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Museo Regional Comunitario Cuitláhuac, Historia viva de Tláhuac a través de 500 tesoros culturales

El Museo Regional Comunitario Cuitláhuac es una joya cultural escondida en el corazón de Tláhuac. Inaugurado en 2002, este museo lleva el nombre de Cuitláhuac, un importante tlatoani mexica que falleció durante la guerra con los españoles, víctima de la viruela. Su nombre también tiene raíces en el topónimo “Tláhuac”, lo que refuerza la conexión entre el museo y la historia de la región. Si eres amante de la historia o simplemente curioso, este lugar es perfecto para hacer un recorrido por varios siglos de vida en el Valle de México, desde las primeras civilizaciones hasta la época colonial.

El museo alberga una colección fascinante de más de 500 piezas, que incluyen desde hallazgos arqueológicos hasta objetos de la vida cotidiana y fotografías. Estas exhibiciones se dividen en tres secciones principales. En primer lugar, la sección preclásica cuenta con piezas de jade, cerámica y puntas de proyectil provenientes de lugares tan lejanos como Teotihuacán, así como de culturas como la tolteca, chalca, olmeca-xicalanca, chichimeca y mexica. Luego está la sección colonial, donde se pueden apreciar objetos como candelabros y vasijas que muestran cómo era la vida después de la llegada de los españoles. Finalmente, hay una sección dedicada a las costumbres y tradiciones contemporáneas, en la que se exploran las influencias culturales de los siglos pasados en las tradiciones actuales de Tláhuac.

Uno de los grandes tesoros del museo son las cinco vasijas ceremoniales y las figuras de deidades como Tláloc (dios de la lluvia), Xolonen (diosa del maíz) y Tonacacíhuatl (diosa de la abundancia), todas encontradas en excavaciones cercanas a San Pedro Tláhuac. Estos descubrimientos impulsaron más excavaciones en la zona y fueron clave para que la comunidad, en conjunto con investigadorxs y el INAH, trabajara en la preservación de este invaluable patrimonio histórico. Además, el museo no solo celebra el pasado, sino también el esfuerzo actual de la comunidad para mantener viva su historia.

El Museo Regional Comunitario Cuitláhuac es administrado por la propia comunidad, lo que lo convierte en un espacio auténtico y cercano. Si decides visitarlo, también puedes aprovechar para recorrer otros museos cercanos, como el Museo Regional de Tláhuac o el Museo Tomás Medina Villarruel en San Juan Ixtayopan. Para visitar el museo entre semana, es necesario hacer una reservación llamando entre las 15:00 y 19:00 horas, pero los fines de semana las puertas están abiertas para todos y todas. ¡Una excelente opción para explorar la historia de Tláhuac y disfrutar de un día lleno de cultura!

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Dirección:
 Calz.Tláhuac Chalco #63, La Magdalena, Tláhuac, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: Entrada libre.
Horario: Sábado y domingo de 10:00 a 16:00 hrs.
Facebook: facebook.com/museocuitlahuac

Museo de Tepexpan, descubre los restos prehistóricos de la Cuenca de México

Si buscas una aventura arqueológica cerca de la Ciudad de México, el Museo de Tepexpan es una joya que no te puedes perder. Este museo, aunque menos conocido que el gigantesco Museo de Antropología, ofrece una experiencia única y tranquila, ideal para las y los curiosos de la prehistoria. Ubicado en la colonia Anáhuac del municipio de Acolman, Estado de México, el museo se levanta donde fue descubierto el famoso “Hombre de Tepexpan“, un hallazgo fascinante que ha mantenido en vilo a los investigadores desde 1947.

Lo que hace al Museo de Tepexpan tan especial es su enfoque en la paleontología y la arqueología, con una colección que incluye restos óseos de animales pleistocénicos y humanos. Las herramientas de piedra y los cráneos precerámicos exhibidos aquí nos transportan a la prehistoria de la Cuenca de México, cuando los primeros habitantes cazaban mamuts y usaban rudimentarias herramientas para sobrevivir. Si eres amante de las historias antiguas, te encantará el fotomural que recrea una emocionante cacería de mamuts.

