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Avenida y Estación del Metro Balderas, un recorrido por la historia de México desde la prehistoría hasta la modernidad

Aunque es una calle relativamente pequeña (de 1 kilómetro aproximadamente), la Avenida Balderas es una de las vías más importantes de la Ciudad de México. No lo digo solo por los pocos de autos que transitan a diario, sino porque se ha convertido en un centro neurálgico para quienes usan el transporte público, en particular las líneas 1 y 3 del Metro, así como la Línea 3 del Metrobús. Pero la relevancia de Balderas no es solo funcional, sino también histórica, ya que cuenta con más de 10,000 años de historia. ¿Quieres saber más sobre la Avenida Balderas y su emblemática estación del Metro? Acompáñame en este recorrido por su fascinante pasado.

Balderas es mucho más que una avenida transitada. Es un corredor lleno de historia y cultura, donde el pasado y el presente de la capital se entrelazan. Si alguna vez has caminado por sus banquetas o cruzado la Alameda Central, seguramente habrás notado los edificios y monumentos que han sido testigos del crecimiento de la ciudad a lo largo de los siglos.

Nombrada en honor a Joaquín de Balderas, quien jugó un papel clave en la construcción de infraestructura pública en el siglo XIX, esta avenida ha sido testigo de diversas transformaciones que acompañaron el proceso de urbanización de la Ciudad de México. Hoy es famosa por sus conexiones con algunos de los puntos culturales más importantes de la ciudad, pero su historia va mucho más allá de su función actual.

Los inicios prehistóricos de Balderas

Para hablar de la historia antigua de la Avenida Balderas, debemos viajar a 1968. Durante la construcción de las líneas 1 y 3 del Metro, un grupo de trabajadores encontró restos humanos, lo que en su momento pudo haber sido un escándalo. Tras una investigación a cargo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), se determinó que los restos pertenecían a un hombre que vivió hace entre 10,500 y 11,000 años. Este hallazgo, ubicado entre las calles de Independencia y Juárez, llevó a que se bautizara a este individuo como El Hombre de Balderas. Aunque estos restos no están disponibles en ningún museo, forman parte de la rica historia arqueológica de la ciudad.

El Convento de San Diego y la Alameda Central

La Avenida Balderas inicia en el cruce con Paseo de la Reforma, justo donde se encuentra el Convento de San Diego, uno de los más antiguos de la ciudad, que data del siglo XVII. Este convento fue testigo del crecimiento de la capital virreinal y de las transformaciones que siguieron a la Independencia de México. Aunque gran parte del convento ha desaparecido, la iglesia de San Diego y algunos restos del antiguo edificio aún se mantienen en pie, justo a un costado de la avenida y hoy en día puedes visitarlos como el Laboratorio Arte Alameda, un espacio de experimentación artística y tecnológica que conserva la escencia arquitectónica del lugar.

La historia del convento está estrechamente vinculada a la orden de los franciscanos, quienes lo administraron durante siglos. Además, el convento fue un punto de referencia importante para las y los habitantes de la Ciudad de México antes de que la modernización transformara este espacio en un área más comercial. Además, justo en el atrio de este convento, donde inicia la Alameda Central, se colocó el quemadero de las brujas durante la Inquisición.

Y, hablando de la Alameda Central, no está de más decir que Balderas es una de las calles limítrofes de la Alameda, el parque público más antiguo de América Latina. Este espacio verde ha sido un lugar de recreo y esparcimiento desde su creación en el siglo XVI. Caminar por la Alameda mientras se aprecia la vista de la Torre Latinoamericana y el Palacio de Bellas Artes es una experiencia única que refleja la mezcla de modernidad e historia que caracteriza a esta zona de la ciudad.

La Ciudadela, la Cárcel de Belén y la Decena Trágica

Uno de los edificios más importantes e interesantes de la Avenida Balderas es La Ciudadela, una impresionante construcción que fue encargada por el vierrey Antonio María de Bucareli y Ursúa, para que sirviera como la Real Fábrica de Puros y Cigarros de México. El Virrey le pidió al ingeniero militar Miguel Constanzó que tuviera aspecto de fortaleza y, a pesar de que Constanzó empezó el proyecto, fue Miguel Mascaró quien lo llevó a cabo en 1788. La construcción de la fábrica tuvo muchos retrasos y no se terminó hasta 1807; y, a pesar de ser un gran logro del gobierno, la fábrica no funcionó mucho tiempo pues, para 1815 se adapta para convertirse en la infame Cárcel de Belén. De hecho, fue en esta cárcel donde José María Morelos pasó sus últimos días, antes de ser fusilado en Ecatepec. Tras la Independencia, Guadalupe Victoria y Vicente Guerrero siguieron usando este edificio como cuartel y depósito de armamento.

La Ciudadela continuó funcionando como cuartel militar durante un siglo más. Es por eso que, en 1913, durante la parte más sangrienta de la Revolución Mexicana, Félix Díaz, sobrino de Porfirio Díaz, tomó la plaza por su ubicación estratégica e infraestructura. En esos días, Victoriano Huerta, quien luchaba en el ejército de Francisco I. Madero, fingió sitiar el inmueble para ganarse la confianza del general Madero. Sin embargo, lo que nadie esperaba era que le mismísimo Huerta era aliado de Félix Díaz y terminaría traicionando al presidente Madero, fusilándolo junto a su hermano Gustavo A. Madero. El resto es historia.

