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Museo Universitario del Chopo, espacio de arte y movimientos contemporáneos

En noviembre de 1851, Joseph Paxton diseñó una impresionante estructura que mezclaba principalmente hierro y cristal para ser la sede de la Gran Exposición de Londres. Este Crystal Palace (o Palacio de Cristal) no solo llamó la atención de los y las londinenses, sino que terminó sentando las bases para crear un estilo arquitectónico, parte del movimiento Art Noveau, al que llamarían Jugendstil. Poco más de medio siglo después, en 1902, el arquitecto alemán, Bruno Möhring, se basó en el estilo Jugendstil, para edificar el cuarto de máquinas de la metalúrgica Gutehoffnungshütte (Cabaña de la Buena Esperanza); aunque el edificio terminó siendo la sede de la Exposición de Arte de Industria Textil de Dusseldorf.

Si llegaste a este texto buscando información del Museo Universitario del Chopo, seguramente te estarás preguntando ¿qué ching@#0$ tiene esto que ver con el Chopo? Bueno, pues debes saber, que la Compañía Mexicana de Exposición Permanente, S. A. terminó comprando tres de las cuatro salas del aquel edificio de hierro y decidió traérselas en barco a México. Una vez en el país, las piezas fueron transportadas en tren hasta la estación de tren Buenavista y desde ahí se llevaron a la calle de Chopo para reconstruir el edificio pieza por pieza, convirtiéndose, junto al Kiosko Morisco, en un símbolo de Santa María la Ribera, la primera colonia planificada de la Ciudad de México.

La Cabaña de la Buena Esperanza había sido traída a México para ser una sede industrial; sin embargo, en aquél entonces, la industria no se había desarrollado en México y el inmueble no pudo cumplir su propósito original. Y no fue hasta 1909, que el edificio del Chopo fue rescatado gracias al arrendamiento de la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes, quien decidió usarlo para los festejos del Centenario de la Independencia, primero como sede de la exposición de Arte Industrial del Japón y después como Museo de Historia Natural. Fue así que, el 2 de septiembre de 1910, el entonces presidente, Porfirio Díaz, inauguró lo que sería conocido como el Pabellón Japones. La idea del gobierno era inaugurar después el Museo de Historia Natural en ese recinto, pero gracias a la Revolución Mexicana, esto no pudo ser posible hasta diciembre de 1913.

Pasaron los años y el edificio se fue deteriorando poco a poco. Esto obligó a la UNAM, quien había recibido el inmueble tras decretarse su autonomía, a cerrar el museo en 1964, esparciendo su colección entre el recién inaugurado Museo de Historia Natural, el Museo de Geología y los institutos de la universidad. Y, mientras se estudiaba que hacer con el edificio (incluso se pensó en desarmar y vender como chatarra), Juan López Moctezuma decidió filmar, en 1971, La Mansión de la Locura, película basada en un cuento de Edgar Allan Poe y con vestuarios de Leonora Carrington, en las ruinas del Chopo.

Por suerte, terminaron decidiéndose por rescatar el inmueble y, en 1975, el lugar volvió a abrir sus puertas como el Museo Universitario del Chopo, un espacio dedicado a la difusión cultural, y al arte joven y experimental. Desde aquél entonces, el Museo del Chopo se ha dedicado a explorar las diferentes propuestas de arte contemporáneo, y en especial de artistas jóvenes mexicanxs; y, por lo mismo, desde su fundación también buscó impulsando los movimientos juveniles y musicales, apoyando la creación del Tianguis de Música, que se convertiría en el Tianguis Cultural del Chopo, y promoviendo batallas de bandas, desde las que salieron grupos como Rebel’d Punk. Y, por si fuera poco, desde 1987, el museo también alberga la Semana Cultural Lésbica-Gay, con la que busca impulsar el movimiento LGBTTTIQ+ a través de exposiciones, talleres, presentaciones de libros, funciones de cine y teatro, entre otras expresiones artísticas.

Recorrer las salas y pasillos del Museo Universitario del Chopo es una oportunidad para conocer la propuesta artística de un sinfín de artistas mexicanxs y extranjerxs jóvenes, mientras admiras los espectaculares detalles arquitectónicos del Jugenstil alemán mezclados con la innovación que imprimió Felipe Leal en su renovación. También es una oportunidad para adentrarte en los movimientos sub o contraculturales de México, a través de su acervo histórico, o de perderte una tarde disfrutando de las funciones de cine y teatro o talleres que continúan realizando constantemente.

Sin duda, el Museo Universitario del Chopo es un lugar que todos y todas las Godínez chilangas deben de visitar para conocer un poco más de la historia de nuestra ciudad a través del arte y la arquitectura. Además, una vez ahí, puedes darte una vuelta por el espectacular Kiosko Morisco o disfrutar de las diferentes propuestas gastronómicas que ofrece Santa María la Ribera.