El “Hombre de Tepexpan“, cuyo esqueleto fue encontrado cerca del Lago de Texcoco, sigue siendo un enigma. Aunque al principio se creyó que tenía unos 10,000 años, estudios más recientes sugieren que los restos tienen entre 4,500 y 7,000 años. Además, en un giro inesperado, algunos expertos ahora piensan que el “Hombre” en realidad podría ser una “Mujer“, aunque este punto sigue en debate. ¿Intrigante, verdad?

Así que, si estás planeando una escapada arqueológica o simplemente quieres aprender más sobre nuestros antepasados prehistóricos, el Museo de Tepexpan es el lugar perfecto. Con la futura apertura del Parque del Lago de Texcoco, es probable que pronto gane la atención que merece, ¡así que aprovecha y visítalo antes de que se convierta en un destino turístico masivo!

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Dirección:
 Carretera México-cuota, Manzana #028, Colonia Anahuac 1ra Secc, Tepexpan, Estado de México
Costo por persona: Entrada libre.
Horario: Martes a domingo de 10:00 a 17:00 hrs.
Página Web: lugares.inah.gob.mx/es/museos-inah/museo/453-museo-de-tepexpan.html?lugar_id=453

El Gran Basamento de Tenochtitlán, una ventana al México prehispánico en el Centro Histórico

Si alguna vez paseas por el Centro Histórico de la Ciudad de México, específicamente por la calle República de Argentina, te llevarás una gran sorpresa arqueológica: el Gran Basamento. Este increíble yacimiento se encuentra justo al norte del Templo Mayor, uno de los sitios más sagrados de la antigua Tenochtitlan, y te da la oportunidad de echar un vistazo a siglos de historia a través de sus ventanas arqueológicas. ¿Qué mejor manera de conectarte con el pasado mientras paseas por las calles modernas de la ciudad?

A solo dos metros bajo el nivel actual de la calle, las y los visitantes pueden asomarse a un pedazo impresionante de la antigua capital mexica. ¡Es como un balcón arqueológico hacia el pasado! A través de cristales templados y con sistemas de control de humedad e iluminación, puedes observar los restos de un enorme basamento de más de 40 metros, construido entre 1440 y 1521, justo antes de la llegada de los conquistadores españoles. La estructura que ves hoy es solo la punta del iceberg, ya que los arqueólogos han identificado al menos cinco etapas de construcción, cada una más fascinante que la anterior.

El Gran Basamento es una parada obligada para cualquier amante de la historia y la cultura. Imagina pararte justo donde hace más de 500 años los mexicas construían, ampliaban y reverenciaban sus templos. Lo mejor de todo es que, al estar ubicado en una de las calles peatonales más vibrantes del centro, puedes combinar tu visita con una parada en el Museo del Templo Mayor o en alguna de las tantas cafeterías cercanas. ¡Una experiencia imperdible en el corazón de la ciudad!

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Dirección:
 República de Argentina s/n, Centro Histórico, Ciudad de México, CDMX

Huei Tzompantli, la pared de cráneos Mexica en el Corazón de Tenochtitlán (CDMX)

Un Tzompantli era una estructura escalofriante pero fascinante en las antiguas culturas mesoamericanas, especialmente entre los mexicas. Imagina un “estante” o altar donde se exhibían cráneos, generalmente de guerreros enemigos, víctimas de sacrificios o incluso jugadores de pelota que habían perdido. Los tzompantlis no eran solo muestras de poder militar o religioso, sino también símbolos de la conexión entre la vida, la muerte y el ciclo cósmico en la cosmovisión de estas culturas. Aunque puede sonar un poco aterrador, estos estantes eran esenciales para las ceremonias y rituales más importantes de Tenochtitlan.

Entre todos los tzompantlis, el más impresionante fue sin duda el Huei Tzompantli o Gran Tzompantli de Tenochtitlan. Este gigantesco estante de cráneos fue descubierto en 2015, justo al norte de la Catedral Metropolitana en la calle de Guatemala. Aunque el sitio no está abierto al público, las excavaciones han revelado datos fascinantes sobre la vida y las creencias mexicas. Se cree que este tzompantli era el principal de la ciudad, un monumento imponente donde los cráneos de las víctimas de sacrificios y guerreros derrotados eran colocados temporalmente en estantes de madera, para luego ser trasladados a enormes torres construidas con cráneos en el complejo ceremonial.