Hoy en día, lo que queda del edificio de La Ciudadela o la Cárcel de Belén es la sede del Centro de la Imagen y de la Biblioteca México. Y, frente a la plaza que da al edificio, el gobierno construyó el Mercado de la Ciudadela, un mercado de artesanías con el que se buscó atender las necesidades de las y los extranjeros que llegaron a México para las Olimpiadas del 68. Por si fuera poco, la Plaza de la Ciudadela se ha convertido en un importante mercado de coleccionistas y punto de encuentro para adultos mayores que llegan todos los fines de semana a bailar danzón.

El legendario Metro Balderas y su cañón

Por supuesto, no podemos hablar de la Avenida Balderas sin mencionar la famosa estación del Metro Balderas, inmortalizada por Rockdrigo González en su canción “Metro Balderas” (1982), popularizada por El Tri en 1985. Esta estación, que conecta las líneas 1 y 3 del Metro, es transitada por miles de personas cada día, y su logotipo —un cañón— no tiene ninguna relación con Joaquín Balderas. ¿Te preguntas a qué hace alusión el cañón?

El cañón que aparece en el logotipo de la estación se inspira en los eventos de la Decena Trágica, cuando La Ciudadela fue tomada por las fuerzas de Félix Díaz y Victoriano Huerta, quienes fortificaron el edificio con cañones. Lance Wyman, el diseñador de la iconografía del Metro, eligió este símbolo como referencia a esos hechos históricos ocurridos a unos pasos de la estación.

Ahora que conoces la historia de la Avenida y Estación del Metro Balderas (ahí donde deje embarrado mi corazón 🎶🎶) vale la pena que, cuando vuelvas a pasar por esta avenida, ya sea en carro, metrobús o a pie, te fijes en los diferentes edificios que se encuentran en ella e imagines todas las historiasa que pudieron ocurrir en ellos.

Escultura Rockdrigo González, el profeta del nopal en el Metro Balderas

Si alguna vez caminas por la estación Balderas del Metro en la Ciudad de México, seguramente te encontraráscon una peculiar escultura que parece estar a punto de comenzar un concierto. Es la estatua de Rockdrigo González, mejor conocido como el “sacerdote rupestre” y pionero del rock urbano en México. Con su guitarra al hombro, gafas oscuras y esa aura de cronista callejero, Rockdrigo está inmortalizado en el mismo lugar que protagonizó su canción más famosa: Metro Balderas.

La estatua fue develada el 19 de septiembre de 2011, en conmemoración del 26 aniversario de su fallecimiento, ocurrido durante el terremoto de 1985. Sin embargo, lo más interesante es la manera en que fue creada. En una iniciativa que refleja el cariño y la admiración que sus fans aún le tienen, se lanzó una campaña llamada “Una llave para Rockdrigo”. A través de esta iniciativa, se instalaron centros de acopio donde sus seguidores y seguidoras podían donar llaves y otros objetos de bronce que fueron fundidos para esculpir la figura. ¡Literalmente está hecha de pequeños pedazos de la vida cotidiana de sus admiradorxs!

Esta campaña fue una verdadera manifestación del espíritu comunitario que Rockdrigo había inspirado. Con canciones que narraban las dificultades de la vida en la gran ciudad, mezclando humor y poesía, se convirtió en un ícono del México ochentero y en un referente para quienes vivían las realidades más duras de la Ciudad de México. La estatua en el metro Balderas no solo es un homenaje a su legado musical, sino también a su papel como voz de lxs marginadxs y observador de las historias que muchos ignoraban.

Su música, aunque poco producida en vida, dejó una marca indeleble. Con tan solo un cassette grabado de manera independiente, Hurbanistorias, Rockdrigo creó un estilo único que fusionaba el folclore mexicano con el rock, añadiendo letras cargadas de crítica social y humor ácido. Metro Balderas es el ejemplo perfecto de esto, una canción que cuenta la historia de un hombre que pierde a su amada en la multitud del metro, con referencias a Sigmund Freud y al caos de la vida urbana.

Hoy, la escultura de Rockdrigo sigue siendo un punto de encuentro para aquellos que conocen su legado. Cada año, sus seguidores y seguidoras colocan flores y recuerdos junto a su estatua, manteniendo vivo el espíritu del “Hurbanistórico“. Rockdrigo no solo fue un músico, fue un poeta urbano, un narrador de la vida en la capital, y su memoria sigue resonando entre las paredes del Metro Balderas. ¡Larga vida al profeta del nopal, que aunque partió prematuramente, dejó su huella en el cemento de la ciudad!

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Dirección:
 Balderas esquina Chapultepec, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: $5 pesos
Horario: Lunes a viernes de 5:00 a 00:00 hrs., sábado de 6:00 a 00:00 hrs. y domingos y días festivos de 7:00 a 0:00 hrs.

Mural del encuentro entre Moctezuma y Hernán Cortés, arte público para recordar el pasado

En el corazón del Centro Histórico de Ciudad de México, un mural vibrante nos recuerda un momento crucial de nuestra historia: el encuentro entre Moctezuma y Hernán Cortés en 1519. Este mural, ubicado en la esquina de las calles Pino Suárez y República de El Salvador, nos transporta a ese 8 de noviembre, cuando el Huey Tlatoani Moctezuma Xocoyotzin recibió al conquistador en la calzada que daba acceso a Tenochtitlán, conocida en la actualidad como Calzada de Tlalpan.