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Dirección:
 Dr. Enrique González Martínez #10-P. B, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: $40 pesos
Horario: Miércoles a domingo de 11:30 a 18:00 hrs.
Página Web: chopo.unam.mx
Instagram: instagram.com/museodelchopo
Facebook: facebook.com/MuseodelChopo
Twitter: x.com/museodelchopo
YouTube: youtube.com/MuseodelChopo

Museo Panteón de San Fernando, un rincón para vivir la historia a través de lo fúnebre

En el México Virreinal no existían los cementerios o panteones. En aquel entonces, se solía enterrar los restos de las personas dentro de los templos e iglesias. Es por eso, que si vas, por ejemplo, a la Catedral Metropolitana, podrás encontrarte con algunas baldosas en las que se encuentra grabado el nombre de alguna persona que descansa ahí. El problema era que, en la mayoría de los casos, los cuerpos se solían guardar de forma muy improvisada bajo el piso, o detrás de las paredes de los templos, lo que permitía que se generaran olores muy desagradables y, de vez en cuando, se asomara algún resto durante las misas. ¡Debió ser aterrador!

Es por eso que, a finales del siglo XVIII, tras una epidemia de viruela que azotó a la Ciudad de México, don Alonso Núñez de Haro y Peralta, arzobispo de México, decretó la necesidad de construir enterrar los restos en cementerios que se encontraran alejados de la urbanización. Fue así que, se inauguró el Panteón de Santa Paula en 1786, en los terrenos aledaños a lo que hoy es Garibaldi. Unos años después, para 1832 se inició la construcción del Panteón de San Fernando, que buscaba ser el cementerio privado más lujoso de la Ciudad. Sin embargo, para 1933, Santa Ana decretó, gracias a una epidemia de cólera que azotó a la ciudad, que todos los panteones privados deberían volverse públicos.

A pesar de haber pasado a ser un panteón público, (pero administrado por el clero) la gente con más dinero de la época buscó asegurar su lugar en el Panteón San Fernando, porque lo consideraban un recinto limpio y bien ordenado, lo que permitió que el recinto mantuviera su estatus privilegiado. Y no fue hasta 1869, tras la guerra de Reforma, que Benito Juárez expidió la ley de secularización de los cementerios, pasando a ser propiedad del gobierno. Y, tomando en cuenta que, para ese entonces ya descansaban un gran número de personajes ilustres en el Panteón de San Fernando, el mismo gobierno decidió convertirlo en Panteón de Hombres Ilustres.

A partir de ese momento, todas las personas influyentes e importantes en la historia del México de la época fueron enterradas en este recinto. Sin embargo, poco después de esto, el mismo presidente Juárez decretó que todos los cementerios que se encontraran en los límites de la Ciudad debían cerrar, y este, al estar en las afueras, tuvo que cerrar sus puertas. Sin embargo, el Panteón volvería a recibir a un último entierro en 1872, tras el fallecimiento del mismísimo Juárez, quien sería enterrado junto a su esposa, Margarita Maza.

Años después, para 1935, el Instituto Nacional de Antropología e Historia declaró monumento histórico al Panteón de San Fernando, protegiéndolo de cualquier alteración y buscando preservarlo en el tiempo. Y, para 2006 el gobierno del difunto Distrito Federal lo convirtió en Museo de Sitio, para que todos y todas las mexicanas y turistas, puedan apreciar, los detalles arquitectónicos y artísticos de las tumbas, así como el lugar donde descansan algunos de los personajes más importantes en la historia de México, como Margarita Maza, Benito Juárez, Miguel Miramón, Vicente Guerrero, Ignacio Comonfort, Henriette Sontag y Juan de la Granja (introdujo el telégrafo en MX), entre otras. Además, al recorrer los pasillos del Museo Panteón de San Fernando, podrás encontrarte con un nicho mortuorio en honor a Isadora Duncan, bailarina estadounidense que murió ahorcada con su propia chalina. Nicho que, por cierto, ha sido un misterio, pues nadie sabe quién lo mandó colocar; sin embargo, una de las teorías más difundidas dice que el presidente Elías Calles la mandó colocar porque era un eterno enamorado de la coreógrafa.

El Museo Panteón de San Fernando es un espacio único en la Ciudad de México, y probablemente del país. No solo es uno de los panteones más antiguos del país, sino que es un espectacular ejemplo del arte mortuorio del siglo XIX. Además, este espacio te permitirá viajar al México del pasado, permitiéndote conocer a algunos de los personajes que forjaron nuestra patria, desde una perspectiva mucho más humana. Por todo esto y más, vale mucho la pena darse una vuelta por el Museo Panteón de San Fernando y pasar una tarde llena de arte e historia.

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Dirección:
 Callejón San Fernando #17, Centro Histórico, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: $60 pesos
Horario: Martes a domingo de 10:00 a 18:00 hrs.
Página Web: cultura.cdmx.gob.mx/recintos/mpsf
Instagram: instagram.com/panteonsanfer
Facebook: facebook.com/PanteonSanFer
Twitter: x.com/panteonsanfer

Museo de Arte Carrillo Gil, un guardián de Arte Moderno Mexicano

¿Sabías que la Pediatría y el Arte Moderno Mexicano están profundamente relacionadas? Bueno, quizá no la Pediatría como ciencia, pero el Arte Moderno Mexicano tuvo su auge a nivel mundial gracias al apoyo de un pediatra cuyo nombre hubiera quedado en el olvido, si no fuera porque le regaló uno de los museos más importantes al Pueblo de México, museo que, por cierto, lleva el nombre de este pediatra: Álvar Carrillo Gil.

