Todas las entradas de: Rodrigo Delgado

Apasionado de la comida, siempre en busca de nuevos rincones donde disfrutar sabores únicos. Maestro de yoga y meditación, combina su espíritu tranquilo con su amor por la aventura como ciclista urbano. Admirador de la cultura mexicana, explora la magia de la Ciudad de México.

Manzanares 25, descubre la casa más antigua de la CDMX que hoy es un Centro Cultural

En pleno corazón del barrio de La Merced se encuentra una joya arquitectónica que ha resistido más de 400 años de historia: Manzanares 25, la casa habitación más antigua de la Ciudad de México. Construida en el siglo XVI, esta casona es un raro testimonio de la arquitectura indígena mesoamericana, y desde 2018, tras una cuidadosa restauración, se ha convertido en el Centro Cultural Manzanares 25, un espacio dedicado a las infancias y a la reconstrucción del tejido social.

Un testigo de la historia viva de México-Tenochtitlan

Según las investigaciones del arquitecto Juan Benito Artigas, Manzanares 25 conserva la disposición típica de las viviendas indígenas: una sola planta, patio central y habitaciones distribuidas alrededor (en este caso, 12 cuartos). Los materiales de construcción—tezontle, adobe, roca volcánica y piedra—confirman su origen mesoamericano, con un estilo que combina elementos novohispanos como los marcos de cantera en puertas y ventanas.

Durante siglos, la casa fue habitada por comerciantes y artesanos que seguían el modelo de casa-tienda-taller, y en sus primeros años incluso contó con acceso directo a la Acequia Real, el antiguo canal que conectaba La Merced con la actual Suprema Corte de Justicia. Se cree que perteneció a una familia indígena prominente dedicada al comercio, lo cual explica su privilegiada ubicación y sofisticada estructura.

De ruinas al renacimiento cultural

En 2010, el inmueble fue redescubierto por Artigas en un estado ruinoso. Gracias a un esfuerzo conjunto del Fideicomiso Centro Histórico y el INAH, fue restaurado durante ocho años y transformado en un centro cultural abierto al público, inaugurado el 3 de diciembre de 2018. El objetivo: ofrecer un espacio seguro y creativo para niñas y niños de zonas como La Merced, Tepito y Candelaria de los Patos.

Hoy, Manzanares 25 es mucho más que una casa antigua: es un símbolo de resiliencia que ha sobrevivido a terremotos, epidemias, invasiones y al paso del tiempo. Además de conservar su valor patrimonial como parte del Catálogo de Monumentos Históricos del INAH, ahora es un lugar de encuentro comunitario.

¿Qué encontrarás en el Centro Cultural Manzanares 25?

Este acogedor espacio está equipado con:

  • Talleres artísticos y culturales
  • Ludoteca para actividades recreativas
  • Salón de música
  • Cocina para clases y dinámicas culinarias
  • Comedor comunitario

El centro busca no sólo preservar la memoria histórica, sino también mejorar la calidad de vida de las infancias mediante el arte, el juego y el aprendizaje colectivo.

Se ubica en el corazón de La Merced, en la alcaldía Cuauhtémoc. Su visita no solo te conecta con el pasado prehispánico y virreinal de la ciudad, también te permite ver cómo el patrimonio puede ser una herramienta viva para el cambio social.

Manzanares 25 es un rincón único de la CDMX donde la historia, la cultura y el futuro de las infancias se entrelazan en un solo espacio. Si quieres descubrir la casa más antigua de la ciudad convertida en un faro cultural, ¡este es el lugar!

Jorge González Camarena, más allá de la monumentalidad en el Museo Mural Diego Rivera

Si alguna vez has visitado el Palacio de Bellas Artes, seguramente te habrás topado, en el segundo piso, con un impresionante mural lleno de colores vibrantes que atrapan la mirada. Se trata de Liberación, una de las obras más impactantes de Jorge González Camarena, uno de los muralistas más importantes de México, cuya figura ha sido parcialmente olvidada con el paso del tiempo. Parte de ese olvido se debe al terremoto de 1957 —conocido como el temblor del Ángel— que dañó seriamente algunos de sus murales y provocó el cierre o reubicación de varios espacios donde se exhibía su obra.

¿Nunca has ido a Bellas Artes? Tal vez has visto sus obras sin saberlo. Es muy probable que alguna vez hayas tenido en tus manos un libro de texto gratuito de la SEP con una portada ilustrada por Camarena, o que recuerdes los famosos calendarios de cocina de los años ochenta y noventa con imágenes de La Patria o Nuestros valores. Su arte formó parte de la vida cotidiana de millones de mexicanos y mexicanas.

