Archivos de la categoría Museos

Encuentra un museo en el ue puedas olvidarte del mundo y simplemente disfrutar del arte y demás manifestaciones culturales sin salir de CDMX.

Museo Nacional de la Revolución, un espacio para revivir la historia de México

¿Quieres vivir la Revolución Mexicana y no tienes una máquina del tiempo? Entonces te recomiendo darte una vuelta por el Museo Nacional de la Revolución. Este emocionante museo te lleva de regreso a uno de los periodos más vibrantes y transformadores de la historia de México: la Revolución Mexicana.

El Museo Nacional de la Revolución se encuentra debajo del majestuoso Monumento a la Revolución, en la Plaza de la República. Ese monumento que, con su impresionante cúpula y su arquitectura monumental, es un símbolo icónico del país. Fue construido originalmente como el Palacio Legislativo, pero tras la Revolución, se convirtió en un homenaje a los héroes revolucionarios y en un recordatorio de la lucha por la justicia y la libertad.

La historia del museo es tan fascinante como la Revolución misma. Inaugurado en 1986, el museo se dedica a preservar y difundir el legado de la Revolución Mexicana, un conflicto que cambió el curso de la historia del país a principios del siglo XX. Aquí puedes conocer las historias de los valientes hombres y mujeres que lucharon por la igualdad, la tierra y los derechos humanos.

Al recorrer sus salas, te encontrarás con una amplia gama de artefactos y objetos históricos, desde fotografías y documentos hasta armas, uniformes y objetos personales de lxs protagonistas de la Revolución. Puedes ver de cerca el sombrero y el rifle de Pancho Villa, los escritos de Emiliano Zapata y hasta el despacho de Francisco I. Madero. ¡Es como estar en medio de una película de aventuras históricas!

Una de las exposiciones más impactantes es la reconstrucción de una trinchera revolucionaria, donde puedes imaginarte cómo era la vida en el frente de batalla. También hay secciones dedicadas a la vida cotidiana durante la Revolución, mostrando cómo afectó a las familias y comunidades de todo México.

Pero el museo no solo se enfoca en el pasado; también ofrece una mirada a las consecuencias y logros de la Revolución en la vida contemporánea de México. A través de exposiciones interactivas y multimedia, puedes aprender cómo este movimiento transformó la política, la economía y la cultura del país, sentando las bases para el México que conocemos hoy.

El Museo Nacional de la Revolución no es solo un lugar para aprender; también es un espacio para experimentar y participar. Ofrece una variedad de talleres, conferencias y actividades educativas para todas las edades. Puedes unirte a visitas guiadas, asistir a presentaciones teatrales sobre la Revolución o participar en talleres de historia interactivos. ¡La diversión y el aprendizaje están garantizados!

Así que, si buscas una aventura educativa y emocionante en la Ciudad de México, el Museo Nacional de la Revolución es el destino perfecto. Además, una vez ahí, puedes aprovechar y subir a los miradores del Monumento a la Revolución y/o explorar su estructura interna y cimentación.

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Dirección:
 Plaza de la República s/n, subterráneo del Monumento a la Revolución, Colonia Tabacalera, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: $40 pesos
Horario: Martes a viernes de 9:00 a 17:00 hrs., sábado y domingo de 9:00 a 19:00 hrs.
Página Web: cultura.cdmx.gob.mx/recintos/mnr
Instagram: instagram.com/museorevolucion
Facebook: facebook.com/MNRevolucion

Museo del Bicentenario, un recorrdo por la historia de México en la Torre Latino

¿Te gustaría explorar la historia de México desde las alturas? ¡Entonces no puedes perderte el Museo del Bicentenario en la Torre Latinoamericana! Este museo único no solo te ofrece una visión fascinante de los 200 años de historia mexicana, sino que también puede regalarte una vista panorámica impresionante de la Ciudad de México (el mirador tiene costo extra) desde uno de sus edificios más icónicos.

