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Laboratorio Arte Alameda, un espacio surrealista de arte y tecnología en la Alameda

En 1580, un grupo de 15 frailes dieguinos (Franciscanos Descalzos) llegaron a México con la idea de construir un convento donde pudieran cumplir su misión de servir a las necesidades materiales y espirituales de lxs pobres y marginadxs (y en el caso de México también de lxs indígenas). Once años después, Fray Pedro del Monte consiguió el patrocinio de don Mateo de Mauleón y su esposa doña Juana de Luna y Arellano con el que pudo empezar la construcción del Convento de San Diego en los terrenos conocidos como “del tianguis” de San Hipólito (convento que se encontraba a unos pasos de ahí), justo frente a la Alameda.

Unos cuantos años antes, en 1569 la Corona Española creó el Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición de la Nueva España (tribunal que ya tenía casi un siglo en España) y designó el espacio que estaba justo frente a lo que sería el Convento de San Diego para realizar las ejecuciones de los autos de fe. Por lo mismo, los dieguinos fueron testigos de unas 51 de inmolaciones (quemas) de brujas y judíos (trece de estas fueron miembros de la familia Carbajal). Para el siglo XIX, una gran mayoría de frailes fueron exclaustrados con la finalidad de fraccionar el convento y permitir la construcción las calles que hoy lo rodean (Dr. Mora, Juárez, Reforma e Hidalgo); y, durante esta fracción, la fachada fue restaurada, dándole el característico toque neoclásico que tiene hoy en día.

Después de la Revolución Mexicana, y tras la publicación de la Constitución Mexicana de 1917, el gobierno de México negó la personalidad jurídica de las iglesias y prohibió la participación del clero en la política. Esto despertó el disgusto de la Iglesia y de un gran número de mexicanxs, estallando la Guerra Cristera. Gracias a esto, el convento cerró sus puertas definitivamente y terminó siendo usado como academia teatral y salón de baile; y en 1964, el presidente Adolfo López Mateos creó, por decreto, la Pinacoteca Virreinal, un espacio museográfico dedicado al resguardo de pinturas producida en la Nueva España, entre los siglos XVI y XIX. Para el año 2000, todo el acervo de la Pinacoteca pasó a ser parte de la colección del Museo Nacional de Arte (MUNAL) para que el Ex Convento de San Diego se convirtiera en el Laboratorio Arte Alameda, uno de los espacios museográficos más interesantes de la CDMX y de todo el país.

¿Qué hace que el Laboratorio Arte Alameda sea tan interesante? Como su nombre lo indica, el Laboratorio de Arte Alameda es un espacio de experimentación e intercambio de conocimiento a través del arte y tecnología. ¿Arte y Tecnología? Resulta que, en este lugar podrás encontrarte con diferentes exposiciones con piezas hechas (principalmente) ex profeso para el recinto, en las que se mezcla la tecnología y el arte para crear experiencias únicas en su tipo. Por lo mismo, al recorrer las salas del ex convento, te encontrarás con piezas que desafían la idea que tienes del arte, pues en ellas podrás enfrentarte a una impresionante mezcla de técnicas y tecnologías pensadas en cuestionar la evolución de la sociedad, creando experiencias inmersivas impresionantes. Todo, a través de audios, videos, esculturas, instalaciones, performances e, incluso, inteligencias artificiales que le dan vida a las obras presentadas.

Visitar el Laboratorio Arte Alameda es una oportunidad para sumergirte en un mundo surrealista en el que la historia y lo religioso se mezcla con la tecnología, la inteligencia artificial y el arte, para crear un sinfín de emociones y experiencias que te llevaran a analizar nuestro entorno y nuestra sociedad. Por todo esto y más, vale la pena darse una vuelta por el ex Convento de San Diego y descubrir las propuestas artísticas del Laboratorio Arte Alameda.

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Dirección:
 Dr. Mora #7, Centro Histórico, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: $45 pesos. Domingos entrada libre
Horario: Martes a domingo de 9:00 a 17:00 hrs.
Página Web: artealameda.inba.gob.mx
Instagram: instagram.com/artealameda
Facebook: facebook.com/artealameda
Twitter: x.com/ArteAlameda
YouTube: youtube.com/c/LaboratorioArteAlameda
TikTok: tiktok.com/@laboratorioartealameda

El Pozole de Moctezuma, uno de los mejores pozoles estilo guerrero en la CDMX

En 1784, el arzobispo Alonso Núñez de Haro y Peralta decidió que era hora de crear un panteón en el terreno de Santa Paula, que pertenecía al Hospital de San Andrés, para enterrar a lxs pobres que fallecían por la epidemia que azotaba a la Ciudad de México desde 1779. Este panteón, donde descansaban los cuerpos de personas de escasos recursos, estaba rodeado por las calles que hoy conocemos como Mosqueta, Reforma y Moctezuma. Y es en esta última y diminuta calle, décadas después de que se cerrara el panteón y se dividiera la zona, donde encontrarás uno de los mejores pozoles de la Ciudad de México.

