Archivos de la categoría Arte y Cultura

Disfruta de un día lleno de arte con nuestras recomendaciones de museos, exposiciones, happenings y demás eventos artísticos que tienen lugar en la CDMX.

Mixcoac, las pirámides escondidas por el Periférico

¿Sabías que en las Ciudad de México existen cinco sitios arqueológicos? El más importante de ellos, por su ubicación e historia, es el Templo Mayor, en el mero corazón de la ciudad; pero también están Tlatelolco y los tres menos conocidos: Cerro de la Estrella, Cuicuilco y Mixcoac. ¿Mixcoac es un sitio arqueológico? Si. Debes saber, qué más allá de la fuente de serpientes frente a la (desaparecida) feria de Mixcoac y al mercado de Mixcoac, en esta zona se encuentra un pequeño sitio arqueológico que puede ser observado desde el mismísimo Periférico. ¿No me crees? Entonces date una vuelta por la calle de Pirámide, en San Pedro de los Pinos.

En 1916, el historiador Francisco Fernández Castillo siguió el mapa de Uppsalao de Santa Cruz, elaborado en 1550, hasta encontrarse con las ruinas de dos edificios prehispánicos. Siguiendo el mapa, que marcaba el topónimo de “la serpiente en las nubes” el investigador nombró a la zona como Mixcoac. Cuatro años después, Manuel Gamio, director de Monumentos Prehispánicos (quien deberes descubriría Cuicuilco) le pidió a Eduardo Noguera que realizara una excavación arqueológica para investigar el montículo al que conocían como el Teocalli San Pedro de los Pinos.

Se sabe poco de la civilización que habitó en Mixcoac; sin embargo, hoy en día sabeos que perteneció al altépetl (entidad política) de Coyohuaca (conformada también por Coapa, Tepetlapa, Axotla, Huitzilopochco, Xoco, Chimalistac y Copilco) cuando toda la zona pertenecía a los Tepenecas de Azcapotzalco. También se sabe que, antes de que los Mexicas le arrebataran Coyohuaca a los Tepenecas solía ser un lugar en el que se realizaban de adoración y, en él, se realizaba una importante fiesta a la que acudían habitantes de Tenochtitlán, Tlatelolco y otros puntos cercanos. También sabemos que Maxtla, hijo de Tezozomoc y gobernante de Coyoacán, hostilizó a Tenochtitlán y fracasó en el intento, por lo que todo el señorío se convirtió en un tributario de la Triple Alianza (Tenochtitlán, Texcoco y Tacuba). Y que, tras la caída de Tenochtitlán, los españoles hicieron lo que mejor sabían hacer y destruyeron prácticamente todo el pueblo de Mixcoac dejando únicamente los cimientos que podemos apreciar hoy en día.

Por otro lado, aunque Mixcoac se descubrió en 1916, esta zona arqueológica se mantuvo cerrada al público, quedando prácticamente en el olvido, perdiéndose entre las casas de San Pedro de los Pinos y del Periférico. No fue hasta el 2019, más de un siglo después de su descubrimiento, que el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) decidió abrir esta pequeña zona arqueológica para que chicxs y grandes puedan apreciar los vestigios que quedan del pueblo de Mixcoac. Y, aunque es un lugar pequeño y sencillo, recorrer los jardines donde se encuentran los restos de Mixcoac es una oportunidad para revivir la historia y descubrir cómo era la vida en la tierra que se convertiría en la Ciudad de México. Así que, si buscas una actividad diferente para descubrir tu ciudad, puedes darte una vuelta por la Zona Arqueológica de Mixcoac.

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Dirección:
 Pirámide #7, esq. Av. San Antonio y Periférico, Colonia San Pedro de los Pinos, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: Entrada libre
Horario: Lunes a viernes de 10:00 a 16:00 hrs.
Página Web:inah.gob.mx/zonas/zona-arqueologica-de-mixcoac

Cuicuilco, la misteriosa ciudad prehispánica oculta bajo la lava

¿Sabes que en la Ciudad de México se asentó una de las civilizaciones prehispánicas más antiguas del país y de las que se tiene registro? Resulta que, en algún punto entre el año 800 y 650 antes de nuestra era (a.C) se empezó a construir una pequeña ciudad en lo que hoy es la zona de Peña Pobre, en el cruce de Periférico e Insurgentes. Me refiero, obviamente, a Cuicuilco; una ciudad tan antigua, que probablemente fue contemporánea a la Cultural Olmeca de Veracruz y Tabasco. Y, a pesar de su importancia histórica, la realidad es que sabemos muy poco de aquella civilización, pues la erupción del volcán Xitle, al rededor del año 250 de nuestra era (d.C) terminó desplazando a los habitantes de Cuicuilco, probablemente llevándolos a fundar Teotihuacán o Azcapotzalco, y ocultando prácticamente toda la ciudad en piedra volcánica.

