Archivos de la categoría Mexicana

Desde la taquería de la esqiuina, hasta el renombrado resaurante fifí, encuentra todo tipo de restaurantes mexicanos en la CDMX

Playitas Escandón, un paraíso de mariscos sinaloenses en la Colonia Escandón

¿Te ha pasado que el estrés del trabajo y el caos de la CDMX te hacen querer escaparte a la playa? ¿Y que, a pesar del impulso, el presupuesto o el mismo trabajo no te lo permiten? Si es así, es momento de que te escapes a Playitas Escandón y viajes a la costa a través de los sabores y aromas del mar… sin salir de la Ciudad de México.

Si tienes buena comprensión lectora, ya te habrás imaginado que hablamos de un restaurante de pescados y mariscos, ubicado en la colonia Escandón. Pero lo que quizá no sabías es que la especialidad del chef Osiel del Carpio —dueño y encargado del lugar— son los mariscos al estilo sinaloense. Aquí te espera una buena variedad de aguachiles, tacos y otros antojos marinos, ideales para sobrevivir los calorones del cambio climático… todo a precios accesibles y en un ambiente relajado.

Para empezar, no te puedes perder los tacos. Y no lo digo solo porque tienen uno de los tacos estilo Ensenada favoritos, sino porque hay varias opciones que vale la pena probar. Para que te des una idea: hay taco de pescado a la talla, de suadero de atún, o de carnitas de atún al estilo michoacano (aka Playita Michoacana).

También puedes lanzarte por alguno de sus tacos especiales, como el Güero de la Playa (chile güero relleno de queso y guisado de marlín), el Playita Regia (con pulpo dorado, frijoles puercos y chicharrón de la Ramos), o el Playita Yecapixtla (con camarón, cecina y queso).

Pero como no solo de tacos vive el o la comensal, en Playitas Escandón también hay una excelente selección de entradas frías y calientes: doradoras de pescado, filete empanizado (como el del mercado), la deliciosa tostada de atún y un sabroso fish & chips al estilo Mexa.

¿Prefieres algo más fresco? Entonces échale ojo a sus ceviches y aguachiles: el aguachile verde, que es la especialidad de la casa; el ceviche negro tatemado; el ceviche caribeño con maracuyá y mezcal; o el ceviche Ramos, con pulpo y chicharrón regio.

Y para acompañar todo esto, empieza con una agua del día —las combinaciones cambian diario y siempre sorprenden— y luego súmale una chela nacional o artesanal bien helodia, ya sea sola, en michelada o clamatada, con o sin mariscos. ¿Prefieres algo más coquetón? Entonces no te vayas sin probar alguno de los cocteles de la casa.

Así que ya lo sabes: si necesitas un respiro sin tener que salir de la ciudad, Playitas Escandón es tu refugio costero en medio del asfalto. Buen ambiente, mariscos sabrosos, chelas frías y precios amables… ¿qué más se puede pedir? Arma el plan con tus compas o tu pareja, date una vuelta y deja que los sabores del Pacífico te transporten directo a la playa —aunque sea por un rato.

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Dirección:
 Agrarismo #86, Colonia Escandón I Secc, Ciudad de México, CDMX – Dentro del Mercado Del Carmen
Horario: Lunes a jueves de 13:00 a 18:00 hrs., jueves a domingo de 12:30 a 18:00 hrs.
Costo por persona: De $200 a $300 pesos
Página Web: playitas.com.mx
Instagram: instagram.com/playitas_mx
Facebook: facebook.com/p/Playitas-Mx-100063574272579/?locale=es_LA
TikTok: tiktok.com/@playitas_mx
Twitter: x.com/playitas_mx

Cantina Masiosare, un lugar para comer, beber y bailar en Coyoacán

Masiosare nació a mediados del siglo XIX, durante la intervención estadounidense en México —sí, esa donde cierto Niño Héroe se lanzó desde el Castillo de Chapultepec envuelto en la bandera—. Y quizá por una confusión histórica que lo hizo parecer antipatriótico, para 1854 ya se había convertido en el “extraño enemigo” número uno de México. Tan grande fue el malentendido, que lo inmortalizaron en la letra del Himno Nacional.

Pero Masiosare nunca quiso ser enemigo de nadie. No, él solo quería servir buena comida y mejores tragos. Lástima que su mala fama se lo impidió… hasta hace poco.

¿Alguien dijo Tlayuda combinada?

