Archivos de la categoría Conoce CDMX

Monumento a León Felipe, un tributo al poeta español en Casa del Lago

En medio de los jardines de la Primera Sección de Chapultepec, justo en la glorieta de la Casa del Lago, se alza el Monumento a León Felipe, una pieza que celebra la vida y obra de uno de los poetas más influyentes del siglo XX. Fue erigido en 1974, como un regalo del presidente Luis Echeverría para honrar la memoria de este destacado poeta español, que encontró en México su hogar definitivo.

León Felipe, cuyo nombre real era Felipe Camino Galicia de la Rosa, nació en 1884 y, a lo largo de su vida, dejó una huella imborrable en la poesía y en la lucha por la justicia social. Aunque muchas veces se le relaciona con la Generación del 27, su obra trascendió más allá de las fronteras y épocas, destacándose por su estilo único y su incansable defensa de la verdad y la solidaridad. Tras oponerse a la Guerra Civil Española, León Felipe se instaló en México en 1949, donde continuó escribiendo hasta su muerte en 1968.

El monumento que lo recuerda es obra del escultor Julián Martínez Soto, conocido también por el Monumento al Mestizaje en Coyoacán y por la icónica estatua ecuestre de Francisco Villa en el Parque de los Venados. La escultura de León Felipe en Chapultepec no sólo conmemora su legado literario, sino que también refleja su incansable búsqueda de justicia y su espíritu combativo.

Así que la próxima vez que pasees por Chapultepec, tómate un momento para contemplar este monumento que, más que un simple homenaje, es un símbolo de la eterna lucha por un mundo más justo.

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Dirección:
 Bosque de Chapultepec Primera Seccion S/N, Ciudad de México, CDMX

Fuente Guardianes del Futuro, un monumento al cuidado del planeta y las nuevas generaciones en Chapultepec

La Fuente Guardianes del Futuro es una de esas pequeñas joyas ocultas en la vasta extensión del Bosque de Chapultepec. Aunque puede que no sea tan famosa como otras fuentes del parque, tiene un significado profundo y un diseño único que merece la pena descubrir. Ubicada cerca de la transitada calle Fernando Alencastre, a pocos pasos del monumento a George Washington, esta fuente es fácilmente identificable por su imponente estructura central: una pirámide de pequeños cuerpos infantiles que, con sus brazos levantados, sostienen una esfera azul que simboliza el planeta Tierra. Esta imagen evoca la idea de que lxs niñxs, con su pureza y energía, son los verdaderxs guardianxs del futuro de nuestro mundo.

La fuente fue creada en 1997 por el escultor Jesús Ricardo García Ortiz, y es una de las dos obras gemelas que el artista diseñó, la otra se encuentra en la famosa Costera de Acapulco. Ambas fuentes comparten el mismo espíritu: un llamado a la reflexión sobre el cuidado de nuestro planeta y la importancia de las nuevas generaciones en este esfuerzo. La estética de la fuente, con sus figuras infantiles que parecen sacadas de un cuento, tiene un aire lúdico que conecta tanto con los niñxs como con adultos, quienes pueden interpretar su mensaje de protección y esperanza.

Con el paso del tiempo, la fuente ha sido objeto de trabajos de restauración. En 2011, fue rehabilitada para asegurar su conservación y funcionamiento, incluyendo la instalación de nuevas bombas de agua y mejoras en los jardines que la rodean. Hoy en día, sigue siendo un rincón especial del bosque, donde lxs visitantes pueden sentarse, reflexionar y disfrutar de un momento de tranquilidad en medio del caos de la Ciudad.

La Fuente Guardianes del Futuro no solo es una obra de arte, sino también un recordatorio de que el futuro está en manos de las próximas generaciones, y que todos, en algún momento, debemos ser sus guardianxs. En medio del ajetreo de la ciudad y el bullicio del parque, esta fuente es un espacio de paz que invita a contemplar el papel que jugamos en la protección del planeta y en la construcción de un mejor mañana.

