Archivos de la categoría Historia del Metro

Metro General Anaya, un homenaje al Héroe de la Batalla de Churubusco

La estación Metro General Anaya, ubicada en la Línea 2 del Sistema de Transporte Colectivo Metro, en la alcaldía Coyoacán, es un punto de gran significado histórico. Su nombre evoca la memoria del General Pedro María Anaya, quien defendió valientemente a México durante la invasión estadounidense de 1847. La estación, inaugurada en 1970, se encuentra en las cercanías del Museo Nacional de las Intervenciones, un espacio que resguarda la historia de esa crucial batalla.

Pedro María Anaya nació en 1794 en Hidalgo y desde joven se unió al Ejército Realista, aunque pronto se unió a la causa insurgente tras la firma del Plan de Iguala. A lo largo de su carrera, alcanzó el grado de General y desempeñó roles clave, como Ministro de Guerra y Marina. Sin embargo, es especialmente recordado por su valentía durante la Batalla de Churubusco, librada el 20 de agosto de 1847, durante la cual resistió el avance de las fuerzas estadounidenses.

La estación General Anaya toma su nombre en honor a este destacado militar, y el ícono de la estación lo representa en silueta. En la batalla, Anaya defendió el Exconvento de Churubusco, hoy Museo Nacional de las Intervenciones, enfrentando a un ejército invasor mucho más numeroso. En uno de los episodios más recordados de la batalla, se le atribuye la famosa frase: “Si hubiera parque, no estarían ustedes aquí“, respuesta a los estadounidenses que intentaron obligarlo a entregar las municiones. Esta afirmación se ha convertido en un símbolo de valentía y resistencia.

La estación General Anaya está situada en un área cargada de historia. A solo dos cuadras del metro, se encuentra el Museo Nacional de las Intervenciones, que alberga colecciones que narran en detalle la Batalla de Churubusco y otros episodios clave de la historia militar de México. Cerca de la estación también se encuentran varios puntos de interés, como el Centro Nacional de las Artes (CENART), la Escuela Nacional Preparatoria 6, y el Club Campestre de la Ciudad de México. Además, el Monumento al General Anaya, que originalmente se encontraba en una glorieta cercana, fue reubicado frente al museo en homenaje a su legado.

La estación General Anaya no solo conecta a lxs viajerxs con el pasado histórico de México, sino que también se sitúa en un área culturalmente rica. El Parque Masayoshi Ohira, el Templo de San Mateo Churubusco, y el Museo del Ejército y la Fuerza Aérea se encuentran a pocos pasos, ofreciendo a lxs visitantes un recorrido por la historia de la ciudad y el país. La ubicación de la estación también destaca por su cercanía a Coyoacán, un barrio tradicionalmente cultural y uno de los más emblemáticos de la Ciudad de México.

La Batalla de Churubusco fue uno de los enfrentamientos más significativos de la intervención estadounidense en México. A pesar de la derrota mexicana, la valentía del General Anaya y sus tropas se ha convertido en un símbolo de lucha y honor. El Museo Nacional de las Intervenciones ofrece una visión completa de este conflicto, siendo un sitio ideal para quienes desean conocer más sobre este episodio crucial de la historia mexicana.

El Metro General Anaya es mucho más que una estación de transporte. Es un recordatorio de la resistencia y el coraje de aquellos que defendieron a México en tiempos de invasión. Además, su entorno, lleno de sitios históricos y culturales, la convierte en un punto de interés tanto para los habitantes de la ciudad como para los turistas interesados en conocer la rica historia de la Ciudad de México.

Metro Tasqueña, un homenaje a Taxco y su conexión con la Luna

La estación Metro Tasqueña, ubicada en el sur de la Ciudad de México, es una de las terminales más importantes de la Línea 2 del Sistema de Transporte Colectivo. Su nombre proviene de la Calzada Taxqueña, una importante arteria que conecta diferentes zonas del sur de la ciudad. Esta estación no solo es un centro de transporte vital, sino también un sitio con una rica carga histórica y cultural que remite a la belleza de Taxco, Guerrero, y a las tradiciones de la zona.

Originalmente conocida como Taxqueña, la estación cambió su ortografía para Tasqueña en los últimos años, siguiendo el patrón de otras estaciones del metro y el tren ligero. El nombre de la calzada, a su vez, hace alusión al gentilicio de las mujeres de Taxco, famoso por su platería. Según la tradición, las tierras de esta zona fueron originalmente propiedad de una mujer originaria de Taxco, lo que dio origen al nombre de la calzada.