La historia cuenta que, en un gesto de hospitalidad, Moctezuma obsequió a Cortés un calendario y dos discos, uno de oro y otro de plata. Sin embargo, en un giro irónico, el conquistador decidió derretir estas joyas, creyendo que su valor era únicamente material. ¡Qué interesante forma de malinterpretar la riqueza cultural!

Este mural, una maravillosa reproducción de una obra del pintor Juan Correa, fue instalado en 2015. Correa, un destacado artista del barroco novohispano de ascendencia africana-española, fue famoso por su capacidad para dar un nuevo aire a la pintura en la Nueva España. El original, que data de 1684, se encuentra en la colección del Banco Nacional de México y es una joya del patrimonio artístico.

Con unas impresionantes dimensiones de 5.60 metros de ancho y 2.45 metros de alto, el mural está compuesto por 931 piezas de talavera, cada una de 11×11 cms. Su elaboración fue todo un proceso artesanal, llevado a cabo por Empresas Cantú en San Pedro Tlaquepaque, Jalisco, y tomó más de seis meses.

Situado junto al templo de Jesús Nazareno e Inmaculada Concepción, fundado pocos años después de este encuentro histórico, el mural es fácilmente accesible y está a solo unos pasos del Museo de la Ciudad de México. Así que, si te paseas por esta zona emblemática, no dejes de visitarlo. Este mural no solo captura un momento importante de nuestro pasado, sino que también celebra la riqueza artística y cultural que define a nuestra ciudad.

Emparán 49, la casa en la Tabacalera en la que nació la Revolución Cubana

¿Te imaginas que un edificio aparentemente común en el número 49 de la calle José de Emparán, en la Colonia Tabacalera, haya jugado un papel crucial en la historia internacional moderna? Aunque suena increíble, al llegar a esta dirección te encontrarás con un inmueble de tres plantas que parece como cualquier otro en la zona: antiguo, descuidado y, a primera vista, casi olvidado. Solo algunas plantas adornan las ventanas, dándole un toque de vida a su apariencia.

Pero no te dejes engañar por su aspecto. Este edificio fue testigo de un encuentro que cambió el rumbo de la historia moderna, desatando una crisis militar que estuvo al borde de convertirse en un apocalipsis. Hablamos de la Crisis de los Misiles, uno de los episodios más significativos de la Guerra Fría. ¿Intrigadx? ¡Acompáñame a descubrir su historia!

La historia comienza con Arsacio “El Kid” Vanegas Arroyo, un luchador profesional mexicano nacido en 1922. Su abuelo, Antonio Vanegas Arroyo, fue uno de los editores del famoso grabador José Guadalupe Posada. Gracias a su trabajo, Antonio conoció a José Martí, líder de la independencia cubana, y a través de él se interesó en la política, al punto de apoyar a los independentistas cubanos, imprimiendo su propaganda.

Arsacio creció en un hogar donde la situación política de Cuba siempre estaba presente. Desde niño, aprendió sobre la lucha por la independencia de la isla y los sucesos que siguieron, incluyendo la dictadura de Fulgencio Batista. Además, México se había convertido en refugio para exiliados políticos, primero de republicanos españoles y luego cubanos que huían del régimen de Batista. Esa cercanía con Cuba y el exilio, lo llevaron a conocer a su esposa Maria Antonia, quien había dejado la isla para buscar una mejor vida en México. Así, la casa de Arsacio y de María Antonia, se transformó en un punto de encuentro para la comunidad cubana exiliada en México.

Mientras Arsacio luchaba en el cuadrilátero, un joven llamado Fidel Castro comenzaba su propia lucha contra Batista. Tras un fallido asalto al Cuartel Moncada en 1953, Castro fue capturado y pasó 22 meses en prisión. Tras su liberación en 1955, viajó a México para organizar su movimiento revolucionario. Al mismo tiempo, Ernesto “Ché” Guevara, que había recorrido América Latina, también llegó a México y, mediante su red de contactos, conoció a María Antonia.

Fue en la casa de los Vanegas donde Ernesto conoció a los hermanos Castro, Raúl y Fidel, en una tarde de junio de 1955. A partir de ese encuentro, comenzaron a reunirse en la casa de la calle Emparán y en el famoso Café La Habana, donde planearon la Revolución Cubana. Fidel invitó al Ché a unirse como el médico de la expedición guerrillera.

Durante su estancia en México, Arsacio se convirtió en el entrenador de los rebeldes. Los llevó a entrenar en el gimnasio, a remar en el Lago de Chapultepec y a realizar largas caminatas por la ciudad. Subían montañas como el Cerro del Chiquihuite y el Popocatépetl, mientras que María Antonia les cocinaba pipián, frijoles y huitlacoche, platillos favoritos de Fidel. El 25 de noviembre de 1956, partieron desde Tuxpan, Veracruz, a bordo del yate Granma rumbo a Cuba. Aunque el yate encalló en los manglares, esto no detuvo la Revolución, que concluyó con la caída de Batista el 31 de diciembre de 1958.