¡Vamos con el chisme! Álvar Carrillo Gil nació en Opichen, Yucatán, por ahí de 1898. Estudió medicina en la Universidad de Yucatán y se especializó en pediatría en La Sorbona. Desde sus inicios ganó mucha popularidad en como pediatra en su tierra natal, pero decidió probar suerte en la Ciudad de México, donde se convirtió en uno de los médicos más respetados del país. Durante toda su vida, Carrillo Gil mostró un fuerte interés por el arte, e incluso realizó algunos cuadros por su cuente; esto lo llevó a acercarse al círculo de artistas mexicanos de la época, entablando una gran amistad con José Clemente Orozco, después de que le compró el dibujo de “La Chole”.

Gracias a esta amistad, Carrillo Gil terminó conociendo a prácticamente todos los (y las) artistas mexicanos, a quienes compró un sinfín de obras, convirtiéndose en uno de los más grandes coleccionistas de Arte Moderno Mexicano en el mundo. De hecho, su colección fue tan grande, que todas las exposiciones que presentó el Instituto Nacional de Bellas Artes, a mediados del siglo pasado, tenían como base la colección de Carrillo Gil. De hecho, la colección de Carrillo Gil viajó por todo el mundo, presentándose en bienales y exposiciones de ciudades como París, Estocolmo, Londres, Lima, Tokio, Osaka, Bruselas, Nueva York, Montreal, Varsovia, Moscú y San Antonio.

El punto es que, para 1969, Álvar decidió crear un museo accesible, en el que todas y todos los mexicanos pudieran conocer su colección de arte. Fue por eso, que invitó a Augusto H. Álvarez para que diseñara el proyecto arquitectónico, y a Fernando Gamboa para que desarrollara todo el proyecto museístico. Unos años después, en agosto de 1974, Carrillo Gil y su esposa, Carmen Tejero, inauguraron el Museo de Arte Carrillo Gil, al sur de la Ciudad de México.

Hoy en día, el Museo de Arte Carrillo Gil se dedica a dar a conocer la impresionante colección del Doctor, como llamaban amistosamente al fundador del museo, a través de diferentes exposiciones en las que, a raíz de un juego de curadurías, presentan diferentes formas de entender la colección, presumiendo principalmente obras de Orozco, Digo Rivera y Siqueiros. Además, constantemente presentan diferentes exposiciones en las que presentan el trabajo de diferentes artistas mexicanxs contemporánexs.

En lo personal, a demás de la arquitectura del lugar, que permite recorrer el museo de una forma sencilla, y de la impresionan colección con la que cuentan, lo mejor de este museo es la manera en la que suelen presentar las obras, pues siempre buscan darle un toque innovador a las exposiciones a través de la curaduría de las mismas; permitiéndote adentrarte en diferentes aspectos de las obras que se presentan, aunque ya las hayas visto en múltiples ocasiones.

Así que, si te gusta el arte y quieres vivir una experiencia artística diferente, disfrutando del trabajo de algunxs de lxs más grandes artistas del México del siglo XX, tienes que darte una vuelta por el Museo de Arte Carrillo Gil, MACG para lxs cuates, y dejarte envolver por las exposiciones que presentan en este espectacular museo.

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Dirección:
 Av. Revolución #1608, San Ángel, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: $65 pesos
Horario: Martes a domingo de 10:00 a 18:00 hrs. (Último acceso a las 17:30)
Página Web: museodeartecarrillogil.com
Instagram: instagram.com/museocarrillogil
Facebook: facebook.com/museocarrillogil
Twitter: x.com/Carrillo_Gil

Museo de Arte Popular, un recorrido por México a través de sus artesanías

El 28 de noviembre de 1928, el presidente Elías Calles puso la última piedra de un impresionante edificio Art Decó que se construyó en la esquina de Independencia y Revillagigedo, durante una ceremonia en la que se inauguraría una de las estaciones de bomberos más importante de América. Uno de los detalles más llamativos del inmueble, a cargo de los arquitectos Vicente Mendiola y Guillermo Zárraga, fueron sus tres arcos de tres metros de alto y cinco de largo, que servían de entrada/salida para los camiones de bomberos; así como una enorme torre, desde donde se vigilaba la calle para cuando salieran los camiones camino a algún incidente. Y, durante 29 años, este edificio fue la sede de la Estación de Bomberos de la Ciudad de México, hasta que, en 1957 se inauguró la nueva estación en Calzada de la Viga y Fray Servando Teresa.