A pesar de que Cuicuilco pudo haber llegado a tener hasta 40,000 habitantes, la ciudad se perdió durante siglos gracias a la lava que cubrió toda la zona. No fue hasta 1922 que Manuel Gamio descubrió restos de aquella civilización perdida y, junto a Byron Cummings, exploró y restauró el Gran Basamento, descubriendo algunos edificios. Para 1939, Eduardo Noguera abrió el sitio arqueológico de Cuicuilco, y el primer museo de sitio, con la finalidad de darle importancia al lugar y continuar con las exploraciones. Años después, se empezó a urbanizar la zona de Peña Pobre y fue así que, en 1957, Ángel Palerm y Eric Wolf descubrieron un nuevo conjunto de siete construcciones del otro lado de Insurgentes. Y, aunque ya se conocía la importancia de Cuicuilco, gracias a las Olimpiadas de México 68, varios edificios prehispánicos fueron destruidos para construcción de la Villa Olímpica.

Hoy en día, Cuicuilco se divide en tres secciones, que dependen de la época en la que fueron desenterradas. La sección principal es Cuicuilco A, descubierta en 1922. En esta zona, además del museo de sitio, podrás conocer el Gran Basamento Circular, considerada la primera pirámide de piedra de Mesoamérica, y que cuenta con diferentes altares semirrectangulares construidos en diferentes etapas. El Kiva también se encuentra en esta zona, una construcción parecida, según Cummings, a las cámaras semisubterráneas de EE.UU. y dentro que se encuentra decorado con diseños de patrones rojos realizados con óxido de hierro (siendo uno de los ejemplos más tempranos de pintura mural). También podrás conocer la Estela, un monolito de casi cuatro metros que se encontró al sur del Gran Basamento.

Mientras que, al cruzar Avenida de los Insurgentes y entrar en la Villa Olímpica, zona que no está semi abierta al público, se encuentra la zona conocida como Cuicuilco B. En esta zona, sobreviven algunos edificios habitacionales como los edificios VI y VIII, así como el Edificio Heizer (también conocido como IX) y los restos de El Palacio, un edificio religioso donde se encontraron 28 depósitos subterráneos en los que se almacenaban comestibles, así como 24 entierros fúnebres. Y el descubrimiento más reciente es Cuicuilco C, una pequeña zona arqueológica que se encuentra parcialmente en propiedad privada y con un pequeño montículo que no fue cubierto por la lava y que se encuentra en el parque de Peña Pobre.

Si ya te emocionaste con todo lo que Cuicuilco tiene para contarte, ¿por qué no lo descubres en persona? Da un paseo por el Gran Basamento, imagina la vida en esta antigua ciudad y siente la energía de una civilización que dejó huella en la historia. Cada rincón de Cuicuilco es un viaje al pasado, donde podrás conectar con las raíces más profundas de nuestra cultura. Así que, cuando tengas un tiempo libre, date una vuelta por esta joya oculta en la Ciudad de México. ¡Te aseguro que te sorprenderás con todo lo que aún guarda bajo sus piedras volcánicas!

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Dirección:
 Av. Insurgentes Sur #146, esq. Periférico Sur, Colonia La Joya, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: Entrada libre
Horario: Martes a domingos de 9:00 a 17:00 hrs.
Página Web: inah.gob.mx/zonas/zona-arqueologica-cuicuilco
Facebook: facebook.com/ZACuicuilco

Zona Arqueológica Tlatelolco, un encuentro con la identidad Mexicana

Enclavado en el corazón de la Ciudad de México, el sitio arqueológico de Tlatelolco es un testimonio vivo de la grandeza y complejidad de la civilización Mexica. Este lugar, donde se encuentra la Plaza de las Tres Culturas, es un espacio donde convergen pasado y presente, ofreciendo una ventana única a la historia del México prehispánico, colonial y moderno.

Tlatelolco fue una ciudad fundada en 1337, apenas 13 años después de la fundación de Tenochtitlán, por un grupo disidente Mexicas que no estaban de acuerdo con la forma en la que funcionaba el Imperio. Aunque originalmente fue un asentamiento independiente, con el tiempo se convirtió en un rival económico y militar de Tenochtitlán, razón por la que ocurrió una gran Guerra entre ambas civilizaciones en 1473. Además, Tlatelolco llegó a ser uno de los principales centros comerciales de Mesoamérica. Su mercado, el tianguis de Tlatelolco, era famoso por la variedad y cantidad de productos que ofrecía, atrayendo a comerciantes de todo el imperio y sus alrededores.

Uno de los episodios más significativos en la historia de Tlatelolco fue la resistencia tenaz que sus habitantes presentaron durante la Conquista. En 1521, después de la caída de Tenochtitlán, Tlatelolco fue el último bastión de defensa mexica. La valentía de sus guerreros y su líder, Cuauhtémoc, se mantiene como un símbolo de resistencia indígena. Sin embargo, el 13 de agosto de 1521, la ciudad finalmente cayó ante las tropas de Hernán Cortés, marcando el fin del Imperio Mexica.

Hoy en día, caminar por el sitio arqueológico de Tlatelolco es recorrer los vestigios de un glorioso pasado. Entre las ruinas, se pueden observar los restos de templos, adoratorios y edificios administrativos que dan cuenta de la importancia religiosa, política y económica de esta urbe. Destaca el Templo Mayor de Tlatelolco, dedicado a Huitzilopochtli, dios de la guerra, y a Tláloc, dios de la lluvia, figuras clave en la cosmovisión mexica. Y, otro punto que resalta mucho de este lugar son los Amantes de Tlatelolco, los cuerpos de un hombre y una mujer que murieron abrazados durante la guerra de 1473, y que fueron encontrados en un entierro que se descubrió recientemente.

