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Metro Merced, la puerta al Corazón del Comercio Tradicional del Centro de la CDMX

El Metro Merced, perteneciente a la Línea 1 del Sistema de Transporte Colectivo de la Ciudad de México, es mucho más que una estación de paso. Ubicada en el límite de las alcaldías Cuauhtémoc y Venustiano Carranza, esta estación es la puerta de entrada al legendario Mercado de la Merced, uno de los centros de comercio más importantes y tradicionales de la ciudad.

El nombre de la estación proviene del Mercado de la Merced, que a lo largo de los siglos ha sido un epicentro del comercio en la Ciudad de México. Su isotipo, una caja de manzanas, simboliza la rica oferta de productos frescos que se encuentran en este mercado. La historia de la Merced se remonta a la construcción del convento de los mercedarios en el siglo XVII. Tras la aplicación de las Leyes de Reforma en 1860, los frailes abandonaron el convento, y dos años después, el edificio fue demolido para dar paso al primer mercado de la zona. En 1880, se inauguró una nueva versión del mercado, que incluía una fuente para abastecerlo de agua.

Con el crecimiento de la ciudad, en 1957 se ordenó la construcción de un mercado más grande, ubicado al oriente de la zona, cruzando la Avenida Circunvalación. El nuevo mercado, formado por dos grandes naves, continúa siendo el hogar de una vasta variedad de productos: aves, pescado, carne, frutas, legumbres, abarrotes, juguetería popular, artesanías y dulces típicos. Gracias a su historia y tradición, La Merced sigue siendo un referente del comercio y la cultura mexicana.

El diseño arquitectónico de la estación Merced es una obra del renombrado arquitecto Félix Candela, quien utilizó estructuras paraboloides hiperbólicas para crear un espacio funcional y estéticamente impresionante. Esta es una de las tres estaciones del metro diseñadas por Candela en la década de 1960, lo que la convierte en un legado arquitectónico digno de admiración.

No es de extrañar que Merced sea una de las estaciones más transitadas de la red. En 2014, se convirtió en la 16ª estación más utilizada, con una afluencia promedio de 208,697 pasajeros en día laborable. Esto se debe, en gran parte, a su conexión directa con el mercado y a la intensa actividad comercial que rodea la zona.

Durante las obras de remodelación de la Línea 1 del Metro, la estación fue cerrada el 11 de julio de 2022 y reabierta el 29 de octubre de 2023, tras siete meses de retraso respecto a la fecha inicial de reapertura. Como parte de las mejoras, el acceso a la estación ahora solo se puede realizar mediante la tarjeta de movilidad integrada, eliminando la opción de ingresar con boleto tradicional.

La estación Merced no solo es un punto de acceso al mercado, sino también una puerta de entrada a un barrio vibrante y lleno de historia. La zona de La Merced abarca gran parte del sureste del Centro Histórico y el borde oriental de la alcaldía Venustiano Carranza. Aquí, los visitantes pueden explorar otros mercados emblemáticos, como el Mercado de Sonora y el Mercado de Ampudia, o incluso visitar la Escuela Nacional Preparatoria Plantel 7, ubicada en las cercanías.

Si planeas visitar la zona, es importante estar preparado antes de bajar del tren. Los andenes con dirección a Pantitlán te llevarán directamente a la Nave Mayor del Mercado de la Merced, mientras que los andenes en dirección a Observatorio te dejarán cerca de la Avenida Circunvalación, el corredor que separa los distintos mercados de la zona. No importa por qué acceso decidas salir, prepárate para una experiencia sensorial inolvidable, llena de colores, aromas y sabores.

Para quienes buscan sumergirse en la auténtica vida comercial de la Ciudad de México, el Metro Merced es el punto de partida ideal. Desde aquí, puedes recorrer el legendario mercado, explorar los alrededores y descubrir por qué esta zona sigue siendo un emblema del comercio y la tradición mexicana.