Desde que pones un pie en la calle de Moctezuma, tu olfato te guía directo a la pozolería clandestina… Espera, ¿clandestina? ¡Sí! Aunque es un negocio bien establecido, debes buscar el edificio más viejo de la calle y tocar el timbre marcado como “pozole“. Segundos después, abrirán la puerta y te invitarán a entrar a El Pozole de Moctezuma, un restaurante sencillo donde encontrarás auténtico pozole estilo Guerrero, preparado de una forma muy especial.

Ahora te preguntarás, ¿qué tiene de especial? Además de ser delicioso, el pozole verde de El Pozole de Moctezuma, si lo pides preparado de manera especial, te lo sirven con: huevo, chicharrón, aguacate, orégano, chile seco y chile de árbol, limón, sardina y… ¡mezcal! Sí, leíste bien, ¡mezcal! Claro, puedes elegir qué ingredientes no quieres, en caso de que seas un poco quisquillosx. Pero te digo, el mezcal le da un sabor único y ahumado, mientras que el huevo le aporta una textura espesa.

Si eres de buen comer y crees que puedes con todo, la carta de El Pozole de Moctezuma también ofrece entradas como Tacos de Chorizo, Tostadas Tixtla, Frijoles y Frijoles con Chorizo y… ¡Alacranes! Sí, alacranes, para que te armes un taco o los comas solos. También tienen órdenes de crema, tostadas, chicharrón y otros ingredientes para que prepares tu tostada o pozole a tu gusto.

¿Y para acompañar, apá? Tienen cervezas nacionales, aguas frescas (Jamaica y horchata en vaso, media jarra o jarra), refrescos tradicionales y refresco Yoli. Además, cuentan con una pequeña selección de licores para hacer más amena la sobremesa o para usarlos como digestivo (y créeme, los necesitarás).

El Pozole de Moctezuma es un verdadero tesoro escondido en el límite de la Guerrero y la Lagunilla desde 1947. Un lugar donde podrás disfrutar de un delicioso pozole estilo Guerrero a un precio justo y con un servicio excelente. Es, sin duda, una opción increíble para comer si trabajas por el Centro o para visitar cualquier sábado por la tarde, después de pasear por el Centro, Garibaldi, Tepito o la Lagunilla. Eso sí, llega temprano o haz reservación, porque el lugar se llena rápido.

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Dirección: Moctezuma #12, Guerrero, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: De $200 a $300 pesos 
Horario: Lunes a domingo de 14:00 a 19:00 hrs.
Página Web: elpozoledemoctezuma.com.mx
Facebook: 
facebook.com/elpozoledemoctezuma
Twitter: twitter.com/pozolemoctezuma
Instagram: instagram.com/elpozoledemoctezuma

La Chirindonguería, un espacio de pastas y chirindongas en el Centro Histórico

¡Si te pierdes por la calle de Iturbide, a unos pasos de lo que fue el Palacio Chino, te toparás con un lugar que te atrapa al instante! Entre los locales abandonados, destaca un rinconcito que te invita a sentarte en sus mesas y sillones, como sacados de algún mercado de pulgas de la CDMX. Bienvenidx a La Chirindonguería, el pequeño restaurante que antes era una bodega de periódicos y ahora es famoso por su platillo estrella: la Chirindonga.

¿Qué ching@&0$ con una Chirindonga? Pues, es una delicia que combina pan de la casa, pesto, mix de lechugas, jitomate, cebolla, chicharrón de queso mozzarella y la proteína o verdura que tú elijas. ¡Imagina una cemita poblana mezclada con una hamburguesa! Es enorme, sabrosa y tiene texturas y aromas que te van a sorprender.

Las Chirindongas son la estrella del menú, pero no son lo único que vale la pena. En La Chirindonguería también puedes encontrar pastas que te dejarán con ganas de volver. Así que date una vuelta por la carta y elige lo que más se te antoje. Lo mejor es ir con mucha hambre o en grupo para compartir una Chirindonga y una pasta.