Por otro lado, la Plaza de las Tres Culturas, donde se encuentra el sitio arqueológico, es también un recordatorio poderoso de la confluencia de culturas que ha marcado la historia de México. Aquí se erigen, junto a las ruinas prehispánicas, el Convento de Santiago, un edificio colonial del siglo XVI, y modernos edificios construidos durante el siglo XX. Este contraste simboliza la continuidad y la transformación de la identidad mexicana, desde sus raíces indígenas hasta la época contemporánea.

El sitio arqueológico de Tlatelolco no solo es un lugar de importancia histórica, sino también un espacio de reflexión sobre los eventos trágicos que han ocurrido en este sitio. En 1968, durante la Matanza de Tlatelolco, cientos de estudiantes fueron asesinados en la Plaza de las Tres Culturas, convirtiendo a Tlatelolco en un símbolo de lucha por la justicia y los derechos humanos en México.

Visitar Tlatelolco es adentrarse en un capítulo fundamental de la historia de México, donde cada piedra cuenta una historia de grandeza, resistencia y transformación. Este sitio no solo preserva el legado de los mexicas, sino que también invita a reflexionar sobre el México actual y sus complejas raíces culturales.

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Dirección:
 Ricardo Flores Magón #1, Tlatelolco, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: $80 pesos. Domingos entrada libre a residentes de México.
Horario: Miércoles a jueves de 11:00 a 17:00 hrs. viernes a domingo de 11:00 a 18:00 hrs.
Página Web: tlatelolco.inah.gob.mx
Instagram: instagram.com/zatlatelolcoinah
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Memorial del 68 (M68), un homenaje a la luachas sociales

Nadie puede negar la Masacre de Tlatelolco. Es un hecho que, el 2 de octubre de 1968, un grupo paramilitar conocido como el Batallón Olimpia y el Ejército Mexicana dirigieron un sangriento operativo para terminar de una vez por todas con todos los movimientos sociales que habían explotado durante el mandato del presidente Díaz Ordaz, y para pacificar al DF ante el inicio de las Olimpiadas. Pero, gracias a la forma en la que el gobierno minimizó y ocultó los hechos, la Masacre de Tlatelolco sigue siendo un misterio en cuanto al número de muertxs, detenidxs arbitrariamente e, incluso, los responsables del operativo.

Para mantener vivo el recuerdo de la Matanza y, así, evitar que algo así vuela a suceder, y para ayudar a esclarecer todo lo que pasó aquel día, el Centro Cultural Universitario Tlatelolco (CCU Tlatelolco), junto a la Coordinación de Proyectos Especiales de la UNAM, crearon el Memorial del 68 (M68), un espacio de reflexión en el que chicxs y grandes pueden adentrarse en el caos que vivieron las y los estudiantes ese fatídico 2 de octubre. Como todo buen museo, el Memorial del 68 (M68) se encuentra en un constante proceso de investigación con la que continúan creciendo su acervo, permitiéndoles complementar cada vez más su exposición. De esta forma, con el paso de los años, el Memorial ha ido mutando y creando diferentes experiencias para quienes lo visitan.

Hoy en día, el M68 no solo se dedica a hablar de la Masacre de Tlatelolco, sino que inicia su recorrido hablando de los diferentes movimientos sociales que han surgido en México, haciendo un énfasis en el movimiento feminista y en el LGBTQ+. Después de hablar de la importancia de los movimientos sociales. El M68 continúa adentrándonos en el contexto político y social que sentó las bases para que explotara el Movimiento Estudiantil, para después entrar de lleno con la Matanza y sus consecuencias.

A través de diferentes instalaciones multimedia, esculturas, maquetas, posters, fotografías y documentos, el M68 busca adentrar a las y los espectadores en el México del siglo XX, permitiéndoles entender la tensión política y social de aquel entonces, así como la brutalidad policial. Brutalidad que permitió que lxs jóvenes temieran y aborrecieran a los policías incluso en los años noventa. Y depsués, a través de documentos y entrevistas, narra los sucesos ocurridos ese 2 de octubre del 68, así como todo lo que pasó después, dejand a los y las espectadoras reflexionando sobre la historia de nuestro país.

Visitar el Memorial del 68 (M68) es una oportunidad diferentes para descubrir y recordad la historia de auquellas personas que lucharon para crear un país más libre; un recorridoa a través de uno de los sucesos más negros y sanrientos del México moderno con el que podremos reflexionar sobre el México en el que queremos vivir. Sin duda, es una experiencias que vale la pena experimentar como nacional y también como extranjerx.

