Todas las entradas de: Rodrigo Delgado

Apasionado de la comida, siempre en busca de nuevos rincones donde disfrutar sabores únicos. Maestro de yoga y meditación, combina su espíritu tranquilo con su amor por la aventura como ciclista urbano. Admirador de la cultura mexicana, explora la magia de la Ciudad de México.

Pozole Los Chiles, un rincón muy mexicano en la Colonia Industrial

¡Era una tarde de sábado con un clima fresco y nublado que nos pedía a gritos un caldo bien calientito y picante! Después de un rato buscando opciones por la zona, dimos con Pozole Los Chiles, un pequeño restaurante ubicado en la esquina de Victoria y la Corona, en la Colonia Industrial (cerca de Misterios). Nos dirigimos hacia allá y, como si el universo quisiera que disfrutáramos aún más del pozole que nos esperaba, empezó a chispear; curiosamente, al llegar, comenzó a llover.

Nos encontramos con un lugar tan acogedor como lo imaginábamos, con un ambiente relajado y un servicio familiar que nos hizo sentir como en casa. Aunque su carta es pequeña, tiene todo lo necesario para satisfacer tus antojos al máximo. La estrella del lugar, obviamente, es el Pozole. Te ofrecen la opción de verde, blanco o rojo; con maciza, pollo o surtido. Debo decir que el pozole estilo Guerrero que sirven en Los Chiles tiene un sabor excepcional y es de los mejores que he probado en toda la zona de la Industrial.

Pero espera, ¡hay más! En Pozole Los Chiles saben que no todos los días se antoja pozole, así que también ofrecen una variedad de tacos, costras (más conocidas como gringas), Tortas de Cochinita Pibil, Tostadas de Picadillo y de Pata, así como Tacos Dorados de Pollo. Sin embargo, lo que realmente destaca son las Manitas Estilo “Pozole los Chiles” y la Lengua Estilo “Pozole Los Chiles”. ¿Qué son? Son manitas o lengua encurtidas sazonadas con maíz y un toque del caldo del pozole… ¡Definitivamente una experiencia que no te puedes perder!

Ya sea por la tradición, el sabor o los precios accesibles, la Colonia Industrial y sus alrededores están llenos de joyas gastronómicas que vale la pena descubrir. Pozole Los Chiles es un claro ejemplo de estos rincones especiales: una modesta pozolería guerrerense que puede conquistar hasta el paladar más exigente. Así que si vives por la zona, estás de visita en la Basílica o simplemente te provoca un buen pozole, te recomiendo mucho darte una vuelta por Pozole Los Chiles y dejarte sorprender por esta joya escondida en la Industrial. ¡No te arrepentirás!

Prepara tu Visita
Dirección:
 Av. Victoria #31, Colonia Industrial, Ciudad de México, CDMX
Horario: Lunes a domingo de 13:00 a 22:00 hrs.
Teléfono: (55) 7706 3180
Costo por persona: De $50 a $150 pesos
Facebook: facebook.com/PozoleLosChiles
Instagram: instagram.com/pozole_los_chiles

Antojitos Mexicanos Magui, tortillas a mano y garnachas en la Colonia Panamericana

¡Hace algunos meses que descubrí el Mercado de la Colonia Panamericana y se ha convertido en uno de mis lugares favoritos para pasear! Me encanta recorrer sus pasillos llenos de vida: la pollería con sus aves frescas, el puesto de chiles secos que despierta mi curiosidad culinaria, las fruterías coloridas, el lugar de aguas frescas y jugos preparados al momento, y por supuesto, el puesto de plantas que siempre tiene algo especial que me lleva a casa.

Pero lo que más disfruto es cruzar la calle y llegar a Antojitos Mexicanos Magui. ¿Por qué tanto entusiasmo? Es simple: en ese lugar venden las mejores tortillas de la CDMX, mucho mejores que las que presumen en lugares famosos. ¿La clave? Utilizan maíz blanco o azul real, nixtamalizado en casa, y todas las tortillas son hechas a mano en comal con un cuidado y amor que se nota en cada bocado. Y lo mejor de todo es el precio: ¡menos de $30 pesos el kilo (hoy están a $26 pesos)!

El lugar tiene dos secciones bien definidas. A la izquierda, puedes ver cómo nixtamalizan el maíz y lo muelen en un pequeño molino para hacer la masa fresca. También hay una mesa donde empacan las tortillas con precisión. A la derecha, una sencilla barra donde puedes sentarte a disfrutar de tus antojitos mientras observas cómo preparan tlacoyos, huaraches, quesadillas y más.

