Archivos de la categoría Europea

Encuentra restaurantes que ofrecen platillos del viejo continente.

Giorella Ristorante, un rincón italiano en la Narvarte

Hubo una época en la que frecuentaba un restaurante de cecina sobre Obrero Mundial, en la colonia Narvarte. Si conoces la zona, sabrás que estacionarse puede ser un reto, aunque a menudo hay espacio sobre Heriberto Frías, pasando la calle Esperanza. Fue justo en esa calle donde, cientos de veces, dejé el coche frente —o muy cerca— de un pequeño restaurante italiano que, aunque discreto, siempre capturó mi atención. Confieso que el antojo de cecina siempre me ganaba, pero aquel local quedaba guardado en la memoria.

Un buen día, buscando algo diferente para comer y deseando romper la rutina, recordé aquel lugar y me encaminé sin pensarlo a Giorella Ristorante. Ya había pasado un buen tiempo desde mi última visita a la zona, y debo decir que el restaurante me sorprendió gratamente. Conservaba su aire sencillo, pero con una propuesta mucho más sólida: un espacio acogedor, cuidado hasta en los pequeños detalles, que ha evolucionado notoriamente desde la primera vez que lo vi hace unos siete u ocho años.

Giorella combina el encanto de un restaurante de barrio con el estilo de un bistró europeo: paredes de ladrillo expuesto, manteles vichy a cuadros y un gran espejo vintage que aporta calidez. En la parte exterior, cuentan con algunas mesas ideales para disfrutar del ambiente relajado de la colonia Narvarte, especialmente en días soleados.

El menú es variado y muy bien pensado. Para empezar, puedes pedir un calzone, unas patatine al forno (papas al horno), calamares fritos o carpaccio, ya sea de res o de salmón. También es altamente recomendable probar una de sus pizzas, que van desde las clásicas italianas —Margherita, Diavola, Bolognesa— hasta opciones contemporáneas como la de tres quesos, Regina o Capriccio.

¿Te quedó un huequito? Entonces prueba alguna de sus pastas frescas: pomodoro, alfredo, carbonara, pesto… hay para todos los gustos. También puedes optar por platos fuertes como la milanesa napolitana, el pollo ripieno o una jugosa arrachera. Para quienes no pueden vivir sin pan, hay paninis deliciosos. Y para cerrar con broche de oro, no te vayas sin probar su pavlova o la clásica panna cotta.

Giorella Ristorante es de esos lugares que te hacen sentir como en casa, con comida reconfortante y un ambiente relajado que invita a quedarte un rato más. Ya sea que busques una cena romántica, una comida familiar o simplemente algo distinto para romper la rutina, este rincón italiano en la Narvarte merece un lugar en tu lista de favoritos. La próxima vez que pases por Obrero Mundial, dale una oportunidad a Giorella: no solo te va a sorprender, te va a conquistar.

Prepara tu Visita
Dirección:
 Heriberto Frías #204, Narvarte Poniente, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: de $300 a $500 pesos
Horario: Domingo a martes de 13:00 a 22:00 hrs.., miércoles a sábado de 13:00 a 23:00 hrs.
Página Web: giorellaristorante.com
Facebook: facebook.com/giorellaristorante
Instagram: instagram.com/giorellaristorante

El Mesón del Cid, un viaje a la España Medieval en el Centro Histórico de CDMX

¿Te gustaría viajar al pasado y conocer la España medieval sin necesidad de una máquina del tiempo? No necesitas un DeLorean con condensador de flujo, solo dirigirte a la calle de Humboldt, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, donde se encuentra El Mesón del Cid, un impresionante restaurante español que parece salido de un cuento de castillos y caballeros.

Desde el momento en que te acercas, la experiencia comienza: el edificio, con sus altos muros de piedra, recuerda a las antiguas fortalezas españolas. Al cruzar la puerta, te reciben armaduras medievales que decoran el interior, junto con un patio empedrado y enormes vitrales que te transportan directamente a otro tiempo. Es como entrar a un castillo en pleno siglo XXI.

¿Qué se come en El Mesón del Cid?

¿La comida es medieval? Sí… pero no exactamente. Aunque se conoce poco sobre la gastronomía medieval española, se sabe que fue una mezcla fascinante de tradiciones cristianas, judías y árabes. Ingredientes como el pan, las especias y la carne eran fundamentales, aunque esta última estaba reservada para las clases altas.