Un cronista de la época, Andrés de Tapia, describió haber visto esta torre y estimó que contenía alrededor de 136,000 cráneos, una cifra que nos deja con la boca abierta. Aunque hoy en día, gracias a las excavaciones del INAH, se han identificado unos 650 cráneos en total, el hallazgo ha revelado algo sorprendente: alrededor del 25% de estos cráneos pertenecen a mujeres y niños, lo que desafía la idea de que solo eran guerreros capturados. ¡Una revelación que nos deja pensando en el papel que jugaban diferentes personas en estos rituales!

El Gran Tzompantli es una ventana directa al pasado mexica, una estructura que refleja las creencias profundas sobre la vida y la muerte en la antigua capital de Tenochtitlan. Aunque no podemos caminar entre sus restos aún, nos recuerda lo impresionante y a veces aterrador que era el poder de este imperio. ¡Definitivamente una historia que te hará ver el centro histórico de la Ciudad de México con otros ojos!

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Dirección:
 República de Guatemala 24, Centro Histórico, Ciudad de México, CDMX

Pirámide de Tequipa, un modesto viaje al México Prehispánico en el Ajusco

¡Si buscas una aventura fuera de lo común en la Ciudad de México, la Pirámide de Tequipa es el lugar ideal para explorar! Escondida en una esquina del pintoresco pueblo de Santo Tomás Ajusco, en la alcaldía Tlalpan, esta joya arqueológica ofrece un vistazo al pasado prehispánico, aunque pocos la conocen. Su historia se remonta al periodo posclásico tardío (1325-1521), y lo interesante es que fue construida por pueblos tepanecas que escaparon de la expansión del imperio mexica tras la caída de Azcapotzalco.

El sitio ha visto días mejores, ya que el tiempo y los saqueos del siglo XX han dejado su huella en la estructura. Sin embargo, las y los residentes locales se esfuerzan por preservar su legado. Incluso se dice que la pirámide contaba con una figura tallada en la cima, y aunque hoy no está, el famoso “Cuartillo” —una piedra ceremonial— se conserva en el atrio de la iglesia del pueblo, como un recordatorio del pasado glorioso de esta región.

Explorar la Pirámide de Tequipa es como dar un paseo por la historia. Aunque ha sido dañada por la extracción de piedra para construcción, su escalinata oriental aún se conserva y te invita a imaginar las ceremonias que alguna vez tuvieron lugar allí. Es un orgullo para la comunidad, que resguarda este sitio ancestral, y una oportunidad única para las y los curiosos que buscan una experiencia auténtica fuera de las rutas turísticas tradicionales.

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Dirección:
 Pirámide #27, Ampliacion San Miguel Ajusco, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: Entrada libre.
Horario: Lunes a viernes de 11:00 a 16:00 hrs.

Zona Arqueológica de Los Reyes La Paz, una aventura a la antigua Mesoamérica

¿Sabías que a solo unos minutos del metro Los Reyes se esconde un fascinante tesoro arqueológico? La Zona Arqueológica de Los Reyes La Paz es una joya poco conocida en el Estado de México, que te transporta a la época prehispánica en un abrir y cerrar de ojos. Ubicada en las laderas de San Miguel Teotongo, este sitio cuenta con una impresionante pirámide de tres cuerpos escalonados, construida en etapas que datan desde el año 1100 hasta antes de la llegada de los españoles en 1521.

Este lugar, conocido como Axaquilpan, que significa “sobre la hierba de la arena”, fue un importante centro de actividad bajo la influencia de la poderosa civilización tolteca de Tula. Con el tiempo, se fue transformando y adaptando a los grupos nómadas de habla náhuatl que llegaron alrededor del siglo XIII. Durante su apogeo, Los Reyes La Paz formaba parte de un entramado de ciudades que pagaban tributo a Texcoco y Chimalhuacán, con una población dedicada a la extracción de piedra basáltica y, probablemente, la pesca.

