—, picaditas acapulqueñas, chalupitas tixtlecas, pancita y tuétanos asados, servidos en sopes o por orden.

Maridaje con chilate o cerveza artesanal

¿Sabes qué hace aún más especial a Barbachería Alingo Lingo? Aquí puedes maridar tus antojitos guerrerenses con una bebida tradicional de la Costa Chica: el chilate, preparado con cacao, arroz, canela y azúcar. También puedes optar por una cerveza artesanal, nacional o importada, bien fría.

Un rincón guerrerense en el corazón de Lindavista

La Barbachería Alingo Lingo se ubica en una de esas casas adaptadas para negocios sobre Avenida Sierravista, en el corazón de Lindavista. El restaurante ocupa lo que fue un gran patio, ahora techado y decorado como si se tratara de una fiesta popular en Juchitán: sencillo pero acogedor, con todo lo necesario para transportarte sensorialmente a un pueblo de la Costa Chica… sin salir del extinto Distrito Federal.

Ya sea que vayas por nostalgia, curiosidad o puro antojo, la Barbachería Alingo Lingo es mucho más que un lugar para comer: es una experiencia cultural que reúne historia, música, tradición y sabor en cada platillo. Un pedacito de la Costa Chica que se saborea con cada taco y se baila en cada sorbo de chilate. Así que la próxima vez que quieras un viaje sensorial sin salir de la ciudad, ya sabes a dónde ir: Alingo Lingo.

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Dirección:
 Sierravista #250, Lindavista, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: de $300 a $500 pesos
Horario: Martes a jueves y domingos de 9:00 a 17:00 hrs., viernes y sábado de 9:00 a 21:00 hrs.
Página Web: barbacheriaalingolingo.com
Facebook: facebook.com/BarbacheriaAlingolingo
Instagram: instagram.com/barbacheriaalingolingo

El Mesón del Cid, un viaje a la España Medieval en el Centro Histórico de CDMX

¿Te gustaría viajar al pasado y conocer la España medieval sin necesidad de una máquina del tiempo? No necesitas un DeLorean con condensador de flujo, solo dirigirte a la calle de Humboldt, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, donde se encuentra El Mesón del Cid, un impresionante restaurante español que parece salido de un cuento de castillos y caballeros.

Desde el momento en que te acercas, la experiencia comienza: el edificio, con sus altos muros de piedra, recuerda a las antiguas fortalezas españolas. Al cruzar la puerta, te reciben armaduras medievales que decoran el interior, junto con un patio empedrado y enormes vitrales que te transportan directamente a otro tiempo. Es como entrar a un castillo en pleno siglo XXI.

¿Qué se come en El Mesón del Cid?

¿La comida es medieval? Sí… pero no exactamente. Aunque se conoce poco sobre la gastronomía medieval española, se sabe que fue una mezcla fascinante de tradiciones cristianas, judías y árabes. Ingredientes como el pan, las especias y la carne eran fundamentales, aunque esta última estaba reservada para las clases altas.

En El Mesón del Cid, puedes probar algunos platillos inspirados en esa época, como el lechón al horno o el estofado de jabalí al romesco con piñones. Pero también encontrarás una variedad de recetas tradicionales de la cocina española más reconocida, como:

  • Cocido madrileño (¡súper recomendado!)
  • Caracoles a la riojana
  • Morcilla
  • Pulpo a la gallega
  • Gazpacho andaluz
  • Bacalao pil-pil
  • Róbalo a la koxkera
  • Chipirones en su tinta
  • Cordero estilo Burgos
  • Fabada asturiana

Una carta sencilla pero auténtica, perfecta para un festín digno de reyes y reinas.

Uno de los mayores atractivos de este restaurante es su compromiso con la tradición. Por ejemplo, si vas en grupo o con tu familia y pides un lechón completo, vivirás el ritual segoviano del cochinillo: el platillo se trincha (corta) con un plato en lugar de cuchillo, mientras se recitan frases tradicionales, y al final… ¡el plato se rompe contra el suelo!

Y si quieres una experiencia aún más inmersiva, no te pierdas sus noches medievales. En estas veladas, el restaurante se transforma para ofrecer un menú temático con vino servido en porrón y un espectáculo lleno de música, malabaristas, magia, juglares, danza árabe y mucho más. Te sentirás como parte de la corte de un antiguo reino, pero en pleno corazón de la CDMX.

