Archivos de la categoría Conoce CDMX

Obelisco a Simón Bolívar, un homenaje al creador del panamericanismo en Polanco

El Obelisco a Simón Bolívar es un tesoro escondido en la zona de Polanco de la Ciudad de México. Este monumento de 19 metros de altura, construido entre 1937 y 1938, se alza majestuoso en el Paseo de la Reforma, frente a los terrenos militares de Campo Marte y a solo una manzana del Auditorio Nacional. Curiosamente, Bolívar es la única figura histórica que cuenta con dos monumentos en Reforma, lo cual nos da una pista de la importancia que se le da en la ciudad a su legado como precursor del panamericanismo.

El diseño del obelisco fue obra del arquitecto Enrique Aragón Echegaray, quien también fue responsable de trazar las calles de la colonia Polanco y del famoso Parque América. Este parque toma su nombre en honor a las Conferencias Panamericanas de 1938 en Lima, las cuales se inspiran en la visión de unidad que Bolívar soñó para América Latina. Aragón Echegaray también es recordado por su trabajo en el Monumento a los Niños Héroes y en el icónico Teatro Ángela Peralta, ubicados en el corazón de la ciudad.

Pero el obelisco no solo destaca por su altura y su historia. Enrique Guerra, el escultor que colaboró en su construcción, dejó un pequeño detalle que le añade un toque especial: ¡una escultura de un perro! Este perrito recuerda a Aida, la fiel compañera del arquitecto Adamo Boari, quien diseñó el Palacio de Bellas Artes. Este detalle ha generado confusión entre algunxs, quienes por años atribuyeron erróneamente el monumento a Boari en lugar de a Aragón Echegaray.

Hoy en día, el Obelisco a Simón Bolívar sigue siendo un recordatorio de que Polanco, con todo su modernismo y brillo, también guarda historias fascinantes. Este monumento es una invitación para detenerse un momento y recordar la historia de América Latina, y cómo Ciudad de México rinde homenaje a sus próceres. ¡La próxima vez que pases por Reforma, date un momento para admirarlo!

Prepara tu Visita
Dirección: 
Av. Paseo de la Reforma #2, Col. Polanco, Ciudad de México, CDMX

La juventud de Francisco Zúñiga en el Instituto Politécnico Nacional (IPN) Zacatenco

En el campus Zacatenco del Instituto Politécnico Nacional (IPN), se encuentra una de las esculturas más inspiradoras de Francisco Zúñiga: La Juventud. Esta obra de 1964 captura el espíritu joven y visionario que caracteriza al IPN, donde miles de estudiantes se preparan cada año para enfrentar el futuro en áreas como ciencia, tecnología e ingeniería. La figura es un homenaje a la juventud como motor de cambio y progreso, y su colocación en Zacatenco, uno de los campus más emblemáticos del Politécnico, la convierte en un símbolo de la aspiración y la promesa que cada nuevo estudiante lleva consigo.

Francisco Zúñiga, un maestro de la escultura moderna, dejó en 1964 una huella significativa en la Ciudad de México con varias de sus obras públicas, incluyendo las fuentes en la Segunda Sección de Chapultepec, como la Fuente de los Físicos Nucleares y la Fuente de las Ninfas, que presentan un grupo escultórico de jóvenes en movimiento, similar en energía a La Juventud. Estas obras de Zúñiga reflejan su interés por capturar el dinamismo y la vitalidad de la juventud, lo que resulta perfecto en el entorno del Politécnico, una institución reconocida por su liderazgo en educación superior en áreas innovadoras.

El IPN ofrece hoy en día 80 programas de licenciatura y más de 135 programas de posgrado, incluyendo 29 diplomas, 70 maestrías y 36 doctorados, lo que lo posiciona como un líder en educación técnica y científica en México. Para quienes visitan Zacatenco, La Juventud se erige no solo como una obra de arte, sino como un recordatorio del potencial de los jóvenes y de la misión educativa del IPN: preparar a las nuevas generaciones para los desafíos de la tecnología y la ciencia.