El ícono de la estación, que representa una luna, hace referencia a la asociación de la luna con Taxco, una ciudad famosa por la extracción y trabajo de la plata. La luna, en este contexto, simboliza la conexión con el Culhuacán, una antigua localidad de la zona que adoraba a esta deidad. La silueta lunar en el ícono de la estación refleja este vínculo con la tradición y el misticismo que aún perduran en la cultura local.

La estación Tasqueña no solo es un punto de paso importante para las y los habitantes del sur, sino también un centro clave de conexión. Al ser terminal de la Línea 2, conecta con el tren ligero, que lleva a lxs viajerxs hacia Xochimilco y el popular Barrio de San Pedro, así como con la terminal de autobuses del sur de la ciudad. Además, la estación alberga hangars de mantenimiento para los vagones, lo que la convierte en una estación de gran capacidad y vital para el funcionamiento del sistema de transporte.

Al entrar a la estación, lxs viajerxs no solo se encuentran con un importante punto de conexión, sino también con una obra de arte monumental. La estación alberga cuatro murales de mosaico creados por el renombrado artista Alberto Castro Leñero. La tetralogía llamada “Elementos” consta de los murales titulados “Fuego“, “Aliento“, “Azul” y “Horizontal“, cada uno representando uno de los elementos naturales. Estas impresionantes piezas, que suman más de 25,000 piezas de talavera, adornan las paredes de la estación y constituyen una de las manifestaciones artísticas más importantes dentro del sistema del metro.

La estación Tasqueña no solo es un cruce de caminos, sino también un centro cultural en el sur de la ciudad. A su alrededor, se encuentran barrios residenciales, el Tianguis Musical, un mercado popular para lxs amantes de la música, y varios puntos de interés que enriquecen el entorno. Además, la estación conecta con el monasterio de Culhuacán, que tiene una rica historia religiosa y cultural en la zona.

Metro Tasqueña no es solo una estación de transporte, sino un espacio que honra la historia, la cultura y el arte de la región. Su nombre, inspirado en Taxco y la figura de la luna, y su vínculo con importantes puntos históricos y culturales, la convierten en un destino esencial para lxs viajeros del sur de la Ciudad de México.

Metro Allende, historia, curiosidades y lo que encontrarás cerca de esta estación del Centro Histórico

Ubicado en pleno corazón del Centro Histórico de la Ciudad de México, el Metro Allende forma parte de la Línea 2 del Sistema de Transporte Colectivo y es mucho más que una simple parada en el trayecto diario. Esta estación debe su nombre a la calle Allende, en honor al general Ignacio Allende, uno de los primeros líderes del movimiento independentista de 1810. El pictograma de la estación representa su busto, recordándonos que la historia nacional también se mueve bajo tierra.

Inaugurada el 14 de septiembre de 1970, esta estación tiene varias particularidades que la hacen única dentro del sistema. Por ejemplo, sus andenes son los más estrechos de toda la red, una consecuencia directa del reducido espacio disponible en la antigua calle de Tacuba. Esta condición arquitectónica también explica por qué Allende es una de las pocas estaciones donde no se puede cambiar de andén sin salir y volver a entrar —una característica que solo comparte con Metro Tezozómoc en la Línea 6—. Así que si te equivocas de dirección, prepárate para cruzar la calle y comprar otro boleto (o regresar a Bellas Artes o Zócalo / Tenochtitlan si aún estás dentro del sistema).

Pese a su tamaño, Metro Allende tiene una afluencia constante, con un promedio diario de casi 29 mil usuarios, quienes aprovechan su ubicación estratégica para visitar los múltiples puntos de interés cercanos. Al salir a la superficie, te encuentras de inmediato con una de las zonas más antiguas y transitadas de la capital. Desde aquí es fácil llegar al Jardín de la Triple Alianza, al Museo del Ejército y la Fuerza Aérea, a la Biblioteca del Congreso o al Museo Interactivo de Economía.

Con múltiples accesos y salidas que se entrelazan con la calle Tacuba, esta estación recuerda por momentos a los accesos de las estaciones neoyorquinas, rodeada de vendedores ambulantes, pero también de árboles, historia y cultura viva.