El Mesón del Cid abrió sus puertas el 28 de octubre de 1972, siendo el primer restaurante de cocina española ortodoxa en la Ciudad de México. ¿Qué? Debes saber que, hasta ese momento, la mayoría de los restaurantes ofrecían versiones adaptadas al gusto mexicano. Desde sus inicios, contó con el respaldo de Cándido López Sáez, el renombrado Mesonero Mayor de Castilla, famoso por su propio restaurante en Segovia, España.

Y como toque artístico, los tres vitrales que decoran los arcos del restaurante fueron elaborados por el maestro vitralista Don José de las Peñas, curador de los vitrales de la Catedral de León.

Visitar El Mesón del Cid no es solo salir a comer, es vivir una experiencia inmersiva en la historia, el arte y la gastronomía de la España medieval sin salir del Centro Histórico de la Ciudad de México. Ya sea que vayas por curiosidad, por antojo de un buen lechón o para celebrar una ocasión especial en sus famosas noches temáticas, este restaurante te ofrece una mezcla única de sabor, tradición y espectáculo. Así que ya lo sabes: si buscas un lugar donde cada comida cuente una historia, El Mesón del Cid es una parada obligada en tu recorrido gastronómico por la CDMX.

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Dirección: Humboldt #61, Centro Histórico, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: De $300 a $500 pesos
Horario: Domingo y lunes de 12:00 a 18:0 hrs., martes a sábado de -12:00 a 22:30 hrs.
Página Web: mesondelcid.com.mx
Instagram: instagram.com/mesondelcid
Twitter: x.com/meson_del_cid

Chingu, el restaurante de street food y BBQ coreana de la Condesa que vale la pena conocer

Desde que nos conocimos, ella prometió llevarme al mejor restaurante coreano de la CDMX —o al menos, a su favorito—. Pero entre una cosa y otra, nunca habíamos encontrado el momento para ir. Cuando por fin lo íbamos a lograr, nos enteramos de que el lugar había cerrado. Ya con el antojo encima, empezamos a buscar opciones de comida coreana en la ciudad, pero queríamos algo distinto a los clásicos de la Zona Rosa.

Fue así como descubrimos Chingu Korean BBQ & Street Food, un restaurante de comida callejera coreana y Korean BBQ escondido en uno de los edificios más nuevos de la Condesa. Nada que ver con las franquicias internacionales que últimamente han invadido la ciudad: este lugar tiene un encanto propio y auténtico.

Al llegar a la dirección indicada, subes unas escaleras eléctricas hasta un mezanine donde te recibe Chingu Korean BBQ & Street Food. En el salón principal, como en todo restaurante de BBQ coreano, hay mesas con una parrilla al centro y tubos extractores que bajan desde el techo. Pero como éramos solo dos, nos llevaron a una terraza súper agradable, rodeada de plantas y con una moderna barra de bebidas que da justo en el clavo para quienes buscan un spot con buena vibra en la Condesa.

Al escanear el código QR del menú, nos encontramos con varias secciones: entradas, sopas y fideos, arroces, platillos principales, pollo frito estilo coreano, guarniciones y, por supuesto, K-BBQ. Esta última incluye cortes de cerdo y res marinados que te llevan crudos a la mesa para que los cocines al gusto. Hay opción de pedir a la carta o en modalidad All You Can Eat, con todos los cortes de carne (seleccionados) y arroz que puedas comer durante dos horas.

Nosotros teníamos un antojo feroz de pollo frito coreano, así que empezamos por ahí. Pedimos el pollo frito con salsa Enchilado, uno de los seis tipos de marinados disponibles (hay desde dulces hasta picantes). También probamos dos platos para compartir: el Chingu Soba, fideos con crema, togarashi (mezcla de especias japonesas) y verduras salteadas; y el arroz frito con kimchi y pork belly, que venía con huevo estrellado y una combinación de sabores intensos, picantes y umami.

Todo lo acompañamos con una cerveza bien fría, porque con este calor, no hay mejor maridaje.

¿Vale la pena Chingu Korean BBQ & Street Food?