El Museo del Bicentenario se encuentra en la emblemática Torre Latinoamericana, un rascacielos que ha sido un símbolo de la modernidad y la resiliencia de la ciudad desde su inauguración en 1956. Ubicado en uno de los pisos superiores de la torre, este museo fue inaugurado en 2010 para conmemorar el bicentenario de la Independencia de México, ofreciendo a las y los visitantes una experiencia educativa.

Fue creado con la misión de celebrar y preservar la rica historia de México, desde el inicio de la lucha por la independencia en 1810 hasta los eventos más recientes que han moldeado la nación. A través de sus exposiciones, el museo invita a lxs visitantes a reflexionar sobre el pasado y a apreciar los logros y desafíos que han marcado la historia mexicana.

La colección del Museo del Bicentenario es una verdadera joya. Al recorrer sus salas, te encontrarás con una serie de exhibiciones interactivas que dan vida a la historia. Desde documentos históricos y artefactos significativos hasta recreaciones multimedia de eventos clave, cada exhibición está diseñada para involucrar y educar de una manera entretenida.

Además de su colección, el museo ofrece vistas espectaculares de la Ciudad de México desde sus ventanas panorámicas. Imagina aprender sobre la historia de la independencia mientras disfrutas de una vista de 360 grados de la ciudad. ¡Es una experiencia que combina educación con una dosis de asombro visual!

Así que, si buscas una aventura histórica con una vista impresionante en la Ciudad de México, el Museo del Bicentenario en la Torre Latinoamericana es tu destino ideal. Ven y descubre cómo los eventos de los últimos 200 años han dado forma a México mientras disfrutas de una de las mejores vistas de la ciudad. ¡Te prometemos que saldrás inspiradx y con muchas historias para compartir!

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Dirección:
 Eje Central Lázaro Cárdenas #2, Piso 36, Centro Histórico, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: $20 pesos
Horario: Lunes a domingo de 9:00 a 22:00 hrs.
Página Web: torrelatinoamericana.com.mx/museo-bicentenario

Museo Universitario del Chopo, espacio de arte y movimientos contemporáneos

En noviembre de 1851, Joseph Paxton diseñó una impresionante estructura que mezclaba principalmente hierro y cristal para ser la sede de la Gran Exposición de Londres. Este Crystal Palace (o Palacio de Cristal) no solo llamó la atención de los y las londinenses, sino que terminó sentando las bases para crear un estilo arquitectónico, parte del movimiento Art Noveau, al que llamarían Jugendstil. Poco más de medio siglo después, en 1902, el arquitecto alemán, Bruno Möhring, se basó en el estilo Jugendstil, para edificar el cuarto de máquinas de la metalúrgica Gutehoffnungshütte (Cabaña de la Buena Esperanza); aunque el edificio terminó siendo la sede de la Exposición de Arte de Industria Textil de Dusseldorf.

Si llegaste a este texto buscando información del Museo Universitario del Chopo, seguramente te estarás preguntando ¿qué ching@#0$ tiene esto que ver con el Chopo? Bueno, pues debes saber, que la Compañía Mexicana de Exposición Permanente, S. A. terminó comprando tres de las cuatro salas del aquel edificio de hierro y decidió traérselas en barco a México. Una vez en el país, las piezas fueron transportadas en tren hasta la estación de tren Buenavista y desde ahí se llevaron a la calle de Chopo para reconstruir el edificio pieza por pieza, convirtiéndose, junto al Kiosko Morisco, en un símbolo de Santa María la Ribera, la primera colonia planificada de la Ciudad de México.