Acceder al campus es fácil y vale la pena para cualquier amante del arte o la educación. Desde la estación Metro Politécnico, es posible recorrer el campus y descubrir su arquitectura y espacios abiertos, donde La Juventud invita a una pausa reflexiva en medio de la vida universitaria. Además, para lxs visitantes internacionales o curiosxs, el campus es claramente visible hacia el norte desde la Línea 1 del Cablebús, una experiencia panorámica que permite ver de cerca el lugar donde tantxs jóvenes mexicanxs inician su camino hacia el futuro, inspirados por esta majestuosa obra de Zúñiga.

Prepara tu Visita
Dirección: 
Av. Instituto Politécnico Nacional S/N, Pueblo San Pedro Zacatenco, Ciudad de México, CDMX

Parque y Monumento Rosario Castellanos, un homenaje a la icono Literaria y Feminista de México en Chapultepec

Ubicado en la Segunda Sección de Chapultepec, el Parque Rosario Castellanos es un lugar tranquilo y poco concurrido que celebra el legado de una de las escritoras más influyentes de México. Este espacio, situado al sur del Auditorio Nacional, se ha convertido en un rincón especial para recordar a Rosario Castellanos, una pionera del feminismo y una voz fundamental en la literatura mexicana. A través de su obra y su activismo, Castellanos exploró temas como la justicia social, los derechos de las mujeres y la visibilidad de los pueblos indígenas, dejando una marca profunda en la cultura y sociedad mexicanas.

El parque alberga un imponente monumento, creado en 1976 por la escultora María Lagunes. Este conjunto escultórico, recientemente restaurado en 2023, consta de un busto de bronce de Castellanos rodeado de cinco estelas de mármol que evocan un foro o espacio de diálogo. Este diseño simboliza la esencia de la escritora como defensora de la justicia y promotora del diálogo, cualidades que marcaron su vida y su obra. El parque, anteriormente conocido como el Jardín de la Amistad, fue renombrado para honrar la memoria de Castellanos y reconocer su legado.

Pasear por este parque permite a los visitantes descubrir un rincón dedicado a la reflexión y al diálogo en medio de la vibrante Ciudad de México. Aunque discreto, el Parque Rosario Castellanos invita a la comunidad a redescubrir la importancia de la autora y su impacto en la historia literaria y social de México, mientras se disfruta de un espacio verde y sereno.

Prepara tu Visita
Dirección: 
Fernando Alencastre, Bosque de Chapultepec II Secc , Ciudad de México, CDMX

Monumento al Mariscal Antonio José de Sucre, historia y cultura sobre Paseo de la Reform

El Monumento al Mariscal Antonio José de Sucre, ubicado en la intersección del Paseo de la Reforma con la colonia Lomas de Chapultepec, es uno de esos monumentos que, aunque no esté en una glorieta gigante, tiene una gran carga histórica. Conocido también como la Glorieta Mariscal Antonio José de Sucre, este homenaje al prócer venezolano marca un punto clave en el recorrido de Reforma. Es interesante cómo este monumento se conecta no solo con la historia de Venezuela, sino con un parque en la colonia Del Valle de la Ciudad de México que lleva su nombre, lo que refuerza su vínculo cultural y simbólico en la ciudad.

Antonio José de Sucre fue un gran líder independentista de Venezuela que, bajo el liderazgo de Simón Bolívar, desempeñó un papel crucial en las luchas por la independencia de varios países sudamericanos. Además de sus victorias militares, Sucre también fue presidente de Perú y el segundo presidente de Bolivia. Su asesinato en 1830 tuvo un impacto profundo en Sudamérica, sacudiendo las naciones por muchos años. A través de este monumento, Sucre sigue siendo un símbolo de unidad y lucha por la independencia en el continente.

