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Metro Isabel la Católica, un homenaje a la mujer que forjó la España moderna

El Metro Isabel la Católica es una de las estaciones de la Línea 1 del Metro de la Ciudad de México. Ubicada en el centro de la Ciudad de México, en la alcaldía Cuauhtémoc, esta estación debe su nombre a la calle Isabel la Católica, que cruza con la avenida José María Izazaga, en una zona llena de historia y tradición. Su ícono es una carabela, inspirada en las embarcaciones que utilizó Cristóbal Colón durante su viaje hacia el continente americano, un homenaje al papel fundamental que desempeñó Isabel la Católica en la expedición que culminó con el “descubrimiento” de América en 1492.

El nombre de la estación honra a Isabel I de Castilla, conocida como Isabel la Católica, quien gobernó desde 1474 hasta su muerte en 1504. Junto con Fernando II de Aragón, conformaron el reinado de los Reyes Católicos, un periodo clave en la historia de España. Isabel jugó un papel decisivo al financiar la expedición de Cristóbal Colón, cuyo objetivo era encontrar una nueva ruta hacia las Indias, pero que resultó en el descubrimiento de América el 12 de octubre de 1492. Esta conexión histórica se ve reflejada en el isotipo de la estación, que representa una de las carabelas que surcaron el Atlántico en aquella travesía.

Uno de los elementos más destacados de la estación es el mural Encuentro con la luz, obra del artista Luis López Loza, que adorna el edificio del metro. Esta obra, con una superficie de 155 metros cuadrados, presenta diversos motivos naturales que invitan a la reflexión y al diálogo entre el arte y la naturaleza. El mural es una muestra del compromiso del metro con la difusión cultural y artística en espacios públicos.

La estación Isabel la Católica fue la primera de la red del metro en ser intervenida como parte de un proceso de remodelación integral que comenzó en 2012. Las mejoras incluyeron nuevos acabados, materiales especiales, señalización bilingüe, accesos para personas con discapacidad y una modernización completa de áreas como taquillas, oficinas y torniquetes. Estas intervenciones fueron necesarias debido a la antigüedad de la estación, garantizando así una mejor experiencia para los usuarios.

En 2022, como parte del proyecto de modernización de la Línea 1 del Metro, la estación cerró el 11 de julio para dar paso a nuevas obras. Aunque inicialmente estaba previsto que reabriera en febrero de 2023, la reapertura parcial ocurrió hasta el 29 de octubre de 2023, permitiendo solo descensos en dirección a Observatorio. El acceso quedó limitado exclusivamente al uso de la tarjeta de movilidad integrada, eliminando la opción de ingreso mediante boleto tradicional.

Finalmente, tras dos años de trabajos, la estación Isabel la Católica fue reabierta en su totalidad el 13 de septiembre de 2024, restableciendo los ascensos y descensos en ambas direcciones y conectando de nuevo el tramo Isabel la Católica-Balderas. Esta reapertura marcó el regreso a la normalidad en esta importante sección de la Línea 1, beneficiando a miles de personas que utilizan esta ruta diariamente.

Alrededor de la estación Isabel la Católica, se encuentran lugares de gran interés cultural e histórico, como el Museo de la Charrería, dedicado a la preservación de esta tradición mexicana, y la Universidad del Claustro de Sor Juana, un espacio académico ubicado en un antiguo convento virreinal que mantiene viva la memoria de una de las más grandes escritoras de la literatura novohispana.

El Metro Isabel la Católica no solo es un punto de conexión para miles de usuarios, sino también un recordatorio del legado histórico de Isabel la Católica y su influencia en la historia del continente americano. Con su reciente modernización, esta estación continúa siendo un espacio que une el pasado y el presente de la Ciudad de México.