La Cabaña de la Buena Esperanza había sido traída a México para ser una sede industrial; sin embargo, en aquél entonces, la industria no se había desarrollado en México y el inmueble no pudo cumplir su propósito original. Y no fue hasta 1909, que el edificio del Chopo fue rescatado gracias al arrendamiento de la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes, quien decidió usarlo para los festejos del Centenario de la Independencia, primero como sede de la exposición de Arte Industrial del Japón y después como Museo de Historia Natural. Fue así que, el 2 de septiembre de 1910, el entonces presidente, Porfirio Díaz, inauguró lo que sería conocido como el Pabellón Japones. La idea del gobierno era inaugurar después el Museo de Historia Natural en ese recinto, pero gracias a la Revolución Mexicana, esto no pudo ser posible hasta diciembre de 1913.

Pasaron los años y el edificio se fue deteriorando poco a poco. Esto obligó a la UNAM, quien había recibido el inmueble tras decretarse su autonomía, a cerrar el museo en 1964, esparciendo su colección entre el recién inaugurado Museo de Historia Natural, el Museo de Geología y los institutos de la universidad. Y, mientras se estudiaba que hacer con el edificio (incluso se pensó en desarmar y vender como chatarra), Juan López Moctezuma decidió filmar, en 1971, La Mansión de la Locura, película basada en un cuento de Edgar Allan Poe y con vestuarios de Leonora Carrington, en las ruinas del Chopo.

Por suerte, terminaron decidiéndose por rescatar el inmueble y, en 1975, el lugar volvió a abrir sus puertas como el Museo Universitario del Chopo, un espacio dedicado a la difusión cultural, y al arte joven y experimental. Desde aquél entonces, el Museo del Chopo se ha dedicado a explorar las diferentes propuestas de arte contemporáneo, y en especial de artistas jóvenes mexicanxs; y, por lo mismo, desde su fundación también buscó impulsando los movimientos juveniles y musicales, apoyando la creación del Tianguis de Música, que se convertiría en el Tianguis Cultural del Chopo, y promoviendo batallas de bandas, desde las que salieron grupos como Rebel’d Punk. Y, por si fuera poco, desde 1987, el museo también alberga la Semana Cultural Lésbica-Gay, con la que busca impulsar el movimiento LGBTTTIQ+ a través de exposiciones, talleres, presentaciones de libros, funciones de cine y teatro, entre otras expresiones artísticas.

Recorrer las salas y pasillos del Museo Universitario del Chopo es una oportunidad para conocer la propuesta artística de un sinfín de artistas mexicanxs y extranjerxs jóvenes, mientras admiras los espectaculares detalles arquitectónicos del Jugenstil alemán mezclados con la innovación que imprimió Felipe Leal en su renovación. También es una oportunidad para adentrarte en los movimientos sub o contraculturales de México, a través de su acervo histórico, o de perderte una tarde disfrutando de las funciones de cine y teatro o talleres que continúan realizando constantemente.

Sin duda, el Museo Universitario del Chopo es un lugar que todos y todas las Godínez chilangas deben de visitar para conocer un poco más de la historia de nuestra ciudad a través del arte y la arquitectura. Además, una vez ahí, puedes darte una vuelta por el espectacular Kiosko Morisco o disfrutar de las diferentes propuestas gastronómicas que ofrece Santa María la Ribera.

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Dirección:
 Dr. Enrique González Martínez #10-P. B, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: $40 pesos
Horario: Miércoles a domingo de 11:30 a 18:00 hrs.
Página Web: chopo.unam.mx
Instagram: instagram.com/museodelchopo
Facebook: facebook.com/MuseodelChopo
Twitter: x.com/museodelchopo
YouTube: youtube.com/MuseodelChopo

Museo Panteón de San Fernando, un rincón para vivir la historia a través de lo fúnebre

En el México Virreinal no existían los cementerios o panteones. En aquel entonces, se solía enterrar los restos de las personas dentro de los templos e iglesias. Es por eso, que si vas, por ejemplo, a la Catedral Metropolitana, podrás encontrarte con algunas baldosas en las que se encuentra grabado el nombre de alguna persona que descansa ahí. El problema era que, en la mayoría de los casos, los cuerpos se solían guardar de forma muy improvisada bajo el piso, o detrás de las paredes de los templos, lo que permitía que se generaran olores muy desagradables y, de vez en cuando, se asomara algún resto durante las misas. ¡Debió ser aterrador!