La estatua que podemos ver en la Glorieta Mariscal Antonio José de Sucre es una réplica de la original, que fue creada en 1922 por el escultor venezolano Lorenzo González. El primer vaciado de bronce de la escultura fue fundido en París y actualmente ocupa un lugar importante en la Plaza Sucre de Caracas, Venezuela. Esta obra forma parte de una serie de monumentos históricos creados por González, que incluyen otras estatuas emblemáticas como la de José Antonio Páez en Maracay y Francisco de Miranda en Valmy, Francia. El monumento en Ciudad de México, que probablemente fue fundido en 1981, sigue la tradición de rendir homenaje a figuras históricas latinoamericanas y fortalecer los lazos culturales entre México y Venezuela.

Hoy en día, el Monumento al Mariscal Antonio José de Sucre no solo es una obra de arte escultórica, sino también un recordatorio del legado de aquellos héroes que lucharon por la libertad de los países sudamericanos. Este emblemático punto en el Paseo de la Reforma invita a las y los paseantes a reflexionar sobre la historia y la importancia de la independencia, además de ser un lugar perfecto para una breve parada mientras se recorre esta importante avenida de la Ciudad de México.

Prepara tu Visita
Dirección: 
Calle Salónica intersección con Calzada de Camarones, Colonia Sector Naval, Ciudad de México, CDMX

Espacio Escultórico de Ciudad Universitaria, un icono de Arte Público y Naturaleza en la CDMX

El Espacio Escultórico de Ciudad Universitaria, inaugurado el 23 de abril de 1979, es una de las obras más representativas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y un referente del arte público en el país. Ubicado en la Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel, en el sur de la Ciudad de México, este espacio monumental y transitable ofrece una experiencia única al combinar la escultura con el paisaje natural. Su diseño, creado por seis destacados artistas del movimiento del Arte Abstracto y Geométrico, transforma el espacio público en un lugar donde la gente puede caminar, reflexionar y convivir con el arte.

Con una estructura de 120 metros de diámetro y 34 prismas triangulares dispuestos sobre una base anular de piedra, el Espacio Escultórico está diseñado para integrarse con el paisaje volcánico de la región. En su centro se encuentra un “mar de lava” compuesto por piedras de la misma zona, proveniente del volcán Xitle. Esta obra pertenece al movimiento del land art, corriente que busca preservar y celebrar el paisaje natural mediante intervenciones artísticas que lo respeten y lo engrandezcan. La pieza fue desarrollada por artistas como Helen Escobedo, Federico Silva, Hersúa, Sebastián, Manuel Felguérez y Mathias Goeritz, quienes, con su talento y visión, crearon una obra que no solo es un deleite visual, sino también una reflexión sobre la relación entre el arte y la naturaleza.

La creación del Espacio Escultórico marcó un punto de inflexión en la historia del arte público en México. A diferencia de las tradicionales esculturas oficiales o conmemorativas, este espacio liberó a la escultura de su función estrictamente decorativa o de homenaje. En lugar de eso, el lugar se convirtió en un espacio vivo, lleno de interacción social. A lo largo de los años, el público lo ha apropiado, utilizando el lugar para conciertos, representaciones teatrales y otras actividades culturales. Esta participación activa del público ha sido clave en la consolidación del Espacio Escultórico como un punto de encuentro para estudiantes, artistas y habitantes de la ciudad, especialmente en Ciudad Universitaria.

A través de sus diversas propuestas y la interacción directa del público con las esculturas, el Espacio Escultórico también forma parte del legado cultural de la UNAM, que siempre ha promovido la integración del arte en sus espacios públicos. Además de las esculturas que forman el conjunto central, este espacio cuenta con otras obras individuales que integran el denominado Paseo de las Esculturas, un recorrido que incluye piezas destacadas como Las Serpientes del Pedregal de Federico Silva y Coatl de Helen Escobedo. Estas esculturas no solo enriquecen el entorno, sino que refuerzan el mensaje de transformación que la UNAM busca transmitir a través del arte.

