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Metro Hospital General, un punto de conexión con la salud de la CDMX

En el corazón de la Ciudad de México, sobre la Línea 3 del Metro, se encuentra una estación que lleva por nombre uno de los centros médicos más importantes del país: Hospital General.

Esta estación recibe su nombre por estar justo al lado del Hospital General de México, una institución con más de un siglo de historia. Fue inaugurado el 5 de febrero de 1905, y desde entonces ha sido un pilar en la atención médica de millones de personas. Comenzó con capacidad para 216 pacientes y una plantilla de 315 trabajadores, entre médicos y personal administrativo.

El ícono de la estación, una Cruz Roja, representa su estrecha relación con el cuidado de la salud. Además de brindar atención médica, el Hospital General ha sido un espacio clave para la formación de profesionales de la salud, ya que también funciona como hospital-escuela. De aquí han surgido importantes instituciones como el Instituto Nacional de Nutrición y el de Cardiología.

La estación Hospital General formó parte del primer tramo inaugurado de la Línea 3 en noviembre de 1970, que iba de Tlatelolco a esta estación. Durante una década fue la terminal sur, hasta que en junio de 1980 se amplió la línea hacia Centro Médico.

Se ubica en la colonia Doctores, con salidas hacia la calle Dr. Pasteur. Además, está bien conectada con otros medios de transporte como la Línea 2 del Trolebús y la Línea 3 del Metrobús, lo que la convierte en un punto estratégico para quienes se mueven por la ciudad.

Cerca de la estación también se encuentra el Hospital Infantil de México Federico Gómez, otro centro de atención y docencia médica de gran prestigio.

Durante 2023, la estación recibió a más de 5.6 millones de pasajeros, lo que representa un crecimiento del 11% respecto al año anterior. Aunque no está entre las más concurridas del sistema, sigue siendo una parada clave, especialmente para pacientes, personal médico y visitantes de la zona hospitalaria.

Niños Héroes / Poder Judicial CDMX, conexión de la Ciudad con la Colonia Doctores

En la Línea 3 del Metro de la Ciudad de México, justo en el centro de la capital, se encuentra una estación con un nombre que honra tanto al pasado heroico como al presente institucional del país: Niños Héroes / Poder Judicial CDMX.

El nombre de la estación proviene de dos referencias importantes. Por un lado, hace alusión a la Avenida Niños Héroes, y con ello a los seis cadetes del Colegio Militar que el 13 de septiembre de 1847 dieron su vida en la defensa del Castillo de Chapultepec durante la invasión estadounidense. Entre ellos se encuentra Juan Escutia, quien, según la historia, se envolvió en la bandera mexicana antes de arrojarse desde lo alto para evitar que cayera en manos del enemigo.

Por otro lado, la estación también reconoce su cercanía con la Ciudad Judicial de la Ciudad de México, sede de diversas instituciones del Poder Judicial capitalino. Esta doble identidad se refleja en su ícono: una guirnalda de olivo y un kepi militar, que representan a los cadetes, y un pequeño círculo con los símbolos de la justicia y las letras PJ, por “Poder Judicial“.

El 26 de agosto de 2019 comenzó oficialmente el cambio de nombre e imagen de la estación para incluir esta nueva identidad completa.

¿Dónde está y cómo conectas?

La estación se ubica en la colonia Doctores, con salidas en las esquinas de Avenida Niños Héroes y Calle Dr. Velasco, en sus cuatro puntos cardinales. Gracias a su posición céntrica, es una parada muy utilizada tanto por trabajadores del sector justicia como por vecinos y visitantes de la zona.

A lo largo de los años, esta estación ha mantenido una afluencia constante y significativa. En 2023, más de 6 millones de personas la utilizaron, lo que representa un crecimiento de más del 14% respecto al año anterior. Aunque no está entre las más saturadas del sistema, sí se encuentra dentro del top 80 de estaciones más concurridas, lo que habla de su relevancia como punto de paso diario.