¿Y para acompañar tu Chirindonga? Puedes pedir un agua fresca del día, o si prefieres algo diferente, prueba un Refresco Lulú o un Refresco Búho, ambos mexicanos y endulzados con miel de agave. También tienen una buena variedad de cervezas mexicanas, tanto industriales como artesanales. ¡Las opciones sobran para maridar tu comida como más te guste!

La Chirindonguería es un lugar muy diferente a lo que estás acostumbradx. Es un restaurante sencillo pero con mucho estilo, perdido en una de las calles más olvidadas de la zona, donde encontrarás platillos únicos que te dejarán más que satisfechx. Todo, en un ambiente súper relajado y con una buena chela. ¡No te lo puedes perder!

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Dirección:  Iturbide #31, Centro Histórico, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: De $200 a $300 pesos 
Horario: Martes a sábado de 13:00 a 21:30 hrs., domingo de 13:00 a 20:30 hrs.
Facebook: facebook.com/lachirindongueria
Instagram:  instagram.com/la_chirindongueria
Twitter: twitter.com/LaChirichiri

Vegamo, comida vegana para todos los gustos en CDMX

¡Ser vegano o vegana en la CDMX puede ser todo un reto, pero no imposible! Aunque nuestra vibrante y caótica ciudad está repleta de lugares para comer, encontrar opciones veganas reales puede ser como buscar una aguja en un pajar. Seguro que estás pensando: “Sí, pero en todos lados hay ensaladas”. ¡Pues no! Porque aunque hay ensaladas por todos lados, las opciones veganas de verdad no son tan comunes.

Además, ser veganx no significa solo comer ensaladas. ¡Hay un mundo de platillos veganos deliciosos y creativos que te sorprenderán! Uno de los mejores lugares para descubrirlos es Vegamo, un pequeño y acogedor restaurante escondido en la calle de Revillagigedo, justo frente al Museo del Policía.

En Vegamo, te espera una increíble variedad de platillos veganos con un toque internacional, pero siempre con ese sazón mexicano que tanto nos gusta. Todo es 100% vegano, desde los platillos hasta las bebidas, que incluyen Kombuchas, refrescos y cervezas artesanales. ¡Todo está delicioso y a precios súper accesibles!

Si te das una vuelta en la mañana, puedes disfrutar de unos chilaquiles rojos o de mole con carne vegana deshebrada, un omelette con tocino o chorizo vegano, waffles de matcha o de chocolate, un waffle sándwich o un bowl de açaí o matcha. Y para beber, ¿qué tal un café, un chai latte, un bloody chai, golden milk, una infusión o un smoothie de frutas?

Por la tarde, el menú se pone todavía más interesante con opciones como hamburguesas de falafel, Berlin, cheeseburger o BBQ, sopa del día, banderillas, waffle sándwich Chewbacca, Jar Jar o bacon & cheese. También puedes probar especialidades como enmoladas, enchiladas suizas, sushi, pad thai o el bowl Ensenada. ¿Y de postre? Tienen cheesecakes y pays crudiveganos, brownies, trufas y pan dulce.

Vegamo es el lugar perfecto donde veganxs y omnívorxs pueden disfrutar juntos de comida rica y variada, sin violencia animal. Es un spot ideal para quienes buscan algo diferente, original y lleno de sabor. Eso sí, llega temprano porque el lugar es pequeño y se llena rápido. ¡No te lo pierdas!

De a cómo y de a cuánto?
Costo por persona: De $250 a $350 pesos
Horario: Lunes a viernes de 9:00 a 20:00 hrs., sábado de 9:00 a 21:00 hrs., domingo de 10:00 a 20:00 hrs.
Página Web: vegamomx.com
Facebook:
facebook.com/vegamomx
Instagram: instagram.com/vegamomx
Twitter: twitter.com/vegamomx

Vegamo Centro
Revillagigedo #347, Centro Histórico, Ciudad de México, CDMX

Vegamo Roma
Merida #83, Colonia Roma, Ciudad de México, CDMX

Sala de la Odontología Mexicana Dr. Samuel Fastlicht, un recorrido por la evolución dental en México

Samuel Fastlicht nació en 1902 en la ciudad de Sámbir, en lo que hoy es Ucrania. Sin embargo, gracias a los horrores de la Guerra, su familia decidió huir de Europa y venirse a vivir a la Ciudad de México. Una vez aquí, Samuel se dedicó a aprender el oficio de mecánico dental; es decir, aprendió a elaborar y reparar prótesis dentales y aparatos de ortodoncia removibles. En ese tiempo, se interesó por la Odontología y decidió inscribirse en la Escuela Nacional de Odontología, de la que se tituló en 1932. Y, gracias al amor que tuvo por su carrera, se posicionó rápidamente como uno de los mejores ortodoncistas de la Ciudad. ¡Incluso fue el dentista personal de personajes como Frida Kahlo!