Finalmente, el Espacio Escultórico sigue siendo un ejemplo de cómo el arte puede convivir con la naturaleza y, al mismo tiempo, generar espacios de reflexión y comunidad. En un contexto urbano que crece rápidamente, este espacio nos recuerda la importancia de conservar nuestras áreas naturales mientras las integran con la creatividad humana. La obra sigue siendo un símbolo de la identidad universitaria y un testimonio del compromiso de la UNAM con la cultura y el patrimonio ambiental. Sin lugar a dudas, el Espacio Escultórico de Ciudad Universitaria no es solo una pieza de arte monumental, sino también un espacio de aprendizaje, convivencia y apreciación del medio ambiente.

Prepara tu Visita
Dirección: 
Calle Mario de La Cueva s/n, Ciudad Universitaria, Ciudad de México, CDMX

Plaza Sí al Desarme, Sí a la Paz, un Espacio de Reflexión y Arte por la Seguridad en la Morelos

¿Conoces la Plaza Sí al Desarme, Sí a la Paz? Este espacio reciente en la Ciudad de México, ubicado en la intersección de Av. Peralvillo y Manuel González, es más que una simple plaza: es un símbolo de paz y un compromiso de la ciudad con la seguridad y el desarme. Inaugurada en 2021 como parte de la campaña “Sí al Desarme, Sí a la Paz,” esta plaza busca ser un recordatorio constante de la importancia de reducir la violencia y apostar por un México más seguro. Para hacer realidad esta iniciativa, las y los ciudadanos entregaron voluntariamente más de 4,700 armas ilegales que fueron fundidas y transformadas en la escultura “Molino para la Paz.”

El Molino para la Paz es la obra central de la plaza y es impresionante por donde se le mire. Creada por el artista veracruzano Miguel Campos, esta escultura de tres toneladas y 3.5 metros de altura está hecha enteramente de armas fundidas, retiradas de las calles por el ejército mexicano. Más que una obra de arte, es un potente recordatorio de lo que se puede lograr cuando una comunidad se une por la paz. La plaza se encuentra en un cruce importante, donde convergen el Paseo de la Reforma y las históricas calzadas de Guadalupe y los Misterios, que llevan a la Basílica de Guadalupe. Además, está cerca del Jardín Gorostiza, otro espacio dedicado a una figura histórica de Veracruz, el escritor Manuel Eduardo de Gorostiza.

Si quieres visitar esta plaza y su monumental escultura, el acceso es fácil gracias a la Línea 7 del Metrobús. ¡Así que anímate! Pasear por la Plaza Sí al Desarme, Sí a la Paz no solo es una oportunidad para reflexionar sobre la paz y la seguridad, sino también para disfrutar de un espacio que mezcla arte, historia y un claro mensaje de esperanza para la Ciudad de México.

Prepara tu Visita
Dirección: 
Avenida Peralvillo esquina Reforma, Colonia Morelos, Ciudad de México, CDMX

Monumento a Rabindranath Tagore, historia, cultura y poesía bengalí en Azcapotzalco

¿Sabías que en CDMX hay un Monumento a Rabindranath Tagore? ¿Quién? En la intersección de la Calzada de Camarones y la Calle Salónica es un rincón especial en Azcapotzalco, dedicado a uno de los personajes más icónicos de la literatura y la cultura de la India: Rabindranath Tagore. Nacido en Calcuta en 1861 y fallecido en Santiniketan en 1941, Tagore fue un poeta, novelista, dramaturgo, compositor, pintor y pionero cultural que se ganó el cariño y respeto del mundo. De origen noble, creció en una familia inmersa en el Renacimiento bengalí, un movimiento que buscaba revivir el esplendor cultural de Bengala y que influyó profundamente en su vida y en su obra. Este hombre extraordinario fue el primer no europeo en recibir el Premio Nobel de Literatura en 1913, un reconocimiento que obtuvo gracias a su obra La ofrenda lírica, que cautivó a la academia sueca y al público occidental con su estilo fresco y poético.