Y es que, desde hace unos dos o tres años, en el corazón de Coyoacán, Masiosare al fin logró cumplir su sueño: abrir su cantina. Una tradicional, como las de antes, pero con todo el sabor de la cultura mexa contemporánea. Así nació Cantina Masiosare, una neo-cantina… (aunque, entre nos, me choca ese término).

Así se ve el salón

Está ubicada sobre la calle Felipe Puerto, muy cerca de los jardines del centro de Coyoacán, pero lo bastante lejos como para sentirse fuera del bullicio turístico. Y no te vayas con la finta: no es de esas neo-cantinas fresonas sin alma que abundan en las zonas pipirisnice del ex-Distrito Federal. Aquí sí hay cantina de verdad, con su barra, sus gabinetes de madera, su bandera hecha con un colchón viejo —sí, un colchón— y paredes tapizadas con arte que cuenta, a su modo, la historia de México: desde la Independencia hasta el día en que Salinas de Gortari le robó el título de “enemigo nacional” a Masiosare.

Unos coctelitos pa’empezar

Podría seguir hablándote del diseño, pero vamos a lo bueno: la comida.

Aquí encontrarás todos esos antojitos que hacen patria en cualquier cantina que se respete: tortas, chamorro, cochinita pibil, flautas doradas, filete a la tampiqueña, tuétano, esquites, plato placero, gorditas, sopes, tlayudas, sopa azteca… etc., etc., etc. ¿Se te hizo agua la boca? A mí sí.

But Negro, típico de Yucatán

Y eso no es todo. A diferencia de las neo-cantinas popof, en Cantina Masiosare sí hay botana. Así como lo lees: te van sirviendo platillos mientras sigues pidiendo tus tragos. O, si llegas antes de las 18:00 entre semana, puedes pedir el menú del día: sopa, arroz o ensalada, un plato fuerte a elegir, tortillas hechas a mano, agua fresca y postre. Todo eso por $140 pesitos. Y no es la típica comida de fonda —spoiler: puedes elegir entre varios guisados del menú completo—. Recomendación personal: no te vayas sin probar la sopa de huitlacoche. Es única. Y deliciosa. Por cierto, los fines de semana también tienen una opción de tenedor libre (buffet si no conoces el concepto) con cortes de carne a un precio muy, muy, muuuuuuuy accesible.

Pero no solo se come bien. También se arma la fiesta.

De jueves a sábado, a partir de las 9 de la noche, Cantina Masiosare se convierte en un foro musical donde todo puede pasar: jazz de la Belle Époque, cumbia sabrosona, funk, mambo o lo que el cuerpo te pida para menearte entre tragos y carcajadas. Esta pluralidad hace que el ambiente sea tan diverso como entrañable: una noche puedes encontrar a quien salió de una presentación de libro, a budistas saliendo de meditación o a un grupo de pachucos que, literal, se adueñan de la pista. Todos bailan, conviven y comen como si no hubiera mañana.

Esta es la sopa de Huitlacoche, es como la de Hongos de la Marquesa, pero e nesteroides (y con Huitlacoche)

Podría seguir escribiendo y emocionándome con los cócteles, los cuadros, los menús, los nombres de las bebidas (que también tienen su jiribilla), pero mejor te digo esto: la única forma de entender Cantina Masiosare es vivirla en carne propia. Así que, si estás buscando un lugar relajado, divertido, lleno de sabor, arte y buena música, date una vuelta por Coyoacán y déjate llevar por el hedonismo del extraño enemigo más sabroso y fiestero de México.

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Dirección:
 Felipe Carrillo Puerto #50, Coyoacán, Ciudad de México, CDMX – Dentro del Mercado Del Carmen
Horario: Lunes a miércoles de 13:00 a 22:00 hrs., jueves de 13:00 a 23:00 hrs., viernes y sábado de de 13:00 a 2:00 hrs., y domingo de 13:00 a 20:00 hrs.
Costo por persona: De $200 a $300 pesos
Instagram: instagram.com/masiosare.mx
Facebook: facebook.com/CantinaMasiosare

Costillas Al Carbón El Paisa, costillas, cortes, tacos y más en la Nueva Santa María

La Nueva Santa María es una de mis colonias favoritas en la CDMX. Este encantador barrio se caracteriza por su tranquilidad, donde aún se pueden encontrar varias casas de estilo californiano, rodeadas de jardines, camellones arbolados y un parque central que le da un toque especial. A pesar de estar rodeada por algunas de las avenidas más caóticas de Azcapotzalco, como Camarones, Cuitláhuac y el Circuito Interior, la colonia mantiene la calma y serenidad de un barrio residencial.

