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Restaurantes en el mero Centro Histórico de la CDMX

El Mesón del Cid, un viaje a la España Medieval en el Centro Histórico de CDMX

¿Te gustaría viajar al pasado y conocer la España medieval sin necesidad de una máquina del tiempo? No necesitas un DeLorean con condensador de flujo, solo dirigirte a la calle de Humboldt, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, donde se encuentra El Mesón del Cid, un impresionante restaurante español que parece salido de un cuento de castillos y caballeros.

Desde el momento en que te acercas, la experiencia comienza: el edificio, con sus altos muros de piedra, recuerda a las antiguas fortalezas españolas. Al cruzar la puerta, te reciben armaduras medievales que decoran el interior, junto con un patio empedrado y enormes vitrales que te transportan directamente a otro tiempo. Es como entrar a un castillo en pleno siglo XXI.

¿Qué se come en El Mesón del Cid?

¿La comida es medieval? Sí… pero no exactamente. Aunque se conoce poco sobre la gastronomía medieval española, se sabe que fue una mezcla fascinante de tradiciones cristianas, judías y árabes. Ingredientes como el pan, las especias y la carne eran fundamentales, aunque esta última estaba reservada para las clases altas.

En El Mesón del Cid, puedes probar algunos platillos inspirados en esa época, como el lechón al horno o el estofado de jabalí al romesco con piñones. Pero también encontrarás una variedad de recetas tradicionales de la cocina española más reconocida, como:

  • Cocido madrileño (¡súper recomendado!)
  • Caracoles a la riojana
  • Morcilla
  • Pulpo a la gallega
  • Gazpacho andaluz
  • Bacalao pil-pil
  • Róbalo a la koxkera
  • Chipirones en su tinta
  • Cordero estilo Burgos
  • Fabada asturiana

Una carta sencilla pero auténtica, perfecta para un festín digno de reyes y reinas.

Uno de los mayores atractivos de este restaurante es su compromiso con la tradición. Por ejemplo, si vas en grupo o con tu familia y pides un lechón completo, vivirás el ritual segoviano del cochinillo: el platillo se trincha (corta) con un plato en lugar de cuchillo, mientras se recitan frases tradicionales, y al final… ¡el plato se rompe contra el suelo!

Y si quieres una experiencia aún más inmersiva, no te pierdas sus noches medievales. En estas veladas, el restaurante se transforma para ofrecer un menú temático con vino servido en porrón y un espectáculo lleno de música, malabaristas, magia, juglares, danza árabe y mucho más. Te sentirás como parte de la corte de un antiguo reino, pero en pleno corazón de la CDMX.

El Mesón del Cid abrió sus puertas el 28 de octubre de 1972, siendo el primer restaurante de cocina española ortodoxa en la Ciudad de México. ¿Qué? Debes saber que, hasta ese momento, la mayoría de los restaurantes ofrecían versiones adaptadas al gusto mexicano. Desde sus inicios, contó con el respaldo de Cándido López Sáez, el renombrado Mesonero Mayor de Castilla, famoso por su propio restaurante en Segovia, España.

Y como toque artístico, los tres vitrales que decoran los arcos del restaurante fueron elaborados por el maestro vitralista Don José de las Peñas, curador de los vitrales de la Catedral de León.

Visitar El Mesón del Cid no es solo salir a comer, es vivir una experiencia inmersiva en la historia, el arte y la gastronomía de la España medieval sin salir del Centro Histórico de la Ciudad de México. Ya sea que vayas por curiosidad, por antojo de un buen lechón o para celebrar una ocasión especial en sus famosas noches temáticas, este restaurante te ofrece una mezcla única de sabor, tradición y espectáculo. Así que ya lo sabes: si buscas un lugar donde cada comida cuente una historia, El Mesón del Cid es una parada obligada en tu recorrido gastronómico por la CDMX.

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Dirección: Humboldt #61, Centro Histórico, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: De $300 a $500 pesos
Horario: Domingo y lunes de 12:00 a 18:0 hrs., martes a sábado de -12:00 a 22:30 hrs.
Página Web: mesondelcid.com.mx
Instagram: instagram.com/mesondelcid
Twitter: x.com/meson_del_cid

Gris, un oasis de innovación gastronómica en Tlatelolco

Carlos Monsiváis solía decir que Tlatelolco era la utopía de México sin vecindades. Se refería al proyecto desarrollado por el arquitecto Mario Pani, que consistía en 102 edificios con 11,916 departamentos y 688 locales comerciales, además de 22 escuelas, 6 hospitales y 3 centros deportivos. Era una ciudad dentro de la ciudad, diseñada para que las y los vecinos pudieran vivir sin salir mucho de la colonia, buscando que cualquier familia con ingresos a partir de tres y medio salarios mínimos (equivalentes a 174.96 pesos actuales) pudiera habitar en este espacio.