¿Qué puedes probar en Antojitos Mexicanos Magui? Todo gira en torno al maíz, desde las clásicas quesadillas, tlacoyos y huaraches hasta pambazos. Tienen una variedad de guisados y proteínas para rellenar tus antojitos, como papa con chorizo, tinga, arrachera y más. Lo mejor es que puedes personalizar tus platillos: desde pedir tlacoyos rellenos de tinga en lugar de frijol, hasta huaraches con huevo y bistec o quesadillas bien cargadas de queso Oaxaca con tortillas bicolores (azul y blanca).

Y no olvides las salsas caseras preparadas en molcajete, ¡son toda una delicia!

Antojitos Mexicanos Magui es uno de esos lugares donde puedes comer delicioso sin gastar mucho. Es una auténtica tortillería tradicional que ofrece productos de calidad a precios accesibles. Un verdadero tesoro culinario escondido en la Colonia Panamericana. Te recomiendo que lo visites y descubras por qué es tan especial. ¡No te arrepentirás!

¿De a cómo y de a cuánto?
Dirección:
 Calle Nte. 9 #4911, Local 1, Colonia Panamericana (Frente al mercado, casi esquina con Pte. 110), Ciudad de México, CDMX
Horario: Viernes a lunes de 8:00 a 17:00 hrs.
Costo por persona: De $50 a $100 pesos

Helús Productos Árabes, un rincón de sabores árabe-libaneses en el Centro Histórico

Hoy fue día de junta en el Centro Histórico y, como era hora de comer, nos dimos a la tarea de encontrar un buen lugar. Recorrimos los locales en Regina, dimos vuelta en 5 de Febrero, pero nada nos convencía. Seguimos caminando hasta llegar a Mesones y justo ahí vimos un pequeño letrero que anunciaba “Helús Productos Árabes“. Nos asomamos y nos pareció tranquilo y acogedor, así que decidimos entrar.

El lugar era espacioso, con una barra al fondo llena de delicias árabes que nos hacían agua la boca. Sobre la barra tenían un menú con varias opciones como Sopa de Lenteja con Espinacas, Empanadas, Shawarma, y mucho más. También ofrecían paquetes con arroz, cous cous, jocoque, totopos, babaganoush y hummus, ¡todo muy tentador!

Yo opté por un paquete de Shawarma y una empanada de carne con jocoque, acompañados de un agua de jocoque bien fresquita para el calor. Pedimos en el mostrador y luego nos sentamos en una de las mesas disponibles mientras preparaban nuestra comida. Cuando nos llamaron, fuimos por nuestros platillos y ¡qué delicia! La empanada estaba increíble con su mezcla de carne y jocoque, y el shawarma no se quedaba atrás. Además, los platillos tradicionales como las calabazas rellenas estaban para chuparse los dedos. El agua de jocoque también fue un acierto para refrescarnos.

Después de comer, descubrí que Helús Productos Árabes tiene más de 70 años compartiendo la tradición árabe en México. Todo comenzó en 1936 con Joseph Helú fabricando pan árabe en Puebla, y en 1949 Porfirio Helú abrió la primera tienda en el Centro Histórico de la Ciudad de México. Desde entonces, se han dedicado a ofrecer productos, platillos y postres árabes para todos los amantes de la buena comida en la capital.

Helús Productos Árabes es ese lugar donde la tradición y el sabor se encuentran para que todxs podamos disfrutar de la gastronomía árabe-libanesa. Es un espacio acogedor donde puedes encontrar desde delicias para llevar a casa hasta platillos tradicionales para disfrutar en el lugar.

Prepara tu Visita
Dirección:
 Mesones #90, Centro Histórico, Ciudad de México, CDMX
Horario: Lunes a sábado de 11:00 a 18:00 hrs.
Teléfono: (55) 5522 2130
Costo por persona: De $200 a $300 pesos
Página Web: helusproductosarabes.com
Instagram: instagram.com/helusproductosarabes
Facebook: facebook.com/helusproductos

Lonchería Veintidos, reviviendo las loncherías de antaño en la Roma

Érase una vez, en una ciudad caótica que no estaba tan lejos, existían unos rinconcitos mágicos llenos de comida reconfortante que llamaban loncherías. Sí, loncherías eran como restaurantes, pero más íntimos y familiares, donde se servían platillos simples y deliciosos inspirados en la gastronomía mexicana. Había tortas, chilaquiles, enchiladas, tacos y caldos, entre otros manjares. Sin embargo, con el paso del tiempo y la modernidad, las loncherías casi desaparecieron, y hoy en día apenas sobreviven algunos de esos clásicos de los años cuarenta y cincuenta.