Sin embargo, ese mismo año, la Tesorería decidió modificar ligeramente el inmueble para ocuparlo como su sede central. Casi 30 años después, en 1980, el mismo edificio paso a ser ocupado por la Secretaría de Marina; sin embargo, en septiembre de 1985, tras el terremoto que azotó a la Ciudad antes llamada Distrito Federal, el edificio fue desalojado, a pesar de que no contaba con daño estructural. De hecho, la razón por la que se movió la sede de la Marina fue por el estado en el que se encontraba el Centro Histórico, lo que les llevó a recolocar sus oficinas “temporalmente” (aunque se volvió permanente) en zonas más alejadas de la Ciudad. Fue así que, durante unos quince años, la Antigua Estación de Bomberos quedó prácticamente abandonada, hasta que, en 2001, el Gobierno Federal y Local decidieron rescatar el inmueble, gracias a su importancia histórica, y convertirlo en la sede del Museo de Arte Popular (MAP).

Fue así que, cinco años después, en marzo del 2006, la Antigua Estación de Bomberos reabrió sus puertas, pero esta vez como la sede del centésimo vigésimo octavo (128) museo de la Ciudad de México. Hoy en día, las y los mexicanos, así como todxs lxs turistas, pueden recorrer los cuartos y pasillos donde vivían los bomberos mexicanos, al mismo tiempo que recorren el país, su historia y cultura, a través de una impresionante colección de piezas de Arte Popular provenientes de toda la República Mexicana, y elaborada por un sinfín de artesanas y artesanos tradicionales; y, por si fuera poco, pueden conocer el Vochol, un Vocho (Volkswagen) que fue intervenido por artesanxs huicholes con más de dos millones de cuentas.

El MAP alberga una impresionante colección de más de 3,000 piezas que representan las diversas formas del arte popular mexicano. Estas piezas provienen de todas las regiones del país y abarcan una amplia variedad de materiales y técnicas, como textiles, cerámica, papel, madera, metal, vidrio y fibras vegetales. La colección del museo está organizada en cinco ejes temáticos:

  • Esencia del Arte Popular Mexicano: Explora las influencias prehispánicas, coloniales y mestizas que han dado forma al arte popular mexicano.
  • El Arte Popular y la vida cotidiana: Muestra objetos que forman parte de la vida diaria en las comunidades mexicanas, desde utensilios de cocina hasta juguetes tradicionales.
  • El Arte Popular y lo sagrado: Incluye piezas relacionadas con las festividades religiosas y las creencias populares, como altares, figuras de santos y objetos rituales.
  • El Arte Popular y lo fantástico: Destaca la creatividad y el ingenio de los artesanos en la creación de figuras fantásticas y coloridas, como alebrijes y calaveras.

Por si fuera poco, el Museo de Arte Popular también cuenta con otras salas de exposición en las que, constantemente están presentando todo tipo de exposiciones temporales, en las que buscan dar a conocer las expresiones artísticas de diferentes estados, artesanxs y temáticas de todo tipo. Y, por si fuera también organizan un gran número de concursos de artesanías, donde artesanxs de todo el país pueden presentar sus piezas como piñatas, papalotes y, el concurso más popular, el de alebrijes; mismos que, por cierto, desfilan todos los años por la Ciudad.

El Museo de Arte Popular es un lugar en el que podrás descubrir la cultura de México a través de un sinfín de expresiones artísticas llenas de color y tradición; un rincón que te permitirá recorrer los rincones del país a través del arte. Y, por si fuera poco, el mismo recinto es una oportunidad para viajar en el tiempo al México posrevolucionario, y conocer lo que alguna vez fue la Estación de Bomberos más grande de América.

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Dirección:
 Revillagigedo #11, Centro Histórico, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: $60 pesos
Horario: Martes a domingo de 10:00 a 18:00 hrs.
Página Web: map.cdmx.gob.mx
Instagram: instagram.com/map_mexico
Facebook: facebook.com/MuseoArtePopular
Twitter: x.com/map_mexico
YouTube: youtube.com/user/museodeartepopular

El Armadillo, cerveza artesanal y sabores casuales en la Nápoles

¿Te suena esa sensación de jueves o viernes en la que la garganta te empieza a pedir una cerveza bien fría? Pues claro, la única cura es irte con tus amigxs o colegas por una buena chela, acompañada de buena comida y mejor música. Si eres un Godín de la Nápoles o alrededores y estás en busca de una birra de calidad, tienes que visitar El Armadillo, el tap room de Cervecería Cosaco, la primera micro-cervecería de México.

La fachada es discreta y sencilla, camuflándose entre el club para mujeres y los bares de chavxs que lo rodean. Pero una vez que entras, te encuentras con un espacio amplio, decorado con stickers y arte , perfecto para relajarte. Aquí puedes disfrutar de una rica comida y una buena cerveza, mientras juegas en una maquinita de Street Fighter II, lanzas dardos o escuchas discos de vinilo. Y si no están sonando los vinilos, prepárate para rockear con música alternativa. ¡Un paraíso para tu alma chavorruca!

La reina de la casa es la cerveza, y aquí encontrarás unas diez chelas de barril de Cervecería Cosaco y algunas otras invitadas. No importa si prefieres una chela clara u oscura, seguro hallarás una que te encante o que combine perfecto con tu comida. Y si no sabes cuál elegir, pide cuatro chasers pequeños para probar distintos estilos. Además, tienen un refrigerador lleno de cervezas embotelladas de Cosaco y otras micro-cervecerías, para que explores diferentes sabores y estilos. ¿Te animas a probar un vino neozelandés de barril? ¡Es una experiencia que vale la pena!