Hoy, el Museo Mural Diego Rivera te invita a redescubrir a este artista a través de la exposición Jorge González Camarena, más allá de la monumentalidad, una muestra que revela una faceta menos conocida del artista: su trabajo como ilustrador y escultor.

Una mirada íntima a González Camarena

A diferencia de la gran muestra que actualmente se presenta en el Palacio de Bellas Artes, esta exposición es pequeña, pero sumamente reveladora. Se centra en dos ejes temáticos:

  • Jorge González Camarena, ilustrador: aquí se exhiben portadas de revistas emblemáticas como Cemento, Nuestro México y Revista de Revistas, publicaciones en las que Camarena colaboró durante los años veinte y treinta.
  • Jorge González Camarena, escultor: esta sección muestra una cuidada selección de obra pictórica y escultórica que permite apreciar la experimentación formal del artista más allá del muralismo.

También se incluyen algunas portadas originales de los libros de texto gratuito de la SEP, que seguramente reconocerás al instante. Esta conexión entre el arte y la vida cotidiana refuerza la importancia cultural de Camarena como formador visual de generaciones.

Una experiencia complementaria e imperdible

Jorge González Camarena, más allá de la monumentalidad es una exposición modesta en tamaño, pero rica en contenido y significado. Funciona como el complemento perfecto a la exposición La utopía inacabada que se presenta en el Museo del Palacio de Bellas Artes. Mientras que una explora su faceta monumental y pictórica, esta muestra en el Museo Mural Diego Rivera nos revela su lado más íntimo, cercano y versátil.

Además, visitar esta exposición te da la oportunidad de contemplar otra joya del muralismo mexicano: Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central, el majestuoso mural de Diego Rivera que se encuentra en la sala principal del museo.

Una valiosa oportunidad para redescubrir a un artista fundamental

Visitar esta exposición es una oportunidad única para conocer a profundidad el legado de Jorge González Camarena, un creador que supo llevar el arte a todos los rincones de la vida nacional: desde los muros de los grandes recintos hasta las portadas que acompañaron la educación de millones. Si quieres comprender el alcance real del muralismo mexicano y descubrir una faceta poco conocida de uno de sus exponentes más prolíficos, no te pierdas esta exposición temporal en el Museo Mural Diego Rivera, a solo unos pasos del Palacio de Bellas Artes.

Prepara tu Visita
Vigencia: Hasta el 24 de agosto de 2025
Dirección:
 Calle Colón Balderas s/n, (frente a al Metrobús Hidalgo), Centro Histórico, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: $40 pesos
Horario: Martes a domingo de 10:00 a 18:00 hrs.
Página Web: museomuraldiegorivera.inba.gob.mx
Instagram: instagram.com/museomuraldiegorivera
Facebook: facebook.com/museomural.diegorivera/
Twitter: x.com/museomural

Jorge González Camarena, la utopía inacabada en el Museo Palacio de Bellas Artes

Cuando pensamos en los grandes muralistas que dejaron su huella en el majestuoso Palacio de Bellas Artes, suelen venir a la mente nombres como Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, José Clemente Orozco y Rufino Tamayo. Sin embargo, hay un nombre que, aunque fue fundamental en el muralismo mexicano, ha quedado injustamente relegado: Jorge González Camarena. Pintor, muralista e ilustrador excepcional, su legado merece ser redescubierto por nuevas generaciones.

Más allá de los muros de Bellas Artes, la obra de González Camarena está profundamente ligada a la construcción visual de la identidad mexicana. Fue un artista integral, comprometido con una visión mestiza, armónica y profundamente humanista del país. Por ello, el Museo del Palacio de Bellas Artes presenta la exposición Jorge González Camarena, la utopía inacabada, una muestra ambiciosa que busca reivindicar su lugar en la historia del arte moderno mexicano.

Una exposición imperdible sobre Jorge González Camarena

Dividida en cuatro ejes temáticos, esta exposición temporal permite recorrer la trayectoria, estilo e influencia de González Camarena en la cultura visual del siglo XX.

1. Bajo el signo de una nueva estética mexicana

La exposición comienza con los primeros años del artista, destacando su trabajo como ilustrador en la revista Cemento y su paso por Huejotzingo, Puebla. En esta etapa, Camarena experimentó con la escultura, la pintura y la gestión cultural, sentando las bases de su estilo único.

2. Liberación

Este eje se enfoca en su producción muralista y en cómo se apartó de los temas tradicionales del muralismo, como la Revolución Mexicana, para abordar problemáticas más universales. Aquí se pueden ver bocetos, fotografías y cuadros clave, así como la impactante cabeza original del Ángel de la Independencia, dañada durante el terremoto de 1957, llamado el Temblor del Ángel. Al final de esta sala, las y los visitantes se encuentran con el poderoso mural Liberación, que Camarena realizó para el Palacio de Bellas Artes, una obra que denuncia la miseria y el sometimiento espiritual y material del pueblo de México.

