Archivos de la categoría De menos de $200

Restaurantes buenos, bonitos y baratos donde no gastarás más de $200 pesos.

Café Kelebek, las delicias de Turquía en Tlatelolco

Descubrí el Café Kelebek gracias al Metrobús. Cada vez que tomaba la Línea 3 y pasaba por Tlatelolco, justo a la altura del puente rojo —el primer puente peatonal en el Distrito Federal—, alcanzaba a ver una pequeña bandera turca pintada junto a un rótulo que decía “Café Kelebek“. ¿Un café turco en pleno Tlatelolco? Definitivamente tenía que conocerlo. Así que, un sábado con tiempo libre, decidí tomar el Metrobús, bajarme en la estación Tlatelolco y caminar por los locales que están sobre Guerrero, en dirección sur. Llegué al puente rojo, lo crucé, tomé algunas fotos de la vista y, al descender, caminé unos metros más hasta llegar al Café Kelebek.

El lugar era tan sencillo como lo imaginaba, pero acogedor y bien equipado para disfrutar de un buen café. Una larga barra donde preparan las bebidas y alimentos, tres o cuatro mesas sencillas, un pequeño rincón con bisutería turca a la venta, y pantallas que proyectaban música turca moderna a un volumen ideal para la conversación.

En un pizarrón detrás de la barra se podía leer la oferta de bebidas: Café Turco, Té Turco, Té con Leche, Café Americano y Capuccino. Otro menú mostraba los paquetes de desayunos, con opciones como el Türk Kahvaltisi, el Pozanti, el Adana Yumurtalari y el Özel. Además, tenían un menú especial con comida turca casera: Dürum, Manti, Köfte, Lahmacun, Pide y Mercimek Salatasi, entre otros platillos que prometían transportar a Turquía en cada bocado.

Como ya había comido, pedí un Café Turco y me senté en una de las mesas junto a un sartén con arena caliente, donde tenían dos cafeteras turcas o cezve. Como dato curioso, el café turco se prepara tradicionalmente en un cezve, una pequeña jarrita de cobre que se llena con café y agua. Se calienta en arena muy caliente para mantener una temperatura uniforme, logrando un sabor único. Poco después, me sirvieron un plato con mi café turco, un vasito de agua y una media luna rellena con cubitos blancos que parecían dulces. Los probé con algo de desconfianza y descubrí que eran Lokum, también conocido como delicia turca: un dulce gelatinoso típico de Turquía y otras regiones del Medio Oriente. Me explicaron que el Lokum es el maridaje perfecto para el café turco, y tenían toda la razón: su dulzura balanceaba a la perfección la intensidad del café.

Para acompañar mi café, quise probar algún postre típico, pero lamentablemente ya se habían agotado. En su lugar, me ofrecieron un Flan de Café que resultó ser una auténtica delicia. Cremoso, con un sabor exquisito que mezclaba el caramelo y el café, era la combinación perfecta para cerrar la experiencia con broche de oro.

Aunque no tuve la oportunidad de probar más platillos del Café Kelebek, salí feliz y con ganas de regresar. En un mundo donde los lugares auténticos a veces ceden ante lo comercial, encontrar un café turco sencillo pero lleno de esencia es un verdadero hallazgo. Si buscas un sitio tranquilo, ideal para leer un libro, disfrutar una buena charla o simplemente deleitarte con un café turco bien preparado, Café Kelebek es el lugar perfecto. Definitivamente, regresaré para explorar más de su menú y sumergirme de nuevo en la magia turca en pleno corazón de Tlatelolco.

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Dirección:
 Guerrero #325, Tlatelolco, Ciudad de México, CDMX
Horario: Lunes a domingo de 9:30 a 20:00 hrs.
Costo por persona: Menos de $200 pesos
Facebook: facebook.com/profile.php?id=100087763647519
Instagram: instagram.com/cafe_kelebek

Cultura, Ideas y Café, un escape del caos citadino en la Guadalupe Insurgentes

La colonia Guadalupe Insurgentes es una de mis favoritas en toda la Ciudad de México. Y es que visitar esta colonia, especialmente los alrededores del Parque de la Pasión, se siente como una escapada a algún pueblo mágico escondido en el corazón del país. Imagina un pueblo tradicional mexicano, de esos que tienen una plaza o parque en el centro, rodeado de edificios antiguos con columnas y arcos, perfectos para albergar cafés o restaurantes acogedores. Para que te des una idea, piensa en la Plaza de Armas de Querétaro, la Explanada Municipal de Tepotzotlán o el Zócalo de Tlalpan.