Tagore marcó una revolución en la literatura bengalí al introducir un lenguaje coloquial y estructuras nuevas que acercaron sus palabras a la vida cotidiana y los sentimientos humanos. Además de ser un gran literato, fue un activista social y político comprometido con la independencia de la India. Su escuela en Santiniketan, fundada en 1901 y luego transformada en la Universidad Visva Bharati, se convirtió en un símbolo de sus ideales: un espacio donde el conocimiento, la cultura y la espiritualidad podían florecer en libertad. Este proyecto educativo le permitió a Tagore influir profundamente en su comunidad y dejar un legado de aprendizaje abierto y sin barreras, defendiendo la paz y el respeto por todas las culturas.

El Monumento a Rabindranath Tagore en la Ciudad de México, una obra del artista indio K.C. Paul, fue inaugurado en agosto del año 2000 y se erige como un símbolo de amistad entre India y México. La escultura muestra a Tagore con una expresión serena y sabia, capturando la profundidad y espiritualidad que caracterizaban su mirada. En la base del monumento hay una placa que contiene algunos de sus versos más célebres, invitando a quienes pasan por ahí a detenerse un momento y reflexionar sobre la belleza de sus palabras. Este homenaje en Azcapotzalco no es solo una celebración de su obra, sino también una ventana hacia la rica cultura india y la universalidad de los valores que Tagore promovió en vida.

El monumento está ubicado en un punto estratégico de la Calzada de Camarones, un importante corredor ciclista que conecta varias zonas de Azcapotzalco y facilita el acceso a esta obra. Al sur de esta calzada se encuentra la histórica colonia Clavería, y al norte, el asentamiento de Santa María Malinalco, lo que convierte a este espacio en un cruce cultural significativo para la comunidad. Esta ubicación permite que más personas, ya sea en bicicleta o a pie, puedan acercarse y descubrir la historia y el mensaje de paz de Tagore. En una ciudad tan diversa y dinámica como la Ciudad de México, el Monumento a Rabindranath Tagore se convierte en un lugar de encuentro entre culturas, un recordatorio de la importancia del entendimiento mutuo y un testimonio de que, aunque estemos lejos en distancia, los ideales humanos pueden conectarnos sin importar fronteras.

Visitar el monumento es una oportunidad para conocer no solo al poeta y pensador que fue Tagore, sino también su visión del mundo: una visión llena de armonía, belleza y respeto por todas las formas de vida. En una ciudad donde la historia y la modernidad se entrelazan, el legado de Rabindranath Tagore nos recuerda que la poesía y el arte pueden ser puentes que nos acerquen a lo esencial, lo humano y lo eterno. Así que, la próxima vez que pases por esta intersección, tómate un momento para disfrutar de este homenaje a un visionario universal.

Prepara tu Visita
Dirección: 
Calle Salónica intersección con Calzada de Camarones, Colonia Sector Naval, Ciudad de México, CDMX

Monumento a Atatürk, historia y legado del Fundador de la Turquía Moderna en Reforma

El Monumento a Atatürk, una de las esculturas menos conocidas del Paseo de la Reforma, se encuentra frente a la Embajada de Irán, marcando el límite entre Lomas Altas y Lomas de Reforma. Este monumento, inaugurado en 2003, conmemora el 80 aniversario de la fundación de la República de Turquía y destaca no solo por su tamaño, sino por su simbolismo: una estatua de bronce de 3.2 metros del expresidente turco, Mustafa Kemal Atatürk, diseñada por el escultor azerbaiyano Said Rüstam, se alza orgullosamente junto a una media luna y estrella de mármol blanco, símbolos de la bandera turca.

¿Quién fue este personaje? Atatürk (1881-1938) es conocido como el fundador de la Turquía moderna, una figura clave en la transición del Imperio Otomano a un estado laico y moderno tras la Primera Guerra Mundial. Fue un líder revolucionario y reformador cuyas políticas transformaron profundamente la vida en Turquía. Entre sus reformas más notables se encuentran la modernización de la economía y la creación de un sistema de educación nacional que promovía el laicismo. Además, impulsó cambios sociales como la igualdad de derechos para las mujeres, fomentando que participaran en la vida política y educativa. Fue, sin duda, un visionario que buscaba romper con las antiguas tradiciones para dar lugar a una sociedad progresista.

