Todas las entradas de: Rodrigo Delgado

Apasionado de la comida, siempre en busca de nuevos rincones donde disfrutar sabores únicos. Maestro de yoga y meditación, combina su espíritu tranquilo con su amor por la aventura como ciclista urbano. Admirador de la cultura mexicana, explora la magia de la Ciudad de México.

Metro Guerrero, historia, héroes y murales bajo la ciudad

Ubicada en el corazón de la Ciudad de México, la estación Guerrero del Metro no solo conecta a miles de personas todos los días, sino que también es una ventana al pasado y al presente de un barrio con mucha historia.

Esta estación toma su nombre de la colonia Guerrero, un antiguo y tradicional barrio de la capital que fue bautizado así durante el Porfiriato en honor al general Vicente Guerrero, uno de los grandes héroes de la Independencia de México. Guerrero no solo fue un brillante estratega militar que logró importantes victorias, como la de Tamo en 1818, sino también un personaje de firme convicción: cuando su propio padre intentó convencerlo de abandonar la lucha, él respondió con la famosa frase “La patria es primero”.

Esa misma fuerza e identidad están presentes en la estación del Metro. Su logotipo muestra la silueta del general Guerrero con el uniforme militar de la época, y los muros de la estación están decorados con coloridos murales de mosaico que rinden homenaje a su legado. Si viajas por la Línea B, también encontrarás enormes murales dedicados a otro ícono popular: la Lucha Libre.

La estación Guerrero es un punto de trasbordo entre la Línea 3, que atraviesa la ciudad de norte a sur desde 1970, y la Línea B, que entró en funcionamiento en 1999 para conectar el noreste de la capital con el Estado de México, en dirección a Ecatepec. Gracias a esto, miles de usuarixs transitan por aquí cada día, aunque curiosamente, no es una de las estaciones más transitadas del sistema.

Además de su importancia como nodo de transporte, la estación tiene salidas que te llevan directo a sitios muy interesantes. Por ejemplo, está a unos pasos del famoso Tianguis Cultural del Chopo —que se instala los sábados cerca de la Biblioteca Vasconcelos— o de la Casa-Museo Rivas Mercado, hogar del arquitecto del Ángel de la Independencia.

La colonia Guerrero, donde se ubica esta estación, es una de las más antiguas de la ciudad. Su traza urbana cubre parte de lo que fue el barrio prehispánico de Cuepopan. En sus calles todavía puedes encontrar edificios del siglo XIX, vecindades tradicionales, y sitios históricos como el Templo de San Fernando, el mausoleo de Benito Juárez y el centro cultural La Nana, ubicado en una antigua subestación eléctrica.

Curiosamente, muchas de sus calles llevan los nombres de héroes nacionales: Allende, Matamoros, Mina, Pedro Moreno, entre otros. Una forma muy simbólica de caminar por la historia.

En resumen, el Metro Guerrero es mucho más que una estación de paso. Es un reflejo de la historia nacional, del arte urbano y de la vida cotidiana de uno de los barrios más tradicionales de la Ciudad de México.

Iglesia de San Miguel Arcángel, el corazón discreto de San Miguel Chapultepec

Un templo con historia, arte y fe en medio del crecimiento urbano

Escondida entre los árboles que embellecen las calles de San Miguel Chapultepec, la Iglesia de San Miguel Arcángel se levanta como un remanso de paz y tradición en uno de los barrios más antiguos y encantadores de la Ciudad de México. Aunque a veces pasa desapercibida por quienes no conocen bien la zona, esta iglesia es la principal parroquia del vecindario y una joya histórica con más de un siglo de existencia.

Una construcción que desafió al tiempo

La planeación de esta iglesia comenzó en 1891, cuando aún se conocía como San Miguel de Tacubaya, antes de que la zona se integrara oficialmente a la ciudad. Sin embargo, los tiempos no fueron fáciles: la Revolución Mexicana interrumpió varias veces su construcción, y la parroquia tuvo que esforzarse durante décadas para avanzar poco a poco en su edificación.

Fue hasta la década de 1940 cuando la iglesia empezó a adquirir la forma que conserva hoy en día. Entre 1945 y 1948, tomó la planta en cruz latina, aunque con un ala oeste más amplia que la este. Más adelante, entre 1979 y 1982, se realizó una importante remodelación para mantenerla en buen estado.