Metro Allende no solo te lleva a tu destino; también te conecta con la memoria de un país y el latido del centro de la ciudad.

Metro Zócalo/Tenochtitlan, conoce la estación más emblemática del Centro Histórico

Ubicada en el corazón del Centro Histórico de la Ciudad de México, la estación Zócalo/Tenochtitlan de la Línea 2 del Metro no solo conecta a miles de personas diariamente: también es un punto clave para entender la identidad histórica y cultural del país. Su nombre, imagen y localización están cargados de simbolismo.

El nombre “Zócalo” proviene del cuerpo inferior de una construcción en términos arquitectónicos. Esta palabra se volvió sinónimo de plaza principal a raíz de un proyecto fallido impulsado por Antonio López de Santa Anna en 1843, quien mandó construir un monumento conmemorativo a la Independencia de México. Aunque el diseño ganador, del arquitecto Lorenzo de la Hidalga, prometía una gran obra, por problemas económicos solo se edificó el pedestal o zócalo. Con el paso del tiempo, este basamento fue removido por dificultar el paso peatonal, pero la palabra quedó en la memoria colectiva como el nombre popular de la Plaza de la Constitución.

El ícono de la estación representa la silueta del Escudo Nacional de México, en alusión directa al emblema del Poder Ejecutivo Federal, cuya sede, el Palacio Nacional, se encuentra justo al lado. Este símbolo, un águila devorando una serpiente sobre un nopal, es uno de los tres elementos que conforman los símbolos patrios del país.

La estación fue inaugurada en 1970 con el nombre “Zócalo” y, en agosto de 2020, se le añadió el nombre “Tenochtitlan” para conmemorar los 500 años de la caída de México-Tenochtitlan, capital del imperio mexica. Esta modificación reconoce la profundidad histórica del lugar, ya que la estación se encuentra sobre lo que fue el principal centro ceremonial de los mexicas.

El entorno de la estación es igualmente significativo: la Plaza de la Constitución, o Zócalo, está rodeada por algunos de los edificios más emblemáticos de la ciudad y del país, como el Palacio Nacional, la Catedral Metropolitana y el edificio del Gobierno de la Ciudad de México, todos ellos con una riqueza arquitectónica inigualable que refleja distintas épocas de la historia nacional.

A lo largo de su historia, la estación también ha sido escenario de descubrimientos arqueológicos importantes. Durante su construcción, se hallaron vestigios de un adoratorio mexica, el cual fue trasladado y hoy forma parte de la Sala Mexica del Museo Nacional de Antropología. Además, en lugar de publicidad comercial, los pasillos de esta estación exhiben mapas, fotografías y litografías históricas del Zócalo, y una serie de maquetas recrea la plaza en tres momentos clave: la época prehispánica, la colonial y los inicios del siglo XX.

Por todo esto, el Metro Zócalo/Tenochtitlan no es solo un punto de transporte: es una puerta de entrada al pasado, un símbolo vivo de la historia nacional y un homenaje subterráneo al legado mexica y a la construcción de la nación mexicana.

Metro Pino Suárez, revolución y dioses prehispánicos en el Centro Histórico

Ubicada en el corazón de la Ciudad de México, la estación Pino Suárez es mucho más que una simple conexión entre las líneas 1 y 2 del Metro. Es un cruce de caminos entre historia, cultura y patrimonio arqueológico que pasa desapercibido para millones de usuarixs diarios. Desde su nombre hasta su ícono, cada elemento de esta estación tiene un relato que contar.

Su nombre proviene de la avenida Pino Suárez, que honra a José María Pino Suárez, un personaje clave de la Revolución Mexicana. Abogado, periodista, poeta y político, fundó el diario El Peninsular para denunciar la opresión que sufrían los campesinos. Fue gobernador de Yucatán y vicepresidente de México junto a Francisco I. Madero. Ambos fueron asesinados durante la Decena Trágica de 1913, y su memoria quedó grabada en calles, avenidas y, por supuesto, en esta emblemática estación.

Pero Pino Suárez también guarda un secreto del México antiguo. Durante las excavaciones para su construcción a finales de los años 60, se descubrió un adoratorio prehispánico dedicado a Ehécatl, el dios del viento. Esta estructura cilíndrica, diseñada para permitir el libre paso del viento, marcaba el límite sur de la gran Tenochtitlán. Hoy, el templo —considerado la zona arqueológica más pequeña del país— se puede admirar justo en el punto de correspondencia entre las dos líneas del Metro, siendo transitado de forma indirecta por hasta 54 millones de personas al año.