3. Una visión de la historia de México

En esta sección, se presenta la interpretación de González Camarena sobre el mestizaje y la historia nacional. Aquí se pueden preciar algunas de las piezas más importantes de Camarena, como Nuestros abuelos (Colección Kaluz), Choque de caballos y Canción de esperanza, que capturan con fuerza la sensibilidad social y la carga simbólica de su arte.

4. Multivisualidad

La muestra culmina con una sala dedicada a la exploración formal del artista. A través de estilos como el cuadratismo, el cubismo, el geometrismo y la integración plástica, esta sección revela la versatilidad de Camarena. Aunque se aleja temáticamente de las salas anteriores, mantiene la coherencia estética gracias a su uso magistral del color y la forma.

¿Por qué visitar esta exposición?

Jorge González Camarena, la utopía inacabada no solo recupera la memoria de un artista fundamental, sino que ofrece una nueva mirada sobre el muralismo mexicano y su papel en la construcción del imaginario nacional. Esta exposición en el Museo del Palacio de Bellas Artes es una oportunidad única para reencontrarse con la obra de un creador que supo combinar innovación, identidad y compromiso social de una manera única.

Prepara tu Visita
Vigencia: Hasta el 14 de septiembre, 2025
Dirección:
 Avenida Juarez S/N, Centro Histórico, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: $90 pesos. Domingos entrada libre.
Horario: Martes a domingo de 10:00 a 18:00 hrs.
Página Web: museopalaciodebellasartes.inba.gob.mx
Instagram: instagram.com/mbellasartes
Facebook: facebook.com/museodelpalaciodebellasartes
Twitter: x.com/mbellasartes
TikTok: tiktok.com/@mbellasartes
YouTube: youtube.com/@museodelpalaciodebellasart9823

Revolución Impresionista. De Monet a Matisse, un recorrido por la historia y evolución del Impresionismo en Bellas Artes

El arte contemporáneo es una aberración. Es un arte carente de valores estéticos y de profundidad conceptual. Al menos, esa es la crítica que Avelina Lesper —una de las voces más polémicas del arte en México— y muchos otros lanzan contra el arte contemporáneo. A grandes rasgos, argumentan que se trata de un arte que no es estético ni logra transmitir emoción alguna. Pero… ¿y si te dijera que hace 150 años se decía lo mismo del movimiento que transformó para siempre la historia del arte? Me refiero al impresionismo.

Este movimiento artístico surgió como una evolución del romanticismo y el realismo, y como una audaz respuesta a la llegada de la fotografía. Durante siglos, los artistas se habían dedicado a plasmar la realidad con precisión mediante su pincel, pero con la invención de la cámara fotográfica, su trabajo pareció volverse obsoleto. Mientras los pintores tardaban días o semanas en retratar una escena, los fotógrafos podían hacerlo en cuestión de minutos. Fue entonces cuando artistas como Claude Monet, Edgar Degas y Berthe Morisot decidieron rebelarse contra las reglas del arte académico y detonaron lo que hoy conocemos como la Revolución Impresionista.

Esta revolución, incomprendida en su tiempo, fue severamente criticada por las academias y expertos, pero terminaría por sentar las bases de los grandes movimientos artísticos del siglo XX, incluido el arte contemporáneo.

Para adentrarnos en esta historia apasionante, el Museo del Palacio de Bellas Artes presenta la exposición La Revolución Impresionista. De Monet a Matisse, un recorrido vibrante a través del impresionismo y sus derivaciones, con obras provenientes del Museo de Arte de Dallas. A través de esta muestra, es posible conocer de cerca a los grandes nombres del movimiento, así como comprender su poderosa influencia en los múltiples “ismos” que marcaron el siglo XX.

La exposición se estructura en cuatro ejes temáticos. Comienza con Rebeldes con causa, donde se explora cómo los impresionistas rompieron con las narrativas históricas y académicas para enfocarse en la vida cotidiana y la luz natural. Sigue con Notas de campo, que explica cómo los avances técnicos —como el tubo de pintura— permitieron a los artistas salir del estudio para capturar paisajes y escenas urbanas al aire libre, revolucionando el color y la forma.

Luego viene Efectos secundarios, una sección que muestra la evolución del impresionismo gracias a figuras como Georges Seurat, Paul Cézanne y Vincent van Gogh, quienes dotaron a sus obras de mayor carga emocional y nuevas técnicas, como el puntillismo. Finalmente, Para siempre nos lleva por la influencia del impresionismo en vanguardias posteriores, como el fovismo, el expresionismo alemán o el simbolismo, con obras de André Derain, Edvard Munch, Piet Mondrian y muchos más.

