Archivos de la categoría Monumentos

Descubre la historia y simbolismos detrás de algunos de los monumentos más emblemáticos y menos conocidos de la CDMX.

Monumento y Museo Cabeza de Juárez, un vigía olvidado en Iztapalapa

En algún punto de Calzada Ignacio Zaragoza, poco antes de la salida a Puebla, es probable que logres ver una extraña y avejentada cabeza que reposa sobre una especie de pedestal aparentemente cuadrado. Es la famosísima Cabeza de Juárez, un monumento que se construyó por allá de 1976 como un homenaje al personaje más querido por la política contemporánea y con la idea de convertirse en un atractivo turístico para atraer gente a Iztapalapa.

En 1972 se conmemoraría el centenario de la muerte del Bomberito Juárez (como lo llamó alguna vez el Loco Valdés), por lo mismo, el entonces presidente, Luis Echeverría decidió crear un enorme monumento que le rindiera tributo al esposo de Margarita Maza de Juárez. Fue así que, ese mismo año convocó a diferentes arquitectos e ingenieros para que realizaran una enorme estructura que soportara una monumental escultura con la cabeza de Benito Juárez. La idea era que el mismísimo David Alfaro Siqueiros realizara los murales que rodearían la estructura, y también daría forma a la cabeza monumental; sin embargo, para esos años, el muralista mexicano ya se encontraba grave de salud, por lo que no intervenir la obra. Es por eso, que Luis Arenal Bastar, cuñado de Siqueiros, retomó el proyecto, buscando replicar el toque único de Siqueiros.

Obviamente, el monumento no estuvo listo para celebrar el centenario luctuoso de Juárez; de hecho, estuvo listo para 1976, cuatro años después. El punto es que el monumento, que reflejaba el espíritu del taller de Gráfica Popular, fue inaugurado el 21 de marzo de ese mismo año. Sin embargo, aunque el monumento se planeó para albergar un museo en su interior, este nunca se terminó y, gracias al cambio de gobierno, el proyecto se terminó eliminando y el monumento quedó en el abandono total. Y su abandono fue tal, que el monumento fue usado como guardia de diferentes bandas delictivas, y posteriormente como una especie de cárcel clandestina.

La Cabeza de Juárez quedó en el olvido por más casi 25 años. Por suerte, en el año 2000 el monumento fue rescatado por el gobierno de Rosario Robles, restaurándolo y retomando la idea de usar su interior para crear un museo dedicado a Benito Juárez. Y, desde aquél entonces el Museo Cabeza de Juárez presenta una pequeña colección de objetos y pinturas que retratan la vida de Benito Juárez. Además, en sus paredes se pueden apreciar diferentes murales abstractos, inspirados en Siqueiros, así como otros figurativos en los que se retratan episodios de la historia de México desde 1806 y hasta 1872. Además, en el museo y monumento se realizan diferentes talleres y eventos culturales para que todas y todos los vecinos de Iztapalapa y alrededores, puedan aprender más sobre nuestra historia y cultura.

El Monumento y Museo Cabeza de Juárez es un lugar único en la Ciudad de México; un pequeño rincón que resurgió de sus cenizas para buscar recrear la historia de nuestro país y que todo mundo pueda conocerla. Visitar este monumento es una oportunidad para adentrarte en la gráfica de mediados del siglo pasado y descubrir una nueva parte de la CDMX.

Prepara tu Visita
Dirección:
 Guelatao S/N, Cabeza de Juárez III, Iztapalapa, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: Entrada libre
Horario: Martes a domingo de 10:00 a 18:00 hrs.
Facebook: facebook.com/people/Museo-Cabeza-de-Ju%C3%A1rez/100063481095845

La Diana Cazadora, historia de arte y escándalo…

En la mitología romana y, más en específico del personaje de Diana. No, no me refiero a Diana de Themyscira, mejor conocida como la Mujer Maravilla, me refiero a la hija de Júpiter y Latona. Diana, el equivalente romano de Artemisa, es considerada la diosa de la fertilidad, la luna y la cacería. Esto último se debe a que, de acuerdo a las leyendas, Diana era una maestra del arco y, por lo mismo, se le suele representar siempre tensando un arco, como si estuviera lista para disparar su flecha. ¿Te suena una imagen conocida?