Metro Pino Suárez, donde se unen el México Prehispánico y el Contemporáneo para honrar al dios Ehécatl

El Metro Pino Suárez es una de las estaciones más importantes y transitadas de la Ciudad de México, ya que conecta la Línea 1 y la Línea 2 del sistema de transporte colectivo. Ubicada en el centro de la Ciudad de México, en la alcaldía Cuauhtémoc, esta estación no solo destaca por su relevancia como centro de correspondencia, sino también por la riqueza histórica que la rodea, reflejada tanto en su nombre como en el patrimonio arqueológico que resguarda.

El nombre de la estación honra la memoria de José María Pino Suárez, quien fue vicepresidente de México durante el gobierno de Francisco I. Madero. Pino Suárez, originario de Yucatán, fue abogado, periodista, poeta y revolucionario. Fundó el diario “El Peninsular”, desde donde criticó la explotación de los campesinos y promovió la justicia social. Se unió al Partido Antirreeleccionista y fue clave en la campaña política de Madero. Sin embargo, su vida terminó trágicamente durante la Decena Trágica en 1913, cuando fue asesinado junto a Madero, tras el golpe de Estado que llevó a Victoriano Huerta al poder.

El isotipo de la estación Pino Suárez representa el adoratorio dedicado a Ehécatl, el dios mexica del viento, que fue descubierto durante las excavaciones para la construcción del metro en la década de 1960. Este templo, considerado la zona arqueológica más pequeña de México, señala el límite sur de la antigua Tenochtitlán y es una de las joyas patrimoniales más importantes de la red del metro. Ehécatl, una de las manifestaciones de Quetzalcóatl, era venerado por facilitar el paso del viento para la fertilidad de la tierra, y su templo cilíndrico está diseñado para que el viento fluya sin obstáculos.

La estación Pino Suárez fue inaugurada el 1 de agosto de 1970 como parte del primer tramo de la Línea 2, que iba inicialmente de Tasqueña a Pino Suárez. Durante un breve periodo, esta estación funcionó como terminal de la línea hasta que fue ampliada hasta Tacuba el 14 de septiembre de ese mismo año. Desde entonces, ha sido una de las correspondencias más transitadas del metro, facilitando la conexión entre distintas zonas de la ciudad.

Durante las obras de modernización de la Línea 1, la estación fue cerrada el 11 de julio de 2022 y reabierta parcialmente el 29 de octubre de 2023, permitiendo solo ascensos en dirección a Pantitlán. Finalmente, la reapertura total ocurrió el 13 de septiembre de 2024, restableciendo el flujo normal en ambas líneas.

Uno de los aspectos más interesantes de la estación es el Pasaje Zócalo-Pino Suárez, también conocido como Un paseo por los libros. Este andador subterráneo conecta las estaciones de Zócalo y Pino Suárez, ofreciendo un espacio cultural con librerías, un pequeño auditorio y áreas para exposiciones artísticas temporales. Es el único pasaje de la red del metro que conecta dos estaciones que no son consideradas de correspondencia, y es un lugar ideal para quienes buscan sumergirse en la lectura mientras recorren la ciudad.

La zona alrededor del Metro Pino Suárez es conocida por su dinamismo comercial. Destacan la Plaza Comercial Pino Suárez, repleta de locales que ofrecen ropa, calzado y diversos productos, así como la Plaza San Lucas, otro espacio ideal para quienes buscan explorar el comercio tradicional del centro de la ciudad. Además, a pocos pasos de la estación se encuentra la Iglesia de San Miguel Arcángel y su antiguo atrio, hoy convertido en el Jardín San Miguel, un lugar ideal para hacer una pausa y disfrutar del entorno.

El Metro Pino Suárez no es solo una estación de paso, sino un lugar donde convergen la historia de México, el legado prehispánico y la modernidad urbana. Ya sea por su homenaje a Pino Suárez, su riqueza arqueológica con el adoratorio de Ehécatl, o su vibrante entorno comercial y cultural, esta estación continúa siendo un punto clave para quienes recorren la Ciudad de México.

