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Mariola, una viaje a la playa sin salir de la Colonia Cuauhtémoc

¡¿Estás hartx del ajetreo y el estrés de la CDMX?! Si estás anhelando una escapadita a la playa pero tus finanzas o tus días libres no te lo permiten, ¡entonces necesitas conocer Mariola! Este restaurante acogedor, a solo unos pasos del Ángel de la Independencia, te hará sentir como si estuvieras en Mazatlán, ¡sin moverte de la ciudad!

En Mariola te espera una deliciosa variedad de platillos inspirados en las costas de del norte y del resto de México. Para empezar, nada mejor que unas Pescadillas o Camaronillas, un clásico Coctel de Camarón o un refrescante Aguachile Verde o Negro de Camarón o Atún. ¡Y las Tostadas de Camarón o Atún son imperdibles!

Como plato fuerte, tienes opciones como Mojarra Frita, Picaditas de Camarón, Ostiones o Almejas al Gusto, o un sabroso Filete de Pescado. No te puedes perder los Filetitos Rebozados estilo mercado, los Camarones Cotija, el Arroz Poblano con Mariscos o los Camarones al Coco. Y si eres fan de los tacos, ¡aquí encontrarás una variedad de Tacos de pescados y mariscos que te encantarán!

Y qué decir de la chela bien fría que acompaña perfecto cualquier platillo marino. En Mariola tienen una selección de chelas nacionales y artesanales que son ideales para disfrutar el ambiente relajado y playero que ofrecen. Y si quieres algo más atrevido, prueba sus chelas preparadas con clamato, salsas, chamoy, chile piquín y ostiones o camarones. ¡Eso sí que es sentir la playa en cada sorbo!

Mariola es un rinconcito sencillo y acogedor donde puedes desconectar del caos citadino y disfrutar de los auténticos sabores del mar mexicano. Ideal para una comida relajada con amigxs o colegas después del trabajo, donde comer mariscos y tomar unas chelas no te costará una fortuna. ¡Te aseguro que querrás regresar una y otra vez!

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Dirección: Río Lerma #130, Colonia Cuauhtémoc, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: De $300 a $400 pesos
Horario: Martes a domingo de 8:00 a 19:00 hrs.
Facebook: 
facebook.com/lasjirafasylamulaclaveria
Twitter: instagram.com/mariolamx
TikTok: tiktok.com/@mariscos.mariola

Otto, sabores mexicanos sin pretensiones en la Cuauhtémoc

Desde hace varios años, en la esquina de Río Nazas y Río Sena, hay un lugar que se ha ganado el corazón de todxs lxs vecinxs de la colonia Cuauhtémoc. Te hablo de Otto, un restaurante sencillo donde puedes disfrutar de una gran variedad de platillos mexicanos preparados con ingredientes frescos y de calidad, ¡y a precios super accesibles! Además, aquí puedes comer mientras disfrutas del ambiente tradicional de la colonia Cuauhtémoc, lejos de la pretensión que tienen muchos de los nuevos locales.

En Otto, no esperes platillos complicados o recetas extravagantes; aquí encuentras los clásicos platillos mexicanos preparados con las recetas tradicionales y con un sabor que te va a encantar. También tienen opciones saludables por si estás cuidando la línea, y sándwiches y platillos para los más pequeños. Todo está pensado para ofrecerte una experiencia sencilla, deliciosa y muy agradable.

Si vienes por la mañana o te antojas de desayunar a las dos de la tarde, te recomiendo probar los desayunos mexicanos clásicos. Puedes pedirlos individuales o en combos que incluyen jugo o fruta y café. Mis favoritos son las Enchiladas Otto con su salsa especial, los Chilaquiles Rojos, los Molletes con Tocino o los Waffles Otto. Y si te gustan los huevos, no te pierdas los Huevos Motuleños, Benedictinos, Divorciados o Rancheros, entre otros.