Es por eso que, a finales del siglo XVIII, tras una epidemia de viruela que azotó a la Ciudad de México, don Alonso Núñez de Haro y Peralta, arzobispo de México, decretó la necesidad de construir enterrar los restos en cementerios que se encontraran alejados de la urbanización. Fue así que, se inauguró el Panteón de Santa Paula en 1786, en los terrenos aledaños a lo que hoy es Garibaldi. Unos años después, para 1832 se inició la construcción del Panteón de San Fernando, que buscaba ser el cementerio privado más lujoso de la Ciudad. Sin embargo, para 1933, Santa Ana decretó, gracias a una epidemia de cólera que azotó a la ciudad, que todos los panteones privados deberían volverse públicos.

A pesar de haber pasado a ser un panteón público, (pero administrado por el clero) la gente con más dinero de la época buscó asegurar su lugar en el Panteón San Fernando, porque lo consideraban un recinto limpio y bien ordenado, lo que permitió que el recinto mantuviera su estatus privilegiado. Y no fue hasta 1869, tras la guerra de Reforma, que Benito Juárez expidió la ley de secularización de los cementerios, pasando a ser propiedad del gobierno. Y, tomando en cuenta que, para ese entonces ya descansaban un gran número de personajes ilustres en el Panteón de San Fernando, el mismo gobierno decidió convertirlo en Panteón de Hombres Ilustres.

A partir de ese momento, todas las personas influyentes e importantes en la historia del México de la época fueron enterradas en este recinto. Sin embargo, poco después de esto, el mismo presidente Juárez decretó que todos los cementerios que se encontraran en los límites de la Ciudad debían cerrar, y este, al estar en las afueras, tuvo que cerrar sus puertas. Sin embargo, el Panteón volvería a recibir a un último entierro en 1872, tras el fallecimiento del mismísimo Juárez, quien sería enterrado junto a su esposa, Margarita Maza.

Años después, para 1935, el Instituto Nacional de Antropología e Historia declaró monumento histórico al Panteón de San Fernando, protegiéndolo de cualquier alteración y buscando preservarlo en el tiempo. Y, para 2006 el gobierno del difunto Distrito Federal lo convirtió en Museo de Sitio, para que todos y todas las mexicanas y turistas, puedan apreciar, los detalles arquitectónicos y artísticos de las tumbas, así como el lugar donde descansan algunos de los personajes más importantes en la historia de México, como Margarita Maza, Benito Juárez, Miguel Miramón, Vicente Guerrero, Ignacio Comonfort, Henriette Sontag y Juan de la Granja (introdujo el telégrafo en MX), entre otras. Además, al recorrer los pasillos del Museo Panteón de San Fernando, podrás encontrarte con un nicho mortuorio en honor a Isadora Duncan, bailarina estadounidense que murió ahorcada con su propia chalina. Nicho que, por cierto, ha sido un misterio, pues nadie sabe quién lo mandó colocar; sin embargo, una de las teorías más difundidas dice que el presidente Elías Calles la mandó colocar porque era un eterno enamorado de la coreógrafa.

El Museo Panteón de San Fernando es un espacio único en la Ciudad de México, y probablemente del país. No solo es uno de los panteones más antiguos del país, sino que es un espectacular ejemplo del arte mortuorio del siglo XIX. Además, este espacio te permitirá viajar al México del pasado, permitiéndote conocer a algunos de los personajes que forjaron nuestra patria, desde una perspectiva mucho más humana. Por todo esto y más, vale mucho la pena darse una vuelta por el Museo Panteón de San Fernando y pasar una tarde llena de arte e historia.