Más que una iglesia

A un costado de la parroquia se encuentra la Capilla de la Adoración, un espacio más pequeño donde se celebran reuniones y eventos íntimos. Del otro lado está la Vicaría de Cristo Rey, que funge como sede episcopal y coordina a cerca de 99 iglesias en las alcaldías Miguel Hidalgo, Cuajimalpa y Cuauhtémoc.

Arte y devoción al arcángel

Como su nombre lo indica, el templo está dedicado a San Miguel Arcángel, y muchas de las obras de arte que adornan su interior y su fachada lo representan en distintas formas. La colección artística es considerable y refleja la profunda devoción de su comunidad.

Aunque hay templos cercanos con estructuras más llamativas —como La Sabatina, cuya gran cúpula domina el horizonte de San Miguel Chapultepec—, la Iglesia de San Miguel Arcángel sigue siendo un punto de referencia espiritual e histórico para el barrio.

Si alguna vez paseas por San Miguel Chapultepec, no dudes en asomarte a esta iglesia discreta pero llena de historia. Tras sus muros de tezontle y su fachada sobria, encontrarás un espacio de calma, fe y belleza que ha acompañado a generaciones enteras.

Iglesia Metodista El Mesías, un remanso de historia y arquitectura en Avenida Balderas

En medio del constante ir y venir de la Avenida Balderas, a unos pasos de la Alameda Central, se alza la Iglesia Metodista El Mesías, un templo que ha sido símbolo de estabilidad y fe desde hace más de un siglo. Su sobria y elegante fachada ofrece una pausa visual y espiritual en una de las zonas más bulliciosas del Centro Histórico de la Ciudad de México.

Una historia que comenzó en el siglo XIX

La historia de esta iglesia está íntimamente ligada a la llegada del metodismo a México. Fue en 1873 cuando el obispo John Christian Keener arribó desde Estados Unidos con la misión de establecer la Iglesia Episcopal del Sur. Se unió a Sóstenes Juárez, una figura clave del protestantismo mexicano, y juntos asentaron su comunidad en la antigua capilla de San Andrés, cerca del actual Museo Nacional de Arte.

Años más tarde, en 1885, la congregación adquirió un terreno en la entonces calle de la Acordada —hoy Balderas—, en lo que en ese momento era el extremo occidental de la ciudad. Allí comenzaron la construcción de un nuevo templo, que se convertiría en la primera sede metodista establecida por esta rama en la capital mexicana.

Una joya arquitectónica con materiales muy mexicanos

El diseño de la iglesia fue obra del ingeniero Russell C. Cook, quien eligió materiales muy representativos: tezontle para los muros, basalto de Culhuacán para cimientos y revestimientos, y chiluca de Tepepan para los finos detalles en cantera. Las hermosas vidrieras llegaron desde San Luis Potosí, y aún hoy llenan de color la luz que entra al templo.

La construcción culminó en 1899, y el nuevo templo fue consagrado el 11 de febrero de 1901. Desde entonces, El Mesías se convirtió en un lugar emblemático para la comunidad metodista del país.

Con el paso del tiempo, la iglesia ha crecido. En 1930, las ramas norte y sur del metodismo en México se unificaron, y desde entonces El Mesías ha ampliado sus instalaciones con un anexo que hoy alberga muchas de las actividades culturales, sociales y espirituales que ofrece a la comunidad.

Hoy en día, esta iglesia comparte la cuadra con otros templos protestantes históricos, como la iglesia presbiteriana Príncipe de Paz, y se encuentra muy cerca de la ruina de la Antigua Iglesia Anglicana de Cristo. Todas estas construcciones son testimonio de una etapa poco conocida pero fundamental en la historia religiosa de México.

La Iglesia Metodista El Mesías es mucho más que un edificio antiguo: es parte viva del patrimonio histórico y espiritual de la Ciudad de México. Si pasas por Balderas, date un respiro, observa su arquitectura y, si puedes, entra a conocer este espacio de calma y reflexión.

Iglesia de la Sagrada Familia, una joya modernista en la colonia Portales

Luz, arte y arquitectura a unos pasos del Metro Portales

Si andas por la colonia Portales y te gustan los edificios con historia y estilo, no puedes dejar pasar la oportunidad de visitar la Iglesia de la Sagrada Familia, un templo que llama la atención por su imponente diseño modernista de los años 60.

