La historia de las Trajineras de Xochimilco

Xochimilco es, sin duda, uno de los lugares indispensables que todo turista, extranjero o nacional, debe visitar cuando viene a la Ciudad de México. Una zona que en la que se pueden vivir las tradiciones de los pueblos originarios de la Cuenca de México; en la que se puede disfrutar de un Pulque fresco, vivir la historia de la Llorona, adentrarse en la misteriosa Isla de las Muñecas y, por supuesto, recorrer los canales en las mundialmente famosas trajineras. No es por nada que, todos los fines de semana, los canales de Xochimilco son invadidos por una infinidad de personas que buscan disfrutar del misterio y ambiente festivo que se vive al navegar entre los islotes y chinampas.

Pero… ¿Te has puesto a pensar cómo surgió esta tradición? ¿Cuándo se popularizaron las trajineras como un transporte turístico? ¿Cuál ha sido la evolución de las trajineras a lo largo del tiempo?

México Prehispánico

Las respuestas a estas preguntas nos remontan a dos Méxicos diferentes; al México prehispánico y al México porfiriano. Empecemos por el principio. Como tal vez recuerdas por las clases de historia, Tenochtitlán se fundó sobre una pequeña isla en medio del Lago de Texcoco. Alrededor de esta isla se asentaron los habitantes de Tenochtitlán, con ayuda de chinampas. Mientras que, en los alrededores, los habitantes de los pueblos originarios se asentaron entre los canales de Xochimilco, Tláhuac e, incluso, Tacubaya. Esto obligó a los residentes a construir todo tipo de embarcaciones que les permitieran el traslado de personas y mercancías de un lugar al otro. Una de las embarcaciones más populares, especialmente en las zonas con canales poco profundos, fueron las embarcaciones de fondo plano, mismas que se mueven con ayuda de pértigas (o garrochas) que se encajan en el fondo del canal, haciendo una palanca que impulsa el movimiento. Eran lanchas muy sencillas, construidas con tablones; sin techos y sin sillas, pues únicamente se usaban para el transporte. Justo como las chalupas que hoy pasan ofreciendo productos a todos los pasajeros de las trajineras.

México Porfiriano

Con el paso del tiempo, la zona céntrica de la Ciudad de México se fue urbanizando. Los ríos se fueron entubando y, por ende, el mundo se fue olvidando de las chalupas y demás embarcaciones. Pero la modernidad nunca acabó con los canales de Xochimilco, permitiendo que las pequeñas embarcaciones se siguieran utilizando para usos personales y comerciales. Y no fue hasta el México de Porfirio Díaz, que los Catrines, como se le llamaba a los hombres bien vestidos, empezaron a visitar los canales de Xochimilco para disfrutar de la naturaleza y el misticismo de los mismos.

Fue gracias a que las trajineras se empezaron a popularizar, a principios del siglo pasado, que los trajineros se vieron obligados a instalarle un techo, primero de tela y ahora de lámina, así como asientos de madera. Y también empezaron a decorar sus embarcaciones con sinfín de flores a los techos, logrando que Xochimilco fuera denominado “lugar de los jardines flotantes”. Por otro lado, cuando los catrines acudían a los embarcaderos solían solicitar que colocaran el nombre de alguien a quien festejaban, o de alguna dama a la que querían cortejar, al frente del bote. Dos costumbres que se fueron adaptando con el paso del tiempo y resultando en las trajineras que hoy conocemos.

Para 1920 ya se habían construido los embarcaderos que conocemos hoy en día; también se había terminado de reforestar el bosque de Nativitas, mejorando la imagen de todos los canales y en 1930 ya se daban los paseos turísticos como los de hoy en día. Para 1987, la UNESCO declaró Xochimilco como Patrimonio Cultural de la Humanidad, dándole un impulso y reconocimiento a nivel mundial.

Los canales de Xochimilco son un lugar lleno de misticismo, historias y relatos. Son canales que puedes navegar en todo tipo de plan, ya sea para conocer las chinampas e islotes, adentrarte en la fantasmal Isla de las Muñecas, conocer las leyendas y tradiciones del Xochimilco originario, o para divertirte en una fiesta flotante. Además, es un lugar donde puedes disfrutar de un ambiente único, y un sinfín de antojitos y platillos mexicanos, y pulques, ya sea sobre las embarcaciones o en los locales junto a los embarcaderos. Sin duda, una excelente opción para disfrutar de las tradiciones de México.

¿Qué otras cosas puedes hacer en Xochimilco?

Una vez que estás en Xochimilco, te recomendamos aprovechar para conocer alguno de los siguientes sitios turísticos y de interés cultural:

La Isla de las Muñecas: una misteriosa Isla Embrujada en la que podrás conocer la vida de Don Julián Santana.