Además de los dientes, a Samuel Fastlicht le apasionaban las culturas prehispánicas; es por eso que, en sus ratos libres decidió tomar clases con el antropólogo mexicano Alfonso Caso, y también decidió asistir a las conferencias del Colegio Nacional. Un día, su maestro de antropología le mostró un ejemplar del Códice Badiano, un libro, escrito por Martín de la Cruz y traducido por Juan Badiano, en el que se habla de las hierbas medicinales que usaban los indígenas. Fue gracias a este códice, que el Dr. Fastlicht quedó fascinado con las técnicas medicinales, y en especial las relativas a la ortodoncia, precolombinas. A raíz de esto, el Dr. Fastlicht empezó a realizar investigaciones en el tema, convirtiéndose en un fuerte exponente de la antropología dental.

A lo largo de su vida e investigaciones, el Dr. Samuel Fastlicht creó una impresionante colección de objetos y artefactos relativos a la Ortodoncia, en los que se puede apreciar la evolución que ha tenido esta disciplina desde el México precolombino y hasta nuestros tiempos. Y, para que podamos conocer esa evolución, y rendir un homenaje al trabajo del Dr. Samuel Fastlicht, la Facultad de Odontología de la UNAM creó la Sala de la Odontología Mexicana Dr. Samuel Fastlicht en el Palacio de la Autonomía, o el ex Convento de Santa Teresa la Antigua.

La Sala de la Odontología Mexicana Dr. Samuel Fastlicht es un lugar muy sencillo y pequeño, pero en ella podrás observar la colección que reunió el Dr. Fastlicht a lo largo de su vida y descubrir la forma en la que se desarrolló la Odontología a lo largo de la historia. Al recorrer esta colección podrás encontrarte con piezas arqueológicas de culturas mesoamericanas, cráneos con piezas dentales con incrustaciones de diversas piedras como turquesa, hematina, concha nácar y jade; artefactos utilizados por los barberos sacamuelas del México virreinal, instrumentos empleados por dentistas franceses y estadounidenses a principios del siglo XIX y una gran cantidad de piezas de todas las épocas: balanzas, coronas de oro, articuladores, prótesis dentales, cepillos de dientes, fórceps, jeringas y medicamentos, entre otros. Además, en la Sala de la Odontología Mexicana se agregaron piezas nuevas entre las que destacan sillones dentales, equipos de rayos x, fotografías, muebles, vitrinas y diversas piezas donadas por varios coleccionistas.

Aunque la Sala de la Odontología Mexicana Dr. Samuel Fastlicht es un lugar muy sencillo y pequeño, ofrece una impresionante colección de objetos que podrían parecer de tortura, con los que se practicaban diferentes rituales y curaciones desde antes de la llegada de los Españoles; es una oportunidad para conocer la historia de la Ortodoncia y descubrir cómo es que esta disciplina evolucionó de parecer una tortura a una ciencia médica hecha y derecha. Además, una vez ahí, podrás disfrutar de las diferentes exposiciones que se presentan en el Palacio de la Autonomía y en los cuatro museos que se encuentran a unos pasos de ahí.

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Dirección:
 Lic. Primo Núm. #2, Centro Histórico Norte, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: Entrada Libre
Horario: Jueves a lunes de 10:00 a 14:00 hrs.

Jorge Obregón. Un Retrato del Tiempo en el Museo Kaluz

Jorge Obregón es un joven artista mexicano que decidió continuar con la tradición de la pintura de paisaje, que fue tan popular hasta el siglo XIX. Por lo mismo, siguiendo los pasos de los grandes paisajistas mexicanos, como José María Velasco o Gerardo Murillo “Dr. Atl”, se ha dedicado a escalar y explorar los diversos volcanes de nuestro país, en busca de un encuadre perfecto y una perspectiva ideal que le permita experimentar con su experiencia estética, lumínica y espacial. Esa experimentación es la que le ha permitido ganarse el respeto del gremio artístico de México y el mundo, pues le ha permitido crear obras muy realistas en las que capta la luz de una manera extraordinaria.