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Dirección:
 Bosque de Chapultepec II Secc, Ciudad de México, CDMX

Monumento a La Raza, un tributo a la Raza Cósmica mexicana

El Monumento a La Raza, ubicado en la transitada avenida Insurgentes Norte, justo en el cruce con Circuito Interior (Bicentenario), de la Ciudad de México, es una de esas joyas arquitectónicas que pasan desapercibidas para muchxs, pero que encierran una fascinante historia y un simbolismo profundo. Si alguna vez te has preguntado qué es esa imponente pirámide de 50 metros de altura (debo confesar que todas las fuentes consultadas dan esa altura, pero a mi me parece que es mucho menos), estás a punto de descubrir un rincón histórico que vale la pena admirar más de cerca.

Construido entre 1930 y 1940, este monumento es fruto del trabajo conjunto del ingeniero Francisco Borbolla y el arquitecto y escultor Luis Lelo de Larrea. Fue levantado en pleno Maximato, una etapa crucial en la historia de México tras la Revolución Mexicana, marcada por la consolidación del poder político y la búsqueda de una identidad nacional. En este contexto, el monumento rinde homenaje a la idea de “La Raza Cósmica“, una teoría promovida por el filósofo José Vasconcelos, quien proponía que las y los mexicanos eran descendientes de la mezcla de todas las razas, resultando en una nueva raza mestiza y trascendental. Aunque esta visión ha sido ampliamente debatida y reinterpretada con el tiempo, el Monumento a La Raza refleja ese deseo de unificar el pasado indígena y el presente mestizo de México.

La estructura principal del monumento es una pirámide escalonada, que evoca las formas arquitectónicas prehispánicas, pero también está cargada de simbolismo moderno. En la cúspide se encuentra una enorme escultura de un águila, de 5.75 metros de altura, creada originalmente para coronar un edificio del Congreso en 1910 (hoy es el Monumento a la Revolución), pero que terminó siendo parte de este monumento. El águila, un símbolo de fuerza y poder, está acompañada por relieves que hacen referencia a la serpiente emplumada, una figura clave en las culturas prehispánicas como la teotihuacana y mexica. De hecho, las enormes cabezas de serpiente talladas que adornan las escaleras del monumento son un tributo a esa poderosa deidad.

Alrededor del monumento, en sus lados este y oeste, hay esculturas que representan momentos clave en la historia de México: al este, la fundación de Tenochtitlan, y al oeste, un grupo defensivo de figuras. Estas esculturas, también obra de Luis Lelo de Larrea, capturan la esencia de la lucha y la creación de la nación mexicana, recordándonos que el pasado indígena sigue siendo parte fundamental de la identidad del país.

Aunque no es uno de los monumentos más visitados de la ciudad, el Monumento a La Raza ha ganado un lugar en el corazón de muchxs capitalinxs. La zona que lo rodea ha adoptado su nombre, desde la estación de metro hasta el famoso hospital “La Raza”. El monumento es un homenaje no solo a la historia del país, sino a su gente, su cultura y su evolución. Hoy en día, mirar con más profundidad este monumento nos invita a reflexionar sobre la mezcla de culturas que define a México y sobre cómo el pasado indígena sigue vivo en el presente mestizo.

Así que la próxima vez que te encuentres por la zona, tómate un momento para admirar este colosal homenaje a la historia mexicana. ¡Es mucho más que un simple punto de referencia en la ciudad, es un símbolo de la diversidad y fortaleza del pueblo mexicano!

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Dirección:
 Av. Insurgentes Norte #280, San Simón Tolnahuac, Ciudad de México, CDMX

Xochicalco, explora la historia del México prehispánico a unos minutos de CDMX

¡Xochicalco es un sitio fascinante y lleno de historia en el corazón del estado de Morelos! Su nombre en náhuatl, que significa “Lugar de la casa de las flores”, ya te da una pista de lo mágico que es. Fundada alrededor del 650 de nuestra era y perteneciente al periodo Epiclásico, esta ciudad estuvo habitada entre el 700 y el 900 d.C., justo cuando otras grandes civilizaciones como Teotihuacán estaban en declive.

Xochicalco no solo era una ciudad, era un cruce de culturas. Aquí puedes ver la influencia de los teotihuacanos, mayas, y otros grupos de Mesoamérica. ¡Es como una mezcla cultural antigua! Los Olmeca-Xicalanca, un grupo maya de comerciantes provenientes de la actual zona de Campeche, fundaron la ciudad, la cual llegó a tener entre 10,000 y 15,000 habitantes.