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Dirección:
 Ricardo Flores Magón #1, Tlatelolco, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: $40 pesos. Domingos entrada libre.
Horario: Miércoles a jueves de 11:00 a 17:00 hrs. viernes a domingo de 11:00 a 18:00 hrs.
Página Web: tlatelolco.unam.mx
Instagram: instagram.com/ccutlatelolco
Twitter: x.com/ccutlatelolco
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Tecpan de Tlatelolco, hogar del mural perdido de Siqueiros

El 13 de agosto de 1521 cayó el Imperio Mexica ante el Ejército Español, tras varias batallas que dejaron unos 40,000 mexicas muertos. Tras la caída de Tenochtitlán, una de las primeras acciones del gobierno de la Nueva España fue la de construir el edificio Tecpan de Tlatelolco, para que funcionara como sede de gobierno de y ayuntamiento de Santiago Tlatelolco. Aunque no se encontraba en la capital del nuevo (y el viejo) Imperio, Tlatelolco fue siempre un sitio estratégico por su ubicación y porque desde el siglo XIV fue uno de los mercados más importantes de la región. Por lo mismo, el tener un edificio gubernamental en esta zona, no solo ayudaría a controlar a lxs indígenas, sino que también funcionaría de garita militar y aduanal. Y, el edificio de Tecpan de Tlatelolco fue tan importante, que incluso aparece retratado, con sus siete vanos inferiores, en el Códice Tlatelolco de 1563.

Con el paso de los siglos, el ayuntamiento de Tecpan de Tlatelolco pasó al olvido, hasta 1850 que se adaptó para convertirse en la Casa de Corrección, una institución enfocada en reformar a jóvenes delincuentes. Tres años después, la correccional mutó para convertirse en el Colegio Correccional San Antonio; una escuela que buscaba rehabilitar a lxs jóvenes a través de talleres de ciencia y arte. Poco a poco, la escuela empezó a recibir estudiantes que no provenían de la cárcel, pero que tenían pocos recursos; y con la llegada del Porfiriato, el gobierno agregó un segundo piso al edificio, para terminar de convertirlo en una escuela para huérfanos y huérfanas.

Después de eso, el edificio de Tecpan de Tlatelolco quedó prácticamente en el olvido, y no fue hasta finales de los años cincuenta cuando el presidente Adolfo López Mateos planteó el proyecto del Conjunto Urbano Nonoalco Tlatelolco. Este proyecto buscaba crear una ciudad dentro de la ciudad; un conjunto habitacional que, además de contar con miles de departamentos a precios asequibles ofrecería centros deportivos, hospitales, escuelas, áreas verdes y tres museos permanentes. Para bien o para mal, los museos no se construyeron en aquél entonces y solo se adecuaron los restos del Tecpan para convertirse en la Sala Homenaje a Cuauhtémoc.

En esta sala, David Alfaro Siqueiros realizó el mural Cuauhtémoc contra el mito; el primer mural de Siqueiros y en él utiliza técnicas mixtas con soportes en tercera dimensión, con la escultura realizada por Luis Arenal Bastar. En el mural, Siqueiros experimentó usando diferentes materiales como triplay, masonite y piroxilinas para crear diferentes efectos, tonos y texturas, siendo un mural único en su tipo. Por cierto, este mural fue instalado originalmente en la calle de Sonora #9, en la casa de la familia Siqueiros, y posteriormente trasladado a este recinto.

¿Y de qué trata el mural? Cuauhtémoc contra el mito muestra a un conquistador español cabalgado a su caballo encabritado y herido, mientras empuña un arma de fuego en una mano y un crucifijo católico rematado en una daga en la otra; frente a él, se encuentra Cuauhtémoc con una lanza con punta de obsidiana, parado sobre la cabeza de Quetzalcóatl, la serpiente emplumada. Entre ambos personajes se puede ver a Moctezuma II preguntando a los dioses “¿Por qué el regreso de Quetzalcóatl, el dios blanco y barbado, había provocado el colapso de su cultura?”; mientras que, al fondo se puede apreciar un templo en llamas y bajo el caballo, una cabeza cercenada. Es un mural pequeño, pero impactante por su carga simbólica y la manera en la que Siqueiros trabajaba con los colores y las formas.

Por si fuera poco, gracias a los trabajos que inició Eduardo Matos en 1988 en el Templo Calendárico de Tlatelolco (la primera “pirámide” que encontrarás al entrar al Sitio Arqueológico de Tlatelolco), en 1989 se encontró una pintura prehispánica que se convirtió en uno de los hallazgos más importantes de Tlatelolco, y, para que todo el mundo pueda apreciar esta pintura, o los restos de ella, esta fue trasladada a la Sala Homenaje a Cuauhtémoc en el Tecpan.

Así que, si eres amante del arte moderno, y en especial de David Alfaro Siqueiros, o si andas cerca de Tlatelolco y quieres conocer el primer trabajo de uno de los muralistas más importantes del México moderno, y/o quieres descubrir uno de los edificios occidentales más antiguos de la Ciudad de México (y de todo el país), tienes que darte una vuelta por el edificio de Tecpan de Tlatelolco, justo atrás del Jardín Santiago, y descubrir este rincón de historia y cultura perdido en medio del caos de la Ciudad.

Xaltilolli, descubriendo la historia y arte de Tlatelolco

Tlatelolco siempre ha sido una zona de resistencia. Y es que, la ciudad de Tlatelolco fue fundada por un grupo de mexicas que salieron de Tenochtitlán porque no estaban de acuerdo con sus políticas. Pero esa rebeldía no le gustaba al imperio mexica, por lo que, en 1473 (casi 50 años antes de la llegada de los españoles a Tenochtitlán) los mexicas trataron de invadir Tlatelolco; pero, a pesar de la matanza, los Tlatelolcas resistieron (como dato curioso, al escarbar el sitio arqueológico se encontraron más de 50 cuerpos enterrados).