Jorge Obregón logró entrar al Sistema Nacional de Creadores de Arte en el 2020, gracias a una serie de obras en las que integra el paisaje con una investigación que se cruza con la pintura, la antropología, la astronomía y el archivo documental. ¿Cómo puede una pintura mezclarse con todo esto? Bueno, Jorge Obregón viajó al Estado de México en busca de sitios ceremoniales prehispánicos ubicados en las montañas y, usando estos sitios como referencias, se dedicó durante un año solar, contando desde el inicio del calendario agrícola el 12 de febrero y hasta el solsticio de invierno que ocurre del 21 al 25 de diciembre; a retratar los diferentes paisajes que se encontraba al explorar todos estos sitios a pie o desde el aire.

Durante ese año, Jorge Obregón logró retratar, además de las montañas más impresionantes del Edo. Méx., los diferentes sitios de adoración que se encontraban en la zona, así como el comportamiento del sol, cuya posición varía diariamente a lo largo del año, así como la posición de las estrellas y los diferentes fenómenos astronómicos que ocurrieron durante el año. Las pinturas que surgieron de este experimento, más que simples cuadros, son testigos que documentan, de forma espectacular, la forma en la que la luz juega con nuestros impresionantes paisajes, y que nos permiten conocer un poco más las culturas prehispánicas y su cosmovisión.

Y, para que puedas conocer ese trabajo de documentación, el Museo Kaluz presenta la exposición Jorge Obregón. Un Retrato del Tiempo. La exposición presenta unas cincuenta obras realizadas durante este proceso de documentación, y en las que se retratan diferentes observatorios antiguos en el Nevado de Toluca, la piedra con pocitos, el cerro del Sacromonte y de Cocotitlán, el volcán Escobeta, el adoratorio Cipactli, las piedras chimalli y de conejo, entre otros. Una colección de imágenes que te permiten conocer a fondo el altiplano central de México de una forma espectacular.

Además, la técnica de Jorge Obregón se encuentra cuidada a la perfección, lo que le permite crear paisajes impresionantes y muy realistas, al mismo tiempo que juega con los colores de una forma única. Esto último, junto al trabajo del montaje de las piezas, te permite observar cada destello de luz y la manera tan espectacular en la que el sol pinta el cielo con sus rayos al amanecer o al anochecer; así como la forma en la que la luna ilumina el firmamento nocturno. ¡Definitivamente te vas a enamorar con los colores de cada cuadro!

Recorrer las salas de Jorge Obregón. Un Retrato del Tiempo en el Museo Kaluz es una oportunidad única para conocer un aspecto diferente de nuestro país y de descubrir el trabajo de un artista que está danto mucho de que hablar, y que rescató la tradición del paisaje pictórico mexicano. Además, una vez ahí, puedes recorrer las demás exposiciones de este museo, conocer el edificio que alguna vez fue la Hospedería de Santo Tomás de Villanueva, y pasar una mañana o tarde disfrutando de algo para comer en la bella terraza de este lugar.

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Vigencia: Hasta el 6 de enero del 2025
Dirección:
 Hidalgo #85, Centro Histórico, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: $60 pesos
Horario: Miércoles a lunes de 10:00 a 18:00 hrsl.
Página Web: museokaluz.org
Instagram: instagram.com/museokaluz
Facebook: facebook.com/MuseoKaluz
Twitter: x.com/MuseoKaluz
TikTok: tiktok.com/@museokaluz
Youtube: youtube.com/c/MuseoKaluz/videos

Centro de la Imagen, un recorrido por el mundo a través de la fotografía

Si eres amante de la fotografía y estás buscando un lugar para conocer diferentes propuestas fotográficas, tienes que conocer el Centro de la Imagen en el centro de la Ciudad de México, un lugar en el que las imágenes cobran vida para contarnos un sinfín de historias fascinantes.

El Centro de la Imagen fue fundado en 1994 con la misión de promover, preservar y difundir las artes gráficas, y especialmente la fotografía en México. Desde entonces, se ha convertido en un punto de encuentro para artistas, aficionadxs y profesionales que buscan explorar y celebrar el poder de la imagen. ¡Aquí cada foto es una ventana a un mundo diferente!

Este maravilloso museo se encuentra en la histórica Plaza de la Ciudadela, dentro de un edificio que solía ser parte de la Biblioteca de México. La combinación de su arquitectura clásica y sus modernos espacios expositivos crea un ambiente único, perfecto para sumergirse en el arte visual. Cada rincón del museo está diseñado para inspirarte y hacerte sentir parte de la historia que se cuenta a través de las imágenes.