En El Mesón del Cid, puedes probar algunos platillos inspirados en esa época, como el lechón al horno o el estofado de jabalí al romesco con piñones. Pero también encontrarás una variedad de recetas tradicionales de la cocina española más reconocida, como:

  • Cocido madrileño (¡súper recomendado!)
  • Caracoles a la riojana
  • Morcilla
  • Pulpo a la gallega
  • Gazpacho andaluz
  • Bacalao pil-pil
  • Róbalo a la koxkera
  • Chipirones en su tinta
  • Cordero estilo Burgos
  • Fabada asturiana

Una carta sencilla pero auténtica, perfecta para un festín digno de reyes y reinas.

Uno de los mayores atractivos de este restaurante es su compromiso con la tradición. Por ejemplo, si vas en grupo o con tu familia y pides un lechón completo, vivirás el ritual segoviano del cochinillo: el platillo se trincha (corta) con un plato en lugar de cuchillo, mientras se recitan frases tradicionales, y al final… ¡el plato se rompe contra el suelo!

Y si quieres una experiencia aún más inmersiva, no te pierdas sus noches medievales. En estas veladas, el restaurante se transforma para ofrecer un menú temático con vino servido en porrón y un espectáculo lleno de música, malabaristas, magia, juglares, danza árabe y mucho más. Te sentirás como parte de la corte de un antiguo reino, pero en pleno corazón de la CDMX.

El Mesón del Cid abrió sus puertas el 28 de octubre de 1972, siendo el primer restaurante de cocina española ortodoxa en la Ciudad de México. ¿Qué? Debes saber que, hasta ese momento, la mayoría de los restaurantes ofrecían versiones adaptadas al gusto mexicano. Desde sus inicios, contó con el respaldo de Cándido López Sáez, el renombrado Mesonero Mayor de Castilla, famoso por su propio restaurante en Segovia, España.

Y como toque artístico, los tres vitrales que decoran los arcos del restaurante fueron elaborados por el maestro vitralista Don José de las Peñas, curador de los vitrales de la Catedral de León.

Visitar El Mesón del Cid no es solo salir a comer, es vivir una experiencia inmersiva en la historia, el arte y la gastronomía de la España medieval sin salir del Centro Histórico de la Ciudad de México. Ya sea que vayas por curiosidad, por antojo de un buen lechón o para celebrar una ocasión especial en sus famosas noches temáticas, este restaurante te ofrece una mezcla única de sabor, tradición y espectáculo. Así que ya lo sabes: si buscas un lugar donde cada comida cuente una historia, El Mesón del Cid es una parada obligada en tu recorrido gastronómico por la CDMX.

Prepara tu Visita
Dirección: Humboldt #61, Centro Histórico, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: De $300 a $500 pesos
Horario: Domingo y lunes de 12:00 a 18:0 hrs., martes a sábado de -12:00 a 22:30 hrs.
Página Web: mesondelcid.com.mx
Instagram: instagram.com/mesondelcid
Twitter: x.com/meson_del_cid

El Olvidado, Café, Pan y sabores ingleses en Coyoacán

Soy un adicto al pan. Un “junkie” panadero que siempre anda en busca de un nuevo shot de carbohidratos. Esa búsqueda me llevó a conocer El Olvidado, un café y panadería verdaderamente único en su tipo. Todo comenzó cuando mi mejor amiga me habló de una panadería de inspiración inglesa en Coyoacán y, como me sonó irresistible, ese mismo fin de semana agarré la bicicleta y crucé la ciudad rodando hasta la Plaza Fray Martín de Valencia, justo frente al infame Callejón del Aguacate, para conocer este peculiar concepto.

Lo primero que vi al llegar fueron unas cuatro o cinco mesitas acomodadas sobre la calle, y al entrar, me encontré con un espacio completamente vintage (por no decir rústico), acogedor y cálido. Un lugar que te hace sentir como en casa desde el primer momento. Me acerqué a la vitrina y comencé a curiosear. El Olvidado no tiene una vitrina gigantesca, pero sí una selección pequeña y bien curada de panadería dulce. Entre sus especialidades encontrarás croissants naturales y rellenos de dulce de leche, chocolatines, tartins con mermelada y un rollo de mazapán digno de culto. También tienen panqués, como el de plátano, cardamomo, amapola con limón y, por supuesto, la joya de la corona: el scone, servido como se debe, con mermelada, mantequilla y crema o queso. ¡Ningún lugar inspirado en la cultura inglesa está completo sin scones!