La Revolución Impresionista. De Monet a Matisse no busca deslumbrar con las piezas más famosas, sino ofrecer una mirada coherente, didáctica y profunda sobre el surgimiento, evolución y legado del impresionismo. Cada obra está acompañada por una ficha detallada que permite comprender no solo su contexto artístico, sino también la vida del autor y su papel dentro de esta revolución pictórica.

Difícilmente podrás encontrar en un solo lugar el trabajo de tantos artistas fundamentales para la historia del arte: Monet, Degas, Morisot, Gauguin, Cézanne, Van Gogh, Matisse, Mondrian, Pissarro, Signac, Redon y muchos más. Esta exposición no solo te invita a ver cuadros, sino a recorrer una transformación que cambió para siempre la manera de mirar y representar el mundo.

No te la pierdas. Camina por las salas del Palacio de Bellas Artes y sumérgete en un recorrido que te hará entender por qué el arte de hoy, aunque controvertido, no se explica sin el atrevimiento de aquellos primeros rebeldes de la luz y el color.

Prepara tu Visita
Vigencia: Hasta el 27 de julio, 2025
Dirección:
 Avenida Juarez S/N, Centro Histórico, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: $90 pesos. Domingos entrada libre.
Horario: Martes a domingo de 10:00 a 18:00 hrs.
Página Web: museopalaciodebellasartes.inba.gob.mx
Instagram: instagram.com/mbellasartes
Facebook: facebook.com/museodelpalaciodebellasartes
Twitter: x.com/mbellasartes
TikTok: tiktok.com/@mbellasartes
YouTube: youtube.com/@museodelpalaciodebellasart9823

Tierra Linda, tamales y sabores mexicanos en la Colonia Argentina Antigua

Esta historia nos lleva a principios de los años noventa, a una antigua casa escondida entre las calles de la colonia Argentina Antigua, en algún punto entre el Panteón Español y el Panteón Francés. Tras perder su empleo, el jefe de familia y su esposa tuvieron una idea: comenzar a revender tamales desde el zaguán de su casa. Aunque al principio no eran ellos quienes los preparaban, las y os vecinos pronto se encariñaron con el pequeño puesto y comenzaron a llegar cada vez más. La demanda creció tanto, que su proveedora ya no se dio abasto. Fue entonces cuando decidieron preparar sus propios tamales, con el toque especial de su tierra natal: Guerrero.

Poco a poco, los tamales caseros comenzaron a conquistar la colonia. El zaguán tamalero se fue ampliando, tanto en espacio como en propuesta. Se agregaron mesas en la planta baja de la casa y, con el tiempo, más y más platillos al menú. Hoy, 35 años después, aquel humilde puesto es Restaurante Tierra Linda, un restaurante 100% mexicano que celebra, conserva y difunde la riqueza de nuestra gastronomía.

Desde que entras a Tierra Linda, te recibe una cálida atmósfera llena de tradición. En sus repisas descansan juguetes y artesanías mexicanas, y una larga barra de mosaicos sirve como punto de despacho para los tamales y atoles. Los dos salones, que antes fueron garajes, hoy están adornados con papel picado y réplicas de pinturas mexicanas típicas de la época de los calendarios de cocina. El ambiente es acogedor, alegre y lleno de identidad.

En el menú encontrarás una gran variedad de tamales dulces y salados hechos en casa. Desde el clásico tamal verde, hasta joyas como el tamal costeño con pollo, chile morita y hoja santa (esperemos que Zahie Téllez no se enoje por ese guiño). Entre los dulces destacan el tamal canario, preparado con harina de arroz, rompope y vainilla; el criollo, con maíz azul y arroz con leche; y el de queso con zarzamora. Todos son un apapacho al paladar.

Pero no creas que en Tierra Linda solo hay tamales. Si vas por la tarde, puedes disfrutar de un menú de tres tiempos que, aunque recuerda a la clásica comida corrida, aquí tiene un giro especial: eliges entre varios platos fuertes que siempre están en la carta y te lo sirven con sopa, guarnición y agua fresca. Algunas delicias que puedes encontrar son: chile en nogada (disponible casi todo el año), sopes de cecina, costilla en mole verde, tlayudas, tampiqueña o salmón en salsa de almendras.

Y si llegas después de la comida, te espera un abanico de antojitos mexicanos: pozole blanco, sopa azteca, tostadas de pata, quesadillas (fritas o al comal) con el guisado de tu elección. También destacan la cecina con cazuelas, la costilla azteca, los huauzontles en salsa pasilla o unas enchiladas bien servidas. Para beber, nada como un agua fresca de jamaica con guayaba o de mamey con coco… ¡deliciosas y refrescantes!