Justo en uno de esos edificios que parece detenido en el tiempo, entre columnas desgastadas pero llenas de historia, se encuentra Cultura, Ideas y Café, una pequeña cafetería de barrio donde el bullicio de la ciudad se desvanece. Aquí puedes olvidarte del estrés cotidiano mientras te pierdes en un buen libro, disfrutas de un juego de mesa o compartes una charla amena con amigxs o pareja. Todo esto en un ambiente relajado, con toques bohemios que invitan a quedarte un rato más.

El lugar tiene un encanto sencillo que lo hace especial. Desde que te acercas, las pequeñas mesas en la terraza bajo los arcos te reciben con una vibra acogedora. Al entrar, el espacio te envuelve con sillones eclécticos, libreros llenos de libros para disfrutar ahí mismo, decoraciones vintage y una imponente reproducción de Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central, el icónico mural de Diego Rivera. Una larga barra domina el espacio, donde se preparan los alimentos y bebidas, acompañada de una vitrina que exhibe los postres del día y un menú sencillo pero llamativo.

El menú refleja la esencia del lugar: práctico y accesible. Podrás elegir entre una variedad de bebidas a base de café como espresso, americano, latte, moka y capuchino, además de frapuccinos, chai, té frutal e infusiones. Para comer, cuentan con opciones ligeras y deliciosas, desde entrepanes preparados con chapata, baguette, bagel, croissant o pan de caja, hasta molletes, sincronizadas, ensaladas y antojos más clásicos. Los postres, como galletas y pasteles individuales, son el complemento perfecto para cerrar tu visita con broche de oro.

Cultura, Ideas y Café no es una cafetería de especialidad que deslumbre con su diseño minimalista o pretensiones de alta gama. Es más bien un refugio sencillo y encantador, donde lo importante es disfrutar una buena bebida, un ambiente bohemio y la magia de las ideas que nacen de la conversación. Es el tipo de lugar que te invita a volver, ya sea para una tarde tranquila contigo mismx o para compartir momentos memorables con quienes más quieres. ¿Qué esperas para darte una vuelta y descubrir esta joya oculta en la Ciudad de México?

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Dirección:
 Ing. Carlos Daza #202, Guadalupe Insurgentes, Ciudad de México, CDMX
Horario: Lunes a domingo de 8:00 a 22:30 hrs.
Costo por persona: Menos de $200 pesos

Casa Nela, las delicias de Oaxaca escondidas en la Merced (Centro Histórico)

En la Ciudad de México, podrías decir que existen dos Centros Históricos. Por un lado, está el turístico, lleno de museos, restaurantes y negocios ideales para el esparcimiento de nacionales y extranjerxs. Por otro, está el comercial, un bullicioso laberinto que comienza después de Palacio Nacional, donde miles de personas acuden diariamente en busca de artículos que van desde papelería y decoración hasta ropa de mascotas y juguetes. Este centro está organizado por calles temáticas: maquillaje, ropa, papelería… ¿y si te dijera que también hay una calle dedicada a la comida y los artículos oaxaqueños? Sí, existe, y se llama callejón de La Santísima, casi en la esquina con Soledad.

En este escondido rincón, entre puestos ambulantes de lentes de sol, juguetes y ropa, descubrirás locales que ofrecen mezcal, chapulines, tlayudas, pan de yema y otros productos oaxaqueños a precios accesibles. Entre todos ellos, el más popular es Aquí es Oaxaca. No solo por la calidad de sus productos, sino porque alberga el restaurante oaxaqueño más antiguo de la zona, y probablemente de toda la Ciudad de México: Casa Nela. Este lugar tiene más de sesenta años de historia, siendo un punto de reunión para la comunidad oaxaqueña que llegaba al entonces Distrito Federal en busca de nuevas oportunidades.

Al caminar entre los puestos, notarás una pequeña aglomeración alrededor de dos mesas improvisadas en la banqueta. Al asomarte, verás una barra repleta de productos oaxaqueños y, frente a ella, un comal manejado por un hombre que prepara varias tlayudas al mismo tiempo. Es imposible no empezar a salivar: has llegado a Aquí es Oaxaca. Subiendo unas escaleras, te encontrarás con Casa Nela, un pequeño restaurante que se ha convertido en una auténtica embajada oaxaqueña en la zona de La Merced.

Aunque el espacio es reducido, su menú es amplio y ofrece auténticos platillos oaxaqueños preparados con ingredientes frescos, traídos directamente de Oaxaca cada semana (todo llega los jueves, dato ideal para lxs más exigentes). La carta incluye delicias como tlayudas, enmoladas, moles negro y verde, amarillo de res, chiles rellenos, tasajo, empanadas, quesadillas y más. Las tlayudas son la especialidad de la casa, disponibles en versiones con chapulines, tasajo, cecina enchilada y hasta pastor. La mejor recomendación es ir acompañadx, pedir varias opciones para compartir y acompañarlas con aguas tradicionales como horchata con tuna, chilacayota o tejate con mezcal. Para el cierre perfecto: chocolate en agua, como se disfruta en Oaxaca.