Lo mejor de todo es que, junto a la calma, han crecido diversos negocios alrededor de su avenida principal, Clavelinas, lo que convierte a un paseo por la Nueva Santa María en una experiencia única. Entre los muchos restaurantes del vecindario, uno de mis favoritos es Costillas Al Carbón El Paisa. ¿Por qué? Primero, porque es un verdadero ícono local, sobreviviente desde 1975 (¡más de 50 años en la colonia!), y segundo, porque su oferta para las y los amantes de la carne es simplemente irresistible.

Como su nombre lo indica, las costillas al carbón son las estrellas del menú. Se trata de una costilla y media asada a la perfección, acompañada de nopales, papas a la francesa y cebollas cambray. Si prefieres algo diferente, también puedes pedirlas acompañadas de un huarache. Pero si no eres fan de las costillas, no te preocupes, el menú es muy variado. Puedes optar por una deliciosa arrachera, cecina, tampiqueña o elegir entre cortes como picaña, T-Bone, Rib-Eye o Cowboy.

Si no te atraen las costillas ni los cortes, también puedes disfrutar de una buena selección de sopas, entradas, ensaladas y alambres, además de tacos y otros platos fuertes que te harán comer bien sin que tu bolsillo se resienta. Por ejemplo, puedes comenzar con un Mole de Olla, Carne en su Jugo, Sopa Azteca o un Chile Relleno de queso. Como plato principal, te recomiendo probar el Alambre de la Casa, de Pastor, Pollo o Arrachera. Si eres fan del pollo, tienes opciones como las enchiladas, la milanesa o el pollo Josper. Y si te queda espacio, puedes rematar con un taco, un choriqueso, frijoles de la olla o unas papas a la francesa.

Costillas Al Carbón El Paisa es un pequeño paraíso carnívoro donde, incluso quienes no son tan aficionados a la carne, pueden encontrar opciones deliciosas a precios justos. ¿Es un lugar de precios bajísimos? No, pero tampoco es excesivamente caro. Por menos de $300 pesos puedes disfrutar de una comida satisfactoria, y si decides consentirte, por un poco más puedes comer como un rey o una reina. Además, el servicio es excelente: son muy amables y siempre te hacen sentir como en casa.

Así que, si estás buscando un lugar donde comer bien, en un ambiente relajado y con un gran servicio, definitivamente vale la pena visitar Costillas Al Carbón El Paisa y celebrar con ellos más de 50 años de tradición en la Nueva Santa María.

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Dirección:
 Clavelinas #124, Nueva Santa María, Ciudad de México, CDMX
Horario: Lunes a domingo de 9:30 a 21:30 hrs.
Costo por persona: De $250 a $350 pesos
Instagram: instagram.com/costillaselpaisamx
Facebook: facebook.com/CostillasElPaisa

Tacos Tony, suadero, lengua y otras delicias en la Narvarte

La zona de la Narvarte es sin duda una de las mecas taqueras de la Ciudad de México. Al recorrer las calles y avenidas de las cinco colonias que conforman la Narvarte (Piedad Narvarte, Atenor Salas, Narvarte Poniente, Narvarte Oriente y Vértiz Narvarte), te toparás con un sinfín de taquerías para todos los gustos y presupuestos. Desde taquerías gourmet con tacos innovadores y rimbombantes, hasta los tradicionales puestos de lámina que sirven delicias como tripa, cabeza o suadero. Sin embargo, entre tantas opciones, puede ser difícil encontrar una taquería que realmente valga la pena. Por eso, si buscas buen suadero en la Narvarte, hoy te hablaré de una de las taquerías más legendarias de la zona: Tacos Tony.

Hace poco más de dos décadas, en la pequeña isla que se forma en el cruce de Universidad, Torres Adalid y Petén, abrió un modesto puesto de lámina donde se ofrecían unos cuantos tacos de suadero, tripa, cabeza, lengua y longaniza. El lugar era sencillo y no llamaba mucho la atención, pero poco a poco, el taquero se ganó el respeto y el cariño de las y los vecinos de la zona. Gracias a su sabor inigualable y su dedicación, Tacos Tony pasó de ser un puesto modesto a convertirse en una de las taquerías más emblemáticas de la Narvarte y alrededores.

Hoy en día, Tacos Tony es tan popular que no solo es visitado por vecinas y vecinos, sino que personas de todas partes llegan para probar su especialidad: el suadero. Su éxito ha sido tal, que ya cuentan con otras sucursales bien establecidas, con servicio y mesas de restaurante donde puedes disfrutar de sus tacos cómodamente y sin gastar tanto. Sin embargo, tanto la clientela como los meseros coinciden en que los tacos del puesto original de lámina son los mejores, porque el taquero de ahí tiene más experiencia y ese toque especial que solo los años de práctica pueden dar.

