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Museo de Sitio de Tlatelolco Caja de Agua, un recorrido por la primera escuela preparatoria de América

El Convento de Santiago Tlatelolco (Convento de Santa Cruz de Santiago Tlatelolco) se fundó por ahí de en 1526 en las tierras que ocuparon uno de los centros ceremoniales más importantes del pueblo tlatelolca. Al ser un convento franciscano, se construyó de forma muy sencilla usando cal y las piedras del teocalli que se encontraba a un costado del mismo. Mientras se construía el convento, en la Nueva España se empezó a gestar la idea de educar a los indígenas, en el idioma español, así como en las ciencias, artes europeas y, obviamente, en la religión católica. Fue así que, en 1533, el obispo de Santo Domingo, don Sebastían Ramírez de Fuenleal, encargó a fray Arnaldo de Bassacio que le enseñara gramática latina en lengua española a los indígenas.

La idea del obispo fue tan buena, que no había pasado ni un año y la escuela improvisada en la capilla del Convento de San Fernando ya había crecido exponencialmente. Y, después de unos cambios en los altos mandos clericales, se decidió crear el Colegio de Santa Cruz (Colegio de la Santa Cruz de Tlatelolco) en el Convento de Santiago de Tlatelolco. Este fue un paso enorme para la educación en México, pues fue la primera institución de educación superior de América, preparatoria para la universidad, destinada a los indígenas y el centro más importante de ciencias y artes durante la primera mitad del siglo XVI.

¿Cómo es posible que se eduque a los indígenas a este nivel? Obviamente, para la sociedad de la época, el Colegio de Santa Cruz fue un escándalo. Las opiniones estaban divididas. Había quienes pensaban que el indio no era capaz de cursar Humanidades y, por ende, hacer carrera sacerdotal; también hubo quienes pensaban que sí eran capaces, pero temían su ingreso al sacerdocio; y quienes pensaban que no había ningún problema. Incluso hubo quienes pensaban que el conocimiento del latín por parte de indígenas podía ser perjudicial porque podrían caer en herejías y errores. El punto es que, las controversias, junto a las dos epidemias de cocoliztli o viruela (en 1545-1548 y 1576-1577) llevó a esta escuela a la decadencia. Y, tras varias crisis económicas y a los esfuerzos de fray Bernardino de Sahagún (quien fue profesor) lo llevó a reducir enormemente sus filas, cerrando prácticamente sus puertas por completo.

Uno de los datos más interesantes sobre el Convento de Santiago Tlatelolco y, en especial, el Colegio de Santa Cruz es el hecho de que, en este lugar se encuentra una Caja de Agua (un espacio por el que pasaba agua corriente para el consumo humano) en la que se pintó el primer Mural en la historia novohispana (pintado en 1536). Han pasado casi quinientos años desde que se pintó el mural y, como era de esperarse, por el descuido, este quedó prácticamente destruido. Sin embargo, en los primeros años de este siglo se realizaron trabajos de conservación, rescatando unos 50 mil fragmentos de pintura (aproximadamente 16 metros cuadrados), con la finalidad de que podamos conocerlo a detalle.

Hoy en día, el edificio donde se encontraba el Colegio de Santa Cruz es el Museo de Sitio de Tlatelolco Caja de Agua, un museo dedicado principalmente al mural que retrata la vida cotidiana de los pobladores de los lagos de la cuenta de México en el siglo XVI. También podrás conocer cómo fueron los trabajos de excavación para rescatar el mural, así como las piezas arqueológicas que formaron parte de la ofrenda colocada durante la clausura de la Caja de Agua hace unos quinientos años.

Visitar el Museo de Sitio de Tlatelolco Caja de Agua es una oportunidad para conocer la vida del México Novohispano, mientras descubres un poco sobre la historia de Tlatelolco. Además, una vez ahí, no puedes no visitar la Plaza de las Tres Culturas, el Centro Ceremonial, el mural de Siqueiros y el Centro Cultural Universitario Tlatelolco.

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Dirección:
 Eje Central Lázaro Cárdenas s/n, Unidad Habitacional Nonoalco-Tlatelolco, Tercera Sección (se entra por detrás del CCU), Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: Entrada Libre (se incluye con la entrada a la Zona Arqueológica)
Horario: Lunes a viernes de 9:00 a 14:00 hrs. (requiere reservación, a través de su página web)
Página Web: lugares.inah.gob.mx/es/museos-inah/museo/446-museo-de-sitio-caja-de-agua-tlatelolco.html

Museo Padre Pro, descubre la vida de un sacerdote que desafió al gobierno mexicano

¿Sabes quién es el Padre Pro? Uno de los más grandes defensores de los derechos humanos, o por lo menos el derecho a la libertad religiosa, en el México postrevolucionario. Miguel Agustín Pro Juárez nació el 13 de enero de 1891 en Guadalupe, Zacatecas. Desde joven mostró incliniación religiosa y profunda devoción, lo que lo llegó a unirse a la Compañía de Jesús (jesuitas pa’lxs amigxs) e iniciar su formación sacerdotal. Sin embargo, tras la Revolución Mexicana el gobierno anticlerical de Plutarco Elías Calles expulsó a los jesuitas de México en 1904. Esto obligó al padre a continuar su formación EE.UU., España, Nicaragua y Bélgica, donde fue ordenado sacerdote.