Visitar Casa Nela no es solo una experiencia gastronómica, sino un viaje cultural que conecta la riqueza de Oaxaca con el corazón de la Ciudad de México. Si buscas un rincón auténtico, lleno de sabor y tradición, este pequeño lugar del callejón La Santísima te espera con los brazos abiertos y el sazón inigualable de la cocina oaxaqueña. ¡Anímate a descubrirlo!

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Dirección:
 Soledad #42, Centro Histórico, Ciudad de México, CDMX
Horario: Miércoles a lunes de 10:00 a 17:00 hrs.
Costo por persona: De $200 a $300 pesos
Instagram: instagram.com/casa_nela_
Facebook: facebook.com/p/Casa-Nela-100057442959451/

D´Burgers, hamburguesas, hot dogs y snacks en la Colonia Industrial

Hace cuatro años me mudé a la zona del Metro Potrero, y lo primero que hice fue buscar lugares donde pudiera comer rico y barato. Fue así como, en mis primeras semanas, terminé en un pequeño local de hamburguesas al carbón en la esquina de Sirena e Insurgentes. Aunque las hamburguesas me gustaron, el local no era cómodo, y eso evitó que volviera.

Un tiempo después, descubrí un food truck de hamburguesas al carbón sobre Buen Tono, justo frente al parque María Luisa. Mi curiosidad me llevó a probarlas, y, mientras comía, algo me resultaba familiar: ¡el sabor era idéntico al del local que conocí antes! Para mi sorpresa, el food truck pertenecía a D’Burgers, el mismo lugar. Desde ese momento, me volví cliente frecuente del food truck. Sin embargo, un día llegué con antojo y descubrí que el food truck ya no estaba. Por suerte, un vecino me contó que se habían mudado a un local grande cerca de ahí. No me quedé con la duda, y una noche fui a explorar.

Ahora, D’Burgers cuenta con un espacio amplio, con mesas cómodas y servicio de meseros, lo que hace que la experiencia sea mucho más agradable. Además, el servicio es rápido, y su menú incluye nuevos platillos, aunque las protagonistas siguen siendo sus hamburguesas al grill.

Las hamburguesas son las estrellas del lugar, y tienen una buena variedad. Desde las clásicas, como la sencilla con queso o tocino, hasta sus creaciones más originales entre las que se encuentran:

  • Pizza Burger: con queso mozzarella y pepperoni.
  • Tres Quesos: una delicia con manchego, Oaxaca y Chihuahua.
  • Norteña: una explosión de sabores con longaniza, tocino y guacamole.
  • Pastor Burger: lleva carne al pastor, piña y guacamole.
  • Mar y Tierra: con arrachera, camarón, tocino y aderezo de chipotle.

Si, como yo, tienes un gran apetito, prueba la Monster Burger, con dos carnes, jamón, queso y tocino, o puedes pedir que sea uan Súper Monster Burger, con cuatro carnes. ¡Espectacular!

Los hot dogs también son protagonistas. Sus combinaciones únicas hacen difícil elegir:

  • Dogo Chips: cubierto con papitas (elige entre Ruffles, Doritos o Flamin’ Hot).
  • Hawaiano: con queso, piña y tocino.
  • Chilidogo: una mezcla deliciosa con chili.
  • Monster Dogo: una salchicha gigante de 60 cm con queso, piña, tocino y longaniza.

Incluso puedes pedir hot dogs con los ingredientes de sus hamburguesas estrella. ¡Creatividad no les falta!

¿Quieres algo para compartir? Prueba sus dedos de queso, aros de cebolla o sus nachos (en versiones como pastor, chili o arrachera) o una charola para tres o cuatro personas con dedos de queso, aros de cebolla, boneless y papas a la francesa. Y para cerrar con broche de oro, sus malteadas son imperdibles: desde las clásicas de chocolate, fresa y vainilla hasta las de Oreo, Nutella, Chokis o Gansito.

D’Burgers es el lugar ideal para comer delicioso y sin gastar una fortuna. Este pequeño rincón de la Colonia Industrial se ha convertido en un paraíso para lxs amantes de las hamburguesas al grill. Así que, si andas por la zona, no dudes en darte una vuelta y disfrutar de una experiencia que seguro querrás repetir.