Pero, buscando traer de vuelta la nostalgia de esos lugares entrañables, surge Lonchería Veintidós, un pequeño rinconcito escondido en las calles de la colonia Roma. Este lugar se propone ofrecer los sabores reconfortantes de antaño con un toque contemporáneo muy especial. Es el lugar ideal para disfrutar de platillos inspirados en las cocinas tradicionales y loncherías de la Ciudad de México.

Si visitas por la mañana, encontrarás una variedad increíble de Desayunos Cumplidores diseñados para satisfacer a todos los gustos. Desde los clásicos Huevos Divorciados, pasando por los Ranger Eggs (o huevos rancheros, para lxs no iniciados), hasta opciones como Huevos con Longaniza o exquisitos Avocado Toasts y un Desayuno Yankee con omelette, roast beef, tocino y cheddar, además de hot cakes.

Pero una de las estrellas son sus chilaquiles, ideales para curar cualquier resaca. En Lonchería Veintidós podrás probar variedades como los Chilaquiles Boxitos con salsa cremosa de habanero y cochinita pibil, los Milanesos con salsa morita y milanesa crujiente, los Yecapixtla York Style con cecina, o los Maria Sabina con hongos y verdolagas. Y no te olvides de acompañarlos con una chela bien fría.

Si prefieres algo más sustancioso para la hora de la comida, te recomiendo los Caldos Sanadores como el clásico frijoles de olla, Caldito de Pollo, Tlalpeño, Carne en su Jugo (¡no es jalisciense, pero se le parece!), o el reconfortante Mole de Olla. También tienes opciones como los Fideos del Apapacho, el Guacalacachimba, una Chuby Girl de Camarón o un Pambazo de Pulpo.

Como plato fuerte, puedes deleitarte con unas Enfrijoladas, Enchiladas Suizas, Enchiladas Mayas con habanero y cochinita, o unos Peneques con Arrachera, que sí, son quesadillas capeadas y bañadas en salsa (¡un clásico que no pasa de moda!).

Para acompañar tu comida, te recomiendo una refrescante Champaña Nacional (un tepache bien frío), Agua de Sabor o jugo de temporada, todo al ritmo de una playlist que te transportará al México de los años cuarenta y cincuenta. ¡Una experiencia completa!

Lonchería Veintidós es uno de esos lugares que capturan la esencia nostálgica del extinto Distrito Federal con un toque moderno. Es un pequeño rincón donde todos, desde los locales hasta los nómadas digitales que llegaron a la zona, pueden disfrutar de la auténtica comida tradicional mexicana en un ambiente relajado y acogedor, como en los buenos tiempos de antaño.

Prepara tu Visita
Dirección:
 Manzanillo #22, Roma Norte., Ciudad de México, CDMX
Horario: Lunes a viernes de 9:00 a 19:00 hrs., sábado de 9:00 a 17:00 hrs. y domingo de 9:00 a 16:00 hrs.
Teléfono: (55) 7574 5673
Costo por persona: De $250 a $350 pesos
Instagram: instagram.com/loncheria22
Facebook: facebook.com/Loncheria22

Diotima, café de especialidad y comida casual en la Colonia Industrial

¿Sabías que las bases del Amor Platónico las sentó una sacerdotisa llamada Diotima, allá por el siglo V antes de Cristo? Resulta que en El Banquete, uno de los diálogos de Platón, Sócrates alabó el amor basándose en lo que Diotima le había enseñado. ¡Así que el amor platónico arrancó con Diotima mucho antes de que Platón hiciera lo suyo! Pero, hey, esta no es una página de historia o filosofía, ¡es una página de comida! Y si te preguntas qué tiene que ver esto con comida, te diré que Diotima también inspiró un acogedor café escondido en las calles de la bella Colonia Industrial.

Diotima es un rinconcito que encuentras en la esquina de Imperial y Av. Necaxa, a solo unos pasos del Parque María Luisa, donde te reciben con unas mesitas sobre la acera. Si entras, verás una barrita con galletas y panes dulces, y al fondo unas cuantas mesas más. Es un lugar sencillo pero acogedor, donde el servicio es tan amigable que te sentirás como en casa.

Como te mencionaba, Diotima es un café de especialidad, así que aquí tienes una selección increíble de granos y métodos para preparar el café perfecto. Y como no solo de americano vive la gente, tienen desde cortados hasta lattes especiales como el rosa de la casa, además de bebidas calientitas como matcha, chai y más. Y para quienes prefieren lo frío, ofrecen desde cold brew hasta frapés.

Pero Diotima no es solo café: por las mañanas, puedes disfrutar de chilaquiles, molletes y demás platillos, y por las tardes hay ensaladas, pastas, pizzas y hamburguesas para todos los gustos. ¿Mi recomendación? Prueba los dedos de queso de entrada y sigue con una pasta o una hamburguesa American Classic, ¡te van a encantar!