La estrella indiscutible de Tacos Tony es el suadero, y si visitas este lugar es casi una obligación probarlo. Puedes pedirlo en tacos sencillos, con queso, campechanos (suadero con longaniza) o morelianos (suadero con tripa). Si tienes más hambre, también puedes optar por un huarache o una torta de suadero. Y como en la Narvarte nadie vive solo de suadero, en Tacos Tony también encontrarás una amplia variedad de opciones: bistec, cabeza, longaniza, tripa, lengua, pechuga, muslo, costilla, chuleta fresca y ahumada, e incluso arrachera. Todo lo puedes pedir en taco, torta o huarache, según lo que más se te antoje.

Pero eso no es todo. Además de sus famosos tacos, en Tacos Tony puedes echarte un queso fundido sencillo o con carne, una gordita de chicharrón o suadero, una pizza tradicional (o con lengua y suadero), consomé de res, cebollas preparadas, queso panela y nopales. Y si buscas algo más contundente, no puedes dejar de probar el Molcajete, una delicia que lleva guacamole, chiles, queso, cebolla, nopal y un generoso trozo de suadero. ¿Trozo de suadero? Sí, en Tacos Tony también puedes pedirte un buen pedazo de suadero para disfrutar aún más de la especialidad de la casa.

Si eres amante de los tacos y buscas una experiencia auténtica y llena de sabor, Tacos Tony es un destino obligado en tu recorrido por la Narvarte. Ya sea que vayas al puesto original de lámina o a alguna de sus sucursales, la calidad y el sabor están garantizados. Así que prepárate para deleitar tu paladar y descubrir por qué Tacos Tony es considerado un referente taquero en la zona. y la CDMX.

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Costo por persona:
 Menos de $250 pesos
Horario: Domingo a jueves de 8:00 a 15:00 hrs., viernes y sábado de 8:00 a 5:00 hrs. (los restaurante podrían tener un horario reducido)
Instagram: instagram.com/tacos_.tony
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Sucursales Puesto y Torres
Dirección: Torres Adalid #1702, Narvarte Poniente, Ciudad de México, CDMX

Sucursal Universidad
Dirección: Avenida Universidad #199,  Narvarte Poniente, Ciudad de México, CDMX

La Pitaya, auténtica comida yucateca en la Colonia Vallejo

No puedo recordar quién fue la persona que me habló de La Pitaya, o si me lo topé por casualidad en Google, pero a quien haya sido, ¡solo quiero decirle gracias! Gracias por despertarme la curiosidad de ir hasta la colonia Vallejo para descubrir este pequeño changarro yucateco, sin tener que viajar tan lejos. Gracias por hablarme de un rinconcito donde sirven auténtica comida yucateca, con precios súper accesibles y un servicio que te hace sentir como en casa.

La Pitaya es un local chiquitito, escondido en la esquina de Tetrazzini y León Cavallo (o Leoncavallo), que fácilmente podría pasar desapercibido si no fuera por la modesta lona que anuncia el nombre y por las dos mesitas en la banqueta, listas para recibir a los y las comensales aventurerxs. Si te asomas, te vas a encontrar con tres o cuatro mesitas más, un refrigerador con bebidas y, al fondo, una pequeña barra que conecta directo con la cocina. Un lugar sencillo, sin pretensiones, pero con lo necesario para que comas delicioso y sin gastar de más.

Como buen restaurante yucateco, la reina absoluta de la casa es la cochinita pibil. Puedes pedirla en tacos, tortas (o barras, como les dicen aquí), molletes, panuchos o salbutes. Y ojo, porque en el tema de las tortas tienen opciones interesantes: está la clásica de cochinita, pero también hay una Especial, con mantequilla clarificada y deslactosada (pura indulgencia); o la Barra Caribeña, que combina frijoles, plátano y cochinita. Y hablando de antojitos, tienen dos tipos de panuchos: el tradicional, con lechuga, pepino, jitomate y aguacate; y el chilango, que viene sin verdura, porque así nos gustan las cosas en la capital.

