Archivos de la categoría Edificios

Descubre la historia detrás de algunos de los edificios más emblemáticos de la CDMX…

Museo Nacional de las Culturas Populares, un rincón de arte popular en Coyoacán

El Museo Nacional de las Culturas Populares, ubicado en pleno centro de Coyoacán, es mucho más que un simple museo: es un portal a las tradiciones, historias y colores que hacen de México un país único.

Al llegar, justo al final de la Avenida Miguel Hidalgo, te toparás con una escena vibrante que podría confundirse con un mercado de artesanías, gracias a los puestos que suelen instalarse afuera. Pero no te dejes engañar, lo mejor está dentro. Este museo es un homenaje a las culturas populares de México, donde el arte, la música, el teatro, la danza, la literatura e incluso la comida se combinan para contar las historias de comunidades indígenas, rurales y urbanas de todo el país.

El Museo abrió sus puertas en 1982, ocupando varios edificios con una rica historia. La antigua finca de Gumersindo Enríquez, que alguna vez fue una residencia privada, internado y convento, ahora alberga la Sala Cristina Payán y una librería EDUCAL perfecta para explorar libros sobre cultura mexicana. Por otro lado, la Quinta Margarita, que formó parte de la Antigua Aduana de Coyoacán, ofrece espacios como el Salón María Sabina y las Galerías de la Quinta Margarita. Además, la Sala Guillermo Bonfil Batalla, diseñada por el arquitecto Santiago de la Torre, es una joya moderna que complementa la historia de estos espacios.

Pero eso no es todo. Este encantador recinto cuenta con tres patios: el Patio Central, el Patio Jacarandas y el Patio Moctezuma, ideales para relajarte mientras disfrutas de las actividades y exposiciones temporales.

Una de las cosas más emocionantes del Museo Nacional de las Culturas Populares es su constante renovación. Siempre hay algo nuevo por descubrir, desde talleres, conciertos y presentaciones de libros, hasta eventos especiales como exposiciones de arte, teatro y gastronomía. De hecho, su primera exhibición en 1982, titulada “El maíz, fundamento de la cultura popular mexicana“, marcó el inicio de un legado que sigue creciendo.

El museo también alberga el Centro de Información y Documentación Alberto Beltrán, que resguarda más de 152,000 documentos relacionados con las culturas mexicanas. Este espacio es una mina de oro para quienes desean aprender más sobre las tradiciones de nuestro país.

Dentro del museo, encontrarás tesoros como el Cuezcomate, una réplica de una estructura prehispánica usada para almacenar maíz; el impresionante Árbol de la Vida, una escultura de barro cocido de cinco metros de altura creada por el maestro José Alfonso Soteno Fernández; y el mural Tejedores de Sueños, colaboración de Saner y Sego en el que mezclan arte popular y cómics en un estilo fresco y contemporáneo.

Si estás en Coyoacán, este museo es una parada obligatoria, especialmente porque está a solo unos minutos de la Plaza Hidalgo y muy cerca del Museo Frida Kahlo. Es ideal para una tarde de exploración cultural que alimentará tu mente y tu espíritu. Con cerca de 1.1 millones de visitantes cada año, no hay duda de que el Museo Nacional de las Culturas Populares es un punto de encuentro para celebrar lo mejor de México.

¡Así que no lo pienses más! Ve, explora y déjate conquistar por las historias que hacen de nuestro país un mosaico de tradiciones y culturas vibrantes.

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Dirección:
 Av Miguel Hidalgo #289, Del Carmen, Coyoacán, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: Entrada Libre
Horario: Martes a domingo de 11:00 a 18:00 hrs.
Página Web: mncp.cultura.gob.mx
Instagram: instagram.com/museoculturaspopulares
Facebook: facebook.com/MuseoNacionaldeCulturasPopulares
Twitter: x.com/MNCP_DGCP
TikTok: tiktok.com/@museoculturaspopulares

Museo Frida Kahlo, un viaje por la vida y obra de la icónica artista en Coyoacán

Si hay un lugar que encapsula la esencia de Frida Kahlo, su arte y su vida, ese es sin duda el Museo Frida Kahlo, mejor conocido como la Casa Azul. Este emblemático recinto cultural, situado en la colorida y tradicional colonia Del Carmen, en Coyoacán, no solo resguarda un pedazo de la historia de una de las artistas más icónicas de México, sino que también te invita a sumergirte en el fascinante universo de su personalidad y su legado.