Por la tarde, vale la pena abrir el apetito con un Fideo Seco Otto, un Caldo Tlalpeño o una reconfortante Sopa de Tortilla. Luego puedes seguir con unas Flautas mixtas, unos Tacos de Arrachera, unos Sopes, unas Enchiladas Verdes o Rojas, o unas Quesadillas con Guacamole. Y si prefieres algo más ligero, tienen opciones como Pechuga Otto a la Plancha, Milanesa Guanajuatense, o Arrachera asada, entre otras delicias.

Otto es más que un restaurante sencillo, es un lugar donde la comida es honesta, el ambiente es acogedor, y los precios son justos. Ideal para desayunar después de un buen ejercicio en Reforma o para disfrutar de un momento tranquilo en familia o con tu pareja.

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Dirección:
 Río Nazas 55, Colonia Cuauhtémoc, Ciudad de México, CDMX
Horario: Lunes a domingo de 7:00 a 17:00 hrs. (sábados y domingos abre a las 8:00)
Costo por persona: De $200 a $300 pesos
Instagram: instagram.com/restauranteotto

Cinco y Dos Panadería, pan de calidad en la Colonia Cuauhtémoc

Dicen que las penas con pan son buenas y en la esquina de Río Sena y Río Nazas, en la Colonia Cuauhtémoc, hay un lugar que te ayudará a pasar las penas con un pan delicioso; me refiero a Cinco y Dos Panadería. Un pequeño local que se perdería entre los negocios de la zona, si no fuera por la vitrina que da a la calle mostrando la variedad de panes que ofrecen en este lugar… y, obvio, al aroma de pan recién horneado que inunda la zona, invitándote a dejarte llevar por el pan. Al entrar Cinco y Dos descubrirás un lugar sencillo y rústico. Las paredes de ladrillo sin acabado, los estantes sencillos, las canastas con pan y el mostrador de madera, junto a la cocina abierta que se ve al fondo le dan un toque único y hogareño.

El pan que ofrecen en Cinco y Dos sigue con el mismo concepto que el lugar; es un pan sencillo (casi rústico), y preparado con ingredientes orgánicos y de la mayor calidad posible,  y sin usar procesos industrializados. A ellxs no les gusta decir que es pan artesanal, pero sí podríamos decir que es pan hecho como se debe de hacer y sin añadir químicos. Además desde su concepción buscaron crear panes tradicionales mexicanos, pero sin dejar la panadería francesa a un lado. Entonces, podrás encontrar pan dulce y salado para todos los gustos.

En lo personal, yo conocí esta panadería por su Pan de Muerto, que resultó ser un pan con muy buen sabor a naranja, incluso se veía y sentía la ralladura, de corteza bien dorada y huesos crujientes, pero con miga suave…. ¡un pan que cada vez es más difícil de encontrar! Pero el Pan de Muerto no es el único pan que vale la pena en este lugar, también vale la pena que pruebes las Conchas, las Orejas, el Chocolatín, el Croissant de Almendras, el Kouign-amann (en sus diferentes versiones), los Financiers (con fruta por dentro y fuera) o la Babka, entre otros. Además, sus panes de temporada son una delicia: Pan de Muerto, Panettone y Rosca de Reyes.

Si lo que buscas es un pan salado, puedes pedirte un Fougasse, una Hogaza de Cerveza o de Ajo, una Baguette de Semillas o… ¿por qué no un Pan de Caja Blanco o Integral? Si quieres algo más consistente, o para ir comiendo de camino a casa o la oficina, también puedes pedirte una Focaccia, un Sándwich Vegetariano o de Jamón con Manchego. ¡También tienen masa de pizza para llevar! Y, por cierto, también tienen algunas bebidas a base de café y chocolate para que te vayas maridando tu pancito con un buen café de camino a la oficina. ¡Una gran combinación!

Si como yo eres fanáticx del pan y te encuentras cerca de Reforma, tienes que darte una vuelta por Cinco y Dos Panadería y descubrir la deliciosa oferta de pan que ofrecen en este lugar. ¡Definitivamente saldrás encantadx de esta panadería rústica!