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Dirección:
 Buen Tono #268, Colonia Industrial, Ciudad de México, CDMX
Horario: Martes a domingo de 15:00 a 23:00 hrs.
Costo por persona: Menos de $250 pesos
Instagram: instagram.com/dburgersmx
Facebook: facebook.com/dburgersMx

Canché, un rincón de delicias mayas y yucatecas en la Industrial

Juan José Galera Almeida, un heladero yucateco, tenía un objetivo claro: crear un postre que mantuviera sus ventas incluso en las temporadas de frío. Decidido a aprovechar los ingredientes a su alcance, alrededor de 1930 ideó un taco hecho con la masa de los conos de helado, relleno con las mermeladas que solía usar para cubrir sus creaciones. Para darle un toque especial, añadió queso de bola, un producto que, aunque llevaba poco tiempo en el mercado, ya ganaba popularidad en el sureste de México. Así nacieron las marquesitas, un postre exótico que rápidamente conquistó a su clientela y que, en poco tiempo, se convirtió en un ícono de Yucatán.

Noventa años después, las marquesitas han salido de las cálidas tierras yucatecas para conquistar las calles de la Ciudad de México. Hoy, basta con recorrer las zonas más turísticas para encontrar un puesto o local que ofrezca estos deliciosos tacos dulces. Pero hay algo curioso: en la zona norte de la capital, especialmente en la colonia Industrial, las marquesitas han encontrado un hogar especial. Por la noche, las calles se llenan de puestos dedicados a este manjar, reflejando su creciente popularidad entre las y los vecinos..

Como habitante de esta zona, pensé que un nuevo local de marquesitas no sería nada del otro mundo. ¡Qué equivocado estaba! Canché no es solo un puesto más; es un tributo a los sabores mayas contemporáneos.

Este pequeño café combina lo mejor de las tradiciones yucatecas con un toque contemporáneo. El café que sirven proviene de una comunidad maya en Chiapas, y el cacao para sus bebidas, preparado en leche o agua, es cosechado por manos mayas en Tabasco. En su menú, además de marquesitas, encontrarás otros postres tradicionales y creaciones únicas. Por ejemplo, buñuelos con miel, pastelitos de camote con coco o incluso una intrigante pero deliciosa combinación de pastelito dulce con jamón y queso.

Ahora hablemos de las marquesitas. Las que suelen venderse en la Ciudad de México no son idénticas a las tradicionales de Yucatán, en gran parte por la altura de la capital. Aquí, la masa tiende a ser más crujiente y menos flexible, lo que limita la cantidad de ingredientes que pueden añadirse. Sin embargo, Canché ofrece las auténticas marquesitas yucatecas, con esa textura suave y el equilibrio perfecto. Sus opciones de relleno son sencillas pero deliciosas: untable de mantequilla de maní, queso crema, mermelada y, por supuesto, una generosa porción de queso de bola. El queso, fundido y servido caliente, transforma cada bocado en una experiencia única y reconfortante. ¡Esto sí es amor hecho postre!

El espacio en Canché es pequeño y acogedor, con apenas cuatro mesas en el interior y algunas más en la banqueta. Esta disposición permite un ambiente íntimo y un servicio personalizado. Al llegar, te recibirán con una sonrisa y toda la paciencia para explicarte el concepto del lugar y los detalles de su menú.

Si buscas un rincón tranquilo para disfrutar de un buen café o un reconfortante cacao acompañado de un postre yucateco auténtico, Canché es una parada obligatoria. Este nuevo rincón maya de la colonia Industrial te hará sentir como si estuvieras en el corazón de Yucatán.

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Dirección:
 Cruz Azul #176, Colonia Industrial, Ciudad de México, CDMX
Horario: Lunes a domingo de 17:00 a 22:00 hrs.
Costo por persona: Menos de $200 pesos
Instagram: instagram.com/canche.maya

Tacos Los Callejeros, carnitas, guisado, pastor y otros antojos en el Centro Histórico

En México, los tacos no solo son comida, los tacos son cultura. Desde el popular taco al pastor y hasta el taco de guisado, la impresionante variedad de tacos que existen en nuestro país habla de la enorme diversidad cultural que existe en México y dentro de sus ciudades. Por su diversidad, por su sabor y por su practicidad, los tacos se han convertido en el platillo favorito de las y los mexicanos, así como las personas que visitan nuestro país. Y, si te encuentras en el Centro Histórico de la CDMX y estás buscando una taquería con las tres B’s (buena, bonita y barata) tienes que darte una vuelta por Tacos Los Callejeros.