Pero no solo de cerveza vive el hombre o la mujer. En El Armadillo también tienen una selección pequeña pero deliciosa de platillos casuales para maridar con tu chela. Para botanear, puedes pedir dedos de queso gouda, empanadas de carne con queso, papas gajo al romero, hummus o sikil pak (un dip de pepita de calabaza). Si llegas con hambre, lánzate por un choripán, una hamburguesa de rib eye, un emparedado de pollo parmesano o de hummus, o una pasta boloñesa o carbonara. Y para el postre, tienen helado artesanal, cheesecake y otras delicias de temporada. Lo mejor es que le preguntes al chicx de la barra o al meserx qué chela marida mejor con tu comida para una experiencia completa.

Más allá de las cervezas y la comida, El Armadillo es un lugar único en la CDMX gracias a su proyecto comunitario. Buscan crear una comunidad inclusiva para todos a través de la música y el arte, y también apoyan a colectivos chilangos, como los ciclistas, ofreciéndoles un espacio seguro para dejar la bicicleta y un 10% de descuento en las pintas. ¡Eso sí, no te pases de dos chelas si vas a rodar después!

Así que, si eres oficinista o vecinx de la Nápoles, Condesa y alrededores y quieres un lugar donde relajarte con una cerveza artesanal y buena comida, date una vuelta por El Armadillo. Disfruta de su comunidad, sus chelas de barril y sus promociones diarias. Y no te preocupes, que el lugar es Pet Friendly, así que tu lomito también podrá pasar un buen rato contigo.

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Dirección:
 Insurgentes Sur #571, Nápoles, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: De $200 a $300 pesos
Horario: Lunes de 11:00 a 17:00 hrs., martes y miércoles de 11:00 a 22:00 hrs., jueves a sábado de 11:00 a 0:00 hrs.
Teléfono: (55) 3266 3065
Instagram: instagram.com/elarmadillo

Tezontle, sabores contemporáneos de Oaxaca en el Centro Histórico

Tras la conquista española, Hernán Cortés decidió construir una impresionante casa a unos cuantos pasos de la Catedral Metropolitana. El tiempo pasó, Cortés pasó a mejor vida y la Casa de la Luz, como llamaron al edificio porque se encontraba justo frente al primer alumbrado público de la Ciudad, terminó pasando de dueño en dueño hasta que, gracias a las 36 habitaciones con las que contaba, terminó adaptándose para ser un hospital de maternidad, el Hospital de la Luz. Gracias a su importancia histórica y arquitectónica, la Casa de la Luz fue nombrada monumento histórico protegido por la nación por el INAH, y, a pesar de ello, el inmueble quedó prácticamente en el olvido durante algunas décadas.

Sin embargo, hoy en día, la Casa de la Luz fue remodelada y convertida en Casa de la Luz Hotel Boutique, un impresionante hotel en el que se recuperaron todos los elementos arquitectónicos de la casa, dándole una nueva vida a este inmueble. Por si fuera poco, este lugar también se convirtió en la sede del Restaurante Tezontle, una impresionante terraza en la que podrás encontrar una gran variedad de platillos oaxaqueños, y algunos inspirados en el resto de México, con el toque único de los chefs oaxaqueños Jorge Sibaja y Ezequiel Garnica. Y, aunque la carta de Tezontle es pequeña, cuenta con todo lo necesario para que pases una deliciosa tarde con comida muy rica, una vista muy agradable y un ambiente relajado.

Antes de empezar, debes saber que, en cuanto llegas a tu mesa, se acercan a prepararte una salsa en molcajete con el grado de picante y los ingredientes de tu elección. Para que te des una idea, puedes pedirla verde o roja, y que le pongan chile de árbol, chiltepín o habanero; si lo deseas, también puede llevar chapulines o algún toque dulce. Por si fuera poco, cuando tu salsa está lista, te sirven tortillas recién hechas y a mano, de diferentes colores. ¡Definitivamente no hay mejor forma de abrir el apetito! Ahora sí, ya con una chela, agua fresca o coctel de la casa y tu salsa con tortillas en la mesa, es momento de empezar a disfrutar la comida.

Para empezar, puedes pedirte una Trilogía de Sopes Oaxaqueños (tasajo, cecina enchilada y chorizo), unos Sopes de Tuétano, unas Gorditas de Suadero, unas Croquetas Oaxaqueñas (chorizo y tasajo), un Tiradito de Tasajo, unos Sopes de Pulpo Bronceado, Tzic de Venado o, por qué no, mi recomendación personal, un Ceviche Mar y Tierra, que lleva elote cacahuazintle. Si prefieres empezar con una sopa, tienes que probar el Caldo de Piedra, que literalmente preparan en tu mesa con piedras de río calientes (aunque no lo creas, uno de los platillos más tradicionales que tienen), o, si no quieres arriesgarte, puedes pedirte una Crema de Frijol Negro, una Sopa de Huitlacoche o unos Fideos Secos.

