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Restaurantes buenos, bonitos y baratos donde no gastarás más de $200 pesos.

Ineffable, café, postres y desayunos tan ricos que no pueden ser descritos con palabras en la Nápoles

Cuando pienso en la palabra inefable, lo primero que me llega a la mente son los seres cósmicos salidos de la imaginación de H.P. Lovecraft; esas criaturas monstruosas de proporciones épicas, capaces de acabar con el planeta tal como lo conocemos. Pero la realidad es que Lovecraft usaba el término inefable, o ineffable en inglés, no porque esta palabra se refiera a algo terrorífico, sino porque significa algo tan grande o maravilloso que no puede describirse con palabras. Y justo ese es el adjetivo que buscan alcanzar en un pequeño café escondido en las calles de la Colonia Nápoles.

¿Un pequeño café que es Ineffable? No vayas a pensar que es inefable porque sea un lugar enorme —a fin de cuentas, ya dije que es pequeño—; más bien, es porque en este espacio buscan crear una experiencia tan rica, tan acogedora y especial, que no se pueda describir solo con palabras. Aun así, voy a tratar de contártelo para que te animes a conocerlo.

Ineffable se encuentra en la calle de Rochester, una de esas calles tranquilas que contrastan con el ajetreo oficinil de la Nápoles. Desde lejos, puedes ver una pequeña y encantadora góndola de madera, con tres mesas esperando a ser ocupadas. Al acercarte, te recibe una fachada de madera antigua y una vitrina que deja ver lo que sucede adentro. Justo en la entrada, unos mosaicos forman el nombre del café, confirmándote que has llegado al lugar correcto.

Por dentro, el espacio es tan agradable como por fuera. Hay una barra de madera con granito blanco —muy elegante— sobre la que descansan unas campanas de vidrio que exhiben muffins, crumbles y galletas.

Si lo que te interesa es comer, te cuento que Ineffable tiene un menú especializado en brunch and breakfast (o desayuno y almuerzo, si prefieres). Así que te vas a encontrar con chilaquiles, molletes, huevos revueltos, muffins ingleses y cuatro tipos de toast: de aguacate, vegano, de salmón e italiano. Y si eres más de antojos dulces, puedes pedir un pan francés, un rol de canela, un brownie con nuez o probar los crumbles de la casa y los muffins de la semana elaborados por Moira’s Bakehouse (sí, los que están en el Mercado del Carmen). ¡Una delicia!

¿Y para beber? Tienen las opciones clásicas a base de espresso: espresso (obvio), macchiato, cappuccino, latte y flat white. También hay americano, chai latte, dirty chai, mocha, chocolate, y affogatos. Eso sí, lo mejor de su chai es que —a diferencia de muchos lugares en la CDMX— aquí sí usan una mezcla real de especias y , nada de esos polvitos artificiales con sabor a chai.

Visitar Ineffable es una experiencia completa y agradable. Es un oasis de tranquilidad en medio de la jornada Godín y, además de su bonito diseño, ofrece comida, postres y cafés deliciosos a precios justos y accesibles. Todo esto acompañado de un servicio cercano y amable que te hace sentir como en casa.

Así que, si vives o trabajas en la Nápoles y andas buscando un rincón para escapar del caos, darte un respiro de la rutina y disfrutar de un buen café, muffin o crumble, date una vuelta por Ineffable y descubre una experiencia que —te lo aseguro— no podrás describir con palabras.

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Dirección:
 Rochester #23, Colonia Nápoles, Ciudad de México, CDMX
Horario: Lunes a domingo de 8:00 a 20:00 hrs.
Costo por persona: Menos de $250 pesos
Instagram: instagram.com/ineffable.cdmx

La Pitaya, auténtica comida yucateca en la Colonia Vallejo

No puedo recordar quién fue la persona que me habló de La Pitaya, o si me lo topé por casualidad en Google, pero a quien haya sido, ¡solo quiero decirle gracias! Gracias por despertarme la curiosidad de ir hasta la colonia Vallejo para descubrir este pequeño changarro yucateco, sin tener que viajar tan lejos. Gracias por hablarme de un rinconcito donde sirven auténtica comida yucateca, con precios súper accesibles y un servicio que te hace sentir como en casa.