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Dirección:
 Callejón San Fernando #17, Centro Histórico, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: $60 pesos
Horario: Martes a domingo de 10:00 a 18:00 hrs.
Página Web: cultura.cdmx.gob.mx/recintos/mpsf
Instagram: instagram.com/panteonsanfer
Facebook: facebook.com/PanteonSanFer
Twitter: x.com/panteonsanfer

Museo de Arte Popular, un recorrido por México a través de sus artesanías

El 28 de noviembre de 1928, el presidente Elías Calles puso la última piedra de un impresionante edificio Art Decó que se construyó en la esquina de Independencia y Revillagigedo, durante una ceremonia en la que se inauguraría una de las estaciones de bomberos más importante de América. Uno de los detalles más llamativos del inmueble, a cargo de los arquitectos Vicente Mendiola y Guillermo Zárraga, fueron sus tres arcos de tres metros de alto y cinco de largo, que servían de entrada/salida para los camiones de bomberos; así como una enorme torre, desde donde se vigilaba la calle para cuando salieran los camiones camino a algún incidente. Y, durante 29 años, este edificio fue la sede de la Estación de Bomberos de la Ciudad de México, hasta que, en 1957 se inauguró la nueva estación en Calzada de la Viga y Fray Servando Teresa.

Sin embargo, ese mismo año, la Tesorería decidió modificar ligeramente el inmueble para ocuparlo como su sede central. Casi 30 años después, en 1980, el mismo edificio paso a ser ocupado por la Secretaría de Marina; sin embargo, en septiembre de 1985, tras el terremoto que azotó a la Ciudad antes llamada Distrito Federal, el edificio fue desalojado, a pesar de que no contaba con daño estructural. De hecho, la razón por la que se movió la sede de la Marina fue por el estado en el que se encontraba el Centro Histórico, lo que les llevó a recolocar sus oficinas “temporalmente” (aunque se volvió permanente) en zonas más alejadas de la Ciudad. Fue así que, durante unos quince años, la Antigua Estación de Bomberos quedó prácticamente abandonada, hasta que, en 2001, el Gobierno Federal y Local decidieron rescatar el inmueble, gracias a su importancia histórica, y convertirlo en la sede del Museo de Arte Popular (MAP).

Fue así que, cinco años después, en marzo del 2006, la Antigua Estación de Bomberos reabrió sus puertas, pero esta vez como la sede del centésimo vigésimo octavo (128) museo de la Ciudad de México. Hoy en día, las y los mexicanos, así como todxs lxs turistas, pueden recorrer los cuartos y pasillos donde vivían los bomberos mexicanos, al mismo tiempo que recorren el país, su historia y cultura, a través de una impresionante colección de piezas de Arte Popular provenientes de toda la República Mexicana, y elaborada por un sinfín de artesanas y artesanos tradicionales; y, por si fuera poco, pueden conocer el Vochol, un Vocho (Volkswagen) que fue intervenido por artesanxs huicholes con más de dos millones de cuentas.

El MAP alberga una impresionante colección de más de 3,000 piezas que representan las diversas formas del arte popular mexicano. Estas piezas provienen de todas las regiones del país y abarcan una amplia variedad de materiales y técnicas, como textiles, cerámica, papel, madera, metal, vidrio y fibras vegetales. La colección del museo está organizada en cinco ejes temáticos:

  • Esencia del Arte Popular Mexicano: Explora las influencias prehispánicas, coloniales y mestizas que han dado forma al arte popular mexicano.
  • El Arte Popular y la vida cotidiana: Muestra objetos que forman parte de la vida diaria en las comunidades mexicanas, desde utensilios de cocina hasta juguetes tradicionales.
  • El Arte Popular y lo sagrado: Incluye piezas relacionadas con las festividades religiosas y las creencias populares, como altares, figuras de santos y objetos rituales.
  • El Arte Popular y lo fantástico: Destaca la creatividad y el ingenio de los artesanos en la creación de figuras fantásticas y coloridas, como alebrijes y calaveras.