La verdad, sí. Todo estaba delicioso y aunque las porciones no son enormes, son suficientes para quedar satisfechx. El servicio es cálido y amable, algo que se agradece mucho en un restaurante de este estilo. ¿El precio? Gastamos alrededor de $400 pesos por persona, lo cual me pareció justo por la calidad, el sabor, el ambiente y la experiencia en general. De hecho, en la mesa de al lado pidieron tocino para cocinar al centro, arroz blanco y una sopa ramyeon para compartir, lo que también es una opción rica y económica.

Chingu Korean BBQ & Street Food es una gran opción si buscas un restaurante coreano diferente en la CDMX, lejos de lo común y con propuestas auténticas de comida de inspiración callejera y Korean BBQ. Si te encanta explorar sabores y rincones nuevos en la ciudad, agrégalo a tu lista.

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Dirección: Av. Sonora #46, Colonia Roma Norte, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: De $300 a $500 pesos
Horario: Martes a sábado de 13:00 a 23:00 hrs. y domingo de 13:00 a 22:00 hrs.
Página Web: grupomidam.com/restaurante/chingu
Instagram: instagram.com/chingu.kdmx

La Secina, un paraíso de cecina, tlayudas y mezcal en la Narvarte

¿Buscas un rincón en la Narvarte donde puedas olvidarte del estrés de la oficina y deleitarte con algo más que una comida rápida? Pues sobre Obrero Mundial, hay un lugar que parece pequeñito por fuera, pero que dentro es un auténtico paraíso para las y los amantes de la buena comida (y de la cecina, por supuesto). ¡Bienvenidxs a La Secina, donde los tacos y las tlayudas se sirven con una generosa dosis de sabor, y lo mejor de todo, a precios que no te harán quedarte sin quincena!

Desde que entras, lo primero que te recibe es el comal humeante de la semi cocina abierta, donde preparan casi todo lo que vas a comer. Y si te atreves a pedir algo más fuerte que un taco, no dudes en explorar su barra, que, además de ofrecer tragos y cócteles, te tiene una buena variedad de aguas frescas de diferentes frutas que puedes mezclar.

El menú está cargado de cecina en todas sus versiones: natural, enchilada, a la plancha… ¡es una locura! Si eres de los que se emociona con un buen guacamole, o si lo tuyo son los chapulines, tienes que pedir una orden (que viene con una buena porción, por si andas con mucha hambre) y preparar unos tacos de chapulín con guacamole. Si prefieres un plato fuerte, los sopes de cecina o los tacos son la elección segura, pero no te vayas sin probar la tlayuda, que es el alma de este lugar. Y si eres un(a) indecisx (no pasa nada, todos lo somos de vez en cuando), mejor pide cecina mixta y mata dos pájaros de un tiro.

A la hora de acompañar la comida, nada como una Caminero (una cerveza mezclada con mezcal) que te deja con ese sabor ahumado de los buenos mezcales. Pero si prefieres lo clásico, un mezcal o tequila directo también hacen maravillas. Y, para el toque final, el flan casero o el pay helado de limón son como la cereza en el pastel, ¡aunque aquí es más bien un pay!

Lo que más se agradece de La Secina es que, además de comer delicioso, no te va a hacer sentir como si hubieras gastado todo tu sueldo en una sola comida. Aquí, lo que es rico, también es justo.

La Secina es un homenaje a la tradición mexicana, con ingredientes frescos que vienen de todo México: desde la cecina de Yecapixtla hasta los chapulines o las tlayudas de Oaxaca. Y sí, todo lo que comes, está hecho con mucho amor, por productores que cuidan cada detalle.

Así que, si estás buscando un lugar para relajarte con buena comida, mezcal y el mejor ambiente, ya sabes dónde ir. Ya sea con tus amigxs, tu familia o tu pareja (¡o incluso contigo mismx!), La Secina te va a dejar con una sonrisa y el estómago feliz.

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Dirección:
 Obrero Mundial 305, Narvarte Poniente, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: de $300 a $500 pesos
Horario: Martes a jueves de 13:00 a 23:00 hrs., viernes y sábado 13:00 a 1:45 hrs., domingo de 13:00 a 19:00 hrs.
Facebook: facebook.com/La-Secina-1551209341768456
Instagram: instagram.com/lasecina
Twitter: twitter.com/lasecinadf

La Mano Jardín, un oasis de café, cocina de humo, cultura y naturaleza en Coyoacán

Hay días en los que todo lo que queremos es escapar del caos y simplemente disfrutar una tarde rodeada de naturaleza. Pero vivir en una ciudad como la CDMX, con su tráfico incesante, el estrés cotidiano y la escasez de espacios verdes, puede dificultar ese anhelo. A veces, ni siquiera es posible darnos una vuelta al Desierto de los Leones para respirar aire puro, desconectar un rato y cerrar el día con una garnacha bien merecida.