Parroquia de San Bernardino de Siena: Convento fundado en el siglo XVI por la orden de los franciscanos y que fue pieza clave para la evangelización de los pueblos del sur del lago de México

Niñopa: Una imagen milagrosa cuya leyenda se ha forjado desde 1573 y que hoy en día es venerada por millones de personas al año

Rotonda de los Personajes Ilustres de Xochimilco: Un homenaje a Fernando Celada, Quirino Mendoza, Juan Badiano, Francisco Goitia y José Farias Galindo

Chinampa La Llorona: Un lugar lleno de magia en el que podrás disfrutar de la naturaleza y aprender sobre las tradiciones y la vida de los pueblos originarios xochimecas

¡No te dejes engañar!

Si quieres más información de costos o cómo llegar a los embarcaderos, visita xochimilco.cdmx.gob.mx/costos

¿Cómo se produce el mezcal?

¡Ah, el mezcal! Una bebida que ha resurgido como un ave fénix, después de años en el olvido, para deleitar nuestros paladares con su sabor único y auténtico. Siendo una de las bebidas más populares entre lxs mexicaxos, el mezcal no solo es cool y 100% mexicano, sino que también es una explosión de sabores y aromas que varían de botella en botella. ¿Sabías que es uno de los licores más puros? Solo necesitas dos ingredientes: maguey y agua.

Para entender más sobre esta bebida espirituosa y descubrir por qué cada botella tiene un sabor tan único, nos fuimos hasta Silacayoápam, en la Mixteca Oaxaqueña. Allí, platicamos con Manuel y Germán González, maestros mezcaleros de El Viejo Manuelón, el único mezcal con certificación orgánica en esta región de la Mixteca Oaxaca.

El Ingrediente Estrella: El Maguey

Debes saber, que el sabor de esta bebida espirituosa dependerá directamente de los ingredientes y de la forma en la que se eleabore; Don Manuel nos explicó que el ingrediente principal del mezcal es el maguey, y existen aproximadamente 200 especies con las que se puede preparar el licor (aunque comúnmente se usan solo 20). Dependiendo de la especie del maguey, el mezcal tendrá diferentes características gustativas y olfativas. Además, el clima, la tierra y la madurez del maguey influyen en los sabores. Por eso, un mezcal hecho con magueyes silvestres será diferente de uno hecho con magueyes cultivados.

Además, cuando digo que la elaboración también influye en el sabor, es porque, dependiendo del horno, la tina de fermentación y el alambique, el mezcal irá adquiriendo diferentes tonalidades organolépticas. Entonces, si el horno que se usa es de tierra, tendrá un sabor más ahumado; si el alambique es de barro o mamposteria, tendrá sabores más minerales, etc., etc., etc.

¿Y cómo se elabora el mezcal? Acompáñame a descubrirlo…

El Proceso de Elaboración del Mezcal

1. Cosecha del Maguey: Debes saber que un maguey tarda varios años en madurar lo suficiente para la producción de mezcal. Pero, ya que tiene el tamaño ideal, se elige el maguey, se cosecha y se le quitan las pencas con una coa o un machete. Este proceso es crucial, ya que el sabor del mezcal depende de qué tan “blanca” quede la piña (también llamada cabeza o corazón). En los Valles Centrales de Oaxaca, suelen dejar parte de la penca, lo que produce más litros de mezcal pero le da un sabor ligeramente más amargo. En la Mixteca, maestros mezcaleros como los de El Viejo Manuelón pelan la piña hasta dejarla completamente blanca, buscando resaltar los sabores del maguey.

2. Cocción: La piña del maguey se cuece en un horno de pozo (hoyo), de mampostería o autoclave (para mezcales industriales). El Viejo Manuelón utiliza hornos de pozo, que son cavados en la tierra en forma cónica. Se coloca leña en el fondo, luego piedras al rojo vivo, cubiertas con pencas de maguey, y finalmente se tapa con tierra. La cocción dura entre 3 y 5 días, dependiendo del clima.

En este caso, el horno de pozo u hoyo hará que el maguey agarre sabores y aromas mucho más ahumados, mientras que, el horno autoclave, al usar vapor para cocer el maguey, quitará cualquier nota ahumada y el sabor será más alcohólico.

3. Molienda: El maguey cocido se muele con tahonas, molinos chilenos o egipcios, trapiches, desgarradoras, trenes de molinos o difusores. La idea con esto es que se pueda moler la piña del maguey, desgarrando las fibras y dejando pedazos pequeños para permitir la fermentación.

4. Fermentación: El mosto del maguey, básicamente las fibras y pedazos molidos o triturados, se fermenta en tinas de madera, mampostería o acero con agua, dejando que el calor haga su magia. En este punto, hay productores que agregan algunas sustancias o que controlan el calor para acelerar el proceso, pero lo ideal es dejarlo fermentar con el calor natural. Y, en este paso, el maguey también podrá absorber algunos sabores, dependiendo del material de la tina; por ejemplo, si se fermenta en madera, podrá agarrar ligeros toques amaderados, mientras que, en la mampostería se obtendrán sabores más minerales.

5. Destilación: El mosto fermentado se destila en alambiques. En un alambique se caliente el mosto para que se desprendan los vapores, mismos que se captan a través de un embudo en la parte superior del alambique y se enfrían en una serpentina (un tubito que da vueltas). Cuando el vapor se enfría, como nos lo enseñaron en la clase de física, se vuelve líquido, es decir el licor. En la Mixteca Oaxaqueña se usan alambiques de barro y mampostería. En El Viejo Manuelón utiliza un alambique de cámara, que mezcla mampostería y cobre. El proceso de destilación se repite dos o tres veces para ajustar la graduación alcohólica; eso sí, es importante mencionar que los primeros litros, que contienen alcoholes dañinos, siempre se descartan.

Y, como podrás imaginar, al igual que con el horno y las tinas, el material del alambique también influye de manera directa en el sabor y los aromas del mezcal; pues los materiales minerales le dejarán ligeras notas terrozas o minerales, y los metálicos, depediendo el metal, podrían dejar algún aroma metálico.

Listo para Disfrutar tu mezcal

Aunque con esos pasos ya puedes disfrutar un buen mezcal, dependiendo de los sabores y las graduaciones alcohólicas que quiera lograr cada maestro mezcalero, se puede realizar una segunda o tercera destilación del mismo mezcal. Y también hay quienes quieren copiar a la industria del Whisky (y del tequila) reposando o añejando su mezcal; pero en mi opinión es mejor el mezcal joven porque te permite disfrutar mejor de los sabores del maguey (aunque en gustos se rompen géneros).

Es importante mencionar, que el mezcal recién destilado es muy bronco, es decir que tiene un fuerte sabor alcohólico. Por lo mismo, se suele dejar reposar un par de días, ya sea en la botella o en barricas (o tinas o cualquier topo de contenedor), para después embotellarlo y que puedas compartirlo con tus amigxs.

Así que la próxima vez que levantes una veladora de mezcal, recuerda todo el amor y la dedicación que hay detrás de cada sorbo. ¡Salud!

Silacayoápam y Huajuapan de León, un recorrido gastronómico por la Mixteca Oaxaqueña

Hace un tiempo me invitaron a conocer el palenque de mezcales El Viejo Manuelón, el primer palenque de mezcales orgánicos de la Mixteca Oaxaqueña. El palenque se encuentra en Silacayoápam, Oaxaca, a unos 360 kilómetros de la Ciudad de México; y, aunque la distancia no suena tan lejana, la realidad es que el camino es bastante complicado y, por lo mismo, tardamos unas ocho horas en llegar. Pero, a pesar del camino tan pesado, la neta es que, al llegar a Silacayoápam nos encontramos con un pueblo mágico, lleno de sabores y aromas por descubrir.

Salimos rumbo a Cuautla y luego nos desviamos hacia Puebla. Después de unas horas, llegamos a Huajuapan de León, uno de los primeros lugares de la Mixteca. Este pueblito es súper tranquilo y tiene ese aire típico de la provincia mexicana. Estacionamos cerca de la catedral, un templo colorido y acogedor, y nos fuimos a explorar. Paseamos por el Palacio Municipal, que tiene un mural muy chido sobre la historia de México, y llegamos al Mercado Porfirio Díaz. Ahí, nos sentamos en uno de los puestos y preguntamos por los platillos más típicos. Nos recomendaron las Memelas, Picaditas y el Chileajo de Puerco, ¡así que pedimos de todo!

Catedral de Huajuapan de León

Primero nos trajeron las Memelas, unos triangulitos de maíz rellenos de frijoles refritos con chile y hoja de aguacate, ¡una delicia total! Luego llegaron las Picaditas, una especie de tortillas con bordes levantados, una con crema y queso y la otra con manteca de cerdo y queso. ¡Perfectas para acompañarlas con salsas! Finalmente, nos sirvieron el Chileajo de Puerco, carne cerdo bañada en un mole de chile guajillo, ancho, costeño y mucho ajo.

Memelas
Picaditas
Chileajo

Dato curioso: En los Valles Centrales de Oaxaca, lo que aquí llaman Memela es Picadita allá, y viceversa.

Después de comer, seguimos nuestro camino hacia Silacayoápam. Aunque solo estábamos a 101 kilómetros, tardamos como dos horas y media porque el camino pasa por el Espinazo del Diablo, que se encuentra en una carretera llena de curvas y bajadas (y, aquí entre nos, justo en el Espinazo ha habido un sinfín de camiones desbarrancados). Y, antes de llegar al pueblo, hicimos una parada en el Rancho Alfaro, donde está el palenque de El Viejo Manuelón.

Para refrescarnos, probamos varias variedades de mezcal mixteco. Lo interesante de estos mezcales es que pelan la piña del maguey al ras antes de cocerla, a diferencia de los mezcales de los Valles Centrales que dejan un cacho de la penca. Esto les da un sabor más puro y menos astringente (o eso nos dijeron). Probamos mezcales de Espadín, Sierra Negra, Papalometl, un ensamble (Papalometl, Salmiana y Espadín), Maguey Mexicano y un añejo de Espadín. ¡Todos bajaban como agua! Afortunadamente, llevábamos un conductor designado porque probamos más mezcales de los que debíamos.

Don Manuel cultivando y jimando un Maguey Espadín

Al llegar a Silacayoápam, un pueblo que aún se rige por usos y costumbres, nos dirigimos a la plaza central. Como ya era tarde, solo había una taquería abierta que servía tacos de suadero, tinga de pollo y pollo enchilado. Pedí un taco de cada uno y una tostada. Las tortillas hechas a mano eran enormes, así que comí como si no hubiera mañana. Después de haber comido y bebido bien, nos fuimos a dormir.

Taco de Tinga de Pollo
Los Tacos
Taco de Pollo Enchilado

A la mañana siguiente, nos despertamos temprano y ¡sin cruda! (bendito mezcal) para visitar el palenque de El Viejo Manuelón y ver cómo destapaban el horno de pozo a las 6:30 am. Fue genial ver todo el proceso de destilación del mezcal. Si quieres conocer más sobre cómo se hace el mezcal, haz clic aquí >>>

Después, fuimos a desayunar al mercado de Silacayoápam. Probé el Pozole Mixteca, que es diferente al que conocemos. Este pozole verde lleva hoja santa y lo sirven con un mole rojo delicioso, ¡una experiencia religiosa! También pedí un pollo en Mole Negro, preparado con menos sabores dulces y un poco más de chile. ¡Delicioso!

Pozole Mixteco
Pollo con Mole
Otra foto del Pozole porque estaba bien bueno

Visitamos los cultivos de agave de El Viejo Manuelón, jimamos unas pencas y luego fuimos a una casa en medio de la nada. Nos invitaron a probar su comida, empezando con una jarra de agua de mango bien fría. Luego nos sirvieron tortitas de queso bañadas en mole rojo y huachimole, un mole preparado con chile costeño, guaje y tomate, servido con cerdo frito ¡Esto estuvo simplemente espectacular! Todo acompañado de enormes tortillas moradas hechas a mano y al momento. ¡De lo mejor que he probado!

La bendita Tortilla Morada
Huachimole
Tortitas de Queso
Más Tortitas de Queso
Nuestrox vecinxs
La palapa de la casa donde comimos

Por la noche, disfrutamos más mezcales en el palenque y luego regresamos al centro de Silacayoápam para cenar. Solo quedaban abiertos una taquería, una panadería, una juguería y un puesto de empanadas (quesadillas para lxs chilangxs). Probé una empanada de amarillito, otra de tinga y una de suadero.

Empanadas de Amarillito
Empanadas
Empanada de Tinga

El domingo, madrugamos para visitar el mercado y probar el Yique, un consomé de barbacoa con maíz tostado y chiles, servido con barbacoa de chivo. Después, probamos el pan de carbonato, un pan suave y dulce que no empalaga. ¡La concha fue la más deliciosa que he probado en mucho tiempo!

Yique
Taco de Barbacha de Chivo
La Concha
Variedad de pan
Pan de Carbonato

Finalmente, subimos nuestras maletas al coche y regresamos a la Ciudad de México. Cruzamos el Espinazo del Diablo, pasamos por pueblos y nos paramos a disfrutar del paisaje de El Boquerón en Santo Domingo Tonalá, Oaxaca. Fue un viaje único, lleno de nuevos sabores y aromas que definitivamente vale la pena descubrir.

Caminando por el Boquerón
La carretera desde el Boquerón
Seguimos en el Boquerón

Laboratorio Arte Alameda, un espacio surrealista de arte y tecnología en la Alameda

En 1580, un grupo de 15 frailes dieguinos (Franciscanos Descalzos) llegaron a México con la idea de construir un convento donde pudieran cumplir su misión de servir a las necesidades materiales y espirituales de lxs pobres y marginadxs (y en el caso de México también de lxs indígenas). Once años después, Fray Pedro del Monte consiguió el patrocinio de don Mateo de Mauleón y su esposa doña Juana de Luna y Arellano con el que pudo empezar la construcción del Convento de San Diego en los terrenos conocidos como “del tianguis” de San Hipólito (convento que se encontraba a unos pasos de ahí), justo frente a la Alameda.

Unos cuantos años antes, en 1569 la Corona Española creó el Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición de la Nueva España (tribunal que ya tenía casi un siglo en España) y designó el espacio que estaba justo frente a lo que sería el Convento de San Diego para realizar las ejecuciones de los autos de fe. Por lo mismo, los dieguinos fueron testigos de unas 51 de inmolaciones (quemas) de brujas y judíos (trece de estas fueron miembros de la familia Carbajal). Para el siglo XIX, una gran mayoría de frailes fueron exclaustrados con la finalidad de fraccionar el convento y permitir la construcción las calles que hoy lo rodean (Dr. Mora, Juárez, Reforma e Hidalgo); y, durante esta fracción, la fachada fue restaurada, dándole el característico toque neoclásico que tiene hoy en día.

Después de la Revolución Mexicana, y tras la publicación de la Constitución Mexicana de 1917, el gobierno de México negó la personalidad jurídica de las iglesias y prohibió la participación del clero en la política. Esto despertó el disgusto de la Iglesia y de un gran número de mexicanxs, estallando la Guerra Cristera. Gracias a esto, el convento cerró sus puertas definitivamente y terminó siendo usado como academia teatral y salón de baile; y en 1964, el presidente Adolfo López Mateos creó, por decreto, la Pinacoteca Virreinal, un espacio museográfico dedicado al resguardo de pinturas producida en la Nueva España, entre los siglos XVI y XIX. Para el año 2000, todo el acervo de la Pinacoteca pasó a ser parte de la colección del Museo Nacional de Arte (MUNAL) para que el Ex Convento de San Diego se convirtiera en el Laboratorio Arte Alameda, uno de los espacios museográficos más interesantes de la CDMX y de todo el país.

¿Qué hace que el Laboratorio Arte Alameda sea tan interesante? Como su nombre lo indica, el Laboratorio de Arte Alameda es un espacio de experimentación e intercambio de conocimiento a través del arte y tecnología. ¿Arte y Tecnología? Resulta que, en este lugar podrás encontrarte con diferentes exposiciones con piezas hechas (principalmente) ex profeso para el recinto, en las que se mezcla la tecnología y el arte para crear experiencias únicas en su tipo. Por lo mismo, al recorrer las salas del ex convento, te encontrarás con piezas que desafían la idea que tienes del arte, pues en ellas podrás enfrentarte a una impresionante mezcla de técnicas y tecnologías pensadas en cuestionar la evolución de la sociedad, creando experiencias inmersivas impresionantes. Todo, a través de audios, videos, esculturas, instalaciones, performances e, incluso, inteligencias artificiales que le dan vida a las obras presentadas.

Visitar el Laboratorio Arte Alameda es una oportunidad para sumergirte en un mundo surrealista en el que la historia y lo religioso se mezcla con la tecnología, la inteligencia artificial y el arte, para crear un sinfín de emociones y experiencias que te llevaran a analizar nuestro entorno y nuestra sociedad. Por todo esto y más, vale la pena darse una vuelta por el ex Convento de San Diego y descubrir las propuestas artísticas del Laboratorio Arte Alameda.

Prepara tu Visita
Dirección:
 Dr. Mora #7, Centro Histórico, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: $45 pesos. Domingos entrada libre
Horario: Martes a domingo de 9:00 a 17:00 hrs.
Página Web: artealameda.inba.gob.mx
Instagram: instagram.com/artealameda
Facebook: facebook.com/artealameda
Twitter: x.com/ArteAlameda
YouTube: youtube.com/c/LaboratorioArteAlameda
TikTok: tiktok.com/@laboratorioartealameda

El Pozole de Moctezuma, uno de los mejores pozoles estilo guerrero en la CDMX

En 1784, el arzobispo Alonso Núñez de Haro y Peralta decidió que era hora de crear un panteón en el terreno de Santa Paula, que pertenecía al Hospital de San Andrés, para enterrar a lxs pobres que fallecían por la epidemia que azotaba a la Ciudad de México desde 1779. Este panteón, donde descansaban los cuerpos de personas de escasos recursos, estaba rodeado por las calles que hoy conocemos como Mosqueta, Reforma y Moctezuma. Y es en esta última y diminuta calle, décadas después de que se cerrara el panteón y se dividiera la zona, donde encontrarás uno de los mejores pozoles de la Ciudad de México.

Desde que pones un pie en la calle de Moctezuma, tu olfato te guía directo a la pozolería clandestina… Espera, ¿clandestina? ¡Sí! Aunque es un negocio bien establecido, debes buscar el edificio más viejo de la calle y tocar el timbre marcado como “pozole“. Segundos después, abrirán la puerta y te invitarán a entrar a El Pozole de Moctezuma, un restaurante sencillo donde encontrarás auténtico pozole estilo Guerrero, preparado de una forma muy especial.

Ahora te preguntarás, ¿qué tiene de especial? Además de ser delicioso, el pozole verde de El Pozole de Moctezuma, si lo pides preparado de manera especial, te lo sirven con: huevo, chicharrón, aguacate, orégano, chile seco y chile de árbol, limón, sardina y… ¡mezcal! Sí, leíste bien, ¡mezcal! Claro, puedes elegir qué ingredientes no quieres, en caso de que seas un poco quisquillosx. Pero te digo, el mezcal le da un sabor único y ahumado, mientras que el huevo le aporta una textura espesa.

Si eres de buen comer y crees que puedes con todo, la carta de El Pozole de Moctezuma también ofrece entradas como Tacos de Chorizo, Tostadas Tixtla, Frijoles y Frijoles con Chorizo y… ¡Alacranes! Sí, alacranes, para que te armes un taco o los comas solos. También tienen órdenes de crema, tostadas, chicharrón y otros ingredientes para que prepares tu tostada o pozole a tu gusto.

¿Y para acompañar, apá? Tienen cervezas nacionales, aguas frescas (Jamaica y horchata en vaso, media jarra o jarra), refrescos tradicionales y refresco Yoli. Además, cuentan con una pequeña selección de licores para hacer más amena la sobremesa o para usarlos como digestivo (y créeme, los necesitarás).

El Pozole de Moctezuma es un verdadero tesoro escondido en el límite de la Guerrero y la Lagunilla desde 1947. Un lugar donde podrás disfrutar de un delicioso pozole estilo Guerrero a un precio justo y con un servicio excelente. Es, sin duda, una opción increíble para comer si trabajas por el Centro o para visitar cualquier sábado por la tarde, después de pasear por el Centro, Garibaldi, Tepito o la Lagunilla. Eso sí, llega temprano o haz reservación, porque el lugar se llena rápido.

Prepara tu Visita
Dirección: Moctezuma #12, Guerrero, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: De $200 a $300 pesos 
Horario: Lunes a domingo de 14:00 a 19:00 hrs.
Página Web: elpozoledemoctezuma.com.mx
Facebook: 
facebook.com/elpozoledemoctezuma
Twitter: twitter.com/pozolemoctezuma
Instagram: instagram.com/elpozoledemoctezuma

La Chirindonguería, un espacio de pastas y chirindongas en el Centro Histórico

¡Si te pierdes por la calle de Iturbide, a unos pasos de lo que fue el Palacio Chino, te toparás con un lugar que te atrapa al instante! Entre los locales abandonados, destaca un rinconcito que te invita a sentarte en sus mesas y sillones, como sacados de algún mercado de pulgas de la CDMX. Bienvenidx a La Chirindonguería, el pequeño restaurante que antes era una bodega de periódicos y ahora es famoso por su platillo estrella: la Chirindonga.

¿Qué ching@&0$ con una Chirindonga? Pues, es una delicia que combina pan de la casa, pesto, mix de lechugas, jitomate, cebolla, chicharrón de queso mozzarella y la proteína o verdura que tú elijas. ¡Imagina una cemita poblana mezclada con una hamburguesa! Es enorme, sabrosa y tiene texturas y aromas que te van a sorprender.

Las Chirindongas son la estrella del menú, pero no son lo único que vale la pena. En La Chirindonguería también puedes encontrar pastas que te dejarán con ganas de volver. Así que date una vuelta por la carta y elige lo que más se te antoje. Lo mejor es ir con mucha hambre o en grupo para compartir una Chirindonga y una pasta.

¿Y para acompañar tu Chirindonga? Puedes pedir un agua fresca del día, o si prefieres algo diferente, prueba un Refresco Lulú o un Refresco Búho, ambos mexicanos y endulzados con miel de agave. También tienen una buena variedad de cervezas mexicanas, tanto industriales como artesanales. ¡Las opciones sobran para maridar tu comida como más te guste!

La Chirindonguería es un lugar muy diferente a lo que estás acostumbradx. Es un restaurante sencillo pero con mucho estilo, perdido en una de las calles más olvidadas de la zona, donde encontrarás platillos únicos que te dejarán más que satisfechx. Todo, en un ambiente súper relajado y con una buena chela. ¡No te lo puedes perder!

Prepara tu Visita
Dirección:  Iturbide #31, Centro Histórico, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: De $200 a $300 pesos 
Horario: Martes a sábado de 13:00 a 21:30 hrs., domingo de 13:00 a 20:30 hrs.
Facebook: facebook.com/lachirindongueria
Instagram:  instagram.com/la_chirindongueria
Twitter: twitter.com/LaChirichiri

Órale Arepa, un rincón de sabores venezolanos en CDMX

Si crees que México va camino a convertirse en Venezuela y quieres prepararte para la “venezuelización”, o si simplemente te encanta descubrir nuevos sabores, ¡Órale Arepa es el lugar para ti! Aquí podrás saborear uno de los platillos callejeros más populares de Venezuela: ¡las arepas!

¿Y qué son las arepas? Pues, imagínate una especie de gordita de maíz, pero asada y con rellenos que te harán agua la boca. Son como las gorditas mexicanas, pero con un toque distinto y mucho menos grasa. En Órale Arepa, las arepas vienen rellenas de delicias venezolanas como Carne Mechada, Cochino Frito, Pernil Rostizado, y también con ingredientes más variados como Queso Gouda, Ribeye, Frijoles o Asado Negro.

Pero, ¡espera! Las arepas no son lo único que encontrarás aquí. También tienen platos como el Pabellón Oriental, Pastel de Chucho, Asado Negro y Parrilla de Ribeye. ¿Y para picar? No te pierdas los Tequeños, Cachitos de Jamón, Yuca Frita, Tostones con Guacamole (¡un must!), Golfeados con Queso y Pastelitos de pollo, carne o queso.

Órale Arepa no es cualquier restaurante; es un proyecto de corazón y sabor. Creado por el chef Jorge Udelman, especializado en sabores latinoamericanos, junto con su esposa Andreina (la mente detrás del nombre) y Héctor Márquez Barrios (cofundador). Este lugar empezó como un pequeño Foodtruck en una combi, y fue ganando tantos seguidores que ahora tienen un restaurante en Polanco y una sucursal en la Roma.

Así que, si quieres disfrutar de una comida venezolana deliciosa, o simplemente estás esperando a ver si México se transforma en Venezuela, Órale Arepa es el lugar perfecto. Aquí descubrirás cómo el maíz es el rey de la gastronomía latinoamericana, y lo mejor es que podrás hacerlo cualquier día de la semana sin vaciar tu cartera. ¡Ven y prueba algo diferente y delicioso!

Prepara tu Visita
Costo por persona: De $200 a $300 pesos 
Facebook: 
facebook.com/OraleArepa
Instagram:  instagram.com/oralearepa
Twitter:  twitter.com/oralearepa
TikTok: tiktok.com/@oralearepa

Sucursal Polanco
Dirección:  Schiller #330, Polanvo V, Ciudad de México, CDMX

Sucursal Colonia Roma
Dirección:  Chihuahua #113, Colonia Roma Norte, Ciudad de México, CDMX



Pablinni’s Chef, sabores mexicanos, pan dulce y café en la Colonia Álamos

Pablinni’s Chef es uno de esos restaurantes de barrio que te hace sentir como en casa. Aquí lo importante es que comas bien, pagues poco y te sientas como en familia. No es de extrañar que se haya ganado el corazón de lxs vecinxs de la Colonia Álamos y de todxs los que trabajan en los Call Centers y oficinas de la zona. ¡Y con tanto cariño de lxs clientxs, ya hasta abrieron una pastelería y panadería al lado!

¿Qué puedes comer en Pablinni’s Chef? Si llegas por la mañana, tienen un montón de desayunos deliciosos: Huevos al Gusto, Enchiladas, Chilaquiles, y hasta Sándwiches. Puedes pedirlos a la carta o en paquete, que incluye jugo (verde o de naranja) y café ilimitado para que despiertes bien. Y no te olvides de acompañar tu desayuno con un pan dulce de su panadería; te recomiendo los Borregos, que son como conchas rellenas de mermelada y están para chuparse los dedos.

Si vas a la hora de la comida, puedes aprovechar alguno de sus menús del día, que incluyen sopa, entrada, plato fuerte y postre. Tienen tres tipos de menú: el básico, el especial y la sugerencia del chef, que son bien accesibles. Cada opción trae diferentes platillos de la casa. También puedes elegir entre los platillos de la carta, inspirados en la gastronomía mexicana. Para acompañar tu comida, pide un agua fresca o un refresco artesanal de Zacatlán de las Manzanas.

Justo en contraesquina de Pablinni’s Chef está su pastelería y panadería. Aquí es donde hornean el pan que sirven en los desayunos y el bolillo para las comidas. Lo más interesante son los pasteles, tienen una gran variedad para llevar a casa o disfrutar en el lugar con un café.

Pablinni’s Chef es el lugar perfecto para comer bien sin gastar mucho. Un pequeño restaurante de barrio y pastelería gourmet, donde puedes disfrutar de una mañana, tarde o noche en un ambiente relajado y con sabor a hogar.

Prepara tu Visita
Dirección: Soria #127, Colonia Álamos, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: De $150 a $200 pesos
Horario: Lunes a viernes de 7:00 a 22:00 hrs., sábado de 8:30 a 22:00 hrs., domingo de 9:00 a 14:00 hrs.
Página Web: pablinnischef.com.mx
Facebook: facebook.com/PablinnisChef

Birriería y Taquería Lupita, antojitos y garnachas mexicanos en la Colonia Álamos

Una de las mejores cosas de vivir o trabajar en la Colonia Álamos es la cantidad de changarritos y locales para comer que puedes encontrar. Estos lugares sencillos y baratos tienen un solo objetivo: servirte una comida rica, a buen precio y sin pretensiones. Esto ya no lo ves en colonias como la Condesa, Roma o Juárez. Así que, salir a comer en la Álamos es un verdadero deleite para el paladar (y para la quincena).

Un día, mientras buscábamos qué comer en la zona, mi equipo y yo nos topamos con la Birriería y Taquería Lupita; un pequeño restaurante que te atrae desde lejos con su delicioso olor a tortilla y birria. Al acercarte, ves un enorme comal en la entrada, donde calientan las tortillas hechas a mano para los tacos y quesadillas, junto a dos parrillas llenas de carne y un cazo con el caldo de birria.

Al cruzar la pequeña cocina, llegas a un salón inundado con el aroma de la carne, con unas cuantas mesas distribuidas por el lugar. En la pared, hay pizarras con el menú: quesadillas, tacos, huaraches y birria en caldo. Una mesera súper amable te cuenta sobre los platillos y las diferentes salsas que tienen (unas seis diferentes) y te pregunta si los quieres con salsa o sin ella.

Ese día pedimos una quesadilla de rajas (con queso) y una de flor de calabaza, un taco de birria y uno campechano (res con longaniza), un huarache de birria y un caldo de birria. Para acompañar, un litro de agua de fresa y uno de agua de piña, ambas naturales y recién hechas.

¿Huarache de birria? Sí, en la Birriería y Taquería Lupita están tan orgullosxs de su birria que la ofrecen en casi cualquier presentación imaginable. Y, ¿sabes qué? Está deliciosa. La mesera me recomendó pedir el huarache de birria con mitad salsa verde y mitad salsa roja, y dejó otras salsas en la mesa para experimentar. Todas las salsas estaban picositas y sabrosas, perfectas para mi huarache. El caldo de birria también estaba delicioso y muy bien servido, igual que el taco de birria. Los demás platillos estaban buenísimos, pero la birria fue definitivamente la estrella de la comida.

¿Qué más puedes encontrar en la Birriería y Taquería Lupita? No mucho más. Tienen quesadillas de queso, pollo, papa, huitlacoche, rajas, flor de calabaza, hongos, sesos y chicharrón (que también puedes combinar); huaraches de bistec, costilla, quesillo, pollo, chicharrón o birria; y tacos de lo mismo. Solo tres tipos de platillos (más la birria en caldo) con varias opciones de rellenos. Pero todo vale la pena.

Al final, dos personas comimos súper rico y salimos rodando del lugar por menos de $250 pesos (entre las dos). Nos enamoramos de la Birriería y Taquería Lupita; sin duda, es una gran opción para comer rico y barato en la Colonia Álamos.

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Dirección: Alfonso XIII #62, Colonia Álamos, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: De $100 a $200 pesos
Horario: Lunes a sábado de 8:00 a 22:00 hrs.

CrepaTK, la comida perfecta antes de ir a la Cineteca (Xoco)

¿Planeas ver una peli en la Cineteca este fin de semana o trabajas por la zona de Xoco y buscas un lugar chido para comer sin gastar una fortuna? Pues lánzate a la CrepaTK. A solo unos pasitos de la Cineteca, saliendo por la calle de Mayorazgo (justo frente al panteón de Xoco), encontrarás un pequeño food truck que es la puerta a un patio secreto con un restaurante casual perfecto para pasar la tarde con buena comida y una chela fría.

La CrepaTK es un oasis de mesas de madera estilo picnic y algunas de latón, ideal para relajarte con tus amigxs o tu pareja. El ambiente es super relajado, y puedes disfrutar de platillos sin pretensiones mientras te echas una chela bien fría.

El menú es sencillo pero delicioso. Tienen crepas, hamburguesas, hot dogs, alitas y otros snacks. Todo es casual y sin complicaciones, pero todo vale la pena probarlo. Las crepas son enormes y las hamburguesas a la parrilla las puedes pedir con carne molida o arrachera. Y para acompañar, hay una buena variedad de cervezas artesanales e industriales.

Las hamburguesas tienen muchísimas opciones, pero te recomiendo checar las Gourmet porque el pan está buenísimo y pedirlas con un buen corte de carne. Si te cuesta decidir, la Doble con Queso y la Mexicana (con guacamole) son una apuesta segura. Y si prefieres una crepa, te digo que están súper rellenas, así que una sola te dejará bien satisfechx.

Además, tienen una buena selección de cervezas que maridan perfecto con tu comida. Puedes elegir entre nacionales industriales o algunas artesanales, ya sea en botella o de barril. Y suelen tener promos chidas para que disfrutes más tu tarde con una buena chela. Ojo, solo sirven chela hasta las 17:00 horas, así que ve temprano para aprovechar.

La CrepaTK es el spot perfecto para comer rico y tomarte una chela mientras esperas que empiece tu peli en la Cineteca. Es un lugar sencillo pero acogedor para pasar un buen rato con tus amigxs o pareja sin gastar mucho. ¡Nos vemos ahí!

Prepara tu Visita
Dirección: Real Mayorazgo #59, Xoco, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: De $200 a $300 pesos
Horario: Martes a domingo de 12:00 a 21:00 hrs.
Facebook: 
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Instagram: instagram.com/crepatk

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