Ubicado en una esquina tranquila, entre calles llenas de historia, este museo se alza como uno de los sitios más visitados de la zona. A solo unas cuadras del animado centro de Coyoacán, la Casa Azul combina la belleza de una época pasada con la energía cultural que caracteriza a este barrio histórico.

La Casa Azul no solo es famosa por haber sido el hogar de Frida Kahlo durante gran parte de su vida, sino también porque fue testigo de grandes encuentros artísticos e intelectuales en el México del siglo XX. Desde 1904, esta residencia perteneció a la familia Kahlo. Frida vivió aquí primero con sus padres y hermanas, y más tarde con el muralista Diego Rivera, su pareja y colaborador artístico.

En esta casa, además, se hospedaron figuras clave del arte y la política mundial, atraídas por la vibrante vida cultural de la pareja. Imagina caminar por los mismos pasillos donde alguna vez estuvieron personajes como León Trotsky o los amigos cercanos de Frida y Diego, entre ellos el arquitecto Juan O’Gorman y el escritor Carlos Pellicer.

Tras la muerte de Frida en 1954, Diego Rivera dedicó sus esfuerzos a convertir la casa en un museo que honrara la memoria y el legado de su esposa. El Museo Frida Kahlo abrió sus puertas en julio de 1958, y desde entonces ha sido un espacio para preservar su obra, exponer sus objetos personales y permitirnos vislumbrar su universo creativo.

Caminar por el museo es adentrarte en el mundo de Frida. Aquí encontrarás desde pinturas de la artista y de Diego Rivera hasta objetos personales que te ayudarán a entender su vida cotidiana. Entre los tesoros de la Casa Azul destacan esculturas precolombinas, arte popular mexicano, una colección de exvotos, fotografías, libros y muebles que formaron parte de su entorno creativo.

¿Sabías que algunos de estos objetos permanecieron escondidos por décadas? Antes de morir, Diego ordenó que los baños de la casa permanecieran cerrados durante 15 años. Sin embargo, su mecenas Dolores Olmedo extendió este tiempo y no fue sino hasta 2007 que estos espacios se abrieron al público, revelando una invaluable colección conocida como los “Tesoros de la Casa Azul“.

Entre las exposiciones más destacadas se encuentran las itinerantes Frida Kahlo, sus fotos y Las apariencias engañan, que han recorrido el mundo mostrando la profundidad y complejidad de su legado.

Pero el encanto del Museo Frida Kahlo no termina en sus paredes. Su ubicación en Coyoacán, un barrio con raíces prehispánicas, añade una capa más de historia. El nombre de la colonia Del Carmen, donde se encuentra la Casa Azul, honra a Carmen Ortiz Rubio, esposa de Porfirio Díaz. Sin embargo, su legado se remonta mucho más atrás, al México prehispánico, cuando Coyoacán era conocido como Coyohuacan, o “lugar de los dueños de coyotes”.

Este barrio tiene una vibra especial. Caminar por sus calles es como retroceder en el tiempo, con un toque bohemio que atrapa tanto a locales como a turistas. Desde los Viveros de Coyoacán hasta el bullicioso centro con su mercado, jardines y plazas, es imposible no dejarse llevar por la magia de este lugar.

El propio edificio de la Casa Azul tiene una historia fascinante. Fue construido por Guillermo Kahlo, padre de Frida, un talentoso fotógrafo alemán que llegó a México en 1891. Guillermo diseñó esta casa en 1904, con una estructura funcional y un característico azul ultramar que la hace inconfundible. En aquel entonces, era una de las pocas casas de la manzana, rodeada de calles amplias y tranquilas que hoy forman parte del corazón de la colonia.

Guillermo no solo aportó su visión arquitectónica, sino también una influencia cultural que Frida llevó consigo toda su vida. El terreno donde se encuentra la Casa Azul fue adquirido como parte del ambicioso proyecto de urbanización de Segismundo Wolff, un empresario alemán que ayudó a transformar la colonia Del Carmen en una de las zonas más modernas de la época.

Visitar el Museo Frida Kahlo es mucho más que un recorrido por una casa antigua. Es una experiencia que conecta el pasado con el presente, que revela la intimidad de una mujer cuya vida fue tan extraordinaria como su arte. Como bien lo señaló el historiador Luis Roberto Vera, “existe una concordancia entre su mundo pictórico y su mundo vivido”.