De plato principal, tienes que probar la Enmoladas de Pato, la Balotita en Pipián, el Mole de Costilla, el Chilmole o el Chichilo Negro; aunque también peudes pedirte un Pescado en Salsa Tatemada o a la Talla, unos Camarones Rellenos o un Atún Tropical (encostrado en sal de chapulín). Eso sí, yo recomiendo mucho pedirte una Tlayuda al centro, para que disfrutes del sabor callejero de Oaxaca con todxs tus acompañantes. ¿Y de postre? Tienen varias opciones, como el Buñuelo de Viento, el Tamal Oaxaqueño de Chocolate o la Jericalla de Coco, pero, sí o sí, tienes que probar el Plátano del Carrito, que viene asado al carbón con crema de cajeta y pinole. ¡Una delicia!

Tezontle es un restaurante impresionante en todos los sentidos. Y es que, este lugar ofrece una experiencia gastronómica única y deliciosa, un servicio espectacular, una buena carta de bebidas y cocteles de autor (como el Akbal, que lleva tequila, recado negro, naranja y sal de totomoxtle; o el Triqui, con mezcal, mango-chilhuacle y sal de hormiga chicatana); además de todo eso, cuenta con un diseño moderno y relajado, una terraza para disfrutar del clima y un ambiente relajado y sencillo. Por todo esto, y más, vale mucho la pena darse una vuelta por Restaurante Tezontle y disfrutar de los sabores de Oaxaca en el corazón de la Ciudad de México.

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Dirección:
 Rinconada de Jesús #7, Centro Histórico, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: De $500 a $800 pesos
Horario: Lunes a sábado de 13:00 a 23:00 hrs., domingo de 13:00 a 22:00 hrs.
Página Web: tezontlerestaurante.com  
Instagram: instagram.com/tezontlerest
Facebook: facebook.com/tezontlerest

Museo Mural Diego Rivera, un recorrido por la historia de México a través del arte en el Centro Histórico

Si vives o visitas Ciudad de México y buscas una experiencia artística que te haga sentir la pasión de la historia mexicana, ¡no puedes dejar de visitar el Museo Mural Diego Rivera! Este lugar no es solo un museo, es un pedacito del alma de México escondida en el mero Centro Histórico.

El Museo Mural Diego Rivera tiene una historia fascinante que comienza con el terremoto de 1985. Y es que, antes del terremoto, el famoso mural “Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central“, de Diego Rivera (obvio) se ubicaba en el Hotel del Prado (que se encontraba donde hoy está el Hilton). Cuando el terremoto sacudió la ciudad, el hotel sufrió daños graves, pero milagrosamente el mural se mantuvo casi intacto. Así que, el gobierno decidió construir un nuevo hogar para esta obra maestra, y así nació el museo en 1986, que ha sido un faro cultural y artístico en el corazón de la ciudad.

Este mural es una ventana mágica al pasado de México. Pintado en 1947 por el gran Diego Rivera, mide 15 metros de largo y 4 metros de alto, y está lleno de personajes históricos y figuras icónicas. Al pasear frente a esta obra, sentirás que estás viajando en el tiempo, caminando junto a Benito Juárez, La Catrina, Frida Kahlo y el propio Diego Rivera, entre muchos otros; así como algunos hechos históricos que ocurrieron en la Alameda, como el quemadero (de brujas/herejes) de la Inquisición.

Diego Rivera creó este mural para celebrar y criticar la historia de México, desde la época colonial hasta el México moderno de su tiempo. En él, podemos ver una mezcla de crítica social y homenaje a los personajes que moldearon la nación. En “Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central“, cada personaje tiene una historia que contar. La Catrina, en el centro del mural, simboliza la muerte y la tradición mexicana del Día de los Muertos, mientras que Frida Kahlo, su esposa y también una renombrada artista, aparece junto a él como niño, formando un triángulo de creatividad y pasión artística.

El Museo Mural Diego Rivera no solo alberga esta impresionante obra, sino que también ofrece exposiciones temporales, actividades educativas y eventos culturales que enriquecen la visita. Es un lugar donde puedes aprender, admirar y sentir la vibrante energía de la cultura mexicana.

Así que, si quieres sumergirte en la historia y el arte de México de una manera amigable y acogedora, ¡no dudes en visitar el Museo Mural Diego Rivera! Te prometemos que saldrás con el corazón lleno de colores y la mente repleta de historias inolvidables (aunque, como a mi, te caiga mal Diego Rivera).

¡Nos vemos en el museo!

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Dirección:
 Calle Colón Balderas s/n, (frente a al Metrobús Hidalgo), Centro Histórico, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: $40 pesos
Horario: Martes a domingo de 10:00 a 18:00 hrs.
Página Web: museomuraldiegorivera.inba.gob.mx
Instagram: instagram.com/museomuraldiegorivera
Facebook: facebook.com/museomural.diegorivera/
Twitter: x.com/museomural

Museo del Juguete Antiguo de México, un viaje a tu infancia en la Doctores

¿Alguna vez has querido viajar en el tiempo y revivir la magia de tu infancia? Pues entonces el Museo del Juguete Antiguo de México es un lugar que tienes que visitar. Este espacio surrealista y encantado en el que podrás viajar a través de la historia y la nostalgia gracias a su impresionante colección de juguetes clásicos de todo el mundo.