El Centro de la Imagen alberga una rica colección de fotografías y obras visuales que abarcan desde el siglo XIX hasta la actualidad. Su colección permanente incluye trabajos de destacadxs fotógrafxs mexicanxs e internacionales, ofreciendo una perspectiva amplia y diversa del mundo de la fotografía.

¿Y qué hay de las exposiciones? ¡Aquí siempre hay algo emocionante! El museo organiza exposiciones temporales que presentan lo mejor de la fotografía contemporánea, así como retrospectivas de grandes maestrxs de la imagen. Algunas de las exposiciones o temáticas más populares entre quienes visitan este lugar son:

  • 1. Fotoseptiembre: Un festival bianual que reúne a fotógrafxs de todo el mundo en una celebración masiva de la imagen.
  • 2. Muestras de Fotoperiodismo: Exposiciones impactantes que destacan el trabajo de fotoperiodistas mexicanxs y su valiosa labor de documentar la realidad.
  • 3. Exposiciones temáticas: Desde retratos íntimos hasta paisajes urbanos y naturalezas muertas, cada exposición te llevará en un viaje visual que te dejará sin aliento.

Visitar el Centro de la Imagen es una experiencia que no puedes dejar pasar. Ya seas un(a) apasionadx de la fotografía o simplemente alguien que disfruta de una buena historia visual, este museo tiene algo para ti. Así que ya sabes, ¡prepárate para descubrir el increíble mundo de la fotografía en el corazón de la Ciudad de México! El Centro de la Imagen te espera con las puertas abiertas y un montón de imágenes sorprendentes que contar.

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Dirección:
 Plaza de la Ciudadela #2, Centro Histórico, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: Entrada Libre
Horario: Miércoles a domingo de 10:00 a 19:00 hrs.
Página Web: ci.cultura.gob.mx
Instagram: instagram.com/cimagen
Facebook: facebook.com/centrodelaimagen.mx
Twitter: x.com/cimagen
YouTube: youtube.com/channel/UCBJt7yMdqzvdipc-bqUuvPw

Museo del Estanquillo, un recorrido por la cultura popular mexicana del siglo XX en el Centro Histórico

A finales del siglo XIX, la compañía La Esmeralda Hauser-Zivy y Compañía le pidió a los arquitectos Eleuterio Méndez y Francisco Serrano que construyeran un lujoso edificio, en la esquina de lo que hoy son Isabel La Católica y Francisco I. Madero, para que albergara una de las joyerías más lujosas del país. Fue así que, el 27 de noviembre de 1892, el entonces presidente, don Porfirio Díaz, inauguró la Joyería La Esmeralda, en uno de los edificios más espectaculares de toda la Ciudad. Al ser una joyería lujosa, todos los políticos y empresarios de la época, la vieja oligarquía, compraban ahí.

Pero llegó la Revolución Mexicana y con ella el cambio de poder. La Joyería La Esmeralda empezó a vender cada vez menos y terminó cerrando sus puertas. El edificio de La Esmeralda cambió de dueño y el edificio fue utilizado para todo tipo de propósitos; a finales de los años sesenta funcionó como oficinas de gobierno, también fue sucursal bancaria e, incluso, fue la sede de la discoteca “La Opulencia”. Y no fue hasta principios del siglo XXI, que el edificio fue elegido para convertirse en la sede del museo que mostraría las colecciones de Carlos Monsiváis.

¿Y quién fue Carlos Monsiváis? Carlos Monsiváis fue uno de los personajes más emblemáticos de la Ciudad de México. Y es que, Monsiváis fue un escritor y periodista que se dedicó a retratar la vida de la Ciudad a través de sus crónicas; mientras se dedicaba a defender los derechos humanos, especialmente los de la comunidad LGBTIQ+, militaba por un gobierno de izquierda y cuidaba a sus trece gatos. Si los trece gatos no te dieron una pista, Monsi, como le decían de cariño, era una especie de acumulador; y, a lo largo de su vida, se dedicó a crear todo tipo de colecciones en las que, de una u otra forma, se retrataba la cotidianeidad de la capital.

Gracias a esto, en el Museo del Estanquillo, el museo con las colecciones de Carlos Monsiváis, podrás encontrar todo tipo de exposiciones temáticas en las que podrás ver todo sobre la cotidianeidad de México, a través de una serie de caricaturas, anuncios, maquetas, juguetes, miniaturas, fotografías, grabados, litografías, objetos, máscaras de luchadores e, incluso, comics. Para que te des una idea de las exposiciones que suelen montar en este lugar, han curado recorridos a través de la literatura de la Familia Burrón, sobre el movimiento Nazi en México, sobre la Lucha Libre Mexicana, las Vedettes, Tin Tán y el espíritu de México 68, entre muchas otras.