Sin embargo, la historia no fue favorable para Tlatelolco. La Masacre del 2 de octubre de 1968 dejó una marca negativa en la colonia, y el terremoto del 19 de septiembre de 1985 destruyó gran parte de sus edificios y estructuras. Con el tiempo, el descuido y la falta de renovación deterioraron aún más la zona, lo que llevó a que muchxs tuviéramos una imagen poco favorecedora de Tlatelolco. No obstante, aunque el barrio ya no brilla como antes, es un lugar lleno de sorpresas. Una de ellas es Gris.

¿Gris? Sí, Gris. Un restaurante que, aunque modesto en nombre, busca llenar de color los sentidos a través de aromas y sabores. Gris es un pequeño oasis de tranquilidad en medio del bullicio citadino, ubicado entre los edificios y jardines de Tlatelolco. Ofrece comida gourmet sin pretensiones, alejada de la ostentación de otros barrios como la Roma o la Condesa, y con precios mucho más accesibles. Todo esto se disfruta en un entorno donde el verde de los jardines y el gris de los edificios crean una atmósfera única.

En Gris se busca que cada visita sea diferente. Su menú cambia constantemente, ofreciendo platillos que varían desde pizza de chorizo argentino o tres quesos, hasta mole con costilla o chamorro a la cerveza. También podrás encontrar opciones como pollo con cacahuate, enfrijoladas de hongos, pescado empapelado o choripán, entre otros. Además, siempre hay opciones de desayuno o brunch, por lo que no importa si llegas temprano o por la tarde, siempre habrá algo delicioso esperando por ti.

Para acompañar tus platillos, el restaurante ofrece una pequeña pero variada carta de cócteles y mocktails (bebidas sin alcohol), que también varía constantemente, además de una selección de cervezas artesanales y aguas frescas del día. Y, por supuesto, para cerrar con broche de oro, su menú de postres, que cambia con la misma frecuencia, promete deleitarte con algo dulce y único.

Si quieres descubrir un rincón lleno de sabor y tradición en uno de los barrios más emblemáticos de la CDMX, date una vuelta por Gris en Tlatelolco. Un lugar que, a pesar de no ser el primero que te viene a la mente al hablar de la colonia, definitivamente te sorprenderá con su propuesta culinaria y su ambiente acogedor. Ya sea que vivas cerca o estés buscando algo diferente, este restaurante es una parada obligatoria para quienes buscan una experiencia única y deliciosa.

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Dirección:
 Lerdo #304, Edificio Ignacio Zaragoza, local 9, Nonoalco Tlatelolco, Ciudad de México, CDMX
Horario: Martes a viernes de 9:00 a 21:00 hrs., sábado y domingo de 10:00 a 18:00 hrs.
Costo por persona: De $250 a $350 pesos
Instagram: instagram.com/gris______
Facebook: facebook.com/elgriscafe

Café de Tacuba, un rincón de historia, gastronomía y misterio en el Centro Histórico

¡Acompáñame a conocer el Café de Tacuba! Este restaurante no solo es famoso por sus delicias culinarias, sino por su historia que comienza en un majestuoso edificio del siglo XVII. Aquí, entre vitrales coloridos, murales que cuentan la historia del mole y muebles con aroma a tiempos pasados, las paredes susurran secretos de más de cuatro siglos de vida.

El edificio que hoy alberga al Café de Tacuba fue originalmente una de las grandes casas palaciegas del centro, construida en el siglo XVII. Antes de convertirse en restaurante en 1912, tuvo una breve vida como lechería y, mucho antes, fue parte del Hospital del Divino Salvador, un espacio dedicado a mujeres en la época colonial. Su ubicación frente a la que hoy es la Biblioteca del Congreso de la Unión (antigua capilla del Convento de las Clarisas) lo conecta con una rica herencia histórica que pareciera impregnarse en cada rincón.