Uno de los lugares más sorprendentes es su observatorio astronómico. ¿Te imaginas? Una cueva que servía para estudiar el cielo hace más de mil años. Y no es solo eso, Xochicalco se alza en lo alto de una montaña, lo que probablemente le daba una importancia ceremonial única. ¡Vaya vistas debían tener desde ahí!

Si quieres visitar este asombroso sitio arqueológico, llegar es fácil. Desde la Ciudad de México, toma la carretera México-Acapulco (la 95) y sigue las indicaciones hacia Alpuyeca. Desde ahí, estarás a tan solo 12 kilómetros de Miacatlán, ¡y a cuatro kilómetros de maravillarte con Xochicalco!

Es un destino imperdible para quienes aman la historia y la aventura, ¡así que prepárate para una experiencia épica en la cima de la montaña!

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Dirección:
 Carretera Federal Xochicalco, Tetlama S/N, Miacatlán, Morelos
Costo por persona: $95 pesos.
Horario: Lunes a domingo de 9:00 a 18:00 hrs.
Página Web: lugares.inah.gob.mx/es/zonas-arqueologicas/zonas/1753-xochicalco.html

Sitio Arqueológico Cuahilama, un testigo olvidado del México prehispánico en Xochimilco

Si te gusta combinar la aventura con la historia, el Sitio Arqueológico Cuahilama en Xochimilco es el lugar ideal para explorar. Cuahilama, cuyo nombre en náhuatl significa “cabeza de anciana“, no solo te transporta a una época donde los pueblos preclásicos como los Cuicuilcas y los Tlatilcas habitaban estas tierras, sino que también te ofrece una conexión profunda con la cosmovisión de los antiguos xochimilcas.

El sitio, que data de la época en que Acatonalli colonizó el área alrededor de 1265, fue un importante centro ceremonial y observatorio. Pero lo que más destaca son los impresionantes petroglifos que decoran las laderas del cerro. Estos grabados en piedra, tallados entre 1450 y 1521, son como ventanas al pasado. Entre los más famosos están el “Papalotl” (la mariposa), el “Ocelotl” (jaguar, símbolo de guerra), y el “Ollín Nahui“, que representa el movimiento del sol. Cada uno de estos símbolos tenía un significado ceremonial y estaba vinculado a deidades, rituales y la vida cotidiana de los xochimilcas.

¿Te imaginas recorrer lo que fue un área ceremonial y al mismo tiempo estar rodeadx de la belleza natural de Xochimilco? Además, los petroglifos como el “Huetzalin“, que representa al sacerdote que guió al pueblo Xochimilca desde Tula, te conectarán con las raíces más profundas de esta cultura. No te olvides de buscar la “Flor de Dalia” o “Acocoxochitl“, la flor nacional mexicana que también está representada aquí.

Si estás en Xochimilco, llegar a Cuahilama es muy fácil: un rápido viaje en taxi desde los embarcaderos te dejará a las puertas de este increíble sitio arqueológico. ¡Es una oportunidad perfecta para combinar una rica lección de historia con un paseo en la naturaleza!

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Dirección:
 Calle 2 de Abril, Colonia Rinconada, Xochimilco, Ciudad de México, CDMX

La Conchita, una misteriosa iglesia con raíces toltecas en Coyoacán

La Capilla de la Inmaculada Concepción, cariñosamente conocida como “La Conchita“, es un rincón lleno de historia en el corazón de Coyoacán. ¿Sabías que este pequeño pero imponente edificio fue probablemente el primer templo eclesiástico de México? ¡Así es! Construido en 1525 por órdenes de Hernán Cortés, la capilla se erigió sobre un antiguo altar tolteca que tenía más de 900 años, remontándose a la decadencia de Teotihuacán. Imagina la cantidad de historias que guarda entre sus muros.

En 2013, durante una restauración, arqueólogos descubrieron un tesoro inesperado bajo su nave central: los restos de 150 personas de la época tolteca y 167 más de la época colonial, ya que en su tiempo, la capilla también funcionaba como cementerio. Este hallazgo arqueológico le añade una capa de misterio a su encanto histórico.

La capilla ha visto muchas transformaciones a lo largo de los siglos. En el siglo XVII fue completamente reconstruida, y su fachada de tezontle y piedra volcánica, con detalles barrocos, sigue siendo impresionante. Aunque sufrió saqueos durante la Guerra de Reforma, y el terremoto de 2017 también le causó algunos estragos, sigue en pie, mostrándonos un pedacito del pasado.