Ya sea que te interese el arte, la historia o simplemente descubrir un lugar lleno de color e inspiración, la Casa Azul te ofrece una ventana única al alma de Frida Kahlo. Y, por si fuera poco, desde aquí puedes explorar el vibrante barrio de Coyoacán, hogar de tantos otros artistas y escritores que han dejado su huella en la cultura mexicana.

Así que no lo dudes: planea tu visita, sumérgete en la vida de Frida y déjate envolver por la magia de la Casa Azul.

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Dirección:
 Londres #247, Del Carmen, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: Entrada Libre
Horario: Martes a domingo de 10:00 a 18:00 hrs.
Página Web: museofridakahlo.org.mx
Instagram: instagram.com/museofridakahlo
Facebook: facebook.com/museofridakahlo
Twitter: x.com/museofridakahlo

Casa de Fray Melchor de Talamantes, un rincón histórico en el corazón de la CDMX

En pleno centro histórico de la Ciudad de México, en la calle Talavera, se encuentra la Casa de Fray Melchor de Talamantes, un lugar cargado de historia que te conecta con los albores del movimiento independentista mexicano. Aunque hoy es sede del Ministerio Público de la Alcaldía Cuauhtémoc, esta casona guarda secretos y anécdotas de uno de los personajes más interesantes de nuestra historia: Fray Melchor de Talamantes.

¿Quién era este fray tan famoso? Nacido en Lima, Perú, en 1765, llegó a México en 1799 como parte de la Orden Mercedaria. Su vida dio un giro al mudarse a esta casa, que lleva su nombre, luego de haber residido en el Claustro de la Merced. Pero no era un fraile cualquiera: también fue un apasionado escritor y pensador político. Tanto así que en 1805 se convirtió en el Censor del Diario de México, el primer periódico del país, lo que le permitió codearse con poetas y escritores destacados de su tiempo.

La cosa se puso interesante en 1808, cuando España enfrentaba una crisis política tras la invasión napoleónica. En la Nueva España, el virrey José de Iturrigaray pidió a Talamantes que plasmara sus ideas sobre cómo reorganizar políticamente el territorio. Pero no todos estaban contentos con sus ideas innovadoras, y su participación en el debate político levantó sospechas entre las autoridades españolas.

El resultado fue trágico: tanto el virrey como Talamantes fueron arrestados. A él lo condenaron a muerte, aunque la fiebre amarilla terminó por llevárselo en 1809, antes de que lo enviaran a España. A pesar de su corta vida, su legado como precursor de la independencia mexicana sigue vivo, y su casa es un recordatorio de ello.

Pero no solo la historia de Talamantes es interesante; el entorno también lo es. La calle Talavera, donde se encuentra la casa, está llena de figuras religiosas y estatuas que le dan un aire único. Forma parte del corredor peatonal de la Alhóndiga, un lugar perfecto para pasear y disfrutar de un poco de historia mientras exploras la zona.

Así que, si pasas cerca de la Casa de Fray Melchor de Talamantes, tómate un momento para admirarla. Quizás no puedas entrar, pero saber que ahí vivió uno de los pioneros de la independencia te hará verla con otros ojos. ¡La historia está viva en cada rincón de la Ciudad de México!

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Dirección:
 Talavera #9, esquina con República de Uruguay, Centro Histórico, Ciudad de México, CDMX

Casa de la Acequia, un viaje por la historia en pleno Centro Histórico

¿Te imaginas caminar por una calle y, de repente, encontrarte con un rincón que parece salido de otra época? Eso es justo lo que pasa con La Casa de la Acequia, un tesoro colonial escondido en el centro histórico de la Ciudad de México, en el cruce de Isabel la Católica y San Jerónimo. Este lugar tiene más historia de la que imaginas y hasta guarda un pedacito del pasado bajo sus pisos. ¿Te animas a descubrirlo?

Hace siglos, cuando Tenochtitlán era una ciudad de canales y chinampas, las acequias eran las “avenidas” que conectaban todo. Una de las más importantes era la Acequia de Rodán, donde el tráfico de canoas y barcazas era regulado desde un torreón de vigilancia. ¡Qué sofisticación! Con el tiempo, esta torre se transformó en una casona rodeada por un patio que sigue los contornos del antiguo canal. ¿La cereza del pastel? Aún puedes encontrar vestigios de ese canal bajo el comedor. Sí, un pedazo de historia escondido justo ahí.