A lo largo de toda su vida, Roberto Shimizu Kinoshita se dedicó a coleccionar todo tipo de juguetes, permitiéndole crear una enorme colección con todo tipo de juguetes que reunió por más de sesenta años. Y, en 2008, con el apoyo de su familia, decidió destinar un espacio del edificio donde había vivido toda su vida, y que fue una especie de embajada que daba asilo a los migrantes japoneses que llegaron a México, para abrir las puertas del Museo del Juguete Antiguo de México, conocido cariñosamente como MUJAM. Por cierto, gracias al cariño de las y los chilangos, el museo fue creciendo enormemente hasta ocupar prácticamente todo el edificio, permitiéndoles crear más y más exposiciones permanentes y temporales.

Hoy en día, podemos decir que, el MUJAM cuenta con una de las colecciones de juguetes más grandes y variadas en todo el mundo. ¿Neta? Si no me crees, debes saber que, en el Museo del Juguete Antiguo podrás encontrarte desde muñecas de porcelana del siglo XIX, hasta figuras de acción de los años 80; pasando por una gran colección de muñecas Barbie y sus copias mexicanas, las Lilly Ledy, así como exposiciones de muñecos de Cantinflas, Max Steel,  Snoopy, Star Wars y Lego…. ¡Incluso tienen los juguetes que salían en el Pan Bimbo y las bolsas de papas!

Uno de mis detalles favoritos del museo, es que cuentan con una espectacular colección de juguetes, máscaras y revistas de Lucha Libre, incluyendo algunas máscaras que pertenecieron a los más grandes luchadores del siglo pasado. Además, todas las paredes del museo, por lo menos las exteriores y de la azotea, se encuentran intervenidas con grafitis o murales de todo tipo de artistas urbanos mexicanxs y extrangerxs, incluyendo piezas de ROA,  Arty & Chikle, Fher Val, Mr. Lemonade y Lelo, entre otros.

Entre sus curiosidades, el Museo del Juguete Antiguo México también cuenta con un sin´fin de instalaciones únicas en su tipo, así como la enorme cara de latón que perteneció al salón de baile Colonial, en la colonia Obrera, y el letrero de la legendaria Juguetería y Dulcería Avenida, que alguna vez estuvo sobre San Juan de Letrán. Además, constantemente realizan eventos y talleres de todo tipo, con los que buscan llevar la cultura de la CDMX a todo el mundo.

Al final, podemos decir que, el MUJAM es mucho más que un simple museo, es un portal al pasado en el que los recuerdos cobran vida para llevarnos a nuestra infancia y a conocer la infancia de nuestros padres y abuelos. Ya sea que seas un adulto queriendo revivir los días dorados de tu niñez o un niño explorando nuevos mundos de diversión, el Museo del Juguete Antiguo México tiene algo especial para ti.

Así que, ¿qué esperas? ¡Date una vuelta por el MUJAM y déjate llevar por la magia de los juguetes!

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Dirección:
 Calle Dr Olvera #15, Colonia Doctores, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: $50 pesos
Horario: Lunes a viernes de 9:00 a 17:00 hrs., sábados de 9:00 a 16:00 hrs. domingos de 10:00 a 16:00 hrs.
Instagram: instagram.com/museodeljuguete/
Facebook: facebook.com/museodeljuguete
TikTok: tiktok.com/@museodeljuguetemx
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Son Burros, los sabores callejeros de Sonora en la Condesa

¡Prepárate para una aventura culinaria llena de sabor y diversión! Porque sí, aunque Vasconcelos aseguraba que en el norte solo se consumía carne asada, ¡nada más lejos de la verdad! En algunos estados del norte, como Sonora, se gestó una propuesta gastronómica que se ha apoderado de las calles de la región. ¡Y eso incluye los deliciosos burritos, burros y percherones que nos hacen babear!

¿Pero qué son exactamente estos platillos tan irresistibles? Los burritos son básicamente tacos de guisados tradicionales envueltos en tortilla de harina sonorense. ¡Una delicia que te hace agua la boca! Y los percherones, bueno, son como burros pero ¡enormes! Tradicionalmente, están rellenos de carne asada, queso chihuahua (¡obvio, menonita!), tomate y aguacate. ¡Pero prepárate para versiones locochonas con rellenos más creativos!

Ahora, déjame presentarte a Son Burros, un pequeño oasis culinario escondido en la Condesa donde podrás probar los auténticos sabores callejeros de Sonora sin salir de la CDMX. Aquí, los protagonistas son los señores percherones, ¡y tienes buena variedad para elegir! Desde el tradicional de carne hasta opciones campechanas como el Sonorense o el Sugarito. ¡Para todos los gustos!

Pero espera, que aquí no solo se trata de percherones, y es que también tienen burros y burritos. Además, no puedes perderte los frijoles maneados o unas quesadillas con frijoles que son una verdadera delicia. Y para endulzar el paladar, ¡las coyotas de piloncillo, jamoncillo o guayaba son una auténtica tentación!