Lo más interesante de este sitio es que no solo fue testigo del florecimiento de varias culturas mesoamericanas, sino que también sobrevivió a la llegada de los españoles. Aunque hoy en día el yacimiento parece ser un tranquilo rincón arqueológico, en su momento fue parte de una vibrante red de asentamientos que comerciaban y competían por el control del Valle de México. Además, la pirámide está orientada hacia el oeste, lo que ha llevado a los expertos a pensar que fue dedicada a Huitzilopochtli, el dios mexica del sol y la guerra, reforzando su importancia en la cosmología de la época.

Para quienes buscan una experiencia cultural distinta cerca de la Ciudad de México, la Zona Arqueológica de Los Reyes La Paz ofrece una fascinante combinación de historia, arqueología y misticismo. Con una caminata de apenas 20 minutos desde la estación de metro Los Reyes, puedes llegar a este sitio que, aunque no es tan conocido como otros grandes yacimientos, está lleno de historia y encanto. ¡Una parada ideal para las y los aventureros que quieran descubrir los secretos de la antigua Mesoamérica!

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Dirección:
 C. Benito Juárez S/N, Ampliación, Emiliano Zapata, Estado de México
Costo por persona: Entrada libre.
Horario: Martes a domingo de 10:00 a 17:00 hrs.
Página Web: inah.gob.mx/zonas/134-zona-arqueologica-los-reyes-la-paz

Lavaderos de San Pedro, el lugar de los restos humanos máss antiguos del Valle de México

Si alguna vez has visitado o vives en Iztapalapa, es posible que hayas escuchado hablar de los famosos Lavaderos de San Pedro, un sitio que, aunque hoy es un parque infantil y un punto de encuentro del barrio, guarda un secreto milenario. En 1953, durante una expansión de los lavaderos, se realizó un hallazgo asombroso: los restos humanos más antiguos que se han encontrado en el Valle de México. ¿Te imaginas? ¡Más de 10,000 años de historia estaban literalmente bajo nuestros pies!

Los fósiles, conocidos como los fósiles de Aztahuacan, pertenecen a una mujer y dos hombres que vivieron durante el Pleistoceno Superior. Se cree que eran cazadores-recolectores que recorrían la región mucho antes de la invención de la cerámica. Hoy en día, los restos originales forman parte de la colección pre-cerámica del INAH, pero las réplicas de sus cráneos pueden verse en el Museo del Fuego Nuevo. Este hallazgo no solo marcó un antes y un después en la arqueología del Valle de México, sino que también puso a los Lavaderos de San Pedro en el mapa cultural.

Pero los lavaderos no solo son famosos por su historia prehistórica. Durante décadas, fueron el corazón de la vida cotidiana de las familias del barrio. Aquí, generaciones de amas de casa se reunían no solo para lavar la ropa, sino también para cuidar a sus hijos y socializar (y echar chisme, obvio). A pesar de que hoy la mayoría de los hogares cuentan con lavadoras, el lugar sigue siendo un espacio de encuentro para la comunidad, manteniendo viva esa esencia de convivencia. Un pequeño santuario dedicado a San Pedro recuerda la importancia espiritual que ha tenido la zona a lo largo del tiempo.

Si estás cerca, no dudes en darte una vuelta. Los Lavaderos de San Pedro están a solo cinco minutos a pie de la Parroquia de Santa María de Aztahuacan y del área del reloj de Aztahuacan. Un rincón que mezcla historia, tradición y un cálido sentido de comunidad. ¡Es como caminar entre el pasado y el presente al mismo tiempo!

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Dirección:
 Avenida México & San Pedro, Santa María Aztahuacan, Iztapalapa, Ciudad de México, CDMX

Zona arqueológica de Tenayuca, un vistazo al ícono de arquitectura mexica

La fascinante Zona arqueológica de Tenayuca está a la vuelta de la esquina y es mucho más accesibles de lo que podrías imaginar. Solo necesitas abordar la línea 3 del Metrobús, ¡y al llegar a la última estación, las ruinas estarán justo allí, esperándote para una inmersión en la historia!

Ubicado en Tlalnepantla de Baz, en el Estado de México, Tenayuca es un antiguo sitio arqueológico que ofrece una ventana fascinante al pasado. Aunque su historia se remonta al Período Clásico, fue durante el Posclásico cuando esta ciudad fortificada, construida posiblemente por los hñähñu (otomíes), alcanzó su apogeo. Estos antiguos habitantes hicieron de Tenayuca una potencia regional destacada, especialmente después de la caída de Tula.