Metro Insurgentes, un ícono arquitectónico y cultural en el corazón de la CDMX

El Metro Insurgentes es una de las estaciones más emblemáticas de la Línea 1 del Metro de la Ciudad de México, no solo por su ubicación estratégica, sino también por su profundo simbolismo histórico. Inaugurada el 4 de septiembre de 1969 por el entonces presidente Gustavo Díaz Ordaz, esta estación marcó el inicio de una nueva era de movilidad para la capital mexicana. El ícono de la estación, una campana, rinde homenaje a la Campana de Dolores, utilizada por Miguel Hidalgo para convocar al levantamiento que inició la lucha por la Independencia de México el 16 de septiembre de 1810.

La estación Insurgentes toma su nombre de la Avenida de los Insurgentes, una de las arterias más importantes de la Ciudad de México, que cruza la ciudad de norte a sur. Esta avenida conecta al norte con el estado de Hidalgo y al sur con el estado de Morelos, siendo una vía clave para la movilidad de millones de personas. La palabra “insurgente” hace referencia a aquellos combatientes que lucharon contra el gobierno español durante la Guerra de Independencia, lo que da un significado patriótico y simbólico a esta estación.

La estación se encuentra en la Glorieta de Insurgentes, en el cruce de Avenida Insurgentes y Avenida Chapultepec, mucho más que una simple rotonda. Diseñada por Salvador Ortega y construida al mismo tiempo que la estación del metro, esta glorieta ha sido testigo de importantes transformaciones urbanas. En su centro se encuentra la estación de metro, cuya estructura cilíndrica está rodeada por una amplia zona peatonal y áreas verdes que invitan al descanso. A su alrededor, se despliegan una variedad de comercios, cafeterías y espacios culturales que han hecho de este lugar un punto de referencia para locales y turistas.

El Monumento al Sereno, ubicado en el centro de la glorieta, rinde homenaje al antiguo oficio de los serenos, quienes vigilaban las calles de la ciudad durante la noche. A lo largo de los años, la Glorieta de los Insurgentes se ha convertido en un espacio de convivencia cultural que conecta las colonias Roma y Juárez, albergando diversas expresiones artísticas y tribus urbanas. Incluso, esta glorieta fue escenario de una escena de la película Total Recall protagonizada por Arnold Schwarzenegger, lo que la colocó en el mapa internacional.

La estación Insurgentes también destaca por su riqueza artística. Entre sus murales se encuentran dos obras hiperrealistas del pintor Rafael Cauduro que retratan escenas del metro de Londres y París. Además, la obra El usuario de Marco Zamudio plasma la vida cotidiana de los pasajeros del metro, mientras que el mural En la mesa de los muralistas mexicanos del artista argentino Alfredo Segatori reúne a grandes figuras del arte mexicano como Siqueiros, Rivera, Orozco y Frida Kahlo, junto al propio autor.

A lo largo de las décadas, la Glorieta de los Insurgentes ha experimentado diversas transformaciones. Desde su papel como epicentro juvenil y cultural en los años 70, pasando por ser punto de reunión de tribus urbanas como los emos a finales de la década de 2000, hasta su remodelación en 2012, que modernizó el espacio e incorporó elementos publicitarios que evocan a Times Square o Shibuya. Hoy en día, sigue siendo un símbolo de dinamismo urbano, un punto de encuentro para la comunidad LGBT+, artistas, jóvenes y visitantes que encuentran en este lugar un espacio para la expresión y la convivencia.

Metro Cuauhtémoc, un tributo de movilidad al último Tlatoani

El Metro Cuauhtémoc es una de las estaciones más representativas de la Línea 1 del Metro de la Ciudad de México, no solo por su ubicación estratégica, sino por el peso histórico que lleva su nombre. Esta estación, ubicada en la alcaldía Cuauhtémoc, toma su nombre de la Avenida Cuauhtémoc, que rinde homenaje a Cuauhtémoc, el último tlatoani de Tenochtitlán, cuyo nombre en náhuatl significa “águila que cae”. El ícono de la estación, diseñado por el taller de Lance Wyman, representa precisamente un águila en caída, recordando el sacrificio y valentía de este líder mexica.