Sin embargo, entre las calles adoquinadas de Coyoacán, muy cerca de la Fonoteca Nacional, se esconde un pequeño oasis que parece inmune al bullicio citadino: La Mano Jardín. Este encantador espacio cultural ofrece un jardín acogedor donde puedes tomar café de especialidad, disfrutar un pan dulce o dejarte conquistar por la cocina de humo tradicional mexicana. Sí, todo se prepara con fuego de leña, en comales y ollas, como se hacía antes… y el resultado es absolutamente delicioso.

¿Qué puedes comer en La Mano Jardín? Si vas en la mañana, el desayuno incluye clásicos mexicanos con un toque especial: chilaquiles, enfrijoladas, enmoladas, huevos al albañil, huevos rancheros y hasta un omelette de huitlacoche. Todo esto se puede acompañar con pan dulce mexicano y una excelente taza de café. Y si tienes suerte (y es fin de semana), no te pierdas el atole de pinole.

Para la comida o la cena, el menú ofrece entradas como sopecitos, tetelas, quesadillas de papa o huitlacoche, esquites y tacos (de cochinita o rajas, por ejemplo). También hay sopas como la de frijol o el fideo seco, huaraches de nopales con pollo y tamales caseros. Como platos fuertes, el mole negro con costilla, el mole blanco con pollo, el pipián prehispánico, el estofado de res y el espagueti en flor de calabaza son algunos de los imperdibles. Eso sí, el menú cambia con frecuencia, así que cada visita puede traerte una nueva sorpresa culinaria.

Más allá de la comida, lo que hace especial a La Mano Jardín es el entorno: un jardín amplio, lleno de sombra natural y mesas bien distribuidas que ofrecen una experiencia casi privada, como un pequeño día de campo en medio de la ciudad. Además, aquí también se organizan eventos culturales, hay una tienda con ropa y artesanías, y, si te enamoras del lugar (lo cual es probable), puedes rentarlo para eventos privados.

Ya sea para desayunar bajo los árboles, leer un libro mientras tomas un café o disfrutar una cena con sabor a tradición, La Mano Jardín es una escapada perfecta sin salir de la ciudad. Un rincón tranquilo y sabroso que te invita a desconectarte del ritmo acelerado y reconectar contigo mismx.

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Dirección:
 Francisco Sosa #363, Santa Catarina, Coyoacán, Ciudad de México, CDMX
Horario: Domingo a martes de 8:00 a 20:00 hrs., miércoles a sábado de 8:00 a 22:00 hrs.
Costo por persona: De $300 a $500 pesos
Página web: culturalamano.com
Instagram: instagram.com/lamano_jardin
Facebook: facebook.com/culturalamano

Eline, un paraíso gastronómico escondido en la Del Valle

No sé por qué aquella vez pasamos por la calle de Pilares, en la Colonia del Valle, pero gracias a eso descubrimos que acababan de abrir lo que parecía ser un pequeño —pero eleganterestaurante en un local que llevaba un buen rato abandonado. Estaba casi al lado de una de las pizzerías más conocidas de la zona. Así que, aprovechando que el fin de semana estaríamos relativamente cerca, decidimos darnos una vuelta por el lugar recién inaugurado. Así fue como conocimos Eline.

Desde la entrada, Eline se siente distinto a otros lugares del rumbo. Una barra de bebidas elegante te da la bienvenida, y más al fondo, unos gabinetes que evocan los diners antiguos, pero con un giro sofisticado. Lo mejor viene después: un jardín amplio con mesas y sillones acomodados con mucho gusto, ideales para comer al aire libre sin preocuparte por el sol, gracias a los parasoles distribuidos estratégicamente. De entrada, quedamos encantadxs. El siguiente paso era conocer la carta, que nos entregaron junto con dos vasos de agua fresca y muy bienvenida.