A mediados del siglo XIV, la ciudad cayó bajo el dominio de Azcapotzalco, y más tarde, en 1434, se convirtió en parte del vasto imperio azteca. Los aztecas (mexicas) no solo conquistaron Tenayuca, sino que también se inspiraron en su arquitectura para construir sus propios templos. ¡De hecho, la pirámide de Tenayuca es el ejemplo más antiguo de la típica pirámide doble azteca, una estructura que se convirtió en todo un ícono de la arquitectura azteca!

El cronista Bernal Díaz del Castillo llamó a Tenayuca el “pueblo de las serpientes“, en referencia a las impresionantes esculturas de serpientes que adornan el lugar. Estas esculturas, junto con otras características del sitio, están asociadas con los cultos al fuego y al sol, elementos esenciales en la cosmovisión mexica. Además, a solo 200 metros de la pirámide principal, puedes explorar los restos de un complejo residencial de élite, donde algunos pisos de yeso aún conservan su esplendor original.

Aunque el sitio fue abandonado después de la conquista y redescubierto en 1925, las ruinas de Tenayuca siguen siendo un testimonio impresionante del ingenio y la grandeza de las civilizaciones antiguas. Así que, si estás buscando una escapada histórica sin complicaciones, ¡Tenayuca te está esperando para que descubras sus secretos escondidos!

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Dirección:
 Quetzalcoatl S/N, San Bartolo Tenayuca, Tlalnepantla, Estado de México
Costo por persona: $75 pesos.
Horario: Martes a domingo de 10:00 a 17:00 hrs.
Página Web: inah.gob.mx/zonas/137-zona-arqueologica-tenayuca-i-y-ii

Zona Arqueológica Santa Cecilia Acatitlán, un espacio de historia prehispánica en Tlalnepantla

Si estás buscando un rincón fascinante para explorar cerca de la Ciudad de México, ¡no busques más! La Zona Arqueológica Santa Cecilia Acatitlán, situada en Tlalnepantla de Baz, es una joya escondida que te transportará a tiempos antiguos con solo un vistazo.

En el pasado, Acatitlán era un altepetl, una entidad política independiente bajo la sombra del poderoso altepetl de Tenayuca. Imagina un lugar lleno de vida y actividad, donde los pueblos indígenas provenientes del norte del Valle de México se asentaron en las llanuras y laderas de la Sierra de Guadalupe. Aunque algunos sugieren que los habitantes pudieron haber llegado desde la antigua Teotihuacan, por el año 1299 ya estaban bajo el yugo de los Tepanecas de Azcapotzalco. Sin embargo, no pasó mucho tiempo antes de que los guerreros mexicas, aún en formación, tomaran el control en la década de 1430 y gobernaran hasta la llegada de los españoles en 1521.

La joya del sitio es, sin duda, la pirámide que ha resistido la prueba del tiempo. Este impresionante centro ceremonial, que fue descubierto en 1923-1924, fue el núcleo de la vida religiosa de Acatitlán. Aunque la pirámide se encontraba sepultada bajo tierra, hoy en día es una ventana al pasado, con construcciones que se realizaron en ocho etapas sucesivas. Las adoraciones a Huitzilopochtli y Tlaloc, dos deidades importantes, eran el corazón de este centro ceremonial, al igual que en la gran Tenochtitlan.

No solo la pirámide es un testimonio del pasado, sino también el Museo de Santa Cecilia Acatitlán, inaugurado en 1961 después de extensas excavaciones. El museo, ubicado en una encantadora casa de adobe construida en 1832, alberga cinco salas llenas de monolitos, esculturas y piedras talladas que narran la historia de este antiguo asentamiento. Además, encontrarás artefactos que reflejan la influencia mexica que se asentó en la región después de la conquista.

Para una experiencia auténtica, planea tu visita durante el Festival del Equinoccio, celebrado cada marzo. Este evento vibrante llena la ciudad de luces, música y arte, brindando un ambiente festivo que celebra la rica herencia cultural de la región.