Años después, el 13 de agosto de 1521, Tlatelolco fue testigo de la última batalla de la Guerra de la Conquista; batalla en la que, de acuerdo a Bernal Díaz del Castillo, se apilaron más de 40,000 cuerpos de mexicas y Tlatelolcas. Y, a pesar del saqueo y la destrucción de la ciudad, Tlatelolco aprendió a resistir a través del comercio; actividad que llevaron desde la fundación de la ciudad al rededor del año 1337. Los españoles, como fue su costumbre, taparon gran parte de las civilizaciones indígenas y usaron gran parte de las piedras de los templos para construir sus iglesias.

Años más tarde, a mediados del siglo XX, el arquitecto Mario Pani, a petición del gobierno, desarrolló uno de los complejos habitacionales más grandes de importantes del país, el Conjunto Urbano Nonoalco Tlatelolco. Durante las excavaciones se descubrió el Templo Mayor Tlatelolca, y otros restos arqueológicos que hoy son parte del complejo, permitiendo la creación de la Plaza de las Tres Culturas. Poco tiempo después de la inauguración del complejo, el 2 de octubre de 1968, miles de personas se reunieron en esa Plaza de las Tres Culturas para asistir a un mitin convocado por el Consejo Nacional de Huelga; un evento perfecto para que el presidente Gustavo Díaz Ordaz mandara al Batallón Olimpia para realizar la infame Masacre de Tlatelolco y así acabar con el movimiento estudiantil antes de las Olimpiadas.

Tlatelolco también resistió a esa matanza y poco a poco fue recuperando la normalidad. Sin embargo, el 19 de septiembre de 1985, un fuerte terremoto azotó a la Ciudad de México. El Edificio Nuevo León cayó durante el terremoto, dejando un gran número de muertos; edificios como el Comonfort, Altamirano, Guelatao, Churubusco, Atizapán, Jalisco, Puebla y Oaxaca (entre otros) tuvieron que ser demolidos después; mientras que, el edificio Querétaro y el Aguascalientes fueron recortados, y muchos otros tuvieron que ser reparados. Y Tlatelolco continuó y continúa resistiendo.

Xaltilolli es un homenaje a la resistencia de Tlatelolco; un museo de sitio en el que podrás conocer la historia de Tlatelolco a través del arte, de una forma lúdica y divertida. En cuanto entras a Xaltilolli te encontrarás con una línea de tiempo que resume la historia de Tlatelolco, y un gran número de piezas prehispánicas con las que podrás conocer las creencias y costumbres de lxs tlatelolcas prehispánicos. Inmediatamente después, podrás encontrarte con una impresionante maqueta en la que se retratan, con diferentes niveles, las cuatro etapas históricas de Tlatelolco: la prehispánica, la colonial, la porfiriana (cuando fue patio de maniobras del tren) y la moderna. También podrás adentrarte en el corazón económico de Tlatelolco, mismo que siempre fue el comercio, y conocer a Super Barrio, un personaje fundamental en la historia de la CDMX de los años ochenta y noventa.

Después de que Xaltilolli te mostró la historia de Tlatelolco, el museo empieza un interesante diálogo entre al arte y la historia. En este diálogo, Xaltilolli te mostrará la evolución el arte mesoamericano (no necesariamente tlatelolca) a través del tiempo, y la manera en la que este influyó en la vida cotidiana de su época. De esta forma, te mostrará una colección de arte prehispánico, para después hablarte de la función del arte mesoamericano e indígena durante la Colonia. También te hablará de la pintura mural novohispana y de los códices (usando de ejemplo el Códice Testariano número 78); retomará la función del arte indígena del siglo XIX y la influencia porfiriana dentro del mismo arte, hasta llegar al arte indígena actual.

Visitar Xaltilolli, en el Centro Cultural Universitario Tlatelolco (CCU Tlatelolco) es una oportunidad única de conocer la historia de una de las zonas más místicas e interesantes de la Ciudad de México, al mismo tiempo que te deja dialogar entre el arte y la historia, desde una perspectiva realmente única. Recorrer las salas y pasillos de Xaltilolli es una experiencia llena de arte e historia, pensada para llevarnos a reflexionar sobre una de las zonas más místicas de la CDMX, y entender cómo es que el arte pudo llevarla a resistir el paso del tiempo.

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Dirección:
 Ricardo Flores Magón #1, Tlatelolco, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: $40 pesos. Domingos entrada libre.
Horario: Miércoles a jueves de 11:00 a 17:00 hrs. viernes a domingo de 11:00 a 18:00 hrs.
Página Web: cix.unam.mx
Instagram: instagram.com/ccutxalti
Facebook: facebook.com/CCUTXaltilolli

arte: Territorio de Denuncia en el CCU Tlatelolco

!El arte es como una gran fiesta donde todxs pueden reunirse y disfrutar! Es un espacio donde podemos reflexionar y hablar sobre cosas que nos importan, sentirnos cómodxs y protegidxs. Pero también es un lugar donde podemos defender nuestras ideas, resistir y hablar en contra de las injusticias. Y es que, el arte nos da la oportunidad de expresarnos libremente, ¡y eso es un derecho que todxs tenemos! Por o mismo, es normal que, al descubrir el trabajo de las y los artistas emergentes en países asolados por la violencia, ya sea económica, extractivista, política y/o del crimen organizado, nos encontremos con piezas que señalan las atrocidades que viven día a día las y los ciudadanos; pero no todo es violencia y marginalidad en el arte proveniente de estas zonas, y es que, en muchas ocasiones, las y los artistas también retratan los sueños y esperanzas de sus connacionales.