Fidel Castro asumió el poder y, poco después, declaró a Cuba como un país socialista, aliado de la Unión Soviética. Esto aumentó las entre URSS y EE.UU. quienes se encontraba en plena Guerra Fría. La cercanía de Cuba a las costas estadounidenses, a solo 150 kilómetros, la convertía en un punto estratégico. La crisis alcanzó su punto máximo en 1962, cuando se descubrieron misiles soviéticos en territorio cubano, desencadenando la famosa Crisis de los Misiles.

Todo comenzó en esa casa de la Colonia Tabacalera, donde Fidel, el Ché y sus compañeros empezaron a forjar los lazos de una revolución que no solo cambió Cuba, sino que puso al mundo al borde de una guerra nuclear. Así, ese modesto edificio, lejos de ser olvidado, fue un escenario clave en la historia de la Guerra Fría. ¿Sabías esta historia?

Nota: El edificio sigue siendo habitado por diferentes familias, por lo que no se puede ingresar al mismo; y lo único que se puede observar es una placa que colocó el gobierno (el 26 de marzo del 2014) reconociendo este hecho histórico.

Panteón del Tepeyac, un recorrido por la historia mortuoria de México

¡Descubre el Panteón del Tepeyac! Este emblemático lugar no es solo un cementerio, sino un verdadero tesoro de la historia de México. Fundado en 1660 por los Caballeros de la Orden de Guadalupe, se dice que aquí descansan los restos de Juan Diego, el célebre indio que tuvo las famosas apariciones de la Virgen de Guadalupe en 1531. Aunque las lápidas más antiguas datan de 1660, algunxs historiadorxs creen que el panteón adquirió su forma actual un siglo después, con la construcción de la Capilla del Cerrito.

Situado en la cima del Cerro del Tepeyac, este panteón no solo es un lugar de descanso final, sino también un espacio que refleja la rica herencia cultural de México. La entrada principal, que data de 1865, fue parte de una reorganización que embelleció el sitio. Y aunque es un cementerio civil, su acceso está restringido a familiares de lxs difuntxs o quienes agenden una cita para una visita guiada al pequeño museo del lugar. ¡Así que si te animas, no olvides hacer tu reservación!

El Panteón del Tepeyac es famoso por albergar a personajes notables, desde presidentes como Antonio López de Santa Anna hasta escritores y poetas como Xavier Villaurrutia. Aquí también se encuentra la impresionante escultura del Ángel del Silencio, que vigila este espacio lleno de historia. Entre sus muchxs visitantes, la Virgen de Lourdes solía atraer a muchxs fieles, convirtiéndose en un símbolo del lugar.

Si decides pasear por el Panteón, estarás rodeadx de un paisaje que no solo incluye la Basílica de Guadalupe, sino también múltiples capillas y senderos que hacen de esta visita una experiencia enriquecedora. Desde distintos puntos del cerro, el panteón se asoma como un telón de fondo que conecta el pasado con el presente. En su pequeño museo, puedes aprender más sobre la historia del Cerro del Tepeyac y del propio cementerio, enriqueciendo tu visita con un toque de cultura.

Desde tiempos prehispánicos, este cerro fue un lugar sagrado para los aztecas, quienes adoraban a Tonantzin, la diosa de la fertilidad y el renacimiento. La leyenda dice que Juan Diego pidió ser sepultado aquí, lo que añade un aire de reverencia a este espacio.

Así que, si te animas a explorar el Panteón del Tepeyac, prepárate para un viaje al corazón de la historia y la cultura mexicana. Recuerda, es un lugar donde la memoria vive y respira, y cada rincón tiene una historia que contar. ¡Ven y descubre este rincón lleno de paz y legado!

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Dirección:
 Gral. Pedro María Anaya #10, Villa Gustavo A. Madero, Ciudad de México, CDMX
Reservaciones al: (55) 5118 0500
Costo por persona: Entrada libre.
Horario: Lunes a domingo de 9:00 a 15:30 hrs.

La Calzada de los Misterios, un viaje cultural, histórico y espiritual por la CDMX

¡Imagina caminar por una avenida que lleva siglos conectando el pasado prehispánico con el presente moderno de la Ciudad de México! Así es la Calzada de los Misterios, un tramo lleno de historia que une el Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe con el Paseo de la Reforma. Este camino, que antiguamente servía para conectar México-Tenochtitlan con el pueblo de Tepeyacac, también separaba las aguas dulces de las saladas del Lago de Texcoco. ¡Impresionante, ¿no?!

En el México prehispánico, la calzada era más que un simple camino. Construida por los mexicas, estaba diseñada como un dique y fue fundamental para el control de las aguas del valle. Los peregrinos recorrían esta vía para rendir tributo a Tonantzin, la madre de los dioses, y más tarde para visitar a la Virgen de Guadalupe en su santuario.

Durante la Colonia, la calzada siguió siendo clave para las y los peregrinos que venían a venerar a la Virgen. Incluso, en 1675 se levantaron los famosos 15 Misterios del Rosario, enormes monumentos de piedra que representaban los misterios del rezo. Estos monumentos, diseñados por el arquitecto Cristóbal de Medina, se han mantenido en la calzada a lo largo de los siglos, aunque no sin algunos contratiempos. ¡Y es que los misterios fueron dañados por el tiempo, el ferrocarril y hasta ladrones!