Cuauhtémoc, hijo de Ahuitzotl, asumió el mando de Tenochtitlán tras la muerte de Cuitláhuac, en un momento crítico para el pueblo mexica. La ciudad estaba devastada por epidemias de viruela y hambruna, pero Cuauhtémoc reorganizó sus huestes para resistir los embates del ejército español. Sin embargo, en un intento por buscar apoyo de los pueblos aliados, Cuauhtémoc fue capturado junto a su esposa, la princesa Tecuichpo (Copo de Algodón), en el barrio de Coyonacaxo. Llevado ante Hernán Cortés, fue torturado para revelar el paradero del oro mexica y, finalmente, ahorcado el 28 de febrero de 1525 junto con el cacique de Tacuba.

La estación Metro Cuauhtémoc se encuentra en un espacio de intersección clave, conectando diversos barrios icónicos de la Ciudad de México. Su ubicación en el cruce de Bucareli, Cuauhtémoc, Chapultepec y Arcos de Belén la convierte en un punto estratégico para quienes transitan entre las colonias Juárez, Roma Norte, Centro y Doctores. Cada una de estas zonas tiene una personalidad propia y, en los últimos años, han experimentado un notable desarrollo urbano, cultural y comercial.

Desde los andenes en dirección a Observatorio, se llega al extremo este de la colonia Juárez, donde se encuentra el Mercado Juárez, rodeado por un barrio residencial y comercial que ha cobrado vida en la última década. La Avenida Chapultepec, cercana a esta salida, ha sido parte de un ambicioso proyecto de rehabilitación urbana que también ha revitalizado el tramo histórico de Bucareli, una zona con arquitectura del Porfiriato que ahora alberga espacios culturales y artísticos.

Por otro lado, en dirección a Pantitlán, el panorama cambia al ingresar a la Roma Norte. A pocos pasos de la salida del metro se encuentra La Romita, un pintoresco barrio con calles empedradas y una atmósfera bohemia. Cruzando la Avenida Cuauhtémoc, se llega a la colonia Doctores, donde se encuentran importantes edificios gubernamentales, hospitales y la icónica Arena México, centro de la lucha libre mexicana.

El área que rodea al Metro Cuauhtémoc es un reflejo del dinamismo urbano de la Ciudad de México. La estación no solo conecta barrios históricos, sino que también ofrece acceso a puntos culturales clave y áreas comerciales en constante crecimiento. Además, su cercanía a la estación del Metrobús Cuauhtémoc (Línea 3) facilita la movilidad de quienes transitan por esta zona.

Hoy en día, el nombre de Cuauhtémoc sigue presente en múltiples espacios, desde avenidas, monumentos y edificios, hasta negocios y lugares emblemáticos. El Metro Cuauhtémoc, con su simbólica representación del águila que cae, mantiene viva la memoria del último defensor de Tenochtitlán y sigue siendo un punto neurálgico para la vida cotidiana de la ciudad.

Metro Salto del Agua, un guiño al ingenio hídrico virreinal

El Metro Salto del Agua es una de las estaciones más emblemáticas del Metro de la Ciudad de México, gracias a su conexión histórica con el sistema hidráulico de la antigua Nueva España. Ubicada en el centro de la Ciudad de México, en la alcaldía Cuauhtémoc, esta estación es la correspondencia de las Líneas 1 y 8, lo que la convierte en un punto clave para la movilidad urbana. Su nombre y su símbolo, que representa el agua brotando de una fuente, evocan el pasado colonial de la ciudad y su estrecha relación con el abastecimiento de agua.

El nombre Salto del Agua proviene de una fuente inaugurada el 20 de marzo de 1779, durante el mandato del virrey Antonio de Bucareli y Ursúa. Esta fuente marcaba el final del acueducto que transportaba agua desde los manantiales de Chapultepec y Santa Fe hacia la ciudad. El acueducto recorría lo que hoy conocemos como las avenidas Chapultepec y Arcos de Belén, y en su punto final, el agua caía en cascada sobre un tazón de piedra sostenido por esculturas de tres niños montados en delfines, formando un “salto de agua”, de donde proviene el nombre de la fuente y, posteriormente, el de la estación.

La fuente original, atribuida al arquitecto Ignacio Castera, fue trasladada al Museo Nacional del Virreinato en Tepotzotlán, Estado de México, para su preservación. Sin embargo, en 1948, el escultor Guillermo Ruiz creó una réplica de esta obra, que actualmente puede admirarse en su ubicación original junto a la Capilla de la Inmaculada Concepción, conocida popularmente como la Capilla de Salto del Agua. Esta fuente es considerada una joya colonial debido a su detallado trabajo artístico, que incluye un relieve con las armas de la Ciudad de México de aquella época, con un águila de alas abiertas y una cruz en el pecho.

Como parte del ambicioso proyecto de modernización de la Línea 1 del Metro, la estación Salto del Agua cerró sus puertas el 9 de julio de 2022 para iniciar trabajos de remodelación que se realizaron en dos fases. La primera fase abarcó el tramo Pantitlán-Salto del Agua, que fue reabierto el 13 de septiembre de 2024, después de dos años de obras de modernización. La segunda fase, que contempló el tramo Observatorio-Balderas, continuó durante 2024, con el objetivo de mejorar la infraestructura de la línea.

Esta renovación no solo modernizó las instalaciones del metro, sino que también buscó preservar la historia y el legado cultural del lugar, garantizando que tanto la estación como su entorno sigan siendo puntos de referencia para la ciudadanía.

El Metro Salto del Agua no solo conecta importantes puntos de la ciudad, sino que también es un recordatorio del ingenio hidráulico de la época virreinal y del valor artístico de sus monumentos. Tanto la fuente como la capilla que adornan la zona son testigos del pasado colonial de la Ciudad de México, y la estación que lleva su nombre mantiene viva esa historia para las generaciones presentes y futuras.

Metro Sevilla, un viaje a través de la historia y el acueducto de Chapultepec

Ubicada en la alcaldía Cuauhtémoc, la estación Sevilla forma parte de la Línea 1 del Metro de la Ciudad de México y debe su nombre a la avenida Sevilla, que atraviesa la colonia Juárez. Esta colonia, fundada a principios del siglo XX, se distingue por nombrar sus calles en honor a ciudades europeas, reflejando la fuerte influencia de la arquitectura y urbanismo de la época en esta zona de la ciudad.

El logotipo de la estación Sevilla representa los arcos del acueducto de Chapultepec, una de las estructuras hidráulicas más importantes de la época colonial. Este acueducto, construido en 1779, tenía una extensión de 3,908 metros y estaba compuesto por 904 arcos que transportaban agua desde los manantiales del Bosque de Chapultepec hasta la fuente del Salto del Agua en el centro de la ciudad. Aunque la mayoría de la estructura desapareció con el crecimiento urbano, aún se conserva un corto tramo entre las calles de Sevilla y Varsovia, lo que permite a las y los transeúntes observar un vestigio de la historia de la ciudad.

Actualmente, la estación Sevilla se encuentra en proceso de remodelación como parte del proyecto de modernización de la Línea 1 del Metro, la cual comenzó a operar en 1969. Desde noviembre de 2023, la estación permanece cerrada debido a estas obras, y se espera que la renovación concluya en 2025. Mientras tanto, usuarios cuentan con alternativas de transporte como el RTP y el Metrobús, que ayudan a cubrir la demanda en la zona.

Más allá de su función como estación de transporte, Sevilla es un punto de conexión con la historia de la Ciudad de México. La presencia del acueducto colonial y la influencia europea en la nomenclatura de sus calles la convierten en un lugar donde el pasado y el presente se entrelazan. Al reabrir sus puertas, la estación Sevilla seguirá siendo un referente en el sistema de movilidad de la ciudad, permitiendo a los pasajeros transitar por un punto cargado de historia y tradición.

Metro Chapultepec, el metro que conecta con el mayor bosque urbano de la CDMX

La estación de metro Chapultepec es una de las más emblemáticas del Metro de la Ciudad de México, no solo por su ubicación estratégica, sino también por la historia que la rodea. Perteneciente a la Línea 1, esta estación se encuentra en el límite de las alcaldías Cuauhtémoc y Miguel Hidalgo, justo al lado del Bosque de Chapultepec, el parque urbano más grande y antiguo de la capital mexicana.

El nombre de la estación proviene del náhuatl Chapultepec, que significa “Cerro del chapulín“, en referencia a la colina que se encuentra dentro del bosque. Esta denominación se ha mantenido desde la época prehispánica, y su logotipo, un chapulín, representa este vínculo histórico y cultural. En tiempos mexicas, Chapultepec era considerado un sitio sagrado y estratégico para el abastecimiento de agua de la antigua Tenochtitlán. Incluso Nezahualcóyotl, el gran tlatoani de Texcoco, enriqueció la flora del bosque con ahuehuetes y favoreció la proliferación de su fauna.

La estación Chapultepec fue una de las primeras en entrar en operación cuando se inauguró el Metro en 1969. En ese entonces, era la terminal de la Línea 1 en su tramo inicial Zaragoza-Chapultepec, hasta que en abril de 1970 se amplió el recorrido hasta Juanacatlán. A lo largo de los años, esta estación se convirtió en un punto clave de movilidad, ya que conecta con una de las principales entradas al bosque, facilitando el acceso a espacios icónicos como el Castillo de Chapultepec, el Museo de Historia Natural y el Lago de Chapultepec.

Además de ser una importante vía de conexión, Chapultepec es una de las estaciones más concurridas del Metro. En 2014, registró un promedio de 236,865 pasajeros en un día laborable, posicionándola entre las 15 más utilizadas de toda la red. Su relevancia radica no solo en su funcionalidad, sino en su papel como punto de acceso a uno de los espacios naturales y culturales más importantes de México.

Ya sea por su conexión con la historia prehispánica, su importancia en el desarrollo urbano o su acceso al bosque más icónico de la capital, la estación Chapultepec sigue siendo una parada imprescindible para quienes recorren la Ciudad de México.

Metro Juanacatlán, historia y significado de una icónica estación del Metro de la CDMX

Ubicada en el límite de las alcaldías Miguel Hidalgo y Cuauhtémoc, la estación Juanacatlán forma parte de la Línea 1 del Metro de la Ciudad de México. Su historia y nombre están ligados a una localidad en el estado de Jalisco, reflejando la conexión entre la toponimia y la identidad cultural de distintas regiones del país.

El nombre Juanacatlán proviene del náhuatl “Xonacatlán”, que significa “lugar de cebollas“. Sin embargo, existen otras versiones que interpretan su significado como “lugar de mariposas“, en referencia a la palabra “Papantl“, que hace alusión a estos insectos. Esta última versión influyó en la elección del logotipo de la estación, que representa una mariposa monarca (Danaus plexippus), un símbolo de migración y transformación. Curiosamente, la calle Alfonso Reyes, ubicada casi enfrente de la estación, llevaba el nombre de Juanacatlán antes de su cambio de nomenclatura, reforzando la conexión entre el barrio y la estación del metro.

Además de su significado histórico, la estación Juanacatlán destaca por haber sido la primera en inaugurarse dentro de un proceso de ampliación de la Línea 1. Desde abril hasta noviembre de 1970, sirvió como terminal antes de que la línea se extendiera hasta Tacubaya. Actualmente, la estación permanece cerrada debido a las obras de remodelación de la Línea 1, las cuales buscan modernizar su infraestructura y garantizar su operación eficiente. Se espera que la segunda fase de esta rehabilitación, que abarca de Observatorio a Salto del Agua, concluya en 2025.

En su entorno, Juanacatlán alberga las oficinas del Sindicato de Trabajadores del Metro, cuya fachada cuenta con ventanas diseñadas para simular el frente de un tren del metro. La estación se encuentra justo debajo de la avenida Pedro Antonio de los Santos, una zona con un carácter urbano consolidado, pero que aún conserva referencias a sus antiguas denominaciones y la historia detrás de su identidad.

Así, Juanacatlán no solo es un punto de conexión dentro del Metro de la Ciudad de México, sino también un reflejo de la riqueza lingüística y cultural del país, donde un solo nombre puede evocar tanto la agricultura tradicional como el vuelo de una mariposa en busca de nuevos horizontes.

Metro Tacubaya, una estación donde converge la historia prehispánica y contemporánea de la CDMX

El Metro Tacubaya es mucho más que una estación de la red del Metro de la Ciudad de México. Ubicada en la alcaldía Miguel Hidalgo, esta terminal de correspondencia entre las líneas 1, 7 y 9 se asienta sobre un territorio con una historia fascinante que se remonta a tiempos prehispánicos. Su isotipo, un cántaro con agua, no es una simple imagen decorativa; es un recordatorio de la importancia del agua en la zona y de su nombre en náhuatl, Atlacohuayan, que significa “lugar donde se junta el agua“.

Antes de la llegada de los españoles, Tacubaya ya era un asentamiento relevante. Se han encontrado vestigios de ocupación humana que datan del año 1000 a. C., y durante la peregrinación mexica, el sitio sirvió como un punto estratégico antes de la fundación de Tenochtitlán. Cuando los aztecas establecieron su imperio, Tacubaya se convirtió en una fuente crucial de materiales para la construcción de la gran ciudad en el lago de Texcoco. Durante la conquista, Hernán Cortés tomó el control de la zona para interrumpir el acueducto de Chapultepec y así cortar el suministro de agua a Tenochtitlán.

Durante el Virreinato, Tacubaya se transformó en un lugar de descanso para la élite novohispana. Su altitud la protegía de las constantes inundaciones que afectaban a la Ciudad de México, lo que la convirtió en una opción para trasladar la capital del virreinato. Aunque este proyecto nunca se concretó, la zona se consolidó como un espacio privilegiado con haciendas, conventos y molinos de agua que producían textiles y harinas. Vestigios de esta época aún pueden encontrarse en construcciones como la Casa de la Bola y el Ex Arzobispado.

Con la independencia de México, Tacubaya se convirtió en un punto clave de los conflictos armados del siglo XIX. Fue testigo de la intervención estadounidense, la Guerra de Reforma y la intervención francesa. A finales del siglo XIX y principios del XX, la urbanización acelerada de la Ciudad de México absorbió a Tacubaya, que pasó de ser un pueblo independiente a un barrio de la capital. En esta época, se construyeron importantes edificios y vialidades, lo que facilitó la llegada del Metro décadas después.

En 1970, la estación Tacubaya inició operaciones como terminal de la Línea 1 hasta que la extensión a Observatorio se completó en 1972. Más tarde, en 1985, la Línea 7 comenzó a operar en la zona, y en 1988, la Línea 9 convirtió a Tacubaya en su terminal poniente, aunque originalmente estaba planeada para llegar hasta Observatorio. La complejidad geológica de la zona obligó a que la estación fuera construida con un diseño de túnel profundo, convirtiéndola en un referente para futuras estaciones subterráneas del Metro.

Hoy en día, Tacubaya sigue siendo un punto neurálgico del transporte en la ciudad, con una alta afluencia de pasajeros y con murales que narran la historia de México, como “Del códice al mural” de Guillermo Ceniceros. Mientras la modernización de la Línea 1 sigue en marcha, Tacubaya permanece como un recordatorio tangible del pasado de la Ciudad de México, desde sus orígenes prehispánicos hasta su desarrollo contemporáneo.

Metro Observatorio, un espacio que recuerda la importancia de la investigación astronómica

Ubicada en el poniente de la Ciudad de México, en la alcaldía Álvaro Obregón, la estación Observatorio es un punto clave en la red del Metro capitalino. Actualmente es la terminal de la Línea 1 y, en un futuro, se convertirá en una estación de correspondencia con la Línea 12, además de la terminal del tren interurbano El Insurgente. Su relevancia no solo radica en su función como nodo de transporte, sino también en su historia y el significado de su nombre.

El nombre de la estación hace referencia al Observatorio Astronómico Nacional, que fue trasladado en varias ocasiones debido al crecimiento urbano y la consecuente contaminación lumínica. Originalmente fundado en 1867 en la azotea del Palacio Nacional, el observatorio se reubicó en 1878 al Castillo de Chapultepec y, finalmente, en 1908, se trasladó al Palacio del Arzobispado en Tacubaya, conocido hoy como el Observatorio de Tacubaya. Sin embargo, las condiciones ambientales limitaron su uso para la observación astronómica, por lo que terminó convirtiéndose en un planetario.

El logotipo de la estación representa la cúpula estilizada de un observatorio, evocando la importancia histórica de estos centros de investigación en México. Curiosamente, en el terreno donde hoy se encuentra el observatorio, en épocas coloniales se erigía un palacio perteneciente al obispo de la ciudad, lo que añade otro elemento histórico a la zona.

Observatorio es también una de las terminales más importantes del Metro, pues conecta con la terminal de autobuses del poniente, facilitando el transporte hacia entidades como el Estado de México, Michoacán, Jalisco y Querétaro. En un principio, se planeó que la Línea 9 tuviera su terminal en esta estación, pero el proyecto nunca se concretó y la línea finalizó en Tacubaya.

En los últimos años, Observatorio ha sido objeto de múltiples proyectos de modernización y expansión. La estación se encuentra cerrada desde noviembre de 2023 debido a la rehabilitación integral de la Línea 1, cuya conclusión está prevista para 2025 (y lleva varios meses de retraso). Además, se construye la extensión de la Línea 12 para conectar con esta terminal, lo que la convertirá en una de las pocas estaciones del Metro con tres correspondencias. La llegada del tren interurbano El Insurgente consolidará su papel como un centro neurálgico del transporte metropolitano.

A pesar de los retos que ha enfrentado, la estación Observatorio sigue siendo un punto clave en la movilidad de la Ciudad de México. Su historia y su evolución reflejan la constante transformación de la metrópoli, en un intento por adaptar la infraestructura a las necesidades de sus habitantes y mejorar la conectividad en la capital del país.

Avenida y Estación del Metro Balderas, un recorrido por la historia de México desde la prehistoría hasta la modernidad

Aunque es una calle relativamente pequeña (de 1 kilómetro aproximadamente), la Avenida Balderas es una de las vías más importantes de la Ciudad de México. No lo digo solo por los pocos de autos que transitan a diario, sino porque se ha convertido en un centro neurálgico para quienes usan el transporte público, en particular las líneas 1 y 3 del Metro, así como la Línea 3 del Metrobús. Pero la relevancia de Balderas no es solo funcional, sino también histórica, ya que cuenta con más de 10,000 años de historia. ¿Quieres saber más sobre la Avenida Balderas y su emblemática estación del Metro? Acompáñame en este recorrido por su fascinante pasado.

Balderas es mucho más que una avenida transitada. Es un corredor lleno de historia y cultura, donde el pasado y el presente de la capital se entrelazan. Si alguna vez has caminado por sus banquetas o cruzado la Alameda Central, seguramente habrás notado los edificios y monumentos que han sido testigos del crecimiento de la ciudad a lo largo de los siglos.

Nombrada en honor a Joaquín de Balderas, quien jugó un papel clave en la construcción de infraestructura pública en el siglo XIX, esta avenida ha sido testigo de diversas transformaciones que acompañaron el proceso de urbanización de la Ciudad de México. Hoy es famosa por sus conexiones con algunos de los puntos culturales más importantes de la ciudad, pero su historia va mucho más allá de su función actual.

Los inicios prehistóricos de Balderas

Para hablar de la historia antigua de la Avenida Balderas, debemos viajar a 1968. Durante la construcción de las líneas 1 y 3 del Metro, un grupo de trabajadores encontró restos humanos, lo que en su momento pudo haber sido un escándalo. Tras una investigación a cargo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), se determinó que los restos pertenecían a un hombre que vivió hace entre 10,500 y 11,000 años. Este hallazgo, ubicado entre las calles de Independencia y Juárez, llevó a que se bautizara a este individuo como El Hombre de Balderas. Aunque estos restos no están disponibles en ningún museo, forman parte de la rica historia arqueológica de la ciudad.

El Convento de San Diego y la Alameda Central

La Avenida Balderas inicia en el cruce con Paseo de la Reforma, justo donde se encuentra el Convento de San Diego, uno de los más antiguos de la ciudad, que data del siglo XVII. Este convento fue testigo del crecimiento de la capital virreinal y de las transformaciones que siguieron a la Independencia de México. Aunque gran parte del convento ha desaparecido, la iglesia de San Diego y algunos restos del antiguo edificio aún se mantienen en pie, justo a un costado de la avenida y hoy en día puedes visitarlos como el Laboratorio Arte Alameda, un espacio de experimentación artística y tecnológica que conserva la escencia arquitectónica del lugar.

La historia del convento está estrechamente vinculada a la orden de los franciscanos, quienes lo administraron durante siglos. Además, el convento fue un punto de referencia importante para las y los habitantes de la Ciudad de México antes de que la modernización transformara este espacio en un área más comercial. Además, justo en el atrio de este convento, donde inicia la Alameda Central, se colocó el quemadero de las brujas durante la Inquisición.