Con la idea de rendir homenaje a quienes sufren esas violencias, y para que, quienes disfrutamos de privilegios en un país lleno de violencia podamos entender esos procesos por los que pasan/pasamos, como lo es México, el Centro Cultural Tlatelolco (CCU Tlatelolco) presenta la exposición arte: Territorios de Denuncia, una pequeña colección de piezas multidisciplinarias en las que artistas, activistas y fotoperiodistas de países como México, Honduras, Guatemala, Salvador y Nicaragua nos muestran sus formas de resistir, luchar, denunciar, pero también de tejer redes de apoyo, estrategias para no callar y, cuando es necesario, defender la multiplicidad de voces y las muchas formas de habitar y trastocar las fronteras. (Texto museográfico)

El resultado de este ejercicio curatorial a una exposición impactante; un pequeño recorrido en el que podemos adentrarnos, a través e de esculturas, pinturas, fotografías, intervenciones e instalaciones, en la vida de las personas que viven en medio de la violencia. De esta forma, podrás encontrarte con las violencias que se viven en el día a día. Es una exposición impresionante, que nos permite entrar en el mundo de estas personas, pero manteniéndonos en un lugar seguro y sin ser violenta con lxs espectadorxs.

arte: Territorio de Denuncia es una exposición única; es una oportunidad para conocer el trabajo de diferentes artistas y colectivos que han buscado denunciar la violencia que se vive en sus ciudades, al mismo tiempo que nos deja encontrar una posible esperanza al fondo de esa misma violencia. Además, de que nos permite apreciar más la vida. Es por esto último, que, en lo personal, creo que vale mucho la pena recorrer la Sala de Exposiciones Temporales del Centro Cultural Universitario Tlatelolco (CCU Tlatelolco) y recorrer el territorio de denuncia artístico de esta exposición.

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Dirección:
 Ricardo Flores Magón #1, Tlatelolco, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: $40 pesos. Domingos entrada libre.
Horario: Miércoles a jueves de 11:00 a 17:00 hrs. viernes a domingo de 11:00 a 18:00 hrs.
Página Web: tlatelolco.unam.mx
Instagram: instagram.com/ccutlatelolco
Twitter: x.com/ccutlatelolco
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Pedro Ramírez Vázquez, creando la identidad del México Moderno en el Museo Soumaya Loreto

No cabe duda de que, si queremos hablar de la Ciudad de México contemporánea, así como de la imagen de México ante el mundo, primero tenemos que hablar de Pedro Ramírez Vázquez. ¿Pedro quién? Si no estás muy metida o medito en el mundo del diseño, la arquitectura o la historia es probable que nunca hayas escuchado hablar de Pedro Ramírez Vázquez, pero debes saber, que este señor fue el encargado de construir un sinfín de edificios icónicos de nuestra ciudad y de diseñar la imagen y logotipos de los eventos y empresas más importantes del México Moderno.

¿Quién fue Pedro Ramírez Vázquez? Pedro nació en 1919 y vivió toda su infancia en la calle de Moctezuma (#91), en la mera Colonia Guerrero. Mientras estudiaba en secundaria se enamoró de la arquitectura gracias a su maestro Carlos Pellicer. Por lo mismo, decidió estudiar en la Escuela Nacional de Arquitectura, donde estudió con José Luis Cuevas, Domingo García Ramos y Carlos Lazo, entre otros. Al graduarse se convirtió en maestro de composición y urbanismo, mientras empezaba a desarrollar sus primeros proyectos arquitectónicos.

¿Y por qué digo que Pedro Ramírez Vázquez forjó la identidad de México? Bueno, tienes que saber, que Pedro Ramírez Vázquez fue el arquitecto que construyó la gran mayoría de edificios del México de la segunda mitad del siglo XX. Para que te des una idea, este arquitecto diseñó la nueva Basílica de Guadalupe, el Museo de Antropología, la Galería de Historia Museo del Caracol, el Museo de Arte Moderno, la Torre Tlatelolco (donde hoy están los museos), el Estadio Azteca, el Palacio Legislativo de San Lázaro, la Torre Axa (antes Mexicana), el Museo del Templo Mayor, las Unidades del Rosario, Azcapotzalco, Iztapalapa y Xochimilco, los Mercados de Sonora, la Lagunilla, Tepito, Azcapotzalco y Coyoacán (entre muchos otros) y un sinfín de escuelas y universidades públicas y privadas. Y fuera del extinto Distrito Federal también realizó cientos de proyectos como el Estadio Cuauhtémoc y el Museo Amparo en Puebla, la Universidad Autónoma de Coahuila, el Centro de Convenciones y Exposiciones Siglo XXI de Mérida; o, a nivel internacional están el Museo de Nubia en Egipto, la Sede del Comité Olímpico Internacional en Suiza, el Aula Casa Rural en India, el Museo de las Culturas Negras en Senegal y la Casa Presidencial de Costa Rica, entre otros.