Para acompañar el pan, ofrecen las bebidas típicas a base de café espresso, capuchino, flat white, macchiato— con granos orgánicos. También tienen opciones como chai, matcha y chocolate, pero su verdadera especialidad es el . Cuentan con una buena variedad de tés negros, verdes, rojos y blancos, clásicos o combinados con frutas y hierbas. Aquí el té es protagonista, como en todo salón inglés que se respete.

Pero eso no es todo. Si llegas con suficiente hambre o te apetece una comida más completa, en El Olvidado también hay un menú inspirado tanto en la cocina inglesa como en la mexicana. Para desayunar puedes elegir entre un clásico English Breakfast (con huevos estrellados, frijoles dulces, salchichas inglesas, tocino y muffins ingleses), huevos benedictinos, salmón benedictino o huevos “casserole”.

¿Prefieres algo más fuerte? Puedes empezar con una sopa thai —porque sí, hubo comercio entre Siam e Inglaterra—, un Shepherd’s Pie, un Irish Stew o un Chicken Tikka Masala. Y como plato principal, hay una gran variedad de sándwiches elaborados con pan de la casa: desde el clásico Coronation Chicken hasta el Grilled Cheese, pasando por el de Roast Beef, Egg & Mayo, Cheese & Onion o Pulled Pork. Si prefieres algo más ligero (aunque eso sea casi un sacrilegio aquí), también hay varias opciones de ensaladas frescas.

Eso sí: ve con tiempo y paciencia, porque tanto esta sucursal como la de la calle Viena suelen estar bastante concurridas, sobre todo por las mañanas. Pero no te preocupes, porque la espera vale la pena. Seguro sales de ahí con el corazón contento, el estómago feliz y la promesa de regresar muy pronto

Prepara tu Visita
Horario:
 Domingo a martes de 8:00 a 20:00 hrs., miércoles a sábado de 8:00 a 22:00 hrs.
Costo por persona: De $200 a $300 pesos
Página web: elolvidado.com
Instagram: instagram.com/elolvidado__
Facebook: facebook.com/CafeElOlvidado

Sucursal Santa Catarina
Dirección: Calle Pdte. Carranza 267, Santa Catarina, Coyoacán, Ciudad de México, CDMX

Sucursal Del Carmen-
Dirección:
Av. México #36, Del Carmen, Coyoacán, Ciudad de México, CDMX

María Ciento38, un rincón siciliano en Santa María la Ribera

Si eres amante de la buena comida y buscas una experiencia auténtica, María Ciento38 es un destino imperdible en la escena gastronómica de la Ciudad de México. Ubicado en el jardín de una antigua casona del siglo XIX en Santa María la Ribera, a unos pasos del icónico Kiosco Morisco, este restaurante es un oasis que transporta a sus comensales a la soleada Sicilia a través de sus aromas, sabores y ambiente inigualable.

La esencia de María Ciento38 está en su cocina, que rescata las recetas tradicionales sicilianas con un toque de modernidad. Detrás de cada platillo está la herencia culinaria de Antonietta Di Pasquale, ejecutada con maestría por el chef Hugo Murillo. Aquí, cada bocado es una explosión de sabor que refleja la riqueza gastronómica de italiana.

Para comenzar, es imprescindible probar la Burrata, la Caponata o el Diavolo, una mezcla de pulpo, chipirones y camarones a la plancha. Pero la estrella de las entradas es el Sfincione, una pizzeta tradicional siciliana con anchoas, alcachofa, queso pecorino, parmesano, aceitunas, tocino y pan molido.

Como plato fuerte, las opciones son igual de tentadoras: desde la clásica Lasagna de Carne, una de las más aclamadas de la ciudad, hasta la Pasta con Sarde, preparada con sardinas, piñones, pasas y vino blanco. También destacan los Ravioles Caseros rellenos de queso ricotta y menta, el Filete al Romero, la Salchicha Siciliana hecha en casa y las opciones del mar como el Atún o el Pulpo. Por supuesto, las pizzas no pueden faltar: la Mortadela con Pistacchio, la Margherita y la Pizzetta de Burrata son solo algunas de las favoritas.