Durante el siglo XVIII, esta casa vivió una transformación: se amplió para convertirse en un beaterio entre los icónicos conventos de San Jerónimo y Regina Coelli. Aquí, las monjas de Alumbrado vivieron en una especie de independencia espiritual que despertaba curiosidad en su tiempo. Con una hermosa escalera y un segundo piso añadidos, la casona adquirió la elegancia barroca que todavía conserva.

En el siglo XX, la casa se convirtió en un hogar para las y los refugiados españoles tras la Guerra Civil. Aquí nació el Ateneo Español, un lugar lleno de cultura, ideas y reuniones que estrecharon lazos entre México y España. Hoy, sigue brillando como centro cultural.

Visitar La Casa de la Acequia es una experiencia imperdible. Está ubicada en Isabel la Católica 97, a tan solo una cuadra del famoso restaurante Coox-Hanal, donde puedes cerrar tu recorrido con un banquete yucateco: sopa de lima, cochinita pibil, panuchos… y, claro, una refrescante cerveza Montejo.

¿Listx para un viaje al pasado sin salir del Centro Histórico? La Casa de la Acequia te espera con sus puertas abiertas y su historia bajo tus pies.

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Dirección:
 Calle San Jerónimo #36, Centro Histórico, Ciudad de México, CDMX

Casa O’Gorman, el rincón funcionalista que cambió la arquitectura en México

¿Sabías que en la Ciudad de México hay una casa que revolucionó la forma de construir viviendas en el país? ¡Te presentamos la Casa O’Gorman! Este lugar no solo es una joya arquitectónica, sino que también es el primer ejemplo de arquitectura funcionalista en México. Parte del Museo Casa Estudio Diego Rivera & Frida Kahlo, la Casa O’Gorman tiene su propio brillo y merece una visita por derecho propio.

Construida entre 1929 y 1931 por el visionario arquitecto Juan O’Gorman, esta casa fue más que un hogar: fue un experimento para llevar las ideas funcionalistas de Le Corbusier a la realidad mexicana. ¿El resultado? Una construcción que apostó por la funcionalidad sobre la estética, ¡y vaya que funcionó! Desde las ventanas horizontales hasta los acabados de concreto sin enyesar, cada detalle fue pensado para aprovechar al máximo los recursos y simplificar el trabajo.

¿Qué hace especial a esta casa?

  1. Primera en su tipo: La Casa O’Gorman marcó el inicio de una nueva era arquitectónica en México y Latinoamérica.
  2. Diseño revolucionario: Aquí verás elementos que nunca se habían usado en el país, como tuberías expuestas, losas desnudas y un baño con todos sus detalles originales.
  3. Escalera helicoidal: ¡Un espectáculo visual! Esta escalera conecta el estudio de pintura con el jardín, y aunque no tiene barandales, sigue siendo completamente funcional.
  4. Espacios iluminados y ventilados: Los grandes ventanales permiten una conexión directa con el exterior, algo innovador para su época.

O’Gorman diseñó esta casa con la premisa de “máxima eficiencia con mínimo esfuerzo”. No solo rompió con los estilos tradicionales de la época, sino que sentó las bases para proyectos de vivienda popular en México. Su influencia es incalculable y aún puede sentirse en la arquitectura moderna del país.

La Casa O’Gorman es una parada obligada para los y las amantes de la arquitectura y el diseño. Además, está justo frente al famoso restaurante San Ángel Inn, en lo que fueron las canchas de tenis de una antigua hacienda. ¿Qué mejor excusa para explorar esta zona de la ciudad?

¡Anímate a descubrir esta joya arquitectónica que sigue dejando a todxs boquiabiertxs casi un siglo después de su construcción!

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Dirección:
 Diego Rivera s/n, San Ángel Inn, Ciudad de México, CDMX

Palacio Municipal de Tlalpan, una joya histórica en el sur de la CDMX

¡Viajar en el tiempo es posible! Al menos así se siente cuando visitas el Palacio Municipal de Tlalpan, un edificio que mezcla historia, arquitectura y un toque de nostalgia en pleno Centro de Tlalpan. Este majestuoso recinto, diseñado por el talentoso Antonio Rivas Mercado (sí, el mismo genio detrás del Ángel de la Independencia), se alza orgulloso en el Parque de la Constitución, también conocido como el Jardín Principal.