Por si fuera poco, el Museo de Arte Popular también cuenta con otras salas de exposición en las que, constantemente están presentando todo tipo de exposiciones temporales, en las que buscan dar a conocer las expresiones artísticas de diferentes estados, artesanxs y temáticas de todo tipo. Y, por si fuera también organizan un gran número de concursos de artesanías, donde artesanxs de todo el país pueden presentar sus piezas como piñatas, papalotes y, el concurso más popular, el de alebrijes; mismos que, por cierto, desfilan todos los años por la Ciudad.

El Museo de Arte Popular es un lugar en el que podrás descubrir la cultura de México a través de un sinfín de expresiones artísticas llenas de color y tradición; un rincón que te permitirá recorrer los rincones del país a través del arte. Y, por si fuera poco, el mismo recinto es una oportunidad para viajar en el tiempo al México posrevolucionario, y conocer lo que alguna vez fue la Estación de Bomberos más grande de América.

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Dirección:
 Revillagigedo #11, Centro Histórico, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: $60 pesos
Horario: Martes a domingo de 10:00 a 18:00 hrs.
Página Web: map.cdmx.gob.mx
Instagram: instagram.com/map_mexico
Facebook: facebook.com/MuseoArtePopular
Twitter: x.com/map_mexico
YouTube: youtube.com/user/museodeartepopular

Museo Mural Diego Rivera, un recorrido por la historia de México a través del arte en el Centro Histórico

Si vives o visitas Ciudad de México y buscas una experiencia artística que te haga sentir la pasión de la historia mexicana, ¡no puedes dejar de visitar el Museo Mural Diego Rivera! Este lugar no es solo un museo, es un pedacito del alma de México escondida en el mero Centro Histórico.

El Museo Mural Diego Rivera tiene una historia fascinante que comienza con el terremoto de 1985. Y es que, antes del terremoto, el famoso mural “Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central“, de Diego Rivera (obvio) se ubicaba en el Hotel del Prado (que se encontraba donde hoy está el Hilton). Cuando el terremoto sacudió la ciudad, el hotel sufrió daños graves, pero milagrosamente el mural se mantuvo casi intacto. Así que, el gobierno decidió construir un nuevo hogar para esta obra maestra, y así nació el museo en 1986, que ha sido un faro cultural y artístico en el corazón de la ciudad.

Este mural es una ventana mágica al pasado de México. Pintado en 1947 por el gran Diego Rivera, mide 15 metros de largo y 4 metros de alto, y está lleno de personajes históricos y figuras icónicas. Al pasear frente a esta obra, sentirás que estás viajando en el tiempo, caminando junto a Benito Juárez, La Catrina, Frida Kahlo y el propio Diego Rivera, entre muchos otros; así como algunos hechos históricos que ocurrieron en la Alameda, como el quemadero (de brujas/herejes) de la Inquisición.

Diego Rivera creó este mural para celebrar y criticar la historia de México, desde la época colonial hasta el México moderno de su tiempo. En él, podemos ver una mezcla de crítica social y homenaje a los personajes que moldearon la nación. En “Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central“, cada personaje tiene una historia que contar. La Catrina, en el centro del mural, simboliza la muerte y la tradición mexicana del Día de los Muertos, mientras que Frida Kahlo, su esposa y también una renombrada artista, aparece junto a él como niño, formando un triángulo de creatividad y pasión artística.

El Museo Mural Diego Rivera no solo alberga esta impresionante obra, sino que también ofrece exposiciones temporales, actividades educativas y eventos culturales que enriquecen la visita. Es un lugar donde puedes aprender, admirar y sentir la vibrante energía de la cultura mexicana.

Así que, si quieres sumergirte en la historia y el arte de México de una manera amigable y acogedora, ¡no dudes en visitar el Museo Mural Diego Rivera! Te prometemos que saldrás con el corazón lleno de colores y la mente repleta de historias inolvidables (aunque, como a mi, te caiga mal Diego Rivera).

¡Nos vemos en el museo!