Desde fuera, lo primero que salta a la vista es su enorme vidriera de colores que corona la entrada principal. También destaca su altísimo campanario, que se ha vuelto un punto de referencia para quienes caminan por esta zona del sur de la Ciudad de México.

La iglesia fue construida entre 1960 y 1967, y su diseño estuvo a cargo del reconocido arquitecto Enrique Carral Icaza, el mismo que diseñó el antiguo Centro Manacar de Insurgentes, participó en la construcción del Aeropuerto Internacional de la CDMX y dejó su huella en el monumental Fraccionamiento El Rosario.

Carral diseñó una iglesia que ocupa toda la manzana. Además del templo principal, el conjunto incluye oficinas y dependencias parroquiales en la parte trasera y al norte del predio. La estructura principal es sencilla: una nave única rectangular, de decoración sobria pero con elementos artísticos que no pasan desapercibidos.

El interior del templo está lleno de detalles que vale la pena descubrir. Las vidrieras multicolores son el principal atractivo: llenan el espacio de luz y color, creando un ambiente sereno y acogedor. También encontrarás esculturas alargadas de santos y otras piezas de arte religioso que adornan el lugar con discreción y elegancia.

La iglesia está ubicada muy cerca de la Línea 2 del Metro. De hecho, es una buena parada si te diriges al Museo del Transporte Eléctrico, ya que ambos lugares están a unos 15 minutos caminando uno del otro. Así que si planeas un paseo por la zona, puedes incluir en tu recorrido esta iglesia que combina fe, arte y arquitectura de una forma muy especial.

La Iglesia de la Sagrada Familia es mucho más que un templo: es un ejemplo vivo del diseño modernista mexicano y un lugar que invita a la contemplación, tanto por dentro como por fuera. ¡No dejes de conocerla!

Nuestra Señora Aparecida de Brasil, un espacio de fe, arte y arquitectura en Jardín Balbuena

En el corazón de la colonia Jardín Balbuena, al inicio de la calle Lorenzo Boturini y frente a las famosas viviendas Kennedy, se alza una de las iglesias más sorprendentes de la Ciudad de México: Nuestra Señora Aparecida de Brasil, una obra que combina arquitectura moderna, historia latinoamericana y arte sacro.

Este templo fue diseñado a finales de los años 50 por el arquitecto Jorge Molina Montes, discípulo del célebre Félix Candela. Siguiendo la tradición de su maestro, Molina empleó paraboloides hiperbólicos —esas curvas tan características del modernismo mexicano— para crear una estructura monumental que, aún hoy, domina el paisaje urbano de la zona.

La iglesia celebró su primera misa en 1959, en una época en que gran parte del área aún no había sido urbanizada. Décadas más tarde, en 2020, sufrió un fuerte incendio, pero fue restaurada con gran cuidado, y actualmente sigue siendo un punto de referencia tanto espiritual como arquitectónico en Venustiano Carranza.

Inspirada en la patrona de Brasil

La parroquia está dedicada a Nuestra Señora Aparecida, advocación mariana profundamente venerada en Brasil. La historia cuenta que, en 1717, unos pescadores encontraron una pequeña imagen de barro de la Virgen María en sus redes, en el río Paraíba, cerca de São Paulo. Aquella aparición se convirtió en un símbolo nacional, y en 1929 fue proclamada oficialmente como patrona del país.

Vitrales que cuentan 500 años de fe

Uno de los mayores tesoros del templo son sus vitrales monumentales, diseñados por Fray Gabriel Chávez de la Mora, un arquitecto y monje benedictino que ha dejado huella en varios recintos religiosos de México. A petición del padre Francisco Cipriani en 1983, Fray Gabriel creó una obra que cubre 600 metros cuadrados de ventanales con una narrativa visual de la evangelización en América Latina.

Estos vitrales no solo llenan el templo de luz y color, sino que están diseñados para ser una sola obra continua. Cada sección representa pasajes clave de la expansión del cristianismo en el continente, desde la cruz redentora hasta la Trinidad, pasando por momentos esenciales como el Acontecimiento Guadalupano y el Sínodo de Aparecida, ambos pilares fundamentales del catolicismo latinoamericano.