El Padre Pro regresó a México en 1926, año en el que se desató el conflicto armado conocido como la Guerra Cristera. Sin entrar en detalles, fue un periodo en el que el gobierno buscó quitarle influencia a la Iglesia y esta respondió cerrando sus puertas y llamando a sus fieles a levantarse en armas (aunque claro, esto dependerá de la visión de la historia a la que te acerques). En ese México en el que la religión católica (romana apostólica) se había vuelto clandestina, el Padre Pro se dedicó a luchar dando misas y apoyo espiritual a sus fieles. Utilizó una serie de disfraces y tácticas ingeniosas para evadir a la policía y continuar con su ministerio. Pero eso no fue todo…

Resulta, que el Padre Pro fue un auténtico revolucionario que luchó activamente contra el gobierno represor. O… al menos eso dijo el mismo gobierno. Y es que, el 18 de noviembre de 1927, un automóvil Essex alcanzó al carro donde viajaba el candidato a la presidencia, Álvaro Obregón, y arrojó le arrojó una bomba con la finalidad de asesinarlo. Pero la bomba no estalló y cuando la policía buscó los registros del vehículo agresor, descubrieron que este había pertenecido a los hermanos Pro, decidió arrestarlos a los dos. Aunque se “demostró” que los imputados no habían perpetrado el atentado, se les acusó de traición y fueron llevados al paredón de fusilamiento el 23 de noviembre de ese mismo año. La vida y martirio del Padre Pro se convirtieron en una fuente de inspiración para un sinfín de devotxs, pues su historia es una muestra de que una sola persona puede marcar una gran diferencia, incluso en los momentos más obscuros. Es por eso que, el Papa Juan Pablo II beatificó al Padre Pro el 25 de septiembre de 1988.

Y, para que puedas conocer más sobre la vida y obra del emblemático Padre Pro, la Parroquia de la Sagrada Familia, la bella iglesia neogótica (y la primera parroquia construida) de la Colonia Roma, decidió abrir el Museo Padre Pro. Un espacio en el que podrás conocer la historia del Padre Pro y de su hermano, a través de una exposición permanente compuesta por fotografías, documentos, objetos personales, testimonios y relatos sobre el Padre Pro y el atentado contra Álvaro Obregón. ¡Incluso podrás ver la ropa que usaba cuando lo fusilaron!

Más allá de si eres católicx o no, visitar el Museo del Padre Pro es más que una simple salida cultural; es una oportunidad para conectarte con una historia de fe, valor y esperanza. Es un lugar perfecto para ir con la familia, amigxs, o incluso solx, y dejarte inspirar por el ejemplo de un hombre que, a pesar de las dificultades, nunca dejó de servir y amar a los demás. Así que, ¿qué esperas? ¡Anímate a visitar el Museo del Padre Pro y descubre el legado de este extraordinario sacerdote que sigue tocando corazones en la Ciudad de México!

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Dirección:
 Orizaba #29, Colonia Roma Norte, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: $40 pesos
Horario: Martes a viernes de 10:00 a 13:00 hrs.
Página Web: padrepro.com.mx/museo
Facebook: facebook.com/PadrePro
YouTube: youtube.com/@padrepros.j.460

Centro de la Imagen, un recorrido por el mundo a través de la fotografía

Si eres amante de la fotografía y estás buscando un lugar para conocer diferentes propuestas fotográficas, tienes que conocer el Centro de la Imagen en el centro de la Ciudad de México, un lugar en el que las imágenes cobran vida para contarnos un sinfín de historias fascinantes.

El Centro de la Imagen fue fundado en 1994 con la misión de promover, preservar y difundir las artes gráficas, y especialmente la fotografía en México. Desde entonces, se ha convertido en un punto de encuentro para artistas, aficionadxs y profesionales que buscan explorar y celebrar el poder de la imagen. ¡Aquí cada foto es una ventana a un mundo diferente!

Este maravilloso museo se encuentra en la histórica Plaza de la Ciudadela, dentro de un edificio que solía ser parte de la Biblioteca de México. La combinación de su arquitectura clásica y sus modernos espacios expositivos crea un ambiente único, perfecto para sumergirse en el arte visual. Cada rincón del museo está diseñado para inspirarte y hacerte sentir parte de la historia que se cuenta a través de las imágenes.

El Centro de la Imagen alberga una rica colección de fotografías y obras visuales que abarcan desde el siglo XIX hasta la actualidad. Su colección permanente incluye trabajos de destacadxs fotógrafxs mexicanxs e internacionales, ofreciendo una perspectiva amplia y diversa del mundo de la fotografía.

¿Y qué hay de las exposiciones? ¡Aquí siempre hay algo emocionante! El museo organiza exposiciones temporales que presentan lo mejor de la fotografía contemporánea, así como retrospectivas de grandes maestrxs de la imagen. Algunas de las exposiciones o temáticas más populares entre quienes visitan este lugar son:

  • 1. Fotoseptiembre: Un festival bianual que reúne a fotógrafxs de todo el mundo en una celebración masiva de la imagen.
  • 2. Muestras de Fotoperiodismo: Exposiciones impactantes que destacan el trabajo de fotoperiodistas mexicanxs y su valiosa labor de documentar la realidad.
  • 3. Exposiciones temáticas: Desde retratos íntimos hasta paisajes urbanos y naturalezas muertas, cada exposición te llevará en un viaje visual que te dejará sin aliento.