¿Te has preguntado qué ocurre cuando cae la noche? Según cuentan los relatos, entre los escalones del Salón Mexicano aparece la Monja Claris. Esta figura espectral, que parece flotar suavemente, deja escapar un suspiro profundo que puede estremecer hasta al más valiente. La leyenda dice que su espíritu habita en esta casona desde los días en que era un hospital, y lejos de ser aterradora, es vista como una guardiana silenciosa que cuida el lugar y a sus visitantes.

Desde sus inicios, el Café de Tacuba se convirtió en un lugar de reunión para personajes históricos y eventos memorables. Aquí, Diego Rivera y Guadalupe Marín celebraron su banquete de bodas, y se dice que todos los presidentes de México han disfrutado de su cocina. Incluso, el restaurante fue testigo de momentos trágicos como el asesinato de Manlio Fabio Altamirano en 1936. Pero más allá de los eventos históricos, las mesas del café han sido cómplices de innumerables romances, tertulias y encuentros familiares.

Por las mañanas, el aroma del café veracruzano, chiapaneco y oaxaqueño se mezcla con el brillo del almíbar de los postres en las vitrinas, invitando a las y los visitantes a comenzar su día con el sabor de México. Las noches, en cambio, son un remanso de paz, donde la serenata de músicos ambulantes se convierte en la banda sonora perfecta para una cena inolvidable.

El Café de Tacuba no es solo un lugar para comer, es un viaje al pasado en pleno presente. Sus murales, talavera y cuadros coloniales transportan a sus visitantes a épocas de esplendor. Y aunque ha superado incendios y modernizaciones, conserva la autenticidad de sus recetas y el alma que lo ha mantenido como un referente en la Ciudad de México.

Así que ya lo sabes, si quieres probar un poco de la historia, mezclada con leyendas y un toque de mole, el Café de Tacuba te espera con las puertas abiertas… y quizás, con la Monja Clarisa cuidando que todo esté en su lugar. ¡Date una vuelta y crea tus propias historias en este clásico chilango!

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Dirección:
 Tacuba #28, Centro Histórico, Ciudad de México, CDMX
Costo promedio por persona: De $300 a $500 pesos
Horario: Lunes a domingo de 8:00 22:30 hrs.
Página Web: cafedetacuba.mx
Instagram: instagram.com/cafedetacubarestaurante

Wasabi Fish, un rincón de sabores nikkei en el Centro Histórico

Era sábado y se acercaba la hora de la comida. Tenía un evento en el Centro Histórico de la Ciudad de México y pensé que, antes de asistir, sería una buena idea explorar algún restaurante en la zona. Tomé el Metrobús, bajé en Hidalgo y comencé a caminar por la Alameda Central. Al girar hacia la calle de Dolores, a mitad del camino, me encontré con una mujer vestida con un kimono, que invitaba a las y los transeúntes a conocer Wasabi Fish. ¿Comida japonesa? Nunca puedo resistirme a los sabores Nikkei, así que no lo pensé dos veces y subí las pequeñas escaleras que llevaban a un pasillo estrecho con mesas a un lado y una cocina abierta al otro.

Apenas puse un pie en el pasillo, un mesero me recibió con una sonrisa y me invitó a elegir mi lugar. Me mostró el salón con gabinetes tradicionales y la barra de la terraza. Dado que el clima era perfecto para estar al aire libre, opté por la pequeña barra comunal con vista a la vibrante y caótica calle de Dolores. Con el menú en mano, el mismo mesero me ofreció algo para beber mientras exploraba las opciones.

Lo primero que me llamó la atención fue que, aunque se trata de un restaurante japonés (o más bien Nikkei), los rollos de sushi no son el eje central de su carta. Las verdaderas estrellas son el Tori Katsu (pechuga de pollo rellena de queso crema), el Katsudon (cerdo empanizado), el Chicken Tatsu Karey (pollo empanizado con curry) y el Chicken Teriyaki. Además de estos platos principales, el ramen también ocupa un lugar privilegiado con unas diez variedades distintas. Entre otros platillos, la carta incluye opciones interesantes como pizzas japonesas, bolas de arroz, gyozas, onigiris, okonomiyakis, takoyakis, butayaki (tres tipos de pinchos japoneses), bao y, claro, algunos makis o rollos de sushi.