Metro Juárez, un punto de encuentro con el Centro Histórico

Ubicada en pleno corazón de la Ciudad de México, el Metro Juárez de la Línea 3 del Metro no solo es un punto de conexión entre trenes y Metrobús, también es un lugar con fuerte carga histórica. ¿La razón? Su nombre y su ícono rinden homenaje a uno de los personajes más importantes de la historia del país: Benito Juárez, conocido como el Benemérito de las Américas.

El emblema de la estación es un busto de Juárez, quien nació el 21 de marzo de 1806 en Oaxaca. Durante su presidencia, México enfrentó una de sus etapas más complicadas: la invasión francesa y la imposición de un imperio extranjero, al que Juárez logró derrotar para restablecer la República. Falleció el 18 de julio de 1872 debido a una angina de pecho, y sus restos descansan en el panteón de San Fernando.

La estación lleva su nombre por estar muy cerca de la Avenida Juárez, una vialidad emblemática del Centro Histórico. Además, esta parada tiene algunas curiosidades que la distinguen del resto del sistema: por ejemplo, el tramo que la conecta con la estación Hidalgo es el más corto de toda la red del Metro. También es sede de las oficinas del Centro de Atención a Usuarios, lo cual la vuelve un punto estratégico no solo para los viajeros, sino para quienes buscan resolver dudas o trámites relacionados con el servicio.

¿Cómo llegar y qué hay cerca?

La estación Juárez cuenta con dos salidas, ambas sobre Avenida Balderas, una entre las calles Independencia y Artículo 123, y la otra muy cerca de esta última calle. Su ubicación céntrica la conecta con las Líneas 3 y 4 del Metrobús, lo que la hace muy accesible para moverse por distintas zonas de la ciudad.

A tan solo unos pasos encontrarás sitios icónicos como el Teatro Metropólitan, uno de los recintos culturales más importantes del país, donde se presentan conciertos, obras de teatro y otros espectáculos. Además, el Museo de Arte Popular y el Museo de la Policía se encuentran también muy cerca de la estación del Metro Juárez, lo que la hace un nodo que nos conecta con la cultura de la CDMX. Y no nos olvidemos del Barrio Chino, que también está muy cerca de la estación.

Como muchas otras estaciones, Juárez ha vivido altibajos en cuanto al número de personas que la utilizan. En 2023, registró más de 5 millones de usuarios, lo que representa un crecimiento del 15% respecto al año anterior. Aunque no es de las estaciones más concurridas del Metro, su flujo constante de pasajeros refleja su importancia como punto de conexión y acceso al centro de la ciudad.

Metro Indios Verdes, un punto de encuentro entre la historia, el transporte y el racismo al norte de CDMX

¿Alguna vez te has preguntado por qué se llama Indios Verdes una de las estaciones más transitadas del Metro de la Ciudad de México? La respuesta tiene que ver con el color… ¡y con la historia prehispánica!

Todo comienza con dos estatuas de bronce que representan a los tlatoanis mexicas Itzcóatl y Ahuízotl. Aunque fueron esculpidas en el siglo XIX por encargo de la Secretaría de Fomento, la humedad y el paso del tiempo les dieron un tono verdoso característico. Por eso, la gente comenzó a llamarlas, de manera coloquial, “los Indios Verdes”. Este nombre se volvió tan popular que, cuando en 1979 se inauguró la estación terminal norte de la Línea 3 del Metro, fue bautizada en honor a esas figuras que se encontraban muy cerca del lugar.

Pero estas estatuas no siempre estuvieron ahí. Desde su creación, han tenido una vida bastante movida. Se dice que fueron hechas para la Exposición Universal de París de 1889 (sí, ¡la misma en la que se presentó la Torre Eiffel!), aunque no está del todo claro si realmente llegaron hasta Francia. Lo que sí es cierto es que originalmente adornaron el Paseo de la Reforma. Sin embargo, en tiempos del Porfiriato, cuando lo europeo se consideraba “superior” a lo indígena, las figuras fueron rechazadas y reubicadas en varias ocasiones: primero a la Calzada de la Viga, luego a Insurgentes Norte, y finalmente, tras un rescate en 2005, al Parque del Mestizaje, donde actualmente puedes visitarlas.