La Pitaya es un local chiquitito, escondido en la esquina de Tetrazzini y León Cavallo (o Leoncavallo), que fácilmente podría pasar desapercibido si no fuera por la modesta lona que anuncia el nombre y por las dos mesitas en la banqueta, listas para recibir a los y las comensales aventurerxs. Si te asomas, te vas a encontrar con tres o cuatro mesitas más, un refrigerador con bebidas y, al fondo, una pequeña barra que conecta directo con la cocina. Un lugar sencillo, sin pretensiones, pero con lo necesario para que comas delicioso y sin gastar de más.

Como buen restaurante yucateco, la reina absoluta de la casa es la cochinita pibil. Puedes pedirla en tacos, tortas (o barras, como les dicen aquí), molletes, panuchos o salbutes. Y ojo, porque en el tema de las tortas tienen opciones interesantes: está la clásica de cochinita, pero también hay una Especial, con mantequilla clarificada y deslactosada (pura indulgencia); o la Barra Caribeña, que combina frijoles, plátano y cochinita. Y hablando de antojitos, tienen dos tipos de panuchos: el tradicional, con lechuga, pepino, jitomate y aguacate; y el chilango, que viene sin verdura, porque así nos gustan las cosas en la capital.

Pero como no solo de cochinita vive el yuca, en La Pitaya también tienen carne ahumada, preparada con la receta tradicional de Temozón, Yucatán, y unas manitas pibil que son, según dicen, la especialidad de la casa. Si te late el antojo más casero, puedes pedir un tamal yucateco (también llamado vaporcito) con filete de puerco, pechuga de pollo y una salsita de masa con jitomate frito. Y si llegas con ganas de desayuno, te esperan unos épicos huevos motuleños, o huevos con longaniza de Valladolid ahumada, o hasta huevos con chorizo negro o con chaya.

Eso sí, los fines de semana se pone mejor porque sacan joyitas como los lomitos de Valladolid, que puedes pedir en orden o en taco. Además, hay platillos sorpresa que aparecen de vez en cuando, como la sopa de lima, lechón, recado negro, puchero o el clásico frijol con puerco. Y para acompañar, nada como un taxcalate, agua de xilacayote o un agua de chaya, perfectos para refrescarte.

Pero más allá de la increíble sazón, lo que realmente hace especial a La Pitaya es el servicio. Siempre te recibe y atiende el propio chef y dueño, que no solo te recomienda lo mejor del menú, sino que se toma el tiempo de explicarte cada platillo con todo el amor que le tiene a su cocina.

Así que, si andas en busca de un lugar donde comer auténtica comida yucateca, sin gastar una fortuna y con la mejor atención, lánzate a la colonia Vallejo y date el gusto de visitar La Pitaya. Te prometo que no te vas a arrepentir.

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Dirección:
 Tetrazzini #295, Colonia Vallejo, Ciudad de México, CDMX (el local está sobre Berlin)
Horario: Martes a domingo de 9:00 a 15:00 hrs.
Costo por persona: Menos de $250 pesos

El Peribán, la tradición de las carnitas michoacanas en la CDMX

Aunque hoy en día creemos que las carnitas son de origen michoacano, la realidad es que es un platillo que nació en Coyoacán. ¿No me crees? Bueno, debes saber que, en la Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva España, Bernal Días del Castillo explica que, tras la captura de Cuauhtemoc y su familia, el día trece de agosto de 1521, Hernán Cortés decidió hacer un enorme banquete en Coyoacán, aprovechando el vino y los cerdos que habían traído de Castilla. Fue ahí que decidieron confitar los cerdos y, a falta de pan, se usaron tortillas para acompañar, dando origen a lo que hoy conocemos como taco de carnitas.

Las Carnitas tienen un origen chilango; sin embargo, diferentes estados se adjudican la invención de este platillo, pues cada uno le imprimió su toque permitiendo que el cerdo frito de Hernán Cortés se convirtiera en el platillo que conocemos hoy en día. Pero, sin duda, el estado que realmente perfeccionó la receta de las carnitas fue Michoacán. Y es que, cada pueblo y municipio de Michoacán, especialmente en Quiroga, Santa Clara del Cobre y Peribán han destacado por el sabor y elaboración de sus recetas tradicionales.

¡Es una lástima que no podamos ir cada fin de semana hasta Michoacán para echarnos unas ricas carnitas! Por suerte, en 1982, la familia Baldovinos, oriunda de Peribán de Ramos, un poblado a las faldas del Pico de Tancítaro, llegó a la ciudad antes llamada Distrito Federal y decidió compartir la receta familiar de sus carnitas con todas y todos los chilangos. Una receta tan buena, que terminó conquistando el estómago y corazón de todo el mundo, permitiéndoles abrir varios restaurantes al sur de capirucha (y ahora también otros más céntricos). ¿Te gustaría conocer esta receta? Entonces tienes que conocer El Peribán, un restaurante que se jacta de tener unas de las mejores carnitas de la CDMX.