Hoy en día, la Calzada de los Misterios sigue viva. Ha sido restaurada en varias ocasiones, e incluso cuenta con una cruz monumental de 22 metros de altura bendecida por el Papa Juan Pablo II en 1999. También, con la llegada del Metrobús, se han hecho esfuerzos para proteger los monumentos y dar más espacio a las y los peatones, transformando este icónico trayecto en un lugar de paseo más accesible.

Los Misterios de la Calzada

¡Prepárate para un paseo único por la Calzada de los Misterios, donde la historia y la fe se encuentran en un recorrido lleno de arte y espiritualidad! Acompáñame a recorrer los Misterios Gozosos, Dolosos y Gloriosos que se encuentran bien distribuidos a lo largo de toda la Calzada de los Misterios. ¡Acompáñame a descubrirlos!

Misterios Gozosos:

1er. Misterio Gozoso: La Anunciación

Imagina la sorpresa de María cuando el Arcángel Gabriel se le aparece para darle la gran noticia: ¡será la madre de Jesús! Este es el Primer Misterio Gozoso, conocido como “La Anunciación“, y es también el primero en adornar la Calzada. Desde su creación en 1675 por Cristóbal de Medina Vargas, ha sido testigo del paso de millones de peregrinxs que se dirigen a la Basílica de Guadalupe. Ubicado en la Colonia Ex-Hipódromo de Peralvillo, este monumento ha sido restaurado con el paso de los años, pero conserva su magia original

2do. Misterio Gozoso: La Visitación

El Segundo Misterio Gozoso nos cuenta sobre la visita de María a su prima Isabel, quien también está embarazada y llevará en su vientre a Juan Bautista. Este monumento, ubicado cerca de la estación del Metrobús Mercado de Beethoven, data de 1675. Aunque el tiempo ha dejado su huella en el relieve de tezontle, aún puedes distinguir a las dos primas compartiendo este momento tan especial. ¡Y qué mejor que visitarlo en la temporada de jacarandas, cuando las flores pintan el paisaje de morado y hacen aún más mágico el recorrido!

3er. Misterio Gozoso: La Natividad

¡Y llegamos al nacimiento de Jesús! El Tercer Misterio Gozoso, “La Natividad“, representa el momento en que el mundo recibe al Salvador en un humilde pesebre en Belén. Aunque el relieve de tezontle se ha erosionado con el tiempo, los ángeles que vigilan desde lo alto aún son visibles, y el sentimiento de paz que transmite este monumento sigue intacto. Ubicado en la intersección de la calle Beethoven, este Misterio es el último que verás en la Alcaldía Cuauhtémoc antes de cruzar hacia Gustavo A. Madero.

4to. Misterio Gozoso: La Presentación en el Templo

Cruzando el Circuito Interior, nos encontramos con el Cuarto Misterio Gozoso: “La Presentación“. Aquí, María y José llevan al Niño Jesús al Templo de Jerusalén, siguiendo las tradiciones del Antiguo Testamento. Este monumento se encuentra muy cerca del centro comercial Plaza Misterios, y aunque ha sido restaurado, conserva la esencia de su creación original en el siglo XVII. La estación del Metro Misterios está a solo unos minutos caminando, lo que lo convierte en un punto de fácil acceso para aquellxs que deseen admirarlo de cerca.

5to. Misterio Gozoso: El Niño Jesús perdido y hallado en el Templo

El Quinto Misterio Gozoso narra el episodio en el que Jesús, siendo apenas un niño, es hallado en el Templo de Jerusalén enseñando a los ancianos. Aunque se trata de uno de los eventos menos conocidos de la infancia de Cristo, su representación ha sido una constante en el arte a lo largo de la historia. Este monumento está ubicado al sur de la intersección con la calle Clave, en una zona que ha crecido industrialmente desde el siglo XIX, lo que le añade una interesante mezcla de historia y modernidad a la Calzada de los Misterios.

Misterios Dolosos:

1er. Misterio Doloso: La Agonía en el Huerto

Este primer misterio doloso nos transporta al emotivo momento en que Jesús, después de la Última Cena, se retira a orar al Monte de los Olivos antes de su arresto. Aunque el relieve del monumento ha resistido los estragos del tiempo, aún se puede apreciar a Jesús arrodillado ante un ángel, mientras que Pedro, Juan y Santiago duermen profundamente, como se relata en los evangelios. Curiosamente, este monumento se alza junto a un supermercado, lo que le da un toque moderno y surrealista a la experiencia de contemplarlo. ¡Perfecto para una pequeña pausa reflexiva en medio de la vida urbana!

2do. Misterio Doloso: La Flagelación de Jesús

El Segundo Misterio Doloso muestra a Cristo siendo flagelado por soldados romanos. La escena es intensa y llena de dinamismo, con el relieve en perfectas condiciones, lo que permite admirar los detalles. Este monumento está cerca de la Glorieta dedicada a José María Velasco, una zona de la calzada que ya empieza a dar una sensación de proximidad al final del recorrido espiritual.

3er. Misterio Doloso: La Coronación de Espinas

Este monumento fue una de las réplicas colocadas en 1999, cuando se renovaron varios de los Misterios originales. A pesar de ser una sustitución, sigue fiel al espíritu del camino de lxs peregrinxs. Curiosamente, justo al lado, encontrarás la calle La Corona, que no se refiere a la corona de espinas de Cristo, sino a la famosa fábrica de jabónLa Corona“. ¡Un guiño inesperado a la historia industrial de la ciudad!