El ícono de la estación, una representación de la pirámide de Ehécatl, rinde homenaje a este hallazgo arqueológico. En la mitología mexica, Ehécatl es una de las manifestaciones de Quetzalcóatl, una serpiente emplumada y dios creador asociado con los vientos y los puntos cardinales. Excavaciones posteriores, como las de 2017, han revelado restos de un calpulli o unidad social prehispánica, posiblemente perteneciente al antiguo barrio de Cuezcontitlán, lo que añade aún más riqueza al sitio.

La estación también destaca por su entorno dinámico. En su superficie se encuentran lugares históricos como la iglesia de San Miguel Arcángel y el Jardín San Miguel, además de zonas comerciales populares como la Plaza Comercial Pino Suárez y la Plaza San Lucas, donde se puede encontrar ropa, calzado y artículos diversos.

Además, Pino Suárez forma parte del único pasaje subterráneo en la red del Metro que conecta dos estaciones sin ser correspondencia directa: el famoso pasaje Zócalo-Pino Suárez, también conocido como Un paseo por los libros, donde se pueden encontrar librerías, exposiciones artísticas y un pequeño auditorio.

Desde su inauguración como la primera estación de correspondencia en 1970 hasta su reciente remodelación parcial en 2023, Pino Suárez sigue siendo un punto vital en la movilidad de la ciudad. Pero más allá de su utilidad como transporte, esta estación es un verdadero cruce de épocas, donde conviven la historia revolucionaria, el esplendor mexica y la vida cotidiana de millones de personas.

Metro San Antonio Abad, un estación con un pasado religioso y textil

La estación San Antonio Abad forma parte de la Línea 2 del Metro de la Ciudad de México y está ubicada en la alcaldía Cuauhtémoc. Aunque para muchxs es solo una parada más rumbo al sur de la ciudad, lo cierto es que esta estación tiene un trasfondo religioso, social y arquitectónico que se remonta al siglo XVI.

El nombre de la estación proviene de la Calzada San Antonio Abad, tramo de la antigua Calzada de Tlalpan, una de las arterias más antiguas de la ciudad. Esta, a su vez, toma su nombre de San Antonio Abad, también conocido como San Antonio de Egipto, un fraile que vivió entre los años 251 y 356 d.C. y es considerado el padre del movimiento ermitaño cristiano. Su imagen sirve como ícono de la estación.

A su llegada a la Nueva España en 1530, la Orden de los Antoninos solicitó un terreno para construir un templo. El virreinato les asignó un predio al sur de la ciudad, donde comenzaron la construcción del Templo y Hospital de San Antonio Abad. Aunque la obra tardó décadas en concluirse —pues dependía de limosnas—, finalmente fue inaugurada en 1682. El convento cerró tras la muerte del último fraile antonino en México, pero el edificio tuvo otras vidas: en 1789 fue adaptado como fábrica textil, una industria que aún tiene presencia en la zona.

Hoy, la estación se caracteriza por ser la primera no subterránea de la línea que va hacia el sur y por su cercanía con edificios judiciales y de gobierno. En su interior destaca el mural “La historia jamás contada, los hilados”, del artista Ariosto Otero Reyes, que homenajea tanto a la industria textil como a los terremotos de 1985 y 2017.

Aunque poco frecuentada por turistas, Metro San Antonio Abad guarda entre sus muros fragmentos del pasado virreinal y del México contemporáneo. Además, brinda acceso a colonias como Obrera, Tránsito y Asturias, donde aún se pueden descubrir joyas como la Imprenta Gala, con más de un siglo de historia, o sitios tradicionales como Santa Cruz Acatlán.

Metro Chabacano, un recuerdo del paisaje urbano de antaño en la CDMX

La estación Chabacano del Metro de la Ciudad de México es mucho más que un punto de conexión entre tres líneas (2, 8 y 9). Ubicada en la alcaldía Cuauhtémoc, esta estación es un nodo estratégico que presta servicio a las colonias Vista Alegre, Obrera y Ampliación Asturias. Pero más allá de su importancia en la red del transporte colectivo, Chabacano guarda un origen tan curioso como aromático: su nombre proviene del chabacano, una fruta veraniega de pulpa jugosa, color amarillo-naranja y aroma inconfundible.

La historia se remonta a la creación de las colonias Asturias y Vista Alegre. En ese entonces, al proyectarse las nuevas calles, una de ellas recibió el nombre de Chabacano por la gran cantidad de árboles de esta fruta que crecían en los terrenos baldíos de la zona. Estos árboles se daban especialmente bien gracias a la cercanía con el antiguo río de la Piedad, cuya humedad favorecía su crecimiento. Hoy ese río está entubado y lo conocemos como el Viaducto Miguel Alemán.

El chabacano, también llamado albaricoque, tiene su origen en China, pero fue traído a América por misioneros españoles en el siglo XVIII. Su llegada no pasó desapercibida: su sabor y su adaptación al clima mexicano lo hicieron parte del paisaje urbano, al grado de dar nombre a una calle y, eventualmente, a una estación de Metro.

El ícono de la estación, como no podía ser de otro modo, es la silueta del chabacano. Además de su conexión eficiente entre líneas, Chabacano es un espacio cultural con murales como Civilización y Cultura, del artista portugués José de Guimarães, y Urban historias del rock mexicano, de Jorge Flores Manjarrez. Incluso ha sido escenario de cine: en 1990 se filmó aquí una escena de la película Total Recall, protagonizada por Arnold Schwarzenegger.

Así, la estación Chabacano no solo conecta destinos, también enlaza memorias: desde los árboles frutales que le dieron su nombre hasta las historias urbanas que hoy siguen fluyendo bajo la ciudad.

Metro Bellas Artes, arte, historia y cultura en el corazón de la CDMX

La estación Bellas Artes es una de las más emblemáticas del Metro de la Ciudad de México, no solo por ser el punto de correspondencia entre las Líneas 2 y 8, sino también por su cercanía con el icónico Palacio de Bellas Artes, de donde toma su nombre. Ubicada en la alcaldía Cuauhtémoc, en pleno centro de la ciudad, esta estación es un punto clave tanto para turistas como para residentes, ya que conecta importantes zonas culturales y comerciales. El logotipo de la estación representa una imagen estilizada del Palacio de Bellas Artes, uno de los recintos culturales más importantes de México.

Una de las características más distintivas del Metro Bellas Artes es su famosa entrada tipo Guimard, ubicada al costado del Palacio de Bellas Artes. Esta estructura de estilo art nouveau fue un regalo del Metro de París en 1998, con motivo del 30 aniversario de cooperación entre los sistemas de metro de ambas ciudades. A cambio, México donó el fresco “El pensamiento y el alma huicholes” del artista Santos de la Torre, que ahora se exhibe en la estación Palais Royal-Musée du Louvre del Metro de París. Esta entrada parisina no solo es un ícono visual de la estación, sino también un símbolo del intercambio cultural entre ambos países.

El Metro Bellas Artes también destaca por su riqueza artística. En la Línea 8, los andenes exhiben los murales “Visión de un artista mexicano sobre Francia” de Rodolfo Morales y “Visión de un artista francés sobre México” de Jean Paul Chambas, reflejando el diálogo artístico entre ambos países. Además, en la Línea 2, se encuentran las reproducciones de los murales de Bonampak realizadas por Rina Lazo. Estas piezas, ubicadas en el vestíbulo sur-poniente y en el pasillo de acceso desde la entrada Guimard, cubren casi 30 metros cuadrados y muestran la riqueza del arte maya prehispánico.

El Metro Bellas Artes es uno de los puntos más visitados por turistas nacionales e internacionales. En 2014, registró una afluencia promedio diaria de 24,808 personas en la Línea 2 y 19,324 personas en la Línea 8. Actualmente, la estación es transitada por más de 50,000 personas diarias, lo que la convierte en un nodo esencial para la movilidad de la ciudad.

Justo al salir del Metro Bellas Artes, las y los visitantes pueden disfrutar de la Alameda Central, uno de los parques más importantes y antiguos de la Ciudad de México. Este espacio, ubicado al oriente de la estación, es un punto de encuentro para quienes buscan un respiro de la bulliciosa vida citadina, rodeadxs de historia y belleza natural.