El menú de Eline es breve, pero bien pensado. Perfecto para desayunar o comer rico y sin complicaciones. Si vas por la mañana, puedes disfrutar desde un tazón de frutas o unos waffles con pollo frito, hasta chilaquiles de la casa, enchiladas o distintas opciones de huevos: rancheros, shakshuka, benedictinos, entre otros. Eso sí, no te puedes ir sin probar su pan dulce y acompañarlo con un buen café. Si prefieres ir en la tarde, encontrarás una variedad apetitosa de sándwiches, sopas, ensaladas, tacos y platos fuertes más sustanciosos.

Los sándwiches son definitivamente los protagonistas de la carta. Hay opciones clásicas y sabrosas como el BLT, el Grilled Cheese (acompañado de su crema de tomate), el Croque Madame, el French Dip (con su jugo de carne) y el de Pollo Frito, entre otros. Todos están hechos con pan de caja artesanal de masa madre, tostado con una mantequilla especial de la casa que les da un sabor distintivo. Si prefieres los tacos, puedes elegir entre costilla, barbacoa de picaña, chicharrón norteño o cecina, todos servidos con tortillas de masa azul hechas a mano. Y si tienes antojo de algo más sustancioso, hay hamburguesas, rib eye, salmón en costra de semillas o risotto de hongos.

Queríamos probar todo, pero como solo éramos dos personas, tuvimos que contenernos. Empezamos con un fideo seco y una espectacular coliflor rostizada (va calada, va garantizada). Como plato fuerte, pedimos un French Dip y un Sándwich de Pollo Frito. Ambos estaban deliciosos, pero vale la pena destacar que el de pollo no es el típico que uno esperaría: viene tempurizado y con una costra de queso provoleta que lo hace memorable. El French Dip también fue una joya.

La verdad, la pasamos muy bien en Eline y nos quedamos con ganas de regresar para seguir explorando el menú. Todo lo que probamos estuvo rico, las porciones son generosas y los precios bastante justos: puedes comer muy bien, con todo y chela, por un promedio de $350 por persona. Además, el servicio fue atento, amable y relajado, lo que, sumado al ambiente tranquilo del jardín, hizo que la experiencia fuera más que agradable.

Eline es de esos lugares que te atrapan por su sabor y propuesta innovadora, pero sin pretensiones. Tiene sabor, encanto y una propuesta bien pensada que se siente fresca en una zona, lo que se agradece. Ya sea para un desayuno, una comida relajada o simplemente para darte un gusto, definitivamente vale la pena conocerlo y volver.

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Dirección: Pilares #46, Colonia Tlacoquemecatl del Valle, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: De $250 a $350 pesos
Horario: Martes a sábado de 88:00 a 22:00 hrs., domingo de 10:00 a 19:00 hrs.
Instagram: instagram.com/eline.rest

Wanwan Sakaba, un rincón de Japón en la Zona Rosa

En México, tendemos a pensar que el sushi y el yakimeshi son la comida tradicional del país del sol naciente. Y no solo eso, nos gusta creer que el sushi que comemos en los restaurantes japoneses que abundan en nuestras ciudades, con queso crema, fruta y chile, es el sushi que disfrutan las y los nipones. Sin embargo, no es así. Por un lado, el sushi que consumimos en México es el resultado de una mezcla entre la gastronomía Nikkei (de los emigrantes japoneses) y la mexicana, adaptado al gusto nacional. Y por otro, en Japón, el sushi no es tan común como creemos.

Sí, el sushi es originario de Japón, pero la realidad es que existen muchos otros platillos más populares y comunes entre las y los japoneses. Y para que podamos disfrutar de los deliciosos sabores de Japón más allá del sushi, en la Zona Rosa ha abierto Wanwan Sakaba, un restaurante que recrea la experiencia de un auténtico restaurante de barrio de Tokio, justo en las calles de la Ciudad de México.

Si llegas temprano y tienes suerte de que el lugar no esté aperrado, podrás entrar al salón principal, decorado con carteles y publicidades niponas. Este espacio está compuesto por una larga barra que da hacia la cocina abierta, para que puedas disfrutar de tu comida mientras ves cómo preparan tus platillos. Si no tienes tanta suerte, es probable que te toque el salón de arriba o la terraza, que aunque son agradables, no te envuelven tanto en el ambiente nipón. Eso sí, en cuanto entras al lugar, todo el personal te dará la bienvenida… justo como en las caricaturas.