El monumento en la Ciudad de México es un recordatorio de su legado y del fuerte vínculo diplomático entre México y Turquía. Aunque el monumento no es un destino turístico concurrido, quienes visitan esta zona de la ciudad, como los viajeros que se dirigen hacia Cuajimalpa o Santa Fe, a menudo se detienen para admirarlo. En este tranquilo rincón de Reforma, el monumento sirve no solo como un homenaje a un líder internacional, sino como un espacio de reflexión sobre los ideales de progreso, igualdad y modernización que Atatürk representó.

A lo largo de los años, su figura también ha sido objeto de controversia en Turquía. Algunos sectores lo veneran por haber establecido un estado laico y moderno, mientras que otros lo ven como responsable de las tensiones con minorías étnicas, como los kurdos, quienes experimentaron una represión bajo su visión nacionalista. No obstante, el legado de Atatürk sigue siendo central en Turquía y su influencia en la historia moderna del país es indiscutible.

Así, el Monumento a Atatürk no solo adorna el Paseo de la Reforma, sino que también nos invita a explorar un pedazo de la historia turca y a reflexionar sobre cómo los ideales de un líder pueden resonar en otro continente.

Prepara tu Visita
Dirección1: 
Av. Paseo de la Reforma s/n, Colonia Lomas Altas (sobre el camellón), Ciudad de México, CDMX

Estación Potrero, la historia detrás del nombre de este metro y metrobús

No hay duda de que una de las formas más fascinantes de explorar la Ciudad de México y su rica historia es a través de sus estaciones de Metro y Metrobús. Detrás de cada uno de estos nombres y logotipos se esconden relatos que reflejan el México del pasado. Algunas estaciones llevan el nombre de personajes importantes, mientras que otras evocan anécdotas y eventos históricos que han contribuido a forjar nuestra identidad nacional. En algunos casos, los nombres rinden homenaje a lo que existía en esos lugares en tiempos anteriores, ofreciendo una ventana única al legado de la ciudad.

Por otro lado, debes saber que la Real Academia Española (RAE) define un “potrero” como un sitio destinado a la cría y pasto de ganado caballar. ¿Ya te imaginas de qué estación de Metro y Metrobús voy a hablarte? ¡Así es! Hablemos brevemente de la Estación Potrero. Esta estación recibe su nombre porque la zona delimitada por las colonias Industrial y Capultitlán solía funcionar como un potrero hace más de un siglo.

En el México del Porfiriato, una de las actividades recreativas más importantes entre la crema y nata de la sociedad eran las carreras de caballos. En aquel entonces, estas se improvisaban en los terrenos de San Lázaro o del Rancho de Nápoles (cerca de la Piedad). Sin embargo, a finales del siglo XIX, el General Pedro Rincón Gallardo fundó la Sociedad Mexicana de Carreras de México (Jockey Club), logrando asociarse con personajes de alcurnia como Porfirio Díaz Ortega (hijo del presidente), José Yves Limantour (Secretario de Hacienda y Crédito Público) y Hugo Scherer (minero alemán y abuelo de Julio Scherer), entre otros. A raíz de esta sociedad, compró a Soledad Azcárate de Tayera un terreno de 600,000 metros cuadrados al poniente de Garita de Peralvillo, donde se construyó el Hipódromo de Peralvillo.

A pesar de que el hipódromo era bastante grande y contaba con todos los servicios, no contaba con suficiente espacio para que los caballos pastaran en sus instalaciones. Por suerte, a unos dos kilómetros al norte había enormes pastizales, donde se decidió construir el potrero para criar y alimentar a los caballos que competirían en el hipódromo. Estos terrenos hoy ocupan parte de la Colonia Industrial y la Capultitlán (y otras colonias más). Aunque el hipódromo fue desmantelado en 1913 y los terrenos de Potrero se utilizaron para construir la colonia Industrial en los años treinta, el nombre de Potrero se quedó en el imaginario colectivo durante varias décadas. Así, cuando se construyó la Línea 3 del Metro, se bautizó como Potrero a la estación ubicada justo en esta zona.