Llegar a Santa Cecilia Acatitlán es fácil y conveniente. Toma la línea 3 del Metrobús hasta la estación de Tenayuca y luego un taxi de 10 minutos o un camión en las líneas de “San Rafael” y “Av. De Los Fresnos” hacia el norte. ¡La historia te espera y la aventura está a la vuelta de la esquina!

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Dirección:
 Basamento Pirámidal, Tula Manzana 022, Santa Cecilia Acatitlan, Tlalnepantla, Estado de México
Costo por persona: $75 pesos.
Horario: Martes a domingo de 10:00 a 17:00 hrs.
Página Web: inah.gob.mx/zonas/136-zona-arqueologica-santa-cecilia-acatitlan

Cerro de la Estrella, arqueología, historia, misterio y la ceremonia del Fuego Nuevo en Iztapalapa

¡Prepárate para un viaje emocionante a uno de los secretos mejor guardados de la Ciudad de México! El sitio arqueológico Cerro de la Estrella, situado en la cumbre de esta magnífica montaña, es mucho más que un simple sitio arqueológico. Imagina un lugar donde hace siglos se celebraba una ceremonia tan grandiosa y rara que solo ocurría cada 52 años. ¡Eso es lo que hace especial a este lugar!

Conocido antiguamente como Huizachtécatl, el Cerro de la Estrella era el centro de la ceremonia del Fuego Nuevo, un evento crucial para las sociedades mesoamericanas del Posclásico. Los sacerdotes mexicas observaban las estrellas para interpretar señales divinas y asegurarse de que el universo estaba en equilibrio. Las ceremonias se llevaban a cabo en 1351, 1403, 1455 y 1507, y hoy en día aún puedes ver parte de la estructura original donde se realizaban estos ritos sagrados. ¡Imagina cómo era este lugar durante esas noches mágicas!

El sitio cuenta con dos estructuras principales: un imponente templo piramidal y una terraza con una escalera de cuatro metros de diámetro. Estas construcciones, que datan del año 100 d.C., están en la ladera norte del cerro y muestran una fuerte influencia de Teotihuacán. También encontrarás restos de muros de cimentación y más de 200 piedras grabadas con rostros antropomorfos y motivos geométricos, lo que añade un toque enigmático a tu visita. Además, el Cerro de la Estrella estuvo habitado durante más de 2,000 años, ¡y algunos restos humanos datan de hace 9,000 años!

Para completar tu experiencia, visita el Museo del Fuego Nuevo, situado también en la montaña. Inaugurado en 1998, este museo tiene una forma piramidal y alberga una colección impresionante de objetos de la era colonial y antigua. Aquí podrás aprender todo sobre la ceremonia del Fuego Nuevo, la leyenda de los cinco soles y los antiguos calendarios. ¡Una visita obligada para los y las amantes de la historia y la arqueología!

El 6 de noviembre de 1507, se cree que fue la última vez que se realizó la ceremonia del Fuego Nuevo. Los sacerdotes vestidos como divinidades encendían una hoguera gigantesca en la cima del cerro, visible desde lejos, mientras que la comunidad permanecía en la penumbra. Las familias usaban máscaras de maguey para protegerse de los Tzitzimimes, seres míticos, y al amanecer, todos se vestían con ropa nueva para marcar el inicio de una nueva era. ¡Qué increíble es imaginar cómo era todo esto!

Para llegar al Templo del Fuego Nuevo, simplemente toma la Calzada Estrella cerca de la intersección con la Calzada Ermita Iztapalapa y la avenida Javier Rojo Gómez. Las estaciones de metro Iztapalapa y Cerro de la Estrella te acercarán a este fascinante lugar. No te pierdas la oportunidad de explorar el Cerro de la Estrella y sumérgete en la historia y el misterio del Fuego Nuevo. ¡Te esperamos para una aventura inolvidable!

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Dirección:
 Carrretera Escenica al cerro de la estrella Km 2 S/N Ampliacion Veracruzana, Parque Nacional Cerro de la Estrella, Iztapalapa, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: Entrada libre.
Horario: Martes a domingo de 10:00 a 17:00 hrs.
Facebook: facebook.com/museofuegonuevo/