Para acompañar, María Ciento38 ofrece una cuidada selección de cervezas artesanales y una variada carta de vinos italianos y mexicanos, disponibles por copa o botella. Y para cerrar con broche de oro, los postres son un verdadero deleite: desde el clásico Tiramisú hasta el Cannolo Siciliano, la Panna Cotta, el Chiffon con Crema de Mascarpone y los Gelatos Artesanales, destacando el de leche de búfala.

Más que un restaurante, María Ciento38 es un refugio donde la comida, el arte, el diseño y la música convergen para ofrecer una experiencia que va más allá del paladar. Su decoración moderna, en armonía con la arquitectura de la casona, crea un ambiente acogedor e íntimo, perfecto para compartir con amigos, pareja o familia.

En un mundo donde la prisa domina, María Ciento38 invita a detenerse y disfrutar de los placeres de la vida con cada plato servido. Si aún no lo has visitado, es momento de anotarlo en tu lista de imprescindibles gastronómicos en la CDMX.

Prepara tu Visita
Dirección:
 Santa María La Ribera 138, Sta María la Ribera, Ciudad de México, CDMX
Teléfono: 71590686
Costo por persona: de $300 a $400 pesos
Horario: Martes y miércoles de 13:00 a 22:00 hrs., jueves a sábado de 13:00 a 23:00 hrs. (sábado abre a las 10:00) y domingo de 10:00 a 20:00 hrs.
Página Web: mariaciento38.com.mx
Facebook:
  facebook.com/MariaCiento38
Instagram: instagram.com/mariaciento38
Twitter: twitter.com/mariaciento38

Café Kelebek, las delicias de Turquía en Tlatelolco

Descubrí el Café Kelebek gracias al Metrobús. Cada vez que tomaba la Línea 3 y pasaba por Tlatelolco, justo a la altura del puente rojo —el primer puente peatonal en el Distrito Federal—, alcanzaba a ver una pequeña bandera turca pintada junto a un rótulo que decía “Café Kelebek“. ¿Un café turco en pleno Tlatelolco? Definitivamente tenía que conocerlo. Así que, un sábado con tiempo libre, decidí tomar el Metrobús, bajarme en la estación Tlatelolco y caminar por los locales que están sobre Guerrero, en dirección sur. Llegué al puente rojo, lo crucé, tomé algunas fotos de la vista y, al descender, caminé unos metros más hasta llegar al Café Kelebek.

El lugar era tan sencillo como lo imaginaba, pero acogedor y bien equipado para disfrutar de un buen café. Una larga barra donde preparan las bebidas y alimentos, tres o cuatro mesas sencillas, un pequeño rincón con bisutería turca a la venta, y pantallas que proyectaban música turca moderna a un volumen ideal para la conversación.

En un pizarrón detrás de la barra se podía leer la oferta de bebidas: Café Turco, Té Turco, Té con Leche, Café Americano y Capuccino. Otro menú mostraba los paquetes de desayunos, con opciones como el Türk Kahvaltisi, el Pozanti, el Adana Yumurtalari y el Özel. Además, tenían un menú especial con comida turca casera: Dürum, Manti, Köfte, Lahmacun, Pide y Mercimek Salatasi, entre otros platillos que prometían transportar a Turquía en cada bocado.

Como ya había comido, pedí un Café Turco y me senté en una de las mesas junto a un sartén con arena caliente, donde tenían dos cafeteras turcas o cezve. Como dato curioso, el café turco se prepara tradicionalmente en un cezve, una pequeña jarrita de cobre que se llena con café y agua. Se calienta en arena muy caliente para mantener una temperatura uniforme, logrando un sabor único. Poco después, me sirvieron un plato con mi café turco, un vasito de agua y una media luna rellena con cubitos blancos que parecían dulces. Los probé con algo de desconfianza y descubrí que eran Lokum, también conocido como delicia turca: un dulce gelatinoso típico de Turquía y otras regiones del Medio Oriente. Me explicaron que el Lokum es el maridaje perfecto para el café turco, y tenían toda la razón: su dulzura balanceaba a la perfección la intensidad del café.

Para acompañar mi café, quise probar algún postre típico, pero lamentablemente ya se habían agotado. En su lugar, me ofrecieron un Flan de Café que resultó ser una auténtica delicia. Cremoso, con un sabor exquisito que mezclaba el caramelo y el café, era la combinación perfecta para cerrar la experiencia con broche de oro.