Por esa diversidad de temáticas y exposiciones, el museo de Carlos Monsiváis recibe el nombre de Museo del Estanquillo. ¿Cómo? Pues tienes que saber que, el término “Estanquillo” se refiere a esas antiguas tiendas de abarrotes que se encontraban en las esquinas del extinto Distrito Federal, y en las que se vendía de todo un poco. El Museo del Estanquillo es una especie de Estanquillo cultural, en el que la cultura popular mexicana y la vida cotidiana cobran vida para llevarnos en un viaje por el tiempo, para descubrir un México más sencillo, el México del siglo XX.

Así que, si estás buscando una experiencia cultural divertida y enriquecedora en la Ciudad de México, el Museo del Estanquillo es el lugar perfecto para ti. Date una vuelta por el edificio de La Esmeralda y descubre las maravillosas colecciones de Carlos Monsiváis, sumérgete en la historia y cultura de México y participa en las actividades que el museo tiene para ofrecer. ¡Te prometemos que saldrás con una sonrisa en el rostro y con ganas de volver una y otra vez!

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Dirección:
 Isabel La Católica #26, Centro Histórico, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: Entrada Libre
Horario: Miércoles a lunes de 10:00 a 18:00 hrs.
Página Web: museodelestanquillo.cdmx.gob.mx
Instagram: instagram.com/museodelestanquillo
Facebook: facebook.com/MuseodelEstanquillo
Twitter: x.com/m_estanquillo
YouTube: youtube.com/user/MuseoEstanquillo

Museo de la Charrería, un rincón dedicado al arte charro en el Centro Histórico

¿Me creerías si te dijera que uno de los deportes nacionales de México mezcla la moda, la tradición ranchera y las habilidades ecuestres? Obviamente me refiero a la Charrería, una disciplina o jaripeo, una disciplina que dio origen a una tradición considerada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.

Buscando preservar y celebrar esta tradición, en 1972, la Federación Mexicana de Charrería decidió abrir el Museo de la Charrería en el ex Convento de Nuestra Señora de Montserrat, ubicado prácticamente frente al ex Convento de San Jerónimo, que es donde residió Sor Juana Inés de la Cruz. Más allá de la colección del museo, de la que hablaremos después, debes saber que, visitar este lugar es toda una experiencia porque podrás conocer uno de los conventos más antiguos de la CDMX, y del país, pues se construyó entre 1587 y 1590 para resguardar la imagen de la virgen de Nuestra Señora de Montserrat de Cataluña que habían traído de España. Por ende, el solo entrar a este lugar te transportará al México del pasado, para que puedas apreciar la arquitectura novohispana y cómo vivían los benedictinos en aquél entonces.

¿Y qué ching@#0$ encontrarás en el Museo de la Charrería? La colección del Museo de la Charrería es un desfile de colores, historia y moda. Y es que, en sus salas encontrarás una gran variedad de trajes típicos de charros y adelitas, sillas, monturas y albardas, armas de fuego y armas blancas, utensilios y accesorios y todos los objetos que te puedas imaginar.

Obviamente, las estrellas de la colección son los trajes de charro. Estos trajes no son solo ropa; son obras de arte. Bordados a mano con hilos de plata y oro, cada traje cuenta una historia y muestra la habilidad artesanal de México. Podrás ver desde los trajes más tradicionales hasta las versiones más modernas, cada uno con su propio toque especial. Las sillas de montar son otro elemento destacado. Imagina montar a caballo en una silla finamente trabajada, con detalles de cuero y metal que no solo son hermosos, sino también funcionales. Cada silla de montar en el museo muestra la evolución del diseño y la técnica a lo largo de los años.

¿Qué sería de un charro sin sus accesorios? Desde espuelas y sombreros hasta reatas y fustas, pasando por sables, espadas, revólveres y carabinas; la colección de accesorios del museo es impresionante. Cada pieza está diseñada no solo para ser funcional, sino también para destacar en el ruedo. Además de los objetos físicos, el museo cuenta con una impresionante colección de fotografías y documentos históricos. Estos materiales ofrecen una visión profunda de cómo la charrería ha evolucionado a lo largo del tiempo y cómo ha influido en la cultura mexicana.