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Dirección:
 Río Nazas #45, Local 4, Colonia Cuauhtémoc, Ciudad de México, CDMX
Horario: Lunes a viernes de 8:30 a 20:30 hrs., sábado de 9:00 a 19:30 hrs. y domingo de 10:00 a 17:00 hrs.
Costo por persona: Menos de $200 pesos
Instagram: instagram.com/cincoydospan
Facebook: facebook.com/cincoydospan

La Diana Cazadora, historia de arte y escándalo…

En la mitología romana y, más en específico del personaje de Diana. No, no me refiero a Diana de Themyscira, mejor conocida como la Mujer Maravilla, me refiero a la hija de Júpiter y Latona. Diana, el equivalente romano de Artemisa, es considerada la diosa de la fertilidad, la luna y la cacería. Esto último se debe a que, de acuerdo a las leyendas, Diana era una maestra del arco y, por lo mismo, se le suele representar siempre tensando un arco, como si estuviera lista para disparar su flecha. ¿Te suena una imagen conocida?

Bueno, debes saber que, entre 1930 y 1960, el gobierno de la Ciudad de México realizó un sinfín de proyectos que buscaban embellecer la ciudad y crear la identidad cultural de la misma; es por eso, que crearon un sinfín de esculturas y monumentos, así como murales públicos de los modernos mexicanos. Fue así que, en los años treinta, el gobierno comisionó al arquitecto Vicente Mendiola y el escultor Juan Olaguíbel, quienes ya habían trabajado juntos en otros monumentos, a que realizaran una fuente que se colocaría a unos pasos de la Puerta de los Leones, la entrada a Chapultepec.

Después de pensarlo mucho, el equipo creativo (paps) presentó la idea de una fuente coronada por Diana o Artemisa, pero que, en vez de estar apuntando a un animal, apuntara hacia las estrellas de los cielos del norte. La idea de La Flechadora de las Estrellas del Norte le encantó al gobierno local y federal y, en 1938 empezaron la construcción del monumento. Cuatro años después, el 10 de octubre de 1942, Javier Rojo Gómez, el regente del Distrito Federal, inauguró la emblemática fuente.

La fuente se ganó el cariño de los y las chilangas inmediatamente, y fue rebautizada de forma cariñosa como la Diana Cazadora. Pero… la Diana estaba desnuda, y esto no le gustó a los sectores más conservadores de la sociedad mexicana; por lo mismo, la Liga de la Decencia, encabezada por Soledad Orozco (y básicamente la esposa del presidente Ávila Camacho), presionó al gobierno para que censurara la escultura. ¿Puede alguien pensar en los niños? Es por eso, que el escultor se vio obligado a colocar un calzón de bronce a la estatua con solo tres puntos de soldura, pensando que algún día le quitaría la censura.

Varios años después, ante la celebración de las Olimpiadas de México 68, el gobierno decidió que quería mostrarle al mundo que la sociedad mexicana estaba a la vanguardia cultural. Por lo mismo, desde 1967, el regente Alfonso Corona del Rosal desarrolló nuevos proyectos de embellecimiento de la ciudad, y también accedió a retirar el calzón de la impúdica Diana, a petición del mismo Olaguíbel. Pero, si de por sí la estatua ya estaba dañada tras el sismo de 1957, al retirar el taparrabos terminó de dañarse; por lo mismo, se decidió volver a fundir la escultura para que no tuviera desperfectos, mientras que el regente donó la escultura original a su pueblo, Ixmiquilpan, Hidalgo.

En aquél entonces, la Diana Cazadora se encontraba en una glorieta que se encontraba a la altura de la Torre Mayor (que no existía todavía); sin embargo, esta glorieta desapareció en 1974, gracias a la construcción del Circuito Interior (hoy Circuito Bicentenario). Por lo mismo, se movió a la Flechadora al Jardín Rodano, que se encuentra escondido en las calles de la Colonia Cuauhtémoc. Sin embargo, después de 16 años de presión, el gobierno terminó regresando la estatua a Reforma; pero esta vez, la colocaron en el cruce de Reforma con Sevilla/Río Missisipi; lugar donde puede ser admirada por todo el mundo.

Pero esa no es toda la escandalosa historia de la Diana Cazadora, también conocida como La Flechadora de las Estrellas del Norte, no termina aquí. Y es que, hay un hecho que tan “turbio”, que hubiera sido escándalo nacional si la Liga de la Decencia se hubiera enterado. Resulta, que la modelo que posó para la Diana fue Helvia Martínez Verdayes. ¿Y eso qué tiene de escandaloso? Bueno, resulta que la señorita Helvia era menor de edad (tenía 16 años) cuando posó desnuda para la escultura. Pero eso no se supo hasta 1992, que la escultura ya estaba más que aceptada por el pueblo de México.

Ángel de la Independencia, un símbolo de resilencia y libertad

En 1843, el entonces presidente Antonio López de Santa Anna decidió que la Ciudad de México debía tener un monumento que celebrara la Independencia de México. Por lo mismo, el ahora llamado traidor, junto a la Academia de San Carlos, convocó a un concurso en el que se solicitaba a los participantes, que presentaran un proyecto de una columna de (mínimo) 42 metros de altura rematada por una estatua de la victoria.

Un gran número de participantes, nacionales y extranjeros, inscribieron su proyecto al concurso; y al final, los jueces de San Carlos eligieron el proyecto del arquitecto francés Enrique Griffon. Sin embargo, el presidente no consideró que el proyecto fuera digno y declaró ganador el proyecto de Lorenzo de la Hidalga, que era el segundo lugar. Ese mismo año, el 16 de septiembre, Santa Anna colocó la primera piedra del monumento, mismo que sería parte del Zócalo que se estaba construyendo en ese momento. Sin embargo, cuando se tenía poco más de un metro construido, se abandonó el proyecto porque el nuevo gobierno cortó los fondos del mismo; gracias a esto, el zócalo se quedó solo, convirtiéndose en la Plaza de la Constitución.

Unos años después, Maximiliano convocó a un nuevo concurso para edificar una columna de independencia, mismo que ganó Ramón Rodríguez Arangoity; sin embargo, a pesar de que la emperatriz Carlota colocó la primera piedra, la caída del Imperio no permitió que se realizara la obra. Benito Juárez, decidido en acabar con las ideas del segundo imperio mexicano cancelando la construcción de un monumento a la independencia, aunque continuó la construcción del Paseo del Emperador (en fin, la hipotenusa), al que rebautizaría como Paseo de la Reforma.

No fue hasta que se preparaban los festejos del Centenario de la Independencia de México, que Porfirio Díaz decidió retomar y concluir el monumento. Así que, en 1886, se realizó la convocatoria a un concurso internacional para construir un monumento a la independencia; mismo que se colocaría sobre Paseo de la Reforma, mismo que se estaba convirtiendo en el centro social de la Ciudad. Y no fue hasta 1900, que la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas designó a Antonio Rivas Mercado como el encargado de proyecto, quien eligió a Enrique Alciati como encargado de realizar las esculturas y bajorrelieves, y a Roberto Gayol como encargado de obra civil.

El 2 de enero de 1902, Porfirio Díaz colocó la primera piedra, y también colocó un cofre dorado con el acta de independencia de México y una serie de monedas de la época. Los trabajos de cimentación duraron unos 4 años, y en 1906, después de que se habían colocado más de 2400 piedras a 25 metros, descubrieron un fuerte hundimiento en un costado del monumento; descubriendo que los cimientos estaban mal planeados y obligándolos a demoler todos los avances.

El 13 de junio de 1907 se reinició la construcción del monumento, después de un largo análisis del suelo. Se trabajó a marchas forzadas, y se invirtieron más de dos millones de pesos de aquella época, para lograr que el presidente Porfirio Díaz inaugurara la Columna de Independencia o Monumento a la Independencia, el 16 de septiembre de 1910. Sin embargo, la obra no estaba completamente terminada. Sí, tenía el impresionante Ángel dorado y varias esculturas a su alrededor, pero faltaba que se adaptara el pedestal para convertirlo en el mausoleo de los héroes de Independencia. Fue así, que para 1923, tras la Revolución Mexicana, se iniciaron los trabajos de adaptación, mismos que concluyeron dos años después.

Suficiente de historia… hablemos un poco del Monumento como tal. Bueno, en este punto es importante mencionar, que la Columna de Independencia, mejor conocida como Ángel de la independencia, tiene una altura de 52 metros totales y es de estilo neoclásico. Como sabrás, está decorada con una figura de una Nike (también conocida como Victoria Alada), o diosa griega de la victoria, misma que sirvió de inspiración para crear la imagen de los ángeles contemporáneos, y razón por la que le llamamos Ángel de la Independencia.

En pedestal se encuentra el grupo escultórico llamado Apoteosis del Padre de la Patria, en el que se puede ver a Hidalgo sosteniendo la bandera de México y acompañado de figuras simbólicas. a sus costados se encuentra también una escultura de José María Morelos y Vicente Guerrero, mientras que, en las otras esquinas, descansan las esculturas de Xavier Mina y Nicolás Bravo. Y, en la parte inferior del pedestal, se encuentra una escultura de león conducido por un genio (niño), mismos que simbolizan la fuerza y la inteligencia. También se pueden ver esculturas sentadas, las figuras sedentes, de La Paz, La Guerra, La Justicia y La Ley.

El pedestal cuenta con dos puertas de hierro en las que se puede leer la palabra Gloria. Si algún día logras entrar, te encontrarás con un pequeño pasillo que rodea la zona de urnas, estilo Art Decó, que se encuentra al centro del lugar. Es justamente en esa zona, donde se encuentran los restos de los personajes más importantes de la independencia: Hidalgo, Morelos, Matamoros, Bravo, Allende, Aldama, Guadalupe Victoria, Guerrero, Quintanta Roo y Leona Vicario. Y, si llegas a tener la mejor de las suertes, te dejarán subir por una pequeña escalera de piedra con dos descansos, que te conducirá a una enorme escalera de caracol, hecha de metal, por la que podrás subir la columna de independencia, con sus 2.9 metros de diámetro (una experiencia algo claustrofóbica).

Un detalle importante a mencionar del Ángel de la Independencia, es que, la Victoria Alada que lo corona no es la escultura original que se fundió en tiempos de Don Porfirio. Y es que, en 1957, un fuerte terremoto azotó a la Ciudad de México, tirando la Nike que coronaba el monumento. Así que, el gobierno comisionó a Ernesto Sodio para que reforzara la estructura original, y para que fundiera una nueva escultura, misma que se colocó el 16 de septiembre de 1958. 28 años después, otro terremoto azotó a la ciudad, vulnerando nuevamente la estructura del Ángel de la Independencia; y, en esta ocasión, fue Ramón Bonfíl el encargado de reforzarla. Como dato curioso, debes saber, que la cabeza del Ángel original se suele exhibir en diferentes museos de la Ciudad de México, aunque de manera permanente se exhibe en el Archivo Histórico de la Ciudad.

Otro dato curioso que vale la pena recalcar, es el hecho de que la escalinata sobre la que se encuentra el ángel no es completamente original. ¿Cómo? Originalmente, el Ángel de la Independencia se encontraba sobre unos cuantos escalones, pero, gracias a la fuerte cimentación del monumento, este ha permanecido exactamente a la misma altura que en 1910, mientras que las calles que lo rodean se han ido hundiendo poco a poco. Gracias a esto, hace algunos años tuvieron que agregar nuevos escalones al monumento; escalones que se pueden reconocer fácilmente porque la piedra cambia de color entre uno y otro.

Hoy en día, el Ángel de la Independencia o la Columna de la Independencia, es un ícono de la Ciudad de México y de todo el país. Su figura alada es un símbolo del México contemporáneo e independiente. Además, por su impresionante arquitectura, es reconocido como una de las columnas de independencia más importantes de todo el mundo, superando la de Plaza de la Bastilla de París, la del Parque del Retiro de Madrid o la de Berlín. Justo por esto, todxs lxs mexicanxs y turistas que llegan a la Ciudad de México tienen que darse una vuelta por la Glorieta del Ángel para apreciar de su arquitectura, y disfrutar de la ciudad desde una perspectiva diferente.