Bueno, debes saber que, entre 1930 y 1960, el gobierno de la Ciudad de México realizó un sinfín de proyectos que buscaban embellecer la ciudad y crear la identidad cultural de la misma; es por eso, que crearon un sinfín de esculturas y monumentos, así como murales públicos de los modernos mexicanos. Fue así que, en los años treinta, el gobierno comisionó al arquitecto Vicente Mendiola y el escultor Juan Olaguíbel, quienes ya habían trabajado juntos en otros monumentos, a que realizaran una fuente que se colocaría a unos pasos de la Puerta de los Leones, la entrada a Chapultepec.

Después de pensarlo mucho, el equipo creativo (paps) presentó la idea de una fuente coronada por Diana o Artemisa, pero que, en vez de estar apuntando a un animal, apuntara hacia las estrellas de los cielos del norte. La idea de La Flechadora de las Estrellas del Norte le encantó al gobierno local y federal y, en 1938 empezaron la construcción del monumento. Cuatro años después, el 10 de octubre de 1942, Javier Rojo Gómez, el regente del Distrito Federal, inauguró la emblemática fuente.

La fuente se ganó el cariño de los y las chilangas inmediatamente, y fue rebautizada de forma cariñosa como la Diana Cazadora. Pero… la Diana estaba desnuda, y esto no le gustó a los sectores más conservadores de la sociedad mexicana; por lo mismo, la Liga de la Decencia, encabezada por Soledad Orozco (y básicamente la esposa del presidente Ávila Camacho), presionó al gobierno para que censurara la escultura. ¿Puede alguien pensar en los niños? Es por eso, que el escultor se vio obligado a colocar un calzón de bronce a la estatua con solo tres puntos de soldura, pensando que algún día le quitaría la censura.

Varios años después, ante la celebración de las Olimpiadas de México 68, el gobierno decidió que quería mostrarle al mundo que la sociedad mexicana estaba a la vanguardia cultural. Por lo mismo, desde 1967, el regente Alfonso Corona del Rosal desarrolló nuevos proyectos de embellecimiento de la ciudad, y también accedió a retirar el calzón de la impúdica Diana, a petición del mismo Olaguíbel. Pero, si de por sí la estatua ya estaba dañada tras el sismo de 1957, al retirar el taparrabos terminó de dañarse; por lo mismo, se decidió volver a fundir la escultura para que no tuviera desperfectos, mientras que el regente donó la escultura original a su pueblo, Ixmiquilpan, Hidalgo.

En aquél entonces, la Diana Cazadora se encontraba en una glorieta que se encontraba a la altura de la Torre Mayor (que no existía todavía); sin embargo, esta glorieta desapareció en 1974, gracias a la construcción del Circuito Interior (hoy Circuito Bicentenario). Por lo mismo, se movió a la Flechadora al Jardín Rodano, que se encuentra escondido en las calles de la Colonia Cuauhtémoc. Sin embargo, después de 16 años de presión, el gobierno terminó regresando la estatua a Reforma; pero esta vez, la colocaron en el cruce de Reforma con Sevilla/Río Missisipi; lugar donde puede ser admirada por todo el mundo.

Pero esa no es toda la escandalosa historia de la Diana Cazadora, también conocida como La Flechadora de las Estrellas del Norte, no termina aquí. Y es que, hay un hecho que tan “turbio”, que hubiera sido escándalo nacional si la Liga de la Decencia se hubiera enterado. Resulta, que la modelo que posó para la Diana fue Helvia Martínez Verdayes. ¿Y eso qué tiene de escandaloso? Bueno, resulta que la señorita Helvia era menor de edad (tenía 16 años) cuando posó desnuda para la escultura. Pero eso no se supo hasta 1992, que la escultura ya estaba más que aceptada por el pueblo de México.