Escondida a simple vista sobre Av. 5 de Mayo, donde alguna vez estuvo el huerto del Convento de los Betlemitas, y rodeada por algunos de los edificios y negocios más icónicos del extinto Distrito Federal, se encuentra esta pequeña taquería en la que podrás encontrar una muy buena variedad de tacos de guisado, carnitas, pastor, bistec con morita, pescado y placeros ¡Incluso tienen tacos de canasta! Por si fuera poco, también tienen panuchos, quesadillas (de queso y/o con guisados) y consomé de pollo. Un menú sencillo, pero con todo lo necesario para echar el taco como se debe.

Hablemos de los guisados. Si quieres algo vegetariano, puedes echarte un taco o queca de rajas poblanas, chile relleno de queso, champiñones a la mantequilla, flor de calabaza, huitlacoche, calabacitas a la mexicana o de nopales al vapor; pero si quieres algo más carnívoro, puedes echarte uno de arroz con huevo cocido, pollo en crema de chipotle, pollo con mole, tinga de pollo, albóndigas de res, bistec en salsa morita, picadillo, conchinita pibil, chicharrón prensado o en salsa roja, longaniza entomatada o con papas o salchichas a la mexicana. Además, todos los días suelen tener guisados especiales, por lo que podrás encontrar algo diferente cada que vayas.

¿Y pa’tomar? Puedes pedirte un refresco, o mejor aún, puedes pedirte un agua fresca con la fruta de tu elección. Aunque, si eres fan de la horchata, puedes pedirte una tradicional o una con fresa, mango o melón. ¡Nada como un agua fresca para ganarle al calor y el cansancio de recorrer las calles del Centro Histórico.

Hablando de recorrer el centro, un detalle que vale la pena mencionar de Los Callejeros, es el hecho de que, además de los tacos para comer en el lugar, tienen varias botanas y antojitos para llevar con los que podrás maridar tu paseo por 5 de Mayo. Para que te des una idea de las botanitas que podrás conseguir en Los Callejeros, te cuento que tienen diferentes frutas y verduras como vasos de jícama, pepino o zanahoria con chile, de fruta de temporada y de mango fresco. También tienen bolsas de palomitas y frituas (chicharrones) y, si buscas algo dulce, puedes pedirte una gelatina de rompope, unos bombones, buñuelos o una congelada (boli) de mango con chamoy, fresa cremosa, galleta Oreo o Nutella.

Si estás recorriendo las calles del Centro Histórico y te llega la hora de la comida o si buscas una botanita pa’el camino, te recomiendo darte una vuelta por Los Callejeros y disfrutar de la propuesta taquera y botanera de este lugar. Seguramente comerás rico y sin gastar mucho dinero.

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Dirección:
 Av. 5 de Mayo #10-D, Centro Histórico, Ciudad de México, CDMX
Horario: Martes a jueves de 9:30 a 17:30 hrs., viernes de 9:30 a 19:30 hrs., sábado de 9:30 a 20:30 hrs. y domingo de 10:30 a 18:30 hrs.
Costo por persona: Menos de $250 pesos
Instagram: instagram.com/loscallejerostacos
Facebook: facebook.com/LosCaIIejeros

Los Tacolotes, tacos de pastor, suadero y otros antojitos en la Nueva Santa María

Los años cuarenta marcaron una etapa crucial en el crecimiento y desarrollo del entonces Distrito Federal. Durante esta década se construyeron, o se finalizaron, varios de los grandes monumentos y edificios que hoy embellecen la ciudad, como la Diana Cazadora, el Monumento a la Raza, el Monumento a la Madre, el Cine Lido, la Casa Luis Barragán, la Ciudadela, y la Monumental Plaza de Toros México. Además, se trazaron y edificaron numerosas colonias al norte y sur de la ciudad, entre ellas la Nueva Santa María, un ejemplo de modernidad con sus casas de arquitectura colonial californiana y calles amplias adornadas con frondosos camellones.

Para los años cincuenta, la Nueva Santa María ya estaba completamente poblada, llena de locales y negocios que atendían las necesidades de sus habitantes. Aunque muchos de esos establecimientos han quedado en el olvido, algunos restaurantes han perdurado a lo largo del tiempo, abriendo sus puertas durante más de 70 años para satisfacer a nuevas generaciones. Uno de los más tradicionales es Los Tacolotes, una taquería de barrio que desde 1955 ha buscado ofrecer los auténticos sabores de México con un toque especial.