¿Y sabes qué es lo mejor de todo? Además del sazón, la decoración y el servicio, lo mejor de Restaurante Tierra Linda es el precio. Aquí puedes comer delicioso y en porciones generosas sin desfalcar tu quincena. Un rincón auténtico, lleno de sabor y de historia, donde cada platillo te recuerda lo bonito que es comer como en casa. Así que, si andas en la zona de Tacuba o Cuatro Caminos y sus alrededores, o si solo quieres comer una rica comida mexicana, vale mucho la pena que ta vayas a la colonia Argentina Antigua y disfrutes de los sabores que ofrece el Restaurante Tierra Linda.

Prepara tu Visita
Dirección:
 Lago Maracaibo #120, Colonia Argentina Antigua, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: de $200 a $300 pesos (puedes comer por menos de $200)
Horario: Lunes a sábado de 13:00 a 22:30 hrs.
Página Web: mitierralinda.pro
Facebook: facebook.com/TierraLindaRestaurante
Instagram: instagram.com/tierralindarest

Jorge González Camarena: La utopía inacabada que revive en el Museo del Palacio de Bellas Artes

En el marco del 45 aniversario luctuoso de Jorge González Camarena, una de las figuras más emblemáticas de la segunda generación de muralistas mexicanos, el Museo del Palacio de Bellas Artes presenta una exposición imperdible que reúne más de 100 obras entre dibujos, esculturas y murales de gran formato.

Esta muestra, que estará abierta al público hasta el 14 de septiembre de 2025, ofrece un recorrido por cuatro núcleos temáticos que exploran la evolución artística y las inquietudes creativas del jalisciense. Desde sus primeros trabajos en revistas como Cemento, realizados con técnicas delicadas como la acuarela y el gouache, hasta el majestuoso mural Liberación (1963), que forma parte de la colección permanente del museo y que es el eje central de la exposición.

El legado de González Camarena (1908-1980) no solo está marcado por su pintura de caballete, sino también por sus esculturas y bajorrelieves que adornan espacios icónicos de la Ciudad de México, como el Palacio de Bellas Artes, el Castillo de Chapultepec y el Museo Nacional de Antropología. Además, el artista fue reconocido con el Premio Nacional de Artes en 1970 y fue un activo promotor del muralismo y la cultura mexicana.

Entre las piezas destacadas, la exposición muestra el proceso creativo del mural Liberación, con bocetos y documentos inéditos que revelan la historia detrás de esta obra monumental, última encomienda del INBA para el Palacio de Bellas Artes.

Otra parte fundamental de la muestra es la reflexión del artista sobre la historia y la identidad de México, plasmada en obras como Nuestros abuelos (1950) y Los Teocalis III (1979), que subrayan su visión de una nación construida a partir de la fusión mesoamericana y española. También destaca la inclusión de una composición musical creada por González Camarena, que acompaña la pieza Canción de esperanza (1975).

Finalmente, la exposición invita a descubrir la diversidad estética y conceptual del artista a través de obras que exploran la ciencia, la comunicación y la condición humana, como Microcosmos, Macrocosmos y El poder de la palabra.

Para enriquecer la experiencia, se ofrecen visitas guiadas y actividades paralelas que acercan al público a la obra y pensamiento de este gran muralista.

La muestra se puede visitar de martes a domingo, de 10 a 18 horas, en las salas Siqueiros, Camarena, Orozco y Tamayo del Museo del Palacio de Bellas Artes, ubicado en el corazón de Ciudad de México.

Para más información y detalles sobre horarios y actividades, consulta las redes sociales oficiales del museo en Facebook, Instagram, Twitter, Threads y TikTok como @mbellasartes, o visita palacio.bellasartes.gob.mx.

Pipiris Fríes, el paraíso de las papas a la francesa en el sur de CDMX (Colonia Educación)

La papa es amor. No, no me refiero al líder religioso, sino al delicioso tubérculo que ha conquistado nuestros corazones (y estómagos). Su versatilidad la convierte en un ingrediente estrella que puede prepararse de mil formas diferentes, y todas, absolutamente todas, son deliciosas. Por eso, cuando escuché sobre un lugar especializado en papas a la francesa, no lo pensé dos veces. Crucé la Ciudad de México de punta a punta —desde Lindavista hasta Tasqueña— solo para probarlo.

Así fue como llegué a Pipiris Fríes, un pequeño pero sorprendente local escondido en la colonia Educación (aunque pa’mi ya es Coapa). Este rincón gastronómico está ubicado dentro de una privada a unos pasos de la zona comercial, lo que lo convierte en un espacio tranquilo, íntimo y perfecto para una salida casual. Desde el mural en la fachada hasta la cálida iluminación y las mesas pequeñas que invitan a compartir, el lugar tiene un encanto relajado que te pone de buenas apenas llegas.