La iglesia se encuentra en Francisco del Paso y Troncoso 307, a tan solo unos minutos caminando de la Esplanada Venustiano Carranza y el Centro Cultural Carranza. Es un sitio ideal para quienes buscan un momento de paz, admirar la arquitectura moderna o contemplar una de las expresiones más bellas de arte sacro contemporáneo en la ciudad.

Kajatza, pan de masa madre y productos artesanales en Lindavista

Lindavista siempre me ha parecido el modelo ideal de colonia para vivir. Más allá de que pasé mi infancia ahí, siento que es una zona donde, al menos hasta hace poco, las y los vecinos solían conocerse, saludarse al pasar y compartir espacios comunes con calidez. Es de esos lugares donde todavía puedes encontrar auténticas tiendas y cafés pensados para el barrio y desde el barrio. Una colonia en la que te reciben con amabilidad y en la que, salvo contadas excepciones (como la famosa tienda de los güeros), puedes sentirte bienvenida o bienvenido.

Por eso, cuando supe que habían abierto una panadería justo en la esquina de la casa donde crecí, no pude resistirme a desviarme para probar el pan de masa madre de Kajatza.

Al llegar me encontré con un local diminuto. Que digo pequeño: una rendija de puerta de metro y medio, con un mostrador del mismo tamaño desde donde se asomaba una vitrina llena de pan dulce. Donas, conchas, roles de canela, muffins… todo fresco y bien presentado. Encima del mostrador, algunas baguettes y chapatas, además de productos artesanales en conserva: café, salsa macha y miel. Eso era todo. Y con eso, bastaba.

Como era algo tarde la primera vez que pasé, me llevé solo una dona y una baguette. Y la verdad, ambas estaban buenísimas. Días después regresé a la zona y, esta vez, no me contuve: me llevé un rol, una concha, una chapata, otra baguette y, ya que estaba ahí (y aprovechando el precio), un frasco de miel monofloral producida en Tlaxcala… porque sí, Tlaxcala sí existe.

Kajatza es un lugar pequeño y sin pretensiones, pero con lo esencial para empezar o cerrar el día como se debe: con buen pan y café de verdad. Es una panadería de barrio, donde la masa madre y la bollería tradicional se hacen presentes para ofrecer probablemente el mejor pan de Lindavista. Así que, si vives, trabajas o simplemente pasas por la colonia y estás buscando una alternativa real a las panaderías industriales disfrazadas de barrio, date una vuelta por Kajatza. No te vas a arrepentir.

Visitar Kajatza no es solo comprar pan: es reconectar con el barrio, con los sabores bien hechos y con esa sensación —cada vez más rara— de que todavía hay rincones donde todo sabe a hogar.

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Dirección:
 Sierravista #365 Bis (la entrada es sobre Salaverry), Lindavista Norte, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: Menos de $200 pesos
Horario: Lunes a domingo de 9:00 a 21:00 hrs.
Instagram: instagram.com/kajatza
Facebook: facebook.com/Kajatza

Luna Maya, un oasis de sabores yucatecos en la San José Insurgentes

Era viernes por la tarde y me encontraba en San José Insurgentes buscando algo para comer. Pero, al ser Semana Santa, casi todos los restaurantes estaban cerrados. Sí, estaban las típicas taquerías caras —famosas por su relación con el “desvivimiento” de Paco Stanley—, también algunos restaurantes de franquicia sobre Río Mixcoac, e incluso un lugar de comida china. Pero nada de eso se me antojaba. Yo quería algo reconfortante, casero, con sabor.

Fue así que, mientras paseaba sin rumbo por las calles de la colonia, me topé con Luna Maya, sobre José María Velasco. No, no me refiero a Luna Maya Sugeng, la actriz indonesia; me refiero al restaurante de comida yucateca. Y qué bueno que lo encontré.

Al entrar me encontré con un lugar discreto pero acogedor. En el salón principal hay unas seis u ocho mesas, y afuera, un pequeño patio con otra mesa más donde puedes sentarte a comer disfrutando del buen clima. La atmósfera es tranquila, sin pretensiones.

A diferencia de otros restaurantes yucatecos en la CDMX, la carta de Luna Maya es más extensa. La reina, claro, es la cochinita pibil, que puedes pedir en diferentes presentaciones. Pero también hay una buena variedad de platillos yucatecos tradicionales, además de algunas recetas reinventadas por la casa.