Hoy en día, la estación Indios Verdes no sólo es un homenaje a nuestros orígenes mexicas, sino también uno de los puntos neurálgicos más importantes del transporte en el Valle de México. Además de la Línea 3 del Metro, conecta con tres líneas del Metrobús (1, 3 y 7), la Línea 1 del Cablebús, el Mexicable, el Mexibús y una gran cantidad de rutas de microbuses, vagonetas y autobuses que van hacia distintos municipios del Estado de México e incluso del estado de Hidalgo.

Gracias a esta conectividad, Indios Verdes es, desde hace años, la estación con mayor afluencia de toda la red del Metro. En días laborales puede recibir hasta 120 mil pasajeros, y anualmente, ha llegado a mover más de 40 millones de personas. También es sede del CETRAM (Centro de Transferencia Modal), una subcentral camionera que permite a miles de personas desplazarse entre la ciudad y su periferia.

Ah, y si eres curioso o curiosa de la infraestructura del Metro, aquí también se encuentran los talleres de Ticomán, donde se le da mantenimiento mayor a los trenes de esta línea.

Así que ya lo sabes: la próxima vez que llegues al bullicioso paradero de Indios Verdes, recuerda que ahí se cruzan el pasado mexica y el presente metropolitano. ¡Y que ese verdor en el nombre no es casualidad, sino parte de una historia de arte, resistencia y movilidad urbana!

Metro Deportivo 18 de Marzo, un testigo del cambio urbano de CDMX

Si alguna vez has viajado por la Línea 3 o la Línea 6 del Metro de la Ciudad de México, quizá hayas pasado por la estación Deportivo 18 de Marzo, ubicada en la alcaldía Gustavo A. Madero. Más que un punto de tránsito, esta estación guarda una historia curiosa y un par de cambios de nombre que vale la pena conocer.

El nombre de la estación hace referencia directa al Deportivo 18 de Marzo, un centro deportivo ubicado justo al lado. Pero el deportivo no es cualquier instalación: su historia se remonta a 1943, cuando el Sindicato Único de Trabajadores del Gobierno del Distrito Federal solicitó su custodia durante un congreso anual. Para 1946, ya estaba bajo la administración del sindicato, que incluso organizaba funciones de lucha libre y box para financiar su mantenimiento. ¡Sí, había que echarle ingenio!

Durante los años cincuenta, con solo un peso al mes, los usuarios podían acceder a todos sus servicios, que incluían desde alberca y gimnasio hasta canchas de tenis, frontón, campo de béisbol y arquería. Hoy sigue siendo un espacio amplio y versátil para la práctica deportiva.

Quizá algunos la recuerden como Metro Basílica, y con justa razón: originalmente, su nombre y logotipo hacían referencia a la Basílica de Guadalupe, que se encuentra a tan solo un kilómetro de distancia. Sin embargo, en 1998, cuando la estación La Villa cambió su nombre a La Villa-Basílica (por estar mucho más cerca del santuario mariano), esta estación también cambió su nombre para evitar confusiones.

Pero eso no fue todo: en los primeros planes del Metro, esta estación iba a llamarse Montevideo, en honor a la avenida cercana del mismo nombre. Así que ha tenido tres nombres a lo largo de su historia.

El ícono actual de la estación muestra a un jugador de pelota prehispánico, haciendo alusión tanto al pasado mesoamericano como a la vocación deportiva del complejo que le da nombre.

Deportivo 18 de Marzo es una estación que conecta las colonias Tepeyac Insurgentes y Lindavista. Además de las líneas 3 y 6 del Metro, aquí puedes hacer conexión con la Línea 1 del Metrobús. Por su ubicación, también está cerca de la Basílica de Guadalupe, uno de los puntos más visitados de la ciudad, tanto por turistas como por peregrinos.