Pero como no solo de cochinita vive el yuca, en La Pitaya también tienen carne ahumada, preparada con la receta tradicional de Temozón, Yucatán, y unas manitas pibil que son, según dicen, la especialidad de la casa. Si te late el antojo más casero, puedes pedir un tamal yucateco (también llamado vaporcito) con filete de puerco, pechuga de pollo y una salsita de masa con jitomate frito. Y si llegas con ganas de desayuno, te esperan unos épicos huevos motuleños, o huevos con longaniza de Valladolid ahumada, o hasta huevos con chorizo negro o con chaya.

Eso sí, los fines de semana se pone mejor porque sacan joyitas como los lomitos de Valladolid, que puedes pedir en orden o en taco. Además, hay platillos sorpresa que aparecen de vez en cuando, como la sopa de lima, lechón, recado negro, puchero o el clásico frijol con puerco. Y para acompañar, nada como un taxcalate, agua de xilacayote o un agua de chaya, perfectos para refrescarte.

Pero más allá de la increíble sazón, lo que realmente hace especial a La Pitaya es el servicio. Siempre te recibe y atiende el propio chef y dueño, que no solo te recomienda lo mejor del menú, sino que se toma el tiempo de explicarte cada platillo con todo el amor que le tiene a su cocina.

Así que, si andas en busca de un lugar donde comer auténtica comida yucateca, sin gastar una fortuna y con la mejor atención, lánzate a la colonia Vallejo y date el gusto de visitar La Pitaya. Te prometo que no te vas a arrepentir.

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Dirección:
 Tetrazzini #295, Colonia Vallejo, Ciudad de México, CDMX (el local está sobre Berlin)
Horario: Martes a domingo de 9:00 a 15:00 hrs.
Costo por persona: Menos de $250 pesos

El Peribán, la tradición de las carnitas michoacanas en la CDMX

Aunque hoy en día creemos que las carnitas son de origen michoacano, la realidad es que es un platillo que nació en Coyoacán. ¿No me crees? Bueno, debes saber que, en la Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva España, Bernal Días del Castillo explica que, tras la captura de Cuauhtemoc y su familia, el día trece de agosto de 1521, Hernán Cortés decidió hacer un enorme banquete en Coyoacán, aprovechando el vino y los cerdos que habían traído de Castilla. Fue ahí que decidieron confitar los cerdos y, a falta de pan, se usaron tortillas para acompañar, dando origen a lo que hoy conocemos como taco de carnitas.

Las Carnitas tienen un origen chilango; sin embargo, diferentes estados se adjudican la invención de este platillo, pues cada uno le imprimió su toque permitiendo que el cerdo frito de Hernán Cortés se convirtiera en el platillo que conocemos hoy en día. Pero, sin duda, el estado que realmente perfeccionó la receta de las carnitas fue Michoacán. Y es que, cada pueblo y municipio de Michoacán, especialmente en Quiroga, Santa Clara del Cobre y Peribán han destacado por el sabor y elaboración de sus recetas tradicionales.

¡Es una lástima que no podamos ir cada fin de semana hasta Michoacán para echarnos unas ricas carnitas! Por suerte, en 1982, la familia Baldovinos, oriunda de Peribán de Ramos, un poblado a las faldas del Pico de Tancítaro, llegó a la ciudad antes llamada Distrito Federal y decidió compartir la receta familiar de sus carnitas con todas y todos los chilangos. Una receta tan buena, que terminó conquistando el estómago y corazón de todo el mundo, permitiéndoles abrir varios restaurantes al sur de capirucha (y ahora también otros más céntricos). ¿Te gustaría conocer esta receta? Entonces tienes que conocer El Peribán, un restaurante que se jacta de tener unas de las mejores carnitas de la CDMX.

Si eres amante de las Carnitas, seguramente te van a gustar los Tacos de Carnitas de El Peribán; y es que, la carne está bien confitada y doradas, lo que hace que se derritan en la boca. Además, su salsa verde es una delicia, que combina perfecto con la explosión de sabores de las carnitas. Y no te preocupes, no solo tienen maciza, en este lugar tienen tienen todo el surtido: maciza, chamorro, falda, espaldilla, buche, lengua, nana, cuerito, trompa, oreja y achicalado.

Sí, los tacos son una gran recomendación, pero debes saber que, en El Peribán también tienen otras opciones, obvio preparadas con carnitas, que vale la pena probar. Por ejemplo, la deliciosa Gordita Ahogada, que va rellena de achicalado, bañada en una salsa de habanero y morita, y acompañada de barriga crujiente. ¡Una combinación perfecta! También vale la pena que pruebes las Quesadillas de Achicalado con Queso (puedes pedirla frita o asada), las Quesadilas de Sesos, las Tortas Ahogadas las Flautas de Carnitas o los Huaraches de Carnitas, entre muchos otros platillos. Por cierto, también tienen varias opciones de desayunos.