Así que ya lo sabes, Diotima es ideal para desayunar, comer o simplemente pasar un rato agradable cualquier día de la semana. Es el lugar perfecto para relajarte y disfrutar de buena comida en un ambiente relajado.

Prepara tu Visita
Dirección:
 Imperial #108, Colonia Industrial., Ciudad de México, CDMX
Horario: Lunes a domingo de 8:00 a 21:30 hrs.
Teléfono: (55) 3225 5051
Costo por persona: De $150 a $250 pesos
Instagram: instagram.com/diotimamx
Facebook: facebook.com/profile.php?id=100065386032864

Museo Universitario del Chopo, espacio de arte y movimientos contemporáneos

En noviembre de 1851, Joseph Paxton diseñó una impresionante estructura que mezclaba principalmente hierro y cristal para ser la sede de la Gran Exposición de Londres. Este Crystal Palace (o Palacio de Cristal) no solo llamó la atención de los y las londinenses, sino que terminó sentando las bases para crear un estilo arquitectónico, parte del movimiento Art Noveau, al que llamarían Jugendstil. Poco más de medio siglo después, en 1902, el arquitecto alemán, Bruno Möhring, se basó en el estilo Jugendstil, para edificar el cuarto de máquinas de la metalúrgica Gutehoffnungshütte (Cabaña de la Buena Esperanza); aunque el edificio terminó siendo la sede de la Exposición de Arte de Industria Textil de Dusseldorf.

Si llegaste a este texto buscando información del Museo Universitario del Chopo, seguramente te estarás preguntando ¿qué ching@#0$ tiene esto que ver con el Chopo? Bueno, pues debes saber, que la Compañía Mexicana de Exposición Permanente, S. A. terminó comprando tres de las cuatro salas del aquel edificio de hierro y decidió traérselas en barco a México. Una vez en el país, las piezas fueron transportadas en tren hasta la estación de tren Buenavista y desde ahí se llevaron a la calle de Chopo para reconstruir el edificio pieza por pieza, convirtiéndose, junto al Kiosko Morisco, en un símbolo de Santa María la Ribera, la primera colonia planificada de la Ciudad de México.

La Cabaña de la Buena Esperanza había sido traída a México para ser una sede industrial; sin embargo, en aquél entonces, la industria no se había desarrollado en México y el inmueble no pudo cumplir su propósito original. Y no fue hasta 1909, que el edificio del Chopo fue rescatado gracias al arrendamiento de la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes, quien decidió usarlo para los festejos del Centenario de la Independencia, primero como sede de la exposición de Arte Industrial del Japón y después como Museo de Historia Natural. Fue así que, el 2 de septiembre de 1910, el entonces presidente, Porfirio Díaz, inauguró lo que sería conocido como el Pabellón Japones. La idea del gobierno era inaugurar después el Museo de Historia Natural en ese recinto, pero gracias a la Revolución Mexicana, esto no pudo ser posible hasta diciembre de 1913.

Pasaron los años y el edificio se fue deteriorando poco a poco. Esto obligó a la UNAM, quien había recibido el inmueble tras decretarse su autonomía, a cerrar el museo en 1964, esparciendo su colección entre el recién inaugurado Museo de Historia Natural, el Museo de Geología y los institutos de la universidad. Y, mientras se estudiaba que hacer con el edificio (incluso se pensó en desarmar y vender como chatarra), Juan López Moctezuma decidió filmar, en 1971, La Mansión de la Locura, película basada en un cuento de Edgar Allan Poe y con vestuarios de Leonora Carrington, en las ruinas del Chopo.

Por suerte, terminaron decidiéndose por rescatar el inmueble y, en 1975, el lugar volvió a abrir sus puertas como el Museo Universitario del Chopo, un espacio dedicado a la difusión cultural, y al arte joven y experimental. Desde aquél entonces, el Museo del Chopo se ha dedicado a explorar las diferentes propuestas de arte contemporáneo, y en especial de artistas jóvenes mexicanxs; y, por lo mismo, desde su fundación también buscó impulsando los movimientos juveniles y musicales, apoyando la creación del Tianguis de Música, que se convertiría en el Tianguis Cultural del Chopo, y promoviendo batallas de bandas, desde las que salieron grupos como Rebel’d Punk. Y, por si fuera poco, desde 1987, el museo también alberga la Semana Cultural Lésbica-Gay, con la que busca impulsar el movimiento LGBTTTIQ+ a través de exposiciones, talleres, presentaciones de libros, funciones de cine y teatro, entre otras expresiones artísticas.