Inaugurado en 1902 durante el Porfiriato, el Palacio es un ejemplo perfecto del estilo neoclásico que tanto encantaba al presidente Díaz. Su fachada, hecha de piedra volcánica y cantera gris, cuenta con 12 ventanales, un monumental balcón y un reloj que vigila el paso del tiempo. ¿Un detalle curioso? Las iniciales “RM“, de Rivas Mercado, siguen grabadas en la puerta principal, como una firma de autor.

Antes de convertirse en un edificio administrativo en 1964, el Palacio era un punto de encuentro para la comunidad. Imagina una especie de plaza comercial con tiendas de abarrotes y, por supuesto, la famosa Cantina Jalisciense, que sigue recibiendo a visitantes desde la década de 1870.

Hoy en día, el Palacio no solo alberga las oficinas de la alcaldía más grande de la CDMX, sino que también es el escenario principal del tradicional Grito de Independencia y otros eventos cívicos. Además, su fachada cuenta con un mural que narra la historia de Tlalpan, perfecto para una lección exprés de cultura local.

Desde que el Centro Histórico de Tlalpan fue declarado Patrimonio Cultural Tangible en 2018, el Palacio Municipal ha pasado por una profunda restauración. El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) ha trabajado en devolverle su esplendor original, desde la limpieza de ornamentos hasta la renovación de tuberías. ¡Pronto podrás admirar su nueva cara, tal como la imaginó Rivas Mercado hace más de un siglo!

El Palacio Municipal no está solo en su esplendor. Frente a él encontrarás el Museo de Historia de Tlalpan, un rincón lleno de arte y conocimiento, y a su espalda, el tradicional Mercado de la Paz, ideal para un antojito después de tu recorrido.

El Palacio Municipal de Tlalpan es más que un edificio: es un recordatorio de la historia y la identidad de esta encantadora alcaldía. Así que, la próxima vez que busques una escapada cultural al sur de la ciudad, no dudes en visitar este icónico recinto.

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Dirección:
 Plaza de la Constitución #1, Centro de Tlalpan, Ciudad de México, CDMX

Antiguo Edificio de la Aduana, historia, arte y leyendas en el Centro Histórico

¿Alguna vez te has preguntado qué historias guarda un edificio tan imponente como el que ocupa buena parte de la Plaza de Santo Domingo? Ese gigante es el Antiguo Edificio de la Aduana, un lugar con siglos de historia, arte fascinante y hasta una leyenda romántica que parece sacada de una novela.

Un vistazo al pasado

Este edificio, que comenzó a construirse en 1729 bajo la dirección del arquitecto Pedro de Arrieta, fue en su momento la sede de la Real Aduana de México. Aquí se tasaban y cobraban los impuestos de las mercancías que llegaban al virreinato. Imagínate a las recuas de mulas entrando y saliendo, cargadas con productos de todas partes del mundo, mientras los funcionarios se encargaban de “despachar la aduana”.

Con los años, el edificio creció, adaptándose al bullicio de una ciudad en constante expansión. En 1777, se amplió hacia el norte, alcanzando el Palacio de la Inquisición. Más tarde, durante el Porfiriato, fue el escenario de eventos tan elegantes como un gran banquete presidencial en 1887.

Hoy, el edificio forma parte del complejo de la Secretaría de Educación Pública (SEP), que lo adquirió en 1921. Pero no te dejes engañar: detrás de sus muros aún resuenan ecos del pasado.

Arte que habla

Dentro del edificio, el arte te espera en cada esquina. Destaca el mural Patricios y Patricidas de David Alfaro Siqueiros, que trabajó en esta obra durante más de dos décadas, creando una alegoría de las luchas ideológicas que parecen repetirse a lo largo de la historia.

Otro imperdible es la obra Ecuación en Acero de Manuel Felguérez, un homenaje a las ciencias exactas y su influencia en otras disciplinas. Con 10 metros de longitud y 12 de altura, esta pieza monumental fue creada para conmemorar el Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución.

La leyenda del caballero enamorado

Como si su historia no fuera lo suficientemente intrigante, el edificio tiene su propia leyenda. Según cuentan, un caballero llamado don Juan Gutiérrez Rubín de Celis, conocido por su vida de lujos y fiestas, se enamoró perdidamente de una joven llamada doña Sara García. Ella aceptó casarse con él, pero solo si terminaba la construcción de la Aduana en seis meses.