Pero lo que realmente destaca es la variedad del menú. ¿Cómo puede una carta centrada en papas a la francesa ser tan variada? ¡Fácil! Porque aquí no sirven simples papas, sino auténticos platillos completos con una base de papas crujientes y toppings para todos los gustos. Nosotros probamos las Boneless Hot Fries, cubiertas con trozos de boneless, queso gouda y cheddar, bañadas en salsa de alitas. También pedimos las Chili Cheese Fries, con chili con carne y doble queso. Pero eso es solo el principio: también hay versiones con pulled pork, carne asada estilo norteño o una mezcla de tres quesos.

Si prefieres algo más personalizable, puedes pedir las Only Fries, que vienen solo con papas y te permiten elegir la proteína, queso y aderezo que se te antoje. Y si lo tuyo no son las papas (aunque no lo entendamos), también puedes optar por unos Asada Nachos o Chili Cheese Nachos, igual de sabrosos.

¿Antojo de algo dulce? Entonces prueba las Sweet Potato Fries, hechas con camote amarillo, crumble de galletas María y Oreo, y el topping de tu elección (cajeta, lechera o choco-avellana). O atrévete con las Macho Fries, plátano macho frito presentado al estilo papa, con crumble y topping incluido. Para cerrar con broche de oro, no te pierdas las malteadas: hay desde las clásicas hasta las Premium, cargadas de galletas, crema de avellana y otros toppings perfectos para saciar el munchis.

Pipiris Fríes es el lugar ideal para consentirte sin gastar de más y descubrir todo lo que se puede hacer con unas buenas papas a la francesa. Ya sea que vayas en plan antojo, cita casual o comida entre amigxs, este rinconcito al sur de la CDMX promete darte justo lo que necesitas: papas, sabor y mucho amor. ¿Qué esperas para lanzarte?

Prepara tu Visita
Dirección:
 Calle A Mz. VII Local D, Colonia Educación, Coyoacán, Ciudad de México, CDMX (Búscalos en Google Maps)
Costo por persona: de $200 a $300 pesos (puedes comer por menos de $200)
Horario: Lunes a jueves de 15:00 a 21:00 hrs., viernes y sábado de 15:00 a 22:00 hrs. y domingo de 15:00 a 20:30 hrs.
Página Web: pipirisfries.com/home
Facebook: facebook.com/pipirisfries
Instagram: instagram.com/pipirisfries
Twitter: x.com/PipirisFries
TikTok: tiktok.com/@pipirisfries

Taiyo, un rincón de sabores japoneses en la Colonia Industrial y Santa María la Ribera

Un mensaje de Instagram de la barista del café de la colonia me puso en alerta: “¿Ya viste el nuevo lugar que acaban de abrir cerca del Metro Potrero?”. Junto al mensaje, una foto del volante de Taiyo, un restaurante japonés que prometía ser una joya en la Colonia Industrial. Como amante de explorar cada rincón de la zona, no lo pensé dos veces: ¡tenía que conocer este lugar!

Al día siguiente, a eso de las dos de la tarde, me dirigí a la calle Real del Monte, casi esquina con Fortuna, para visitar Taiyo, el nuevo restaurante japonés cerca del Metro Potrero. Al llegar, noté que aún estaban terminando detalles de la mudanza: una pareja colocaba los últimos letreros en la fachada, y el pequeño salón aún necesitaba algunos toques. Sin embargo, el lugar ya estaba listo para recibir a las y los comensales. Taiyo es un espacio pequeño pero acogedor, con cinco o seis mesas y una barra que deja ver la cocina abierta, creando un ambiente sencillo pero ideal para disfrutar de una buena comida.

Fui recibido con una calidez que me hizo sentir como en casa. Los dueños, quienes también son vecinos de la zona y tienen otros negocios en Santa María, me contaron que su sueño siempre fue abrir un restaurante para la comunidad. ¡Un auténtico lugar de barrio para el barrio! Me entregaron la carta, y me dispuse a explorar el menú de este rincón japonés en la CDMX.

Un menú Japonés y Nikkei

Si te gusta el manga o la cultura japonesa, el nombre Taiyo (que significa “sol” en japonés) ya te dará una pista de lo que encontrarás. El menú combina comida japonesa tradicional con toques Nikkei, esa fusión que nació de la migración japonesa a Latinoamérica. Aunque el lugar es pequeño, el menú tiene todo lo necesario para una experiencia gastronómica memorable.