Recorrer las salas y pasillos del Museo Universitario del Chopo es una oportunidad para conocer la propuesta artística de un sinfín de artistas mexicanxs y extranjerxs jóvenes, mientras admiras los espectaculares detalles arquitectónicos del Jugenstil alemán mezclados con la innovación que imprimió Felipe Leal en su renovación. También es una oportunidad para adentrarte en los movimientos sub o contraculturales de México, a través de su acervo histórico, o de perderte una tarde disfrutando de las funciones de cine y teatro o talleres que continúan realizando constantemente.

Sin duda, el Museo Universitario del Chopo es un lugar que todos y todas las Godínez chilangas deben de visitar para conocer un poco más de la historia de nuestra ciudad a través del arte y la arquitectura. Además, una vez ahí, puedes darte una vuelta por el espectacular Kiosko Morisco o disfrutar de las diferentes propuestas gastronómicas que ofrece Santa María la Ribera.

Prepara tu Visita
Dirección:
 Dr. Enrique González Martínez #10-P. B, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: $40 pesos
Horario: Miércoles a domingo de 11:30 a 18:00 hrs.
Página Web: chopo.unam.mx
Instagram: instagram.com/museodelchopo
Facebook: facebook.com/MuseodelChopo
Twitter: x.com/museodelchopo
YouTube: youtube.com/MuseodelChopo

Museo Panteón de San Fernando, un rincón para vivir la historia a través de lo fúnebre

En el México Virreinal no existían los cementerios o panteones. En aquel entonces, se solía enterrar los restos de las personas dentro de los templos e iglesias. Es por eso, que si vas, por ejemplo, a la Catedral Metropolitana, podrás encontrarte con algunas baldosas en las que se encuentra grabado el nombre de alguna persona que descansa ahí. El problema era que, en la mayoría de los casos, los cuerpos se solían guardar de forma muy improvisada bajo el piso, o detrás de las paredes de los templos, lo que permitía que se generaran olores muy desagradables y, de vez en cuando, se asomara algún resto durante las misas. ¡Debió ser aterrador!

Es por eso que, a finales del siglo XVIII, tras una epidemia de viruela que azotó a la Ciudad de México, don Alonso Núñez de Haro y Peralta, arzobispo de México, decretó la necesidad de construir enterrar los restos en cementerios que se encontraran alejados de la urbanización. Fue así que, se inauguró el Panteón de Santa Paula en 1786, en los terrenos aledaños a lo que hoy es Garibaldi. Unos años después, para 1832 se inició la construcción del Panteón de San Fernando, que buscaba ser el cementerio privado más lujoso de la Ciudad. Sin embargo, para 1933, Santa Ana decretó, gracias a una epidemia de cólera que azotó a la ciudad, que todos los panteones privados deberían volverse públicos.

A pesar de haber pasado a ser un panteón público, (pero administrado por el clero) la gente con más dinero de la época buscó asegurar su lugar en el Panteón San Fernando, porque lo consideraban un recinto limpio y bien ordenado, lo que permitió que el recinto mantuviera su estatus privilegiado. Y no fue hasta 1869, tras la guerra de Reforma, que Benito Juárez expidió la ley de secularización de los cementerios, pasando a ser propiedad del gobierno. Y, tomando en cuenta que, para ese entonces ya descansaban un gran número de personajes ilustres en el Panteón de San Fernando, el mismo gobierno decidió convertirlo en Panteón de Hombres Ilustres.

A partir de ese momento, todas las personas influyentes e importantes en la historia del México de la época fueron enterradas en este recinto. Sin embargo, poco después de esto, el mismo presidente Juárez decretó que todos los cementerios que se encontraran en los límites de la Ciudad debían cerrar, y este, al estar en las afueras, tuvo que cerrar sus puertas. Sin embargo, el Panteón volvería a recibir a un último entierro en 1872, tras el fallecimiento del mismísimo Juárez, quien sería enterrado junto a su esposa, Margarita Maza.

Años después, para 1935, el Instituto Nacional de Antropología e Historia declaró monumento histórico al Panteón de San Fernando, protegiéndolo de cualquier alteración y buscando preservarlo en el tiempo. Y, para 2006 el gobierno del difunto Distrito Federal lo convirtió en Museo de Sitio, para que todos y todas las mexicanas y turistas, puedan apreciar, los detalles arquitectónicos y artísticos de las tumbas, así como el lugar donde descansan algunos de los personajes más importantes en la historia de México, como Margarita Maza, Benito Juárez, Miguel Miramón, Vicente Guerrero, Ignacio Comonfort, Henriette Sontag y Juan de la Granja (introdujo el telégrafo en MX), entre otras. Además, al recorrer los pasillos del Museo Panteón de San Fernando, podrás encontrarte con un nicho mortuorio en honor a Isadora Duncan, bailarina estadounidense que murió ahorcada con su propia chalina. Nicho que, por cierto, ha sido un misterio, pues nadie sabe quién lo mandó colocar; sin embargo, una de las teorías más difundidas dice que el presidente Elías Calles la mandó colocar porque era un eterno enamorado de la coreógrafa.