Aunque no tuve la oportunidad de probar más platillos del Café Kelebek, salí feliz y con ganas de regresar. En un mundo donde los lugares auténticos a veces ceden ante lo comercial, encontrar un café turco sencillo pero lleno de esencia es un verdadero hallazgo. Si buscas un sitio tranquilo, ideal para leer un libro, disfrutar una buena charla o simplemente deleitarte con un café turco bien preparado, Café Kelebek es el lugar perfecto. Definitivamente, regresaré para explorar más de su menú y sumergirme de nuevo en la magia turca en pleno corazón de Tlatelolco.

Prepara tu Visita
Dirección:
 Guerrero #325, Tlatelolco, Ciudad de México, CDMX
Horario: Lunes a domingo de 9:30 a 20:00 hrs.
Costo por persona: Menos de $200 pesos
Facebook: facebook.com/profile.php?id=100087763647519
Instagram: instagram.com/cafe_kelebek

Zimo, pasta fresca, vinos y cocteles en la Condesa

¿Eres foodie y estás buscando una experiencia gastronómica única? ¿Te apasiona la pasta? ¿Te encanta disfrutar de buenos cocteles y eres melómanx de corazón? Entonces acompáñame a conocer Zimo, un auténtico templo para las y los amantes de la pasta, el vino, los cocteles y la música; un pequeño paraíso gastronómico escondido en el corazón de la Condesa, justo en la calle de Saltillo. Aquí, la combinación perfecta de sabores, ambiente y ritmos se unen para ofrecerte una experiencia multisensorial que no te puedes perder. ¡Prepárate para deleitar tu paladar y sumergirte en una atmósfera única!

Al llegar a Zimo, lo primero que llamará tu atención son las pequeñas mesas en la terraza, que invitan a disfrutar de un ambiente relajado. Pero lo que realmente te sorprenderá son las enormes ventanas a través de las cuales podrás ver a los pastaios artesanos de la pasta — amasando la masa y dando forma a la pasta fresca que se sirve en el lugar. Así es, en Zimo la pasta se elabora al momento, con los ingredientes más frescos y recetas tradicionales, garantizando una experiencia culinaria auténtica. ¡Una verdadera delicia!

La carta de Zimo es pequeña pero bien pensada, perfecta para pasar una tarde o noche relajada en compañía de tu pareja o amigxs. Para comenzar y compartir, puedes optar por un Carpaccio de Res, una Coliflor Rostizada, una Alcachofa con Quinoa, un Tartar de Atún o una ensalada Caprese con Burrata. Como plato fuerte, no puedes dejar de probar alguna de las pastas frescas de la casa, como el Spaghetti Carbonara, el Penne Arrabiata, el Fusilli al Pesto o los Ravioles con Carne, Mascarpone al Limón o Espinaca y Ricotta. Pero si me preguntas, te recomiendo probar la Tagliatella al Ragú de Ossobuco o el Pappardelle a la Boloñesa, dos pastas que son sencillamente espectaculares.

Para maridar tu pasta, puedes elegir entre una buena selección de vinos que están pensados para un maridaje perfecto. O, si prefieres algo diferente, puedes probar uno de los cocteles de la casa. Yo soy fan de lo clásico, así que opté por un Negroni, un Aperol Spritz y un Martini Seco, pero si te gustan los sabores más contemporáneos, también puedes disfrutar de un Naked & Famous, un Bitter Pink Paloma, un Flavor Love, un Amore Amaro Julep o un Hugo Spritz, entre otros.

Además de la pasta fresca y los deliciosos cocteles, lo que realmente hace único a Zimo es la música. Este lugar cuenta con un sistema de sonido conectado a un tocadiscos donde se reproducen viniles de todas las épocas. Y por si fuera poco, también organizan noches de DJ con propuestas musicales de diferentes géneros y ambientes, creando el escenario perfecto para disfrutar de una velada llena de pasta, vino y buena música.

Zimo es el lugar perfecto para quienes buscan una experiencia gastronómica completa, donde la pasta artesanal, los cocteles, el vino y la música se combinan para ofrecerte una velada inolvidable. Ya sea para una cita romántica, una salida con amigxs o una noche especial, este pequeño paraíso en la Condesa se asegura de que cada visita sea una celebración para los sentidos. ¡No te lo puedes perder!

Prepara tu Visita
Dirección:
 Saltillo #42, Hipódromo, Ciudad de México, CDMX
Horario: Martes y miércoles de 13:00 a 23:00 hrs., jueves a sábado de 13:00 a 01:00 hrs., domingo de 13:00 a 20:00 hrs.
Costo por persona: De $300 a $500 pesos
Facebook: instagram.com/zimo_mx
TikTok: tiktok.com/@zimo_mx

Cantina La Ópera, historia y sabores tradicionales en el Centro Histórico

En 1876, las hermanas Boulangeot decidieron abrir una pastelería elegante en la esquina de San Juan de Letrán y Avenida Juárez, justo donde hoy está la Torre Latinoamericana. La pastelería La Ópera se volvió tan popular que las hermanas se animaron a buscar un local más grande y, en 1895, transformaron su pastelería en la Cantina La Ópera, ubicada en la esquina de 5 de Mayo y Filomeno Mata.

La cantina era tan elegante que rápidamente atrajo a la crema y nata de la época, incluyendo a Don Porfirio Díaz y su esposa Carmelita Romero Rubio, quienes siempre iban acompañados de la alta sociedad mexicana. Sin embargo, tras la Revolución Mexicana, La Ópera perdió a sus glamorosos aristócratas y empezó a ser frecuentada por personajes como Francisco Villa, Emiliano Zapata y sus seguidores. Cuenta la leyenda que Villa, en una noche de copas, disparó su pistola al techo para demostrar su poder.

Con el paso de los años, cuando la Revolución quedó en el pasado, La Ópera volvió a recibir a distinguidos comensales como Miguel Alemán, Adolfo López Mateos, Emilio Portes Gil y Ernesto P. Uruchurtu. También se convirtió en un punto de encuentro para grandes intelectuales de México y Latinoamérica como Carlos Fuentes, Carlos Monsiváis, José Luis Cuevas, Gabriel García Márquez y Octavio Paz.

Más de 140 años después de su inauguración, y 121 años desde que se convirtió en cantina, La Ópera sigue abierta, ofreciendo momentos agradables y llenos de historia a todxs sus visitantes. Aquí puedes disfrutar de una gran variedad de platillos mexicanos tradicionales y otros españoles. Entre los favoritos están la Lengua Veracruzana, Sopa de Tortilla, Machitos a la Parrilla, Lengua al Gusto, Tacos de Pollo, Enchiladas Suizas, Pulpo a la Gallega, Caracoles en Salsa de Chipotle y Chamorro a la Gallega. Todo preparado con ese toque cantinero que es cada vez más difícil encontrar. Y, por supuesto, acompañado de una buena variedad de cervezas, vinos y licores.

Lo genial de La Ópera es que ha sabido mantenerse intacta en el tiempo. Conserva todos sus detalles originales desde 1895: techos altos con detalles espectaculares, elegantes gabinetes de madera decorada y una impresionante barra traída desde Nueva Orleans. Estos detalles te transportan al México Porfiriano, a esos lugares llenos de lujo que solía visitar Don Porfirio.

Entre la impecable decoración, el sabor de los platillos, la variedad de bebidas, el excelente servicio y el ambiente bohemio y relajado, visitar La Ópera es una oportunidad increíble para disfrutar de una tarde llena de sabores e historia en el Centro Histórico de la Ciudad de México. Es uno de esos rincones que todxs lxs chilangxs y turistas deben conocer. Sin duda, una excelente opción para comer rico y pasar un momento muy ameno con la familia, amigxs o pareja.

Prepara tu Visita
Dirección: 5 de Mayo #10, Centro, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: De $300 a $500 pesos
Horario: Lunes a sábado de 13:00 a 0:00 hrs., domingo de 13:00 a 18:00 hrs.
Facebook: facebook.com/Laoperabar

Bistrot Arlequin, sabores francéses en la Colonia Cuauhtémoc

En la esquina de Río Nilo y Río Pánuco, en la colonia Cuauhtémoc, hay un pequeño restaurante que destaca por su sencillez y encanto. A primera vista, no parece gran cosa: solo unas mesas en la acera y luces cálidas que invitan a entrar. No tiene una fachada llamativa ni decoraciones extravagantes, solo es un lugar acogedor en una esquina recién remodelada. Pero al acercarte, sientes la vibra del lugar: un restaurante sin pretensiones donde los vecinxs y otrxs comensales disfrutan de un rato agradable con buena comida. Ese ambiente te invita a sentarte en una de las pocas mesas desocupadas de Bistrot Arlequin.

Al sentarte, te entregan el menú y descubres que estás en un restaurante francés. También te dan una tablet para explorar su extensa carta de vinos. La aplicación es súper útil, te permite conocer la ficha técnica de más de 130 vinos disponibles. Tienen una gran variedad de vinos blancos, tintos y espumosos, de diferentes cepas y países, todos a precios accesibles, tanto por botella como por copa.

El menú de Bistrot Arlequin ofrece una selecta variedad de platillos franceses. Aunque no hay muchas opciones, todas suenan deliciosas, lo que puede hacer difícil la elección. Puedes empezar con una tradicional sopa de cebolla, una de las especialidades de la casa. Otras opciones son el Mousse de Foie (con un toque de jerez), Carpaccio de Salmón Marinado y los clásicos Escargots à la Bourguignonne, perfectas para compartir. Yo recomiendo la Tarta de Jitomate y Queso de Cabra (acompañada de ensalada), ¡es simplemente deliciosa!

De plato fuerte, Bistrot Arlequin ofrece tres especialidades: Quenelles Nantua (receta original de Lyon), Veau à la Forestière (estofado de ternera con crema y champiñones) y Agneau Ponchichery (estofado de carnero con champiñones y curry). También tienen dos preparaciones de salmón: Toscane (con salsa cremosa de jitomate y un toque de albahaca) y Dijonnaise (con salsa de mostaza Dijon). Si prefieres carne, puedes optar por los medallones de filete de res, flameados con Brandy y preparados con salsa de 4 Pimientas, Mostaza, Finas Hierbas, Vino Blanco, Bourguignonne o Roquefort.

Las porciones en Bistrot Arlequin son bastante generosas, así que una entrada compartida y un plato fuerte son más que suficientes para una comida deliciosa. Y lo mejor son los precios: a diferencia de muchos restaurantes franceses en la Ciudad de México, aquí puedes comer increíblemente bien por menos de $450 pesos por persona, quizá un poco más si pides vino.

Bistrot Arlequin es de esos lugares donde se come tan bien que querrás volver una y otra vez. El ambiente es tranquilo, relajado y un poco bohemio, perfecto para disfrutar de una comida sin prisas y pasar toda la tarde en buena compañía. Sin duda, es un lugar ideal para comer o cenar con tu pareja, amigxs o familia.

Prepara tu Visita
Dirección: Río Nilo #42, Colonia Cuauhtémoc, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: De $300 a $500 pesos
Horario: Lunes a sábado de 13:30 a 23:30 hrs., domingo de 13:30 a 17:00 hrs.
Facebook: facebook.com/BistrotArlequin
Twitter: twitter.com/bistrotarlequin

Agapi Mu, auténticos sabores griegos en la Condesa

¿Sabes quién fue Hércules? ¡Claro, el héroe mítico que nació de una aventurilla de Zeus con una mortal! ¿Y esos llamados primeros filósofos? Sí, unos griegos curiosos que usaron la lógica para entender el mundo. ¿Y los edificios más famosos de Grecia? ¡El Partenón, por supuesto!

En la escuela, el cine, la literatura y la televisión nos enseñan mucho sobre la cultura griega: su música, historia, creencias antiguas, personajes famosos… ¡todo! Pero, ¿has probado la comida griega? Probablemente conozcas los gyros, esos deliciosos tacos de cordero envueltos en pan pita (casi como un kebab), pero eso es solo una pequeña muestra de lo que Grecia tiene para ofrecer.

En la Condesa, hay un lugar increíble donde puedes sumergirte en la cultura griega, empezando por la comida y pasando por la música, la arquitectura, el baile y el cine de ese maravilloso país mediterráneo, me refiero, claro, a Agapi Mu. Desde que entras a Agapi Mu, te transportas a un pintoresco pueblo griego; en el fondo se escucha una mezcla de música tradicional y un poco de pop regional. Lxs mesexos, súper amables, te entregan un menú en griego (con su traducción, claro).