Aunque no puedo decir que fue la mejor comida japonesa que he probado, todo estaba bien preparado y a precios muy accesibles. Eso sí, el servicio fue bastante lento, lo cual me incomodó un poco. Sin embargo, al salir del restaurante, comprendí el motivo: el lugar estaba completamente lleno y había una larga fila de personas esperando por una mesa. Parece que la cocina no estaba preparada para atender a tantxs comensales en tan poco tiempo.

Si estás en el Centro Histórico y buscas un lugar con sabores Nikkei que combinen tradición y un toque urbano, Wasabi Fish es una opción interesante para disfrutar de una experiencia diferente. Eso sí, ten en cuenta que la popularidad del lugar podría significar un poco de espera, pero, si tienes paciencia, probablemente saldrás con una sonrisa y una buena comida en el recuerdo.

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Costo por persona:
 De $200 a $300 pesos
Facebook: facebook.com/WasabiFishYRamen
Instagram: instagram.com/wasabifish_

Sucursal Frikiplaza
Dirección
: Eje Central Lázaro Cárdenas #11, 6to piso local 662, Centro Histórico, Ciudad de México, CDMX

Sucursal Dolores
Dirección
: Dolores #4, Segundo piso, Centro Histórico, Ciudad de México, CDMX

Café Kelebek, las delicias de Turquía en Tlatelolco

Descubrí el Café Kelebek gracias al Metrobús. Cada vez que tomaba la Línea 3 y pasaba por Tlatelolco, justo a la altura del puente rojo —el primer puente peatonal en el Distrito Federal—, alcanzaba a ver una pequeña bandera turca pintada junto a un rótulo que decía “Café Kelebek“. ¿Un café turco en pleno Tlatelolco? Definitivamente tenía que conocerlo. Así que, un sábado con tiempo libre, decidí tomar el Metrobús, bajarme en la estación Tlatelolco y caminar por los locales que están sobre Guerrero, en dirección sur. Llegué al puente rojo, lo crucé, tomé algunas fotos de la vista y, al descender, caminé unos metros más hasta llegar al Café Kelebek.

El lugar era tan sencillo como lo imaginaba, pero acogedor y bien equipado para disfrutar de un buen café. Una larga barra donde preparan las bebidas y alimentos, tres o cuatro mesas sencillas, un pequeño rincón con bisutería turca a la venta, y pantallas que proyectaban música turca moderna a un volumen ideal para la conversación.

En un pizarrón detrás de la barra se podía leer la oferta de bebidas: Café Turco, Té Turco, Té con Leche, Café Americano y Capuccino. Otro menú mostraba los paquetes de desayunos, con opciones como el Türk Kahvaltisi, el Pozanti, el Adana Yumurtalari y el Özel. Además, tenían un menú especial con comida turca casera: Dürum, Manti, Köfte, Lahmacun, Pide y Mercimek Salatasi, entre otros platillos que prometían transportar a Turquía en cada bocado.

Como ya había comido, pedí un Café Turco y me senté en una de las mesas junto a un sartén con arena caliente, donde tenían dos cafeteras turcas o cezve. Como dato curioso, el café turco se prepara tradicionalmente en un cezve, una pequeña jarrita de cobre que se llena con café y agua. Se calienta en arena muy caliente para mantener una temperatura uniforme, logrando un sabor único. Poco después, me sirvieron un plato con mi café turco, un vasito de agua y una media luna rellena con cubitos blancos que parecían dulces. Los probé con algo de desconfianza y descubrí que eran Lokum, también conocido como delicia turca: un dulce gelatinoso típico de Turquía y otras regiones del Medio Oriente. Me explicaron que el Lokum es el maridaje perfecto para el café turco, y tenían toda la razón: su dulzura balanceaba a la perfección la intensidad del café.

Para acompañar mi café, quise probar algún postre típico, pero lamentablemente ya se habían agotado. En su lugar, me ofrecieron un Flan de Café que resultó ser una auténtica delicia. Cremoso, con un sabor exquisito que mezclaba el caramelo y el café, era la combinación perfecta para cerrar la experiencia con broche de oro.

Aunque no tuve la oportunidad de probar más platillos del Café Kelebek, salí feliz y con ganas de regresar. En un mundo donde los lugares auténticos a veces ceden ante lo comercial, encontrar un café turco sencillo pero lleno de esencia es un verdadero hallazgo. Si buscas un sitio tranquilo, ideal para leer un libro, disfrutar una buena charla o simplemente deleitarte con un café turco bien preparado, Café Kelebek es el lugar perfecto. Definitivamente, regresaré para explorar más de su menú y sumergirme de nuevo en la magia turca en pleno corazón de Tlatelolco.