Impulsado por el amor, don Juan contrató a decenas de trabajadores y supervisó personalmente la obra, trabajando día y noche. Contra todo pronóstico, completó el edificio tres días antes del plazo. Su esfuerzo dio frutos: doña Sara cumplió su promesa y ambos se casaron en 1734.

Visítalo y descúbrelo

Ubicado en el número 31 de la calle República de Brasil, este lugar no es solo un testigo de la historia, sino también un espacio para el arte y la cultura. Su acceso está integrado al Museo de la Secretaría de Educación Pública, donde puedes admirar tanto las obras murales como su arquitectura histórica.

El Antiguo Edificio de la Aduana no solo es un pedazo del pasado, sino también un recordatorio de las historias de amor, trabajo y arte que construyen el corazón de la Ciudad de México. ¡No te lo pierdas!

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Dirección:
 República de Brasil #31, Centro Histórico, Ciudad de México, CDMX

Casa de la Malinche, historia y leyendas en el Centro Histórico de la Ciudad de México

¿Sabías que en pleno Centro Histórico de la Ciudad de México hay un rincón lleno de historia y misterio conocido como La Casa de la Malinche? Aunque el nombre suena intrigante, lo que encontrarás allí no es solo una edificación, sino un pedazo vivo de nuestra historia.

Este lugar, ubicado junto a la Plaza de Santo Domingo, se considera uno de los posibles hogares de Malinalli, mejor conocida como La Malinche. Según la tradición, fue aquí donde vivió con Juan Jaramillo, su esposo y compañero tras la Conquista.

La historia de Malinalli es compleja y llena de matices. Algunxs la ven como una traidora, mientras que otrxs defienden que fue una mujer atrapada en las circunstancias de su tiempo. Lo que es innegable es su papel crucial como intérprete y aliada de Hernán Cortés durante la caída de Tenochtitlán.

Hoy en día, la Casa de la Malinche alberga la Escuela Primaria Lic. Miguel Serrano, un edificio del siglo XVIII con una hermosa fachada de tezontle y cantera que refleja el estilo arquitectónico de la época. Aunque no se puede recorrer por dentro, desde el exterior se aprecia una placa que nos recuerda su relevancia histórica:

“Según tradición, aquí estuvo la casa de la Malinche y su marido Juan Xaramillo. 1527.”

Curiosamente, esta no es la única casa asociada con La Malinche en la Ciudad de México. En Coyoacán, se encuentra la famosa Casa Colorada, otro lugar que, según se dice, fue construido por Hernán Cortés para compartir con ella. ¡Todo un enigma histórico!

Malinalli nació entre 1500 y 1504 en Painala, Veracruz, y fue entregada a Hernán Cortés por los tabasqueños como ofrenda de paz tras una batalla. Primero fue su intérprete, luego su esposa, y finalmente madre de su hijo Martín Cortés. Después, al casarse con Jaramillo, continuó dejando su huella en la historia de México.

Aunque su final sigue siendo motivo de debate, su legado perdura. Malinalli no solo es un personaje clave en la Conquista, sino también un símbolo de las complejas relaciones entre culturas y de las heridas que aún forman parte de nuestra identidad.

Si pasas por República de Cuba 95, tómate un momento para observar esta histórica casa cercana al Palacio Nacional. Piensa en las historias que sus muros han presenciado y en cómo La Malinche sigue siendo, hasta el día de hoy, un tema de conversación en la cultura mexicana.

Ya sea que la veas como heroína o villana, este lugar te invita a reflexionar sobre la historia y el papel de Malinalli en ella. ¿Te atreves a descubrir más?

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Dirección:
 República de Cuba #95, Centro Histórico, Ciudad de México, CDMX

Casa del Mayorazgo de Medina, un rincón histórico con sabor en el Centro Histórico de la Ciudad de México

Si alguna vez te paseas por la Plaza de Santo Domingo, seguramente te habrás detenido en La Casa del Mayorazgo de Medina, un lugar que combina historia, cultura y una buena dosis de sabor. Hoy en día, este edificio histórico alberga un par de puestos de comida muy populares que atraen tanto a locales como a turistas. ¡Una verdadera parada obligatoria para las y los amantes de la buena comida y la historia!