La especialidad del lugar es el ramen, y lo ofrecen como tokusei, que se refiere a la especialidad gourmet del restaurante (es decir, que usan los insumos de más alta calidad). Así que vale mucho la pena probar sus diferentes platos de ramen: Nagahma Ramen, Stamina Miso Ramen, Vegi Miso Ramen y Abura Soba, entre otros. Pero si no tienes antojo de ramen, también puedes elegir entre una gran variedad de platillos nipones y orientales, como el pollo frito dulce, cerdo salteado, cerdo frito agridulce, bulgogi, Tteokbokki o el Oden-tang, entre otros.

Y si eres de buen comer, vale la pena que le eches un ojo al Teishoku, un menú que incluye gohan (arroz), sopa misoshiru, tsukemono (encurtidos japoneses), té verde y un guisado a elegir: Tori Ankake (pollo empanizado con salsa), Tori Karaage (pollo frito marinado), Tori Katsu (pollo empanizado y frito), Buta Shoga Yaki (cerdo salteado con salsa de jengibre), Hoi Ko Ro (res al wok) o Ebi Fry (camarones fritos y empanados con salsa tártara), entre muchos otros. Además, tienen un curry que realmente vale la pena probar.

Así que, si te consideras un amante de la comida japonesa y quieres adentrarte en una experiencia auténtica más allá del sushi, Wanwan Sakaba es el lugar ideal para disfrutar de una variedad de sabores tradicionales en un ambiente que te transporta a las calles de Tokio, sin salir de la Ciudad de México. Un verdadero festín para los sentidos.

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Dirección:
 Londres #209, Colonia Juárez, Ciudad de México, CDMX
Horario: Domingo a miércoles de 12:00 a 23:00 hrs. jueves a sábado de 12:00 a 0:00 hrs.
Costo por persona: De $300 a $500 pesos
Instagram: instagram.com/wanwansakaba

Vegan Ramen Mei, un rincón de Tonkatsu vegano y otros sabores nipones en la CDMX

Era una tarde de sábado o domingo, no lo recuerdo bien. Habíamos salido de una enorme tienda de cómics que está a unos pasos del Metro Hospital 20 de Noviembre y, como suele pasar, el hambre empezó a apretar. Curiosamente, al salir nos topamos con un local sencillo de ramen que, aunque ya tenía bastante gente, aún tenía lugar para sentarnos. Así fue como descubrimos Vegan Ramen Mei.

El lugar es pequeño y sin pretensiones, pero tiene su encanto. De alguna forma, su decoración sencilla me recordó a algún manga japonés de estética futurista. Probablemente fue por la mascota o logo del lugar, una chica estilo anime (sí, una “mona china”), y el diseño del menú, con detalles gráficos y tipográficos que remiten a la cultura otaku. Pero bueno, lo realmente importante es que, al revisar la carta, nos dimos cuenta de que este ramen era 100% vegano. Sí, quizá deberíamos haberlo intuido por el nombre del lugar… pero, honestamente, no nos fijamos hasta que ya teníamos el menú en las manos.

¿Ramen vegano? ¿Estará bueno? Si te da flojera seguir leyendo y solo quieres una respuesta rápida: sí, sí estaba sabroso. ¿Es el mejor ramen que he probado en la CDMX? No lo sé, tengo otros favoritos, pero este se defendía muy bien. La principal diferencia que noté fue que los fideos eran un poco más delgados y estaban más al dente, pero nada que le restara sabor o disfrute. En cuanto al caldo, sin duda rifaba.

La especialidad de la casa es el Tonkotsu, que es un caldo que tradicionalmente se prepara con huesos de cerdo. Aquí, por supuesto, lo hacen en versión vegana… y la verdad, no decepciona. Pedimos el Spicy Tonkotsu y el Curry Tonkotsu, y ambos eran una auténtica bomba de sabor. Para acompañar, pedimos un karaage, que normalmente sería pollo frito con especias, pero aquí lo preparan con hongos. Aunque no era lo mismo, la textura y el sabor estaban bastante bien logrados.

La verdad, la pasamos muy bien en Vegan Ramen Mei. El ambiente es relajado, la comida reconfortante y, aunque se trate de un restaurante vegano, los platillos tienen bastante carácter. Lo que más me sorprendió fue que, al salir, la fila para entrar ya era enorme. Así que si te antoja probar un ramen diferente, sabroso y libre de ingredientes de origen animal, te recomiendo darte una vuelta temprano, porque el lugar se llena rapidísimo.