Para empezar, puedes elegir entre kushiages, gyozas, camarones tempura (o crunchy), una tostada de atún o una clásica sopa misoshiru. Como plato fuerte, destacan los doce tipos de rollos maki de la casa, o puedes optar por opciones como el pollo Hunan (agridulce), el tonkatsu (milanesa de cerdo), el maguro (atún sellado con costra de ajonjolí) o los irresistibles tacos de camarón. También hay opciones como gohan o yakimeshi para lxs amantes del arroz.

Yo pedí unos kushiages de manchego y plátano con queso crema, un Salmón Ichi Maki (con salmón, kakiage y aderezo de chipotle) y un pollo Hunan. Todo lo acompañé con un agua de jamaica con guayaba, que estaba fresca y deliciosa. La comida resultó ser sencillo y cumplidora, aún así , ¡superó expectativas!

Un toque Artístico único

Lo que hace especial a Taiyo no es solo la comida, sino también su vibra. El lugar está decorado con ilustraciones coloridas que evocan personajes de nuestra infancia, con un estilo que recuerda a Cartoon Network o incluso al Tío Grandpa. Esto no es casualidad: Taiyo surgió de un colectivo de artistas del tatuaje, lo que explica el cuidado en los detalles gráficos del menú y la decoración.

Comida para llevar y Servicio a Domicilio

Otro punto a favor es su servicio para llevar y entregas a domicilio. Aunque no los encontrarás en las apps de comida convencionales (que suelen ser costosas), Taiyo ofrece envíos directos a través de aplicaciones si estás cerca de la zona. Esto es ideal para quienes quieren disfrutar de su comida japonesa sin moverse de casa.

Tras una charla amena con lxs dueñxs y una comida saborsa, llegó la cuenta: menos de $350 pesos por tres platillos y una bebida. ¡Una relación calidad-precio difícil de superar en la CDMX! Taiyo no solo ofrece buena comida, sino también un ambiente cálido y una experiencia que te hace querer volver.

Si buscas un lugar auténtico, sabroso y con un toque artístico en la Colonia Industrial, Taiyo es una parada obligatoria. Ya sea que vivas cerca del Metro Potrero o simplemente quieras explorar algo nuevo, este restaurante japonés te sorprenderá. ¡Ve, prueba y déjate envolver por el sol de Taiyo!

Prepara tu Visita
Horario:
 Lunes a sábado de 13:00 a 21:30 hrs., domingo de 13:00 a 20:30 hrs.
Costo por persona: De $200 a $300 pesos
Instagram: instagram.com/taiyosushimx

Sucursal Colonia Industrial
Dirección:
Real del Monte #199, Colonia industrial, Ciudad de México, CDMX

Sucursal Santa María la Ribera
Dirección:
Manuel Carpio #62, Santa María la Ribera, Ciudad de México, CDMX

Giorella Ristorante, un rincón italiano en la Narvarte

Hubo una época en la que frecuentaba un restaurante de cecina sobre Obrero Mundial, en la colonia Narvarte. Si conoces la zona, sabrás que estacionarse puede ser un reto, aunque a menudo hay espacio sobre Heriberto Frías, pasando la calle Esperanza. Fue justo en esa calle donde, cientos de veces, dejé el coche frente —o muy cerca— de un pequeño restaurante italiano que, aunque discreto, siempre capturó mi atención. Confieso que el antojo de cecina siempre me ganaba, pero aquel local quedaba guardado en la memoria.

Un buen día, buscando algo diferente para comer y deseando romper la rutina, recordé aquel lugar y me encaminé sin pensarlo a Giorella Ristorante. Ya había pasado un buen tiempo desde mi última visita a la zona, y debo decir que el restaurante me sorprendió gratamente. Conservaba su aire sencillo, pero con una propuesta mucho más sólida: un espacio acogedor, cuidado hasta en los pequeños detalles, que ha evolucionado notoriamente desde la primera vez que lo vi hace unos siete u ocho años.

Giorella combina el encanto de un restaurante de barrio con el estilo de un bistró europeo: paredes de ladrillo expuesto, manteles vichy a cuadros y un gran espejo vintage que aporta calidez. En la parte exterior, cuentan con algunas mesas ideales para disfrutar del ambiente relajado de la colonia Narvarte, especialmente en días soleados.

El menú es variado y muy bien pensado. Para empezar, puedes pedir un calzone, unas patatine al forno (papas al horno), calamares fritos o carpaccio, ya sea de res o de salmón. También es altamente recomendable probar una de sus pizzas, que van desde las clásicas italianas —Margherita, Diavola, Bolognesa— hasta opciones contemporáneas como la de tres quesos, Regina o Capriccio.