En sus orígenes, este lugar fue la propiedad del médico español Diego Pedraza, quien llegó a la Ciudad de México en 1524. Un año después, gracias a su temprana llegada y a sus estudios sobre la medicina indígena, se le concedió este terreno, donde estableció su hogar y consultorio. Aquí, Pedraza trabajó codo a codo con los pueblos originarios, aprendiendo sobre sus remedios y enfermedades. Su trabajo culminó en la reescritura del famoso Códice Badiano, el catálogo médico más antiguo de América. ¡Todo un pionero de la medicina!

En el siglo XVIII, el edificio fue remodelado y transformado en lo que conocemos hoy como La Casa del Mayorazgo de Medina. Su nombre se debe al Mayorazgo de Medina, un tipo de fideicomiso de tierras que aseguraba la sucesión de propiedades en las familias. Fundado en 1794 por Don Alfonso Picaso y Doña Isabel Picaso de Hinojosa, este mayorazgo pasó a la historia como un símbolo de la tradición legal europea aplicada a las tierras mexicanas.

Aunque su historia es profunda y rica, hoy en día La Casa del Mayorazgo de Medina es conocida principalmente por sus puestos de comida a pie de calle. Si estás en la zona, no puedes dejar de disfrutar de los sabrosos platillos que ofrecen, mientras te imaginas cómo era la vida en esta casa hace siglos.

La Casa del Mayorazgo de Medina no es solo un sitio histórico, sino también un punto de encuentro para todxs aquellxs que buscan un pedazo de historia con un toque moderno. En un barrio tan vibrante como el de Santo Domingo, este lugar es solo una de las muchas joyas que puedes explorar. ¡Así que la próxima vez que estés cerca, no dudes en detenerte y disfrutar de todo lo que este histórico rincón tiene para ofrecer!

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Dirección:
 República de Cuba #99, Centro Histórico, Ciudad de México, CDMX

Portal de Santo Domingo, un pedacito de historia y tradición en la Ciudad de México

Si alguna vez paseas por el Centro Histórico de la Ciudad de México, no puedes dejar de visitar el Portal de Santo Domingo o de los Evangelistas, un lugar lleno de historia y un toque de sabor local. Este portal ocupa todo el lado oeste de la Plaza de Santo Domingo y es uno de los puntos más emblemáticos del área.

El Portal de Santo Domingo tiene más de 300 años de historia. Fue diseñado en el siglo XVII por los arquitectos Diego Pedraza y Juan Jaramillo. Originalmente, el edificio fue pensado como una vivienda para la comunidad extendida de Santo Domingo, ¡pero con el paso del tiempo se convirtió en algo mucho más interesante!

A lo largo de los siglos, el portal se transformó en un punto de encuentro para los “evangelistas“, los escribanos que ayudaban a escribir cartas a aquellxs que no sabían leer o escribir. Estos trabajadores usaban plumas y tinta, y poco a poco el lugar se llenó de tipógrafos e impresores. Con el tiempo, se popularizó el nombre de “Portal de los Evangelistas“, aunque en su origen se conocía como los Portales de la Natividad y el Antiguo Coliseo.

El Portal de Santo Domingo también es conocido por una leyenda que ronda sus pasillos: se dice que en los años cincuenta, Fidel Castro compró aquí un pasaporte falso para poder cruzar fronteras y planear lo que luego sería la Revolución Cubana. ¡Aunque más que una historia confirmada, parece más una leyenda urbana!

Hoy en día, el Portal de Santo Domingo sigue siendo un lugar bullicioso y lleno de vida. Los puestos de comida siguen siendo uno de los grandes atractivos, pero además, este portal alberga a los impresores que todavía hacen invitaciones, títulos académicos y hasta documentos oficiales. Si alguna vez necesitas una invitación especial o un certificado único, ¡es aquí donde se hacen!

La Plaza de Santo Domingo, donde se encuentra este icónico portal, también es un lugar lleno de historia. Se cree que está ubicada sobre lo que fue la casa de Cuauhtémoc, el último emperador azteca. Y no solo eso, alrededor de la plaza están otros edificios históricos como el Templo de Santo Domingo, el Palacio de la Santa Inquisición y el Palacio de Medicina.

Así que, ya sea que estés buscando algo de historia, una buena comida o simplemente un lugar único para disfrutar, el Portal de Santo Domingo es una parada imprescindible. Es un pedazo de la Ciudad de México que guarda siglos de historia y tradiciones que siguen vivas hoy en día, ¡y que esperan ser descubiertas por ti!

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Dirección:
 Santo Domingo #4-12, Centro Histórico, Ciudad de México, CDMX