Kiosco Morisco, lugar de magia e historia en Santa María la Ribera

En 1878 se instaló el primer Kiosco de México en el Zócalo capitalino. Poco tiempo después, todas las plazas públicas del país se vieron intervenidas por estas estructuras, provenientes de Francia, en las que se realizaban todo tipo de actos recreativos, culturales y políticos. La Ciudad de México no fue la excepción, y prácticamente todos los espacios públicos instalaron un Kiosco para la recreación, e incluso se instalaron unos como sanitarios a lo largo de la Ciudad. Y definitivamente, el Kiosco más emblemático de aquella época es el Kiosco Morisco, una espectacular estructura que mezcla elementos de arquitectura mudéjar y morisca con el diseño victoriano y que se instaló en la Alameda Central, por ahí de 1885.

Si estás cuestionando la veracidad de este texto porque el Kiosco Morisco se encuentra en Santa María la Ribera, te entiendo. El Kiosco ahora se encuentra en Santa María, pero debes saber, que esta icónica estructura no solo se mudó de locación, sino que también se dedicó a viajar antes de llegar a la Ciudad. ¿Neta? Debes saber que, por ahí de 1880, don Porfirio Díaz le pidió al ingeniero José Ramón Ibarrola que diseñara un pabellón para usarse en la Exposición Universal de 1884-1885, que se realizaría en Nueva Orleans.

De esta forma, el inge. se inspiró en la arquitectura Al-Andalus[1] o morisca/mudéjar[2], y combinarla con la arquitectura occidental “moderna” para crear el característico Kiosco Morisco. Fue así que, de acuerdo a muchas versiones, tras el diseño, se acercó a Andrew Carnegie y le pidió que lo ayudara a fundir la estructura metálica en Pittsburgh (sí, nuestro Kiosco Morisco se relaciona con los Acereros de Pittsburgh, Steelers). Una vez que se tuvo el acero y la madera de la estructura, se envió todo el Kiosco a Nueva Orleans para que representara a México ante el mundo. ¡Seguramente lxs visitantes quedaron impactadxs por su belleza!

A mediados de 1885, el Kiosco regresó a México y el presidente decidió instalarlo en la Alameda Central, justo frente al Templo de Corpus Christi… sí, donde se encuentra el Hemiciclo a Juárez. Sin embargo, mientras se acercaba el centenario de la Independencia, Díaz decidió crear al personaje de Benito Juárez, como lo conocemos hoy en día[3], y mandó construir el Hemiciclo a Juárez en tiempo récord (tardaron poco más de un mes en su construcción). Y, como se pensaba instalar el Hemiciclo justo donde se encontraba [4] el Kiosco Morisco, Díaz decidió mandar el Kiosco a la Alameda de Santa María la Ribera, pues era la primera colonia planificada que se construía.

Pero el tiempo acaba con todo y con los años, la elegante Santa María la Ribera empezó a decaer. Poco a poco, las familias adineradas empezaron a desplazarse hacia el sur de la Ciudad, permitiendo que la colonia decayera, y que el Kiosco quedara prácticamente en el olvido. Por suerte, en los últimos años, se ha buscado rescatar a Santa María la Ribera dándole una nueva vida al Kiosco, permitiéndonos a todas las personas apreciar su belleza.

Hoy en día, es muy común encontrarte a las y los vecinos de la zona realizando todo tipo de actividades en y alrededor del Kiosco Morisco, desde clases de baile, presentaciones musicales, actos de comedia o clown, entre muchos otros. Además, año con año (aunque ha habido gobiernos que no lo permiten) se organiza una espectacular ofrenda de día de muertos que vale la pena conocer. Y, por si fuera poco, alrededor de la alameda podrás encontrarte un sinfín de restaurantes y puestos con todo tipo de comida, para que disfrutes de una rica comida bien maridada con el ambiente y vista del Kiosco Morisco.