Metro Merced, la puerta al Corazón del Comercio Tradicional del Centro de la CDMX

El Metro Merced, perteneciente a la Línea 1 del Sistema de Transporte Colectivo de la Ciudad de México, es mucho más que una estación de paso. Ubicada en el límite de las alcaldías Cuauhtémoc y Venustiano Carranza, esta estación es la puerta de entrada al legendario Mercado de la Merced, uno de los centros de comercio más importantes y tradicionales de la ciudad.

El nombre de la estación proviene del Mercado de la Merced, que a lo largo de los siglos ha sido un epicentro del comercio en la Ciudad de México. Su isotipo, una caja de manzanas, simboliza la rica oferta de productos frescos que se encuentran en este mercado. La historia de la Merced se remonta a la construcción del convento de los mercedarios en el siglo XVII. Tras la aplicación de las Leyes de Reforma en 1860, los frailes abandonaron el convento, y dos años después, el edificio fue demolido para dar paso al primer mercado de la zona. En 1880, se inauguró una nueva versión del mercado, que incluía una fuente para abastecerlo de agua.

Con el crecimiento de la ciudad, en 1957 se ordenó la construcción de un mercado más grande, ubicado al oriente de la zona, cruzando la Avenida Circunvalación. El nuevo mercado, formado por dos grandes naves, continúa siendo el hogar de una vasta variedad de productos: aves, pescado, carne, frutas, legumbres, abarrotes, juguetería popular, artesanías y dulces típicos. Gracias a su historia y tradición, La Merced sigue siendo un referente del comercio y la cultura mexicana.

El diseño arquitectónico de la estación Merced es una obra del renombrado arquitecto Félix Candela, quien utilizó estructuras paraboloides hiperbólicas para crear un espacio funcional y estéticamente impresionante. Esta es una de las tres estaciones del metro diseñadas por Candela en la década de 1960, lo que la convierte en un legado arquitectónico digno de admiración.

No es de extrañar que Merced sea una de las estaciones más transitadas de la red. En 2014, se convirtió en la 16ª estación más utilizada, con una afluencia promedio de 208,697 pasajeros en día laborable. Esto se debe, en gran parte, a su conexión directa con el mercado y a la intensa actividad comercial que rodea la zona.

Durante las obras de remodelación de la Línea 1 del Metro, la estación fue cerrada el 11 de julio de 2022 y reabierta el 29 de octubre de 2023, tras siete meses de retraso respecto a la fecha inicial de reapertura. Como parte de las mejoras, el acceso a la estación ahora solo se puede realizar mediante la tarjeta de movilidad integrada, eliminando la opción de ingresar con boleto tradicional.

La estación Merced no solo es un punto de acceso al mercado, sino también una puerta de entrada a un barrio vibrante y lleno de historia. La zona de La Merced abarca gran parte del sureste del Centro Histórico y el borde oriental de la alcaldía Venustiano Carranza. Aquí, los visitantes pueden explorar otros mercados emblemáticos, como el Mercado de Sonora y el Mercado de Ampudia, o incluso visitar la Escuela Nacional Preparatoria Plantel 7, ubicada en las cercanías.

Si planeas visitar la zona, es importante estar preparado antes de bajar del tren. Los andenes con dirección a Pantitlán te llevarán directamente a la Nave Mayor del Mercado de la Merced, mientras que los andenes en dirección a Observatorio te dejarán cerca de la Avenida Circunvalación, el corredor que separa los distintos mercados de la zona. No importa por qué acceso decidas salir, prepárate para una experiencia sensorial inolvidable, llena de colores, aromas y sabores.

Para quienes buscan sumergirse en la auténtica vida comercial de la Ciudad de México, el Metro Merced es el punto de partida ideal. Desde aquí, puedes recorrer el legendario mercado, explorar los alrededores y descubrir por qué esta zona sigue siendo un emblema del comercio y la tradición mexicana.

Metro Insurgentes, un ícono arquitectónico y cultural en el corazón de la CDMX

El Metro Insurgentes es una de las estaciones más emblemáticas de la Línea 1 del Metro de la Ciudad de México, no solo por su ubicación estratégica, sino también por su profundo simbolismo histórico. Inaugurada el 4 de septiembre de 1969 por el entonces presidente Gustavo Díaz Ordaz, esta estación marcó el inicio de una nueva era de movilidad para la capital mexicana. El ícono de la estación, una campana, rinde homenaje a la Campana de Dolores, utilizada por Miguel Hidalgo para convocar al levantamiento que inició la lucha por la Independencia de México el 16 de septiembre de 1810.

La estación Insurgentes toma su nombre de la Avenida de los Insurgentes, una de las arterias más importantes de la Ciudad de México, que cruza la ciudad de norte a sur. Esta avenida conecta al norte con el estado de Hidalgo y al sur con el estado de Morelos, siendo una vía clave para la movilidad de millones de personas. La palabra “insurgente” hace referencia a aquellos combatientes que lucharon contra el gobierno español durante la Guerra de Independencia, lo que da un significado patriótico y simbólico a esta estación.

La estación se encuentra en la Glorieta de Insurgentes, en el cruce de Avenida Insurgentes y Avenida Chapultepec, mucho más que una simple rotonda. Diseñada por Salvador Ortega y construida al mismo tiempo que la estación del metro, esta glorieta ha sido testigo de importantes transformaciones urbanas. En su centro se encuentra la estación de metro, cuya estructura cilíndrica está rodeada por una amplia zona peatonal y áreas verdes que invitan al descanso. A su alrededor, se despliegan una variedad de comercios, cafeterías y espacios culturales que han hecho de este lugar un punto de referencia para locales y turistas.

El Monumento al Sereno, ubicado en el centro de la glorieta, rinde homenaje al antiguo oficio de los serenos, quienes vigilaban las calles de la ciudad durante la noche. A lo largo de los años, la Glorieta de los Insurgentes se ha convertido en un espacio de convivencia cultural que conecta las colonias Roma y Juárez, albergando diversas expresiones artísticas y tribus urbanas. Incluso, esta glorieta fue escenario de una escena de la película Total Recall protagonizada por Arnold Schwarzenegger, lo que la colocó en el mapa internacional.

La estación Insurgentes también destaca por su riqueza artística. Entre sus murales se encuentran dos obras hiperrealistas del pintor Rafael Cauduro que retratan escenas del metro de Londres y París. Además, la obra El usuario de Marco Zamudio plasma la vida cotidiana de los pasajeros del metro, mientras que el mural En la mesa de los muralistas mexicanos del artista argentino Alfredo Segatori reúne a grandes figuras del arte mexicano como Siqueiros, Rivera, Orozco y Frida Kahlo, junto al propio autor.

A lo largo de las décadas, la Glorieta de los Insurgentes ha experimentado diversas transformaciones. Desde su papel como epicentro juvenil y cultural en los años 70, pasando por ser punto de reunión de tribus urbanas como los emos a finales de la década de 2000, hasta su remodelación en 2012, que modernizó el espacio e incorporó elementos publicitarios que evocan a Times Square o Shibuya. Hoy en día, sigue siendo un símbolo de dinamismo urbano, un punto de encuentro para la comunidad LGBT+, artistas, jóvenes y visitantes que encuentran en este lugar un espacio para la expresión y la convivencia.

Metro Cuauhtémoc, un tributo de movilidad al último Tlatoani

El Metro Cuauhtémoc es una de las estaciones más representativas de la Línea 1 del Metro de la Ciudad de México, no solo por su ubicación estratégica, sino por el peso histórico que lleva su nombre. Esta estación, ubicada en la alcaldía Cuauhtémoc, toma su nombre de la Avenida Cuauhtémoc, que rinde homenaje a Cuauhtémoc, el último tlatoani de Tenochtitlán, cuyo nombre en náhuatl significa “águila que cae”. El ícono de la estación, diseñado por el taller de Lance Wyman, representa precisamente un águila en caída, recordando el sacrificio y valentía de este líder mexica.

Cuauhtémoc, hijo de Ahuitzotl, asumió el mando de Tenochtitlán tras la muerte de Cuitláhuac, en un momento crítico para el pueblo mexica. La ciudad estaba devastada por epidemias de viruela y hambruna, pero Cuauhtémoc reorganizó sus huestes para resistir los embates del ejército español. Sin embargo, en un intento por buscar apoyo de los pueblos aliados, Cuauhtémoc fue capturado junto a su esposa, la princesa Tecuichpo (Copo de Algodón), en el barrio de Coyonacaxo. Llevado ante Hernán Cortés, fue torturado para revelar el paradero del oro mexica y, finalmente, ahorcado el 28 de febrero de 1525 junto con el cacique de Tacuba.

La estación Metro Cuauhtémoc se encuentra en un espacio de intersección clave, conectando diversos barrios icónicos de la Ciudad de México. Su ubicación en el cruce de Bucareli, Cuauhtémoc, Chapultepec y Arcos de Belén la convierte en un punto estratégico para quienes transitan entre las colonias Juárez, Roma Norte, Centro y Doctores. Cada una de estas zonas tiene una personalidad propia y, en los últimos años, han experimentado un notable desarrollo urbano, cultural y comercial.

Desde los andenes en dirección a Observatorio, se llega al extremo este de la colonia Juárez, donde se encuentra el Mercado Juárez, rodeado por un barrio residencial y comercial que ha cobrado vida en la última década. La Avenida Chapultepec, cercana a esta salida, ha sido parte de un ambicioso proyecto de rehabilitación urbana que también ha revitalizado el tramo histórico de Bucareli, una zona con arquitectura del Porfiriato que ahora alberga espacios culturales y artísticos.

Por otro lado, en dirección a Pantitlán, el panorama cambia al ingresar a la Roma Norte. A pocos pasos de la salida del metro se encuentra La Romita, un pintoresco barrio con calles empedradas y una atmósfera bohemia. Cruzando la Avenida Cuauhtémoc, se llega a la colonia Doctores, donde se encuentran importantes edificios gubernamentales, hospitales y la icónica Arena México, centro de la lucha libre mexicana.

El área que rodea al Metro Cuauhtémoc es un reflejo del dinamismo urbano de la Ciudad de México. La estación no solo conecta barrios históricos, sino que también ofrece acceso a puntos culturales clave y áreas comerciales en constante crecimiento. Además, su cercanía a la estación del Metrobús Cuauhtémoc (Línea 3) facilita la movilidad de quienes transitan por esta zona.

Hoy en día, el nombre de Cuauhtémoc sigue presente en múltiples espacios, desde avenidas, monumentos y edificios, hasta negocios y lugares emblemáticos. El Metro Cuauhtémoc, con su simbólica representación del águila que cae, mantiene viva la memoria del último defensor de Tenochtitlán y sigue siendo un punto neurálgico para la vida cotidiana de la ciudad.

Metro Salto del Agua, un guiño al ingenio hídrico virreinal

El Metro Salto del Agua es una de las estaciones más emblemáticas del Metro de la Ciudad de México, gracias a su conexión histórica con el sistema hidráulico de la antigua Nueva España. Ubicada en el centro de la Ciudad de México, en la alcaldía Cuauhtémoc, esta estación es la correspondencia de las Líneas 1 y 8, lo que la convierte en un punto clave para la movilidad urbana. Su nombre y su símbolo, que representa el agua brotando de una fuente, evocan el pasado colonial de la ciudad y su estrecha relación con el abastecimiento de agua.

El nombre Salto del Agua proviene de una fuente inaugurada el 20 de marzo de 1779, durante el mandato del virrey Antonio de Bucareli y Ursúa. Esta fuente marcaba el final del acueducto que transportaba agua desde los manantiales de Chapultepec y Santa Fe hacia la ciudad. El acueducto recorría lo que hoy conocemos como las avenidas Chapultepec y Arcos de Belén, y en su punto final, el agua caía en cascada sobre un tazón de piedra sostenido por esculturas de tres niños montados en delfines, formando un “salto de agua”, de donde proviene el nombre de la fuente y, posteriormente, el de la estación.

La fuente original, atribuida al arquitecto Ignacio Castera, fue trasladada al Museo Nacional del Virreinato en Tepotzotlán, Estado de México, para su preservación. Sin embargo, en 1948, el escultor Guillermo Ruiz creó una réplica de esta obra, que actualmente puede admirarse en su ubicación original junto a la Capilla de la Inmaculada Concepción, conocida popularmente como la Capilla de Salto del Agua. Esta fuente es considerada una joya colonial debido a su detallado trabajo artístico, que incluye un relieve con las armas de la Ciudad de México de aquella época, con un águila de alas abiertas y una cruz en el pecho.

Como parte del ambicioso proyecto de modernización de la Línea 1 del Metro, la estación Salto del Agua cerró sus puertas el 9 de julio de 2022 para iniciar trabajos de remodelación que se realizaron en dos fases. La primera fase abarcó el tramo Pantitlán-Salto del Agua, que fue reabierto el 13 de septiembre de 2024, después de dos años de obras de modernización. La segunda fase, que contempló el tramo Observatorio-Balderas, continuó durante 2024, con el objetivo de mejorar la infraestructura de la línea.

Esta renovación no solo modernizó las instalaciones del metro, sino que también buscó preservar la historia y el legado cultural del lugar, garantizando que tanto la estación como su entorno sigan siendo puntos de referencia para la ciudadanía.

El Metro Salto del Agua no solo conecta importantes puntos de la ciudad, sino que también es un recordatorio del ingenio hidráulico de la época virreinal y del valor artístico de sus monumentos. Tanto la fuente como la capilla que adornan la zona son testigos del pasado colonial de la Ciudad de México, y la estación que lleva su nombre mantiene viva esa historia para las generaciones presentes y futuras.

Metro Sevilla, un viaje a través de la historia y el acueducto de Chapultepec

Ubicada en la alcaldía Cuauhtémoc, la estación Sevilla forma parte de la Línea 1 del Metro de la Ciudad de México y debe su nombre a la avenida Sevilla, que atraviesa la colonia Juárez. Esta colonia, fundada a principios del siglo XX, se distingue por nombrar sus calles en honor a ciudades europeas, reflejando la fuerte influencia de la arquitectura y urbanismo de la época en esta zona de la ciudad.

El logotipo de la estación Sevilla representa los arcos del acueducto de Chapultepec, una de las estructuras hidráulicas más importantes de la época colonial. Este acueducto, construido en 1779, tenía una extensión de 3,908 metros y estaba compuesto por 904 arcos que transportaban agua desde los manantiales del Bosque de Chapultepec hasta la fuente del Salto del Agua en el centro de la ciudad. Aunque la mayoría de la estructura desapareció con el crecimiento urbano, aún se conserva un corto tramo entre las calles de Sevilla y Varsovia, lo que permite a las y los transeúntes observar un vestigio de la historia de la ciudad.

Actualmente, la estación Sevilla se encuentra en proceso de remodelación como parte del proyecto de modernización de la Línea 1 del Metro, la cual comenzó a operar en 1969. Desde noviembre de 2023, la estación permanece cerrada debido a estas obras, y se espera que la renovación concluya en 2025. Mientras tanto, usuarios cuentan con alternativas de transporte como el RTP y el Metrobús, que ayudan a cubrir la demanda en la zona.

Más allá de su función como estación de transporte, Sevilla es un punto de conexión con la historia de la Ciudad de México. La presencia del acueducto colonial y la influencia europea en la nomenclatura de sus calles la convierten en un lugar donde el pasado y el presente se entrelazan. Al reabrir sus puertas, la estación Sevilla seguirá siendo un referente en el sistema de movilidad de la ciudad, permitiendo a los pasajeros transitar por un punto cargado de historia y tradición.

Metro Chapultepec, el metro que conecta con el mayor bosque urbano de la CDMX

La estación de metro Chapultepec es una de las más emblemáticas del Metro de la Ciudad de México, no solo por su ubicación estratégica, sino también por la historia que la rodea. Perteneciente a la Línea 1, esta estación se encuentra en el límite de las alcaldías Cuauhtémoc y Miguel Hidalgo, justo al lado del Bosque de Chapultepec, el parque urbano más grande y antiguo de la capital mexicana.

El nombre de la estación proviene del náhuatl Chapultepec, que significa “Cerro del chapulín“, en referencia a la colina que se encuentra dentro del bosque. Esta denominación se ha mantenido desde la época prehispánica, y su logotipo, un chapulín, representa este vínculo histórico y cultural. En tiempos mexicas, Chapultepec era considerado un sitio sagrado y estratégico para el abastecimiento de agua de la antigua Tenochtitlán. Incluso Nezahualcóyotl, el gran tlatoani de Texcoco, enriqueció la flora del bosque con ahuehuetes y favoreció la proliferación de su fauna.

La estación Chapultepec fue una de las primeras en entrar en operación cuando se inauguró el Metro en 1969. En ese entonces, era la terminal de la Línea 1 en su tramo inicial Zaragoza-Chapultepec, hasta que en abril de 1970 se amplió el recorrido hasta Juanacatlán. A lo largo de los años, esta estación se convirtió en un punto clave de movilidad, ya que conecta con una de las principales entradas al bosque, facilitando el acceso a espacios icónicos como el Castillo de Chapultepec, el Museo de Historia Natural y el Lago de Chapultepec.

Además de ser una importante vía de conexión, Chapultepec es una de las estaciones más concurridas del Metro. En 2014, registró un promedio de 236,865 pasajeros en un día laborable, posicionándola entre las 15 más utilizadas de toda la red. Su relevancia radica no solo en su funcionalidad, sino en su papel como punto de acceso a uno de los espacios naturales y culturales más importantes de México.

Ya sea por su conexión con la historia prehispánica, su importancia en el desarrollo urbano o su acceso al bosque más icónico de la capital, la estación Chapultepec sigue siendo una parada imprescindible para quienes recorren la Ciudad de México.

Metro Juanacatlán, historia y significado de una icónica estación del Metro de la CDMX

Ubicada en el límite de las alcaldías Miguel Hidalgo y Cuauhtémoc, la estación Juanacatlán forma parte de la Línea 1 del Metro de la Ciudad de México. Su historia y nombre están ligados a una localidad en el estado de Jalisco, reflejando la conexión entre la toponimia y la identidad cultural de distintas regiones del país.

El nombre Juanacatlán proviene del náhuatl “Xonacatlán”, que significa “lugar de cebollas“. Sin embargo, existen otras versiones que interpretan su significado como “lugar de mariposas“, en referencia a la palabra “Papantl“, que hace alusión a estos insectos. Esta última versión influyó en la elección del logotipo de la estación, que representa una mariposa monarca (Danaus plexippus), un símbolo de migración y transformación. Curiosamente, la calle Alfonso Reyes, ubicada casi enfrente de la estación, llevaba el nombre de Juanacatlán antes de su cambio de nomenclatura, reforzando la conexión entre el barrio y la estación del metro.

Además de su significado histórico, la estación Juanacatlán destaca por haber sido la primera en inaugurarse dentro de un proceso de ampliación de la Línea 1. Desde abril hasta noviembre de 1970, sirvió como terminal antes de que la línea se extendiera hasta Tacubaya. Actualmente, la estación permanece cerrada debido a las obras de remodelación de la Línea 1, las cuales buscan modernizar su infraestructura y garantizar su operación eficiente. Se espera que la segunda fase de esta rehabilitación, que abarca de Observatorio a Salto del Agua, concluya en 2025.