A pesar de que “La Conchita” no siempre está abierta al público, una visita a su plaza es imprescindible. El ambiente que la rodea, con su aire colonial y sus rincones encantadores, es perfecto para una tarde de paseo por Coyoacán.

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Dirección:
 Fernández Leal #74, La Concepción, Coyoacán, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: Entrada Libre.

Adoratorio a Ehecatl, un pedazo de historia olvidada en el Metro Pino Suárez

¡Si alguna vez te has bajado en la estación Pino Suárez del Metro de la CDMX, seguro te has topado con una joya arqueológica justo entre las prisas de la ciudad! Se trata del adoratorio a Ehécatl, una estructura prehispánica que fue descubierta en 1969 durante la construcción del metro. Este pequeño templo dedicado a Ehécatl-Quetzalcóatl, el dios del viento, es un recordatorio palpable de la historia milenaria que yace bajo la ciudad.

Ehécatl es una de las muchas advocaciones de Quetzalcóatl, representado como una serpiente emplumada que trae la lluvia y la fertilidad. Este dios no solo barría los cielos con su soplo, sino que también se encargaba de abrir el camino para que las lluvias cayeran y la tierra floreciera. ¡Imagina el viento como un mensajero divino trayendo vida a los campos!

El adoratorio tiene una forma circular, diseñada para facilitar el flujo del viento, un detalle muy acorde con la deidad a la que estaba dedicado. Aunque hoy solo podemos ver una parte de lo que fue este gran centro ceremonial, en su tiempo contaba con amplias escalinatas y un patio donde se colocaban varias ofrendas. Entre los hallazgos más curiosos está “La Monita“, una escultura policromada de un mono con máscara de Ehécatl y serpientes enroscadas, un detalle que nos recuerda la profunda conexión entre los dioses y la naturaleza en la cosmovisión mexica.

Así que la próxima vez que te encuentres en Pino Suárez, tómate un respiro de las carreras del día a día y contempla este asombroso vestigio que ha sido olvidado, a pesar de que miles y miles de personas pasan justo frente a él todos los días. Un pedacito de historia que convive con el ritmo de la gran ciudad. ¡Todos los días podrás decir que estás en un museo mientras esperas el metro!

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Dirección:
 José María Pino Suárez s/n, La Merced, Centro Histórico, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: $5 pesos.
Horario: Lunes a viernes de 5:00 a 0:00 hrs., sábado de 6:00 a 0:00 hrs., domingos y días festivos de 7:00 a 0:00 hrs.

Capilla La Lupita, un espacio de historia prehispánica y revolucionaria en San Pablo Oztotepec (Milpa Alta)

La Capilla La Lupita, en San Pablo Oztotepec, es un verdadero testimonio de historia y tradición. Construida en el siglo XVI sobre los cimientos de una antigua pirámide prehispánica, conocida como teocalli (del náhuatl teō ‘dios’ y cal-li ‘casa’), la capilla tiene un aura mística que mezcla lo prehispánico con lo colonial. Este sitio ceremonial tenía gran importancia mucho antes de la llegada de los españoles, y su legado se mantiene vivo hasta hoy. Tanto es así, que en 1933, el gobierno la declaró monumento histórico nacional. ¡Un rincón lleno de historia que debes conocer!

Además de su valor arquitectónico, la Capilla La Lupita también tiene un lugar en la historia de la Revolución Mexicana, ya que en 1914 fue testigo de la firma del Plan de Ayala de Emiliano Zapata. Durante ese tiempo, el ejército de Zapata se alojó en la zona, y hoy la casa donde estuvieron se ha convertido en un museo al final de la calle. Así que si eres fan de la historia de México, ¡esta capilla es una parada obligada!

Otro de los atractivos cercanos es el Santuario del Señor de Chalma, que comparte el mismo atrio con la capilla. Este santuario es un importante punto de partida para las peregrinaciones a Chalma que han sido tradición en la región por más de un siglo. La calle Golgota, que divide ambas iglesias, añade un toque pintoresco a la plaza, especialmente con la escalinata que la enmarca. Y no podemos dejar de mencionar que la Capilla La Lupita es actualmente un lugar de devoción para las y los seguidores de San Judas Tadeo, además de albergar una venerada imagen de la Virgen de Guadalupe.