[1] Al-Ándalus era el nombre que recibió la España invadida por los moros.
[2] Mudéjar es el término que se usa para referirse a los árabes que permanecieron en territorios conquistados y morisco se usa para referirse a lxs musulmanes de Al-Ándalus, normalmente convertidos.
[3] Recordemos que Díaz luchó contra Juárez durante la Revolución de la Noria (curiosamente) para evitar que Juárez se reeligiera.
[4] Algunos gobiernos locales lo han restaurado y otros, como el actual, lo han dejado a su suerte.

Ángel de la Independencia, un símbolo de resilencia y libertad

En 1843, el entonces presidente Antonio López de Santa Anna decidió que la Ciudad de México debía tener un monumento que celebrara la Independencia de México. Por lo mismo, el ahora llamado traidor, junto a la Academia de San Carlos, convocó a un concurso en el que se solicitaba a los participantes, que presentaran un proyecto de una columna de (mínimo) 42 metros de altura rematada por una estatua de la victoria.

Un gran número de participantes, nacionales y extranjeros, inscribieron su proyecto al concurso; y al final, los jueces de San Carlos eligieron el proyecto del arquitecto francés Enrique Griffon. Sin embargo, el presidente no consideró que el proyecto fuera digno y declaró ganador el proyecto de Lorenzo de la Hidalga, que era el segundo lugar. Ese mismo año, el 16 de septiembre, Santa Anna colocó la primera piedra del monumento, mismo que sería parte del Zócalo que se estaba construyendo en ese momento. Sin embargo, cuando se tenía poco más de un metro construido, se abandonó el proyecto porque el nuevo gobierno cortó los fondos del mismo; gracias a esto, el zócalo se quedó solo, convirtiéndose en la Plaza de la Constitución.

Unos años después, Maximiliano convocó a un nuevo concurso para edificar una columna de independencia, mismo que ganó Ramón Rodríguez Arangoity; sin embargo, a pesar de que la emperatriz Carlota colocó la primera piedra, la caída del Imperio no permitió que se realizara la obra. Benito Juárez, decidido en acabar con las ideas del segundo imperio mexicano cancelando la construcción de un monumento a la independencia, aunque continuó la construcción del Paseo del Emperador (en fin, la hipotenusa), al que rebautizaría como Paseo de la Reforma.

No fue hasta que se preparaban los festejos del Centenario de la Independencia de México, que Porfirio Díaz decidió retomar y concluir el monumento. Así que, en 1886, se realizó la convocatoria a un concurso internacional para construir un monumento a la independencia; mismo que se colocaría sobre Paseo de la Reforma, mismo que se estaba convirtiendo en el centro social de la Ciudad. Y no fue hasta 1900, que la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas designó a Antonio Rivas Mercado como el encargado de proyecto, quien eligió a Enrique Alciati como encargado de realizar las esculturas y bajorrelieves, y a Roberto Gayol como encargado de obra civil.

El 2 de enero de 1902, Porfirio Díaz colocó la primera piedra, y también colocó un cofre dorado con el acta de independencia de México y una serie de monedas de la época. Los trabajos de cimentación duraron unos 4 años, y en 1906, después de que se habían colocado más de 2400 piedras a 25 metros, descubrieron un fuerte hundimiento en un costado del monumento; descubriendo que los cimientos estaban mal planeados y obligándolos a demoler todos los avances.

El 13 de junio de 1907 se reinició la construcción del monumento, después de un largo análisis del suelo. Se trabajó a marchas forzadas, y se invirtieron más de dos millones de pesos de aquella época, para lograr que el presidente Porfirio Díaz inaugurara la Columna de Independencia o Monumento a la Independencia, el 16 de septiembre de 1910. Sin embargo, la obra no estaba completamente terminada. Sí, tenía el impresionante Ángel dorado y varias esculturas a su alrededor, pero faltaba que se adaptara el pedestal para convertirlo en el mausoleo de los héroes de Independencia. Fue así, que para 1923, tras la Revolución Mexicana, se iniciaron los trabajos de adaptación, mismos que concluyeron dos años después.