4to. Misterio Doloso: Jesús con la Cruz a Cuestas

Este es uno de los más impactantes y conocidos. Representa el momento en que Jesús lleva la cruz en su camino al Gólgota. Su ubicación justo en medio de la calzada lo convierte en un punto clave para lxs peregrinxs que se dirigen a la Basílica de Guadalupe. Además, este monumento está rodeado por un barrio lleno de vida, con pequeños comercios y restaurantes que parecen haberse adaptado al flujo constante de visitantes.

5to. Misterio Doloso: La Crucifixión de Cristo

El último misterio doloso es quizás el más profundo. La Crucifixión de Cristo, el momento culminante de su sacrificio, está representada aquí con una simplicidad que contrasta con la importancia del evento. Este monumento, al igual que otros, fue renovado en la década de los 90, pero sigue evocando la solemnidad y el respeto que inspira. Se encuentra cerca de la calle Victoria, que lleva el nombre de la famosa cervecería, ¡así que un brindis reflexivo no estaría fuera de lugar después de esta intensa experiencia!

Misterios Gloriosos

1er. Misterio Glorioso: La Resurrección

El primer Misterio Glorioso, La Resurrección, nos da la bienvenida detrás del Instituto Mier y Pesado. Este monumento representa la victoria de Jesús sobre la muerte, cuando resucitó al tercer día. Aunque este es uno de los misterios más discretos, tiene una profunda carga simbólica. Fue restaurado en 1999 para recibir la visita del Papa Juan Pablo II, quien trajo consigo un aire renovado de fe y esperanza. Con las jacarandas en flor, este sitio se convierte en un rincón encantador que invita a la reflexión y la paz, incluso si a veces “sufre” de graffiti.

2do. Misterio Glorioso: La Ascensión

¡Sigue caminando! Llegarás al Segundo Misterio Glorioso: La Ascensión. Aquí se representa el momento en que Cristo sube al cielo, dejando una promesa de regreso. Ubicado en la frontera entre la Colonia Industrial y la calzada, este monumento es parte de las reproducciones de 1999 que complementan los ocho originales del siglo XVII.

3er. Misterio Glorioso: La Bajada del Espíritu Santo

En el Tercer Misterio Glorioso, nos encontramos con un momento clave para lxs seguidorxs de Jesús: la llegada del Espíritu Santo a los discípulos. Este monumento recuerda el evento de Pentecostés, cuando el Espíritu dio fuerza y guía a los apóstoles. Ubicado en el cruce del antiguo Ferrocarril Mexicano, este lugar marca el inicio del barrio de Tepeyac Insurgentes, que conecta el pasado colonial con la ciudad moderna. Un punto de inflexión en la historia religiosa, ¡y también un buen lugar para una pausa en el paseo y echarte una birria!

4to. Misterio Glorioso: La Asunción de María

Casi al final de nuestro recorrido, llegamos al Cuarto Misterio Glorioso, que representa la Asunción de María. Aquí, la Virgen sube al cielo en cuerpo y alma, un tema recurrente en el arte cristiano, especialmente durante el Barroco. Pintores como Caravaggio y El Greco plasmaron este misterio en sus obras, y aquí, en la Calzada, encontramos una recreación igual de inspiradora. Si ya llegaste hasta aquí, estarás muy cerca de la Basílica de Guadalupe, lo que hace que este tramo del paseo sea aún más emocionante.

5to. Misterio Glorioso: La Coronación de la Virgen María

Finalmente, llegamos al Quinto Misterio Glorioso, el último monumento antes de la Basílica. Este representa la Coronación de la Virgen María como Reina del Cielo y de la Tierra. Este es uno de los monumentos originales que sobrevivieron a la destrucción del siglo XIX, y su cercanía con la Basílica le otorga un significado especial. Al llegar aquí, sentirás cómo la ruta de peregrinación te guía directamente hacia uno de los lugares más sagrados de México. ¡Es la culminación de una travesía llena de historia, arte y devoción!

Con estos quince misterios, la Calzada de los Misterios no solo es un recorrido religioso, sino también un viaje cultural en el tiempo, donde se combinan el pasado prehispánico y colonial y la devoción cristiana.

Otros puntos de interés en Calzada de los Misterios

Monumento a José María Velasco

Sobre la calzada, justo entre las calles de Euzkadi y Schumann, y a una callle de Robles Dominguez, se encuentra la glorieta del Monumento a José María Velasco es un oasis de tranquilidad que rinde homenaje al célebre pintor, pionero del paisaje mexicano. Velasco, nacido en 1840, capturó la majestuosidad de los valles y volcanes de México, proyectando una identidad nacional a través de sus obras. El monumento, diseñado por el escultor Lorenzo Rafael y donado en 1977 por el Estado de México, inmortaliza al artista en bronce, ofreciendo un espacio para reflexionar sobre su legado en medio de la vibrante Ciudad de México.