¿Te quedó un huequito? Entonces prueba alguna de sus pastas frescas: pomodoro, alfredo, carbonara, pesto… hay para todos los gustos. También puedes optar por platos fuertes como la milanesa napolitana, el pollo ripieno o una jugosa arrachera. Para quienes no pueden vivir sin pan, hay paninis deliciosos. Y para cerrar con broche de oro, no te vayas sin probar su pavlova o la clásica panna cotta.

Giorella Ristorante es de esos lugares que te hacen sentir como en casa, con comida reconfortante y un ambiente relajado que invita a quedarte un rato más. Ya sea que busques una cena romántica, una comida familiar o simplemente algo distinto para romper la rutina, este rincón italiano en la Narvarte merece un lugar en tu lista de favoritos. La próxima vez que pases por Obrero Mundial, dale una oportunidad a Giorella: no solo te va a sorprender, te va a conquistar.

Prepara tu Visita
Dirección:
 Heriberto Frías #204, Narvarte Poniente, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: de $300 a $500 pesos
Horario: Domingo a martes de 13:00 a 22:00 hrs.., miércoles a sábado de 13:00 a 23:00 hrs.
Página Web: giorellaristorante.com
Facebook: facebook.com/giorellaristorante
Instagram: instagram.com/giorellaristorante

Alingo Lingo, un rincón de sabores y cultura de la Costa Chica de Guerrero en Lindavista

Alingo Lingo es una canción escrita por Álvaro Carrillo que retrata un conflicto territorial entre los pueblos de Juchitán y Huehuetán, ocurrido alrededor de 1916. Con el tiempo, esta melodía se convirtió en uno de los himnos más populares de la Costa Chica de Guerrero, al punto de formar parte del imaginario colectivo de la región. Su estribillo resume el conflicto con un tono juguetón: “Juchitán y Huehuetán andan peleando terrenos; Juchitán dice ‘ganamos’, Huehuetán dice ‘veremos’”.

Hoy existen múltiples versiones de la canción, siendo quizás la más reconocida la que interpretó Óscar Chávez en 1978.

Aunque el significado exacto del título “Alingo Lingo” es un misterio, se sabe que el término proviene de un baile chileno que data de 1822. Llegó a las costas de Guerrero en 1848, cuando los migrantes chilenos que se dirigían a California durante la fiebre del oro hacían escala en esa región. Más allá de su origen, Alingo Lingo —como canción, palabra e incluso baile— se ha arraigado profundamente en la identidad cultural de Guerrero.

Y si quieres experimentar la cultura y gastronomía de la Costa Chica sin salir de la CDMX, debes conocer la Barbachería Alingo Lingo.

¿Qué es una Barbachería?

Tal como su nombre indica, una Barbachería es un establecimiento especializado en preparar y vender barbacoa. En la Barbachería Alingo Lingo, la barbacoa es la estrella del menú: puedes pedirla por kilo, en orden, tacos, tortas o quesadillas.

Pero eso no es todo. La oferta culinaria incluye platillos típicos de Guerrero como el pozole blanco o verde —este último “va calado y va garantizado”—, picaditas acapulqueñas, chalupitas tixtlecas, pancita y tuétanos asados, servidos en sopes o por orden.

Maridaje con chilate o cerveza artesanal

¿Sabes qué hace aún más especial a Barbachería Alingo Lingo? Aquí puedes maridar tus antojitos guerrerenses con una bebida tradicional de la Costa Chica: el chilate, preparado con cacao, arroz, canela y azúcar. También puedes optar por una cerveza artesanal, nacional o importada, bien fría.

Un rincón guerrerense en el corazón de Lindavista

La Barbachería Alingo Lingo se ubica en una de esas casas adaptadas para negocios sobre Avenida Sierravista, en el corazón de Lindavista. El restaurante ocupa lo que fue un gran patio, ahora techado y decorado como si se tratara de una fiesta popular en Juchitán: sencillo pero acogedor, con todo lo necesario para transportarte sensorialmente a un pueblo de la Costa Chica… sin salir del extinto Distrito Federal.

Ya sea que vayas por nostalgia, curiosidad o puro antojo, la Barbachería Alingo Lingo es mucho más que un lugar para comer: es una experiencia cultural que reúne historia, música, tradición y sabor en cada platillo. Un pedacito de la Costa Chica que se saborea con cada taco y se baila en cada sorbo de chilate. Así que la próxima vez que quieras un viaje sensorial sin salir de la ciudad, ya sabes a dónde ir: Alingo Lingo.

Prepara tu Visita
Dirección:
 Sierravista #250, Lindavista, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: de $300 a $500 pesos
Horario: Martes a jueves y domingos de 9:00 a 17:00 hrs., viernes y sábado de 9:00 a 21:00 hrs.
Página Web: barbacheriaalingolingo.com
Facebook: facebook.com/BarbacheriaAlingolingo
Instagram: instagram.com/barbacheriaalingolingo