Y para acompañar estos manjares, ¿qué tal una chela con clamato preparado o una chela Charro? ¡O incluso una refrescante agua fresca! Y lo mejor de todo, ¡son PET FRIENDLY! Así que puedes llevar a tu lomito a disfrutar de la experiencia contigo.

Y aquí viene lo mejor: la mayoría de los ingredientes son traídos frescos desde Sonora, ¡así que podrás saborear auténticas tortillas de harina sonorense! Y si eres de Sonora y extrañas los sabores de tu tierra, ¡puedes llevarte a casa todo lo que necesitas para recrearlos!

Así que ya lo sabes, si quieres disfrutar de los auténticos sabores de Sonora sin salir de la CDMX, ¡tienes que visitar Son Burros en la Condechi! ¡Una pequeña embajada sonorense en chilangolandia que te espera con los brazos abiertos (y los percherones listos para ser devorados)!

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Dirección:
 Quintana Roo 149-L-3 Entrada sobre, Av Nuevo León, Hipódromo, Ciudad de México, CDMX
Costo por persona: De $200 a $300 pesos
Horario: Lunes a jueves de 13:00 a 21:00 hrs., viernes de 13:00 a 23:00 hrs., sábado de 13:00 a 20:00 hrs. 
Instagram: instagram.com/son_burros
Facebook: facebook.com/Sonburrosmx

Terraza Xkina Rooftop en Hotel Fontan Reforma, un paraíso gastronómico con la mejor vista de CDMX

Si buscas una experiencia increíble en la Ciudad de México, ¡tienes que conocer Xkina! Este lugar está en el decimoprimer piso del Hotel Fontan Reforma, justo en Paseo de la Reforma y Humboldt, y tiene una de las mejores terrazas para disfrutar del skyline de la CDMX. Desde aquí puedes ver el Castillo de Chapultepec, el Ángel de la Independencia, el Caballito de Sebastián y muchas otras joyas de la ciudad. ¡Una vista de ensueño!

Pero espera, que esto no es solo una cuestión de vistas. En el Rooftop de Xkina no solo disfrutas de una panorámica espectacular, sino también de tienen una pequeña, pero buena propuesta gastronómica. Además, tienen una variedad de cócteles, tanto clásicos como contemporáneos, que están de rechupete. Y si te gusta la música, los viernes son de jazz, los jueves y sábados hay DJ y los domingos un brunch espectacular. ¿Y adivina qué? ¡Una vez al mes tienen clases de yoga silencioso con audífonos para que te relajes mientras saludas al sol!

Un piso más abajo, en el décimo, está Xkina Restaurante. Aquí podrás saborear una amplia variedad de platillos mexicanos. ¡Empieza con la Tlayuda Oaxaqueña o la Crema de Frijolón! Y si te va lo más elaborado, prueba la Pesca Sustentable en pipián verde o el Mole Coloradito. Si llegas por la mañana, no te pierdas las enfrijoladas con Hoja Santa, los chilaquiles o el Avocado Toast, que está súper de moda. ¡Todo esto mientras sigues disfrutando de esas vistas impresionantes de la ciudad!

Pero espera, que hay más. En la planta baja del Hotel Fontan encontrarás el Cool Corner, un cafecito súper agradable ideal para trabajar. Sirven una buena variedad de bebidas a base de café, jugos, infusiones, smoothies y cervezas. También hay pan dulce, tartas, emparedados, bowls y botanas para disfrutar mientras trabajas. Además, todo el Cool Corner y el resto del hotel están decorados con obras de arte y artesanías a la venta en B Artesanal, una concept store que trabaja con artesanxs y programas de reinserción social para mujeres.

Si vienes de fuera de la ciudad o solo quieres una escapada sin salir de la CDMX, hospedarte en el Hotel Fontan Reforma es una excelente opción. Tienen habitaciones Delux, Jr. y Master Suite, todas con todo lo necesario para una estancia cómoda y con unas vistas de ensueño. Si buscas algo más holístico, reserva en B Urban Xaman, un pequeño hotel dentro del Fontan con un concepto orgánico y habitaciones inspiradas en los cuatro elementos. Aquí también encontrarás servicios de spa y clases de yoga, ¡y puedes acceder a estos servicios aunque no te hospedes allí!

El Hotel Fontan Reforma es un oasis en medio del bullicio de la ciudad. Es el lugar perfecto para una escapada de fin de semana o solo para disfrutar unas horas de su ambiente y sus delicias culinarias. Además, es un hotel sustentable, comprometido con el medio ambiente: eliminaron los plásticos de un solo uso, sus amenidades son orgánicas y tienen un programa de cero desperdicio. ¡Así que, mientras disfrutas, también ayudas al planeta!

¿A qué esperas? ¡Visita Xkina y el Hotel Fontan Reforma para vivir la CDMX como nunca antes!

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Dirección: Av. P.º de la Reforma 24, Colonia Centro, Ciudad de México, CDMX
Teléfono: (55) 5002 6300
Facebook: facebook.com/HotelFontanCDMX
Instagram: instagram.com/hotelfontanreforma
Página web: hotelfontanreforma.com