En su entorno, Juanacatlán alberga las oficinas del Sindicato de Trabajadores del Metro, cuya fachada cuenta con ventanas diseñadas para simular el frente de un tren del metro. La estación se encuentra justo debajo de la avenida Pedro Antonio de los Santos, una zona con un carácter urbano consolidado, pero que aún conserva referencias a sus antiguas denominaciones y la historia detrás de su identidad.

Así, Juanacatlán no solo es un punto de conexión dentro del Metro de la Ciudad de México, sino también un reflejo de la riqueza lingüística y cultural del país, donde un solo nombre puede evocar tanto la agricultura tradicional como el vuelo de una mariposa en busca de nuevos horizontes.

Metro Tacubaya, una estación donde converge la historia prehispánica y contemporánea de la CDMX

El Metro Tacubaya es mucho más que una estación de la red del Metro de la Ciudad de México. Ubicada en la alcaldía Miguel Hidalgo, esta terminal de correspondencia entre las líneas 1, 7 y 9 se asienta sobre un territorio con una historia fascinante que se remonta a tiempos prehispánicos. Su isotipo, un cántaro con agua, no es una simple imagen decorativa; es un recordatorio de la importancia del agua en la zona y de su nombre en náhuatl, Atlacohuayan, que significa “lugar donde se junta el agua“.

Antes de la llegada de los españoles, Tacubaya ya era un asentamiento relevante. Se han encontrado vestigios de ocupación humana que datan del año 1000 a. C., y durante la peregrinación mexica, el sitio sirvió como un punto estratégico antes de la fundación de Tenochtitlán. Cuando los aztecas establecieron su imperio, Tacubaya se convirtió en una fuente crucial de materiales para la construcción de la gran ciudad en el lago de Texcoco. Durante la conquista, Hernán Cortés tomó el control de la zona para interrumpir el acueducto de Chapultepec y así cortar el suministro de agua a Tenochtitlán.

Durante el Virreinato, Tacubaya se transformó en un lugar de descanso para la élite novohispana. Su altitud la protegía de las constantes inundaciones que afectaban a la Ciudad de México, lo que la convirtió en una opción para trasladar la capital del virreinato. Aunque este proyecto nunca se concretó, la zona se consolidó como un espacio privilegiado con haciendas, conventos y molinos de agua que producían textiles y harinas. Vestigios de esta época aún pueden encontrarse en construcciones como la Casa de la Bola y el Ex Arzobispado.

Con la independencia de México, Tacubaya se convirtió en un punto clave de los conflictos armados del siglo XIX. Fue testigo de la intervención estadounidense, la Guerra de Reforma y la intervención francesa. A finales del siglo XIX y principios del XX, la urbanización acelerada de la Ciudad de México absorbió a Tacubaya, que pasó de ser un pueblo independiente a un barrio de la capital. En esta época, se construyeron importantes edificios y vialidades, lo que facilitó la llegada del Metro décadas después.

En 1970, la estación Tacubaya inició operaciones como terminal de la Línea 1 hasta que la extensión a Observatorio se completó en 1972. Más tarde, en 1985, la Línea 7 comenzó a operar en la zona, y en 1988, la Línea 9 convirtió a Tacubaya en su terminal poniente, aunque originalmente estaba planeada para llegar hasta Observatorio. La complejidad geológica de la zona obligó a que la estación fuera construida con un diseño de túnel profundo, convirtiéndola en un referente para futuras estaciones subterráneas del Metro.

Hoy en día, Tacubaya sigue siendo un punto neurálgico del transporte en la ciudad, con una alta afluencia de pasajeros y con murales que narran la historia de México, como “Del códice al mural” de Guillermo Ceniceros. Mientras la modernización de la Línea 1 sigue en marcha, Tacubaya permanece como un recordatorio tangible del pasado de la Ciudad de México, desde sus orígenes prehispánicos hasta su desarrollo contemporáneo.