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Dirección:
 Guerrero #325, Tlatelolco, Ciudad de México, CDMX
Horario: Lunes a domingo de 9:30 a 20:00 hrs.
Costo por persona: Menos de $200 pesos
Facebook: facebook.com/profile.php?id=100087763647519
Instagram: instagram.com/cafe_kelebek

Casa Nela, las delicias de Oaxaca escondidas en la Merced (Centro Histórico)

En la Ciudad de México, podrías decir que existen dos Centros Históricos. Por un lado, está el turístico, lleno de museos, restaurantes y negocios ideales para el esparcimiento de nacionales y extranjerxs. Por otro, está el comercial, un bullicioso laberinto que comienza después de Palacio Nacional, donde miles de personas acuden diariamente en busca de artículos que van desde papelería y decoración hasta ropa de mascotas y juguetes. Este centro está organizado por calles temáticas: maquillaje, ropa, papelería… ¿y si te dijera que también hay una calle dedicada a la comida y los artículos oaxaqueños? Sí, existe, y se llama callejón de La Santísima, casi en la esquina con Soledad.

En este escondido rincón, entre puestos ambulantes de lentes de sol, juguetes y ropa, descubrirás locales que ofrecen mezcal, chapulines, tlayudas, pan de yema y otros productos oaxaqueños a precios accesibles. Entre todos ellos, el más popular es Aquí es Oaxaca. No solo por la calidad de sus productos, sino porque alberga el restaurante oaxaqueño más antiguo de la zona, y probablemente de toda la Ciudad de México: Casa Nela. Este lugar tiene más de sesenta años de historia, siendo un punto de reunión para la comunidad oaxaqueña que llegaba al entonces Distrito Federal en busca de nuevas oportunidades.

Al caminar entre los puestos, notarás una pequeña aglomeración alrededor de dos mesas improvisadas en la banqueta. Al asomarte, verás una barra repleta de productos oaxaqueños y, frente a ella, un comal manejado por un hombre que prepara varias tlayudas al mismo tiempo. Es imposible no empezar a salivar: has llegado a Aquí es Oaxaca. Subiendo unas escaleras, te encontrarás con Casa Nela, un pequeño restaurante que se ha convertido en una auténtica embajada oaxaqueña en la zona de La Merced.

Aunque el espacio es reducido, su menú es amplio y ofrece auténticos platillos oaxaqueños preparados con ingredientes frescos, traídos directamente de Oaxaca cada semana (todo llega los jueves, dato ideal para lxs más exigentes). La carta incluye delicias como tlayudas, enmoladas, moles negro y verde, amarillo de res, chiles rellenos, tasajo, empanadas, quesadillas y más. Las tlayudas son la especialidad de la casa, disponibles en versiones con chapulines, tasajo, cecina enchilada y hasta pastor. La mejor recomendación es ir acompañadx, pedir varias opciones para compartir y acompañarlas con aguas tradicionales como horchata con tuna, chilacayota o tejate con mezcal. Para el cierre perfecto: chocolate en agua, como se disfruta en Oaxaca.

Visitar Casa Nela no es solo una experiencia gastronómica, sino un viaje cultural que conecta la riqueza de Oaxaca con el corazón de la Ciudad de México. Si buscas un rincón auténtico, lleno de sabor y tradición, este pequeño lugar del callejón La Santísima te espera con los brazos abiertos y el sazón inigualable de la cocina oaxaqueña. ¡Anímate a descubrirlo!

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Dirección:
 Soledad #42, Centro Histórico, Ciudad de México, CDMX
Horario: Miércoles a lunes de 10:00 a 17:00 hrs.
Costo por persona: De $200 a $300 pesos
Instagram: instagram.com/casa_nela_
Facebook: facebook.com/p/Casa-Nela-100057442959451/

Tacos Los Callejeros, carnitas, guisado, pastor y otros antojos en el Centro Histórico

En México, los tacos no solo son comida, los tacos son cultura. Desde el popular taco al pastor y hasta el taco de guisado, la impresionante variedad de tacos que existen en nuestro país habla de la enorme diversidad cultural que existe en México y dentro de sus ciudades. Por su diversidad, por su sabor y por su practicidad, los tacos se han convertido en el platillo favorito de las y los mexicanos, así como las personas que visitan nuestro país. Y, si te encuentras en el Centro Histórico de la CDMX y estás buscando una taquería con las tres B’s (buena, bonita y barata) tienes que darte una vuelta por Tacos Los Callejeros.