Así que, si estás buscando una experiencia cultural auténtica y tradicional en la Ciudad de México, el Museo de la Charrería es el lugar ideal para ti. Una oportunidad para descubrir la pasión, la habilidad y la historia que hacen de la charrería una parte tan especial de la identidad mexicana.

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Dirección:
 Isabel La Católica #108, esq. Izazaga, Centro Histórico, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: Entrada Libre
Horario: Lunes a viernes de 10:30 a 17:30 hrs.
Página Web: museodelacharreria.org.mx
Instagram: instagram.com/museodelacharreria
Facebook: facebook.com/museodelacharreria
YouTube: youtube.com/@MuseoDeLaCharreria

Museo de Sitio de San Sebastián Atzacoalco, descubriendo el barrio más antiguo de CDMX en Tepito

San Sebastián Atzacoalco se encuentra en el mero Centro Histórico y hoy en día forma parte de Tepito; por lo mismo, en sus calles podrás encontrar una infinidad de puestos ambulantes que tapizan las calles, escondiendo uno de los tesoros más antiguos de la Ciudad de México. Debes saber que, antes de que los españoles llegaran a América, Atzacoalco era uno de los cuatro barrios que conformaban México-Tenochtitlán junto a Cuepopan, Zoquipan y Moyotlan. Y tras la caída del imperio Azteca se decidió construir una pequeña capilla (inaugurada en 1524) en el barrio de Atzacoalco, mismo que pasó a llamarse San Sebastián Atzacoalco. Esta pequeña capilla fue ocupada por una orden Franciscana; sin embargo, en 1585, cuando llegaron los primeros Carmelitas a México, el virrey Pedro Moya de Contreras les otorgó la capilla, creando un fuerte conflicto entre ambas órdenes.

Los Carmelitas terminaron ganando la discusión, ocupando oficialmente el barrio de San Sebastián Atzacoalco. Sin embargo, la orden creció rápidamente y solicitaron la construcción del Templo y Monasterio de El Carmen, a unos pasos de ahí, donde hoy se encuentra la Lagunilla. Para 1607, los Carmelitas ya habían abandonado la capilla y los Agustinos se apoderaron de la pequeña parroquia de San Sebastián, convirtiéndola en una ermita para feligreses indígenas. Además, en la casa anexa a la parroquia, los Agustinos crearon uno de los primeros hospitales de México. Con el paso del tiempo, la parroquia se fue modificando y, para el siglo XVIII el edificio había sido completamente remodelado, manteniendo el hospital. Y, para 1926, gracias a la Guerra Cristera, la pequeña iglesia cerró sus puertas completamente.

Durante algunos años, la Iglesia de San Sebastián Atzacoalco quedó prácticamente en el olvido, absorbida por el comercio ambulante de la zona; sin embargo, en julio del 2023, la iglesia volvió a abrir sus puertas pero esta vez como museo de sitio. Un museo en el que podrás conocer un poco sobre la historia del barrio de San Sebastián Atzacoalco, así como de la presencia franciscana en México.

Aunque el museo es pequeño y sencillo, cuenta con cinco salas en los que podrás conocer toda la historia del barrio, desde la época prehispánica. En la primera sala descubrirás los antecedentes arqueológicos de Atzacoalco y la casa de la infancia de Moctezuma; la segunda sala está dedicada a la hagiografía (biografía excesivamente elogiosa de un santo) de San Sebastián Mártir, así como apreciar una pila bautismal del siglo XVIII. La tercera sala es un breve recorrido a través de los quinientos años de presencia franciscana en México. La cuarta sala narra la historia de la fundación del barrio y la doctrina indígena, y también podrás apreciar una reliquia de 1523, el libro de fundaciones y los libros de bautismo, defunciones y matrimonios indígenas. Y, por último, en la quinta sala podrás conocer el antiguo hospital.

 Aunque el Museo de Sitio de San Sebastián Atzacoalco es un lugar sencillo y escondido, nos ofrece una visión diferente de la historia de México. Y es que, recorrer sus salas, y el camino al mismo museo, es una oportunidad para adentrarte en uno de los barrios más antiguos de la Ciudad de México y aprender sobre los eventos que en él se desarrollaron. Además, una vez en San Sebastián, puedes visitar la plaza de la iglesia (Plaza Gregorio Torres Quintero) y admirar la misteriosa torre que se encuentra en ella (y digo misteriosa, porque no se tiene registro histórico de la misma).

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Dirección:
 República de Bolívar #46, esq. Rodríguez, Centro Histórico, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: $50 pesos
Horario: Martes a domingo de 10:00 a 17:00 hrs.