Suficiente de historia… hablemos un poco del Monumento como tal. Bueno, en este punto es importante mencionar, que la Columna de Independencia, mejor conocida como Ángel de la independencia, tiene una altura de 52 metros totales y es de estilo neoclásico. Como sabrás, está decorada con una figura de una Nike (también conocida como Victoria Alada), o diosa griega de la victoria, misma que sirvió de inspiración para crear la imagen de los ángeles contemporáneos, y razón por la que le llamamos Ángel de la Independencia.

En pedestal se encuentra el grupo escultórico llamado Apoteosis del Padre de la Patria, en el que se puede ver a Hidalgo sosteniendo la bandera de México y acompañado de figuras simbólicas. a sus costados se encuentra también una escultura de José María Morelos y Vicente Guerrero, mientras que, en las otras esquinas, descansan las esculturas de Xavier Mina y Nicolás Bravo. Y, en la parte inferior del pedestal, se encuentra una escultura de león conducido por un genio (niño), mismos que simbolizan la fuerza y la inteligencia. También se pueden ver esculturas sentadas, las figuras sedentes, de La Paz, La Guerra, La Justicia y La Ley.

El pedestal cuenta con dos puertas de hierro en las que se puede leer la palabra Gloria. Si algún día logras entrar, te encontrarás con un pequeño pasillo que rodea la zona de urnas, estilo Art Decó, que se encuentra al centro del lugar. Es justamente en esa zona, donde se encuentran los restos de los personajes más importantes de la independencia: Hidalgo, Morelos, Matamoros, Bravo, Allende, Aldama, Guadalupe Victoria, Guerrero, Quintanta Roo y Leona Vicario. Y, si llegas a tener la mejor de las suertes, te dejarán subir por una pequeña escalera de piedra con dos descansos, que te conducirá a una enorme escalera de caracol, hecha de metal, por la que podrás subir la columna de independencia, con sus 2.9 metros de diámetro (una experiencia algo claustrofóbica).

Un detalle importante a mencionar del Ángel de la Independencia, es que, la Victoria Alada que lo corona no es la escultura original que se fundió en tiempos de Don Porfirio. Y es que, en 1957, un fuerte terremoto azotó a la Ciudad de México, tirando la Nike que coronaba el monumento. Así que, el gobierno comisionó a Ernesto Sodio para que reforzara la estructura original, y para que fundiera una nueva escultura, misma que se colocó el 16 de septiembre de 1958. 28 años después, otro terremoto azotó a la ciudad, vulnerando nuevamente la estructura del Ángel de la Independencia; y, en esta ocasión, fue Ramón Bonfíl el encargado de reforzarla. Como dato curioso, debes saber, que la cabeza del Ángel original se suele exhibir en diferentes museos de la Ciudad de México, aunque de manera permanente se exhibe en el Archivo Histórico de la Ciudad.

Otro dato curioso que vale la pena recalcar, es el hecho de que la escalinata sobre la que se encuentra el ángel no es completamente original. ¿Cómo? Originalmente, el Ángel de la Independencia se encontraba sobre unos cuantos escalones, pero, gracias a la fuerte cimentación del monumento, este ha permanecido exactamente a la misma altura que en 1910, mientras que las calles que lo rodean se han ido hundiendo poco a poco. Gracias a esto, hace algunos años tuvieron que agregar nuevos escalones al monumento; escalones que se pueden reconocer fácilmente porque la piedra cambia de color entre uno y otro.

Hoy en día, el Ángel de la Independencia o la Columna de la Independencia, es un ícono de la Ciudad de México y de todo el país. Su figura alada es un símbolo del México contemporáneo e independiente. Además, por su impresionante arquitectura, es reconocido como una de las columnas de independencia más importantes de todo el mundo, superando la de Plaza de la Bastilla de París, la del Parque del Retiro de Madrid o la de Berlín. Justo por esto, todxs lxs mexicanxs y turistas que llegan a la Ciudad de México tienen que darse una vuelta por la Glorieta del Ángel para apreciar de su arquitectura, y disfrutar de la ciudad desde una perspectiva diferente.