Escondida a simple vista sobre Av. 5 de Mayo, donde alguna vez estuvo el huerto del Convento de los Betlemitas, y rodeada por algunos de los edificios y negocios más icónicos del extinto Distrito Federal, se encuentra esta pequeña taquería en la que podrás encontrar una muy buena variedad de tacos de guisado, carnitas, pastor, bistec con morita, pescado y placeros ¡Incluso tienen tacos de canasta! Por si fuera poco, también tienen panuchos, quesadillas (de queso y/o con guisados) y consomé de pollo. Un menú sencillo, pero con todo lo necesario para echar el taco como se debe.

Hablemos de los guisados. Si quieres algo vegetariano, puedes echarte un taco o queca de rajas poblanas, chile relleno de queso, champiñones a la mantequilla, flor de calabaza, huitlacoche, calabacitas a la mexicana o de nopales al vapor; pero si quieres algo más carnívoro, puedes echarte uno de arroz con huevo cocido, pollo en crema de chipotle, pollo con mole, tinga de pollo, albóndigas de res, bistec en salsa morita, picadillo, conchinita pibil, chicharrón prensado o en salsa roja, longaniza entomatada o con papas o salchichas a la mexicana. Además, todos los días suelen tener guisados especiales, por lo que podrás encontrar algo diferente cada que vayas.

¿Y pa’tomar? Puedes pedirte un refresco, o mejor aún, puedes pedirte un agua fresca con la fruta de tu elección. Aunque, si eres fan de la horchata, puedes pedirte una tradicional o una con fresa, mango o melón. ¡Nada como un agua fresca para ganarle al calor y el cansancio de recorrer las calles del Centro Histórico.

Hablando de recorrer el centro, un detalle que vale la pena mencionar de Los Callejeros, es el hecho de que, además de los tacos para comer en el lugar, tienen varias botanas y antojitos para llevar con los que podrás maridar tu paseo por 5 de Mayo. Para que te des una idea de las botanitas que podrás conseguir en Los Callejeros, te cuento que tienen diferentes frutas y verduras como vasos de jícama, pepino o zanahoria con chile, de fruta de temporada y de mango fresco. También tienen bolsas de palomitas y frituas (chicharrones) y, si buscas algo dulce, puedes pedirte una gelatina de rompope, unos bombones, buñuelos o una congelada (boli) de mango con chamoy, fresa cremosa, galleta Oreo o Nutella.

Si estás recorriendo las calles del Centro Histórico y te llega la hora de la comida o si buscas una botanita pa’el camino, te recomiendo darte una vuelta por Los Callejeros y disfrutar de la propuesta taquera y botanera de este lugar. Seguramente comerás rico y sin gastar mucho dinero.

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Dirección:
 Av. 5 de Mayo #10-D, Centro Histórico, Ciudad de México, CDMX
Horario: Martes a jueves de 9:30 a 17:30 hrs., viernes de 9:30 a 19:30 hrs., sábado de 9:30 a 20:30 hrs. y domingo de 10:30 a 18:30 hrs.
Costo por persona: Menos de $250 pesos
Instagram: instagram.com/loscallejerostacos
Facebook: facebook.com/LosCaIIejeros

El 123, sabores tailandeses y orientales en el Centro Histórico

En el número 123 de la calle Artículo 123, justo enfrente del impresionante edificio que antes albergaba el Museo Británico-Americano, se encuentra un lugar con mucha historia. Este inmueble fue alguna vez la bodega donde los voceadores del entonces Distrito Federal recogían sus paquetes de periódicos. Pero con el tiempo, el edificio quedó abandonado, como muchos otros en la zona.

¡Pero no todo está perdido! La calle de Artículo 123 está renaciendo con nuevos locales y negocios que le están devolviendo la vida. Uno de esos locales es El 123 (antes conocido como Artículo 123), un restaurante asiático ubicado en la antigua bodega de periódicos. Este lugar se especializa en comida tailandesa y tiene una atmósfera vintage que te invita a disfrutar de una tarde con juegos de mesa, una chela y una buena charla.