El Museo Panteón de San Fernando es un espacio único en la Ciudad de México, y probablemente del país. No solo es uno de los panteones más antiguos del país, sino que es un espectacular ejemplo del arte mortuorio del siglo XIX. Además, este espacio te permitirá viajar al México del pasado, permitiéndote conocer a algunos de los personajes que forjaron nuestra patria, desde una perspectiva mucho más humana. Por todo esto y más, vale mucho la pena darse una vuelta por el Museo Panteón de San Fernando y pasar una tarde llena de arte e historia.

Prepara tu Visita
Dirección:
 Callejón San Fernando #17, Centro Histórico, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: $60 pesos
Horario: Martes a domingo de 10:00 a 18:00 hrs.
Página Web: cultura.cdmx.gob.mx/recintos/mpsf
Instagram: instagram.com/panteonsanfer
Facebook: facebook.com/PanteonSanFer
Twitter: x.com/panteonsanfer

Museo de Arte Carrillo Gil, un guardián de Arte Moderno Mexicano

¿Sabías que la Pediatría y el Arte Moderno Mexicano están profundamente relacionadas? Bueno, quizá no la Pediatría como ciencia, pero el Arte Moderno Mexicano tuvo su auge a nivel mundial gracias al apoyo de un pediatra cuyo nombre hubiera quedado en el olvido, si no fuera porque le regaló uno de los museos más importantes al Pueblo de México, museo que, por cierto, lleva el nombre de este pediatra: Álvar Carrillo Gil.

¡Vamos con el chisme! Álvar Carrillo Gil nació en Opichen, Yucatán, por ahí de 1898. Estudió medicina en la Universidad de Yucatán y se especializó en pediatría en La Sorbona. Desde sus inicios ganó mucha popularidad en como pediatra en su tierra natal, pero decidió probar suerte en la Ciudad de México, donde se convirtió en uno de los médicos más respetados del país. Durante toda su vida, Carrillo Gil mostró un fuerte interés por el arte, e incluso realizó algunos cuadros por su cuente; esto lo llevó a acercarse al círculo de artistas mexicanos de la época, entablando una gran amistad con José Clemente Orozco, después de que le compró el dibujo de “La Chole”.

Gracias a esta amistad, Carrillo Gil terminó conociendo a prácticamente todos los (y las) artistas mexicanos, a quienes compró un sinfín de obras, convirtiéndose en uno de los más grandes coleccionistas de Arte Moderno Mexicano en el mundo. De hecho, su colección fue tan grande, que todas las exposiciones que presentó el Instituto Nacional de Bellas Artes, a mediados del siglo pasado, tenían como base la colección de Carrillo Gil. De hecho, la colección de Carrillo Gil viajó por todo el mundo, presentándose en bienales y exposiciones de ciudades como París, Estocolmo, Londres, Lima, Tokio, Osaka, Bruselas, Nueva York, Montreal, Varsovia, Moscú y San Antonio.

El punto es que, para 1969, Álvar decidió crear un museo accesible, en el que todas y todos los mexicanos pudieran conocer su colección de arte. Fue por eso, que invitó a Augusto H. Álvarez para que diseñara el proyecto arquitectónico, y a Fernando Gamboa para que desarrollara todo el proyecto museístico. Unos años después, en agosto de 1974, Carrillo Gil y su esposa, Carmen Tejero, inauguraron el Museo de Arte Carrillo Gil, al sur de la Ciudad de México.

Hoy en día, el Museo de Arte Carrillo Gil se dedica a dar a conocer la impresionante colección del Doctor, como llamaban amistosamente al fundador del museo, a través de diferentes exposiciones en las que, a raíz de un juego de curadurías, presentan diferentes formas de entender la colección, presumiendo principalmente obras de Orozco, Digo Rivera y Siqueiros. Además, constantemente presentan diferentes exposiciones en las que presentan el trabajo de diferentes artistas mexicanxs contemporánexs.

En lo personal, a demás de la arquitectura del lugar, que permite recorrer el museo de una forma sencilla, y de la impresionan colección con la que cuentan, lo mejor de este museo es la manera en la que suelen presentar las obras, pues siempre buscan darle un toque innovador a las exposiciones a través de la curaduría de las mismas; permitiéndote adentrarte en diferentes aspectos de las obras que se presentan, aunque ya las hayas visto en múltiples ocasiones.

Así que, si te gusta el arte y quieres vivir una experiencia artística diferente, disfrutando del trabajo de algunxs de lxs más grandes artistas del México del siglo XX, tienes que darte una vuelta por el Museo de Arte Carrillo Gil, MACG para lxs cuates, y dejarte envolver por las exposiciones que presentan en este espectacular museo.

Prepara tu Visita
Dirección:
 Av. Revolución #1608, San Ángel, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: $65 pesos
Horario: Martes a domingo de 10:00 a 18:00 hrs. (Último acceso a las 17:30)
Página Web: museodeartecarrillogil.com
Instagram: instagram.com/museocarrillogil
Facebook: facebook.com/museocarrillogil
Twitter: x.com/Carrillo_Gil

Museo de Arte Popular, un recorrido por México a través de sus artesanías

El 28 de noviembre de 1928, el presidente Elías Calles puso la última piedra de un impresionante edificio Art Decó que se construyó en la esquina de Independencia y Revillagigedo, durante una ceremonia en la que se inauguraría una de las estaciones de bomberos más importante de América. Uno de los detalles más llamativos del inmueble, a cargo de los arquitectos Vicente Mendiola y Guillermo Zárraga, fueron sus tres arcos de tres metros de alto y cinco de largo, que servían de entrada/salida para los camiones de bomberos; así como una enorme torre, desde donde se vigilaba la calle para cuando salieran los camiones camino a algún incidente. Y, durante 29 años, este edificio fue la sede de la Estación de Bomberos de la Ciudad de México, hasta que, en 1957 se inauguró la nueva estación en Calzada de la Viga y Fray Servando Teresa.

Sin embargo, ese mismo año, la Tesorería decidió modificar ligeramente el inmueble para ocuparlo como su sede central. Casi 30 años después, en 1980, el mismo edificio paso a ser ocupado por la Secretaría de Marina; sin embargo, en septiembre de 1985, tras el terremoto que azotó a la Ciudad antes llamada Distrito Federal, el edificio fue desalojado, a pesar de que no contaba con daño estructural. De hecho, la razón por la que se movió la sede de la Marina fue por el estado en el que se encontraba el Centro Histórico, lo que les llevó a recolocar sus oficinas “temporalmente” (aunque se volvió permanente) en zonas más alejadas de la Ciudad. Fue así que, durante unos quince años, la Antigua Estación de Bomberos quedó prácticamente abandonada, hasta que, en 2001, el Gobierno Federal y Local decidieron rescatar el inmueble, gracias a su importancia histórica, y convertirlo en la sede del Museo de Arte Popular (MAP).

Fue así que, cinco años después, en marzo del 2006, la Antigua Estación de Bomberos reabrió sus puertas, pero esta vez como la sede del centésimo vigésimo octavo (128) museo de la Ciudad de México. Hoy en día, las y los mexicanos, así como todxs lxs turistas, pueden recorrer los cuartos y pasillos donde vivían los bomberos mexicanos, al mismo tiempo que recorren el país, su historia y cultura, a través de una impresionante colección de piezas de Arte Popular provenientes de toda la República Mexicana, y elaborada por un sinfín de artesanas y artesanos tradicionales; y, por si fuera poco, pueden conocer el Vochol, un Vocho (Volkswagen) que fue intervenido por artesanxs huicholes con más de dos millones de cuentas.

El MAP alberga una impresionante colección de más de 3,000 piezas que representan las diversas formas del arte popular mexicano. Estas piezas provienen de todas las regiones del país y abarcan una amplia variedad de materiales y técnicas, como textiles, cerámica, papel, madera, metal, vidrio y fibras vegetales. La colección del museo está organizada en cinco ejes temáticos:

  • Esencia del Arte Popular Mexicano: Explora las influencias prehispánicas, coloniales y mestizas que han dado forma al arte popular mexicano.
  • El Arte Popular y la vida cotidiana: Muestra objetos que forman parte de la vida diaria en las comunidades mexicanas, desde utensilios de cocina hasta juguetes tradicionales.
  • El Arte Popular y lo sagrado: Incluye piezas relacionadas con las festividades religiosas y las creencias populares, como altares, figuras de santos y objetos rituales.
  • El Arte Popular y lo fantástico: Destaca la creatividad y el ingenio de los artesanos en la creación de figuras fantásticas y coloridas, como alebrijes y calaveras.

Por si fuera poco, el Museo de Arte Popular también cuenta con otras salas de exposición en las que, constantemente están presentando todo tipo de exposiciones temporales, en las que buscan dar a conocer las expresiones artísticas de diferentes estados, artesanxs y temáticas de todo tipo. Y, por si fuera también organizan un gran número de concursos de artesanías, donde artesanxs de todo el país pueden presentar sus piezas como piñatas, papalotes y, el concurso más popular, el de alebrijes; mismos que, por cierto, desfilan todos los años por la Ciudad.

El Museo de Arte Popular es un lugar en el que podrás descubrir la cultura de México a través de un sinfín de expresiones artísticas llenas de color y tradición; un rincón que te permitirá recorrer los rincones del país a través del arte. Y, por si fuera poco, el mismo recinto es una oportunidad para viajar en el tiempo al México posrevolucionario, y conocer lo que alguna vez fue la Estación de Bomberos más grande de América.

Prepara tu Visita
Dirección:
 Revillagigedo #11, Centro Histórico, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: $60 pesos
Horario: Martes a domingo de 10:00 a 18:00 hrs.
Página Web: map.cdmx.gob.mx
Instagram: instagram.com/map_mexico
Facebook: facebook.com/MuseoArtePopular
Twitter: x.com/map_mexico
YouTube: youtube.com/user/museodeartepopular

El Armadillo, cerveza artesanal y sabores casuales en la Nápoles

¿Te suena esa sensación de jueves o viernes en la que la garganta te empieza a pedir una cerveza bien fría? Pues claro, la única cura es irte con tus amigxs o colegas por una buena chela, acompañada de buena comida y mejor música. Si eres un Godín de la Nápoles o alrededores y estás en busca de una birra de calidad, tienes que visitar El Armadillo, el tap room de Cervecería Cosaco, la primera micro-cervecería de México.

La fachada es discreta y sencilla, camuflándose entre el club para mujeres y los bares de chavxs que lo rodean. Pero una vez que entras, te encuentras con un espacio amplio, decorado con stickers y arte , perfecto para relajarte. Aquí puedes disfrutar de una rica comida y una buena cerveza, mientras juegas en una maquinita de Street Fighter II, lanzas dardos o escuchas discos de vinilo. Y si no están sonando los vinilos, prepárate para rockear con música alternativa. ¡Un paraíso para tu alma chavorruca!

La reina de la casa es la cerveza, y aquí encontrarás unas diez chelas de barril de Cervecería Cosaco y algunas otras invitadas. No importa si prefieres una chela clara u oscura, seguro hallarás una que te encante o que combine perfecto con tu comida. Y si no sabes cuál elegir, pide cuatro chasers pequeños para probar distintos estilos. Además, tienen un refrigerador lleno de cervezas embotelladas de Cosaco y otras micro-cervecerías, para que explores diferentes sabores y estilos. ¿Te animas a probar un vino neozelandés de barril? ¡Es una experiencia que vale la pena!

Pero no solo de cerveza vive el hombre o la mujer. En El Armadillo también tienen una selección pequeña pero deliciosa de platillos casuales para maridar con tu chela. Para botanear, puedes pedir dedos de queso gouda, empanadas de carne con queso, papas gajo al romero, hummus o sikil pak (un dip de pepita de calabaza). Si llegas con hambre, lánzate por un choripán, una hamburguesa de rib eye, un emparedado de pollo parmesano o de hummus, o una pasta boloñesa o carbonara. Y para el postre, tienen helado artesanal, cheesecake y otras delicias de temporada. Lo mejor es que le preguntes al chicx de la barra o al meserx qué chela marida mejor con tu comida para una experiencia completa.

Más allá de las cervezas y la comida, El Armadillo es un lugar único en la CDMX gracias a su proyecto comunitario. Buscan crear una comunidad inclusiva para todos a través de la música y el arte, y también apoyan a colectivos chilangos, como los ciclistas, ofreciéndoles un espacio seguro para dejar la bicicleta y un 10% de descuento en las pintas. ¡Eso sí, no te pases de dos chelas si vas a rodar después!

Así que, si eres oficinista o vecinx de la Nápoles, Condesa y alrededores y quieres un lugar donde relajarte con una cerveza artesanal y buena comida, date una vuelta por El Armadillo. Disfruta de su comunidad, sus chelas de barril y sus promociones diarias. Y no te preocupes, que el lugar es Pet Friendly, así que tu lomito también podrá pasar un buen rato contigo.

Prepara tu Visita
Dirección:
 Insurgentes Sur #571, Nápoles, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: De $200 a $300 pesos
Horario: Lunes de 11:00 a 17:00 hrs., martes y miércoles de 11:00 a 22:00 hrs., jueves a sábado de 11:00 a 0:00 hrs.
Teléfono: (55) 3266 3065
Instagram: instagram.com/elarmadillo