Metro Normal, historia y legado educativo en la Ciudad de México

La estación Normal forma parte de la Línea 2 del Metro de la Ciudad de México y está ubicada al poniente de la capital, en la alcaldía Miguel Hidalgo. Su nombre y logotipo hacen referencia a la Benemérita Escuela Nacional de Maestros, también conocida como la Escuela Normal de Maestros, institución clave en la formación de docentes en México. El ícono de la estación representa la torre principal del edificio original de esta escuela, cuya estructura fue demolida tras el devastador sismo de 1957. Aunque la torre ya no existe, el vestíbulo del edificio original aún sobrevive y hoy funciona como sala de exposiciones.

La historia de la Escuela Normal se remonta a 1890, cuando la Escuela Secundaria para Señoritas fue transformada en una escuela para la formación de maestras. En 1917, la Dirección General de Educación Pública y de Bellas Artes asumió la administración de las normales de hombres y mujeres. Posteriormente, bajo la gestión de José Vasconcelos como rector de la Universidad Nacional, se construyeron los edificios para la Normal de Varones y la Normal de Señoritas, ambos ubicados sobre la Calzada México-Tacuba, zona donde actualmente se encuentra la estación Normal.

En 1920, un decreto presidencial transfirió la administración de las normales a la Universidad de México, y más tarde pasaron a depender de la Secretaría de Educación Pública (SEP). Este cambio permitió centralizar la educación popular del país en la Escuela Normal, consolidándola como un pilar fundamental para la formación de docentes en todo México.

Los muros de la estación Normal también guardan memoria de un episodio doloroso en la historia del país: la Matanza del Jueves de Corpus, ocurrida el 10 de junio de 1971. En las inmediaciones de esta estación, decenas de estudiantes fueron reprimidos violentamente durante una manifestación pacífica. Para no olvidar este trágico suceso, la estación alberga testimonios escritos e imágenes que mantienen viva la memoria colectiva.

En 2024, la estación Normal registró una afluencia anual de 10,640,982 pasajeros, lo que la posicionó como la 4ª estación más utilizada de la Línea 2 y una de las más concurridas de toda la red del Metro. Su ubicación estratégica y su conexión histórica la convierten en un punto clave para quienes transitan por la zona.

Metro San Cosme, historia, tradición y arquitectura colonial en la CDMX

La estación San Cosme forma parte de la Línea 2 del Metro de la Ciudad de México y está ubicada en la alcaldía Cuauhtémoc, en una de las zonas más históricas de la capital. Su nombre proviene de la Avenida Ribera de San Cosme, que forma parte de lo que en tiempos prehispánicos fue la Calzada Tacuba, una de las calzadas originales que conectaban a Tenochtitlan con el mundo exterior. Esta avenida recibió su nombre debido a los asentamientos que se desarrollaron en la ribera del antiguo lago de Texcoco, donde floreció el Pueblo de San Cosme.

El logotipo de la estación San Cosme representa uno de los balcones de la Casa de los Mascarones, un majestuoso edificio colonial ubicado a escasos metros de la entrada del metro. Esta antigua residencia fue construida entre los siglos XVIII y XIX y debe su nombre a las imponentes mascarones (caras talladas en piedra) que adornan su fachada. La Casa de los Mascarones es uno de los emblemas arquitectónicos de la zona y un testimonio vivo de la época colonial en México.

La Calzada de San Cosme, donde se encuentra la estación, alguna vez estuvo bañada por las aguas del lago de Texcoco. Las casas construidas en esta zona eran consideradas propiedades de ribera, lo que dio origen al nombre Ribera de San Cosme. Con el paso del tiempo, esta calzada se transformó en una importante vía de comunicación que conectaba Tlaxpana con Buenavista, marcando los límites del antiguo barrio popular de San Cosme.

A finales del siglo XIX, San Cosme se consolidó como un barrio de clase trabajadora, con una identidad propia y un fuerte arraigo cultural. Entre sus puntos de referencia destacaban una ermita, una fuente y un panteón que, hasta la fecha, sigue en pie como vestigio del pasado.

Aunque San Cosme es una de las estaciones más emblemáticas de la Línea 2, su afluencia ha variado a lo largo de los años. En 2014, registró un promedio anual de 25,689 personas, lo que la convierte en una estación de tránsito constante, especialmente para quienes habitan y trabajan en esta tradicional zona de la Ciudad de México.