Visitar el Centro de la Imagen es una experiencia que no puedes dejar pasar. Ya seas un(a) apasionadx de la fotografía o simplemente alguien que disfruta de una buena historia visual, este museo tiene algo para ti. Así que ya sabes, ¡prepárate para descubrir el increíble mundo de la fotografía en el corazón de la Ciudad de México! El Centro de la Imagen te espera con las puertas abiertas y un montón de imágenes sorprendentes que contar.

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Dirección:
 Plaza de la Ciudadela #2, Centro Histórico, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: Entrada Libre
Horario: Miércoles a domingo de 10:00 a 19:00 hrs.
Página Web: ci.cultura.gob.mx
Instagram: instagram.com/cimagen
Facebook: facebook.com/centrodelaimagen.mx
Twitter: x.com/cimagen
YouTube: youtube.com/channel/UCBJt7yMdqzvdipc-bqUuvPw

Xaltilolli un espacio de artes, memorias y resistencias

Por ahí de 1957, el gobierno de la Ciudad de México decidió, en palabras de Monsiváis, crear “la utopía del México sin vecindades”. Para lograrlo, se decidió crear un mega conjunto habitacional que funcionara como una ciudad propia con 102 edificios en los que se construirían 11,916 departamentos, 688 locales comerciales, 22 escuelas, 3 centros deportivos y 6 hospitales, entre otras cosas. Para lograrlo, le pidieron al arquitecto Mario Pani que diseñara el Conjunto Habitacional en los lotes baldíos del Sindicato Ferrocarrilero, talleres de la empresa La Consolidada, algunos otros almacenes de la estación Buenavista y cientos de viviendas irregulares, desplazando a unas 7,000 personas. Eso sí, el arqui debía asegurarse de conservar intacto el centro ceremonial tlatelolca y la iglesia colonial que se encontraban en lo que hoy llamamos Plaza de las Tres Culturas.

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Y, al ser una zona en la que hubo un asentamiento chichimeca, durante las excavaciones de los cimientos, se encontraron una gran cantidad de piezas de arte prehispánico. De hecho, el Ing. Carlos Ignacio Molina Robles, logró recuperar unas 200 obras durante la construcción. Obviamente, el centro ceremonial se mantuvo intacto y se construyó un museo de sitio. En el año 2011, Kurt y Lore Stavenhagen donaron a la UNAM, quien administra el Centro Cultural Universitario Tlatelolco (CCU Tlatelolco), donde se encuentra el museo de sitio, una impresionante colección con 2,200 piezas de arte mesoamericano proveniente de culturas como la Mexica, la Zapoteca, la Maya y la Mezcala, entre otras. En 2016, la Sra. Rosa María López Amieva donó las 200 piezas que coleccionó su esposo, el Ing. Molina Robles; y en 2020, la UNAM integró unas 500 piezas de arte mesoamericano de piedra y cerámica que reunió al artista Ricardo Martínez de Hoyos.

Hoy en día, la Universidad cuenta con más de 15,000 piezas y, para que las y los mexicanos podamos admirar estas piezas y conocer más sobre nuestras raíces, decidió abrir el Museo Xaltilolli, Centro de Interpretación; un pequeño espacio que busca crear un diálogo entre las diversas voces del pasado a través de un recorrido del arte mesoamericano al actual; un lugar que busca dejarnos entender la historia de Tlatelolco, y del resto del país, desde una perspectiva de resistencia a través del arte.}

Al recorrer los pasillos de Xaltilolli podrás conocer un poco más sobre la historia de sobre la fundación y vida en Tlatelolco, las alianzas y tensiones con otros pueblos, y la vida en el mercado; así como un recorrido a través de la resistencia cultural tlatelolca. También tienen un espacio dedicado al arte de las comunidades originarias, así como indo-cristianas y la resignificación artística del siglo XX y contemporánea.

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Pero Xaltilolli no es solo un museo, es un espacio de investigación y experimentación en todos los niveles; por lo mismo, más allá de la investigación académica de las colecciones, también organiza diferentes eventos, intervenciones y colaboraciones, con las que se busca experimentar con el arte y la curaduría de las exposiciones. Y, por si fuera poco, también se han dedicado a digitalizar las diferentes colecciones en posesión del CCU Tlatelolco, mismas que puedes conocer en su página web.

Si quieres conocer más sobre la historia de la Ciudad de México, y del país, y profundizar sobre una de las zonas más misteriosas y místicas del país, tienes que darte una vuelta por Xalti. Una oportunidad para empaparte de historia y descubrir la resistencia de México.