Y, hablando de la Alameda Central, no está de más decir que Balderas es una de las calles limítrofes de la Alameda, el parque público más antiguo de América Latina. Este espacio verde ha sido un lugar de recreo y esparcimiento desde su creación en el siglo XVI. Caminar por la Alameda mientras se aprecia la vista de la Torre Latinoamericana y el Palacio de Bellas Artes es una experiencia única que refleja la mezcla de modernidad e historia que caracteriza a esta zona de la ciudad.

La Ciudadela, la Cárcel de Belén y la Decena Trágica

Uno de los edificios más importantes e interesantes de la Avenida Balderas es La Ciudadela, una impresionante construcción que fue encargada por el vierrey Antonio María de Bucareli y Ursúa, para que sirviera como la Real Fábrica de Puros y Cigarros de México. El Virrey le pidió al ingeniero militar Miguel Constanzó que tuviera aspecto de fortaleza y, a pesar de que Constanzó empezó el proyecto, fue Miguel Mascaró quien lo llevó a cabo en 1788. La construcción de la fábrica tuvo muchos retrasos y no se terminó hasta 1807; y, a pesar de ser un gran logro del gobierno, la fábrica no funcionó mucho tiempo pues, para 1815 se adapta para convertirse en la infame Cárcel de Belén. De hecho, fue en esta cárcel donde José María Morelos pasó sus últimos días, antes de ser fusilado en Ecatepec. Tras la Independencia, Guadalupe Victoria y Vicente Guerrero siguieron usando este edificio como cuartel y depósito de armamento.

La Ciudadela continuó funcionando como cuartel militar durante un siglo más. Es por eso que, en 1913, durante la parte más sangrienta de la Revolución Mexicana, Félix Díaz, sobrino de Porfirio Díaz, tomó la plaza por su ubicación estratégica e infraestructura. En esos días, Victoriano Huerta, quien luchaba en el ejército de Francisco I. Madero, fingió sitiar el inmueble para ganarse la confianza del general Madero. Sin embargo, lo que nadie esperaba era que le mismísimo Huerta era aliado de Félix Díaz y terminaría traicionando al presidente Madero, fusilándolo junto a su hermano Gustavo A. Madero. El resto es historia.

Hoy en día, lo que queda del edificio de La Ciudadela o la Cárcel de Belén es la sede del Centro de la Imagen y de la Biblioteca México. Y, frente a la plaza que da al edificio, el gobierno construyó el Mercado de la Ciudadela, un mercado de artesanías con el que se buscó atender las necesidades de las y los extranjeros que llegaron a México para las Olimpiadas del 68. Por si fuera poco, la Plaza de la Ciudadela se ha convertido en un importante mercado de coleccionistas y punto de encuentro para adultos mayores que llegan todos los fines de semana a bailar danzón.

El legendario Metro Balderas y su cañón

Por supuesto, no podemos hablar de la Avenida Balderas sin mencionar la famosa estación del Metro Balderas, inmortalizada por Rockdrigo González en su canción “Metro Balderas” (1982), popularizada por El Tri en 1985. Esta estación, que conecta las líneas 1 y 3 del Metro, es transitada por miles de personas cada día, y su logotipo —un cañón— no tiene ninguna relación con Joaquín Balderas. ¿Te preguntas a qué hace alusión el cañón?

El cañón que aparece en el logotipo de la estación se inspira en los eventos de la Decena Trágica, cuando La Ciudadela fue tomada por las fuerzas de Félix Díaz y Victoriano Huerta, quienes fortificaron el edificio con cañones. Lance Wyman, el diseñador de la iconografía del Metro, eligió este símbolo como referencia a esos hechos históricos ocurridos a unos pasos de la estación.

Ahora que conoces la historia de la Avenida y Estación del Metro Balderas (ahí donde deje embarrado mi corazón 🎶🎶) vale la pena que, cuando vuelvas a pasar por esta avenida, ya sea en carro, metrobús o a pie, te fijes en los diferentes edificios que se encuentran en ella e imagines todas las historiasa que pudieron ocurrir en ellos.