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Dirección:
 Calle Colón Balderas s/n, (frente a al Metrobús Hidalgo), Centro Histórico, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: $40 pesos
Horario: Martes a domingo de 10:00 a 18:00 hrs.
Página Web: museomuraldiegorivera.inba.gob.mx
Instagram: instagram.com/museomuraldiegorivera
Facebook: facebook.com/museomural.diegorivera/
Twitter: x.com/museomural

Museo del Juguete Antiguo de México, un viaje a tu infancia en la Doctores

¿Alguna vez has querido viajar en el tiempo y revivir la magia de tu infancia? Pues entonces el Museo del Juguete Antiguo de México es un lugar que tienes que visitar. Este espacio surrealista y encantado en el que podrás viajar a través de la historia y la nostalgia gracias a su impresionante colección de juguetes clásicos de todo el mundo.

A lo largo de toda su vida, Roberto Shimizu Kinoshita se dedicó a coleccionar todo tipo de juguetes, permitiéndole crear una enorme colección con todo tipo de juguetes que reunió por más de sesenta años. Y, en 2008, con el apoyo de su familia, decidió destinar un espacio del edificio donde había vivido toda su vida, y que fue una especie de embajada que daba asilo a los migrantes japoneses que llegaron a México, para abrir las puertas del Museo del Juguete Antiguo de México, conocido cariñosamente como MUJAM. Por cierto, gracias al cariño de las y los chilangos, el museo fue creciendo enormemente hasta ocupar prácticamente todo el edificio, permitiéndoles crear más y más exposiciones permanentes y temporales.

Hoy en día, podemos decir que, el MUJAM cuenta con una de las colecciones de juguetes más grandes y variadas en todo el mundo. ¿Neta? Si no me crees, debes saber que, en el Museo del Juguete Antiguo podrás encontrarte desde muñecas de porcelana del siglo XIX, hasta figuras de acción de los años 80; pasando por una gran colección de muñecas Barbie y sus copias mexicanas, las Lilly Ledy, así como exposiciones de muñecos de Cantinflas, Max Steel,  Snoopy, Star Wars y Lego…. ¡Incluso tienen los juguetes que salían en el Pan Bimbo y las bolsas de papas!

Uno de mis detalles favoritos del museo, es que cuentan con una espectacular colección de juguetes, máscaras y revistas de Lucha Libre, incluyendo algunas máscaras que pertenecieron a los más grandes luchadores del siglo pasado. Además, todas las paredes del museo, por lo menos las exteriores y de la azotea, se encuentran intervenidas con grafitis o murales de todo tipo de artistas urbanos mexicanxs y extrangerxs, incluyendo piezas de ROA,  Arty & Chikle, Fher Val, Mr. Lemonade y Lelo, entre otros.

Entre sus curiosidades, el Museo del Juguete Antiguo México también cuenta con un sin´fin de instalaciones únicas en su tipo, así como la enorme cara de latón que perteneció al salón de baile Colonial, en la colonia Obrera, y el letrero de la legendaria Juguetería y Dulcería Avenida, que alguna vez estuvo sobre San Juan de Letrán. Además, constantemente realizan eventos y talleres de todo tipo, con los que buscan llevar la cultura de la CDMX a todo el mundo.

Al final, podemos decir que, el MUJAM es mucho más que un simple museo, es un portal al pasado en el que los recuerdos cobran vida para llevarnos a nuestra infancia y a conocer la infancia de nuestros padres y abuelos. Ya sea que seas un adulto queriendo revivir los días dorados de tu niñez o un niño explorando nuevos mundos de diversión, el Museo del Juguete Antiguo México tiene algo especial para ti.

Así que, ¿qué esperas? ¡Date una vuelta por el MUJAM y déjate llevar por la magia de los juguetes!

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Dirección:
 Calle Dr Olvera #15, Colonia Doctores, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: $50 pesos
Horario: Lunes a viernes de 9:00 a 17:00 hrs., sábados de 9:00 a 16:00 hrs. domingos de 10:00 a 16:00 hrs.
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