En cuanto a usuarios, la Línea 3 de esta estación tuvo más de 9.4 millones de pasajeros en 2024, ubicándose entre las 30 estaciones más transitadas del sistema. En cambio, en la Línea 6, el número es mucho menor: cerca de 475 mil personas al año, lo que la coloca entre las menos utilizadas de toda la red.

Metro La Raza, historia, ciencia y un homenaje a las culturas originarias

Ubicada en la alcaldía Gustavo A. Madero, al norte de la capital, la estación La Raza del Metro de la Ciudad de México es mucho más que un punto de conexión entre la Línea 3 (la verde olivo) y la Línea 5 (la amarilla). Su nombre y su símbolo rinden homenaje al pasado indígena de México, pues se encuentra muy cerca del Monumento a La Raza, una pirámide monumental erigida en 1940 que celebra las culturas que florecieron antes de la llegada de los españoles.

El ícono de la estación representa justamente a este monumento, con una estructura que recuerda a las pirámides precolombinas. Fue diseñado por el escultor Luis Lelo de Larrea, y en sus costados se pueden ver esculturas que remiten a momentos clave como la Defensa de Tenochtitlán y la Fundación de México-Tenochtitlán. En lo alto, una majestuosa águila remata la obra.

La estación La Raza abrió sus puertas en agosto de 1978, sirviendo inicialmente como terminal norte de la Línea 3. Más tarde, en diciembre de 1979, esa línea se extendió hasta Indios Verdes. En 1981, entró en operación la Línea 5 en esta estación, aunque no fue sino hasta 1982 que llegó a Politécnico.

Si alguna vez te ha tocado caminar y caminar para hacer el transbordo entre las dos líneas, no te lo imaginaste: el túnel que conecta la Línea 3 con la Línea 5 mide casi 620 metros, lo que lo convirtió durante años en el transbordo más largo del Metro. Hoy sigue siendo uno de los más extensos del mundo.

Pero ese largo pasillo tiene un secreto maravilloso: es también el hogar del Túnel de la Ciencia, un espacio único en su tipo. Inaugurado en 1988 por la UNAM, fue el primer museo científico dentro de un sistema de transporte colectivo. Su misión es acercar la ciencia y la tecnología a todxs lxs usuarixs, especialmente a niñas, niños y jóvenes que transitan diariamente por la estación.

Ahí podrás encontrar exposiciones fotográficas, paneles electrónicos, hologramas, constelaciones del zodiaco y hasta cápsulas informativas sobre astronomía, matemáticas, biología y más. Todo esto mientras haces un transbordo… así que no te apresures, ¡vale la pena detenerse a mirar!

La Raza también alberga arte visual. En 2008 se inauguró el mural “Monstruos del fin del milenio” del artista Ariosto Otero, realizado con una técnica original que mezcla metal, madera, acrílico y resinas. Esta obra nos invita a reflexionar sobre los retos sociales del mundo contemporáneo.

No es sorpresa que, con tanta historia y conectividad, La Raza sea una de las estaciones con mayor afluencia del sistema. En un día laboral, llegan a pasar más de 32 mil personas por sus andenes, lo que la convierte en un punto clave para quienes se mueven por el norte de la ciudad.

La estación cuenta con varias salidas sobre la Avenida de los Insurgentes Norte, cerca del CETRAM, y conecta con colonias como Vallejo y Héroes de Nacozari. Ya sea que entres por la Línea 3 o la Línea 5, siempre estarás cerca de algo interesante: historia, ciencia, arte, o a ciertos vendedores de Movistar que se volvieron famosos… y claro, ¡una buena caminata!

Metro Tlatelolco, un viaje subterráneo por la historia de México

Viajar por el Metro de la Ciudad de México no solo es una forma práctica de moverse: también es una puerta a la historia. Un buen ejemplo es la estación Tlatelolco, ubicada en la Línea 3 del Metro, justo al norte de la ciudad. Esta estación no solo conecta con la vida urbana, también nos enlaza con siglos de historia.