La capilla ha pasado por diversas modificaciones durante los siglos XVII y XVIII, lo que le ha dado una apariencia única. Sus dos campanarios, uno con una arcada y otro con una rampa, le otorgan una asimetría encantadora. Alrededor del templo, encontrarás un muro decorado con estaciones del vía crucis hechas en mosaico, añadiendo un toque artístico a la experiencia. Si buscas un rincón lleno de espiritualidad y cultura, ¡la Capilla La Lupita es un lugar que no te puedes perder!

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Dirección:
 Gólgota #3, Pueblo San Pablo Oztotepec, Barrio San Juan, Milpa Alta, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: Entrada libre.
Horario: Viernes de 15:00 a 19:00 hrs., sábados y domingos de 11:00 a 19:00 hrs.

Museo Andrés Quintana Roo en Mixquic, historia, cultura y tradición en el Corazón de Tláhuac

El Museo Andrés Quintana Roo de Mixquic es un tesoro escondido en uno de los barrios más tradicionales de la Ciudad de México. Fundado en 1992, el museo es una joya para quienes aman la historia, ya que cuenta con una colección de 279 objetos arqueológicos, muchos de los cuales fueron donados por la investigadora Socorro Bernal Roque. Aquí encontrarás piezas de las culturas Tolteca y Teotihuacana, destacando un impresionante Chac-mool, una serpiente cilíndrica y un antiguo calendario, que te transportan directamente a la época prehispánica.

El museo no solo es un espacio para la arqueología, también tiene una biblioteca pública y un centro de cómputo con acceso gratuito, lo que lo convierte en un lugar ideal para que toda la comunidad acceda a la cultura y la tecnología. Además, lleva el nombre del célebre político liberal del siglo XIX, Andrés Quintana Roo, esposo de Leona Vicario, quien tuvo un papel clave en la lucha por la independencia de México.

Ubicado en San Andrés Mixquic, uno de los siete pueblos originarios de Tláhuac, el museo es el complemento perfecto para una visita durante el Día de Muertos, cuando el pueblo se transforma en un epicentro de celebración y tradición. Mixquic, con su pasado chinampero y su historia viva, es el destino ideal para quienes quieren descubrir el corazón cultural de la Ciudad de México. ¡No te lo pierdas!

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Dirección:
 Av. Independencia esquina Perú, San Miguel, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: Entrada libre.
Horario: Martes a domingo de 10:00 a 18:00 hrs.
Página Web: tlahuac.cdmx.gob.mx/museo-andres-quintana-roo

Templo Ehecatl-Quetzalcóatl, una ventana al pasado prehispánico en Tlatelolco

Si estás buscando una aventura arqueológica en plena Ciudad de México, el Templo Ehecatl-Quetzalcóatl en Tlatelolco es una parada imperdible. Este fascinante descubrimiento, hecho en 2014, no sólo nos conecta con el pasado prehispánico, sino que lo hace de una forma única: ¡está en el sótano de un centro comercial! Así es, bajo Plaza Tlatelolco se encuentra este templo circular dedicado a Ehecatl, el dios del viento, cuya misión era “barrer” los cielos para preparar las lluvias de Tláloc.

El templo tiene una base circular de aproximadamente 12 metros de diámetro y fue construido en tres etapas, la primera de ellas en 1337. Durante la demolición de un antiguo supermercado, se encontraron más de 1,000 objetos completos y 43,000 fragmentos de cerámica, conchas, piedras y hasta entierros humanos y animales. ¡Un verdadero tesoro histórico bajo nuestros pies!

El INAH ha creado una “ventana arqueológica” que permite a las y los visitantes observar el sitio de manera segura, y aunque la entrada es solo con reservación previa, vale la pena planear con anticipación. El templo está justo cruzando la calle desde la famosa Plaza de las Tres Culturas, por lo que puedes complementar tu visita explorando también el resto de la colonia Guerrero.

¿Te animas a conocer un templo escondido en pleno corazón urbano?

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Dirección:
 Av. Ricardo Flores Magón s/n, Colonia Guerrero, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: Entrada libre.
Página Web: tlatelolco.inah.gob.mx/publico/index.php

Reserva en: za.tlatelolco@inah.gob.mx