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Dirección:
Ricardo Flores Magón #1, Tlatelolco, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: $40 pesos
Horario: Miércoles a jueves de 11:00 a 17:00 hrs. viernes a domingo de 11:00 a 18:00 hrs.
Página Web: cix.unam.mx
Instagram: instagram.com/ccutxalti
Facebook: facebook.com/CCUTXaltilolli

Galerías de la Antigua Academia de San Carlos, un recorrido por el arte mexicano

¿Sabías que existe una relación entre la Facultad de Arte y Diseño de la UNAM y las enfermedades venéreas? No, no me refiero a la vida amorosa de lxs estudiantes de la facultad, sino a la historia de la misma facultad de arte. Para explicarte esta extraña relación, primero tenemos que hacer un pequeño viaje en el tiempo al México Novohispano. Como sabrás, con la llegada de los españoles también llegaron un sinfín de enfermedades, como la viruela. Y, como los gachupines eran algo libidinosos, no solo buscaron encuentros carnales con lxs locales, sino que también empezaron a propagar sus enfermedades venéreas.

Al ver que, para 1539 el mal de bubas, es decir la sífilis, se había propagado tanto en la Nueva España, fray Juan de Zumárraga, con la audiencia del rey Carlos V (sí, el del chocolate), fundó el Hospital del Amor de Dios en la calle de Moneda. Durante doscientos años, el nosocomio funcionó con unas 150 camas para los contagiados (la gran mayoría hombres) y se mantuvo gracias a donaciones de la Catedral; sin embargo, con el paso del tiempo, y el cambio de situación económica, el hospital fue decayendo poco a poco hasta que cerró sus puertas el 1 de julio de 1788, cuando mandaron a los pacientes al Hospital de San Andrés, que se encontraba en la actual calle de Tacuba (hoy en día, el MUNAL ocupa el terreno que ocupó este hospital).

¿Y esto qué tiene que ver con la Facultad de Arte y Diseño de la UNAM? En 1778 don Gerónimo Antonio Gil llegó a la Nueva España para enseñar grabado a los artesanos de la Casa de Moneda. Al ver la escuela podría ampliar su oferta académica solicitó apoyo a la misma Casa de Moneda y a la Corona, para crecerla. Fue así, que para 1783 se fundó la Real Academia de San Carlos de las Nobles Artes de la Nueva España y se le otorgaron las instalaciones del antiguo Hospital del Amor de Dios para que funcionaran como su sede. Y, tras unos años de remodelación, la Academia de San Carlos abrió su nueva sede en 1791. Ese mismo año, Manuel Tolsá, encargado de crear gran parte de la identidad de la Ciudad, llegó a la academia para dirigirla y dar clases de escultura.

Para 1852, el edificio volvió a ser remodelado. En esta ocasión fue el artista Javier Cavallari quien diseñó la característica fachada estilo renacentista italiano que conserva hoy en día. Además, el artista incluyó seis medallones en la fachada, en los que se puede ver a los fundadores de la Academia y dos importantes artistas renacentistas: Carlos III (En los Reinos de Nápoles y Sicilia lo conocían como Carlos V), José Bernardo Couto, Antonio Gil y Fernando José Manguino, Miguel Ángel y Rafael.

La Academia de San Carlos fue la primera gran escuela de arte y museo de bellas artes de América, y, desde principios del siglo XX, tras la fundación de la UNAM, la institución se integró a la Universidad Autónoma, convirtiéndose en la sede de la facultad de Arte y Diseño, y enviando el Museo de San Carlos al Palacio del Conde de Buenavista. Y como verás, la relación entre la FAD y las enfermedades venéreas recae justamente en el hecho de que la facultad se encuentra en el edificio donde se trataban estas enfermedades durante el México colonial.

Aunque no puedo negar que es un tema interesante, es solo el pretexto para hablarte de las Galerías de la Antigua Academia de San Carlos. Hoy en día, la Facultad de Arte y Diseño se encuentra en Xochimilco, pero el antiguo Hospital del Amor sigue siendo la sede de la Academia de San Carlos (FAD-UNAM), un espacio educativo en el que se imparten posgrados, se ofrece servicio de biblioteca y en el que se cuenta con tres galerías. ¿Y qué se expone en las galerías?

Como sabrás, la Academia de San Carlos creó una de las colecciones más importantes de arte, misma que terminó convirtiéndose en una de las más importantes del mundo en su tiempo. A mediados del siglo XX, se reorganizó esta colección y se mandó una gran parte de ella al Museo de San Carlos, pues cuenta con una mayor infraestructura para conservarla. Con el resto de las piezas se creó la colección Museo Universitario de la Academia; una colección de arte que sigue construyéndose hoy en día, pues sigue adquiriendo el trabajo de artistas contemporánexs de todo tipo.

Y justamente, en las Galerías de la Antigua Academia de San Carlos podrás encontrarte con todo tipo de exposiciones dedicadas a compartir la colección Museo Universitario de la Academia. A diferencia de la colección que se encuentra en el Museo de San Carlos, en estas galerías no encontrarás (necesariamente) arte sacro o retratos barrocos de personas acaudaladas, en estas galerías será más fácil que encuentres arte clásico y exposiciones temáticas conteporáneas dedicadas a resaltar algún elemento diferente de la colección. De esta forma, en sus paredes encontrarás colecciones dedicadas al tatuaje mexicano, mujeres en el mundeo del arte, comics y moneros, acuarela a través del tiempo, contrastes urbanos o desamor, entre otros temas.