La estación toma su nombre de la antigua Villa de Tlatelolco, una zona con un enorme peso histórico. En tiempos prehispánicos, Tlatelolco fue una ciudad hermana de Tenochtitlán, con su propio mercado y templo. Durante la época virreinal, se transformó en un importante centro religioso y educativo. En 1525 se levantó ahí el Convento de Santiago Tlatelolco, y más tarde, en 1537, se fundó el Colegio de Santa Cruz de Tlatelolco, la primera institución de educación superior para indígenas nobles, impulsada por fray Juan de Zumárraga y patrocinada por el emperador Carlos V. En 1573, por orden del rey Felipe II, se construyó junto al colegio un hermoso templo que aún existe.

Ya en el siglo XX, la zona fue transformada en un gran proyecto habitacional: el Conjunto Urbano Nonoalco-Tlatelolco, levantado en los años cuarenta. El ícono de la estación representa precisamente la fachada de uno de sus edificios más representativos: la Torre Insignia, antigua sede de Banobras, que destaca por su forma triangular y su carillón de 47 campanas, un regalo del gobierno de Bélgica.

Inaugurada en noviembre de 1970, la estación Tlatelolco funcionó como terminal de la Línea 3 hasta 1978. A diferencia de muchas otras, no está bajo una gran avenida, sino incrustada dentro del conjunto habitacional, con un solo acceso a nivel calle. Desde ahí se puede salir hacia la avenida Manuel González o hacia una explanada de la unidad habitacional.

Su diseño también destaca: en el vestíbulo aún se conservan unos hermosos vitrales estilo art-decó, justo sobre las taquillas. Y en los andenes se puede admirar el mural “El Andén de los Ouróboros”, del artista Marco Zamudio, que retrata escenas cotidianas de quienes usan el Metro día a día.

Desde esta estación puedes llegar caminando a la Plaza de las Tres Culturas, donde conviven restos arqueológicos mexicas, arquitectura virreinal y edificios modernos. También está el Centro Cultural Universitario Tlatelolco, el M68 Memorial del 68, el Teatro Ferrocarrilero, y por supuesto, la impresionante Torre Insignia.

Además, conecta con la Línea 3 del Metrobús, lo que facilita la movilidad en esta parte de la ciudad.

Aunque no es de las estaciones más saturadas, sigue siendo bastante transitada. En días laborales, llegan a pasar más de 19 mil personas en promedio, y en 2023 registró una afluencia anual de más de 5.5 millones de usuarios, lo que la coloca entre las 90 estaciones más concurridas del sistema.

La estación Tlatelolco no es solo un punto en el mapa del Metro: es un cruce de caminos entre el pasado prehispánico, el México virreinal, los movimientos sociales del siglo XX y la vida cotidiana de hoy. Así que la próxima vez que pases por ahí, tómate un momento para mirar a tu alrededor… y pensar en todo lo que ha pasado por ese mismo lugar.

Metro Guerrero, historia, héroes y murales bajo la ciudad

Ubicada en el corazón de la Ciudad de México, la estación Guerrero del Metro no solo conecta a miles de personas todos los días, sino que también es una ventana al pasado y al presente de un barrio con mucha historia.

Esta estación toma su nombre de la colonia Guerrero, un antiguo y tradicional barrio de la capital que fue bautizado así durante el Porfiriato en honor al general Vicente Guerrero, uno de los grandes héroes de la Independencia de México. Guerrero no solo fue un brillante estratega militar que logró importantes victorias, como la de Tamo en 1818, sino también un personaje de firme convicción: cuando su propio padre intentó convencerlo de abandonar la lucha, él respondió con la famosa frase “La patria es primero”.