Además del sabor de los tacos y antojitos… ¿sabes qué es lo mejor? ¡el precio! Y es que, en El Peribán podrás comer delicioso y muy basto, en un lugar bien establecido e higiénico, sin gastar mucho dinero. Pa’que te des una idea, yo me eché dos tacos, una torta ahogada, una quesadilla de achicalada y una gordita ahogada, acompañadas de un agua (obvio salí rodando de ahí), por unos $300 pesos (aprox).

¿Ya se te antojó? Entonces date una vuelta por las diferentes sucursales de El Peribán y échate unos tacos o antojos con unas deliciosas carnitas a mi salud. Sin duda, una excelente opción para desayunar o comer con la familia, amigxs o colegas cualquier día de la semana.

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Costo por persona:
 De $200 a $300 pesos
Página Web: elperiban.com
Instagram: instagram.com/elperiban
Facebook: facebook.com/elperiban
TikTok: tiktok.com/@el_periban

Tortas Suizas, tortas para las y los amantes del queso en la Nápoles

Nadie puede negar que las tortas son uno de los platillos más populares de la Ciudad de México. No por nada, en prácticamente cualquier colonia de la capirucha, te encontrarás con un puesto o local de tortas cada dos o tres calles. Quizá esto se deba a su sabor, a lo práctico que es cargarlas y comerlas (sin necesidad de cubiertos), a lo rápido que se preparan o a su precio accesible… o a una mezcla de todos estos factores. Y justo esa popularidad ha hecho que este antojito esté prácticamente estandarizado en toda la ciudad, con los mismos rellenos en casi cualquier esquina.

Sin embargo, las torterías que han roto con esa estandarización se han convertido en auténticas leyendas chilangas que todo el mundo quiere conocer. Ya sea porque las sirven en panes enormes, las atascan de ingredientes o porque las rellenan con lengua o chilaquiles, esas tortas únicas se viralizan (desde antes de las redes sociales) y se vuelven las consentidas de las y los chilangos. Entre toda la oferta de torterías fuera de lo común, una de mis favoritas es Tortas Suizas.

Este pequeño local, anexo a los Abarrotes Nebraska en la colonia Nápoles, pasaría fácilmente desapercibido si no fuera por la gente que se aglomera en el puesto, esperando su turno. ¿Y qué tiene de especial? Pues que es el paraíso para las y los amantes del queso Oaxaca (o quesillo, si eres de Oaxaca), porque las Tortas Suizas de Nebraska llevan una cantidad absurda de queso.

¿De qué hay tortas? Pues de jamón, salchicha de cerdo y pavo, chuleta, jamón de pavo, pierna, pollo y milanesa. Puedes pedirlas con o sin quesillo, pero, seamos sincerxs, ¿quién va a este lugar a pedir una torta sin queso? Además, si te gusta el picante, puedes añadirle rajas o chipotle… o ambas, porque nunca es suficiente.

Pero lo mejor de estas tortas, además del queso, es que son bastante llenadoras. De hecho, con solo media torta podrías quedar satisfechx, aunque, si eres de buen comer (como yo), una completa es perfecta. Y si por alguna razón crees que te quedarás con hambre, siempre puedes pedir la Torta Especial, que es del doble de tamaño. ¡Ideal para compartir!

Así que, si amas el queso y las tortas, y andas cerca de la Nápoles, date una vuelta por Tortas Suizas y échate la torta de tu elección, pero bien atascada de queso. ¡Como debe ser!

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Dirección:
 Chicago #129, esquina Nebraska, Colonia Nápoles, Ciudad de México, CDMX
Horario: Lunes a sábado de 9:30 a 21:00 hrs., domingos de 13:30 a 21:00 hrs.
Costo por persona: Menos de $200 pesos
Facebook: facebook.com/p/Tortas-Suizas-de-Nebraska-100063897680969

Café de Tacuba, un rincón de historia, gastronomía y misterio en el Centro Histórico

¡Acompáñame a conocer el Café de Tacuba! Este restaurante no solo es famoso por sus delicias culinarias, sino por su historia que comienza en un majestuoso edificio del siglo XVII. Aquí, entre vitrales coloridos, murales que cuentan la historia del mole y muebles con aroma a tiempos pasados, las paredes susurran secretos de más de cuatro siglos de vida.