Visitar las Galerías de la Antigua Academia de San Carlos es una oportunidad para viajar al México novohispano y descubrir las instalaciones de uno de los hospitales más curiosos de la colonia y conocer la historia de una de las escuelas de arte más importantes de América, desde sus inicios y hasta que se convirtió en la Facultad de Arte y Diseño de la UNAM. Además, al recorrer las galerías podrás conocer la propuesta artística de un sinfín de artistas mexicanos y mexicanas que han trabajado por crear nuevas propuestas estéticas y artísticas.

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Dirección:
Academia #22, Piso 1, Centro Histórico, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: Entrada Libre
Horario: Lunes a viernes de 10:00 a 18:00 hrs.
Página Web: academiasancarlos.unam.mx
Instagram: instagram.com/academiasancarlos
Facebook: facebook.com/AcademiaDeSanCarlos
YouTube: youtube.com/@AcademiadeSanCarlosFADUNAM
TikTok: tiktok.com/@san.carlos.centro

Museo del Estanquillo, un recorrido por la cultura popular mexicana del siglo XX en el Centro Histórico

A finales del siglo XIX, la compañía La Esmeralda Hauser-Zivy y Compañía le pidió a los arquitectos Eleuterio Méndez y Francisco Serrano que construyeran un lujoso edificio, en la esquina de lo que hoy son Isabel La Católica y Francisco I. Madero, para que albergara una de las joyerías más lujosas del país. Fue así que, el 27 de noviembre de 1892, el entonces presidente, don Porfirio Díaz, inauguró la Joyería La Esmeralda, en uno de los edificios más espectaculares de toda la Ciudad. Al ser una joyería lujosa, todos los políticos y empresarios de la época, la vieja oligarquía, compraban ahí.

Pero llegó la Revolución Mexicana y con ella el cambio de poder. La Joyería La Esmeralda empezó a vender cada vez menos y terminó cerrando sus puertas. El edificio de La Esmeralda cambió de dueño y el edificio fue utilizado para todo tipo de propósitos; a finales de los años sesenta funcionó como oficinas de gobierno, también fue sucursal bancaria e, incluso, fue la sede de la discoteca “La Opulencia”. Y no fue hasta principios del siglo XXI, que el edificio fue elegido para convertirse en la sede del museo que mostraría las colecciones de Carlos Monsiváis.

¿Y quién fue Carlos Monsiváis? Carlos Monsiváis fue uno de los personajes más emblemáticos de la Ciudad de México. Y es que, Monsiváis fue un escritor y periodista que se dedicó a retratar la vida de la Ciudad a través de sus crónicas; mientras se dedicaba a defender los derechos humanos, especialmente los de la comunidad LGBTIQ+, militaba por un gobierno de izquierda y cuidaba a sus trece gatos. Si los trece gatos no te dieron una pista, Monsi, como le decían de cariño, era una especie de acumulador; y, a lo largo de su vida, se dedicó a crear todo tipo de colecciones en las que, de una u otra forma, se retrataba la cotidianeidad de la capital.

Gracias a esto, en el Museo del Estanquillo, el museo con las colecciones de Carlos Monsiváis, podrás encontrar todo tipo de exposiciones temáticas en las que podrás ver todo sobre la cotidianeidad de México, a través de una serie de caricaturas, anuncios, maquetas, juguetes, miniaturas, fotografías, grabados, litografías, objetos, máscaras de luchadores e, incluso, comics. Para que te des una idea de las exposiciones que suelen montar en este lugar, han curado recorridos a través de la literatura de la Familia Burrón, sobre el movimiento Nazi en México, sobre la Lucha Libre Mexicana, las Vedettes, Tin Tán y el espíritu de México 68, entre muchas otras.

Por esa diversidad de temáticas y exposiciones, el museo de Carlos Monsiváis recibe el nombre de Museo del Estanquillo. ¿Cómo? Pues tienes que saber que, el término “Estanquillo” se refiere a esas antiguas tiendas de abarrotes que se encontraban en las esquinas del extinto Distrito Federal, y en las que se vendía de todo un poco. El Museo del Estanquillo es una especie de Estanquillo cultural, en el que la cultura popular mexicana y la vida cotidiana cobran vida para llevarnos en un viaje por el tiempo, para descubrir un México más sencillo, el México del siglo XX.

Así que, si estás buscando una experiencia cultural divertida y enriquecedora en la Ciudad de México, el Museo del Estanquillo es el lugar perfecto para ti. Date una vuelta por el edificio de La Esmeralda y descubre las maravillosas colecciones de Carlos Monsiváis, sumérgete en la historia y cultura de México y participa en las actividades que el museo tiene para ofrecer. ¡Te prometemos que saldrás con una sonrisa en el rostro y con ganas de volver una y otra vez!

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Dirección:
 Isabel La Católica #26, Centro Histórico, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: Entrada Libre
Horario: Miércoles a lunes de 10:00 a 18:00 hrs.
Página Web: museodelestanquillo.cdmx.gob.mx
Instagram: instagram.com/museodelestanquillo
Facebook: facebook.com/MuseodelEstanquillo
Twitter: x.com/m_estanquillo
YouTube: youtube.com/user/MuseoEstanquillo

Museo de la Charrería, un rincón dedicado al arte charro en el Centro Histórico

¿Me creerías si te dijera que uno de los deportes nacionales de México mezcla la moda, la tradición ranchera y las habilidades ecuestres? Obviamente me refiero a la Charrería, una disciplina o jaripeo, una disciplina que dio origen a una tradición considerada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.