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Costo por persona:
 De $250 a $350 pesos
Horario: Domingo a jueves de 8:00 a 15:00 hrs., viernes y sábado de 8:00 a 5:00 hrs. (los restaurante podrían tener un horario reducido)
Facebook: facebook.com/veganramen

Sucursal Del Valle
Dirección: Félix Cuevas #835, Colonia del Valle Sur, Ciudad de México, CDMX
Instagram: instagram.com/veganramenmei_delvalle

Sucursal Condesa
Dirección: Tamaulipas #155B, Hipódromo, Ciudad de México, CDMX
Instagram: instagram.com/veganramenmei_condesa

Sucursal Roma
Dirección: San Luis Potosí #60, Roma Nte, Ciudad de México, CDMX
Instagram: instagram.com/veganramenmei_roma

Sucursal Polanco
Dirección: Euler 145-local 155, Polanco, Polanco V Secc., Ciudad de México, CDM
Instagram: instagram.com/veganramenmei_polanco

Playitas Escandón, un paraíso de mariscos sinaloenses en la Colonia Escandón

¿Te ha pasado que el estrés del trabajo y el caos de la CDMX te hacen querer escaparte a la playa? ¿Y que, a pesar del impulso, el presupuesto o el mismo trabajo no te lo permiten? Si es así, es momento de que te escapes a Playitas Escandón y viajes a la costa a través de los sabores y aromas del mar… sin salir de la Ciudad de México.

Si tienes buena comprensión lectora, ya te habrás imaginado que hablamos de un restaurante de pescados y mariscos, ubicado en la colonia Escandón. Pero lo que quizá no sabías es que la especialidad del chef Osiel del Carpio —dueño y encargado del lugar— son los mariscos al estilo sinaloense. Aquí te espera una buena variedad de aguachiles, tacos y otros antojos marinos, ideales para sobrevivir los calorones del cambio climático… todo a precios accesibles y en un ambiente relajado.

Para empezar, no te puedes perder los tacos. Y no lo digo solo porque tienen uno de los tacos estilo Ensenada favoritos, sino porque hay varias opciones que vale la pena probar. Para que te des una idea: hay taco de pescado a la talla, de suadero de atún, o de carnitas de atún al estilo michoacano (aka Playita Michoacana).

También puedes lanzarte por alguno de sus tacos especiales, como el Güero de la Playa (chile güero relleno de queso y guisado de marlín), el Playita Regia (con pulpo dorado, frijoles puercos y chicharrón de la Ramos), o el Playita Yecapixtla (con camarón, cecina y queso).

Pero como no solo de tacos vive el o la comensal, en Playitas Escandón también hay una excelente selección de entradas frías y calientes: doradoras de pescado, filete empanizado (como el del mercado), la deliciosa tostada de atún y un sabroso fish & chips al estilo Mexa.

¿Prefieres algo más fresco? Entonces échale ojo a sus ceviches y aguachiles: el aguachile verde, que es la especialidad de la casa; el ceviche negro tatemado; el ceviche caribeño con maracuyá y mezcal; o el ceviche Ramos, con pulpo y chicharrón regio.

Y para acompañar todo esto, empieza con una agua del día —las combinaciones cambian diario y siempre sorprenden— y luego súmale una chela nacional o artesanal bien helodia, ya sea sola, en michelada o clamatada, con o sin mariscos. ¿Prefieres algo más coquetón? Entonces no te vayas sin probar alguno de los cocteles de la casa.

Así que ya lo sabes: si necesitas un respiro sin tener que salir de la ciudad, Playitas Escandón es tu refugio costero en medio del asfalto. Buen ambiente, mariscos sabrosos, chelas frías y precios amables… ¿qué más se puede pedir? Arma el plan con tus compas o tu pareja, date una vuelta y deja que los sabores del Pacífico te transporten directo a la playa —aunque sea por un rato.

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Dirección:
 Agrarismo #86, Colonia Escandón I Secc, Ciudad de México, CDMX – Dentro del Mercado Del Carmen
Horario: Lunes a jueves de 13:00 a 18:00 hrs., jueves a domingo de 12:30 a 18:00 hrs.
Costo por persona: De $200 a $300 pesos
Página Web: playitas.com.mx
Instagram: instagram.com/playitas_mx
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