Si vas por la mañana, puedes elegir entre distintos desayunos chilango-yucatecos. Desde unos tradicionales huevos rancheros hasta chilaquiles con longaniza de Valladolid, pasando por huevos motuleños, omelette Luna Maya (con cochinita y queso manchego), omelette de pastor yucateco o molletes con huevo.

Todos los desayunos incluyen frijoles colados, tortilla o pan, y café o . Es decir, un desayuno completo y sustancioso desde $120 pesos. Y si después de comer aún necesitas un boost de cafeína, puedes pedir alguna de las bebidas de café que ofrecen: espresso, capuchino, moka o latte.

Si llegas por la tarde y traes antojo de algo más contundente, te puedes arrancar con un queso de bola fundido (sí, el de las marquesitas), unos codzitos, un consomé de pavo, una sopa de lima o una crema de tres quesos (queso de bola, queso crema y manchego).

Después puedes entrarle a las clásicas flautas o tacos de cochinita, a una tranca (torta campechana en pan francés) o, si no traes antojo de cochinita —aunque eso sea herejía en un yucateco—, puedes probar el pavo, ya sea en panucho, salbute, taco o torta.

Pero lo que yo más recomiendo, además de los salbutes, es el frijol con puerco, porque su sazón me transportó directo a los guisos que hacía mi abuela. Una delicia que, honestamente, no se encuentra fácil en la ciudad.

¿Mucha hambre y poco presupuesto?

Esto tampoco es problema. En Luna Maya puedes armar tu combo con sopa, arroz o consomé de pavo, ensalada verde y un plato fuerte (incluye agua del día), por $150 o $190 pesos, dependiendo de lo que elijas.

Y si lo que quieres es llevar el sabor a casa, puedes pedir cochinita o pavo en su jugo para compartir. Desde medio kilo, acompañado de frijoles colados, cebolla encurtida, habanero y salsa de la casa.

Luna Maya es un pequeño oasis yucateco escondido en las calles de San José Insurgentes. Un restaurante sencillo, cálido, sabroso y accesible, donde puedes comer bien desde $150 pesos. Ideal si trabajas o vives por la zona… o si simplemente te quieres consentir con algo del sureste sin salir de la ciudad.

Prepara tu Visita
Dirección:
 José María Velasco #80, San José Insurgentes, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: De $150 a $350 pesos
Horario: Lunes a domingo de 9:00 a 21:00 hrs.
Página Web: lunamaya.com.mx
Instagram: instagram.com/lunamaya.sazon
Facebook: facebook.com/profile.php?id=100050709410355
Twitter: x.com/RestauranteMaya

El Olvidado, Café, Pan y sabores ingleses en Coyoacán

Soy un adicto al pan. Un “junkie” panadero que siempre anda en busca de un nuevo shot de carbohidratos. Esa búsqueda me llevó a conocer El Olvidado, un café y panadería verdaderamente único en su tipo. Todo comenzó cuando mi mejor amiga me habló de una panadería de inspiración inglesa en Coyoacán y, como me sonó irresistible, ese mismo fin de semana agarré la bicicleta y crucé la ciudad rodando hasta la Plaza Fray Martín de Valencia, justo frente al infame Callejón del Aguacate, para conocer este peculiar concepto.

Lo primero que vi al llegar fueron unas cuatro o cinco mesitas acomodadas sobre la calle, y al entrar, me encontré con un espacio completamente vintage (por no decir rústico), acogedor y cálido. Un lugar que te hace sentir como en casa desde el primer momento. Me acerqué a la vitrina y comencé a curiosear. El Olvidado no tiene una vitrina gigantesca, pero sí una selección pequeña y bien curada de panadería dulce. Entre sus especialidades encontrarás croissants naturales y rellenos de dulce de leche, chocolatines, tartins con mermelada y un rollo de mazapán digno de culto. También tienen panqués, como el de plátano, cardamomo, amapola con limón y, por supuesto, la joya de la corona: el scone, servido como se debe, con mermelada, mantequilla y crema o queso. ¡Ningún lugar inspirado en la cultura inglesa está completo sin scones!