Esa misma fuerza e identidad están presentes en la estación del Metro. Su logotipo muestra la silueta del general Guerrero con el uniforme militar de la época, y los muros de la estación están decorados con coloridos murales de mosaico que rinden homenaje a su legado. Si viajas por la Línea B, también encontrarás enormes murales dedicados a otro ícono popular: la Lucha Libre.

La estación Guerrero es un punto de trasbordo entre la Línea 3, que atraviesa la ciudad de norte a sur desde 1970, y la Línea B, que entró en funcionamiento en 1999 para conectar el noreste de la capital con el Estado de México, en dirección a Ecatepec. Gracias a esto, miles de usuarixs transitan por aquí cada día, aunque curiosamente, no es una de las estaciones más transitadas del sistema.

Además de su importancia como nodo de transporte, la estación tiene salidas que te llevan directo a sitios muy interesantes. Por ejemplo, está a unos pasos del famoso Tianguis Cultural del Chopo —que se instala los sábados cerca de la Biblioteca Vasconcelos— o de la Casa-Museo Rivas Mercado, hogar del arquitecto del Ángel de la Independencia.

La colonia Guerrero, donde se ubica esta estación, es una de las más antiguas de la ciudad. Su traza urbana cubre parte de lo que fue el barrio prehispánico de Cuepopan. En sus calles todavía puedes encontrar edificios del siglo XIX, vecindades tradicionales, y sitios históricos como el Templo de San Fernando, el mausoleo de Benito Juárez y el centro cultural La Nana, ubicado en una antigua subestación eléctrica.

Curiosamente, muchas de sus calles llevan los nombres de héroes nacionales: Allende, Matamoros, Mina, Pedro Moreno, entre otros. Una forma muy simbólica de caminar por la historia.

En resumen, el Metro Guerrero es mucho más que una estación de paso. Es un reflejo de la historia nacional, del arte urbano y de la vida cotidiana de uno de los barrios más tradicionales de la Ciudad de México.

Metro Hidalgo, historia, tragedia y patrimonio en el corazón de la CDMX

La estación Hidalgo es una de las más importantes del Metro de la Ciudad de México, ya que conecta las Líneas 2 y 3, facilitando el tránsito de miles de personas cada día. Se ubica en la alcaldía Cuauhtémoc, en el centro de la ciudad, y recibe su nombre debido a su cercanía con la Avenida Hidalgo, una de las vías principales de esta zona histórica. El ícono de la estación representa la silueta de Miguel Hidalgo y Costilla, el padre de la Independencia Mexicana, cuyo legado inspiró el movimiento que cambió el rumbo del país.

La estación Hidalgo es conocida no solo por su valor histórico, sino también por un curioso fenómeno ocurrido en su interior. En el suelo de la estación, una filtración de agua formó una figura que muchos aseguran asemeja la imagen de la Virgen de Guadalupe. Esta pieza del piso fue retirada y colocada en el exterior de la estación, cerca del acceso más próximo a la Iglesia de San Hipólito, donde miles de fieles acuden a observarla.

Lamentablemente, la estación Hidalgo también fue escenario de un trágico suceso el 2 de agosto de 2023, cuando un homicidio-suicidio conmocionó a la ciudad. Poco después de las 16:00 horas, un hombre arrojó a una mujer a las vías del tren, justo cuando un convoy modelo NM-02 llegaba a la estación. Instantes después, el agresor también se lanzó a las vías, provocando la muerte de ambos. La víctima fue identificada, de 19 años, cuyos restos fueron entregados a sus familiares para su sepultura. Sin embargo, la identidad del agresor sigue siendo desconocida, y la Fiscalía de la Ciudad de México continúa investigando el caso para esclarecer los motivos de este lamentable evento.

A pesar de estos episodios, la estación Hidalgo sigue siendo un punto clave para quienes desean explorar la oferta cultural del centro de la ciudad. Entre los sitios de interés cercanos destacan:

En 2014, la estación Hidalgo registró una afluencia promedio anual de 30,682 personas, consolidándose como una de las estaciones más concurridas del sistema, especialmente por su ubicación estratégica y su conexión con importantes zonas de la ciudad.

