Una mujer que compra una tarta para conmemorar el cumpleaños de su hijo muerto, quien fue encontrado asfixiado dentro de un refrigerador. Una niña que, ante la inminente muerte de su madre, se siente obligada a contactar a su padre ausente. Una anciana obsesionada con cultivar zanahorias con forma de manos. Una mujer que discute con su novio tras enterarse de que, en el departamento de arriba, alguien fue asesinado. La amante de un médico frustrada porque él nunca deja a su esposa. Un curador de un museo de tortura que recorre con frialdad los instrumentos con los que se hizo sufrir a otros. Un hombre cuyo tío, sencillamente, se dejó arrastrar por la vida… y por la muerte.
¿Qué relación podrían tener estos personajes? A simple vista, ninguna. Pero si piensas en la teoría de los seis grados de separación —esa que sostiene que cualquier persona en el mundo puede estar conectada con cualquier otra a través de una cadena de no más de seis conocidxs—, entonces todo comienza a tener sentido. Agrega a eso los encuentros cotidianos con desconocidxs en el transporte, la oficina, o incluso en la calle, y de pronto parece que todas las historias, por extrañas o trágicas que sean, están más cerca de lo que pensamos. ¿Quién sabe con cuántos asesinos te has cruzado sin saberlo? ¿O con cuánta gente cuya vida se ha entrelazado con la tuya sin que lo notes?
La escritora japonesa Yoko Ogawa toma esta idea de conexiones invisibles y la transforma en una inquietante y fascinante obra: Venganza. Esta novela, compuesta por una serie de relatos aparentemente independientes, revela poco a poco cómo cada historia se entrelaza con la siguiente, como piezas de un rompecabezas narrativo donde un gesto mínimo —una llamada equivocada, un una visita al zoológico, una conversación trivial— puede marcar el destino de alguien más.
Más allá de su estructura entrelazada, lo que hace a Venganza verdaderamente poderosa es su temática: todas las historias giran en torno a ese impulso primario, oscuro y doloroso que es la venganza. Pero aquí no se trata de venganzas estridentes ni espectaculares como en la Trilogía de la Venganza de Park Chan-wook. Lo que Ogawa construye es una red de venganzas íntimas, silenciosas, incluso ambiguas. Algunas no se concretan nunca; otras lo hacen con una violencia que sorprende por lo contenida.
Venganza es una lectura inquietante y seductora. Una exploración de las emociones humanas más crudas: el dolor, la tristeza, la frustración, la rabia, la culpa y, claro, la necesidad de justicia —o al menos de catarsis. Con una prosa sencilla pero precisa, Ogawa nos sumerge en un mundo donde lo extraño es cotidiano, y lo cotidiano es potencialmente trágico.
Venganza no solo es una colección de cuentos oscuros y bellamente escritos, sino también un espejo distorsionado de nuestra propia humanidad. Una lectura perfecta para quienes disfrutan de historias que inquietan más de lo que explican, que conectan sin avisar y que dejan resonando una misma pregunta: ¿cuán cerca estás tú de la historia de alguien más?
Apasionado de la comida, siempre en busca de nuevos rincones donde disfrutar sabores únicos. Maestro de yoga y meditación, combina su espíritu tranquilo con su amor por la aventura como ciclista urbano. Admirador de la cultura mexicana, explora la magia de la Ciudad de México.