Si eres amante de las Carnitas, seguramente te van a gustar los Tacos de Carnitas de El Peribán; y es que, la carne está bien confitada y doradas, lo que hace que se derritan en la boca. Además, su salsa verde es una delicia, que combina perfecto con la explosión de sabores de las carnitas. Y no te preocupes, no solo tienen maciza, en este lugar tienen tienen todo el surtido: maciza, chamorro, falda, espaldilla, buche, lengua, nana, cuerito, trompa, oreja y achicalado.

Sí, los tacos son una gran recomendación, pero debes saber que, en El Peribán también tienen otras opciones, obvio preparadas con carnitas, que vale la pena probar. Por ejemplo, la deliciosa Gordita Ahogada, que va rellena de achicalado, bañada en una salsa de habanero y morita, y acompañada de barriga crujiente. ¡Una combinación perfecta! También vale la pena que pruebes las Quesadillas de Achicalado con Queso (puedes pedirla frita o asada), las Quesadilas de Sesos, las Tortas Ahogadas las Flautas de Carnitas o los Huaraches de Carnitas, entre muchos otros platillos. Por cierto, también tienen varias opciones de desayunos.

Además del sabor de los tacos y antojitos… ¿sabes qué es lo mejor? ¡el precio! Y es que, en El Peribán podrás comer delicioso y muy basto, en un lugar bien establecido e higiénico, sin gastar mucho dinero. Pa’que te des una idea, yo me eché dos tacos, una torta ahogada, una quesadilla de achicalada y una gordita ahogada, acompañadas de un agua (obvio salí rodando de ahí), por unos $300 pesos (aprox).

¿Ya se te antojó? Entonces date una vuelta por las diferentes sucursales de El Peribán y échate unos tacos o antojos con unas deliciosas carnitas a mi salud. Sin duda, una excelente opción para desayunar o comer con la familia, amigxs o colegas cualquier día de la semana.

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Costo por persona:
 De $200 a $300 pesos
Página Web: elperiban.com
Instagram: instagram.com/elperiban
Facebook: facebook.com/elperiban
TikTok: tiktok.com/@el_periban

Tortas Suizas, tortas para las y los amantes del queso en la Nápoles

Nadie puede negar que las tortas son uno de los platillos más populares de la Ciudad de México. No por nada, en prácticamente cualquier colonia de la capirucha, te encontrarás con un puesto o local de tortas cada dos o tres calles. Quizá esto se deba a su sabor, a lo práctico que es cargarlas y comerlas (sin necesidad de cubiertos), a lo rápido que se preparan o a su precio accesible… o a una mezcla de todos estos factores. Y justo esa popularidad ha hecho que este antojito esté prácticamente estandarizado en toda la ciudad, con los mismos rellenos en casi cualquier esquina.

Sin embargo, las torterías que han roto con esa estandarización se han convertido en auténticas leyendas chilangas que todo el mundo quiere conocer. Ya sea porque las sirven en panes enormes, las atascan de ingredientes o porque las rellenan con lengua o chilaquiles, esas tortas únicas se viralizan (desde antes de las redes sociales) y se vuelven las consentidas de las y los chilangos. Entre toda la oferta de torterías fuera de lo común, una de mis favoritas es Tortas Suizas.

Este pequeño local, anexo a los Abarrotes Nebraska en la colonia Nápoles, pasaría fácilmente desapercibido si no fuera por la gente que se aglomera en el puesto, esperando su turno. ¿Y qué tiene de especial? Pues que es el paraíso para las y los amantes del queso Oaxaca (o quesillo, si eres de Oaxaca), porque las Tortas Suizas de Nebraska llevan una cantidad absurda de queso.

¿De qué hay tortas? Pues de jamón, salchicha de cerdo y pavo, chuleta, jamón de pavo, pierna, pollo y milanesa. Puedes pedirlas con o sin quesillo, pero, seamos sincerxs, ¿quién va a este lugar a pedir una torta sin queso? Además, si te gusta el picante, puedes añadirle rajas o chipotle… o ambas, porque nunca es suficiente.