¿Qué puedes encontrar en El 123? La carta ofrece una gran variedad de platillos tailandeses, con ingredientes como arroz, pescados, mariscos y carne. También tienen emparedados, ensaladas y hamburguesas para aquellxs que no se sienten tan aventurerxs. Todo es súper sabroso, pero te recomendamos revisar bien los ingredientes, ¡puede que te encuentres con algunas sorpresas exóticas o muy picantes!

Te sugerimos empezar con la Sopa Tom Yum y el Green Curry, además del Fideo Pad Thai, el Bo Bun y el Pad See Ew. Para el plato fuerte, no te puedes perder el Chinyao, el cordero Comino, el Sotong Goreng, el Camarón Tai y el Medregal Empapelado. Y si todavía tienes espacio o eres de los que creen que el postre va directo al corazón, tienes que probar el Ichigo Matcha, el Khao Niao Mamuang o la Tarta de Manzana.

El 123 es un restaurante único en la CDMX, donde puedes disfrutar de los exóticos sabores de Tailandia. Acompaña tu comida con una cerveza, pasa la tarde con tus amigxs y, ¿por qué no?, jugando un poco. Además, cuando termines, puedes darte una vuelta por la tienda y la galería que también forman parte del lugar. ¡Una experiencia completa!

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Dirección: Artículo 123 #123, Colonia Centro, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: De $300 a $500 pesos
Horario: Lunes a sábado de 9:00 a 23:00 hrs. domingo de 9:00 a 21:00 hrs.
Página Web: articulo123.com
Facebook: facebook.com/articulo123mx
Instagram: instagram.com/articulo123mx
Twitter: twitter.com/articulo123mx

Cantina La Ópera, historia y sabores tradicionales en el Centro Histórico

En 1876, las hermanas Boulangeot decidieron abrir una pastelería elegante en la esquina de San Juan de Letrán y Avenida Juárez, justo donde hoy está la Torre Latinoamericana. La pastelería La Ópera se volvió tan popular que las hermanas se animaron a buscar un local más grande y, en 1895, transformaron su pastelería en la Cantina La Ópera, ubicada en la esquina de 5 de Mayo y Filomeno Mata.

La cantina era tan elegante que rápidamente atrajo a la crema y nata de la época, incluyendo a Don Porfirio Díaz y su esposa Carmelita Romero Rubio, quienes siempre iban acompañados de la alta sociedad mexicana. Sin embargo, tras la Revolución Mexicana, La Ópera perdió a sus glamorosos aristócratas y empezó a ser frecuentada por personajes como Francisco Villa, Emiliano Zapata y sus seguidores. Cuenta la leyenda que Villa, en una noche de copas, disparó su pistola al techo para demostrar su poder.

Con el paso de los años, cuando la Revolución quedó en el pasado, La Ópera volvió a recibir a distinguidos comensales como Miguel Alemán, Adolfo López Mateos, Emilio Portes Gil y Ernesto P. Uruchurtu. También se convirtió en un punto de encuentro para grandes intelectuales de México y Latinoamérica como Carlos Fuentes, Carlos Monsiváis, José Luis Cuevas, Gabriel García Márquez y Octavio Paz.

Más de 140 años después de su inauguración, y 121 años desde que se convirtió en cantina, La Ópera sigue abierta, ofreciendo momentos agradables y llenos de historia a todxs sus visitantes. Aquí puedes disfrutar de una gran variedad de platillos mexicanos tradicionales y otros españoles. Entre los favoritos están la Lengua Veracruzana, Sopa de Tortilla, Machitos a la Parrilla, Lengua al Gusto, Tacos de Pollo, Enchiladas Suizas, Pulpo a la Gallega, Caracoles en Salsa de Chipotle y Chamorro a la Gallega. Todo preparado con ese toque cantinero que es cada vez más difícil encontrar. Y, por supuesto, acompañado de una buena variedad de cervezas, vinos y licores.

Lo genial de La Ópera es que ha sabido mantenerse intacta en el tiempo. Conserva todos sus detalles originales desde 1895: techos altos con detalles espectaculares, elegantes gabinetes de madera decorada y una impresionante barra traída desde Nueva Orleans. Estos detalles te transportan al México Porfiriano, a esos lugares llenos de lujo que solía visitar Don Porfirio.