Y eso no es todo, a lo largo de su carrera, Pedro Ramírez Vázquez también realizó diferentes esculturas, trabajos en vidrio, diseñó muebles icónicos y también realizó el diseño de algunos de los logotipos más importantes de México, como el de Televisa, el Centro Cultural Helénico, Berel, Apasco, la Lotería Nacional, la Universidad Autónoma Metropolitana, La Salle y Seguros Azteca, entre otros. Eso no es todo… Y es que, probablemente sus trabajos más importantes fue el de diseñar, junto a Lance Wyman la imagen gráfica de las Olimpiadas México 68. Sí, esa icónica mezcla de líneas y colores que sigue deleitando a chicxs y grandes fue planeada por Pedro Ramírez Vázquez y Lance Wyman.

Para rendirle un homenaje a la vida y obra de Pedro Ramírez Vázquez, y con la finalidad de que todo el mundo pueda conocer el trabajo de este importante arquitecto y diseñador, el Museo Soumaya Loreto (en Plaza Loreto) presenta la exposición Pedro Ramírez Vázquez; un interesante recorrido en el que se presentan fotografías, planos, maquetas, muebles y esculturas que salieron de la mente del Maestro. En este recorrido, podrás adentrarte en la forma el pensar del arquitecto, quien construyó escuelas, templos, espacios habitados, oficinas y museos con una dimensión social que se convirtieron en la norma de la arquitectura mexicana.

Recorrer las salas de le exposición Pedro Ramírez Vázquez es una oportunidad de entender el desarrollo de nuestro país a través de la arquitectura, ya que nos permite apreciar algunos de los elementos más importantes en la arquitectura del México Moderno; elementos que van muy de la mano con las ideas posrevolucionarias que se estuvieron desarrollando durante ese tiempo. Además, es la oportunidad de conocer el trabajo de un hombre que marcó la historia de nuestra ciudad y del país desde una perspectiva más humana e interesante. Así que, vale mucho la pena darse una vuelta por el Museo Soumaya Loreto y adentrarse en la vida y la obra de Pedro Ramírez Vázquez.

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Dirección:
 Altamirano #46, Tizapán San Ángel, Ciudad de México, CDMX (Dentro de Plaza Loreto)
Costo por persona: Entrada Libre
Horario: Lunes a domingo de 10:30 a 18:30 hrs.
Página Web: museosoumaya.org
Instagram: instagram.com/elmuseosoumaya
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Laboratorio Arte Alameda, un espacio surrealista de arte y tecnología en la Alameda

En 1580, un grupo de 15 frailes dieguinos (Franciscanos Descalzos) llegaron a México con la idea de construir un convento donde pudieran cumplir su misión de servir a las necesidades materiales y espirituales de lxs pobres y marginadxs (y en el caso de México también de lxs indígenas). Once años después, Fray Pedro del Monte consiguió el patrocinio de don Mateo de Mauleón y su esposa doña Juana de Luna y Arellano con el que pudo empezar la construcción del Convento de San Diego en los terrenos conocidos como “del tianguis” de San Hipólito (convento que se encontraba a unos pasos de ahí), justo frente a la Alameda.

Unos cuantos años antes, en 1569 la Corona Española creó el Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición de la Nueva España (tribunal que ya tenía casi un siglo en España) y designó el espacio que estaba justo frente a lo que sería el Convento de San Diego para realizar las ejecuciones de los autos de fe. Por lo mismo, los dieguinos fueron testigos de unas 51 de inmolaciones (quemas) de brujas y judíos (trece de estas fueron miembros de la familia Carbajal). Para el siglo XIX, una gran mayoría de frailes fueron exclaustrados con la finalidad de fraccionar el convento y permitir la construcción las calles que hoy lo rodean (Dr. Mora, Juárez, Reforma e Hidalgo); y, durante esta fracción, la fachada fue restaurada, dándole el característico toque neoclásico que tiene hoy en día.

Después de la Revolución Mexicana, y tras la publicación de la Constitución Mexicana de 1917, el gobierno de México negó la personalidad jurídica de las iglesias y prohibió la participación del clero en la política. Esto despertó el disgusto de la Iglesia y de un gran número de mexicanxs, estallando la Guerra Cristera. Gracias a esto, el convento cerró sus puertas definitivamente y terminó siendo usado como academia teatral y salón de baile; y en 1964, el presidente Adolfo López Mateos creó, por decreto, la Pinacoteca Virreinal, un espacio museográfico dedicado al resguardo de pinturas producida en la Nueva España, entre los siglos XVI y XIX. Para el año 2000, todo el acervo de la Pinacoteca pasó a ser parte de la colección del Museo Nacional de Arte (MUNAL) para que el Ex Convento de San Diego se convirtiera en el Laboratorio Arte Alameda, uno de los espacios museográficos más interesantes de la CDMX y de todo el país.