Cercana a la estación Potrero, puedes explorar interesantes lugares como la Iglesia de la Pasión, una hermosa edificación del siglo XX que es un punto de referencia en la colonia Guadalupe Insurgentes. Además, no te pierdas el Parque de la Pasión, que conserva vestigios del antiguo atrio de una iglesia más antigua y es un lugar ideal para disfrutar de un poco de naturaleza en medio del bullicio citadino. Además, justo saliendo de la estación se encuentra la colonia Industrial, la primera colonia planificada científicamente (según la publicidad de la época) y en la que, además de encontrarte con bellas casas de arquitectura colonial californiana y parques llenos de vida, como el María Luisa, encontrarás una interesantísima oferta gastronómica que vale la pena conocer. Además, al oeste, podrás la colonia Calputitlán, un pueblo originario, ofrece un vistazo al pasado, aunque hoy se encuentra prácticamente en el olvido e integrado a la gran metrópoli.

Así que la próxima vez que pases por la Estación Potrero, recuerda que detrás de su nombre hay un legado que une historia, cultura y modernidad en medio del caos de la Ciudad de México.

Museo de Sitio Xólotl, un viaje al México prehispánico al norte de la CDMX

Si te apasiona la historia y te encanta explorar nuevos lugares, ¡el Museo de Sitio Xólotl es una parada obligatoria en tu próxima visita a la Ciudad de México! Situado cerda de las impresionantes ruinas de Tenayuca, este museo es un verdadero tesoro para quienes quieren sumergirse en la rica herencia de las civilizaciones que habitaron esta área.

Dirigido por el INAH, el mismo organismo detrás del Museo Nacional de Antropología, Xólotl ofrece una experiencia más íntima y tranquila. Aquí no encontrarás las multitudes que suelen abarrotar los museos más grandes, lo que significa que puedes disfrutar de los artefactos y aprender sobre los pueblos que habitaron esta región durante el periodo Preclásico, así como durante la época colonial, en un ambiente relajado.

La historia de este museo es fascinante. Originalmente, existía un museo más pequeño que funcionaba desde que finalizaron las excavaciones en la década de 1930. Sin embargo, en los años 80, este lugar fue renovado y ampliado, dando paso al Museo de Sitio Xólotl tal como lo conocemos hoy. Desde entonces, ha sido rediseñado en varias ocasiones, siempre con el enfoque de ofrecer una experiencia educativa y enriquecedora.

El museo cuenta con una amplia sala de exposición permanente, donde las y los visitantes pueden admirar una impresionante colección de vasijas trípodes, figurillas antropomorfas y monolitos de piedra. Además, no te puedes perder la sala audiovisual, donde un documental te sumergirá en la historia de las pirámides de Tenayuca y los trabajos de excavación realizados en la zona durante el último siglo. Las pinturas y fotografías documentales añaden una capa extra de contexto, ayudando a contar la historia de las antiguas civilizaciones que una vez florecieron aquí.

Una de las grandes ventajas de visitar Xólotl es la menor afluencia de público, lo que te permite apreciar cada artefacto sin las distracciones de las multitudes. Desde el museo, puedes hacer una breve caminata hacia el norte para explorar las impresionantes pirámides de Tenayuca, que son una vista imperdible.

Así que, si estás buscando una experiencia cultural única y enriquecedora en la Ciudad de México, no dudes en visitar el Museo de Sitio Xólotl. ¡Te espera un viaje fascinante al corazón de la historia prehispánica, donde cada rincón cuenta una historia y cada artefacto tiene algo que decir!

Prepara tu Visita
Dirección:
 Quetzalcoatl s/n, Col. San Bartolo Tenayuca, Estado de México
Costo por persona: $65 pesos, domingo entrada libre
Horario: Martes a domingo de 10:00 a 17:00 hrs.