Para acompañar el pan, ofrecen las bebidas típicas a base de café espresso, capuchino, flat white, macchiato— con granos orgánicos. También tienen opciones como chai, matcha y chocolate, pero su verdadera especialidad es el . Cuentan con una buena variedad de tés negros, verdes, rojos y blancos, clásicos o combinados con frutas y hierbas. Aquí el té es protagonista, como en todo salón inglés que se respete.

Pero eso no es todo. Si llegas con suficiente hambre o te apetece una comida más completa, en El Olvidado también hay un menú inspirado tanto en la cocina inglesa como en la mexicana. Para desayunar puedes elegir entre un clásico English Breakfast (con huevos estrellados, frijoles dulces, salchichas inglesas, tocino y muffins ingleses), huevos benedictinos, salmón benedictino o huevos “casserole”.

¿Prefieres algo más fuerte? Puedes empezar con una sopa thai —porque sí, hubo comercio entre Siam e Inglaterra—, un Shepherd’s Pie, un Irish Stew o un Chicken Tikka Masala. Y como plato principal, hay una gran variedad de sándwiches elaborados con pan de la casa: desde el clásico Coronation Chicken hasta el Grilled Cheese, pasando por el de Roast Beef, Egg & Mayo, Cheese & Onion o Pulled Pork. Si prefieres algo más ligero (aunque eso sea casi un sacrilegio aquí), también hay varias opciones de ensaladas frescas.

Eso sí: ve con tiempo y paciencia, porque tanto esta sucursal como la de la calle Viena suelen estar bastante concurridas, sobre todo por las mañanas. Pero no te preocupes, porque la espera vale la pena. Seguro sales de ahí con el corazón contento, el estómago feliz y la promesa de regresar muy pronto

Prepara tu Visita
Horario:
 Domingo a martes de 8:00 a 20:00 hrs., miércoles a sábado de 8:00 a 22:00 hrs.
Costo por persona: De $200 a $300 pesos
Página web: elolvidado.com
Instagram: instagram.com/elolvidado__
Facebook: facebook.com/CafeElOlvidado

Sucursal Santa Catarina
Dirección: Calle Pdte. Carranza 267, Santa Catarina, Coyoacán, Ciudad de México, CDMX

Sucursal Del Carmen-
Dirección:
Av. México #36, Del Carmen, Coyoacán, Ciudad de México, CDMX

Fortuna Café de Especialidad, un templo de pan y café en la Tepeyac Insurgentes

Si vives en la zona de la colonia Industrial, seguramente conoces la calle de Fortuna y su gran oferta gastronómica escondida en casas y locales a lo largo de esta arteria vial. Aquí puedes encontrarte con birria bien servida, sushi barato, pollos estilo broster, hamburguesas al carbón, helados y unos de los tacos más tradicionales de los alrededores. Fortuna tiene de todo, pero hasta hace poco le faltaba un buen café. Fue así que, en el lugar donde antes se encontraba un local de crepas, nació Fortuna Café de Especialidad.

Fortuna fue el primer café de especialidad del otro lado de Euskaro y, desde entonces, se ha consolidado como uno de los sitios favoritos para quienes viven en Tepeyac Insurgentes y sus alrededores. Y es que Fortuna Café de Especialidad no es solo una cafetería, es un espacio donde puedes disfrutar pan y pasteles artesanales, perfectamente maridados con una bebida a base de café, todo a precios accesibles. Básicamente, es un lugar para comer rico, enamorarte del pan y echar el chisme con gusto. ¡Comer, amar, chismear!

Una de sus grandes ventajas es que ahí mismo hornean su pan. Esto les permite ofrecer una buena variedad de piezas dulces y saladas elaboradas con masa madre, así como sándwiches y entrepanes con pan artesanal que elevan el sabor a otro nivel. Además, si vas en fin de semana, no te pierdas sus pizzas caseras —hechas con masa también artesanal—, y de vez en cuando sorprenden con menús especiales que incluyen pasta fresca.

Por si fuera poco, Fortuna también funciona como pastelería. Aquí puedes encontrar una tentadora variedad de tartas y pasteles, tanto individuales como familiares. Para antojarte: tarta de limón, tiramisú, tarta de frutas, pastel de crepas a la naranja, cheesecake de frutos rojos y galletes de fresa y durazno (sí, leíste bien: galletes, una especie de híbrido entre galleta y tarta que no querrás dejar pasar). Eso sí, la oferta va cambiando, así que siempre hay algo nuevo por descubrir. También encontrarás galletas y otros antojos ideales para acompañar tu bebida.