Buscando preservar y celebrar esta tradición, en 1972, la Federación Mexicana de Charrería decidió abrir el Museo de la Charrería en el ex Convento de Nuestra Señora de Montserrat, ubicado prácticamente frente al ex Convento de San Jerónimo, que es donde residió Sor Juana Inés de la Cruz. Más allá de la colección del museo, de la que hablaremos después, debes saber que, visitar este lugar es toda una experiencia porque podrás conocer uno de los conventos más antiguos de la CDMX, y del país, pues se construyó entre 1587 y 1590 para resguardar la imagen de la virgen de Nuestra Señora de Montserrat de Cataluña que habían traído de España. Por ende, el solo entrar a este lugar te transportará al México del pasado, para que puedas apreciar la arquitectura novohispana y cómo vivían los benedictinos en aquél entonces.

¿Y qué ching@#0$ encontrarás en el Museo de la Charrería? La colección del Museo de la Charrería es un desfile de colores, historia y moda. Y es que, en sus salas encontrarás una gran variedad de trajes típicos de charros y adelitas, sillas, monturas y albardas, armas de fuego y armas blancas, utensilios y accesorios y todos los objetos que te puedas imaginar.

Obviamente, las estrellas de la colección son los trajes de charro. Estos trajes no son solo ropa; son obras de arte. Bordados a mano con hilos de plata y oro, cada traje cuenta una historia y muestra la habilidad artesanal de México. Podrás ver desde los trajes más tradicionales hasta las versiones más modernas, cada uno con su propio toque especial. Las sillas de montar son otro elemento destacado. Imagina montar a caballo en una silla finamente trabajada, con detalles de cuero y metal que no solo son hermosos, sino también funcionales. Cada silla de montar en el museo muestra la evolución del diseño y la técnica a lo largo de los años.

¿Qué sería de un charro sin sus accesorios? Desde espuelas y sombreros hasta reatas y fustas, pasando por sables, espadas, revólveres y carabinas; la colección de accesorios del museo es impresionante. Cada pieza está diseñada no solo para ser funcional, sino también para destacar en el ruedo. Además de los objetos físicos, el museo cuenta con una impresionante colección de fotografías y documentos históricos. Estos materiales ofrecen una visión profunda de cómo la charrería ha evolucionado a lo largo del tiempo y cómo ha influido en la cultura mexicana.

Así que, si estás buscando una experiencia cultural auténtica y tradicional en la Ciudad de México, el Museo de la Charrería es el lugar ideal para ti. Una oportunidad para descubrir la pasión, la habilidad y la historia que hacen de la charrería una parte tan especial de la identidad mexicana.

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Dirección:
 Isabel La Católica #108, esq. Izazaga, Centro Histórico, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: Entrada Libre
Horario: Lunes a viernes de 10:30 a 17:30 hrs.
Página Web: museodelacharreria.org.mx
Instagram: instagram.com/museodelacharreria
Facebook: facebook.com/museodelacharreria
YouTube: youtube.com/@MuseoDeLaCharreria

Museo de Sitio de San Sebastián Atzacoalco, descubriendo el barrio más antiguo de CDMX en Tepito

San Sebastián Atzacoalco se encuentra en el mero Centro Histórico y hoy en día forma parte de Tepito; por lo mismo, en sus calles podrás encontrar una infinidad de puestos ambulantes que tapizan las calles, escondiendo uno de los tesoros más antiguos de la Ciudad de México. Debes saber que, antes de que los españoles llegaran a América, Atzacoalco era uno de los cuatro barrios que conformaban México-Tenochtitlán junto a Cuepopan, Zoquipan y Moyotlan. Y tras la caída del imperio Azteca se decidió construir una pequeña capilla (inaugurada en 1524) en el barrio de Atzacoalco, mismo que pasó a llamarse San Sebastián Atzacoalco. Esta pequeña capilla fue ocupada por una orden Franciscana; sin embargo, en 1585, cuando llegaron los primeros Carmelitas a México, el virrey Pedro Moya de Contreras les otorgó la capilla, creando un fuerte conflicto entre ambas órdenes.

Los Carmelitas terminaron ganando la discusión, ocupando oficialmente el barrio de San Sebastián Atzacoalco. Sin embargo, la orden creció rápidamente y solicitaron la construcción del Templo y Monasterio de El Carmen, a unos pasos de ahí, donde hoy se encuentra la Lagunilla. Para 1607, los Carmelitas ya habían abandonado la capilla y los Agustinos se apoderaron de la pequeña parroquia de San Sebastián, convirtiéndola en una ermita para feligreses indígenas. Además, en la casa anexa a la parroquia, los Agustinos crearon uno de los primeros hospitales de México. Con el paso del tiempo, la parroquia se fue modificando y, para el siglo XVIII el edificio había sido completamente remodelado, manteniendo el hospital. Y, para 1926, gracias a la Guerra Cristera, la pequeña iglesia cerró sus puertas completamente.