Al llegar a Los Tacolotes, un delicioso aroma a pastor te invita a entrar y buscar una mesa. Al cruzar la puerta, te recibirás con la vista de un enorme trompo de pastor que se cocina lentamente, esperando ser degustado. Una vez en tu lugar, te entregarán una extensa carta llena de opciones tentadoras. La variedad es sorprendente: arrachera, bistec, chuleta, costilla, pechuga, pastor y suadero son solo algunos de los protagonistas. Puedes disfrutar de estas carnes en diferentes presentaciones: tacos, gringas, volcantes, tacolotes en pan árabe, quesadillas, alambres, tortas o papa al horno.

Recomiendo comenzar con un queso fundido; porque, seamos honestxs, el queso es amor. Luego, no puedes dejar de probar un taco de pastor en tortilla de harina o una gringa, o aventurarte con un Tacolote, que combina bistec, pastor y queso en pan árabe. Con eso y el consomé de pollo que te ofrecen de cortesía, estarás más que satisfechx. Pero si tienes un gran apetito, o si vas en grupo y quieren compartir, la papa al horno es una opción ideal, ¡bastante grande y rellena de lo que prefieras!

Los Tacolotes es una taquería que ha conquistado el paladar de las y los vecinos de la Nueva Santa María y de muchxs otrxs que llegamos a la colonia solo para disfrutar de unos deliciosos tacos a precios accesibles. Aquí, cada persona puede encontrar un platillo que satisfaga su antojo sin tener que preocuparse por vaciar su bolsillo. Por todo esto y más, definitivamente vale la pena visitar Los Tacolotes y deleitarse con unos tacos de pastor, suadero o de lo que se te antoje.

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Dirección:
 Av. de los Maestros #542, Nueva Santa María, Ciudad de México, CDMX
Horario: Lunes a domingo de 13:30 a 22:00 hrs.
Costo por persona: Menos de $200 pesos
Página Web: lostacolotes.mx
Instagram: instagram.com/lostacolotes1
Facebook: facebook.com/lostacolotes

Q’Pedro Pablo, café de especialidad, pan, antojos y cerveza artesanal en la Roma y Juárez

Hace algunos años abrió un pequeño café en la calle de Durango, muy cerca del parque Río de Janeiro, y muy cerca de donde vivía una de mis mejores amigas. El lugar era pequeño, muy sencillo para la zona y tenía un nombre que se me hacía poco atractivo: Q´Pedro Pablo. ¿A quién se le ocurriría abrir un lugar llamado Q´Pedro Pablo? Al principio pensé que es lugar no duraría mucho, pues no tenía el concepto de todos los lugares de la zona, pero logró ganarse el corazón de las y los vecinos gracias a su concepto aparentemente sencillo, pero con todo lo necesario para disfrutar de una mañana, tarde o noche agradable: café, pan y chela artesanal.

Tiempo después, mi amiga me llevó a probar su pan de muerto, porque era, en sus palabras, algo único y que no encontraría en ningún otro lugar. Fue así que, un domingo en la mañana nos lanzamos al pequeño local donde descubrí un pequeño paraíso cafetero, panero y cervecero. Y es que, Q’Pedro Pablo resultó ser un pequeño café de especialidad donde, además de muy buen café, tenían pan de la casa (el de muerto iba relleno un ganache de cerveza stout) y una buena variedad de cervezas artesanales en lata y en barril. ¡Una combinación ganadora! Gracias a esta visita, volví varias veces más por su café y para disfrutar de su pan recién horneado.

Con el tiempo, mi amiga se mudó a la Colonia Juárez, y curiosamente en esa época, Q’Pedro Pablo abrió una sucursal muy cerca de su nuevo hogar ¡hasta parece que ella solo buscaba tener ese café cerca! Así que, en sus primeros días en su nuevo hogar, decidimos darnos una vuelta por la nueva sucursal de Q’Pedro Pablo, en la calle de Marsella. En cuanto llegamos, descubrimos que el lugar ya no era un mini local como el de la Roma; de hecho, es un local mucho, muuuuucho más grande, con un gran número de mesas para sentarte a echar el pan con café, o una buena chela. Es un lugar para echar una plática agradable en las mañanas y enfiestar por las tardes.

¿Y qué encontrarás en Q’Pedro Pablo? Además del pan dulce, en este lugar cuentan con una buena variedad de entradas, tacos, sándwiches, desayunos y platillos especiales. Para que te des una idea, para empezar, puedes compartir unas bonless, sliders o una Landjager (salchicha de cazador alemana), y después hincarle el diente a un sándwich de suadero, brisket o pulled pork; o, por qué no, unos tacos de pastor negro, de suadero, chorizo o chicharrón con poblano. Eso sí, el platillo más consentido por las y los clientes es el Pambazo con Pulled Pork o Brisket (de hecho, en una tarde verás cómo pasean varios pambazos de camino a las mesas). Eso sí, toma en cuenta que, el menú cambia de sucursal a sucursal, debido a las limitaciones de cada cocina; así que, mientras que en Marsella encontrarás más entrepanes (sí, una palabra fina para decir sándwich) y tacos, en Durango encontrarás varias pizzas.

Para tomar, como ya lo mencioné, tienen una buena variedad de bebidas a base de café, como el espresso, el cortado, el flat white, el latte mazapán y el latte cajeta. También mencioné que tienen una muy buena variedad de cervezas artesanales mexicanas en lata y en barril, mismas que van cambiando cada temporada para que puedas disfrutar chelas diferentes en cada visita. Y si nada de eso se te antoja, puedes echarle un ojo a los cocteles que tienen en la carta. Encontrarás algunos cocteles clásicos como el carajillo, las mezcalitas, espresso martini, dry martini o el negroni; pero también podrás encontrarte una buena variedad de cocteles de la casa como el Simples Cosas, el Entre Amigos, el Brew Mojito (con cold brew) y el One Punch Mango, entre otros. ¿Ya se te antojó?

Lo mejor de todo, es que, en cualquiera de las dos sucursales de Q’Pedro Pablo encontrarás un ambiente bastante relajado, a pesar de las zonas, por lo que podrás disfrutar de una tarde tranquila con buen café, pan delicioso, comida rica y/o una refrescante chela. Así que, si buscas un lugar dónde disfrutar de estas cuatro delicias mientras disfrutas con tu pareja, ligue o amigxs, vale la pena que te des una vuelta por Q’Pedro Pablo y disfrutes de todo lo que tienen que ofrecer en este lugar.

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Costo por persona: De $100 a $300 pesos (dependerá de si pides comida, chela o café)
Página Web: restocafeybar.com
Instagram: instagram.com/cafeqpedropablo
Facebook: facebook.com/cafeqpedropablo

Sucursal Durango (Colonia Roma)
Dirección: Calle de Durango #108, Colonia Roma Norte, Ciudad de México, CDMX
Horario: Miércoles a lunes de 8:00 a 20:00 hrs.

Sucursal Marsella (Colonia Juárez)
Dirección: Calle de Marsella #74, Colonia Juárez, Ciudad de México, CDMX
Horario: Miércoles a lunes de 9:00 a 22:00 hrs., los domingos cierra a las 17:00 hrs.

Máneken Café, un oasis de café de especialidad en Eugenia

Hace unos días salió la tercera edición del Pasaporte del Café de Especialidad y obviamente lo compré, porque me parece una buena forma de conocer nuevos cafés a lo largo y ancho de la Ciudad de México. Y hoy, hojeando el pasaporte, descubrí que me quedaba una cafetería a unos pasos de donde tendría mi junta (bueno, a una estación de metro/metrobús), así que, no lo pensé dos veces y decidí darme un tiempo para pasar antes de mi junta, por un café de Máneken Café, en la Narvarte Poniente.

Después de cruzar la ciudad en la Línea 3 del Metrobús, me bajó en Eugenia, crucé a la acera y empecé a caminar en busca del lugar. Debo confesar, que, por un momento pensé que el lugar no existía, y es que se encuentra muy bien escondido entre la enorme panadería, la entrada al metro y los puestos ambulantes que se adueñaron de la banqueta; pero, justo después de pasar unos baños públicos, me encontré con una pequeña puerta de cristal que indicaba que había llegado a Máneken Café. Por el tamaño de la puerta, y por la ubicación, pensé que sería un café muy pequeño; sin embargo, al entrar, descubrí que estaba completamente equivocado.

Entre a un pequeño pasillo. Primero me recibió una vieja máquina para tostar café, que daba inicio a una fila de unas cuatro o cinco mesas pequeñas; frente a ellas, una larga barra, detrás de la que había dos baristas que me dieron la bienvenida muy amablemente. Al terminar esta barra, había otro pasillo un poco más largo, con más mesas; y, al final de este, había otra barra donde preparaban alimentos. Más allá de la barra se podían ver las máquinas donde tuestan el café que sirven en Máneken.

Al pedir mi doble cortado, uno de los baristas me comentó que tenían dos granos diferentes de café, uno de Chiapas y otro de Guerrero (si no mal recuerdo), uno lavado y el otro natural. Le comenté que no quería que fuera un café tan ácido y él me recomendó el Chiapas. Mientras preparaban mi café, empecé a ver su carta de bebidas y de alimentos. Resulta que, en Máneken Café tienen tres bebidas a base de espresso: espresso, capuchino y latte; pero también cuentan con varios métodos de extracción para servirte un buen café filtrado: aeropress, sifón japonés, chemex, clever, v60 y prensa francesa. También tienen infusiones/tizanas, tés, sodas italianas, chamoyadas, smoothies y chocolate, entre otras bebidas. Para comer, Máneken Café ofrece una buena variedad de desayunos (como molletes, chilaquiles, sopes, enchiladas y huevos a la cazuela), crepas dulces y saladas, y algunos otros platillos casuales, sin pretensiones.

Mientras veía el menú, me sirvieron mi café y un vaso con agua. Probé el café y debo decir que me gustó bastante. No era un café ácido, pero tampoco era tan amargo, de hecho, era un café con una buena variedad de matices y sabores, lo que hizo que disfrutara cada sorbo del mismo. Terminé mi café, me sellaron el pasaporte para darme un descuento y me fui contento con mi nuevo descubrimiento cafetero. Así que, seguramente regresaré a este café y casa tostadora, que es un oasis de tranquilidad en medio del caos de la zona, la próxima vez que tenga junta por acá.

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Dirección:
 Av. Cuauhtémoc #905, Narvarte Poniente, Ciudad de México, CDMX
Horario: Martes a sábado de 7:00 a 21:00 hrs,, domingo de 8:00 a 16:00 hrs.
Costo por persona: Menos de $200 pesos
Instagram: instagram.com/cafemaneken
Facebook: facebook.com/ManekenCafe

Maya 83, un templo dedicado a la Cochinita Pibil en la Escandón

Una amiga me dijo que habían abierto un lugar de cochinita pibil muy cerca de su casa, que estaba bastante bueno, y que tenía que ir a probarla. Así que me puse de acuerdo con ella y nos fuimos a comer a Maya 83, en la Colonia Escandón. El lugar se encuentra sobre 12 de Octubre, entre Agricultura y Minería, y, por el diseño de esa calle simplemente no me podía imaginar dónde podían meter un local de comida. Sin embargo, al llegar al lugar, me encontré con lo que solía ser una casa, o quizá fue una vecindad, muy sencilla, de la que colgaba un letrero que anunciaba el lugar.

Al pasar por el portón del edificio, me encontré con un patio rodeado de unos tres cuartos (o quizá fueron viviendas) con paredes de ladrillos, y que hoy en día funcionan como cocina, almacén y restaurante. Subimos unas escaleras y entramos a un pequeño salón con unas dos o tres mesas pequeñas y una más bien comunal. En el cuarto de al lado, se veía otra mesa y una barra desde la que pueden tomar órdenes y servir bebidas. Todo sencillo, pero acogedor. En cuanto nos sentamos nos llevaron una carta tan sencilla como el lugar.

Maya 83 es un lugar sin pretensiones, pero que busca enaltecer el sabor de la cochinita pibil tradicional, con la receta que ha estado en la familia (de origen yucateco) por generaciones. Por lo mismo, en su carta solo tienen Tacos de Cochinita Pibil, Costras de Cochinita, Tamales Yucatecos (sí, de cochinita) y Chilaquiles Maya (bañados en frijol y con cochinita). Eso es todo, un menú sencillo, en el que la cochinita reina sobre todos los demás ingredientes. Y para tomar, tienen refrescos de la familia Coca-Cola, Chaparritas, Boing y Agua de Jamaica. Como verás, es un menú muy pequeño, pero que busca mantener la calidad de lo que sirven.

Como íbamos con algo de hambre, nos pedimos un Taco, una Costra y un Tamal cada quién, y así buscamos probar los diferentes platillos que ofrecen en Maya 83. Todos los platillos venían bien acompañados de una salsa de habanero y el tamal también incluía una salsa de jitomate con habanero… ¡y qué salsas! La verdad fui muy fan de las salsas y de los tres platillos que probé (de hecho repetí la Costra, pero fue por gula porque con esos tres hubiera tenido). Lo único que me faltó fue limón, y es que, por lo que me contó la chef, en Yucatán no suelen comer la cochinita sin limón.

Salí de Maya 83 con la barriga llena y el corazón contento, y con ganas de regresar muy pronto a probar sus chilaquiles. En lo personal, creo que el lugar es muy agradable, su cochinita es muy rica y el servicio es espectacular. Por todo esto y más, creo que vale mucho la pena darse una vuelta por Maya 83 si vives o trabajas en la zona de la Nápoles o Escandón.

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Dirección:
 12 de Octubre #56, Colonia Escandón, II Secc, Ciudad de México, CDMX
Horario: Miércoles a domingo de 10:00 a 19:00 hrs.
Costo por persona: Menos de $200 pesos
Instagram: instagram.com/maya_83_cdmx
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