¿Y el café, apa? Bueno, como ya te habrás imaginado, aquí el café es cosa seria. Fortuna trabaja con granos de alta calidad y una variedad de métodos de extracción para que elijas el que más se ajuste a tu gusto. Desde un espresso bien tirado hasta una bebida filtrada con calma, aquí el café siempre es protagonista.

Así que ya sabes, si andas por la zona norte de la CDMX y quieres un lugar bonito, rico y relajado para disfrutar un buen café con pan artesanal, Fortuna Café de Especialidad te espera con los brazos abiertos y la barra lista.

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Dirección:
 Unión #189, Tepeyac Insurgentes, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: Menos de $250 pesos
Horario: Lunes a viernes de 13:00 a 20:00 hrs., sábado de 14:00 a 20:00 hrs., domingo de 14:00 a 19:00 hrs., (cerrado los miércoles)
Instagram: instagram.com/fortunacafedeespecialidad

La Secina, un paraíso de cecina, tlayudas y mezcal en la Narvarte

¿Buscas un rincón en la Narvarte donde puedas olvidarte del estrés de la oficina y deleitarte con algo más que una comida rápida? Pues sobre Obrero Mundial, hay un lugar que parece pequeñito por fuera, pero que dentro es un auténtico paraíso para las y los amantes de la buena comida (y de la cecina, por supuesto). ¡Bienvenidxs a La Secina, donde los tacos y las tlayudas se sirven con una generosa dosis de sabor, y lo mejor de todo, a precios que no te harán quedarte sin quincena!

Desde que entras, lo primero que te recibe es el comal humeante de la semi cocina abierta, donde preparan casi todo lo que vas a comer. Y si te atreves a pedir algo más fuerte que un taco, no dudes en explorar su barra, que, además de ofrecer tragos y cócteles, te tiene una buena variedad de aguas frescas de diferentes frutas que puedes mezclar.

El menú está cargado de cecina en todas sus versiones: natural, enchilada, a la plancha… ¡es una locura! Si eres de los que se emociona con un buen guacamole, o si lo tuyo son los chapulines, tienes que pedir una orden (que viene con una buena porción, por si andas con mucha hambre) y preparar unos tacos de chapulín con guacamole. Si prefieres un plato fuerte, los sopes de cecina o los tacos son la elección segura, pero no te vayas sin probar la tlayuda, que es el alma de este lugar. Y si eres un(a) indecisx (no pasa nada, todos lo somos de vez en cuando), mejor pide cecina mixta y mata dos pájaros de un tiro.

A la hora de acompañar la comida, nada como una Caminero (una cerveza mezclada con mezcal) que te deja con ese sabor ahumado de los buenos mezcales. Pero si prefieres lo clásico, un mezcal o tequila directo también hacen maravillas. Y, para el toque final, el flan casero o el pay helado de limón son como la cereza en el pastel, ¡aunque aquí es más bien un pay!

Lo que más se agradece de La Secina es que, además de comer delicioso, no te va a hacer sentir como si hubieras gastado todo tu sueldo en una sola comida. Aquí, lo que es rico, también es justo.

La Secina es un homenaje a la tradición mexicana, con ingredientes frescos que vienen de todo México: desde la cecina de Yecapixtla hasta los chapulines o las tlayudas de Oaxaca. Y sí, todo lo que comes, está hecho con mucho amor, por productores que cuidan cada detalle.

Así que, si estás buscando un lugar para relajarte con buena comida, mezcal y el mejor ambiente, ya sabes dónde ir. Ya sea con tus amigxs, tu familia o tu pareja (¡o incluso contigo mismx!), La Secina te va a dejar con una sonrisa y el estómago feliz.

Prepara tu Visita
Dirección:
 Obrero Mundial 305, Narvarte Poniente, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: de $300 a $500 pesos
Horario: Martes a jueves de 13:00 a 23:00 hrs., viernes y sábado 13:00 a 1:45 hrs., domingo de 13:00 a 19:00 hrs.
Facebook: facebook.com/La-Secina-1551209341768456
Instagram: instagram.com/lasecina
Twitter: twitter.com/lasecinadf