Durante algunos años, la Iglesia de San Sebastián Atzacoalco quedó prácticamente en el olvido, absorbida por el comercio ambulante de la zona; sin embargo, en julio del 2023, la iglesia volvió a abrir sus puertas pero esta vez como museo de sitio. Un museo en el que podrás conocer un poco sobre la historia del barrio de San Sebastián Atzacoalco, así como de la presencia franciscana en México.

Aunque el museo es pequeño y sencillo, cuenta con cinco salas en los que podrás conocer toda la historia del barrio, desde la época prehispánica. En la primera sala descubrirás los antecedentes arqueológicos de Atzacoalco y la casa de la infancia de Moctezuma; la segunda sala está dedicada a la hagiografía (biografía excesivamente elogiosa de un santo) de San Sebastián Mártir, así como apreciar una pila bautismal del siglo XVIII. La tercera sala es un breve recorrido a través de los quinientos años de presencia franciscana en México. La cuarta sala narra la historia de la fundación del barrio y la doctrina indígena, y también podrás apreciar una reliquia de 1523, el libro de fundaciones y los libros de bautismo, defunciones y matrimonios indígenas. Y, por último, en la quinta sala podrás conocer el antiguo hospital.

 Aunque el Museo de Sitio de San Sebastián Atzacoalco es un lugar sencillo y escondido, nos ofrece una visión diferente de la historia de México. Y es que, recorrer sus salas, y el camino al mismo museo, es una oportunidad para adentrarte en uno de los barrios más antiguos de la Ciudad de México y aprender sobre los eventos que en él se desarrollaron. Además, una vez en San Sebastián, puedes visitar la plaza de la iglesia (Plaza Gregorio Torres Quintero) y admirar la misteriosa torre que se encuentra en ella (y digo misteriosa, porque no se tiene registro histórico de la misma).

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Dirección:
 República de Bolívar #46, esq. Rodríguez, Centro Histórico, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: $50 pesos
Horario: Martes a domingo de 10:00 a 17:00 hrs.

Museo Numismático Nacional, un recorrido por la historia de México a través de su moneda

El 11 de mayo de 1535, una Real Cédula, ejecutada por el virrey Antonio de Mendoza, estableció la Real Casa de Moneda de México, en las Casas Viejas de Moctezuma, que pertenecían a Hernán Cortés, siendo la primera ceca o casa de moneda, de América. Al año siguiente, se decidió construir un edificio adjunto al Palacio Virreinal para que cumpliera las funciones de Casa de Moneda. El edificio, que le dio nombre de Moneda a la calle donde se encuentra, aún existe, y lo puedes visitar como la sede del Museo Nacional de las Culturas.

Para 1842, el entonces presidente Antonio López de Santa Anna y Pérez de Lebrón (mejor conocido como el traidor de Santa Anna), tomó la decisión de mudar la sede de la Casa de Moneda, al antiguo Palacio del Marqués del Apartado, mismo que se encuentra en la esquina de lo que hoy es República de Bolivia y República de Argentina. El edificio fue construido durante el siglo XVII, ampliado durante el siglo XVIII, restaurado por Manuel Tolsá a finales de ese mismo siglo, y después adaptado para funcionar como Casa de Moneda por Lorenzo de la Higuera, tras el decreto del presidente. Y desde aquél entonces, en este edificio se acuñaron y comercializaron las monedas que se utilizaron en México (hasta 1970, que la sede se mudó a Legaria).

En 1895, don Porfirio Díaz ordenó la creación de un Museo Numismático en la misma Casa de Moneda; sin embargo, gracias a la Revolución Mexicana, mientras se planeaba el mismo, el proyecto se interrumpió. Por suerte, Venustiano Carranza decidió continuar con la idea de un Museo Numismático, y logró adquirir la sección de moneda mexicana de la colección alemana Ulex, para que estas pudieran exhibirse en el museo. Pero, si recuerdas tus clases de historia de México, sabrás que, en 1920 estalló la Revolución de Agua Prieta encabezada por Álvaro Obregón, y el entonces presidente fue desvivido (como dirían en Redes Sociales) el 21 de mayo de 1920, mientras dormía en un jacal, en Tlaxcalantongo, Puebla. Y con él, también murió la idea de un Museo Numismático.

Pasaron los años y los gobiernos cambiaron, y la idea de crear un Museo Numismático seguía perdida. No fue hasta 1986, que la Ley de la Casa de Moneda de México estableció decretó que la misma institución debía crear y administrar el museo. En 1992 se definió que la sede del museo sería la Antigua Casa de Moneda (Palacio del Marqués del Apartado), que se encontraba en desuso, y se empezaron los trabajos de remodelación, para inaugurar el Museo Numismático Nacional el 21 de enero de 1998… ¡Más de cien años después de que Porfirio Díaz lo propuso!

Ok… pero… ¿Qué ching@%0$ es un Museo Numismático? De acuerdo a Wikipedia, la numismática es el estudio o colección de monedas y otros objetos relacionados, tales como billetes, títulos de valor y medallas; por ende, un Museo Numismático es un espacio dedicado a la preservación y estudio de las monedas y sus derivados. ¿Ya te hiciste una idea de lo que encontrarás en el Museo Numismático Nacional? Así es… ¡Monedas! Al entrar al Museo Numismático Nacional, te encontrarás con una colección impresionante de monedas y billetes que te llevarán en un viaje desde la época prehispánica hasta la era moderna. Aquí podrás ver desde las primeras monedas acuñadas en la Nueva España hasta los billetes más modernos y coloridos de nuestro tiempo…como el ajolotito de $50 pesos.