Pero lo mejor de estas tortas, además del queso, es que son bastante llenadoras. De hecho, con solo media torta podrías quedar satisfechx, aunque, si eres de buen comer (como yo), una completa es perfecta. Y si por alguna razón crees que te quedarás con hambre, siempre puedes pedir la Torta Especial, que es del doble de tamaño. ¡Ideal para compartir!

Así que, si amas el queso y las tortas, y andas cerca de la Nápoles, date una vuelta por Tortas Suizas y échate la torta de tu elección, pero bien atascada de queso. ¡Como debe ser!

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Dirección:
 Chicago #129, esquina Nebraska, Colonia Nápoles, Ciudad de México, CDMX
Horario: Lunes a sábado de 9:30 a 21:00 hrs., domingos de 13:30 a 21:00 hrs.
Costo por persona: Menos de $200 pesos
Facebook: facebook.com/p/Tortas-Suizas-de-Nebraska-100063897680969

Balam Pakaal, un rincón de Cochinita Pibil en Lindavista

Sábado por la tarde. Había salido del teatro en Coyoacán y mi siguiente compromiso era en Lindavista. Por practicidad no había llevado el carro y terminé viajando en Metro. Así que tomé la infame Línea 3 y me fui derechito hasta Indios Verdes. Una vez ahí, puse el mapa y descubrí que mi destino estaba a poco más de un kilómetro, así que decidí irme a pie. Ya era tarde y el hambre me estaba matando, así que decidí buscar algún lugar para comer ahí.

Caminé y caminé, pero no encontré ningún lugar que se me antojara sobre Ticomán. De pronto, me llegó un olor especiado que me hizo agua la boca… ¡Era cochinita pibil! Seguí el aroma y, unos metros más adelante, me encontré con Balam Pakaal. El lugar era muy sencillo, pero con todo lo necesario para sentarse a comer. En el salón tenían unas tres o cuatro mesas enmarcadas por una larga barra donde tenían la cochinita lista para servir, y una cocina igual de sencilla. Al fondo, unos refrigeradores y las paredes cubiertas con máscaras de luchadores e ilustraciones de Ricardo Alonso “Peltre” con dioses prehispánicos representados como luchadores. ¡Un lugar sencillo, pero con mucha onda!

El menú era tan sencillo como el lugar. Básicamente tenían cochinita pibil en diferentes presentaciones: tacos, tacos especiales, panuchos, volcanes, tortas y enchiladas blancas. También tenían paquetes que incluían algún platillo, una bebida y, de postre, una marquesita. Después de preguntarle a la mesera qué eran los tacos especiales y las enchiladas blancas, terminé pidiendo un paquete con tres tacos especiales y un panucho extra para completar. Poco después de ordenar, me sirvieron unos ramequines con cebolla encurtida, cebolla con habanero, salsa de habanero y salsa de queso crema con habanero; además de mi agua de tamarindo.

Los tacos especiales resultaron ser tacos de cochinita con queso en tortilla de harina; y la neta, me gustaron bastante. Quizá no es la mejor cochinita de la CDMX, pero sí está muy cumplidora y la salsa de queso, junto a la de habanero, son una combinación ganadora (aunque siento que no picaban tanto). Por otro lado, el panucho estaba muy bien servido. Y, mi marquesita fue de queso con Nutella, otra combinación ganadora. Fue mucha comida y gasté menos de $250 pesos (si no mal recuerdo, fueron $205 pesos), por lo que salí más que satisfecho de ahí. Y debo decir que me quedé con ganas de regresar a probar las enchiladas blancas, que son de cochinita cubierta con la salsa de queso y habanero.

Al final, lo que comenzó como un día de trayectos interminables terminó siendo una experiencia inesperada y deliciosa. Si alguna vez pasas por la zona de Lindavista con antojo de sabores yucatecos, no dudes en darle una oportunidad a Balam Pakaal. Aunque es un lugar sencillo, tiene el toque perfecto para un antojo contundente, sabroso y con precios más que accesibles. Sin duda, un rincón que vale la pena descubrir.

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Dirección Lindavista Norte:
 Neiva #1010, Colonia Lindavista Norte (la entrada está en la lateral se Sierravista), Ciudad de México, CDMX
Dirección IPN: Av. Politécnico Nacional #2085 (en el estacionamiento de Servi SNTE), Colonia Lindavista, Ciudad de México, CDMX
Horario: Lunes a domingo de 10:00 a 17:30 hrs.
Costo por persona: Menos de $200 pesos
Instagram: instagram.com/balam_pakaal
Facebook: facebook.com/balambalam86

Ukyo’s, sushi y sabores japoneses en la Guadalupe Tepeyac

Un detalle que me encanta de vivir en el norte de la Ciudad, en la zona de la Industrial y la Villa, es que todas las colonias de la zona cuentan con parques en su centro. Están el Parque María Luisa y el María del Carmen en la Industrial, el María Teresa en La Estrella, el Parque de la Pasión en Guadalupe Insurgentes y, quizá el más grande de todos, el Parque Corpus Christi en Guadalupe Tepeyac. Cada parque tiene su propia personalidad, y todos están rodeados de todo tipo de negocios y locales que reciben a los y las vecinas para que pasen una tarde agradable.

Al ser el parque urbano más grande de la zona, y al estar justo frente a la iglesia que le da el nombre, el Parque Corpus Christi se convierte en una especie de kermés todos los domingos. Además de los juegos, canchas y skatepark, en los alrededores y pasillos del parque se instalan algunos juegos mecánicos y de destreza, puestos de dulces y antojitos, e incluso puedes encontrarte con paseos en pony o caballo. ¡Toda una experiencia para chicxs y grandes!

Una tarde de domingo, después de haber ido de paseo a la Basílica y el Museo de los Ferrocarrileros, el destino me llevó al Parque Corpus Christi. Se acercaba la hora de la comida y no quería ir muy lejos, así que empecé a curiosear entre los locales que rodean el parque. Me encontré con un restaurante de carnes, una paletería y un cubano; pero al final, lo que terminó llamando mi atención fue un pequeño, muy pequeño, restaurante japonés: Ukyo’s.

El lugar solo tenía dos pequeñas mesas sobre la banqueta y una barra desde la que se podía ver una pequeña cocina. Aún así, su carta estaba bastante completa. Tenían kushiagues, yakitoris, karaage, onigiris, gyozas, temakis, sopas, tamago, nigiris, teriyaki, yakisoba, gohan, makis (rollos) y una pequeña variedad de platillos japoneses y orientales a precios más que accesibles. ¡Seguramente encontraría algo que me antojara!

La verdad es que la elección me resultó complicada, porque todo se me antojaba. Pero al final, pedí un karaage para empezar, un Pollo Thai (wok de pollo con salsa picosita y dulce, acompañado de arroz y verduras) y un maki clásico de atún. Después me alcanzó una amiga que vive por la zona y ella pidió un yakimeshi y un maki sake. No puedo decir que haya sido la mejor comida japonesa que he probado, pero lo que sí puedo asegurar es que todo estaba bastante rico, a pesar de ser tan sencillo y barato. Resultó ser comida reconfortante a precios más que accesibles.

Al final, después del paseo y la comida, quedé bastante satisfecho. Y, por lo mismo, desde aquel domingo he vuelto varias veces a comer en Ukyo’s, con el afán de conocer más de su carta y comer rico, sin gastar mucho dinero. Eso sí, siempre recomendaré ir temprano, porque el lugar es muy pequeño y siempre está lleno.

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Dirección: Graciela #119, Guadalupe Tepeyac, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: Menos de $200 pesos
Horario: Lunes a domingo de 13:30 a 19:00 hrs.
Facebook: facebook.com/Ukyosoficial
Instagram: instagram.com/ukyos_oficial

Las Jirafas y la Mula, quesadillas de medio y chelas metro en Santa María la Ribera

En la esquina de Dr. Atl y Manuel Carpio, en contra esquina de la Alameda de Santa María la Ribera, se encuentra uno de los restaurantes más clásicos en la zona. Las Jirafas y la Mula, un lugar que pasa fácilmente desapercibido, pero que ha logrado ganarse el cariño de las y los vecinos de la zona, y gente de toda la CDMX, por sus legendarias mulas y sus jirafas especiales. No vayas a pensar que en este lugar venden carne de mula y de jirafa, ni que fuera el Mercado de San Juan.

Las mulas son quesadillas de 45 centímetros, hechas al momento. Estas pueden ir rellenas solo con queso o puedes pedir que le pongan todo tipo de rellenos. Por ejemplo pollo, chicharrón prensado, champiñones, picadillo, chorizo con papa y rajas con crema. Pero si quieres algo más elaborado, también las puedes pedir con chorizo ahumado, pulled pork, cochinita pibil, costilla BBQ, pollo con mole, fajitas, flor de calabaza o bistec con tocino y queso, entre otros ingredientes.

En este punto debes saber, que las mulas vienen bien servidas y no escatiman en carne, por lo que solo necesitarás una para quedar satisfechx. Pero eso no es todo. Y es que, al centro del lugar tienen una barra de salsas y verduras, perfectas para acompañar tu mula. Puedes echarle salsa verde y roja, guacamole, salsa de chile morita, nopales, lechuga, rábanos y chile de arbol, entre otros.

¿Y pa’maridar? Están las jirafas, que son yardas de cerveza de barril endulzadas con diferentes sabores (aunque también puedes pedirlas de ¼ de yarda). Para que te des una idea, puedes pedirte una chela de tamarino, de mandarina, durazno, chamoy, manzana verde, coco, uva o avellana; o también puedes pedirlas sencillas o en michelada o cubana. Y si no se te antoja la chela, también puedes acompañar con un chesco o con un agua fresca. Y lo mejor de todo es que podrás comer y quedar total y completamente satisfechx por sin gastar mucho dinero.

Si andas cerca del Kiosco Morisco y buscas un lugar para comer sin gastarte la quincena, vale mucho la pena que te des una vuelta por Las Jirafas y la Mula y echarte una quesadilla enorme y una chela bien fría. Quizá no es el lugar más elegante de la zona, pero sí es una gran opción para comer después de un paseo por la CDMX.

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Dirección:
 Manuel Carpio #93, Santa María la Ribera, Ciudad de México, CDMX
Horario: Martes a domingo de 10:00 a 18:00 hrs.
Costo por persona: De $200 a $300 pesos
Facebook: facebook.com/lasjirafasylamula

Cascabel Tostado, un rincón de café, tortas y arquitectura con toques orientales en Santa María la Ribera

¿Alguna vez se te ocurrió que el ajonjolí podría ser el condimento perfecto? Yo se que puede sonar raro, pero si le pones ajonjolí molido y a tu ramen descubrirás un nuevo mundo de sabores. Y si le pones ajonjolí negro a tu café, también podrías descubrir un nuevo mundo de sabores. ¿No me crees? Entonces te invito a que te des una vuelta por Cascabel Tostado, uno de los cafés nuevos de Santa María la Ribera.

Cascabel Tostado es algo más que un café, es más bien un tributo a la arquitectura, el café y las tortas. ¿Cómo? Bueno, debes saber que lxs dueñxs de este lugar son arquitectxs y amantes del diseño interior, lo que se nota cuando entras al lugar y descubres un espacio pequeño, pero con un diseño simplemente espectacular. A la izqueirda, una pequeña barra donde preparan los alimentos, del otro lado un librero donde exhiben algunas piezas de arte y artesanías, un tocadiscos (donde estaba sonando C. Tangana) y algunas playeras a la venta con el slogan del lugar: arquitectura y tortas. Y al centro, una mesa circular con las máquinas para preparar tu café, y detrás de ella una barra donde tienen todo lo demás.

Tiene unas dos pequeñas mesas, bastante cómodas, en la entrada, donde podrás disrutar del ambiente de la colonia. Del lado izquierdo, tienen una especie de galería de arte o de decoraciones vintage, aunque me dijeron que pronto se convertirá en un showroom; y en el derecho tienen una mesa en un espacio un poco más íntimo y privado. Por cierto, mientras que los pasillos son más rústicos, el salón principal está diseñado con formas geométricas y fabricado con madera obscura, lo que le da un toque elegante y moderno.

Ahora sí, hablemos de la carta. En este punto, debes saber que todo su menú tiene una inspiración mexico-oriental, por lo que encontrarás sabores o ingredientes muy característicos de México y también Corea, Tailandia y Japón. Además, como podrás imaginar, por su slogan, las protagonistas de la carta son las tortas. Y para que te vayas dando una idea de lo que encontrarás debes saber que tienen Torta de Bulgogi (guisado coreano de res), de Cochinita o de Pulpo en su Tinta, entre otras.

Pero donde podrás ver más la influencia oriental es en su menú de bebidas. Y es que, en este lugar podrás encontrarte con una interesante variedad de bebidas con y sin café, y con ingredientes o sabores orientales. Por ejemplo, puedes pedirte un té de Jazmín Yuzu (cítricos), con Guayaba o Lychee; también podrás pedirte un Yuzu Spritz, un Thai Tea Sweet Foam, Matcha con Fresa o un Dirty Chai; pero las dos bebidas que más recomiendo son la Guava Coconut y el Black Sesame Latte, el primero lleva guayaba con crema de coco y limón, y el segundo es un café latte con pasta de semilla de ajonjolí negro. ¡Dos bebidas ricas e interesantes!

Cascabel Tostado es un lugar diferente; un espacio en el que podrás encontrar una propuesta única de tortas y bebidas, dentro de un ambiente lujoso, sin gastar mucho dinero. Así que, si buscas una cita única con tu pareja, o algunx amigx, puedes darte una vuelta por el Museo del Chopo (que está a unos pasos de ahí) y después hablar de las exposiciones en este pequeño café dedicado a la arquitectura en Santa María la Ribera.

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Dirección:
 Dr. Mariano Azuela #30, Sta María la Ribera, Ciudad de México, CDMX
Horario: Lunes a domingo de 8:00 a 20:00 hrs.
Costo por persona: Menos de $200 pesos
Instagram: instagram.com/cascabeltostado

Caldos de Gallina y Huaraches El Único, un apapacho gastronómico en la Colonia Pro-Hogar

Hace no mucho me salió un TikTok de una persona, en la Condesa, que iba a tener un evento especial donde venderían Tlacoyos de haba con nopal en sesenta pesos; claro, decía que era maíz nixtamalizado y que quería ser justo con la cocinera que los estaría preparando. Y, aunque eso explica bien por qué los vendería caros, la realidad es que él se llevaría una buena comisión para pagar los gastos de su tienda de artesanías para turistas. Además, la realidad es que, si te sales de la zona centro del antiguo Distrito Federal y te adentras en las colonias y barrios más populares, lo más seguro es que encontrarás este tipo de garnachas, a precios muchos más accesibles y asegurando el comercio justo. Un ejemplo de esto es Caldos de Gallina y Huaraches El Único, en el mero corazón de la Colonia Pro-Hogar.

Pancita

El Único se encuentra justo frente al Mercado de la Pro-Hogar, y si vas en fin de semana, es probable que te encuentres con una pequeña fila de personas esperando desde antes de que abran el lugar. ¿Y qué tiene de especial? Pues al igual que en la tienda fina de la Condesa, aquí te preparan tus Huaraches con maíz nixtamalizado y, a diferencia de aquél otro lugar, los elaboran al momento rellenándolos con frijoles y cubriéndolos con salsa verde y/o roja, queso y el o los ingredientes que más se te antojen. Por si fuera poco, también tienen Caldos de Gallina sencillos o con la pieza que más te guste de la gallina y los fines de semana también una reconfortante Pancita, pa’bajarte la cruda o el frío.

Huarache de Quesillo con Chorizo

Pero hablemos un poco más de los Huaraches. La verdad es que son huaraches grandes y gruesos, por lo que uno es suficiente para quedar satisfechx. Pero eso no es todo, puedes pedirlo sencillo (solo con salsa y queso rallado), o pedir que le pongan huevo, costilla, quesillo, pollo, jamón y/o chorizo. ¡Hay para todos los gustos! En lo personal, yo recomiendo pedirse un Caldito de Gallina y un Huarache, que es más que suficiente; pero si te queda un huequito, también puedes pedirte una quesadilla de queso. ¿Y pa´tomar? Pues vale la pena que preguntes por las aguas frescas del día, o puedes echarte un Boing o un Refresco.

Huarache Sencillo

En cuanto al lugar, se puede decir que es un lugar sencillo. Desde afuera puedes ver una vitrina donde tienen la gallina ya cocida, junto a un enorme comal donde asan y fríen tus Huaraches. Mientras que, en los dos pequeños salones, encontrarás unas cuantas mesas sencillas donde podrás sentarte con tu familia o, si escoges una de las grandes y llega gente, podrás compartirla con vecinxs de la zona que pasaron a comer a El Único. Un lugar sencillo, pero con todo lo necesario para comer rico y basto, sin gastarte una fortuna.

Caldo de Gallina Sencillo

Así que, si andas cerca de la colonia Pro-Hogar, al norte de la CDMX, o si solo tienes antojo de echarte unos deliciosos huaraches y caldos de gallina, vale mucho la pena que te des una vuelta por El Único y disfrutes de las delicias chilangas sin gastar mucho dinero.

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Dirección: Calle 21 #218, Colonia Pro-Hogar, Azcapotzalco, Ciudad de México, CDMX (Dentro del Mercado Granada 55)
Teléfono: (55) 9499 4352
Costo por persona: Menos de $200 pesos
Horario: Lunes a domingo de 9:30 a 18:30 hrs.

Frutería y Lonchería Ojo de Agua, tacos, tortas y algo más al norte de CDMX

Si te digo que existe un lugar llamado Ojo de Agua donde puedes comprar frutas frescas, disfrutar de sándwiches y ensaladas, y deleitarte con un agua fresca preparada al momento, seguramente pensarás en ese restaurante fifí que ha conquistado las colonias más exclusivas de la Ciudad de México. Pero… ¿y si te dijera que ese restaurante es, en realidad, una versión gentrificada de una modesta lonchería del norte de la ciudad? ¿Me creerías? No solo tomaron la idea de vender frutas, ensaladas y aguas frescas, sino que también se apropiaron del nombre. Sí, hablamos de la Frutería y Lonchería Ojo de Agua, un lugar que lleva más de 60 años consintiendo a los y las vecinas de La Raza y Aragón con auténtica comida reconfortante.

Ubicada en la esquina de Clave y Vallejo, frente al Hospital La Raza, esta lonchería sencilla pero emblemática se ha ganado el cariño de la comunidad: vecinxs, familiares de pacientes, médicos, enfermeras y trabajadores de la zona. Sin lujos ni pretensiones, ofrece todo lo necesario para comer rico, rápido y a precios justos. Tres elementos que los llevaron a abrir otras dos sucursales hacia la zona de Aragón.

¿Qué hay en su menú? Una amplia selección que incluye tortas, tacos, guisados, sándwiches, ensaladas, jugos, licuados y aguas frescas, además de botanas, frutas picadas y cócteles de fruta. Al abrir la carta, lo primero que encontrarás son sus tortas, que abarcan desde las clásicas de jamón o milanesa hasta combinaciones más elaboradas como cecina, atún o pastor. También tienen tacos de todo tipo, desde cabeza y suadero hasta lengua y machitos, servidos en tortilla de maíz o harina. Y si te gustan los guisados, las cazuelas de queso con proteínas como arrachera o pollo son una excelente opción para armar tus propios tacos.

Además, destaca su variedad de frutas frescas, que puedes pedir en cócteles, jugos, licuados o aguas frescas personalizadas. Si buscas algo especial, prueba la Torta La Deliciosa, con milanesa, salchicha, queso panela y manchego, acompañada de jitomate, cebolla, jalapeño encurtido y aguacate. Aunque no es muy grande, su sabor es espectacular. También recomiendo la Carnequeso, una cazuela de arrachera y queso servida con tortillas de harina, guacamole y chiles toreados; ideal para compartir o armar tacos al gusto. Y si visitas por la mañana, no te pierdas los chilaquiles, molletes o un cóctel de frutas frescas acompañado de un jugo tropical.

En Frutería y Lonchería Ojo de Agua no solo encontrarás comida rica para disfrutar en el momento, sino también opciones para llevar a casa, como frutas y botanas. Es inevitable comparar este lugar con el Ojo de Agua de Polanco o Artz Pedregal, pero mientras aquellos buscan ser gourmet y aspiracionales, este sigue siendo auténtico y cercano. Según se cuentan, el dueño original falleció hace algunos años, y el negocio se dividió entre sus hijos: uno continuó con la esencia original, mientras que el otro se asoció con una empresa para transformar el concepto en algo más exclusivo, abriendo los lugares más elegantes.

Con su historia, tradición y un menú que satisface a todos los paladares, Frutería y Lonchería Ojo de Agua es un recordatorio de que lo sencillo y auténtico siempre tendrá un lugar especial en el corazón (y el estómago) de quienes buscan calidad y sabor. Así que, la próxima vez que estés cerca de La Raza o Aragón, date la oportunidad de probarlo; es un viaje directo al sabor y la calidez de las loncherías de antaño.

Prepara tu Visita
Costo por persona: De $200 a $300 pesos
Página Web: fruteriayloncheriaojodeagua.my.canva.site
Facebook: facebook.com/p/Ojo-de-Agua-Fruter%C3%ADa-y-Loncher%C3%ADa-100063924320544/

Sucursal Vallejo
Dirección:
Clave #444, Colonia Vallejo Poniente (esquina con Vallejo)

Sucursal Aragón
Dirección:
Av. San Juan de Aragón #310, esq. Eduardo Molina, Colonia Costitución de la República

Sucursal Nueva Atzacoalco
Dirección:
Avenida 303 esquina Calle 310, Colnia Nueva Atzacoalco