El edificio que hoy alberga al Café de Tacuba fue originalmente una de las grandes casas palaciegas del centro, construida en el siglo XVII. Antes de convertirse en restaurante en 1912, tuvo una breve vida como lechería y, mucho antes, fue parte del Hospital del Divino Salvador, un espacio dedicado a mujeres en la época colonial. Su ubicación frente a la que hoy es la Biblioteca del Congreso de la Unión (antigua capilla del Convento de las Clarisas) lo conecta con una rica herencia histórica que pareciera impregnarse en cada rincón.

¿Te has preguntado qué ocurre cuando cae la noche? Según cuentan los relatos, entre los escalones del Salón Mexicano aparece la Monja Claris. Esta figura espectral, que parece flotar suavemente, deja escapar un suspiro profundo que puede estremecer hasta al más valiente. La leyenda dice que su espíritu habita en esta casona desde los días en que era un hospital, y lejos de ser aterradora, es vista como una guardiana silenciosa que cuida el lugar y a sus visitantes.

Desde sus inicios, el Café de Tacuba se convirtió en un lugar de reunión para personajes históricos y eventos memorables. Aquí, Diego Rivera y Guadalupe Marín celebraron su banquete de bodas, y se dice que todos los presidentes de México han disfrutado de su cocina. Incluso, el restaurante fue testigo de momentos trágicos como el asesinato de Manlio Fabio Altamirano en 1936. Pero más allá de los eventos históricos, las mesas del café han sido cómplices de innumerables romances, tertulias y encuentros familiares.

Por las mañanas, el aroma del café veracruzano, chiapaneco y oaxaqueño se mezcla con el brillo del almíbar de los postres en las vitrinas, invitando a las y los visitantes a comenzar su día con el sabor de México. Las noches, en cambio, son un remanso de paz, donde la serenata de músicos ambulantes se convierte en la banda sonora perfecta para una cena inolvidable.

El Café de Tacuba no es solo un lugar para comer, es un viaje al pasado en pleno presente. Sus murales, talavera y cuadros coloniales transportan a sus visitantes a épocas de esplendor. Y aunque ha superado incendios y modernizaciones, conserva la autenticidad de sus recetas y el alma que lo ha mantenido como un referente en la Ciudad de México.

Así que ya lo sabes, si quieres probar un poco de la historia, mezclada con leyendas y un toque de mole, el Café de Tacuba te espera con las puertas abiertas… y quizás, con la Monja Clarisa cuidando que todo esté en su lugar. ¡Date una vuelta y crea tus propias historias en este clásico chilango!

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Dirección:
 Tacuba #28, Centro Histórico, Ciudad de México, CDMX
Costo promedio por persona: De $300 a $500 pesos
Horario: Lunes a domingo de 8:00 22:30 hrs.
Página Web: cafedetacuba.mx
Instagram: instagram.com/cafedetacubarestaurante

Balam Pakaal, un rincón de Cochinita Pibil en Lindavista

Sábado por la tarde. Había salido del teatro en Coyoacán y mi siguiente compromiso era en Lindavista. Por practicidad no había llevado el carro y terminé viajando en Metro. Así que tomé la infame Línea 3 y me fui derechito hasta Indios Verdes. Una vez ahí, puse el mapa y descubrí que mi destino estaba a poco más de un kilómetro, así que decidí irme a pie. Ya era tarde y el hambre me estaba matando, así que decidí buscar algún lugar para comer ahí.

Caminé y caminé, pero no encontré ningún lugar que se me antojara sobre Ticomán. De pronto, me llegó un olor especiado que me hizo agua la boca… ¡Era cochinita pibil! Seguí el aroma y, unos metros más adelante, me encontré con Balam Pakaal. El lugar era muy sencillo, pero con todo lo necesario para sentarse a comer. En el salón tenían unas tres o cuatro mesas enmarcadas por una larga barra donde tenían la cochinita lista para servir, y una cocina igual de sencilla. Al fondo, unos refrigeradores y las paredes cubiertas con máscaras de luchadores e ilustraciones de Ricardo Alonso “Peltre” con dioses prehispánicos representados como luchadores. ¡Un lugar sencillo, pero con mucha onda!

El menú era tan sencillo como el lugar. Básicamente tenían cochinita pibil en diferentes presentaciones: tacos, tacos especiales, panuchos, volcanes, tortas y enchiladas blancas. También tenían paquetes que incluían algún platillo, una bebida y, de postre, una marquesita. Después de preguntarle a la mesera qué eran los tacos especiales y las enchiladas blancas, terminé pidiendo un paquete con tres tacos especiales y un panucho extra para completar. Poco después de ordenar, me sirvieron unos ramequines con cebolla encurtida, cebolla con habanero, salsa de habanero y salsa de queso crema con habanero; además de mi agua de tamarindo.

