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Metro Bondojito, un viaje entre nopales y palabras otomíes

La estación de Metro Bondojito, en la Línea 4 del Metro de la Ciudad de México, no solo es una parada en tu trayecto: es también una ventana al pasado natural y lingüístico del Valle de México. Su nombre proviene de la palabra otomí bondo, que significa “nopal pelón”. De ahí surge “Bondojito”, que se puede traducir como “nopalito”. ¡Y vaya que tiene sentido! Antes de que esta zona fuera parte de la ciudad, aquí abundaban los nopales pequeños que crecían en terrenos pantanosos.

El logotipo de la estación, una nopalera, nos recuerda precisamente eso: la presencia ancestral del cactus más querido de México, el Opuntia ficus-indica, que además forma parte del escudo nacional. De hecho, los frutos carmesí de esta planta eran conocidos como tenochtli por los mexicas, y están ligados al mito fundacional de Tenochtitlán.

La estación Bondojito se encuentra en la alcaldía Gustavo A. Madero, en la colonia del mismo nombre. También da servicio a otras colonias vecinas como Tablas de San Agustín y Belisario Domínguez, conectando a miles de personas cada día con el resto de la ciudad. Aunque no es una de las más transitadas del sistema, cumple una función esencial para quienes viven o trabajan en la zona.

Se trata de una estación elevada, al estilo “tren espacial”, como muchas otras de la Línea 4. Desde sus andenes, los visitantes pueden disfrutar de una vista aérea del oriente de la ciudad, una experiencia curiosa para quienes no están acostumbrados a viajar en metro a esas alturas.

La estación cuenta con salidas hacia el Eje 2 Oriente, justo en la esquina con la calle Oriente 103. Desde ahí, puedes caminar unos minutos hacia el Mercado Río Blanco, ideal para una parada gastronómica rápida. Si tienes más tiempo, puedes aventurarte a conocer el Mercado Bondojito, ubicado a unos 15 minutos a pie sobre la Avenida Henry Ford. O, también puedes pasarte por una buena birria a La Perla Tapatía, a solo unos pasos del metro.

Además, hay conexión con la Línea 4 del Trolebús y algunas rutas de RTP, lo que hace de Bondojito una parada estratégica para la movilidad local.

Aunque en 2023 recibió poco menos de 2 millones de usuarios, y ocupa el lugar 162 de 195 en afluencia, sigue siendo una pieza importante del rompecabezas urbano que es el Metro. Es una estación modesta, sí, pero llena de historia natural y cultural, y con raíces que se hunden profundamente en la lengua otomí y en los suelos donde alguna vez reinaron los nopales.

Metro Consulado, una estación entre ríos, tubos y transbordos

Ubicada al norte de la Ciudad de México, en el límite de las alcaldías Venustiano Carranza y Gustavo A. Madero, la estación Metro Consulado es uno de esos puntos clave donde se cruzan historias, infraestructura y movilidad. Esta estación forma parte de las Líneas 4 y 5 del Sistema de Transporte Colectivo y, aunque puede que no sea de las más transitadas, tiene una historia interesante que vale la pena contar.

¿Por qué se llama Consulado?

La estación toma su nombre de la avenida Río Consulado, una vialidad muy transitada que corre de poniente a oriente por el centro-norte de la ciudad. Pero lo curioso es que esa avenida fue construida sobre el cauce de un antiguo río: el Río Consulado.

Este canal natural recolectaba las aguas de los ríos San Joaquín y Morelos, que bajaban desde las laderas de la Sierra de las Cruces. Durante años, ese río fue una vía importante para el desagüe de la ciudad, pero con el crecimiento urbano, fue entubado y ahora corre bajo tierra, justo por donde pasa la avenida y, claro, la estación de metro. Por eso, el ícono de la estación es una sección de tubo, representando ese sistema oculto por el que aún fluyen las aguas.

Y si te lo preguntabas, el término “consulado” también hace referencia a la jurisdicción de un cónsul, ese funcionario diplomático que representa a su país en el extranjero. Aunque en este caso, el nombre no tiene que ver con diplomacia, sino con geografía urbana e ingeniería hidráulica.

Un nodo entre líneas

La estación Consulado fue inaugurada en 1981 como parte de la Línea 5, y durante unos meses funcionó como terminal hasta que la línea se extendió a La Raza en 1982. También es especial porque aquí se construyó la primera conexión visible al aire libre entre dos líneas del metro, mediante una rampa que une los andenes de las líneas 4 y 5. Hoy en día, solo hay otra conexión similar: en la estación Oceanía.

Aunque su afluencia no es muy alta comparada con otras estaciones —en 2023, la usaron en promedio poco más de 7 mil personas al día entre ambas líneas—, sigue siendo una conexión útil para los usuarios que viajan por el norte de la ciudad.

¿Qué hay cerca?

Además del movimiento típico de una estación de correspondencia, en los alrededores de Consulado hay sitios curiosos para quienes se animan a explorar. Uno de ellos es el parque Charles Chaplin, una pequeña área verde con una escultura dedicada al icónico actor, realizada en 1982 por el artista mexicano Víctor Gutiérrez.

También está el Mercado Río Blanco, al norte de la estación, sobre la Avenida Congreso de la Unión, donde se puede disfrutar de antojitos y ambiente tradicional. Y si caminas un poco más, encontrarás el Deportivo Plutarco Elías Calles y el Hospital Materno Infantil de Inguarán, dos servicios clave de la zona.

Metro Canal del Norte, un viaje por aguas del pasado de la CDMX

La estación del metro Canal del Norte, ubicada en la Línea 4 del Metro de la Ciudad de México, no sólo conecta a miles de personas cada día: también nos conecta con el pasado acuático de la capital. Su nombre y símbolo —una acequia seccionada— son un homenaje a una de las vías de comunicación más importantes de la época colonial.

Un canal virreinal muy transitado

Durante el Virreinato, en 1780, se inauguró un canal que unía el centro de la Ciudad de México con la Villa de Guadalupe. Este canal se convirtió en uno de los paseos favoritos de la época. Antes de eso, ya desde tiempos mexicas, el valle era una red impresionante de lagos, canales y acequias, ya que los aztecas no contaban con animales de tiro y dependían de las canoas para moverse y transportar mercancías.

Este famoso Canal del Norte complementaba rutas como la Calzada de Misterios, decorada desde la década de 1670, y antecedía a la Calzada de Guadalupe, abierta en 1786. Su importancia no sólo era práctica, sino también simbólica: conectaba el corazón político y comercial de la ciudad con su centro religioso más visitado, la Basílica de Guadalupe.

Una estación con historia… y mucha conexión

Hoy en día, Canal del Norte se ubica en la alcaldía Venustiano Carranza, entre dos colonias que también hablan de historia y cultura: Janitzio y Ampliación Michoacana. Janitzio es un topónimo purépecha que significa “flor de maíz” o “seda de maíz” y hace referencia a la famosa isla del lago de Pátzcuaro, mientras que Michoacana proviene del náhuatl y puede traducirse como “lugar de pescadores”.

Estas referencias a Michoacán están presentes a lo largo de esta zona, y dan un aire especial al recorrido por este tramo del metro.

¿Cómo llegar y qué hay cerca?

La estación tiene salidas tanto al oriente como al poniente, sobre el Eje 2 Oriente, Avenida Congreso de la Unión y Talabarteros. Además, se conecta con algunas rutas de RTP y con la Línea 5 del Metrobús, lo que facilita el traslado entre diferentes zonas de la ciudad.

En sus alrededores también se pueden encontrar lugares interesantes, como el Mercado Minillas, al norte, que recuerda el pasado industrial de la zona como planta procesadora de carne; y al sur, un amplio complejo educativo con primarias y un centro del Instituto Politécnico Nacional dedicado a la ciencia y la tecnología.

Afluencia y vida cotidiana

Aunque no es una de las estaciones más transitadas del sistema, Canal del Norte mantiene una afluencia constante. En 2023, recibió más de 2.4 millones de pasajeros, con un promedio diario de 6,667 usuarios. Esto la coloca entre las estaciones menos saturadas, lo cual es una ventaja para quienes prefieren trayectos más tranquilos.


Canal del Norte no es sólo una parada más del metro: es una ventana al pasado lacustre de la ciudad, una muestra de cómo la historia vive debajo de nuestros pies. Así que la próxima vez que pases por ahí, piensa en las canoas deslizándose por las acequias y en los viajeros del virreinato navegando rumbo a la Villa. La ciudad sigue en movimiento… y su historia también.

Metro Morelos: una estación con historia y corazón bravo

Ubicada en el corazón de la alcaldía Venustiano Carranza, la estación de metro Morelos es mucho más que una parada del Metro de la Ciudad de México: es un homenaje a uno de los grandes héroes de nuestra historia, José María Morelos y Pavón. Su silueta —inspirada en el rostro que aparecía en las antiguas monedas de 1 peso de los años 80— adorna los accesos y señalizaciones de la estación, recordándonos su legado.

El nombre de la estación proviene de la colonia Morelos, una de las más emblemáticas de la capital, donde también se encuentran zonas tan conocidas como Tepito y La Lagunilla. Pero ¿por qué se llama así esta colonia? Todo se remonta a finales del siglo XIX, cuando se trasladó un monumento dedicado a Morelos a esta zona. Desde entonces, el nombre del insurgente se quedó impregnado en las calles y, más adelante, en la estación del Metro.

Morelos fue un líder clave en la lucha por la Independencia de México. Nació en Morelia en 1765 y murió fusilado en Ecatepec en 1815, luego de haber convocado el Congreso de Chilpancingo, donde se proclamó la Independencia de México bajo un sistema republicano. Su valentía y visión siguen siendo fuente de inspiración, especialmente en barrios como este, llenos de historia, lucha y resistencia.

Mucho más que una estación

Metro Morelos conecta dos importantes líneas: la Línea 4, que es elevada, y la Línea B, subterránea. A pesar de su ubicación céntrica, no es una de las estaciones más concurridas del sistema: en 2023, por ejemplo, registró poco más de 2.3 millones de usuarios en la Línea 4 y 1.8 millones en la Línea B. Sin embargo, su papel como punto de conexión y acceso a zonas comerciales es clave para la vida diaria de muchos capitalinos.

La estación tiene varias salidas que te llevan directamente a las calles de la colonia Morelos, especialmente al Eje 1 Norte y Eje 2 Oriente, donde el movimiento es constante y se respira la energía del llamado Barrio Bravo. Tepito, en particular, ha sido cuna de grandes boxeadores, músicos y comerciantes, y su historia de resistencia la convierte en una zona emblemática y con mucho orgullo.

¿Qué hay cerca?

Si bajas en esta estación, no dejes de darte una vuelta por el Mercado Morelos, que está a solo unos minutos a pie. Aunque no tan grande como otros mercados de la zona, tiene lo suyo y ofrece un vistazo auténtico a la vida cotidiana de este barrio. Además, muchos visitantes llegan a esta estación buscando conocer de cerca Tepito, con sus famosos tianguis, su gente aguerrida y su intensa vida cultural.

Metro Morelos es una muestra más de cómo el transporte público en la Ciudad de México también puede ser una ventana a la historia, a la identidad y a la riqueza cultural de sus barrios.

Iglesia de Jesús Nazareno e Inmaculada Concepción, un tesoro del Centro Histórico donde descansan los restos de Hernán Cortés

En pleno corazón del Centro Histórico de la Ciudad de México, sobre la calle República de El Salvador 119, se encuentra una joya arquitectónica e histórica que muchxs capitalinxs y turistas suelen pasar por alto: la Iglesia de Jesús Nazareno e Inmaculada Concepción. Este templo no solo resguarda un legado colonial de más de cuatro siglos, sino que también alberga los restos del polémico conquistador Hernán Cortés, así como un mural de José Clemente Orozco y la portada original de la primera Catedral de México.

Un lugar donde historia y leyenda se cruzan

Se dice que en este sitio, conocido en tiempos prehispánicos como Huitzilac (“lugar de colibríes” en náhuatl), ocurrió el mítico primer encuentro entre Moctezuma Xocoyotzin y Hernán Cortés. Tras la conquista, en 1524, Cortés fundó aquí el Hospital de la Purísima Concepción, el primero en América, pensado para atender a los heridos tras la caída de Tenochtitlan. Junto a él, se planeó la construcción de una iglesia, cuya edificación avanzó lentamente a lo largo de los siglos XVII y XVIII.

La iglesia fue finalmente consagrada el 8 de diciembre de 1688, coincidiendo con la festividad de la Inmaculada Concepción, y su torre campanario se terminó en 1704. Con el paso del tiempo, el templo fue renovado en diversas ocasiones, incluyendo modificaciones neoclásicas y una imponente fachada renacentista.

Aquí reposan los restos de Hernán Cortés

Aunque Hernán Cortés murió en España en 1547, su deseo fue ser enterrado en la Nueva España. Sus restos fueron trasladados a México años después y cambiaron de lugar en al menos seis ocasiones, debido al rechazo popular hacia su figura. No fue sino hasta 1794 que sus huesos fueron depositados en esta iglesia que él mismo había mandado construir. Desde entonces, la Iglesia de Jesús Nazareno e Inmaculada Concepción resguarda los restos del hombre que cambió el rumbo de la historia de México.

Arte y patrimonio únicos en la CDMX

Uno de los elementos más notables de este templo es la portada renacentista que originalmente perteneció a la primera Catedral de México, construida con piedras de templos mexicas poco después de la conquista. Esta portada fue trasladada piedra por piedra hasta aquí en el siglo XVII y es uno de los pocos elementos arquitectónicos del siglo XVI que aún se conservan en el Centro Histórico.

Además, la iglesia conserva el mural “Apocalipsis” de José Clemente Orozco, una obra inacabada pero de gran fuerza visual, inspirada en las visiones bíblicas del fin del mundo y los horrores de la Segunda Guerra Mundial. Aunque resultó dañada en el sismo de 2017, sigue siendo una de las pocas obras de este muralista en un espacio sacro.

Celebraciones religiosas y tradición viva

La iglesia celebra dos fiestas principales cada año. Una es la dedicada a Jesús Nazareno, el quinto viernes de Cuaresma, con un solemne Viacrucis por el Centro Histórico. La otra, el 8 de diciembre, honra a la Inmaculada Concepción, representada aquí con una singular escultura de la Virgen Alada o Virgen del Apocalipsis, símbolo de victoria y protección divina.

Además, en el altar se venera con especial devoción al Señor de la Misericordia, lo que convierte a este recinto en un importante punto de encuentro para los fieles de la capital.

La Iglesia de Jesús Nazareno e Inmaculada Concepción no es solo un templo católico, sino una cápsula del tiempo que guarda algunos de los capítulos más importantes, intensos y simbólicos de la historia de México. Si visitas el Centro Histórico, no dejes pasar la oportunidad de conocer este lugar que mezcla arte, devoción y pasado colonial en un solo espacio.

La Merced, historia, tradición y vida en el corazón de la Ciudad de México

El Barrio de La Merced es mucho más que un mercado emblemático: es uno de los rincones con mayor riqueza histórica, cultural y arquitectónica del Centro Histórico de la Ciudad de México. Este barrio, con más de 54 manzanas de extensión, tiene raíces que se remontan a los antiguos calpullis de la gran México-Tenochtitlán, y hoy conserva monumentos, calles y tradiciones que narran siglos de historia viva.

De México-Tenochtitlán al Barroco virreinal

Ubicado al oriente del Centro Histórico, La Merced surgió de los antiguos barrios prehispánicos de Atzacoalco y Zoquiapan, este último considerado el más antiguo de la ciudad azteca, fundada en 1325. A lo largo de los siglos, el barrio ha sido testigo de transformaciones profundas, desde la época mexica hasta el esplendor del virreinato, pasando por la modernización del Porfiriato y los retos del siglo XXI.

Una de sus mayores fortalezas ha sido su ubicación estratégica y la abundancia de canales y acequias, lo que convirtió al barrio en un centro vital de abasto y comercio desde el siglo XVII, cuando se fundó la alhóndiga de la ciudad. Su vocación comercial culminó con la creación del Mercado de La Merced en 1957, obra del arquitecto Enrique del Moral, que consolidó a la zona como uno de los puntos neurálgicos del comercio capitalino.

Tesoros arquitectónicos y sitios de interés

Caminar por las calles de La Merced es adentrarse en un museo urbano. Destacan verdaderas joyas coloniales como el Claustro del ex convento de la Merced, el Colegio de San Pablo, la Capilla de Manzanares y la Casa Talavera, sede del Centro Cultural Casa Talavera, donde también se resguardan vestigios arqueológicos prehispánicos.

En la calle de Manzanares, la casa número 25 sobresale como un verdadero milagro de la arquitectura: se trata de la única vivienda del siglo XVI que aún se conserva en la Ciudad de México, y que sobrevivió incluso a la gran inundación de 1629.

También destacan edificios del siglo XX como la exfábrica de chocolates La Cubana, con una espectacular fachada art déco diseñada por el escultor Rodrigo Arenas Betancourt, y la antigua fábrica de vidrio de Carretones, edificada en tiempos del Porfiriato para elaborar vidrio soplado.

Entre los templos que dieron forma al barrio destacan:

  • Capilla del Señor de la Humildad, fundada por Hernán Cortés.
  • Templo de San Pablo el Viejo, ligado a Pedro de Gante.
  • Templo de San Pablo el Nuevo, una obra tardobarroca del siglo XVIII.
  • Templo de Santo Tomás la Palma e Iglesia de la Soledad, ambas testigos del fervor religioso de la zona.

Celebraciones y vida popular

En La Merced aún se celebran con fervor dos grandes fiestas religiosas:

  • El 6 de agosto, la Fiesta del Señor de la Humildad llena la calle de Manzanares con mariachis, procesiones, misas, comida, juegos mecánicos y danzas tradicionales.
  • El 24 de septiembre, la Fiesta de la Virgen de la Merced concentra las actividades dentro y alrededor del mercado, aunque su celebración ha disminuido en la parte antigua del barrio.

Otra festividad muy arraigada es la romería del Niño Dios, que se celebra en diciembre y enero en la calle Talavera y la Plaza Alonso García Bravo. Ahí se venden vestimentas e imágenes del Niño Jesús, y se ofrece comida tradicional en un ambiente festivo.

Escenario de cine y arte

Gracias a su riqueza visual y su carácter popular, La Merced ha sido escenario de películas como El mil usos, Perro callejero, Santa sangre, El Callejón de los Milagros y El atentado. También ha sido documentada en producciones como La Merced a través de la mirada de sus mujeres y Ciudad Merced, que retratan las problemáticas y resistencias cotidianas del barrio.

Personajes ilustres de La Merced

El barrio ha visto nacer o vivir a grandes figuras del arte, la cultura y el deporte. Algunos de sus habitantes más célebres son:

  • Pedro Linares López, creador de los alebrijes.
  • Chava Flores, cronista musical de la ciudad.
  • Gerardo Murillo “Dr. Atl”, artista, geólogo y pionero del muralismo.
  • Andrés Quintana Roo, insurgente de la independencia.
  • Rufino Tamayo, pintor mexicano de talla internacional.
  • Jacobo Zabludovsky, periodista de renombre.
  • Fuerza Guerrera, leyenda de la lucha libre.
  • Antonio Badú, Mauricio Garcés y Paco Malgesto, figuras del cine y la televisión.

¿Qué visitar en el Barrio de La Merced?

Si visitas el barrio, no te pierdas estos puntos clave:

  • Mercado de La Merced
  • Claustro del ex convento de la Merced
  • Capilla del Señor de la Humildad
  • Templos de San Pablo el Nuevo y Viejo
  • Iglesia de la Soledad
  • Centro Cultural Casa Talavera
  • Plaza Alonso García Bravo
  • Plaza de la Aguilita
  • Casa de Manzanares 25
  • Antigua fábrica de vidrio de Carretones
  • Exfábrica de chocolates La Cubana

Un barrio mágico en constante transformación

Desde 2011, La Merced forma parte del programa Barrios Mágicos de la Ciudad de México, en reconocimiento a su valor patrimonial, cultural y social. Puedes llegar fácilmente en transporte público a través de la estación Merced de la Línea 1 del Metro.

A pesar de los desafíos urbanos que enfrenta, La Merced sigue siendo un símbolo de resistencia, tradición y diversidad. Es un lugar donde conviven la historia prehispánica, el esplendor virreinal y la cultura popular mexicana. Sin duda, uno de los barrios con más alma en toda la ciudad.

Manzanares 25, descubre la casa más antigua de la CDMX que hoy es un Centro Cultural

En pleno corazón del barrio de La Merced se encuentra una joya arquitectónica que ha resistido más de 400 años de historia: Manzanares 25, la casa habitación más antigua de la Ciudad de México. Construida en el siglo XVI, esta casona es un raro testimonio de la arquitectura indígena mesoamericana, y desde 2018, tras una cuidadosa restauración, se ha convertido en el Centro Cultural Manzanares 25, un espacio dedicado a las infancias y a la reconstrucción del tejido social.

Un testigo de la historia viva de México-Tenochtitlan

Según las investigaciones del arquitecto Juan Benito Artigas, Manzanares 25 conserva la disposición típica de las viviendas indígenas: una sola planta, patio central y habitaciones distribuidas alrededor (en este caso, 12 cuartos). Los materiales de construcción—tezontle, adobe, roca volcánica y piedra—confirman su origen mesoamericano, con un estilo que combina elementos novohispanos como los marcos de cantera en puertas y ventanas.

Durante siglos, la casa fue habitada por comerciantes y artesanos que seguían el modelo de casa-tienda-taller, y en sus primeros años incluso contó con acceso directo a la Acequia Real, el antiguo canal que conectaba La Merced con la actual Suprema Corte de Justicia. Se cree que perteneció a una familia indígena prominente dedicada al comercio, lo cual explica su privilegiada ubicación y sofisticada estructura.

De ruinas al renacimiento cultural

En 2010, el inmueble fue redescubierto por Artigas en un estado ruinoso. Gracias a un esfuerzo conjunto del Fideicomiso Centro Histórico y el INAH, fue restaurado durante ocho años y transformado en un centro cultural abierto al público, inaugurado el 3 de diciembre de 2018. El objetivo: ofrecer un espacio seguro y creativo para niñas y niños de zonas como La Merced, Tepito y Candelaria de los Patos.

Hoy, Manzanares 25 es mucho más que una casa antigua: es un símbolo de resiliencia que ha sobrevivido a terremotos, epidemias, invasiones y al paso del tiempo. Además de conservar su valor patrimonial como parte del Catálogo de Monumentos Históricos del INAH, ahora es un lugar de encuentro comunitario.

¿Qué encontrarás en el Centro Cultural Manzanares 25?

Este acogedor espacio está equipado con:

  • Talleres artísticos y culturales
  • Ludoteca para actividades recreativas
  • Salón de música
  • Cocina para clases y dinámicas culinarias
  • Comedor comunitario

El centro busca no sólo preservar la memoria histórica, sino también mejorar la calidad de vida de las infancias mediante el arte, el juego y el aprendizaje colectivo.

Se ubica en el corazón de La Merced, en la alcaldía Cuauhtémoc. Su visita no solo te conecta con el pasado prehispánico y virreinal de la ciudad, también te permite ver cómo el patrimonio puede ser una herramienta viva para el cambio social.

Manzanares 25 es un rincón único de la CDMX donde la historia, la cultura y el futuro de las infancias se entrelazan en un solo espacio. Si quieres descubrir la casa más antigua de la ciudad convertida en un faro cultural, ¡este es el lugar!

Metro Universidad, una puerta al conocimiento en el sur de la CDMX

Si alguna vez has viajado al sur de la Ciudad de México, seguramente conoces el Metro Universidad, terminal de la Línea 3 del Metro capitalino. Su nombre no es casualidad: está ubicado justo al lado de la Ciudad Universitaria de la UNAM, una de las instituciones educativas más importantes de América Latina.

El ícono de esta estación representa el escudo oficial de la Universidad Nacional Autónoma de México, con el cóndor y el águila que simbolizan el espíritu latinoamericano. Ese mismo espíritu quedó plasmado en el lema que propuso José Vasconcelos, primer secretario de Educación Pública y rector de la UNAM: “Por mi raza hablará el espíritu”, una frase que refleja la vocación humanista con la que nació esta casa de estudios.

La estación fue inaugurada en agosto de 1983, convirtiéndose en un gran alivio para miles de estudiantes que, hasta entonces, tenían menos opciones de transporte para llegar al campus. Desde entonces, Metro Universidad se volvió una parada clave para la comunidad universitaria y para quienes se desplazan al sur de la ciudad por Insurgentes.

Arte en movimiento

Una de las joyas escondidas en esta estación es el mural “La Universidad en el umbral del siglo XXI”, del artista Arturo García Bustos, quien fue discípulo de Frida Kahlo. Realizado en 1989, este mural de 55 metros cuadrados muestra escenas y personajes históricos que han marcado la historia científica y cultural del país. También aparecen el cóndor y el águila, presentes en el escudo de la UNAM, reforzando la identidad de la estación.

Mucho movimiento y conexiones clave

Esta estación es una de las más transitadas de toda la red del Metro. Tan solo en 2023, registró más de 17 millones y medio de pasajeros, con un promedio diario de casi 49 mil usuarios. Si eres de lxs que viajan seguido por la Línea 3, probablemente sabes cuándo hay vacaciones en la UNAM porque… ¡el vagón viene mucho más vacío!

Además del Metro, en Universidad también puedes encontrar:

  • Rutas del Pumabús, el transporte gratuito dentro del campus universitario.
  • Conexión con autobuses y RTP que van hacia el sur de la ciudad.
  • Estaciones de bicicletas y paradas de taxis.
  • Un CETRAM, que facilita el intercambio entre diferentes medios de transporte.

Un punto de entrada a la Ciudad Universitaria

Desde aquí, es muy fácil llegar a distintos puntos de Ciudad Universitaria, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Ya sea para asistir a clases, visitar museos, admirar murales, caminar por sus jardines o simplemente pasar una tarde entre árboles y cultura, Metro Universidad es la mejor forma de comenzar el recorrido.

Así que la próxima vez que bajes en esta estación, recuerda que no solo estás entrando a una terminal del Metro, sino a un espacio cargado de historia, arte y conocimiento.

Metro Copilco, un punto de encuentro entre la educación y la historia

Ubicada al sur de la Ciudad de México, en la alcaldía Coyoacán, Copilco es una de las estaciones más emblemáticas de la Línea 3 del Metro. Su nombre proviene del náhuatl copilli (corona o tocado) y el sufijo -co, que indica lugar, por lo que significa “En la corona real”. Una forma poética de nombrar esta zona que, aunque hoy está llena de estudiantes, oficinistas y viajerxs, también guarda secretos bajo tierra.

Un pasado entre lava y ofrendas

¿Sabías que Copilco fue un antiguo cementerio cubierto por lava? La historia geológica de esta zona se remonta a la erupción del volcán Xitle, alrededor del año 500 a. C., que formó los Pedregales del sur. Durante la construcción del metro, se encontraron esqueletos y piezas de cerámica, vestigios de antiguas ofrendas fúnebres protegidas por metros de roca volcánica.

El ícono de la estación representa una serpiente dentro de un cuerpo de agua, una figura inspirada en el arte olmeca del periodo Preclásico medio. Esta imagen fue interpretada como una especie de dragón celeste relacionado con la lluvia, que más adelante se convirtió en una representación del Dios del Agua.

Una galería bajo tierra

Aunque muchxs pasan de prisa, en Copilco hay una obra que merece una pausa: el mural “El perfil del tiempo”, del artista mexicano Guillermo Ceniceros. Con mil metros cuadrados distribuidos en los andenes, este mural es una ventana a la historia universal y al arte de distintas culturas. Desde las pinturas rupestres mexicanas hasta la Gioconda, pasando por Quetzalcóatl, Marco Polo, Posada, Diego Rivera y Picasso, es un recorrido visual por el tiempo y el espacio.

Ceniceros, quien fue discípulo de David Alfaro Siqueiros, dijo alguna vez que “Copilco no es un museo, pero se convirtió en un lugar de musas”. Y tiene razón. Esta estación es una galería en movimiento, donde las musas viajan en vagones naranja.

Gracias a su cercanía con Ciudad Universitaria de la UNAM, Copilco es una de las estaciones con más tránsito estudiantil. En 2023, registró más de 11 millones de usuarios, lo que la colocó entre las 20 estaciones más concurridas de todo el sistema.

Además de su mural y su historia, la estación conecta con importantes avenidas como el Eje 10 Sur, y desde aquí puedes explorar lugares como la colonia Copilco-Universidad o la Unidad Habitacional Integración Latinoamericana.

¿Te imaginas caminar todos los días sobre una antigua lava volcánica, mientras el arte y la historia te acompañan a cada paso? Eso es lo que pasa en Metro Copilco: un punto donde el pasado y el presente viajan juntos.

Metro Coyoacán, historia y significado de un ícono del Metro CDMX

Ubicada en la Línea 3 del Metro, Coyoacán es una estación cuyo nombre y diseño evocan un pasado lleno de tradiciones y leyendas. Su ícono representa la silueta de un coyote, símbolo que rinde homenaje al vocablo náhuatl “Coyohuacán”, que significa “Lugar de Coyotes“. El círculo en el centro del coyote, semejante a un ojo de agua, rememora los antiguos manantiales que una vez alimentaron estas tierras.

Coyoacán fue fundada por los toltecas entre los siglos X y XII d.C., y más tarde, tras la caída de Tenochtitlán, se convirtió en la capital de la Nueva España. Fue aquí donde Hernán Cortés estableció uno de sus campamentos mientras la ciudad se reconstruía, y donde el último emperador azteca, Cuauhtémoc, sufrió terribles infortunios. Esta rica historia le da a la estación un profundo significado cultural y ancestral, conectándola con las raíces de la Ciudad de México.

Originalmente, la estación casi se llamó Centro Bancomer, debido a la proximidad con el edificio principal de este banco. Sin embargo, para facilitar la identificación y aprovechar la relevancia histórica y cultural de la zona, las autoridades optaron por el nombre de Coyoacán. Aunque la estación se ubica sobre Avenida Universidad en la alcaldía Benito Juárez —y no en el centro histórico de Coyoacán—, sigue sirviendo como un importante enlace hacia el corazón de la tradición cultural mexicana.

La estación Coyoacán abrió sus puertas como parte de la última etapa de la ampliación de la Línea 3 en 1983 y, a lo largo de los años, se ha convertido en tendencia en redes sociales. Un video viral en TikTok puso de manifiesto la confusión que genera su ubicación, ya que muchxs se preguntan: “¿Por qué la estación Coyoacán no está en Coyoacán?” Esta polémica, lejos de restar valor, ha puesto de relieve la importancia simbólica y la historia detrás de su nombre.

Con salidas estratégicamente ubicadas a través de avenidas cercanas como Real de Mayorazgo y Martín Mendalde, la estación es un punto de conexión para diversas rutas de la Red de Transporte de Pasajeros, facilitando el acceso tanto a los habitantes de la zona como a quienes buscan acercarse a sitios de interés en el centro histórico de Coyoacán.

Metro Coyoacán es mucho más que una simple parada: es un pedazo de la historia y la cultura que definen a la Ciudad de México. La próxima vez que lo utilices, recuerda que detrás de la silueta de ese coyote se esconde la tradición de un “Lugar de Coyotes“, lleno de historia y legado ancestral.