Entre la impecable decoración, el sabor de los platillos, la variedad de bebidas, el excelente servicio y el ambiente bohemio y relajado, visitar La Ópera es una oportunidad increíble para disfrutar de una tarde llena de sabores e historia en el Centro Histórico de la Ciudad de México. Es uno de esos rincones que todxs lxs chilangxs y turistas deben conocer. Sin duda, una excelente opción para comer rico y pasar un momento muy ameno con la familia, amigxs o pareja.

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Dirección: 5 de Mayo #10, Centro, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: De $300 a $500 pesos
Horario: Lunes a sábado de 13:00 a 0:00 hrs., domingo de 13:00 a 18:00 hrs.
Facebook: facebook.com/Laoperabar

El Gusto Histórico, un concierto entre mezcal y sabores mexianos en el Mercado de San Juan

¿Quieres aprender de mezcal y descubrir los auténticos sabores de México? Entonces tienes que conocer la propuesta de El Gusto Histórico. Un local sencillo que se pierde fácilmente entre los diferentes changarros del Mercado de San Juan, en el que podrás adentrarte en el mundo del mezcal tradicional y descubrir de los sabores y aromas de esta bebida espirituosa. Y, al hablar de mezcal tradicional estamos hablando de auténtico mezcal realizado con 100% agave y con procesos artesanales, en pequeños palenques; nada que ver con el mezcal de marcas que encuentras en las grandes tiendas y supermercados.

Pero para hablar de El Gusto Histórico, su concepto y sus mezcales, primero quiero hablar un poco de La Logia de los Mezcólatras. ¿La qué? La Logia de los Mezcólatras es es/fue una iniciativa que buscaba contribuir con la difusión y el conocimiento del mezcal tradicional, así como ayudar a la construcción de una cultura mezcalera. Para ello, se dedicaron a recorrer palenques mezcaleros de todo el país comprando diferentes mezcales para investigarlo y sirviéndolos en diferentes tertulias. Reuniones en las que, además de explicar todo el proceso de elaboración de cada mezcal, así como de mostrar las formas tradicionales de medir la calidad o graduación del alcohol del mezcal, se podían probar mezcales tradicionales elaborados con diferentes tipos de maguey y procesos de destilación.

¿Y cómo se mezcla la logia con El Gusto Histórico? Pues en este pequeño local, Cornelio y Ursulino, de La Logia de los Mezcólatras, ofrecen una experiencia en la que podrás degustar de varios mezcales tradicionales, bien maridados con platillos mexicanos tradicionales de todo el país. Todo, acompañado de una profunda explicación de cada uno de los platillos y mezcales que vas a degustar. Además, el menú va cambiando temporada con temporada, para ofrecer platillos con los ingredientes frescos de temporada y para que cada una de tus visitas sea única y diferente.

A mi me tocó ir en enero y julio. La primera vez me recibieron con un tamal de quelites embarazado de un tamal de elote con pápalo, zetas con flor de maguey en adobo sobre arroz y terminamos con un crumble de manzana con piñón rosa y miel de mezcal; y la segunda vez, me recibieron con una espectacular sopa de quelites con vegetales de la milpa y chapulines, un chile en nogada tradicional y un tamal de frutos rojos que estaba pa’chuparse los dedos. Lo mejor de todo, es que, en ambas ocasiones nos tocaron probar mezcales elaborados en diferentes pueblos del Estado de México, Oaxaca, Guerrero, Guanajuato e, incluso, Tamaulipas (sí, aquí te recomiendo hablar con ellos sobre la NMX-V-052-NORMEX). ¿Y si no quiero echarme todos los platillos? Bueno, en ese caso, puedes elegir entre diferentes platillos y mezcales a la carta, para que disfrutes lo que más se te antoja.

Visitar El Gusto Histórico es una oportunidad única para adentrarte en el mundo del mezcal de una forma única y divertida. ¿Quieres visitarlos y/o conocer más sobre El Gusto Histórico? Para conocer el menú del mes, saber más sobre el proyecto y reservar un espacio en el local, te recomiendo echarle un ojo a su Instagram como @elgustohistorico .

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Dirección: 2ᵃ Calle de Ernesto Pugibet #21, Colonia Centro, Ciudad de México, CDMX – Pasillo 8
Horarios: Jueves a domingo de 13:00 a 16:00 hrs.
Costo por persona: Menos de $300 pesos – El maridaje a 3 tiempos $650 pesos
Instagram: instagram.com/elgustohistorico