Estación Potrero, la historia detrás del nombre de este metro y metrobús

No hay duda de que una de las formas más fascinantes de explorar la Ciudad de México y su rica historia es a través de sus estaciones de Metro y Metrobús. Detrás de cada uno de estos nombres y logotipos se esconden relatos que reflejan el México del pasado. Algunas estaciones llevan el nombre de personajes importantes, mientras que otras evocan anécdotas y eventos históricos que han contribuido a forjar nuestra identidad nacional. En algunos casos, los nombres rinden homenaje a lo que existía en esos lugares en tiempos anteriores, ofreciendo una ventana única al legado de la ciudad.

Por otro lado, debes saber que la Real Academia Española (RAE) define un “potrero” como un sitio destinado a la cría y pasto de ganado caballar. ¿Ya te imaginas de qué estación de Metro y Metrobús voy a hablarte? ¡Así es! Hablemos brevemente de la Estación Potrero. Esta estación recibe su nombre porque la zona delimitada por las colonias Industrial y Capultitlán solía funcionar como un potrero hace más de un siglo.

En el México del Porfiriato, una de las actividades recreativas más importantes entre la crema y nata de la sociedad eran las carreras de caballos. En aquel entonces, estas se improvisaban en los terrenos de San Lázaro o del Rancho de Nápoles (cerca de la Piedad). Sin embargo, a finales del siglo XIX, el General Pedro Rincón Gallardo fundó la Sociedad Mexicana de Carreras de México (Jockey Club), logrando asociarse con personajes de alcurnia como Porfirio Díaz Ortega (hijo del presidente), José Yves Limantour (Secretario de Hacienda y Crédito Público) y Hugo Scherer (minero alemán y abuelo de Julio Scherer), entre otros. A raíz de esta sociedad, compró a Soledad Azcárate de Tayera un terreno de 600,000 metros cuadrados al poniente de Garita de Peralvillo, donde se construyó el Hipódromo de Peralvillo.

A pesar de que el hipódromo era bastante grande y contaba con todos los servicios, no contaba con suficiente espacio para que los caballos pastaran en sus instalaciones. Por suerte, a unos dos kilómetros al norte había enormes pastizales, donde se decidió construir el potrero para criar y alimentar a los caballos que competirían en el hipódromo. Estos terrenos hoy ocupan parte de la Colonia Industrial y la Capultitlán (y otras colonias más). Aunque el hipódromo fue desmantelado en 1913 y los terrenos de Potrero se utilizaron para construir la colonia Industrial en los años treinta, el nombre de Potrero se quedó en el imaginario colectivo durante varias décadas. Así, cuando se construyó la Línea 3 del Metro, se bautizó como Potrero a la estación ubicada justo en esta zona.

Cercana a la estación Potrero, puedes explorar interesantes lugares como la Iglesia de la Pasión, una hermosa edificación del siglo XX que es un punto de referencia en la colonia Guadalupe Insurgentes. Además, no te pierdas el Parque de la Pasión, que conserva vestigios del antiguo atrio de una iglesia más antigua y es un lugar ideal para disfrutar de un poco de naturaleza en medio del bullicio citadino. Además, justo saliendo de la estación se encuentra la colonia Industrial, la primera colonia planificada científicamente (según la publicidad de la época) y en la que, además de encontrarte con bellas casas de arquitectura colonial californiana y parques llenos de vida, como el María Luisa, encontrarás una interesantísima oferta gastronómica que vale la pena conocer. Además, al oeste, podrás la colonia Calputitlán, un pueblo originario, ofrece un vistazo al pasado, aunque hoy se encuentra prácticamente en el olvido e integrado a la gran metrópoli.

Así que la próxima vez que pases por la Estación Potrero, recuerda que detrás de su nombre hay un legado que une historia, cultura y modernidad en medio del caos de la Ciudad de México.