Los tacos especiales resultaron ser tacos de cochinita con queso en tortilla de harina; y la neta, me gustaron bastante. Quizá no es la mejor cochinita de la CDMX, pero sí está muy cumplidora y la salsa de queso, junto a la de habanero, son una combinación ganadora (aunque siento que no picaban tanto). Por otro lado, el panucho estaba muy bien servido. Y, mi marquesita fue de queso con Nutella, otra combinación ganadora. Fue mucha comida y gasté menos de $250 pesos (si no mal recuerdo, fueron $205 pesos), por lo que salí más que satisfecho de ahí. Y debo decir que me quedé con ganas de regresar a probar las enchiladas blancas, que son de cochinita cubierta con la salsa de queso y habanero.

Al final, lo que comenzó como un día de trayectos interminables terminó siendo una experiencia inesperada y deliciosa. Si alguna vez pasas por la zona de Lindavista con antojo de sabores yucatecos, no dudes en darle una oportunidad a Balam Pakaal. Aunque es un lugar sencillo, tiene el toque perfecto para un antojo contundente, sabroso y con precios más que accesibles. Sin duda, un rincón que vale la pena descubrir.

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Dirección Lindavista Norte:
 Neiva #1010, Colonia Lindavista Norte (la entrada está en la lateral se Sierravista), Ciudad de México, CDMX
Dirección IPN: Av. Politécnico Nacional #2085 (en el estacionamiento de Servi SNTE), Colonia Lindavista, Ciudad de México, CDMX
Horario: Lunes a domingo de 10:00 a 17:30 hrs.
Costo por persona: Menos de $200 pesos
Instagram: instagram.com/balam_pakaal
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Las Jirafas y la Mula, quesadillas de medio y chelas metro en Santa María la Ribera

En la esquina de Dr. Atl y Manuel Carpio, en contra esquina de la Alameda de Santa María la Ribera, se encuentra uno de los restaurantes más clásicos en la zona. Las Jirafas y la Mula, un lugar que pasa fácilmente desapercibido, pero que ha logrado ganarse el cariño de las y los vecinos de la zona, y gente de toda la CDMX, por sus legendarias mulas y sus jirafas especiales. No vayas a pensar que en este lugar venden carne de mula y de jirafa, ni que fuera el Mercado de San Juan.

Las mulas son quesadillas de 45 centímetros, hechas al momento. Estas pueden ir rellenas solo con queso o puedes pedir que le pongan todo tipo de rellenos. Por ejemplo pollo, chicharrón prensado, champiñones, picadillo, chorizo con papa y rajas con crema. Pero si quieres algo más elaborado, también las puedes pedir con chorizo ahumado, pulled pork, cochinita pibil, costilla BBQ, pollo con mole, fajitas, flor de calabaza o bistec con tocino y queso, entre otros ingredientes.

En este punto debes saber, que las mulas vienen bien servidas y no escatiman en carne, por lo que solo necesitarás una para quedar satisfechx. Pero eso no es todo. Y es que, al centro del lugar tienen una barra de salsas y verduras, perfectas para acompañar tu mula. Puedes echarle salsa verde y roja, guacamole, salsa de chile morita, nopales, lechuga, rábanos y chile de arbol, entre otros.

¿Y pa’maridar? Están las jirafas, que son yardas de cerveza de barril endulzadas con diferentes sabores (aunque también puedes pedirlas de ¼ de yarda). Para que te des una idea, puedes pedirte una chela de tamarino, de mandarina, durazno, chamoy, manzana verde, coco, uva o avellana; o también puedes pedirlas sencillas o en michelada o cubana. Y si no se te antoja la chela, también puedes acompañar con un chesco o con un agua fresca. Y lo mejor de todo es que podrás comer y quedar total y completamente satisfechx por sin gastar mucho dinero.

Si andas cerca del Kiosco Morisco y buscas un lugar para comer sin gastarte la quincena, vale mucho la pena que te des una vuelta por Las Jirafas y la Mula y echarte una quesadilla enorme y una chela bien fría. Quizá no es el lugar más elegante de la zona, pero sí es una gran opción para comer después de un paseo por la CDMX.

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Dirección:
 Manuel Carpio #93, Santa María la Ribera, Ciudad de México, CDMX
Horario: Martes a domingo de 10:00 a 18:00 hrs.
Costo por persona: De $200 a $300 pesos
Facebook: facebook.com/lasjirafasylamula