Cada sala del museo está diseñada para hacerte sentir como un(a) verdaderx explorador(a) del tiempo. Podrás ver monedas de oro, plata y cobre, conocer las técnicas y fábrica de acuñación y descubrir las historias de personajes ilustres que adornan nuestros billetes. ¡Es como un viaje de estudio, pero mucho más divertido! El Museo Numismático Nacional es un lugar donde aprenderás de forma divertida y amigable sobre la historia económica de México. Sus exposiciones te mostrarán cómo la moneda ha evolucionado a lo largo del tiempo y cómo ha influido en nuestra cultura y sociedad. ¡Una experiencia que vale oro! (perdón por el mal chiste)

Además de su impresionante colección permanente, el Museo Numismático Nacional cuenta con una biblioteca y ofrece exposiciones temporales que abordan diferentes aspectos del mundo de la numismática. También organiza talleres, conferencias y actividades educativas para todas las edades. Así que, tanto si eres un(a) coleccionista aficionadx como si simplemente tienes curiosidad por saber más sobre la historia del dinero, aquí siempre encontrarás algo interesante que hacer.

Así que ya sabes, si quieres pasar un rato agradable, aprender algo nuevo y sentirte como un(a) verdaderx cazador(a) de tesoros, ¡no dudes en visitar el Museo Numismático Nacional! ¡Te aseguramos que saldrás de allí con muchas historias para contar y un montón de conocimientos nuevos!

Prepara tu Visita
Dirección:
 República de Bolivia #40, Centro Histórico, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: Entrada Libre
Horario: Martes a domingo de 10:00 a 15:00 hrs.
Página Web: gob.mx/cmm/acciones-y-programas/museo-numismatico-nacional-75012
Instagram: instagram.com/museo_numismatico_nacional_mx
Facebook: facebook.com/MuseoNumismaticoNacionalCMM
Twitter: https://x.com/MNN_mexico

Las Noches del 9, recordando la ícónica Disco Bar El Nueve en el Museo del Chopo

México es un país intolerante que suele condenar o discriminar a quienes se salen de la norma ya sea por su color de piel, origen étnico, clase social o, especialmente, por su preferencia sexual. Claro, hoy en día es un país mucho más tolerante que hace algunas décadas, cuando no solo se discriminaba la homosexualidad, sino que esta era perseguida por los cuerpos policiacos. No, no me refiero a las épocas de Porfirio Díaz y el legendario Baile de los 41, me refiero a los años ochenta, cuando la policía se dedicaba a acosar a lxs homosexuales, acusándolxs de faltas a la moral. Ese México en el que, la comunidad LGBTIQ+ tenía que esconderse en bares clandestinos o reunirse en cines porno y baños públicos, ocultándose siempre de la mirada de la policía.

En esa Ciudad de México, en la que lxs homosexuales se reunían a escondidas surgió la Disco Bar El Nueve; un refugio en el que la comunidad podía reunirse abiertamente y festejar su identidad sin miedo, a pesar de que sí llegaron a sufrir acoso policial. Disco Bar El Nueve, o El 9 de cariño, no fue únicamente un bar de ambiente LGBTIQ+, fue un espacio de innovación y experimentación para las contraculturas que se estaban gestando en el extinto Distrito Federal. Fue así que, el primer bar de ambiente de la Zona Rosa, El 9, terminó convirtiéndose en el foro que vio nacer a la escena del Rock, Punk y Post-Punk mexicano.

Disco Bar El Nueve fue una punta de lanza para que la escena LGBTIQ+ de la Ciudad de México, y el resto del país, empezara a salir del clóset, empezando con la apertura de la conservadora moral mexicana de aquél entonces. Aunque El 9 cerró hace más de 35 años, su legado permaneció vivo a través de las diferentes manifestaciones contraculturales que surgieron de él. Es por eso que, durante Junio, el Museo Universitario del Chopo presentó la exposición Las Noches del 9, una pequeña colección de fotografías, videos e invitaciones a las fiestas que se realizaron en este emblemático lugar. Colección que fue prestada por Armando Cristeto, Mongo y el mismísimo Henri Donnadieu, uno de los socios y representante El Nueve.

En esta pequeña colección podrás encontrarte con fotografías de las primeras actuaciones de Alejandra Bogue, de María Félix visitando el icónico antro y a Illy Bleeding (Jaime Keller), vocalista del emblemático grupo Size; así como las diferentes puestas en escena y performances que se realizaron en el lugar. Además, podrás ver una pequeña, pero interesante, colección de volantes de las fiestas que se realizaron. Fiestas en las que debutaron grupos como Maldita Vecindad, Café Tacuba, Casino Shanghai, Caifanes, Atoxxxico (primer grupo Straight Edge de México) y Massacre 68 (legendario grupo de Punk, que incluso fue homenajeado en Japón).

Aunque la exposición duró solo unos días, te dejamos con algunas fotografías que tomamos durante la misma para que puedas conocer cómo fueron Las Noches del 9: