Entre los cientos de edificios que pueblan la capital mexicana, hay uno que no pasa desapercibido por ninguna razón… aunque tal vez no por las razones que imaginas. Se trata del Pyramid Center, un edificio con forma de pirámide egipcia que se alza, no a orillas del Nilo, sino del Río Churubusco, en la colonia Portales, alcaldía Benito Juárez.
Sí, leíste bien: una pirámide egipcia en la CDMX. Esta extraña joya de la arquitectura capitalina fue construida en los años 80 por el arquitecto Ibáñez Gill, de quien no se tienen muchos más registros en el ámbito arquitectónico, pero cuyo legado vive (y resiste) en esta estructura de siete pisos con forma triangular que recuerda a las monumentales construcciones de Guiza… aunque con un estilo muy “chilango”.
Un diseño único que no deja a nadie indiferente
El Pyramid Center está recubierto con cristales tornasolados en tonos azules, lilas y verdes, que, con el paso del tiempo, se han ido deslavando, dándole un aire melancólico, casi poético. En la cima, flanqueado por dos tradicionales tinacos blancos, se lee el nombre del edificio en letras que imitan jeroglíficos egipcios: Pyramid Center.
Su forma piramidal, con cada piso más pequeño que el anterior, lo convierte en un punto de referencia inconfundible desde el Circuito Interior, pero también ha sido motivo de innumerables memes, críticas y hasta concursos. En redes sociales, muchxs lo han calificado como “el edificio más feo de la CDMX”, “una broma arquitectónica” o simplemente “una locura ochentera que se salió de control”. Incluso, en una encuesta recreativa realizada por el arquitecto EXA, ganó el primer lugar como el edificio más feo de la ciudad.
Más que una fachada excéntrica: un edificio con vida propia
Aunque en internet abunden los comentarios que aseguran que está abandonado, la realidad es que el Pyramid Center sigue vivo. Alberga una variedad de negocios y oficinas: desde talleres automotrices, asesorías de negocios y tiendas de componentes electrónicos, hasta un consultorio psicológico y una tienda de plantas.
Por cierto, si visitas el edificio y subes al último piso, no te olvides de saludar a los emblemáticos tinacos, que se han convertido en los verdaderos faraones del lugar.
¿Por qué tanto odio?
La arquitectura, como cualquier arte, es subjetiva. Lo que a unos les parece feo, a otros les puede parecer encantador, o al menos interesante. El Pyramid Center representa esa mezcla entre la nostalgia ochentera, la funcionalidad urbana, y una creatividad sin filtros que también es parte de la identidad visual de la CDMX.
En una ciudad donde conviven maravillas coloniales como la Catedral Metropolitana o el Palacio Nacional, con íconos modernos como la Torre Reforma o el Museo Soumaya, el Pyramid Center ocupa su lugar como un símbolo de la arquitectura ecléctica y sin complejos que caracteriza a la capital mexicana.
¿Vale la pena visitarlo?
Si te apasiona la historia del antiguo Egipto, los edificios fuera de lo común o simplemente te gusta explorar las rarezas urbanas de la CDMX, el Pyramid Center es un must. Además, está muy bien ubicado: lo encuentras en Av. Río Churubusco 59, colonia Portales, justo en medio del caos, los cláxones y el eterno flujo de autos del Circuito Interior.
Quizá no sea bonito para todos los ojos, pero definitivamente es inolvidable. ¿Y quién sabe? Tal vez al visitarlo termines encontrando belleza en lo que muchos consideran feo.
Apasionado de la comida, siempre en busca de nuevos rincones donde disfrutar sabores únicos. Maestro de yoga y meditación, combina su espíritu tranquilo con su amor por la aventura como ciclista urbano. Admirador de la cultura mexicana, explora la magia de la Ciudad de México.