Conoce más del Monumento a José María Velasco aquí >>

Monumento a los Peregrinos

El Monumento a los Peregrinos, con una imponente cruz de 22 metros de altura, es una obra emblemática en la Ciudad de México. Fue inspirado en la Cruz de la Evangelización, entregada por el Papa Juan Pablo II para conmemorar cinco siglos de cristianismo en América. Esta cruz fue bendecida por el mismo Papa durante su visita en 1999. En su base, se encuentran cuatro figuras que representan a los primeros misioneros que llegaron a México: Pedro de Gante, Juan de Ayora, Juan de Tecto y un dominico anónimo. El monumento es un homenaje a los evangelizadores y un símbolo de la profunda historia religiosa de la ciudad.

Conoce más del Museo de Cera de La Villa aquí >>

Museo de Cera de La Villa

El Museo de Figuras de Cera “Dilea Castillo Viuda de Neira”, ubicado frente a La Villa, es el museo de cera más antiguo de México y Latinoamérica, con casi un siglo de historia. Fundado por Dilea Castillo y José Neira, quienes descubrieron su pasión por esculpir figuras en cera de abeja, este museo cuenta con 22 figuras de personajes históricos y populares como Benito Juárez, Pedro Infante y la Virgen de Guadalupe. Con su toque artesanal y realismo único, el museo ofrece una experiencia surrealistaa para las y los visitantes que deseen explorar el pasado de México de manera accesible y diferente.

Conoce más del Museo de Cera de La Villa aquí >>

Ahora que ya conoces la importancia histórica, prehispánica y colonial, de la Calzada de los Misterios, y que conoces más sobre los quince misterios, los monumentos y el museo que se esconden en esta avenida, regálate un rato para explorar la Calzada y descubrir en carne propia todas las sorpresas que ofrece este importante calle de la Ciudad.

Monumento a los Peregrinos, la puerta de entrada a los misterios de la Basílica de Guadalupe

¡Prepárate para descubrir uno de los caminos más históricos y fascinantes de la Ciudad de México! El Monumento a los Peregrinos es el punto de partida de la Calzada de los Misterios, una avenida cargada de simbolismo que conecta el pasado prehispánico y colonial de la ciudad. Con más de 3.5 kilómetros, esta calzada te lleva desde el norte de la capital hasta la majestuosa Basílica de Guadalupe, uno de los santuarios más importantes de América Latina y del mundo.

Pero, ¿sabías que este camino tiene raíces que se remontan a tiempos de Netzahualcóyotl? En 1449, este sabio gobernante mandó construir un dique que cruzaba el Valle de México, y desde entonces la calzada fue considerada un camino sagrado que guiaba a los antiguos peregrinos y peregrinas hacia el santuario de Tonantzin, la Diosa Madre. Con la llegada de los españoles y la imposición del catolicismo, este espacio se transformó en la ruta hacia el nuevo símbolo religioso: la Virgen de Guadalupe. Así, lo que alguna vez fue una veneración a una diosa prehispánica se convirtió en uno de los centros de devoción mariana más importantes del mundo.

El culto a la Virgen de Guadalupe no solo atrajo a millones de peregrinos y peregrinas a lo largo de los siglos, sino que también impulsó la creación de varios santuarios a lo largo de la calzada. Para darle más estructura y orden, en la década de 1670, el arquitecto Cristóbal de Medina Vargas propuso un proyecto ambicioso: construir monumentos que representaran los 15 Misterios del Rosario, una importante devoción católica. Las obras comenzaron en 1675 y por unos 300 años estos monumentos permanecieron como hitos clave para las y los viajeros.

Sin embargo, el paso del tiempo y los cambios urbanos dejaron en pie solo ocho de estos monumentos originales. En 1997, el Gobierno de la Ciudad de México lanzó una iniciativa para restaurar los que quedaban y reemplazar los siete perdidos. ¡Y lo hicieron justo a tiempo para la esperada visita del Papa Juan Pablo II en 1999!

Es en este contexto que se erige la monumental cruz de 22 metros de altura, conocida hoy como el Monumento a los Peregrinos. Inspirada en la Cruz de la Evangelización que el Papa entregó en la República Dominicana para conmemorar cinco siglos de cristianismo en América, esta cruz fue bendecida por el mismo Juan Pablo II durante su visita. En su base, cuatro figuras de evangelizadores representan a los primeros misioneros que llegaron a México: Pedro de Gante, Juan de Ayora, Juan de Tecto y un dominico anónimo que simboliza la llegada de esta orden en 1526.

Tanto si eres peregrinx como si simplemente disfrutas de los paseos llenos de historia, la Calzada de los Misterios te invita a recorrer un trayecto que ha sido testigo de siglos de fe, cultura y transformación. ¡No dejes pasar la oportunidad de caminar por esta avenida que conecta el pasado con el presente!

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Dirección: 
Calz. de los Misterios s/n, Ex Hipódromo de Peralvillo, Ciudad de México, CDMX

Cocodrilo, la escultura de Leonora Carrington en Reforma

En pleno corazón de la Zona Rosa de Ciudad de México, se erige una de las obras más queridas de la icónica Leonora Carrington: el Cocodrilo, una escultura de bronce que, desde su creación en 1998, se ha ganado un lugar especial entre las y los habitantes y visitantes de la ciudad. Esta imponente pieza, de 4.5 metros de alto y 8.5 metros de largo, es un verdadero espectáculo visual. Con su estilo surrealista, tan característico de la artista británica, esta obra invita a lxs transeúntes a dejar volar su imaginación y sumergirse en el mundo fantástico que Carrington creó a lo largo de su prolífica carrera.