Si es tu primera vez, probablemente te tardes un buen rato eligiendo entre la Musaka (pastel de carne con papa y berenjena), la Paputsíkia (berenjena rellena de carne), las Spanakópitas (empanadas de espinaca y tres quesos) y muchos otros platillos deliciosos. Si no puedes decidirte, no dudes en pedirle una recomendación al mesero o mesera. Y no puede faltar el Ouzo, una bebida típica de Grecia similar al anís. Si vas un jueves, viernes o sábado por la noche, probablemente te toque ver un “show” de danza griega.

La experiencia en Agapi Mu es realmente increíble y muy agradable; definitivamente es un lugar ideal para pasar un buen rato con tu pareja o amigxs. ¡No te lo puedes perder!

Prepara tu Visita
Dirección: Alfonso Reyes #96, Condesa, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: De $300 a $500 pesos
Horario:Domingo y lunes de 13:30 a 18:00 hrs., martes a sábado de 13:30 a 23:30 hrs.
Página Web: www.agapimu.rest
Facebook: facebook.com/Agapi-Mu-Comida-griega-204804892890886
Twitter: twitter.com/agapimu_condesa
Instagram: instagram.com/restaurante_agapimu

Marco Polo, un paraíso de sabores italianos en Clavería

¡Un montón de gente me había dicho que tenía que ir a Marco Polo, un pequeño restaurante de comida italiana en pleno corazón de la colonia Clavería! Así que, un domingo que mis papás me invitaron a comer, les propuse ir a probar ese lugar. La verdad, por fuera, Marco Polo pasa totalmente desapercibido; su fachada es angosta y sencilla, así que es fácil que se pierda entre todos los locales de la zona.

Al entrar, nos encontramos con un pequeño pasillo donde nos dieron la bienvenida y nos invitaron a conocer el lugar. Lo primero que vimos fue un piano de pared. Luego notamos las fotos, pósters y cuadros con temáticas italianas, y al fondo, una barra que da a la cocina, donde podías ver cómo lanzaban la masa de las pizzas al aire para estirarla. El lugar era sencillo pero acogedor, y tenía ese típico ambiente de un auténtico restaurante de barrio, lo que nos convenció de quedarnos a comer allí.

En el menú de Marco Polo había una buena variedad de entradas, ensaladas, paninis, sopas, pastas simples y rellenas, así como carnes, pescados, aves y crepas italianas. La elección fue difícil porque todo sonaba delicioso. Para empezar, pedimos un Provoletta (rebanadas de queso provolone horneado con aceite de oliva y orégano sobre rebanadas de jitomate). Como plato fuerte, nos fuimos por unos Cappelletti (pasta rellena de jamón serrano) a los Cuatro Quesos, un Filetto di Pesce alla Miglioni (filete de pescado salteado con anchoa y un toque de limón italiano) y una Milanesa alla Napoletana (rellena de jamón y queso, bañada en pomodoro y parmesano). La entrada y los tres platillos estaban deliciosos, bien servidos y acompañados (en el caso de las carnes) con ensalada y una papa al horno.

Mientras comíamos, la mesa de al lado pidió una pizza grande, ¡y quedamos impresionadxs con el tamaño! Tenía un diámetro de unos 60 o 70 centímetros, simplemente enorme. Tan grande que ni las ocho personas en la mesa pudieron acabársela.

Terminamos tan satisfechxs que no pensábamos pedir postre, pero cuando nos trajeron la charola de postres, no pudimos resistirnos y pedimos un Barzoni (pastelito relleno de chocolate envinado, con corteza de nuez y almendra) y una Tartaleta (rellena de zarzamora y frambuesa, cubierta con chocolate blanco). Ambos postres estaban deliciosos.

La mayor sorpresa fue cuando pedimos la cuenta: habíamos comido delicioso y muy abundante, con un gran servicio, por muy poco dinero. Salimos de Marco Polo con una sonrisa y muchas ganas de regresar pronto para probar los demás platillos del menú. Sin duda, este lugar es una excelente opción para comer en familia una tarde de domingo o con amigos o pareja cualquier día de la semana.

Prepara tu Visita
Dirección: Av. Clavería #158, Claveria, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: De $200 a $300 pesos
Horario: Martes a domingo de 9:00 a 21:00 hrs. (cierra al medio día para el cambio de turno)
Página Web: marcopoloclaveria.com