¿Qué hace que el Laboratorio Arte Alameda sea tan interesante? Como su nombre lo indica, el Laboratorio de Arte Alameda es un espacio de experimentación e intercambio de conocimiento a través del arte y tecnología. ¿Arte y Tecnología? Resulta que, en este lugar podrás encontrarte con diferentes exposiciones con piezas hechas (principalmente) ex profeso para el recinto, en las que se mezcla la tecnología y el arte para crear experiencias únicas en su tipo. Por lo mismo, al recorrer las salas del ex convento, te encontrarás con piezas que desafían la idea que tienes del arte, pues en ellas podrás enfrentarte a una impresionante mezcla de técnicas y tecnologías pensadas en cuestionar la evolución de la sociedad, creando experiencias inmersivas impresionantes. Todo, a través de audios, videos, esculturas, instalaciones, performances e, incluso, inteligencias artificiales que le dan vida a las obras presentadas.

Visitar el Laboratorio Arte Alameda es una oportunidad para sumergirte en un mundo surrealista en el que la historia y lo religioso se mezcla con la tecnología, la inteligencia artificial y el arte, para crear un sinfín de emociones y experiencias que te llevaran a analizar nuestro entorno y nuestra sociedad. Por todo esto y más, vale la pena darse una vuelta por el ex Convento de San Diego y descubrir las propuestas artísticas del Laboratorio Arte Alameda.

Prepara tu Visita
Dirección:
 Dr. Mora #7, Centro Histórico, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: $45 pesos. Domingos entrada libre
Horario: Martes a domingo de 9:00 a 17:00 hrs.
Página Web: artealameda.inba.gob.mx
Instagram: instagram.com/artealameda
Facebook: facebook.com/artealameda
Twitter: x.com/ArteAlameda
YouTube: youtube.com/c/LaboratorioArteAlameda
TikTok: tiktok.com/@laboratorioartealameda

Arte y Lucha. Aurora Reyes (1908 – 1985), descubriendo a la primera mujer muralista en el Museo Nacional de San Carlos

Aunque la historia nos ha hecho pensar que Frida Kahlo es la artista mujer más interesante de mediados del siglo XX, la realidad es que hubo muchas otras mujeres cuya vida y obra fue mucho más interesante que la de Kahlo, pero que la historia se encargó de borrar de los libros. Un gran ejemplo de esto es Aurora Reyes, una mujer que, a diferencia de Frida (quien nació en el seno de una familia de artistas reconocidos), tuvo que luchar por años para ganarse el respeto de la comunidad artística; pues su familia tuvo que esconderse por décadas gracias a la participación de su abuelo en la Decena Trágica (larga historia).

El punto es que, Aurora Reyes fue pintora, poeta, feminista y activista social que se ganó el respeto del gremio artístico gracias a su técnica y a su activismo político; mismo que la llevo a ser miembro fundador de la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios (LEAR), la Confederación Nacional Campesina y el Grupo Solidarismo Femenino. También impulsó la creación de las guarderías para hijxs de trabajadoras del magisterio y luchó por el derecho al voto femenino y la oportunidad para que puedan ocupar puestos de elección popular.

Por si fuera poco, Aurora Reyes también fue la primera mujer muralista en México, pues pintó el mural Ataque a las Maestras Rurales, dentro de la escuela socialista/comunista Centro Escolar Revolución (frente al metro Balderas), en 1936. Sin embargo, en aquél entonces todxs lxs artistas tenían que tener alguna postura política de izquierda, pero sin llegar a incomodar al poder o al sindicato de artistas; y el activismo de Aurora Reyes sí llegó a incomodar, lo que hizo que la historia se olvidara (parcialmente) de ella.

Para reivindicar la vida y obra de Aurora Reyes, y para rendirle un merecido homenaje, el Museo Nacional de San Carlos presenta la exposición Arte y Lucha. Aurora Reyes (1908 – 1985); una muestra en la que se busca dar a conocer el trabajo artístico y político de Aurora Reyes a través de una colección de pinturas, bocetos, caricaturas, panfletos, cartas y fotografías de la misma pintora. Además, la forma en la que está curada la exposición, te permitirá conocer más sobre los diferentes aspectos de su vida y sus amistades. De esta forma, podrás conocer sus primeros años, en los que su familia se escondía del régimen, hasta su amistad con Frida Kahlo y Diego Rivera, pasando por su paso por la poesía y la moda. Además, podrás conocer el proceso creativo de algunos de los murales que pintó en el Centro Escolar Revolución, el salón de cabildos de la Delegación Coyoacán y el Auditorio 15 de mayo del SNTE, entre otros.

Visitar la exposición Arte y Lucha. Aurora Reyes (1908 – 1985) es una oportunidad única de conocer la vida y obra de una de las artistas más importantes e interesantes del México del siglo XX; al mismo tiempo de que podrás recorrer la historia social y política de México desde una perspectiva diferente. Eso sí, te recomiendo mucho preguntar en la taquilla del museo por los recorridos guiados para que puedas conocer más a fondo la historia del Museo Nacional de San Carlos y también la de Aurora Reyes.

Prepara tu Visita
Dirección:
 Av. México-Tenochtitlán #50, Colonia Tabacalera, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: $65 pesos. Domingos entrada libre
Horario: Martes a domingo de 10:00 a 18:00 hrs.
Página Web: mnsancarlos.inba.gob.mx
Instagram: instagram.com/museo_sancarlos
Facebook: facebook.com/museosancarlos
Twitter: x.com/museo_sancarlos