El Cocodrilo, también conocido como How Doth the Little Crocodile, se inspira en el poema homónimo de Lewis Carroll. Carrington, fascinada por el juego entre lo real y lo irreal, logra capturar la esencia de la fantasía en esta escultura que parece haberse escapado de un sueño. Originalmente, la pieza fue colocada en una fuente abandonada en el Parque de Chapultepec, pero en 2006, con gran celebración, fue trasladada a su ubicación actual en el Paseo de la Reforma, un lugar que la propia artista eligió.

Leonora Carrington, quien llegó a México huyendo de la Segunda Guerra Mundial, es considerada una de las figuras más destacadas del surrealismo. Aunque nacida en Lancashire, Inglaterra, Carrington encontró en México un hogar y una fuente infinita de inspiración. Durante su vida, produjo obras en diversos medios: pintura, escultura, literatura, y joyería, siempre explorando lo mágico, lo cotidiano y lo fantástico.

El Cocodrilo de la Zona Rosa no solo es un recordatorio del legado artístico de Carrington, sino también una invitación a explorar lo desconocido, lo mitológico y lo absurdo. Así que la próxima vez que pases por allí, tómate un momento para admirar este gigante de bronce y dejarte llevar por la imaginación desbordante que caracteriza la obra de esta inigualable artista.

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Dirección1:
Av. Paseo de la Reforma #222, Colonia Juárez (sobre el camellón), Ciudad de México, CDMX

Monumento y Arco de Santa Anita, la puerta histórica al pasado canalero de la CDMX

¡Bienvenidx a Santa Anita, un rincón lleno de historia y tradición al sur de la Ciudad de México! Aquí, el Monumento y Arco de Santa Anita te dan una cálida bienvenida, recordando la importancia de este antiguo asentamiento a orillas del famoso canal de La Viga. Aunque muchos visitantes llegan al barrio a través de la estación del Metro Santa Anita, el arco es la verdadera puerta de entrada para quienes desean conectarse con el pasado canalero de la zona.

Este emblemático monumento, inaugurado en 2017, rinde homenaje a los barqueros que, durante siglos, navegaron por los canales transportando mercancías y vendiendo los deliciosos tamales de Santa Anita. El legado de estos canales, que unían Xochimilco con el lago de Chalco y atravesaban la ciudad hasta la Colonia Guerrero, sigue vivo en la memoria de la gente, aunque el canal fue pavimentado en 1957.

El arco está situado junto al lugar donde pasaba el canal, y su diseño evoca la historia del barrio, igual que los mosaicos que adornan la estación de Metro cercana. De hecho, el monumento cuenta con referencias al icónico barquero de los canales, que ha sido representado en otras obras, como el famoso cocodrilo de Leonora Carrington.

Si bien hoy los canales ya no forman parte del paisaje urbano, el espíritu de Santa Anita sigue vivo en sus calles, y este monumento nos invita a recordar la importancia de este histórico punto de encuentro para la vida de la Ciudad de México. ¡No te pierdas la oportunidad de pasear por este pintoresco barrio y descubrir sus encantos!

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Dirección:
Av. Hidalgo & Calzada de la Viga, Pueblo Santa Anita, Ciudad de México, CDMX

Monumento al Perro Callejero, arte público para reflexionar y ayudar a los perros sin hogar

Si alguna vez paseas por el sur de la Ciudad de México, en la Avenida de los Insurgentes, tal vez te encuentres con un monumento que, lejos de ser un homenaje a algún héroe histórico, está dedicado a uno de los seres más fieles y vulnerables: el perro callejero. Este conmovedor homenaje, conocido cariñosamente como “Peluso“, fue develado el 20 de julio de 2008 y busca crear conciencia sobre la situación de los millones de perros sin hogar que viven en condiciones difíciles en nuestro país.

Ubicado entre el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía y el Deportivo Vivanco, el Monumento al Perro Callejero es una creación de la escultora Girasol Botero, gracias a la iniciativa de la ONG “Milagros Caninos A.C.”, liderada por Patricia España, esposa del exfutbolista Miguel España. Este monumento no solo es una obra de arte en bronce, sino también un recordatorio urgente de la necesidad de cuidar y proteger a estos fieles compañeros.

Peluso, el perro representado en la escultura, tiene una mirada triste, con la cola entre las patas y el cuerpo delgado, reflejando la realidad de muchos perros en situación de calle. Acompañando la escultura, una placa dice: “Mi único delito fue nacer y vivir en las calles o ser abandonado. Yo no pedí nacer y, a pesar de tu indiferencia y de tus golpes, lo único que te pido es lo que sobra de tu amor.

Este monumento nos invita a reflexionar sobre el maltrato y abandono que sufren los perros callejeros, que en muchos casos solo necesitan un poco de cariño y una oportunidad para ser parte de una familia. Lamentablemente, México es el país con el mayor número de perros en situación de calle en América Latina, con un 75% de la población canina viviendo sin hogar.

Así que, la próxima vez que pases por allí, tómate un momento para reflexionar y, quizás, ayudar a cambiar la vida de algún “Peluso” que aún busca un hogar.

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Dirección:
 Calle Moneda #40, Tlalpan Centro I, Ciudad de México, CDMX